La profecía, revelación o visión es importante para guiar al pueblo según la Biblia. Sin ella, el pueblo se extravía o perece. La iglesia valora la oración, reunión regular para adoración, evangelización, plantar nuevas iglesias, ministerios y apoyar a los que sufren.
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La profecía, revelación o visión es importante para guiar al pueblo según la Biblia. Sin ella, el pueblo se extravía o perece. La iglesia valora la oración, reunión regular para adoración, evangelización, plantar nuevas iglesias, ministerios y apoyar a los que sufren.
La profecía, revelación o visión es importante para guiar al pueblo según la Biblia. Sin ella, el pueblo se extravía o perece. La iglesia valora la oración, reunión regular para adoración, evangelización, plantar nuevas iglesias, ministerios y apoyar a los que sufren.
La profecía, revelación o visión es importante para guiar al pueblo según la Biblia. Sin ella, el pueblo se extravía o perece. La iglesia valora la oración, reunión regular para adoración, evangelización, plantar nuevas iglesias, ministerios y apoyar a los que sufren.
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Sin profecía el pueblo se desenfrena (Prov. 29:18).
El término hebreo que se traduce como profecía es:
ָ ןֹוזחkjazón Vista (mentalmente), sueño, revelación, u oráculo:- profecía, visión.
Entonces podemos leer Prov. 29:18 de otras dos maneras:
1) Sin visión el pueblo perece
2) Sin revelación el pueblo se pierde.
Estas son otras razones para estar firmes en la Palabra.
Una Iglesia en la cual personas llenas del Espíritu Santo y de
amor a Dios (Hch 2:1-47. 1Cor 13:3-5), se sientan bien y orienten su vida en Jesucristo (Jn. 8:32), preparándose para su venida secreta y la vida eterna. (Jn. 15:6-7. Jn. 6:40. 1°Ts 4:16-18) Alcanzar las familias y ganarlas para Cristo y hacer discípulos. (Ef. 4:11-13)
(Rom. 10:13-17) Ya que si tenemos familias fuertes, tendremos
una Iglesia fuerte y victoriosa. (Heb. 10:23-25. 2°Ts. 2:1-2) Mat 28:19 Por lo tanto, vayan y hagan discípulos en todas las naciones. Bautícenlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, 20 y enséñenlos a obedecer los mandamientos que les he dado. De una cosa podrán estar seguros: Estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.
Ofrecer asistencia espiritual y cultivar una estrecha comunión en la cual
cada uno experimente el amor de Dios y la alegría de servir a Él y a los demás. Lucas 2:49 – Hechos 4:20. – mar 16:18 – mar 16:15 Preparar la novia de Jesucristo para un pronto casamiento; la oración, proclamación de la palabra, sanar los enfermos, libertar los cautivos y hacer discípulos. Los valores son la fuerza motriz detrás de la misión. Los valores suministran la energía y el entusiasmo que les ayuda a las personas a sentirse comprometidas. Cuando los valores de los líderes y miembros de la iglesia coinciden con los de la iglesia, hay más compromiso. La calidad del ministerio mejora. Los valores también sirven para unificar la iglesia.
1. Nosotros valoramos la vida de oración. Por eso deseamos hacer
de la oración la más alta prioridad de la iglesia.
2. Nosotros valoramos reunirnos regularmente, como la expresión local
del Cuerpo de Cristo, para participar en una adoración vibrante en el Espíritu que exalte a Dios y reconozca el Señorío de Cristo, y que nos desafíe a un desafío a un mayor compromiso y discipulado.
3. Nosotros valoramos la evangelización. Por eso estamos comprometidos
a alcanzar a los inconversos, bautizándoles en agua y discipulandolos para incorporarlos al ministerio integral de la iglesia.
4. Nosotros valoramos el plantar iglesias nuevas. Por eso estamos
comprometidos a identificar y adiestrar a las personas llamadas por Dios a plantar iglesias vigorosas.
5. Nosotros valoramos los ministerios. Por eso nos comprometemos a
identificar y a desarrollar individuos a los cuales Dios ha llamado y ha otorgado dones y a desafiarles a servicio.
6. Nosotros valoramos acompañar a los que sufren en su dolor. Por
eso estamos comprometidos a ser una iglesia cuyos miembros se preocupen genuinamente los unos por los otros y por los perdidos, afligidos y necesitados. Los valores personales para una vida cristiana equilibrada.
