Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                
0% encontró este documento útil (0 votos)
16 vistas2 páginas

Homilia Fiesta de San Mateo

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1/ 2

Homilia Fiesta de San Mateo.

Ciclo C
Hemos escuchado hermanos en la primera lectura de san Pablo, este llamado a la
unidad, en un solo cuerpo y un solo espíritu, del cual todos participamos por el
bautismo, eso somos, parte de la iglesia, y cada uno desde sus ser aporta grandes
acciones en favor de la unidad. ¿De qué manera?
Pablo mismo nos los explica. Recibimos “una gracia en la medida que cristo nos la ha
confiado”, y de este modo, cada quién desde su cualidad, don, ministerio, formamos
este cuerpo hasta llegar a la finalidad de estar unidos en la fe.
Todos somos buenos en algo, no he conocido a nadie que en realidad sea un “bueno
para nada” y a medida que vamos caminando, descubrimos que somos capaces de más
cosas, sobre todo si lo ponemos al servicio de los demás. Imagínense que vida tan
pesada y aburrida seria si todos fuéramos carismáticos, evangelizadores,
predicadores, o en un lenguaje mas nuestro: intelectuales, espirituales, todos “los
mismos, con lo mismo” esta pluralidad de dones y carismas que en esta nuestra
comunidad vivimos es un reflejo de lo que en nuestra iglesia universal, desde los
comienzos en tiempo de los apóstoles se manifiesta.
Particularmente hoy, que celebramos la fiesta litúrgica de San Mateo. El, es el
ejemplo claro, de que aunque seamos muy doctos en algo, si el Señor te ha concedido
otro don diferente al que tú en un principio puedes ofrecer es porque quiere obrar
algo mas grande en ti. A qué vamos con esto? Es bien sabido que mateo, como lo
hemos escuchado en el evangelio, era un recaudador, por naturaleza lo suyo es el
dinero!, sin embargo, a quien el Señor le confía esa tarea es a Judas; al contrario de
lo que pensaríamos nosotros, el testimonio de mateo es ejemplo de cambio de vida
radical.
Podríamos llamar al evangelio de mateo: “la buena nueva de la misericordia” porque
es con ojos de misericordia con los que se sabe observado por la mirada de Jesus, un
hombre acostumbrado a mirar hacia abajo, decepcionado tal vez por su trabajo,
sintiéndose enemigo publico de los de su pueblo, es mirado por la compasiva vista de
Jesus, el famoso hombre del que todos oían hablar, mirada que penetra su vida, su
estilo, su trabajo y lo hace ponerse de pie, como lo escuchamos INMEDIATAMENTE y
seguirlo, por eso “aprendamos que es misericordia quiero y no sacrificios”.
Jesús se deja acompañar por los pecadores públicos del pueblo, porque son ellos los
que ocupan del médico, esta imagen de la comida con Mateo y los suyos, es una
reflejo de aquel banquete que en el capitulo 15 de Lucas que hemos escuchado hace
escasos dos domingos atrás, el hijo que le reclama al padre por hacerle una fiesta al
regreso del hermano, es el reclamo de los publicanos y fariseos que reclaman las
acciones de Jesus, y Él toma el papel de ese padre misericordioso que había pedido al
hijo y lo ha encontrado, por eso hay mas fiesta por un pecador que se arrepiente que
por otros noventa y nueve justos que no lo necesitan.
Mateo como personaje principal de su propio evangelio nos invita pues a que miremos
también hacia dentro de nosotros y pensemos: ¿desde dónde vemos tu y yo nuestras
historias? ¿Cuál es la tu mesa de recaudador? Y si haz decidido seguirlo,
¿verdaderamente hemos dejado atrás ese pasado?
Dejemonos también observar por esa mirada de amor que Jesus tiene para nosotros y
al ofrecer el pan y el vino en el altar pidamos a Jesus que también cambie nuestros
corazones, para que con nuestros dones y carismas, nuestra labor de los frutos que el
Señor necesita. Así sea.

También podría gustarte