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"LAS ALARMAS DEL DOCTOR AMÉRICO CASTRO": INSTITUCIONALIZACIÓN FILOLÓGICA Y

AUTORIDAD DISCIPLINARIA
Author(s): Fernando Degiovanni and Guillermo Toscano y García
Source: Variaciones Borges, No. 30 (2010), pp. 3-41
Published by: Borges Center, University of Pittsburgh
Stable URL: https://www.jstor.org/stable/24881582
Accessed: 10-02-2020 14:42 UTC

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"LAS ALARMAS
DEL DOCTOR AMÉRICO CASTRO'5:
INSTITUCIONALIZACIÓN FILOLÓGICA
Y AUTORIDAD DISCIPLINARIA

Temando Ttegiovanni ¿V Çuillermo Toscano y Çarcia

Las ebradas
alarmasde del doctor
Borges. Américo
Aparecida Castro" en
originalmente es noviembre
una de lasdereseñas
1941, más cel
poco después de la publicación en Buenos Aires de La peculiaridad lingüís
tica rioplatensey su sentido histórico (LPLR, en adelante) de Américo Castro,
la crítica de Borges es hoy quizás más conocida y recordada que el libro
que le dio lugar. Sorprendente por su eficacia retórica, la reseña no es me
nos extraordinaria por el lugar único que ocupa en la trayectoria intelec
tual de su autor: obra de un escritor faro del campo intelectual argentino
y publicada en Sur, la revista de mayor prestigio simbólico en el mundo
hispanoamericano de entonces, el texto representa al mismo tiempo un
nuevo posicionamiento de Borges frente a ciertas cuestiones lingüísticas y
estéticas de las que se había ocupado en artículos y reseñas anteriores.
En el caso de Castro, LPLR no resulta menos notoria en el arco de su
larga carrera académica e intelectual: primer libro del autor publicado
después del cierre del Centro de Estudios Históricos de Madrid a raíz del
estallido de la Guerra Civil, su ensayo se ubica en el final de un período de
casi dos décadas de intenso interés por los asuntos culturales hispano
americanos, que se manifestó en el rol protagónico con que promovió una
política cultural española en el exterior articulada en torno a la [unta para
Ampliación de Estudios, en su propia actividad como director y docente
del Instituto de Filología de la Universidad de Buenos Aires y en el estudio

Variaciones Borges 30 » 2010

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de iversa problemáticaslingüísticasyliteraisdelconti ent.Almis
motiempo,LP Rrep sentaelmo entocruialdeunvirajediscplinario
quel varí aCstrodelafilo gía lahistoria.
La rticulaiónde so dositneraios ntelctualestien com punto
decisvoelatquequeBorgesdirgeaCstroarízdelapublica ónde
sulibro:sincontacosignficatvocnCastrodurantelasc idosdéca
dasquevandes sulegad al Argenti aen1923hast uestanciade
1937-períod en lqueBorgesmantien unaposicónalternativ pero
4
nohstilhaci losfilóogsepañoles-,en194 el scritoragenti ode
nu ciaelcarácterautorita oyarbitraiodeunadiscplinacuyos bjetivos
yprofesionalesconsideraligadosalospresup esto ideológicosdelto
tali rsmoeurope contemporáneo.Dichoatqueocure nu períod
cruialenlahistoriapolíticadelsigloX :es lmo entoen lque,dbido
alestablecimentodelrégimenfranquista,BuenosAirespas convertise
en lcentrodelainvestigaciónfiloógicadelmundohispánico.
Enest marco,nuestrotrabjos tien lahipótesi deque,másque
laculminacióndeunprocesodecrítica las ctivda esdelInstiutode
Filo gíaincadoenlosaños20,laresñadeBorgesconstiuyeuntexoa
lavezúnicoycoyunt raldentrodelconju todesu trabjos bre lespa
ñoldelaArgenti a,tnoenloquerspecta lasideaspresntadsen la
com alsconsecunciasqueésta uvopar losdebatesaceradelro de
lafilo gíacom discplina utorizad enladefincóndeunaidentida
nacional.A rechazrel ibrodeCastro,Borgesaume(novedosament re
spectodesutrayectoria ntelctual)e lugardel specialstaencuestiones
Temando'Degiovan iHtCjuilermoTscanoy(jarci lingüísticasybuscadesacreditarelmodelodiscplinardelosfilóogse
pañoles ntérminostécniosypolíticos.Almis otiempo,lascríticasde
Borges,yelconju toderspuesta queésta daránlugar,producenu a
rupt raenlaunida deacióndelhispanismofiloógicoyabrenu fuert
debate ntresu princpalesrpesnta es nBuenosAires.
LapolémicaentreBorgesyCastrohadesprtadounsotenido nterés
críticoalo argodelosaños,perosulecturah sidoaborda demod
parciltanoenloquerspecta laseri texualenlaques bas com a
la tenciónalsintancias ntiucionalesquedterminarongranparte
desu ignfica ónpolíticaycult ral.Alavez,sehapsadopralto a
proyeciónquealo argode osdécadseldbate uvohaci elinterio

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del campo intelectual y académico, particularmente en lo que concierne a
la dimensión ideológica y disciplinaria del hispanismo en general.
Este trabajo se propone reconsiderar los términos de esta polémica
a través de una nueva aproximación a las ideas de Borges respecto de la
lengua, aproximación que considera las diferencias de sus planteos entre
las décadas del 20 y del 40. Al mismo tiempo, el abordaje de una serie de
documentos desconocidos o no analizados hasta el presente -entre otros,
la correspondencia de Castro a Alonso, así como numerosas reseñas sobre
5
LPLR publicadas en diarios y revistas- permitirá mostrar tanto el marco
de recepción del texto de Castro y su relación con el de Borges como los
debates internos de los intelectuales españoles sobre la constitución del
campo filológico y su incidencia en la escritura y publicación de LPLR. Fi
nalmente, se considerará el impacto que la polémica tuvo en el proceso de
reescritura de los trabajos de Castro y Borges, con el objetivo de subrayar
las diferencias entre las últimas versiones conocidas del ensayo y la reseña
y sus formulaciones originales de 1941.

A comienzos de 1923, Borges solicita al Decano de la Facultad de Filosofía


y Letras, Ricardo Rojas, su ingreso a esa casa de estudios. En su intento
tardío (tenía 23 años) de participar del ámbito académico como alumno,
además de adjuntar una serie de "ensayos estéticos y metafísicos" a través
de los que aspira a ilustrar "las propensiones que hoy le mueven a querer
ingresar en esa Facultad", Borges señala que

es colaborador asiduo de la revista Cosmópolis (Madrid), que en el número Instiuconalizcónfiloógicay utorida iscplinar
de Cervantes correspondiente a octubre de 1920 publicó una dilatada an
tología crítica de la reciente lírica alemana, vertida directamente del idi
oma original, y que en el venidero número de Nosotros habrá un estudio
suyo acerca de las objeciones que propuso Spencer al idealismo de Berke
ley. (Espacios 105)

Esta solicitud de Borges constituye un posible comienzo para la larga y


compleja relación que sostendrá con la Facultad de Filosofía y Letras, de
la que llegará a ser profesor en 1955. Más específicamente, lo que llama la
atención es tanto el grado de conciencia que Borges posee de los mecanis
mos de legitimación del conocimiento en el ámbito universitario como la
clara separación que establece entre antecedentes especializados y obra lit

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erai.Enefcto,Borges ligeomitrdesu olictudlospoemasquehabí
publicadohast ento ces,aícom refriseal ibroenpre arciónque
aprecráamedia osdeaño,Fervo deBuenosAires.Eetmpranorecon
cimentodelprocesodeautonmizacóndeloscamposliteraioycientífi
coesloqueprmite xplicar,dehc o,buenaprted su intervnciones
enmateriadelnguajehast 194.
Debidopsiblemnteal decisóndesufamiladergesar Europa,

6
Borgesretiasu olictud eingreso l6deabrilde1923.Setra deuna
fechasignficatva,yaque s mis odíaRojasinforma lConsejoDirec
tivodelaFcultadquehaincadolasgestionestndientsal provisón
deundirectorpar elInstiutodeFilo gíacreadoelañoanterio.Sinem
bargo,enlugardeoptarporunafiguraloca prahcers cargodelcntro,
Rojasrelat que,"conve cido eque ldirectordelinstiutodebíaserun
filóog español,habí escritosbre lasuntoadonRamónMené dezPi
dal,cuya utorida en sta materiasnopued sernegad",par ofrecrle
ladireciónhonrai y,también,quefueraelrsponsabled esignar
quiensocuparínefctivament enBuenosAires udireción(Toscanoy
Garcí 12).Com consecunciade sta gestiones,amedia osde1923
lega BuenosAiresAméricoCastro,quien,juntocnAmadoAlons,di
rectordelInstiutoentre1927y1946,seráunadelasfigurasmásinfluy
entsydecisva par eldsarol delainvestigaciónli güísticaen lpaís
alo argodemásdosdécads.
Laprtida eBorgesaEuropaocureasíenu mo entodeprofunda
transformaciónpar lainvestigaciónhumanísticaenArgenti a.L cre
'Ferna do"Degiovan iÍXQuilermoTscanoyCjarcí acióndelInstiutodeFilo gíasuponelaemrgenciaen lámbitouni
versitarodelprimercentrodeinvestigacióncientíficaorientadoespcífi
cament alosetudiosfiloógicos.Dehc o,elInstiutoejrceáaprti
desuinaug racióne 1923unpa elfundamentalenlamodernizacóny
conslidaciónde sto estudiosen lpaís,ylegará convertise, special
ment durantelagestióndeAlons,enu refrent instiucionaldecisvo
en lámbitodelafilo gíahispánica.Finalment,lacreacióndelInstiuto
daincoaunprocesodeprofesionalizcóndelosetudioslingüísticos
quemodifcarásutancialment losprotcolsdelgitmacióndelsaber
sobre l enguajey,particularment,losmodsenques aced al posi
bilda deintervnirpúblicament sobrecuestioneslingüísticas(DiTulio
212-14).

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Desde entonces, los filólogos en Argentina podrán hacer valer una
autoridad disciplinaria que colocará inevitablemente al resto de los estu
diosos en el terreno de los amateurs o en el de los aprendices. El recono
cimiento de que es en el ámbito universitario donde circula, se adquiere
y practica un saber riguroso y legítimo sobre el lenguaje, sin embargo, no
funciona sólo como mecanismo de legitimación de estos filólogos; al mis
mo tiempo, introduce una doble reformulación en el interior de un campo
científico en incipiente formación: por una parte, supone la marginación
7
del centro del campo de quienes habían detentado hasta entonces un sa
ber técnico no legitimado por las instituciones académicas; por otra, opera
una reasignación funcional de las figuras del autor literario (poeta, narra
dor o ensayista) y el filólogo o lingüista.
Así, por una parte, la creación del Instituto abre un espacio de disputa
con aquellos que eran hasta entonces reconocidos como especialistas en
materia de lenguaje. Entre ellos, la figura más destacada es la del traductor
y lingüista Arturo Costa Alvarez, quien en 1922, un año antes de la inaugu
ración del Instituto, había publicado Nuestra lengua, un trabajo pionero en
la investigación lingüística nacional. En la introducción que escribe para
este trabajo, Costa Alvarez describe a los estudios lingüísticos como un
ámbito desierto que lo tiene, hasta entonces, como el único ocupante: "si
en nuestro medio hay algo que no interesa absolutamente a nadie, ese
algo son las cosas de la lengua [...] la lengua es para nosotros res nullius"
(10). Esta caracterización organiza la lógica argumentativa de su libro: en
un momento en que la lingüística no se ha constituido todavía como dis
ciplina universitaria, la estrategia de Costa Alvarez apunta tanto a la auto
consagración (es el único que hace lo que a nadie ocupa ni interesa) como Instiuconalizdo:!filoógicay utorida iscplinar
a la construcción inicial y programática de una agenda de problemas, obje
tos, métodos y teorías válidos para la investigación sobre el lenguaje.
La descripción que Costa Alvarez ofrece del campo coincide con las
razones que, durante el mismo año, Rojas alega para justificar la necesi
dad de crear un Instituto universitario de Filología. El criterio de Rojas,
sin embargo, se diferencia del de Costa Álvarez en un aspecto central: en
la necesidad de contratar en el extranjero a los especialistas que puedan
hacerse cargo del Instituto ya que no existe en el país ninguno lo sufi
cientemente capacitado (Toscano y García 121). Así, Rojas margina im
plícitamente a Costa Álvarez por ser autodidacta y moverse en el terreno

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delamteurismo;su argumentosconstiuyenu a pelaciónalosvalores
delamodernizacióncientíficayal capcida delaverda eracienciapra
disolverlosinterse nacionalista:"laverda eracienciadel nguajed
sarmaigualment eldogma nacrónicodelas cademiasmetrop litansy
elinstinobar izadordelasrepúblicasinsurgents"(Discurso 9-10).
LadecisóndeRojastendráconsecuncias ignficativas:entre1923y
192 ,cuandomuer,CostaÁlvarezseconstiuye nelprincpalcríticode
la ctivda delInstiutodeFilo gía.Atravésdenumeros artículosque
publicaenrevista cult rales(com Nos tros),espcialzdas(Valoraciones
oHumanida es)ydiaros(LaPrensa),cuestional activda delInstiuto
aprti de ostiposdeargumentos:porunaprte,destac laincapcida
delosfilóog sepañolespar aborda losproblemasycirunstanciase
pecífiasdela enguahblad enArgenti ayreclam ladesignaciónal
frent delInstiutodeunespcialstalocal;por tra,rechaz elmodelo
teóricoimplemntadop rCastroysu sucesores,ydefindelanecsida
deavnzarenlaconstrucióndeunagramáticasincrónicayundic ona
rio deológico.1
ElprimercuestionamientopúblicodelasideasdeCostaÁlvarezse
produce nabrilde1924yenu ámbitorelativament inesprado:se
tra delartículo"Ungramático",queCarlosGrünbergescribe nlare

iDelaimportanciadesu críticasdancuentalsnumerosa respuesta quercibe


por a ted losresponsablesdelInstiutodeFilo gía; sí,lacrtaqueCastrole scribe
aAlons cuandovacminodeBuenosAires l14deagost de1927constiuyeunaclra
manifestacióne stesntido:"Muchasuert,muchavistaynoaturdi se(losCostaAl
TemandoDegiovan iCjuilermoT scanoy(jarcia vareznotien elmenoralcne)."No bstanela dvertnciadeCastro,Alons escribe
en192 yenlaspáginasdelarevistaSíntesi dosartículosextremadment violentos
contraCostaÁlvarez: nelprimerode los,"Lafilo gíadelsñorCostaAlvarezyla
filo gía",proced,yades sutíulo,adescalifcar CostaÁlvarezaludiendoasufor
maciónautodi act yasudescon cimentodelamodernaciencialngüística;loacusa
de"forasterismo"científico(132),desr"de so involuntariosme orista que rden
su frase zurciendoecosfragmentariosdeotrasoídasoleídas"(13 );dehaberlegado
asueda (quepráctiament duplical deAlons )"sinsopecharsiqueracuáles on
losinterse ylafinalid dela ingüística".En"Sobre ldifuntoC staÁlvarez",Alons
aprovechal muert deCostaÁlvarezpar eafirmaryconti uarsu críticas: erfier
aélcom aquelque,antela egad elosfilóog sepañoles,habí reacionado"con
elodi santoc nque lcuranderoacogealosprimerosmédicos"(175);recurdaque
"Yomismodemostréque ncuestionesdeLingüísticayFilo gía,entod elaspecto
científicodel nguaje,CostaÁlvarez xhibíaunaignoranciaquímicament pura"(176);
y,enu apoc felizrefrencia sumuert recinte,conluye:"Elpobrenodab másde
sí" (178).

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vista Martín Fierro, defendiendo la gestión de Castro frente a los ataques de
Costa Álvarez.2 La aparición en la revista más importante de la vanguardia
estética argentina de una defensa de la universidad como institución regu
ladora del conocimiento y de lo "científico" como criterio y medida del
saber es un fuerte testimonio del rápido éxito que obtiene el Instituto de
Filología en su intento por imponer nuevos protocolos disciplinarios. Así,
los argumentos de Grünberg, participante en 1923 de las actividades del
Instituto bajo la dirección de Castro (Toscano y García 124), son en mu
9
chos casos similares a aquellos que, durante los años siguientes, usarán
otros integrantes del Instituto: Grünberg opone el conocimiento intu
itivo, no profesional y de origen "bastardo" de Costa Álvarez a la reflexión
lingüística científicamente fundada y avalada por las instituciones de la
"cultura universitaria"; en otros términos, opone "la verdadera sabiduría"
a "la charlatanería pedantesca" (24). A la vez, y frente a las acusaciones de
Costa Álvarez referidas a que la condición de español de Castro lo inhabili
taba para llevar a cabo las investigaciones lingüísticas que el país requería,
Grünberg vuelve a oponer al "sabio filólogo español" y al "gramático plat
ense" (21), "director de biblioteca en una institución hípica de provincia"
(24) para reivindicar el criterio de la neutralidad científica frente a las dis
cusiones nacionalistas.

Borges, figura central de Martín Fierro, no es ajeno a esta distinción


disciplinaria e institucional, aunque, a diferencia de Grünberg, no sólo
no cuestionará sino que reivindicará la legitimidad de Costa Álvarez para
intervenir en el debate lingüístico. De hecho, es en el marco del proceso
de reorganización de la lógica del campo -que comienza a producir una
Instiuconalizcónfiloógicay utorida iscplinar
progresiva separación funcional entre las figuras del escritor y del filólogo
o lingüista- que deben leerse las intervenciones que realiza a partir de la
década del 20 en relación con la lengua. En este período, más que abordar
cuestiones lingüísticas de carácter técnico y como especialista, Borges bus
cará definir una posición estética basada, en gran medida, en la represent
ación y defensa de una lengua literaria específica. Estas intervenciones, por
otro lado, se producen en ámbitos culturales que exceden los espacios de

2 Existe, en rigor, una breve referencia anterior en Martín Fierro firmada por "Monsieur
Homais", que describe a Costa Alvarez como "gramático platense, segundo gramático
de la provincia" y destaca sus "garrafales errores de doctrina que sirven de argamasa a
las mentadas faltas de gramática" (14).

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cirulacióndefindospar lareflxióncientíficament autorizad sobre l
lenguaje.
Hasta el presente, la crítica ha tendido a leer este conjunto de planteos
por parte de Borges como una "batalla lingüística" contra la institución
universitaria y, en particular, contra los filólogos españoles a cargo del In
stituto de Filología, y que tendría por objetivo afirmar la existencia de una
"lengua nacional" distinta de la española (Bordelois y Di Tullio). Un nuevo

10
análisis de este conjunto de intervenciones (que han sido a menudo abor
dadas haciendo abstracción del proceso específico de reorganización de
los campos literario y científico que les es contemporáneo) sugiere, sin
embargo, una interpretación alternativa: a fines de la década del 20 Borges
no trataría de establecer la eventual existencia de una variedad argentina
del español y su especificación sino de definir, más bien, una posición de
carácter fundamentalmente estético. Esa reflexión, al mismo tiempo, no
tiene como objeto al Instituto de Filología.
Al respecto, es posible destacar algunas referencias iniciales, formu
ladas a menudo en un contexto en el que no se aborda explícitamente
un problema lingüístico. Es en "Al tal vez lector", prólogo a la primera
edición de Luna de enfrente (1925), donde quizás por primera vez de forma
relativamente explícita Borges articula la política de la lengua literaria que
sostendrá durante los años inmediatamente posteriores. Valiéndose de
varios escritores del Siglo de Oro para definir los objetivos de su propia
producción, señala allí:

El idioma se suelta. Los verbos transitivos se hacen activos y el adjetivo


TemandoDegiovan iÔ"CjuilermoTscanoy(jarci sienta plaza de nombre. Medran el barbarismo, el neologismo, las pa
labras arcaicas. Frente al provincialismo remilgado que ejerce la Academia
(dentro de lo universal español tan provincia es Castilla como Soriano
y tan casero es hablar de los cerros de Úbeda como de donde el Diablo
perdió el poncho) nuestro idioma va adinerándose. No es de altos ríos
soslayar la impureza, sino aceptarla y convertirla en su envión. Así lo en
tendieron los hombres del siglo diez y siete: así lo comprendió Saavedra
que se burló de quienes endeblecen nuestra lengua por mantenerla pura,
así don Luis de Góngora que al decir de su primer prologuista, huyó de la
sencillez de nuestra habla, así el agringado Cervantes se jactó del cauce de
dulzura que abrió en nuestro lenguaje, así el precursor de ellos, Fray Luis
de León, que hebraizó tan pertinazmente en sus traslados bíblicos... No
hemos nosotros de ser menos. (277)

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La posición que aquí se establece anticipa las que Borges convertirá en
principio estético en El tamaño de mi esperanza (1926) y luego formulará
en su conferencia "El idioma de los argentinos" (1927); una posición que
Narvaja de Arnoux y Bein han denominado "nacionalismo criollista" (1).
Esencialmente, se trata del establecimiento de un criterio que busca legiti
mar la innovación lingüística como procedimiento estético y que encuen
tra en cierta tradición española (Góngora, Cervantes, Fray Luis de León) su
evidencia histórica. Constituye, también, una concepción convencional y 11

fuertemente asentada de la evolución histórica del español literario que


tiene uno de sus mayores exponentes contemporáneos en Menéndez Pi
dal. Para Borges, innovar en materia de lengua no representa la afirmación
de una diferenciación lingüística con el español literario peninsular (y,
mucho menos, la postulación de un nacionalismo emancipatorio de lo
español) sino un planteo estético que encuentra su fundamento en una
concepción unitaria de la lengua española.3
A mediados de 1927, Borges escribe dos textos relevantes en esta direc
ción. Uno de ellos aparece en las páginas de Martín Fierro, donde tres años
atrás Grünberg había planteado una defensa de Castro. Se trata del conoci
do "Sobre el meridiano de una gaceta", en el que rechaza la propuesta que
Guillermo de Torre había planteado en La Gaceta Literaria de considerar
a Madrid el eje y modelo de la producción intelectual hispanoamericana.
Borges basa su rechazo en la incapacidad madrileña para comprender la
realidad cultural de América, en la pobreza de su actual producción cul
tural y en el antihispanismo de algunos países americanos. La impugn
ación en ningún caso conduce a una eventual reivindicación del particu
larismo lingüístico; sin embargo, sí se alude -de forma irónica y oblicua- a Instiuconalizcónfiloógicay utorida iscplinar
algunos de los que Castro, durante su estadía en Buenos Aires en 1923,
había definido como problemas del español rioplatense, en particular el
galicismo ("una ciudad [Madrid] cuya sola invención es el galicismo -a lo
menos, en ninguna otra parte hablan tanto de él"); y a ciertos usos lingüís

3 Que había reivindicado en un texto bastante anterior y temprano; así,ya en "A quien
leyere", prólogo de primera edición de Fervor de Buenos Aires (1923), Borges se refiere
a Francisco de Quevedo como aquel "que vivió en la cuantiosa plenitud y millonaria
entereza de nuestra lengua española" (163). La recurrencia de la metáfora monetaria (la
millonaria entereza de nuestra lengua española, en 1923; nuestro idioma va adinerándose,
en 1925; el subrayado es nuestro) permite establecer otra vía de continuidad entre estas
posiciones.

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ticosque,alejdosdelavrieda rioplatens, econstiuyen objetode
burla("unaciuda quedice'nvidable'par elogiar")(357).
LasegundaintervncióneslaqueBorgesproduce nlaencuestaque
eldiaroCríticarealiz a"escritoresytécnios"de"todslo sectoreslit
era ios"(estoes:des "elgramáticoengoladohast el scribalunfardi
zante")durante lmesdejuniode1927bajolapregunta"¿Llegaremosa
tenrunidomapro i?".LarespuestadeBorges-aquien ldiarode

12
scribecom "unescritorauténicoy[. ]uncreadorlenodefuerzaex
presivaydeorignalid "-seorientaen lmis osentido elasintervn
cionesregistradshast aquí.Colcaelproblemalingüísticoen lter no
estéicoy,trasrechazrqueyaexistaun"idoma rgenti o",sotien,sin
embargo,elimperativodernovarl engualitera i:

Sinembargo,creo nelidoma rgenti o.Creoque sdebrdecad escritor


(nuestroydetods)elaproximarlo.Par es fin, osbast considera el
españolcmounacosa penasbosquejad ymuyperfctible.Sintamos
todseaurgenciadein ovación,sintámonsvi renAméricay aestará
inciad nuestra ventura.Digamoscosa quenolequednchias Bue
nosAiresyhablremosidomanuevoquesránuestro.(3;elsubraydo
es nuestro)

Borges ubica la aspiración a un "idioma argentino" como una posibilidad


concebida en el siglo XIX por algunos letrados ("ese idioma tan profetiza
do y preconizado desde Alberdi, desde Sarmiento, desde Echeverría, desde
Gutiérrez"; significativamente, se trata de exactamente los mismos intelec
tuales cuyas ideas lingüísticas había reseñado Costa Alvarez en Nuestra
TemandoDegiovan iÍT(juiíermoTscanoQarcía lengua): "En el pasado mañana, no en el mañana ni en el hoy, lo ubico a
ese adivinado idioma argentino." Rechaza, a continuación, la posibilidad
de considerar al lunfardo o a "su derivación, el arrabalero" como formas
posibles y embrionarias de ese idioma: anticipando los argumentos que
desarrollará extensamente en "El idioma de los argentinos", sostiene que
el lunfardo es "jerga artificiosa de los ladrones, es un vocabulario gremi
al"; y que el arrabalero es "una simulación del lunfardo, de una mezcla de
lunfardo trasnochado y de habla vulgar". Ninguno de estos vocabularios,
señala, es apto para la creación literaria y, debido a su restringida riqueza
léxica, "los que versifican en ellos tienen que invertir las palabras a cada
rato para decir las cosas de un modo que no sea demasiado corriente" (3).

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2

La intervención más decisiva y extensa de Borges se producirá apenas


tres meses más tarde, cuando el 23 de septiembre de 1927 sea invitado
a disertar en el Instituto Popular de Conferencias, uno de los más impor
tantes espacios institucionales no académicos dedicados a la difusión de
la actividad cultural y el conocimiento científico desde mediados de la dé
cada anterior. Se trata de "El idioma de los argentinos", que el diario La
13
Prensa publicará por primera vez al día siguiente. Sólo la primera de las
versiones que se conservan de esa conferencia conserva las marcas de su
contexto original, dato que resulta fundamental para entender el espacio
institucional en el cual Borges inscribe sus posiciones. En la versión del
24 de septiembre de 1927, antecede a la conferencia de Borges la siguiente
indicación:

En la gran sala de fiestas de La Prensa se realizó ayer la XIX sesión del In


stituto Popular de Conferencias, con la presencia de un público numeroso y
calificado,índicedelinterésquehabíadespertadoelanunciodeladisertación
deldistinguidoescritorJorgeLuis Borges sobre "Elidiomadelosargentinos".
Al abrirse la sesión, que presidió el doctor Carlos Ibarguren, acom
pañaban a éste en el estrado, además del conferenciante, los vocales del
Instituto, doctores Enrique Uriburu y Arturo Capdevila; el embajador de
México, doctor Alfonso Reyes; el ministro de Santo Domingo, doctor Tu
lio M. Cestero; el director del instituto de filología [sic] de la Facultad de
Filosofía y Letras, doctor Alfonso Corti; el jefe de la sección investigaciones
del mismo, señor Ángel J. Battistessa, y los señores Arturo Costa Alvarez y
Manuel Rojas Silveira. Concedida la palabra al doctor Capdevila, este hizo
en conceptuosas frases la presentación del conferenciante, al que puso en
posesión de la tribuna. (21) Instiuconalizdo!}filoógicay utorida iscplinar

La presencia en el Instituto Popular de Conferencias de un joven Borges


-al que se presenta como un "distinguido escritor"- puede ser considera
da como un dato más de su creciente legitimidad en el ámbito intelec
tual porteño. Por su parte, quienes lo acompañan el 24 de septiembre de
1927 constituyen una muestra de la dirigencia intelectual del período: a
los diplomáticos-escritores (Reyes y Cestero) se suman las de los repre
sentantes del Instituto Popular de Conferencias (entre ellos Ibarguren y
Capdevila, responsable del elogio inicial de Borges). Más significativa aún
es la presencia de dos miembros de la Facultad de Filosofía y Letras: el pro

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fesorCorti4yBatisesa,unodelosmásimportanesinvestigadoresdel
Instiutodes 1923,7acrgodesudirecióne losperíodsdurantelos
queéste stab sindirector.Enes pacio ntelctualment hetrogéneo
ynoespcialzdo,esnotrioques incluyaen lestradoaCostaAlvarez,
aquienserconce om refrent.
TantolaconfernciadeBorgescom el ibrodelquesráparteson
consecuntesconesadistrbuciónfuncional:enambos,Borgesbuscará
distanciarsu intervncioneslingüísticasdeaquelaspro iasdelosfilóo
14
gosprofesionalesyreclamrpar síel ugardelaintervnciónestéica.El
prólog aElidomadelosargenti os,de1928,esclavepar ent der sa
separción.Alespcif artanoelmod econstrucióndesulibrocmo
laformaenquedbesrleído,Borgesindca,subrayndosuinte ciónde
alejrsedlmodelodecinciaquelosfilóogsepañoles tánprom
viendoenlaArgenti a,ques tra deuntexode"formaciónhargan,
hec osedimentariment deprólogs,valedcir,deinaug racionesy
princpios"(7).Elamteurismose nu cia,unavezmás,en lmis o
prólog pormediodeunafraseclave:s diceque l ibroques presnta
estácompuestopr"boradoresdeaficónfiloógica"(8).5
LaestraegiadeBorges sacrladiscuióndelámbitodela"ciencia
filoógica"par transformarloenu acuestiónestéica:el"problemade
la engua"enArgenti aespar élesncialment unproblemaliteraio:el
dela enguadelosecritores,dela iteratura.Com antes, nsurespuesta
al encuestadeCrítica,Borgesin ste nladiscuiónde osposicones
(cuyosrefrentsnu casemenciona )que,antesqueaborda eltmade
TemandoDegiovan iÍXQuilermoTscanoyGarcí lavrieda lingüística,seaboca defnderciertosuosliteraiosde ter
minadsvarieda es:"Unaesladequiensimagina que sahblay esta
prefigurad en lar balerodelos aínets;otraesladeloscaticsta o

4Aquienseidntifca,incorectament,com directordelInstiutodeFilo gía.

5Lamis aperspectivareaprec en umerosa oprtunida esalo argodeElidoma


delosargenti os,tanobajolaformadeladeclarciónexplícita-habl de"gramtiquerías"
(1)-com aprti delaestraegiaqueconsite npresntarloques enu ciabjola
formadelareflxiónpersonal,construidanoaprti deunateoríayunmétod sinode
laimpresiónsubjetiva.Así,porejmplo,frent al partoeruditoydeconsta ciónrigu
rosa doptadoprlafilo gía,Borges otien:"Loexpresivo,noshacontesadoCroce,
yaprasiempre,ytansatifactoriame seafórmulaquenisquierapienso acrdela
estaneríael ibroenque stáyverifcarenél aspalbrastexuales(lasrep sentaciones
texuales)desuescritor"(73).

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españolados que creen en lo cabal del idiomay en la impiedad o inutilidad
de su refección".6

Para Borges, el arrabalero no es una variedad lingüística: "No hay un


dialecto general de nuestras clases pobres: el arrabalero no lo es." Se trata,
señala, de una "jerigonza", un "vocabulario gremial" compuesto por ape
nas veinte palabras, una "lengua técnica" cuya base es, esencialmente, una
jerga del delito: el lunfardo. Tampoco constituye una lengua literaria: de
hecho, señala, no fue utilizada por los escritores que mejor han escrito so
15
bre los suburbios porteños (Evaristo Carriego y Fray Mocho, pero también
los letristas de tango). La argumentación construye un arco que va de los
argumentos lexicográficos a los estéticos y recala en los morales: el lun
fardo, base del arrabalero, es lengua carcelaria, de los sectores más bajos de
la población; del conventillo, lugar de los inmigrantes. No tiene, de hecho,
ninguna pretensión de reemplazar al español general: "Desertar porque
sí de la casi universalidad del idioma, para esconderse en un dialecto chú
caro y receloso [... ] que nos convertiría en hipócritas al revés, en hipócritas
de la malvivencia y de la ruindad [...] es proyecto de malhumorados y
rezongones." El último argumento es la cita de autoridad, y allí Borges le
gitima su opinión haciéndola coincidir con la de una serie de intelectuales;
notablemente, aquellos que con más claridad habían rechazado el particu
larismo lingüístico y proclamado la existencia de un español general: "Ese
programa de trágica pequeñez fue declinado ya por De Vedia, por Miguel
Cañé, por Quesada, por Costa Álvarez, por Groussac."
La impugnación del arrabalero deja lugar, en la segunda parte de la
conferencia, al cuestionamiento de "una distinta equivocación, la que pos
tula lo perfecto de nuestro idioma y la impía inutilidad de refeccionarlo". Instiuconalizcónfiloógicay utorida iscplinar
De acuerdo con Borges, esta posición buscaría demostrar la riqueza esen
cial del idioma español, con el único y principal argumento de las "ses
enta mil palabras que nuestro diccionario, el de los españoles, registra".
Polemiza con la Real Academia Española, cuyo diccionario se convierte en

6 Esta distinción se asemeja a la que, en 1922, había planteado Costa Alvarez entre
"escritores plebeyos" y "escritores académicos": "Lo mismo hacía entonces [durante el
siglo XIX] y hace hoy el pueblo argentino: una parte de él estropea el castellano en la
lengua vulgar, en el guirigay de los escritores plebeyos y en la jerga de los barbáricos;
otros, los académicos o disciplinados, lo reverencian en el altar de la gramática y del
diccionario; y otros, los indisciplinados, que son los más, lo maltratan y lo acarician al
ternativamente" (71-72).

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objetode bate.Par Borges, ldic onarioacdémicoeslame oriaver
baldeunatradicónquenoes,almenosnocmpletament,latradicón
nacional;esunasuert de ocumentohistóricoqueconserva,porejmplo,
unaseri deléxicosepciales(com lagermaní),completament alej
dosdelatradicónli güística rgenti a.Alrespcto,Borgesadoptauna
posicónmáspróxima lospostuladosetéicosdelavnguardiaque,sin
embargoyenrelaciónconla engua,nopne ndiscuiónlaesncialv i

i6
dezdelsitemalingüísticoherda o.Así,declar la rtifcosida detoda
literaturaque ncuentrelos ímitesdesureprto i léxicoen lsitema
acotadopreldic onario;rechaz fuertment laposiblda de nco
tra enla iteraturaespañolaunmodeloda oydefintivopar lacreación
estéica,ybuscainscribrenlacomunida delidomalos grosfut ros
dela iteratura rgenti a.
Ambasposicones,ladelos"ainetros"yladelos"cultos",divergn
par Borgesdel"idomacor ient".Aparti deaquí,lapro uestadeBorg
esbuscaráopnera mbosmodelos itera iosunocnbase nu alengua
ques carcterizacom "habitual"ynoartifcosa;esdecir,unaescritura
próxima laoralid .Éste s,par Borges, lmodelo itera ioylingüístico
construidoprunaseri estrictament delimtad e scritores,quecon
sigueronproducirunaliteraturaenlaquelaplabr escritaseaproximab
al oral:"Mejorlohiceron uestrosmayores.Elton desuescriturafue
eldesuvoz;subocanofuelacontradic óndesumano."Losnombres
querfier emitenaunaseri de scritoresdecimonó icos:"Piensoen
EstebanEchevr ía,enDomingoFaustinoSarmiento,enVicent FidelLó
TemandoDegiovan iÍX(juikrmoTscanoy(jarcia pez, nLucioV.Mansila,enEduardoWilde.Dijeronbien argenti o:
cosaendesuo.Noprecisarondisfrazrsed otrsnidragoneardercién
venidos,par escribr."Loques reivndica-l críticalohaseñaldo-7es
unaestirpe atrica;l naturalid ques pretnde sunaconstrución
estilísticaque xcluyetanol indígenacom lop ularperotambiénlo
francés:"Pasrinadvertidos,hacernosperdonaresaguarngad eltango,

7Porejmplo,BeatrizSarloenBorges,unescritorenlasorilas, eñal:"Losecritores
delaéitecriolafunda surelaciónconla enguasobredosvalores:laesponta eida
(reclamdaporGirond:se argenti odemaneranoadquirda)ylanturalid de
quiensnohandebidoaprendrel spañolcmosi etra radeunalenguaextranjera
cuyodmino bligab adesaprendrotraslenguas"(42-3).

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descreer de todos los fervores a lo francés y no entusiasmarse, es opinión
de muchos. Hacerse el mazorquero o el quichua, es carnaval de otros."
Esa tradición literaria que se defiende no comporta una ruptura lingüís
tica con el español general: "Muchos, con intención de desconfianza, inter
rogarán: ¿Qué zanja insuperable hay entre el español de los españoles y el
de nuestra conversación argentina? Yo les respondo que ninguna, ventu
rosamente para la entendibilidad general de nuestro decir." La diferencia
lingüística existe, aunque no altera la intercomprensión, y no se sostiene
17
en la creación léxica -por ejemplo, en los argentinismos- sino en la difer
ente significación o "connotación" que algunas palabras del léxico general
tienen en el español porteño: aquello que Borges llama "un matiz de difer
enciación", que "es lo bastante discreto para no entorpecer la circulación
total del idioma y lo bastante nítido para que en él oigamos la patria". Ese
matiz, subraya Borges, es imperceptible en otros usos lingüísticos que el
literario: "Esa divergencia, nula en la prosa argumentativa o en la didáctica,
es grande en la que mira a las emociones." La opción que se reivindica,
finalmente, consiste en profundizar la búsqueda de la singularidad liter
aria nacional en el marco de la lengua general: "Dentro de la comunidad
del idioma [...] el deber de cada uno es dar con su voz." Borges eleva a la
categoría de deber patriótico esa búsqueda estética y se ubica por fuera de
todo proyecto científico en tanto remite a una "esperanza": la de que los
escritores encuentren una "plena entonación argentina del castellano".
Al año siguiente, con la publicación de El idioma de los argentinos, Borges
continúa y amplía esta perspectiva. De la veintena de textos que componen
este libro, ninguno se centra exclusivamente en cuestiones lingüísticas,
que quedan reducidas a referencias ocasionales; tampoco se encuentra Instiu onaliztonfiloógicay utorida iscplinar
aquí la postulación de una "lengua nacional" ni una reivindicación del
particularismo lingüístico. El antihispanismo, eventual, se manifiesta
en la impugnación de ciertos modelos literarios (Góngora, Manrique) y
convive con el encendido elogio de otros autores españoles (Unamuno o
Quevedo). En ningún caso, finalmente, se propone una polémica abierta
con los filólogos españoles. De hecho, las referencias a estos son escasas y,
aunque normalmente tienen un carácter negativo, ocupan un lugar clara
mente marginal y se vinculan con cuestiones literarias. En "Indagación
de la palabra", por ejemplo, discute y rechaza las posiciones que, desde la
gramática tradicional y el idealismo lingüístico, se han propuesto para car

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acteriza elprocesodecomprensiónli güística.Enrelaciónconlasegunda,
refireycuestional pro uestadeCroce,sgúnlapresntaciónqued él
haceManueld Montlíu,terc directordelInstiutodeFilo gía,enu a
publica ónrealizdapores centroen1926:El enguajecom fenómeno
estéico.En"Lasimulacióndelaimagen",Borgesatc lainterpetación
queDámasoAlons,integrantedlCentrodeEstudiosHistóricos,habí
establecidosbrelasSoleda esdeGóngora, utoralqued icaunalrga

i8
seri deimpugnaciones(porejmplo,"Par elcnte ariodeGóngora").
Enest contexoaprecndosrefrencias Castro:unaen"Elidoma
delosargenti os"yotraen"LaconductanovelísticadeCrvantes",enam
bosdeformarelativment irónica onrespctoasuestiloyasumétod.
Sinembargo,Borgesnocritca quílasideasdel xdirectordelInstiuto
deFilo gíasobreaspectoslingüísticosdelmundohispánico deBuenos
Aires.En"Elidomadelosargenti os",porejmplo,anotadepasdaque
"[l]aplabr 'egr io',tanpublicad porlaRevistadeOcident yaúnpor
donAméricoCastro,nosabeimpresionar os",yen"Laconductanovel
ísticadeCrvantes" cribe:"Hast donAméricoCastro(ensulibroen
caminadoaprobarqueCrvantesvi ódevrasen lsiglodiecséi yen
suatmósfera)selimta emparej loscnsejo deDonQuijoteconlosde
Isócrates"(126).
En1928,Elidomadelosargenti os btien elsgundolugaren l
PremioMunicpal,otrgadoprunjuradoqueintegran,entreotrs,dos
rep senta esdelaFcultad eFilosfíayLetras:CarmeloBnetyCori
lanoAlberin (est último,varisvecsDecanodelaFcultad eFilosfíay
Temando'Degiovan i¿VQuilermoTscanoyCjarcí Letrasyresponsabledlproyectoquel varí al fundacióndelInstiuto
deFilo gía).Lapremiacónesunapruebamásdeque,apesardeopera
des unespacion espcialzdo,laproducióndeBorgesnoesperci
bida,porparted estacdasfigurasdelavidauniversitar ,com una
irupciónpolémicaen lcampointelctual.

DespuésdeElidomadelosargenti os,lasideaslingüísticasdeBorges
aprecne unconju todetxosmarginalesquepone njuegods
estraegiasdicursiva nuevas:porunlado,Borgesmencionaporpimera
vezdeformaexplícita su adversaios;por tra,seidntifcademod cre
cient coni telctualesqueabordaneltmadela enguafueradelciruito

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universitario. La reseña que escribe del libro Idioma nacional rioplatense, de
Vicente Rossi, publicada en la revista Síntesis en 1928, es sintomática de
esta transformación.8 Su posición se constituye en dos tiempos: primero
desecha la tesis de Rossi ("confunde los estudios filológicos con la espe
ranza criolla"); luego lo reivindica frente a quienes defienden a ultranza
la norma castellana, los "casticistas". Juzgadas desde el punto de vista de
un "imparcial criterio científico", ambas posiciones son, para Borges, fal
sas; no obstante, las de Rossi, enfrentadas al "aspaviento español" o a la
19
"indignación académica", son preferibles: "Divisa por divisa, me quedo con
la de mi país y prefiero un abierto montonero de la filología como Vicente
Rossi a un virrey clandestino como lo fue D. Ricardo Monner Sans" (373).
El filólogo atacado aquí no está, sin embargo, vinculado al Instituto de
Filología: es un intelectual español de ideas normativistas que había ll
egado a fines del siglo XIX con la misión, asignada por el Estado argentino,
de renovar la enseñanza del castellano.9

Cinco años después, Borges modifica una vez más su posición. Si bien
su concepción unitaria del español se mantiene, el rechazo de la Academia
(o de quienes considera que actúan como sus voceros, tal el caso de Mon
ner Sans) se convierte en una impugnación explícita del saber detentado
por los filólogos a cargo del Instituto de Filología. En esta batalla, Borges ya
cuestiona directamente a los integrantes del campo científico para aliarse
con aquellos desplazados por las transformaciones disciplinarias inaugu
radas por la investigación universitaria. Así, es nuevamente en una reseña
a un libro de Rossi, Desagravio al lenguaje del Martín Fierro, donde Borges
establece en 1933 la única valoración negativa del Instituto anterior a su
Instiuconalizdo! filoógicay utorida iscplinar

8 Rossi es, con Costa Álvarez, el crítico más importante que tiene el Instituto de
Filología; a diferencia de Costa Álvarez, los ataques de Rossi provienen de un lugar
completamente marginal a los canales de circulación del conocimiento científico y no
generan respuesta alguna entre los responsables e integrantes del Instituto. A diferencia,
también, de Costa Álvarez, Rossi sostiene la existencia actual de un "idioma nacional
rioplatense" o "arjentino-uruguayo".

9 La valoración negativa de Monner Sans reaparece en un texto algo posterior, en el


Evaristo Carriego (1930). Allí, Borges acude reiteradamente a Rossi como cita de autori
dad, y opone su saber histórico a la ignorancia de Monner Sans: "El imperceptible Mon
ner Sans, virrey clandestino, lo hizo [al término compadrito] equivaler a matasiete,farfan
tón y perdonavidas, y demandó: ¿Por qué compadre se toma siempre aquí en la mala parte?,
investigación de que se aligeró enseguida escribiendo, con su tan envidiada ortografía,
sano gracejo, etc.: Vayan ustedes a saber" (133).

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resñade194 .Encuadrndoel nfrentamientolingüísticoentérminos
deunahistoriacolnialcifrad enlos puesto devir einatoymont era,
depnde ciayemancipación,impugna biertament losrefrentsdela
lingüística nstiucionalizdaporsucarácter eprsivo:

Remotaconsecunciadelartigusmo,la venturadeVicent Rosiydelos


filóogse unodelosmásriueñosyheroicslancesdelaIndepnde cia
deAmérica.Setra deunvisto duelo(quenoesamuert)entreunma
tre ocriol -genovésyla entaprtida epolicanos,adscriptosetaveza
20
uni stiutodeFilo gíaquedspach glosariosyconfernciasenlacle
Viamonte-antescaledlTemple,demert icaybarulerame oria.(7)

Delarefrenciahistórica,Borgespas deinmediatoal impugnaciónmet


odlógica,enu movimentodiscursivodestinadoacuestionarl autori
da delafilo gíacom discplinacientífica.Recuperandoladimensión
críticaquelasintervncionesdeRositen respctodelosfilóogse
pañoles nBuenosAires,Borgesrechaz laideadequela iteraturaguch
escaofrezcauntesimoni lngüísticodela enguadelosgauchos.Laob
jeción,en stecaso,apunta lcentromis odelaconepciónfiloógica
deMné dezPidalysu discípulos,yposiblemntealtrabjodeEleu
terioTiscornia,publicadoprelInstiutodeFilo gíaen1930,Lalengua
de"MartínFier o".Tambiéncuestionaunodesu princpiosmetodlógi
cose nciales, lquesotien quelostexoslitera ios(y,espcialment,
aquelosqueconstiuyenlatradicónlitera i nacional)ofrecnu tesi
moni privlegiado el stado eunavrieda lingüística(genralment,
laculta)enu detrminadoperíod histórico.Enotrstérminos,rechaz
TemandoDegiovan i¿yÇuilermoTscanoy(jarcia laposiblda deaplicar lMartínFier olscriteriosque,porejmplo,
habí aplicadoensulecturadelCidRamónMené dezPidal.
Enest contexo,lam la tencióntambiénelhec odeque,alcritcar
alInstiuto,Borges distancia lmis otiempodeAlons,quienu año
anteslohabí considerado"compañeroen sta preocupaciones" nsu
artículo"Elproblema rgenti odela engua",publicadoenlarevistaSur.
Enest rabjo,Alons postula existenciadeundesajute ntre lhabl
delos ectorescultosy,enparticular,delosecritores(un"castelanogen
eralcontimbrepro i"),yeldelos ectorespo ulares,"lamas decult ra
media",defctuosayalejda elanormacultacstelan.

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4

Después de trece años de no producir una reflexión larga en materia de len


guaje, Borges escribe a finales de 1941 su texto más provocador y tajante
en torno al tema: la reseña de LPLR. En este trabajo breve, aborda un libro
de una figura intelectual de talla internacional e influencia creciente, que
ha producido un texto no menos provocador y tajante. No se trata, como
se ha indicado, de un adversario nuevo: Castro era el único miembro del
21
Instituto de Filología al que Borges había criticado por su metodología de
investigación y estilo ensayístico en El idioma de los argentinos. Pero esas in
tervenciones habían escapado de cualquier controversia sobre la lengua e
historia de la Península o de la Argentina.10 En su reseña, en cambio, Borg
es ataca de forma exclusiva y detallada la obra de Castro para cuestionar,
por su intermedio, los objetivos científicos e ideológicos del Instituto de
Filología. La fecha y las circunstancias peculiares en que se produjo el libro
de Castro no son marginales a la hora de comprender la apreciación de
Borges; un punto central del ataque es precisamente la complicidad entre
metodología especializada y totalitarismo político.
A pesar de que Borges ya había ligado las actividades de los filólogos
españoles al colonialismo soterrado y a las actividades policiales, su reseña
representa una escalada crítica significativa en el conjunto de referentes con
los que hasta entonces se había asociado a los especialistas en la disciplina:
aquí Castro es ligado al nazismo. En medio de la Segunda Guerra Mundial,
Borges comienza de este modo: "La palabra problema puede ser una insi
diosa petición de principio. Hablar del problema judío es postular que los
judíos son un problema; es vaticinar (y recomendar) las persecuciones, la
Instiuconalizdo! filoógicay utorida iscplinar
expoliación, los balazos, el degüello, el estupro y la lectura de la prosa del
doctor Rosenberg" (66). De este modo, Borges asume el lugar de un intelec
tual antinazi que se ha propuesto denunciar a un liberal antifranquista al
que hace cómplice de una ideología de control, represión y subordinación
cultural enmascarada en una disciplina de pretensiones científicas.
El final de la reseña, por su parte, no es menos significativo, en tan
to indica el alejamiento de Borges del lugar desde el que había hablado

ío A diferencia de Alonso, con quien mantuvo una relación cercana y prolongada,


Borges estaba en Europa durante la primera estadía de Castro en la Argentina en 1923,
y sólo parece haberlo conocido personalmente como resultado de su breve residencia
académica en Buenos Aires en 1937.

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hast ento ces.Despuésdemásdeunadécad emante runaposicón
alternativa,peron hostil,frent alcmpodelafilo gíauniversitar ,
ocupándosefundamentalment deladefincóndeunalengualiterai,
Borgesabndo a quíesaperspectivapracentrase ncuestionespura
ment lingüísticas.Enest caso,asume lro deunescritornoespcial
izado,peroquetineunconcimentomásimparcilyprofundo elas
realid eslingüísticasqueCastro elInstiuto.AceptaeljuicodeCastro

22
(LP R12)desrunescritor"cuyoestiloescorecto",pero bservaque
elon loinhabilta"par hablrde stilística"(70).
Enest contexo,suapelacióndirecta lafiguradis ent deCosta
Álvarezcom autorida imprescindblesobre l enguaje rgenti ofrent
al posicóndeCastroimplicauna lianz toalyexplícitasinprecdents
conlos ectores xcluidosdelInstiuto.Par demostra l actiudsegad
deCastro,despuésdepresntarunejmplodelnguajepo ular gen
tinocmoevidenciadequelosepañolesnohabln"mejor",Borges
ñal que ltexoque stácitandol "registraelvocabulariojergaldeLuis
Vilamyor";indcaqueCastro,sinembargo,"ignoraest léxico,talvez
porqueloseñal ArtuoCstaÁlvarez nu libroesncial:E castelano
enlaArgenti a"(67).De s mod inscribeuncontrastedramáticoentre
ambasposiconespar eclamrelcriterio nterpetaivoyanlíticodelos
noespcialsta ydesnmascra lsoperacionesdeunadiscplinaque,a
pesardesu reclamosdeobjetivda ,resultacómpliced unaideolgíade
clars esona ciashegmónicas.
Tantolasobjecionesal utorita smodeCastrocmoasuparcilda
TemandoDegiovanti ÍXCjuilermoTscanoyQarcí eignoranciadelobjetoqueabordanopuednsepar sed lascirunstan
ciaspolíticaseinstiucionalesquehabínda o rigenaLP R.Dehc o,
laproduciónde stelibroestáestrechament ligad alexilodeCastro
arízdeladeclarcióndelaGueraCivlEspañolayelconsecuntecire
delCentrodeEstudiosHistóricos,instiuciónal quehabí pertnecido
porvarisdécads.Buscandounaví de scape,Castro egrsa Buenos
Airesbrevment en1937aimparti curso ydesarolar ctivda esde
investigaciónpatrocinadsporelEstadoargenti o.Alons,quien 1936
habí obtenido elCongresoNacionalunsubidodestinadoasolventar
las ctivda esdelInstiutodeFilo gía,pro nedstinarparted eso
fondspar contra raCstrodeabriladicembred 1937conlamisón
de"de icarseal investigaciónydehacerunseminario"centradoen"el

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castellano de Buenos Aires", cuyos resultados debían publicarse como li
bro (Archivo de la Facultad de Filosofía y Letras, Expediente B-6-2,6).
Castro, sin embargo, abandona sus tareas en octubre de ese año, cuan
do parte hacia los Estados Unidos. Dos meses después, instalado en Madi
son, Wisconsin, le pide a Alonso que "[v]ea qué cabría hacer con todo lo
acumulado ahí sobre el lenguaje de Bs As. Déle [sic] la orientación que
crea, pero habría que hacerlo; no se trata sino de marcar líneas grandes y
superar los mediocres estudios existentes" (8 de diciembre de 1937).11 Se
23
ignora por qué Alonso no se hace cargo de la continuación del proyecto.
En cualquier caso, Castro tampoco retoma las tareas hasta 1939, cuando
estaba enseñando en la Universidad de Texas, y le toca dictar un curso de
verano sobre el español de América. Sin embargo, sólo un año más tarde, y
con ocasión de haber sido invitado al Segundo Congreso de Catedráticos
de Literatura Iberoamericana en Los Ángeles (agosto de 1940), se dedi
ca a escribir sobre el tema.12 Es entonces cuando le comenta a Alonso el

carácter polémico de las ideas de su ponencia y la posible reacción adversa


que provocará. En su carta del 12 de julio de 1940 señala: "Voy a tratar de
desarrollar [en el Congreso] una idea que quizá me atraerá las iras de esas
gentes."13 En la misma carta a Alonso formula sus conceptos básicos:

11 Todas las citas a las cartas de Castro provienen del archivo de Amado Alonso, de
positado en el Centro de Documentación de la Residencia de Estudiantes, dependiente
del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (Madrid, España).
12 Estas dos circunstancias institucionales no son menores a la hora de entender
la producción del libro: trabajado en el marco de un curso de español en los Estados
Unidos, y expuesto también por primera vez en un congreso norteamericano, el libroInstiuconalizcónfiloógicay utorida iscplinar
de Castro no es ajeno al auge de la enseñanza del español en aquel país debido al cre
ciente interés en la cultura latinoamericana desde la implementación de la Política del
Buen Vecino de la administración de Franklin D. Roosevelt. En un contexto en el que los
académicos españoles temen perder un lugar central en la academia estadounidense, la
problemática de qué variedad de español debía enseñarse a los alumnos estadounidens
es surgió como una problemática central. En este sentido, muchas de las referencias de
LPLR en torno al tipo de lengua que debe privilegiarse estarán dedicadas no sólo a los
interlocutores argentinos sino también a los norteamericanos. De ahí las numerosas
aclaraciones sobre términos obvios para los argentinos que aparecen en el texto (hecho
que será objeto de burla por parte de Borges), así como la referencia final del libro a las
consecuencias que debe enfrentar un estudiante de español cuando llega a la Argentina.

13 En cartas posteriores, cuando ya está trabajando en el libro, subraya esta misma


idea: "Con ese librito se meterá la gente, pero lo que ahí se dice sobre el gauchismo, etc.,
será al fin aceptado como la verdad" (9 de enero de 1941).

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Mitesi es:laArgenti atien problemaslingüísticos[ic]quenosepre
senta en ingún[sic]otr pais[ic]deAmerica[sic]:gauchismo,in
discplinalingüistca[sic] rónica[sic],elcaos ctualetc.¿Porque?[sic]
Porque lpais[ic]fuedistnodes quenació.Careciódefuerzasguia
dorasdes elcomienzo[. ]Desprestigodetoda utorida [. ]¿Quien
[sic]podíaponerl puertas lcampo?[. ]Elexplicarlodeahi[sc]porla
abunda ciadeinmigrantesnosetine npie,des elmo entoque n
elBrasilhaytanosbachi asomas[ic]queahi[sc](enSao[sic]Paulo
p.e),ysinembargo,elportug és[ic]nohasido esborda oprlos
24 "bandeirantes" tc.,porlasmis asrazonesquenoserompiólaunida
política:l monarquíalospresrvó[. ]lavitald rioplatens -que s
evident-sirvópar ar olarcaues: lgauchajes lanz sobrelaciuda
[. ]com hoysedsbordanlas ctiudesdecad unoenlunfardo,lengua
nacional,etc.[ ]DeChileaMéjico[sic],todal vidaestuvomoldea por
ación[sic]nobilari:elRio[sic]delaP taeraunflecodelmantoregio,
entregadoacodicascomercialesyareacionesinformes.Faltronsiempre
lasenvolturasdela utenica[sic]vidahispanica[sic].

EnsulibroCastrodesar olaráprecisament esta ideas, gre andoquela


lenguapresntaenBuenosAires"rasgo de sordenyhast de squic
amiento"(10),yaque nesazonadel"x-imperio"aún osehabí inter
rumpido"elprocesode scomposicónyautofagi"(47).Lasnocines
de"desbarjuste"y"anrquía"lingüísticasonconstanes nsuensayo.
Setra ,enopinó deCastro,deunprocesohistóricodelarg dat,en l
cual inmigración orep sentamásque lútimoeslabón.Adiferncia
deAlons,quevíaen lprocesodeDgad masiv delosextranjerosla
caus inmediat delasituaciónli güísticadeBuenosAires,par Castro
TemandoDegiovan iÙ"ÇuilermoTscanoy(jarci éstaeraproductodela"indsciplna"política,socialycult ralquehabí
atrvesadolahistoriadelpaísporsiglos.
Suexplica óndelvose,unodelostemasrecur entsdel ibro,esilus
traivaen ste ntido.SegúnCastro,"enAméricaCentrale vose sresto
inco scient delpasdo;enBuenosAires, eafirmadinámicayagresiva
ment,com una ctivaresitencia"(76).Elusode ste"arciovulgar
ismo"entre"losmásditnguidos"e un"asuntocnelquenad tien
quehacerlainmigración[. ]Elsentido esmejantefnómenohayque
buscarloenhondasytemperamentalesreacioneshitóricas, ingulares
antesaorilasdelPat com losnhoydía"(31).Así,"laArgenti asigue
emper ad ensuvosplebyo"(34)yaquelopro i deBuenosAires" su
reblióncontral acióneducativa,es uengal mientoagresivocntral

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intensa acción de la cultura, prodigada por los mejores desde hace más de
medio siglo" (76).
Desde el punto de vista programático, el libro insiste en que las élites
del saber (escritores, alta prensa periódica) y el Estado deben imponer con
trol y sanciones a esa "invasión de ñoñez bárbara" (20) que tiene entre sus
defensores a ciertos autores de textos de consumo masivo (periodistas de
diarios populares, saineteros y autores de letras de tango). Al abogar por
lo que llama una "policía del idioma" fundada en "tipos literarios, en la
25
doctrina de ciertos técnicos o en el ejemplo de las clases más distinguidas"
(117), Castro pretende que "las ocurrencias disparatadas o vulgares, fruto
de estímulos caóticos e indomables, no [vayan] más allá de la puerta de
los labios" (118). La idea de que "una colectividad social carezca de frenos
e inhibiciones" (11), de que se encontrara "frente a un constante prurito
de rebeldía respecto de cualquier norma o magisterio, con desdén para su
valía y su santa eficacia" (23), supone para Castro la necesidad de reforzar
nociones de jerarquía y autoridad para encauzar ese "verdadero caos" que
es la lengua española en Buenos Aires (142).14
Las predicciones de Castro sobre la recepción del libro resultaron con
firmadas e iniciaron un debate que se extendería por veinte años. El rec
hazo de sus ideas se empezaría a observar menos de dos meses después
de que Castro regresara del congreso de Los Ángeles. El desacuerdo de
Alonso se manifiesta en un punto central: su reticencia a hacerse cargo de
la publicación del libro en Buenos Aires; el 17 de octubre de 1940 Castro
escribe: "Si V. cree que eso lo puede publicar Losada, haga el favor de pon
erme un cable [...] No quiero en modo alguno que eso se publique si le
disgusta a V." Por lo que es posible saber de las cartas de Castro, los pun Instiuconalizdo! filoógicay utorida iscplinar
tos de la objeción de Alonso derivaban de las comparaciones entre el espa
ñol de Argentina y el portugués de Brasil (donde, en opinión de Castro, el
habla de los "negros" no había escapado de los cauces de la norma de los
sectores dirigentes), así como del uso de los artículos periodísticos de Last
Reason como evidencia probatoria de su tesis (28 de febrero de 1941).

14 Aquí Castro sigue la posición establecida en "El problema argentino de la lengua"


por Alonso, para quien lo característico de la Argentina es que las clases cultas han per
dido el control de la norma lingüística. Castro, sin embargo, aborda el tema desde una
perspectiva histórica, mientras que Alonso, siguiendo más ortodoxamente a Menéndez
Pidal, entiende que el fenómeno es el mismo que permitió la romanización del latín.

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5

Apenas aparecido el libro, la prensa publica una serie de reseñas negativas.


La Prensa del 31 de agosto de 1941, por ejemplo, ataca el ensayo por su
metodología y estilo, continuando las objeciones que Borges había real
izado en 1927 con relación a otros textos de Castro, y que después reiter
aría él mismo en 1941. El reseñista anónimo indica allí que Castro "abona
sus afirmaciones" con lo que han dicho "varios escritores de brocha gorda,
26
con sueltos periodísticos en que se exalta el guirigay del arrabal y [...]
con otros materiales tan curiosos como pintorescos. Hábilmente el autor
adereza y acomoda los hechos que relata a su tesis" (8).La Prensa también
critica a Castro por el uso de anécdotas transmitidas al autor oralmente
como evidencia probatoria. Finalmente, comenta que el libro "no se re
comienda por su buen estilo, ni tampoco por el análisis que hace con tono
de reproche de algunas voces castizas que han adquirido aquí sentido pey
orativo, como si hechos análogos no se produjeran en todos los tiempos y
en todos los pueblos".15
Poco más de un mes después, el semanario antifascista Argentina Libre
publica un suelto y un artículo extenso sobre LPLR firmados por José Ga
briel el 2 y el 9 de octubre de 1941, respectivamente. Retomando explíci
tamente la crítica de La Prensa, Gabriel ataca la metodología y el estilo de
Castro, pero introduce un tema nuevo: el de la complicidad entre filología
y autoritarismo cultural, manifiesto no sólo en el libro de Castro, sino tam
bién en las publicaciones de Alonso y sus actividades al frente del Instituto.
Para destacar la conexión, Gabriel insiste en el hecho de que Castro retoma
TemandoDegiovanti ¿yÇuilermoTscanoy(jarcia
las ideas de Alonso, quien, "bajo las apariencias más científicas y más cor
teses" cree que la corrección del "plebeyismo" lingüístico podría lograrse

15 La reseña anónima de la Nación, aparecida el 14 de septiembre de 1941, centra sus


objeciones menos en las tesis lingüísticas que en la interpretación sociohistórica de la
Argentina. El "error" de Castro, que "desvirtúa grandemente la teoría general del libro
que tenemos a la vista", deriva de haber prescindido de la tradición "de nuestro patricia
do, de nuestra sensibilidad clásica" y considerar única y sesgadamente que la Argentina
está modelada por el "ímpetu de los de abajo": "toma, para juzgarnos, lo bajo de nuestro
medio, en vez de tomar lo alto". Así, cuando Castro señala la anarquía lingüística de
Buenos Aires, se equivoca al "no pensar que ese plebeyismo es el de la plebe en todas
partes y que la Argentina posee, en la realidad discreta de sus dignas reservas, un perfil
nada plebeyo, sino al contrario tan fino y señorial como el que apunta en los escritores
de la calidad de los que D. Américo Castro cita" (5).

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si "nos hiciésemos algo más dóciles a los libros y a los profesores peninsu
lares". Por lo demás, para Gabriel el autoritarismo de esta posición remite
a un fascismo soterrado: la continua referencia de Castro al efecto benéfico

de la influencia monárquica en la creación de "frenos e inhibiciones" en


otros lugares del imperio español, y la explicación del "plebeyismo" ar
gentino por el hecho de que al Rio de la Plata no llegaron las "ráfagas del
gran vendaval del imperio", representa una contradicción evidente en un
intelectual republicano que ha huido del fascismo. En este sentido, Ga
27
briel anota en su suelto que se trata de "un libro de intención orgánica an
tiamericana y, en el fondo, falangista, compartida por grupos de nuestro
país, presuntamente republicanos, que hay que desenmascarar", ya que
esas ideas constituyen el "mayor servicio" que se le puede hacer a Franco
(3). En su artículo, subraya además que esa posición representa un "falso
liberalismo [...] que debemos contrarrestar" por su "incomprensión cul
tural" y su "limitación europeísta" (9).16
Pero a pesar de las críticas negativas, Castro confiaba en que Sur, la re
vista más prestigiosa e influyente del mundo intelectual latinoamericano
del momento, respaldaría su posición: "Me escriben que Victoria [Ocam
po] y su círculo están conmigo en este caso", señala Castro a Alonso el 17
de noviembre de 1941. Pero esos reportes eran, sin duda, erróneos: casi de
inmediato, Sur se convertiría en el escenario privilegiado del debate por
parte de dos de los intelectuales más consagrados del medio porteño, mi
embros del consejo y colaboradores de la publicación: Borges y Alonso.
En principio, la reseña de Borges en Sur constituye una lectura selec
tiva de LPLR en lo que respecta a la estructura misma del libro. De hecho, el
texto de Borges pasa casi enteramente por alto los primeros tres capítulos Instiu onaliztonfiloógicay utorida iscplinar
del ensayo (de un total de seis), que contienen la explicación de las causas
históricas de largo plazo que permitirían entender el funcionamiento de

i6 El 17 de noviembre de 1941, Castro escribe a Alonso: "El canallita de Gabriel ha


escrito que mi libro es fascista, o imperialista español. Eso es lo que prueba que tengo
razón en mi explicación del vos y del gauchismo, explicación a la que no han opuesto
ninguna otra. He mandado un artículo muy correcto, pero muy claro, a La Nación [sic]".
El artículo salió finalmente en Nosotros bajo el título "Unas palabras complementarias".
En él, además de repetirlos puntos defendidos en su libro, dedicó un párrafo ala guerra
europea, pero en lugar de responder a las acusaciones de Gabriel, señaló que sus acusa
dores "debieran aprovechar tan amargo trance para licenciar la bruma de sus lugares
comunes y pensar de veras en lo que seamos y por qué lo seamos" (6).

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la enguadeBuenosAires,aícom ladilatda iscuiónyfuert cuestion
amientodelvose.Enrigor,eltrabjodeBorges centraenlasegunda
parted LP R,don eCastrosedtien enladiscuióndel spañolusado
contemporáneament enBuenosAiresydon econde a"esa criture ía
aplebyad el amdotearonacional,ydelas ecionespo ulacheras
decirtaprensa"queapela lunfardo,alco liche,al"revsado"(138),e
inclusolsdefindecom fut roidomarioplatens.

28
Aligualque lresñistadeLaPrensayArgenti aLibre,Borgesatcal
ideadeque s lenguajesapro i deBuenosAires.Tambiénsubray la
parciald ylafltadeprspectivadelanális .Señal queCastro"[a]cu
mularetazos"dePacheo,deVacreza,deLima,deLastReason,deContur
si,deEnriqueGonzále Tuñón,dePalermo,deLlanderasydeMalfti,los
copiaconi fantilgraveda yluegolsexhibeurbietorbecom ejmplos
denuestrodepravdolenguaje"(6);másadelante,apuntaqueCastroes
un"lectorinexplicabled CarlosdelaPúaydeYacré"(68).Pasndopr
alto acuestióndelosportug esimoseital nismosqueabordaLP R,
Borgesdestac,porfin,otrafltametodlógicaenlaqueincur e l ibro:
"EldoctrCastronsimputa rcaísmos.Sumétod escurios:descubre
quelaspersonasmáscultasdeSanMamed ePuga,enOrens,hanolvi
da otalocual cepióndetalocualp abr;inmediatment resulve
quelosargenti ostenmosqueolvidarl también"(68).La rbitra ieda
delmétod eCastroenrelaciónconsuideolgíacstelanocéntricase
sinteizaenlafrase:"Atac losidotismosamericanos,porquelosidot
ismosepañoles gustanmás"(68).Enmateriade stilo,porúltimo,
Temando<Degiovan ifrÇuilermoTscanoy(jarcia subray:"Enest libro,laformanodes icedlfond.Avecsel stiloes
comercial[. ¡Otras,latrivalid conti uadelpnsamienton excluye l
pintorescodislate[. ]eldoctrCastro,másversátilen ler o ,conjugal
radiotelfoníayelfútbol"(69).
UnalecturacríticadelaresñadeBorgesindcaquesu ideasnodi
fierne losutancialdelasexpresadsenLaPrensayenArgenti aLibre.
Loquedistnguesucomentarioes,dehc o,elmod enqueconstruye
suestraegia rgumentaiva:setra delamagnifcaióndelasobjeciones
tanoanivelideológico motécnio,atravésdeatribucionesfals .Así,
sólounaprted losautoresdesainets,tangosyartículosperiodísticos
asociadosalusodel unfardoquemencionaBorgesaprecnrealment
citadosporCastro:enLP Rnohayrefrenciaexplícita Contursi,Enrique

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González Tuñón, Palermo o Yacaré. El ejemplo de "las personas más cultas
de San Mamed de Puga, en Orense" (68), destinado a criticar al arcaísmo
como concepto teñido de ideología castellanocéntrica,no figura en el libro.
Tampoco se encuentra ninguna indicación de que Castro "[djesdeña
a López", ya que dedica en realidad extensas secciones a otro historiador,
Bartolomé Mitre, a quien cuestiona reiterada y severamente por el uso del
concepto de democracia para describir la situación política y social de la
Argentina posindependentista.17 Con respecto a la idea de que Castro "ven
29
era a Ricardo Rojas" (68), el hecho es que lo trata con notoria displicencia
y rechaza fuertemente sus argumentos al criticar en varias oportunidades
la consagración nacionalista de la literatura gauchesca, aspecto central
de la obra docente y de investigación de Rojas, tanto por sus consecuen
cias ideológicas como por la cuestionable validez de las comparaciones
históricas utilizadas para llevar a cabo esa operación cultural.18
Pero Borges no limita su crítica al libro de Castro. Como Gabriel en su
reseña, después de reafirmar la unidad del español rioplatense ("Salvo el
lunfardo [...] no hay jergas en el país"), Borges liga institucionalmente el
ensayo de Castro a las actividades del Instituto de Filología y cuestiona al
centro universitario por una serie de temas que, en realidad, se abordan
en LPLR:

No adolecemos de dialectos, aunque sí de institutos dialectológicos. Esas


corporaciones viven de reprobar las sucesivas jerigonzas que inventan.
Han improvisado el gauchesco, a base de Hernández; el cocoliche, a base de

17 Según Castro, Mitre "trazó correctamente las líneas del perfil colonial, aunque fiel
al culto de los oropeles abstractos, según era normal en el siglo XIX, deslizó aquí la falaz Instiuconalizcónfiloógicay utorida iscplinar
palabra democracia" (35 ), por lo cual "algunos argentinos han confundido la rebeldía y
la interbelicosidad hispanas con los credos dieciochistas de la democracia" (37). Y con
cluye: "En lugar de una auténtica democracia -fundada en trabazones jurídicas y colecti
vas-, surgió una aglomeración o concomitancia de intereses económicos, de apetencias
epicúreas o de ingenuas vanidades" (115).

18 En este sentido apunta: "La peculiaridad y lo extraño no radica en el tema gauche


sco, sino en que se tome tal forma de expresión como característica de un arte nacional"
(137). También ataca su comparación con las gestas medievales, "fruto de un estado de
civilización [...] con el cual el siglo XIX rioplatense nada en absoluto tiene que ver. Se
olvida, por otra parte, que las gestas medievales fueron escritas en el idioma más
alto posible dentro de la cultura de su medio, y no en ninguna jerga a la vez rústica y
convencional. Martín Bierro es [...] un héroe posromántico, gemebundo y sentencioso,
sin nada de aquel aire de vuelo irreal que ostentan en su estilo el Roldán o el Cid épicos"
(82).

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unpaysoquetrabjóconlosPodestá;elvsre,absed losalumnosde
cuartogrado.Psenfonógrafos;mañnatranscrib ánlavozdeCati .En
eso detrius eapoyan;esa riquezasle debmosylesdebremos".(67
68)19

Finalmente, en la desautorización de la figura de Castro como intelectual


republicano y de la filología como disciplina científicamente neutra, Borg
es también sigue la conexión ideológica marcada por Gabriel, pero acentúa
sus ideas: si Gabriel había subrayado la vinculación del modelo disciplinar
30
del Centro de Estudios Históricos y, por derivación, del Instituto, con el fa
langismo, Borges liga a Castro y al Instituto no ya con la situación política
española del momento, sino con el nazismo. La filología no aparece, en
este contexto, más que como un constructo disciplinario de derecha des
tinado a justificar un programa de control cultural que autorizaría a los
especialistas españoles supuestamente liberales a imponer y sancionar a
los hablantes que no se ajustaran a sus normas.

Las duras críticas a LPLR no generaron, sin embargo, una respuesta inme
diata por parte de Castro. Fue Alonso quien, de hecho, salió a cuestionar a
Borges en su nota "A quienes leyeron a Jorge Luis Borges en Sur, N° 86",
publicada en el número 89 de la misma revista. Sin embargo, el objetivo de
Alonso no sería defender aquí a Castro, sino refutar "el pasaje acotado" de
Borges sobre el Instituto. En verdad, Alonso no dice en ninguna instancia
que la reseña de Borges es "errónea" e "injusta" con la obra de Castro, sino
Herna docDegiovan i¿VQuilermoTscanoyQarcí
con los proyectos de investigación que él dirige en la Universidad de Bue
nos Aires. Frente a la idea de que el Instituto estudia objetos que él mismo
se ha inventado, entre ellos el lenguaje gauchesco (acusación que Borges
ya había lanzado en su reseña sobre Rossi en 1928), Alonso responde que
en el trabajo de Tiscornia sobre Martín Fierro no se sacan conclusiones so
bre el uso lingüístico a partir de fúentes literarias, sino que "se hace difer
encia entre las formas realmente campesinas y las que son debidas al po
eta. No hay en el libro de Tiscornia el menor indicio que permita atribuirle

19 En LPLR, Castro señala que al vesre lo "prefieren los escolares" (96) y que "los niños
en una cierta edad inventan diversas algarabías como mero juego" (120); sobre el cocoli
che apunta: "argot hispanoitaliano practicado a orillas del Plata por algunas clases bajas.
Esas hablas múltiples, movedizas y arbitrarias" (96).

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reprobación de la jeringoza que inventa, ni de que la invente, ni de que
la tenga por jeringoza". Al mismo tiempo, Alonso desmiente otros dos
ataques de Borges: si por un lado señala que el "Instituto no ha inventado
el cocoliche. Tampoco lo ha estudiado", por otro remarca que tampoco "ha
inventado el vesre" o "lo ha estudiado". Finalmente anota, con respecto a
Catita, un popular personaje de radio inventado por la actriz cómica Niní
Marshall, que "[e]l Instituto no posee gramófonos; probablemente no
transcribirá mañana la voz de Catita".
31
El objetivo de las puntualizaciones de Alonso es, en última instancia,
separar las ideas presentadas en el libro de Castro de las sostenidas en el
espacio institucional que dirige, tanto desde el punto de vista ideológico
como metodológico. De hecho, oponiéndose a la perspectiva de la Real
Academia y de Castro, indica que el Instituto "sí ha estudiado y sigue estu
diando el hablar de Buenos Aires y de nuestros campos, y no desde un
punto de vista académico o autoritario". Aunque el Instituto de Filología
representaba, en parte, una extensión de los postulados disciplinarios
establecidos y promovidos por el Centro de Estudios Históricos, Alonso
quiere subrayar así que la obra del Instituto se ubica dentro de un proyec
to cultural argentino que las instituciones y algunos especialistas penin
sulares desconocen. Su insistencia en referirse a "nuestro país" cuando
habla de la Argentina puede leerse como una respuesta a los presupuestos
hispanizantes de Castro así como al señalamiento de Borges respecto de
Costa Álvarez como referente "esencial" para el estudio del lenguaje argen
tino. En este sentido, Alonso remarca de manera decidida que los investi
gadores del Instituto trabajan con el propósito de "hacer lo más decente
mente posible la tarea que nos toca en la comunidad a que pertenecemos Instiuconalizcónfiloógicay utorida iscplinar

y en el suelo donde se desarrollan nuestras vidas, o sea, en nuestra patria,


si ustedes me lo permiten. Y haciéndola entre todos, no vamos a andar
debiéndonos por ello los unos a los otros" (8o).
El posicionamiento de Alonso no tendría consecuencias menores para
los objetivos políticos y lingüísticos que el Centro de Estudios Históricos,
y en particular la figura protagónica de Castro, se habían propuesto desde
comienzos de la década de 1920 con relación a América. La corresponden
cia entre Castro y Alonso muestra que la publicación de LPLR supuso un
desafío al modo en que el primero había pensado, durante más de una
década, lo que él mismo denominaba la "acción española" en el exterior

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(Degiovan iyToscanoyGarcía).En192 Castrolercuerda Alons que
éste nía"horaensu manosalgomuyimportanepar la ciónespa
ñolaenBs.Aires"(9de nerode192),yaes ideavol ería travésdelos
años.

Castrocnebía,dehc o,alosmie brosdelCentrodeEstudios


Históricoscom integrantesdeuna"famila,que so mosnostros,nos
veamos no",segúnlerfería Alons el9deabrilde1934.Ladispersión
de safmilapor azonesprofesionalesoplíticas-loqueCastrolamba
32
la"diásporahispánica"(24defbre ode1934)-nodebíaconducir,par
él,aunafracturadiscplinari.Eltrabjocnju toen lCentrodeEstudios
Históricosaprec larment ensu cartscom realid perdi a:"Esta
mostanlejosunosdeotrs, inposiblda derconstrui elgrupoideal
deantño",dicenostálgicament CastroaAlons el30demayode194.
Perotambiénconstiuyeunideal defnder: nsuopinó ,los azosde
esafmilaintelctualdebíansermante idosatodacosta,enparticular
frent asu detractores:"Nofaltría[sic]más inoque nextrañopudies
pertu barl pazdeunafmila,que so mosnostros"(9deabrilde
1934)
Perolapublica óndeLP Rpondría pruebaes ideal.Yaensucart
del7deoctubred 1940,escritaenvistadeloscuestionamientosinciales
asulibro,Castroes nfático nrespctoalmod enquelosdosantiguos
mie brosdelCentrodeEstudiosHistóricosdebíanmanejarl cuestión
delasdivergncias nternas, ícom al coherncia"política"que lIn
stiutodebíamante ralo argodelosaños:
TemandoDegiovan i&CjuilermoTscanoy(jarcia
Miexplica ónsumari enlacrtaquel envié[antesdelCongresodeLos
Ángels]eratelgráficaypudoparecrle oquel haprecidoen fecto.
Contod,com laobjetivda fuesimpreminorte,dígame[sic] on
clarida loquepinsa.Yocreoque sbueno cruzarnuestrosfuegos,y
seguirlapolíticaquecreohaberinaug radoahí[BuenosAires]decritcar
losabsurdosde s medio,alenta doal vezalosque nliteraturaocien
ciahgan lgocnstructivo,cnproba ilda deromperundíal coraz
deguarnguería[. ]Mas iaV.noleconvien patrocinares foleto,díg
amelo[sic].Mi mpresiónesquealíseolvidatod enseguida,yquehay
quedargolpesalomis o.

Estediscurso brelaunida dela"política"inaug rad porCastro e


surge nmarzode1942,casiunañodespuésdelapublica óndeLP R,
mo entoenqueAlons estápor egrsar BuenosAiresdes losE

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tados Unidos después de una estadía como profesor visitante, y Castro
le recrimina su reticencia y aislamiento, poniendo como justificación del
hecho la discrepancia sobre las ideas del libro de 1941. En una carta fecha
da 6 de marzo de 1942, después de un encuentro en Nueva York, Castro
da entender a Alonso que, si bien éste le había manifestado su desacuerdo
con relación a ciertos temas tratados en el ensayo, esto no debía ser motivo
para generar una ruptura entre ellos. Es entonces cuando Castro sugiere,
con un tono de fuerte resentimiento, que la posición de Alonso equivale
33
a una traición a la ideología de la hispanidad a favor del nacionalismo ar
gentino. El uso de una referencia a un hecho contemporáneo, la campaña
en la Península Batán en las Filipinas (que supuso la ocupación japonesa
de un estado libre asociado de los Estados Unidos) otorga fuertes resonan
cias militares y defensivas a las palabras de Castro, que piensa en la alianza
entre los filólogos españoles desde el punto de vista de la constitución de
un frente de batalla:

Me está pareciendo que piensa V. marcharse sin decir "good bye", y por
más que busco, no acierto cuál pueda ser la causa de su actitud. Si hay
algo entre V. y yo que yo no sospeche, creo que hace V. mal en marcharse
sin decirlo, porque esas cosas no se arreglan por correo. El que V. opine
del "vos" y de la Argentina de un modo y yo de otro, no me parece que sea
motivo para serios enojos, porque lo mismo pudiera enojarme yo, y no
se me ocurre hacerlo. Lo he notado a V. violento y forzado en N. York, no
obstante haber derrochado amistad y cordialidad con V. [... ]

Ni una palabra me ha dicho V. de solidaridad amistosa, ni de condenación


contra la serie de indecencias escritas contra mí [...] Creí que todos guer
reábamos dentro de la misma Batan Peninsula [sic], y me doy cuenta de
Instiuconalizcónfiloógicay utorida iscplinar
que no [...]

A mí me interesa la hispanidad, como valor eterno, trágico y supranacional,


y V. por lo visto, está lanzado en la vía de la argentinidad ultra argentina.
(6 de marzo de 1942)20

20 La correspondencia que sigue a esta carta muestra que la disputa trajo consigo una
ruptura personal y académica entre ambos filólogos que nunca logró recomponerse del
todo. Asi, por ejemplo, el 15 de octubre de 1945, Castro le dice nuevamente a Alonso que
no quiere "cultivar disensiones inútiles, teniendo que trabajar todos por la misma causa"
y el 18 de diciembre de 1946, con relación al nombramiento de Alonso en Harvard, le re
crimina que, a pesar de haberlo ayudado en las etapas iniciales del proceso, "sin reserva
alguna, por pensar que estábamos en familia", se había enterado de que Alonso había

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Aunq e simposibleconfirmarlo,proba lemntelarecpiónaltment
negativadel ibrodeCastrohabí dañdoenalgunamedi aelprestigo
personaleinstiucionaldeAlons com responsabledlInstiutode
Filo gía.Apesardetod,pued pensarequeAlons emantuvofiela
nivelpúblicoalsideasdeCastro,yaqueapesardesudesacuerdocn
lasformulacionesdeltxo,seabstuvoderalizrotrasdeclarciones
adversa obre lconflictodesatdoprlapublica óndeLP R,ajustán
dosed es mod al cuerdo econvi enciapromvidoprCastropar la
34
"diásporahispánica"ymante indosu acusacionesydisputasfamilares
"puertas dentro".
En1942,Alons escribeunaresñadeLP Rpar laRevistadeFilo gía
Hispánica,publicad porelInstiutodeFilo gía.Alons recogela"cogi
da epuraditrba"(390)quehacosechadoel ibrodeCastroybusca
responderubicandoelcntrodelproblemaenu plano técniosino
afectivo.Así,coned queLP Rpued serobjetableds e lpuntodevista
delaconepciónhistóricaquepresnta,desuvaloracióndelosfenóme
noslingüísticosyhast delconcimentoquesua tortien delarealid
argenti a;sinembargo,lamentaque"algunoscomentarista rgenti os
hayntomadoest libromerament com unaexpresiónde safectoy
haynreplicadocne conadosatquespersonales".Frent aesta posi
ciones, grimeunú icoargumento:"Elsincerointerésyeldseodeayu
dar mejora lscosa esloquel ha echo[aCstro]trazrsucroquisde
lahistoria rgenti aconlas íneasdesut rbulentavitald ,ycarg de
tinasnegrasl pinturadelhablr ioplatens"(389).
TemandoDegiovan i&CjuilermoTscanoy(garcí

Peroel anzmientodeLP Rnosólotuvoreprcusiones nladefincón


delasrelacionespersonales ntrelosintelctualesinvolucradosenla
polémica:eldbatepúblicoquesiguótambiénafectóelfut rodelos
pro istexosenqueorignalment secomunicaronlasideas.Enefcto,
tanolaresñadeBorgescom el nsayodeCastroseríanrescritosen
losaños iguentsaprti delasobjecionesplanteadsen ltranscurso
del iálog crítico.Despuésdehaberincluido"Las larmasdel octr

finalment "areglandosuida esauniversida sindecir[le]unaplabr"(18de ic


ciiiuic uc xyzjuy.

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Américo Castro" en Otras inquisiciones (1952), dándole a la reseña el cono
cido título, en 1974 Borges la publica en sus Obras completas con una mod
ificación significativa: suprimió dos frases ("Poseen fonógrafos; mañana
transcribirán la voz de Catita"), relacionadas directamente con las puntu
alizaciones de la nota de Alonso en Sur. En este sentido, si bien Borges
no se retractó de todas las observaciones de Alonso, puede decirse que
tampoco fue absolutamente impermeable a sus críticas. Al eliminar esas
frases, Borges suprimió de hecho las únicas referencias que no encontra
35
ban correspondencia con los temas de investigación del Instituto o con el
texto mismo de la LPLR.

Castro, por su lado, tampoco pasó completamente por alto las críti
cas negativas que había recibido su libro. Sin embargo, los numerosos
cambios que introdujo en la segunda edición de LPLR, de i960, y a la que
calificó de "muy renovada", apenas si obedecieron a los cuestionamientos
realizados por Borges. De hecho, gran parte de las correcciones, adiciones y
supresiones de la edición de i960 no responden a la controversia de 1941,
sino a las ideas desarrolladas por Castro a partir de España en su historia
(1948). En la segunda edición de LPLR, esta perspectiva es visible en las
largas secciones agregadas al texto en torno al funcionamiento del impe
rio español y el rol de la "casta hispano-hebrea". Por su parte, Castro dejó
virtualmente intactas las consideraciones sobre la historia argentina, las
disquisiciones y ataques en torno al "gauchismo" y al "lunfardismo", así
como la discusión y condena del voseo argentino (sólo eliminó los pár
rafos sobre su funcionamiento en Montevideo). De hecho, la más drástica
supresión corresponde a las cuatro páginas dedicadas a la gramática de
Alonso y Pedro Henriquez Ureñay su impacto en reforma de los planes de inst uionaliztonfiloógicay utorida iscplinar
estudio en la década de 1930.
En lo que respecta a Borges, la única crítica puntual que parece hab
erle interesado es la relacionada con un pasaje sobre Benito Lynch. Borges
había apuntado: "en la [página] 87, [Castro] se jacta de haber descifrado
un diálogo campero de Lynch 'en el cual los personajes usan los medios
más bárbaros de expresión, que sólo comprendemos enteramente los
familiarizados con las jergas rioplatenses'. Las jergas -se pluriel es bien
singulier [sic]" (67). En i960 Castro suprimió esa cita y el ejemplo que le
seguía, no tanto para atender al comentario de la multiplicidad de jergas
de Buenos Aires sino a la idea de la dificultad aparente de ese pasaje (muy

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transparent enrealid );conesta chadura,porl demás,Castrotam
biénlimtab sucríticadelosautorescultosque tilzabnelmentosdia
lectales,cone trandoexclusivament suatque nlosecritoresdelos
ciruitos eatrles,musicalesyperiodísticosdealcnemasivo.21
Ensentidomásamplio,y anosólorespondiendoaBorges inoals
críticasgenralizdasentorn al conexióne tre studioslingüísticose
ideolgías utorita s,Castro econcióque ranecsario econsidera el
mod enques habínmanejadohast ento cesla relacionescult rales
36
entreEspañ yAmérica:"Estamosnecsitadosde jmplarida es,node
ambiconespanhispánicas.Recuérdes concuántadocilda serinderon
todsal exclenciapoéticadeRubénDarío,enu mo entoenque
la'madrepatri',fueradeBécquer,poc teníaqueofrecrcom poesía".
Sinembargo,desligarí alCentrodeEstudiosHistóricosyalInstiuto
deFilo gíade saresponsabilda , lapuntar"que ragravelarespon
sabilda delaAcademiaEspañolapornohaberpodi oysabido frecr
almundo elnguacstelan unDic onario esptable"(1).Apesarde
esta consideraciones,notriasen lcontexodelaEspañ franquistaenla
ques reditóel nsayo,enlaversióndei960noseobserva,sinembargo,
ni gúncambiosgnifcativoquerflej directament lospostuladosdel
prólog,yaque ltexodei960nointroducemodifcaionesdeni gún
tipoenlas ecionesde icadsal política mperialespañolaenrelación
alscolniasnial evolucióncult ral rgenti a.

TemandoDegiovan i¿VCjuilermoTscanoy(jarci
LacontroversiaentreBorgesyCastron acbarí,sinembargo,cnlare
visóndesu respctivostexos.SegúnBorges, lútimoepisodi desu
intercambioseprodujoenlaUniversida dePrinceton,cuandoCastroera
profesoralí.Enu adesu entrevista conFerna doSrenti o,serfiró
a su encuentro en estos términos:

21 Si Castro desoyó todas las objeciones metodológicas de Borges atendió, por con
traste, el comentario de La Prensa sobre la utilización de una "cita de segunda mano,
que peca de superficial y ligera" como elemento probatorio de su tesis. En la segunda
edición, Castro eliminó el párrafo: "Fernández Moreno [uno de los más notados poetas
argentinos, aclaro yo] me cuenta la estupefacción que causó en una tertulia de gente
acomodada la palabra vehemente que él empleó" (10). Por su parte, decidió ignorar todos
los cuestionamientos de José Gabriel.

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Él se acercó a mí, cada uno insistió en que el otro tenía razón, y yo le dije:
"Usted tenía razón: sus argumentos eran falsos pero proféticos. Ese culto
de lo criminal, de lo vulgar, todo eso culminó después en el peronismo.
Usted lo sintió entonces, cuando nosotros no lo sentíamos y fuimos hasta
cómplices de todo eso. Sus argumentos, desde luego, eran falsos, porque,
para estudiar el modo de hablar de un país, es mejor fijarse en cómo habla
la gente y no en cómo hablan los personajes de los saínetes, que son un
género humorístico, un género paródico... " (Siete conversaciones, 27)

Es imposible saber hasta qué punto la versión de Borges corresponde a lo 37

acontecido en Estados Unidos porque no queda otro testimonio del en


cuentro. En todo caso, más importante que investigar la exactitud de lo
sucedido es relevante subrayar aquí la necesidad por parte de Borges de
reconocer el carácter "premonitorio" del libro, basado en su lectura de la
sección histórica. Sin embargo, realizar esta puntualización no implica, en
el caso de Borges, modificar sus ideas originales, sino extrapolar los pos
tulados implícitos en el texto de Castro. Como en 1941, Borges critica una
vez más en su entrevista la metodología filológica y en ningún momento
cuestiona puntualmente la visión de Castro en lo que respecta a la histo
ria imperial española o a la historia argentina: se limita a subrayar aquí la
proyección de LPLR para la lectura de un período político posterior al de su
escritura. Con respecto a Rosas, punto de referencia implícito en el comen
tario en torno al peronismo, vale recalcar que Borges había señalado la
fundamental incomprensión de Castro de esta figura: "piensa que Rosas
fue un caudillo de montoneras, un hombre a lo Ramírez o a lo Artigas, y
ridiculamente lo llama 'centauro máximo'. (Con mejor estilo y juicio más
lúcido, Groussac prefirió la definición: 'miliciano de retaguardia')" (68).22
Instiuconalizcónfiloógicay utorida iscplinar

22 Comentando esta entrevista, Antonio Gómez López-Quiñones ha señalado que las


últimas palabras de Borges sobre la larga controversia constituyen un cambio sustancial
con respecto a las ideas de su reseña de 1941, ya que, en su opinión, Borges mantiene
"una doble conversación": la primera "tiene como eje el hispanismo y, en este tema,
Borges tiene como adversario a Castro y la filología española"; la segunda, en cambio,
"se centra en la política argentina y, en este contexto, Borges y Castro comparten más
de lo que les separa" (169). Por otro lado, López Quiñones escribe que la idea de "pro
fecía", tal como aparece en el prólogo de la segunda edición de LPLR "parece referirse a la
conversación en Princeton" (171). En dos oportunidades, la versión de LPLR señala, sin
embargo, que esta opinión le fue referida a Castro por "personas que no había conocido
antes" (9), en su última visita a Buenos Aires, ocurrida en 1946: "Quienes en 1946 me
decían amablemente en Buenos Aires que este mi librito había sido profético, percibían
nítidamente el trazo que ligaba al gauchaje, a Rosas y a Perón" (18).

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Ensentidoestrico,lavirtud el ibrodeCastrosería,praBorges,hab
ercitcadola egitmacióndelapolíticaylacult rademas ,hec oque
Castrocnde arí aúnconmásénfasi despuésdelaposguera:eni960
señal que scribe lprólog al nuevaedicóndeLP Rdes unEstados
Unidosdominadoprlatelvisón,elcineylatecnifcaión:"Latend
cia crea unasocieda sindistncióndeclase angostacda í másla
distanciayreducelasdifernciasjeráquicas,entreloquedbieraestar
ribayloque,d hec o,se ncuentramuyabjo"(19).Así,enlavloración
38
queCastrointroducealvo erapresntarsulibro,hace vident sualej
mientorespctodeltmadela"peculiarda lingüísticarioplatens":las
clavesdesuintervnciónyanose ncuentrane lter nofiloógico
lingüísticosinoen lestablecimentodeunaperspectivapolíticaelitsa
frent al socieda contemporánea.Esen stegstocnservadorque
pued enco trase,finalment,lac vedlacuerdoqueBorgesdeclar
más de veinticinco años de su violenta reseña.

Temando Degiovanni
Wesleyan University

(juillermo Toscano y (jarcia


Universidad de Buenos Aires

TemandoDegiovan i¿VCjuilermoTscanoyÇarci

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OBRAS CITADAS

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sis 23 (1929): 125-41.

---. "Sobre el difunto Costa Álvarez". Síntesis 26 (1929): 175-78.

—. "El problema argentino de la lengua". Sur 6 (1932): 124-78.

—. "A quienes leyeron a Jorge Luis Borges, en Sur, N° 86". Sur 89 (1942):
39
79-81.

—. "Américo Castro: La peculiaridad lingüística rioplatensey su sentido


histórico". Revista de Filología Hispánica 4 (1942): 388-90.

"Américo Castro: La peculiaridad lingüística rioplatensey su sentido histórico".


La Nación 14 de septiembre de 1941: 5.

"Américo Castro: La peculiaridad lingüística rioplatensey su sentido histórico.


La Prensa 31 de agosto de 1941:8.

Archivo de la Facultad de Filosofía y Letras, Expediente B-6-2,6,1936.

Bordelois, Ivonne y Ángela Di Tullio. "El idioma de los argentinos: cultura


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Borges, Jorge Luis. "A quien leyere" [1923]. Textos recobrados 1919-1929.
Buenos Aires: Emecé, 1997.162-164.

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Emecé, 1997.219-220.
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—. "Sobre el meridiano de una gaceta". Martín Fierro 42 (1927): 7.

—. "¿Llegaremos a tener un idioma propio? Contesta Jorge Luis Borges".


Crítica 19 de junio de 1927:3.

—. "El idioma de los argentinos". La Prensa 24 de septiembre de 1927:21.

—. El idioma de los argentinos. Buenos Aires: M. Gleizer Editor, 1928.

—. "Vicente Rossi: Idioma nacional rioplatense" [1928]. Textos recobrados


1919-1929. Buenos Aires: Emecé, 1997.373-74.

—. Evaristo Carriego [1930]. Obras completas. Buenos Aires: Emecé, 1974.

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"Vicent Rosi:Desagrvioal enguajedlMartínFier o".Crítica:Revista
Multicolrdelos ábadosxi(193):7.

—."AméricoCastro:lapeculiarda lingüísticarioplatensysu entido


histórico".Sur86(194):6-70.

"Las larmasdel octrAméricoCastro".Obrascompletas.Buenos


Aires:Emecé,1974.653-7.

"Borges olictaingresar laFcultad eFilosfíayLetrasdelaUBAen


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Gabriel, José. "Un libro peligroso". Argentina Libre. 2 de octubre de 1941:3.


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Homais, Monsieur. "Notas del Concurso Nacional" [1924]. Revista Martín
Fierro 1924-1927. Edición facsimüar. Buenos Aires: Fondo Nacional de
las Artes, 1995.14.

Instituto de Filología. Discursos pronunciados por el Decano don Ricardo


Rojas y por el Profesor don Américo Castro en el acto inaugural realizado
el día 6 de junio de 1923. Buenos Aires: Facultad de Filosofía y Letras,
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41
Narvaja de Arnoux, Elvira y Roberto Bein. "Posiciones de Jorge Luis
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