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Esto Es Todo-M. Duras

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ESTO ES TODO

Marguerite Duras

Para Yann.
Nunca se sabe, con antelación,
lo que se escribe.
No tardes mucho en pensar en mí.

Para Yann mi amante de la noche.

Firmado: Marguerite,
la amante de este amante adorado,
20 de noviembre de 1994, París, calle Saint-Benoît.

21 de noviembre, mediodía, calle Saint-Benoît.

Y.A.:¿Qué dirías de tu misma?


M.D.: Duras.
Y.A.:¿Qué dirías de mí?
M.D.: Indescifrable.

Más tarde, el mismo mediodía

A veces estoy vacía durante mucho tiempo.


Existo sin identidad.
Primero da miedo. Y después experimenta un movimiento de
alegría. Y después se para.
La felicidad es lo mismo que decir un poco muerta.
Un poco ausente del lugar donde hablo.

Más tarde, todavía

Es un asunto de tiempo. Haré un libro.


Querría hacerlo, pero no es seguro que escriba ese libro.
Es aleatorio.

22 de noviembre, mediodía, calle Saint-Benoît.

Y.A.: ¿Tienes miedo a la muerte?


M.D.: No sé. No sé responder. Desde que he llegado al mar ya no sé nada.
Y.A.: ¿Y conmigo?
M.D.: Antes y ahora existe el amor entre tú y yo. La muerte
y el amor. Será lo que tú quieras, lo que tú seas.
Y.A.: ¿Cómo te definirías?
M.D.: No existo, como en este momento: no se qué
escribir.
Y.A.: ¿Por encima de cualquier otro, tu libro predilecto?
M.D.: La presa, la infancia.

Y.A.: ¿Irás al paraíso?


M.D.: No. Eso me hace reír.
Y.A.: ¿Por qué?
M.D.: No sé. No creo en él.
Y.A.: Y después de la muerte, ¿qué queda?
M.D.: Nada. Salvo los vivos que se sonríen y recuerdan.
Y.A.: ¿Quién se acordará de ti?
M.D.: Los lectores jóvenes. Los párvulos.

Y.A.: ¿Qué te preocupa?


M.D.: Escribir. Una ocupación trágica, es decir, vinculada
con el discurrir de la vida. Estoy dentro sin esfuerzo.

Más tarde, el mismo mediodía

Y.A.: ¿Tienes un título para el próximo libro?


M.D.: Sí. El libro condenado a desaparecer.

23 de noviembre en París, tres de la tarde.

Quiero hablar de alguien.


De un hombre que, a lo sumo, tiene veinticinco años.
Es un hombre muy hermoso que quiere morir antes de haber
sido seducido por la muerte.
Lo amas.
Más que eso.

La belleza de sus manos, eso es, sí.


Sus manos que avanzan con la colina -convertida en imagen
distinta, clara, tan luminosa como la magia de un niño-.
Lo beso.
Lo espero como espero a quien destruirá esta magia deshecha,
dulce y todavía cálida.
Que entera te di, con todo mi cuerpo, esta magia.

Más tarde durante el mismo mediodía

He querido decirte
que te amaba.
Gritarlo.
Eso es todo.
Calle Saint-Benoît, domingo 27 de noviembre.

Estar juntos es el amor,


la muerte, la palabra, dormir.

Más tarde, ese domingo.

Y.A.: ¿Qué dirías de ti misma?


M.D.: Ya no sé muy bien quién soy.
Estoy con mi amante.
El nombre, no sé.
Eso da igual.
Estar juntos como con un amante.
Hubiera querido que esto me sucediera.
Estar junto a un amante.

Silencio, y después.

Y.A.: Escribir, ¿para qué sirve?


M.D.: Es callarse y hablar a la vez. Escribir. Algunas veces esto
también significa cantar.
Y.A.: ¿Bailar?
M.D.: Bailar es un estado del individuo.
Siempre me ha gustado mucho bailar
Y.A.: ¿Por qué?
M.D.: Todavía no lo sé.

Silencio, y después.

Y.A.: ¿Estás bien dotada?


M.D.: Sí. Creo que sí.

Escribir está muy cerca del ritmo de la palabra.

Lunes 28 de noviembre, tres de la tarde, calle Saint-Benoît.

Hay que hablar del hombre de La enfermedad de la muerte.


¿Quién es?
¿Cómo ha llegado hasta ese punto?
Escribir sobre la carencia, a partir de la carencia humana.

Otro día.

No ha vuelto a aparecer por la habitación.


Nunca.
Era inútil esperar su canto, unas veces risueño, a veces triste, a veces
taciturno.
De un vuelo, se ha vuelto a convertir en el pájaro que yo había conocido
en los campos.
Más tarde, ese mismo otro día.

Decir a Yann que, aunque no sea él quien escribe las cartas,


podrá firmar la última. Esto me causará placer.
Firmado: Duras.

Más tarde todavía

El nombre chino de mi amante.


Nunca le he hablado en su idioma.

Otro día, calle Saint-Benoît.

Para Yann.
Para nada.
El cielo está vacío.
Hace años que amo a este hombre.
Un hombre que todavía no he nombrado.
Un hombre al que amo.
Un hombre que me abandonará.
Lo demás, lo que está delante y detrás de mí, antes y después de mí, todo eso
me da igual.
Te amo.

Tú ya no puedes pronunciar el nombre que llevo y que me


han puesto los padres.
Amantes desconocidos.
Dejemos hacer si quieres.
Todavía quedan algunos días de espera.
Me preguntas espera de qué, respondo: no sé.
Esperar.
En el devenir del viento.
Quizá te escriba otra vez mañana.

Se puede vivir de eso.


Llorar y reír después.
Hablo del tiempo que brota de la tierra.
Ya no queda aliento.
Es necesario que deje de hablar.

Más tarde

Diferentes ocupaciones que me tientan de vez en cuando, por


ejemplo la muerte de este muchacho. Ya no sé cómo se llama,
cómo llamarlo.
Literalmente su insignificancia es grande.

Silencio, y después
Ya no tengo ninguna noción sobre lo que creía saber o esperar
volver a ver.

Ya está, esto es todo.

Silencio, y después

El comienzo del fin de este amor efectivamente espantoso,


con la nostalgia de todas las horas.
Y después ha sobrevenido la hora que ha seguido,
incomprensiblemente, saliendo del fondo del tiempo.
Hora horrible.
Soberbia y horrible.
Sólo he conseguido no matarme
representándome la idea de su muerte.
De su muerte y de su vida.

Silencio, y después

No he expuesto lo vital de su persona, su alma, sus pies, sus manos, su risa.


Lo vital para mí es abandonar su mirada cuando está solo.
Cuando él está en el desorden del pensamiento.
Es hermoso. Es difícil de saber.
Si empiezo a hablar de él, ya no me detengo.
Mi vida es como incierta, más incierta, sí, que la suya propia
delante de mí.

Silencio, y después

Quisiera continuar divagando como lo hacía algunos mediodías


de aquél verano.
Ya no le encuentro gusto y
tampoco tengo coraje para hacerlo.

14 de octubre de 1994

14 de octubre de 1994. En este caso, el título sólo tiene significado para el


autor.
Entonces, el título no quiere decir nada.
El título también espera eso: un título.
Un cimiento.
Estoy al borde de la fecha fatal.
Esa fecha es NINGUNA.
No obstante, la fecha está inscrita
en papel rubio.
Ha sido inscrita por una cabeza rubia de hombre.
Una cabeza de niño.
En esto creo: creo por encima de mí lo que ha sido escrito
paralelamente sobre esa cabeza de niño.
Es LO QUE QUEDA de lo escrito. Es un sentido de lo escrito.
Es también el olor de un amor que pasaba por allá, por el niño.
Un amor sin derrotero que había olfateado la carne de un niño
que se moría por leer lo desconocido del deseo.
El todo se desvanecerá cuando se borre el texto de la lectura.

15 de octubre

Estoy en contacto conmigo misma


en una libertad que coincide
conmigo.

Silencio, y después

Nunca he tenido un modelo.


Desobedecía obedeciendo.
Cuando escribo, es la misma locura que cuando vivo.
Me reúno con masas de piedras cuando escribo. Las piedras de La Presa.

Sábado 10 de diciembre, tres de la tarde, calle Saint-Benoît.

Te encaminas directamente a la soledad.


Yo, no. Tengo libros.

Silencio, y después.

Me siento perdida.
Muerte es equivalente.
Es terrorífico.
Ya no me dan ganas de esforzarme.
No pienso en nadie.
Se ha terminado lo que queda.
Tú también.
Estoy sola.

Silencio, y después

Lo que vives ya no es
la desgracia, es la desesperación.

Silencio, y después

Y.A.: ¿Quién eres?


M.D.: Duras, eso es todo.
Y.A.: ¿Qué hace Duras?
M.D.: Hace literatura.

Silencio, y después

Encontrar qué escribir todavía.


París, 25 de diciembre de 1994

La lluvia de los niños


dio de lleno en el sol. Con la felicidad.
He ido a ver.
Después ha sido necesario explicarles que era normal. Desde hace siglos.
Porque lo niños no entendían, todavía no podían entender
la inteligencia de los Dioses.
Después ha sido necesario continuar
caminando por el bosque. Y cantar
con los adultos, los perros,
los gatos.

París, 28 de diciembre

Una carta para mí.


Bastaría con cambiar
o abandonar sin convertirse en algo.
La carta.

31 de diciembre

Felíz Año Nuevo a Yann Andréa.


Tus cartas breves me aburren.

3 de enero, calle Saint-Benoît

Yann, todavía estoy allá.


Debo irme.
Ya no sé dónde meterme.
Te escribo como si te llamara.
Quizá puedas verme.
Sé que esto no servirá de nada

6 de enero

Yann.
Espero verte al caer la tarde.
Con todo mi corazón.
Con todo mi corazón.

10 de febrero

Una inteligencia que va hacia sí misma.


Como evadida.
Cuando alguien dice la palabra escritor a Duras,
esto resulta una carga doble.
Soy una escritora salvaje e inesperada.
Más tarde todavía

Vanidad de vanidades.
Todo es vanidad y persecución del viento.
En esas dos frases está cifrada toda la literatura de la tierra.
Vanidad de vanidades, sí.
Esas dos frases por sí solas
abren el mundo: las cosas,
los vientos, los gritos de los niños, el sol muerto durante esos gritos.
Que el mundo se precipite a la ruina.
Vanidad de vanidades.
Todo es vanidad y persecución del viento.

3 de marzo

Yo soy la persecución del viento.

Silencio, y después

Hay papeles que debo ordenar a la sombra de mi inteligencia.


Lo que hago es indeleble.

Sábado 25 de marzo

Me apena que las décadas huyan. Pero al menos estoy al otro lado del mundo.
Es tan duro morir.
En un determinado momento de la vida, las cosas han terminado.
Lo siento así: las cosas han terminado.
Así es.

Silencio, y después

Te amaré hasta mi muerte.


Intentaré no morir demasiado pronto.
Esto es todo lo que tengo que hacer.

Silencio, y después

Yann, ¿no te sientes un poco la pechina de Duras?

Viernes santo

Tómame en tus lágrimas, en tus risas,


en tus llantos.

Sábado santo

En lo que voy a convertirme.


Tengo miedo.
Ven.
Ven conmigo.
Pronto, ven.

Más tarde todavía

Vamos a ver el horror, la muerte.

Más tarde todavía

Ven a mi rostro, conmigo.


Pronto, ven.

Silencio, y después

Te amo demasiado.
Ya no sé escribir.

El amor excesivo entre nosotros, hasta el horror.

Silencio, y después

No sé adónde voy.
Tengo miedo.
Emprendamos juntos la ruta.
Ven pronto.
Te enviaré cartas.
Esto es todo.
Escribir da miedo.
Hay cosas que me asustan.

Domingo 9 de abril. Les Rameaux.

Los dos somos inocentes.

Silencio, y después

Ahora llevo una vida mediocre.


Pobre.
Me he vuelto pobre.
Voy a escribir un texto nuevo.
Sin hombre. Ya no habrá nada.
Yo soy casi nada.
Ya no veo nada.
Todavía existe el todo, durante mucho tiempo, antes de la muerte.

Más tarde

No hay último beso.


Más tarde todavía

No te preocupes por la pasta.


Esto es todo.
No tengo nada más que decir.
Ni siquiera una palabra.
Nada que decir.
Caminemos cien metros por la ruta.

Ese mismo domingo

Si existe un Dios bondadoso, eres tú.


Crees en él con firmeza inquebrantable.

Silencio, y después

Puedo empezar todo de nuevo.


Desde mañana.
En cualquier momento.
Vuelvo a empezar un libro.
Escribo.
Ya está.
El lenguaje, yo lo conozco.
Ahí piso fuerte.

Silencio, y después

Pues, di: confirmado Duras,


en todos los lugares del mundo y más allá.

Miércoles 12 de abril, por la tarde, calle Saint-Benoît

Ven.
Ven al sol, cualquiera que sea.

13 de abril

He escrito durante toda la vida.


Como una imbécil, he hecho eso.
Tampoco está mal ser así.
Nunca he sido pretenciosa.
Escribir de toda la vida, eso enseña
a escribir. Eso no salva de nada.

Miércoles 15 de abril, 15 horas, calle Saint-Benoît


Parece ser que tengo talento.
Ahora ya me he acostumbrado.

Silencio, y después

Soy una astilla blanca.


Y tú también.
De otro color.

11 de junio

Eres lo que eres y eso


me encanta.

Silencio, y después

Ven pronto.
Pronto, dame un poco de tu fuerza.
Entra en mi rostro.

28 de junio
La palabra amor existe.

3 de julio, 15 horas, Neauphle-le-Château

Sé muy bien que tienes otras ambiciones.


Sé muy bien que estás triste. Pero eso me
da igual. Que me amas, es lo más importan-
te. Lo demás me da igual. Me importa
un bledo.

Más tarde, todavía

Me siento aplastada por la existencia.


Eso me da ganas de escribir.
He escrito muchísimo sobre ti cuando te fuiste (sobre el hombre al que amo).
Estás poseído por el encanto más vivo que jamás he visto.
Eres el autor de todo.
Todo lo que yo he hecho, habrías podido
Hacerlo tú.
Oigo decir que has renunciado a esta frase,
a aquella otra frase.

Silencio, y después

¿Escuchas este silencio?


Yo escucho las frases que has dicho en lugar
de las que has escrito.
Silencio, y después

Todo ha sido escrito por ti, por ese cuerpo que tienes.
Voy a interrumpir aquí este texto para
abordar uno tuyo, hecho por ti, hecho
en tu lugar.

Silencio, y después

Entonces, ¿qué será lo que quieres


intentar escribir?

Silencio, y después

No soporto tu devenir.

4 de julio en Neauphle

Un miedo súbito a la muerte.


Y después un cansancio inmenso.

Silencio, y después

Ven.
Tenemos que hablar de nuestro amor.
Vamos a encontrar las palabras para hacerlo.
Quizá no haya palabras.

Silencio, y después

Amo la vida, incluso como es allá.


Está bien, he encontrado las palabras.

Más tarde, el mismo día

En el tiempo que ha de venir no quiero nada.


Sólo hablar de mí todavía, siempre, como un monótono programa de
reivindicaciones.
De mí todavía.

Silencio, y después
Quiero que eso desaparezca o que Dios me mate.

Silencio y después

Ven pronto.
Estoy mejor.
El miedo es menos sólido.
Déjame donde estoy con el miedo a la muerte de mi madre, intacto, entero.
Esto es todo.

Sábado 8 de julio, 14 horas, en Neauphle

Ya no tengo nada en la cabeza.


Sólo cosas vacías.

Silencio, y después

Ya está.
Estoy muerta.
Se terminó.

Silencio, y después

Esta noche comeremos algo fuerte. Un plato chino,


por ejemplo.
Un plato de la China destruida.

10 de julio en Neauphle

Te vuelves hermoso.
Te miro.
Eres Yann Andréa Steiner.

20 de julio, Neauphle, por la tarde

Tus besos, creo en ellos


hasta el final de mi vida.

Adiós.
Adiós a nadie. Ni siquiera a ti.
Se terminó.
No hay nada.
Hay que clausurar la página.
Ven ahora.
Hay que ir allí.

Tiempo. Silencio, y después

Ha sonado la hora de que hagas algo. No puedes


quedarte sin hacer nada. Escribir quizá.

Silencio, y después

Qué hacer para vivir un poco,


todavía un poco.
Esto es todo.
Ahora es más yo. Es alguien que ya no conozco.
Silencio, y después

Ahora puedes abrir tu corazón. Soy yo quizá.


No estoy perdida para ti.

Silencio, y después

¿Para aliviar la vida?


Nadie lo sabe. Hay que intentar
vivir. No hay que precipitarse en la muerte.
Esto es todo.
Es todo lo que tengo que decir.

21 de julio

Ven.

Nada me gusta.

Iré a tu alrededor.
Ven a mi lado.
Esto es todo.

Quiero estar resguardada de eso.


Ven pronto para instalarme en algún
sitio.

Más tarde, durante la tarde

No puedo más sostener todo.


No creo que se pueda nombrar este miedo.
Todavía no.

Dame tu boca.
Ven pronto par ir más rápido.
Pronto.
Esto es todo.
Pronto.

Sábado 22 de julio. Lluvia

Ya no haré nada para


restringir o engrandecer tu vida.

Silencio.
Ven a mi rostro.

Silencio.
Te amaré hasta no
abandonarte.

Silencio.
Eres nadie. Nada. Un cero a la izquierda.

Domingo 23 de julio

No puedo decidirme a ser nada.

Silencio.
No poder ser como tú,
es una cosa que lamento.

Silencio.
Ven conmigo a la cama grande y
esperaremos.
Nada.

Silencio.
Estoy helada por la locura.

Y.A.: ¿Quieres añadir algo?


M.D.: No sé añadir. Sólo sé crear.
Sólo eso.

Lunes 24 de julio

Ven a amarme.
Ven.
Ven a este papel blanco.
Conmigo.

Te doy mi piel.
Ven.
Pronto.

Dime adiós.
Esto es todo.
Ya no sé nada de ti.

Me voy con las algas.


Ven conmigo.

31 de julio

¿Cuál es mi verdad?
Si la conoces, dímela.

Estoy perdida.
Mírame.

1 de agosto, por la tarde

Creo que se ha terminado. Que mi vida se ha acabado.


Ya no soy nada.
Me he vuelto completamente espantosa.
Ya no me mantengo junta.
Ven pronto.
Ya no tengo boca, ya no tengo rostro.

París, 12 de octubre del 95

Ven a mi vida.

Tres y media de la tarde

Estoy muerta.
Se ha terminado.

Martes 31 de octubre

Duras ya no existe. Ya no puedo nada. No tengo nada.

Cinco de la tarde

Soy una amante.


Eres un amante.

Viernes 3 de noviembre

¿Has pedido a Dios que me mate?

Cuatro de la tarde

Haría falta que tuviera el valor de morir.

Jueves 16 de noviembre

A lo largo del mar. A lo largo de ti.


Ya no soy nada. Ya no sé dónde estoy.
Se ha terminado.

Columnas para acercarse al cielo.


Ven.

18 de noviembre

Estoy muerta. Se ha terminado. Después será duro para ti.


Miércoles 22 de noviembre

Me vuelvo loca porque ya no tengo nada.


Creo que se ha terminado, mi vida.
Mi boca está cansada. Ya no hay palabras.

Ya no tengo nada. Tampoco papel.

2 de diciembre

Se ha terminado. Ya no tengo nada. Ya no tengo boca,


tampoco cara.
Es atroz.

Miércoles 6 de diciembre

Eres un viejo cuervo. Un viejo repugnante,

Jueves 7 de diciembre

Tienes una fuerza en la cara.

Viernes 8 de diciembre

Todos son una gran olla de cretinos.


Todos están jodidos.
Todo es insoportable.

Siete de la tarde

Y.A.: ¿Qué sientes?


M.D.: El estado de muerte que viene.

Se ha terminado. Todo se ha terminado. Así es.

24 de diciembre

No como porque ya no tengo nada de la vida.

Mira: mis manos están muertas.

Martes 26 de diciembre

Me dan horror los comistrajos psicológicos.


Es asqueroso.

Medianoche

No quiero nada, nada que esté condicionado.


Quiero un café y en seguida.
27 de diciembre

Mírame: estoy vacía. Es la tranquilidad que me falta.

28 de diciembre

Deja de privarte de cosas.

29 de diciembre

Ya no tengo nada. Estoy muerta. Lo siento.


Tráeme una caja.

Tengo ganas de ver a mi madre.

Date prisa.

Me arde todo el cuerpo.

Mas tarde

La pérdida de tu corazón, ¿te hace daño?

Mas tarde

Ven rápido a verme, conmigo. Dame algo.

Sábado 30 de diciembre, dos y media en la noche

Estás alejado del reino de Duras.

Miércoles 3 de enero del 96

El vacío, es decir la libertad.


Las mujeres cerradas no dicen nada. Esperan.
Una mujer sola no habla.

Sábado 6 de enero

No es gran cosa la amabilidad. Lo que importa es el pensamiento límite que no


lleva a ninguna parte, a nada.

Mas tarde

El odio sirve para resistir.

7 de enero

Ya no tengo nada en la cabeza, lo sé.


8 de enero

Sólo me queda marcharme.


No sé adónde.
He hecho fuego y todo estaba blanco.

No percibo ningún sentido -y esto me hace sentir sola, no triste, no, sola.

veo los guantes negros cerca de mí.

Mas tarde

¿De dónde viene esta literatura?


Me gustan los libros abiertos.

Ven a la sala blanca. Ven a quitarme un vestido de seda.


Ya no tengo nada que ponerme.

Es una vida magnífica que te he hecho abrir. Esto no tiene sentido, pero al final
se termina por creer en ello.

Nunca he olvidado un libro.

Se está sólo para nadie. Una miseria pobre. Una pobre mujer pobre. Es lo que
soy. Y esto es todo.

No me dejes caer, te lo suplico.


Lloro para mis adentros.
Déjame, soy una persona libre.

Jueves 18 de enero

Mi mano escribe.

19 de enero

Un dolor confidencial.

Yann, hará falta que pida perdón por ti, no sé por qué.

Soy bella. Contundentemente, muy bella.

25 de enero

Es el final. Se ha terminado. Es la muerte. Es el horror.


me molesta morirme.

Siento una nada que llega: la muerte. Y eso da miedo.


Hay ojos apagados.
Tengo mucho miedo.
Rápido.
No creo eso.
Creo que estoy semiconsciente.

No hay nada. Todo lo que se hace, no hay nada.


No puedo escribir cosas que me abaten.

Siempre amo a mi madre.


No hay nada que hacer, siempre la amo.

Nunca puedes comprender nada, es una especie de deficiencia.


Yo, comprendo un poco.

Una página, rápido. Y llegamos. Y nos paramos. Rápido.

Yann, te he amado tanto.


Y ahora es necesario que me aleje.

No tengo presente al Buen Dios todos los días... Dependemos


de poca cosa. Y después veremos.
¿Cada cinco días quizás?

Viernes 26 de enero

Durante algunos segundos he sentido el olor de la tierra.

Yann, sal de este espacio divino, da miedo.


A veces das miedo.

Estoy harta de estar sola. Voy a tomar un tipo cualquiera


para trabajar sobre el trabajo.

Querría hacer un libro sobre mí y sobre lo que pienso.


Esto es todo.
Da igual lo que haya de negro y blanco.

Todos están huecos.


Yo siempre he estado en las profundidades.

29 de enero

El vacío. El vacío delante de mí.

Martes 30 de enero

Lo que sé es que ya no tengo nada. Es el horror. Sólo existe el vacío. Los


vacíos.
Este vacío del último terreno.
No somos dos. Cada uno está sólo.

31 de enero

Déjame. Se ha terminado. Déjame morir.


Tengo vergüenza.

Viernes 2 de febrero

El cuarto antiguo en que nos amamos.

16 de febrero

Es curioso cómo te amo siempre,


incluso cuando no te amo.

Lunes 19 de febrero

Sé lo que voy a sufrir: la muerte. Lo que me espera: mi cara en el depósito de


cadáveres.
Es horrible, no quiero.

Mas tarde

Todas estas personas piden la muerte de Duras.

Mas tarde

Sólo existe la vergüenza, la vergüenza de todo.


Ya no soy nada.
Ya nada.

Ya no sé ser.
Lo que no he terminado, es el argumento de tu persona.

Mas tarde

Está el libro que pide mi muerte.


Y.A.: ¿Quién es el autor?
M.D.: Yo, Duras.

Martes 20 de febrero

Yann, tengo que pedirte perdón, perdón por todo.

26 de febrero

Te he conocido muy fuerte.


Voy a partir hacia otro grado.
Ninguna parte.

28 de febrero

Se ha terminado.
Todo se ha terminado.
Es el horror.

Jueves 29 de febrero, una de la tarde

Te amo.
¡Adiós!

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