Propela
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Propela
PROPELA
PropelaLa noción de propela proviene del vocablo inglés propeller. El término se emplea en varios
países latinoamericanos para nombrar a la hélice que forma parte del motor de un barco o de una
aeronave.
Para saber qué es una propela, por lo tanto, hay que centrarse en la idea de hélice. Así se llama al
grupo de aletas o palas que giran en torno a un eje y que, con su funcionamiento, posibilitan la
propulsión de una embarcación o de un avión.
Las aletas de las propelas disponen de forma curva, aunque hay ciertas diferencias entre las
distancias que existen al comienzo y al final de la pala. Este diseño hace que, al girar, se registre
también una discrepancia de velocidad entre el fluido (el aire o el agua) de cada cara y, por lo
tanto, distintas presiones. Así surge una fuerza que es perpendicular al plano de rotación y que
sirve para propulsar al vehículo.
Dicho esto, debemos hacer un especial énfasis en la importancia de la rotación y las curvas de las
propelas a la hora de generar el movimiento del vehículo. Si se diseñaran con ángulos de noventa
grados en todos sus vértices con respecto al eje longitudinal de este último, su rotación no
generaría los mismos resultados en absoluto, de manera que no serviría para la propulsión de una
nave.
Es importante mencionar que las primeras propelas como herramientas de propulsión surgieron
varios siglos antes de Cristo. Con el tiempo se fueron optimizando las características del eje y de
las palas, teniendo en cuenta los rasgos de las naves.
PropelaPara ser más precisos, existen evidencias de que la propela ya había sido creada alrededor
del siglo V antes de Cristo, aunque en aquella época tan remota la forma de la propela se
asemejaba más a la de un tornillo que a la de una paleta. Otra de las diferencias es que entonces
se usaban para mover o levantar agua.
Fue recién en el siglo XVIII que la propela comenzó a usarse para la propulsión de naves, en gran
parte gracias a las pruebas impulsadas por el físico y matemático suizo Daniel Bernoulli. Las
primeras pruebas incluyeron la colocación de paletas con una rotación de sesenta grados; su
forma era mucho más uniforme de extremo a extremo que las propelas actuales, y esto ofrecía un
rendimiento menor porque hacía que el sistema no pudiera generar tanta fuerza.
Precisamente, los esfuerzos que se generan en cada parte de la propela fueron explorados en el
año 1878 por el ingeniero hidráulico inglés William Froude con su teoría de los elementos del aspa.
Gracias a esta serie de descubrimientos y estudios se abrieron las puertas al diseño de varios tipos
de propelas para su uso en el ámbito marítimo.
Entre los cambios que se pueden apreciar a lo largo de la evolución de la propela desde sus
primeras formas hasta la actualidad podemos destacar también los diferentes materiales que se
han usado, ya que algunos de ellos no se habían desarrollado hace varios siglos. En la actualidad se
priorizan el bronce (especialmente en sus aleaciones manganeso, aqualloy y alumínico), además
del acero inoxidable, gracias a que son muy resistentes a la corrosión.