La Recurso de Amparo. Ejemplo
La Recurso de Amparo. Ejemplo
La Recurso de Amparo. Ejemplo
Un jubilado que sufre de cáncer de próstata, acude a un médico urólogo de apellido Sarno
quien le receta un medicamento denominado "Ciproterona". Con la receta se dirige a su
obra social Pami para que le autorice el descuento correspondiente a dicho fármaco.
Ante la negativa de la obra social, el enfermo le inicia un juicio de amparo con el objeto
de que el ente administrativo (Pami) le autorice el descuento correspondiente.
Ante el resultado negativo del amparo solicitado al juez de primera instancia, el enfermo
considera arbitraria dicha decisión y se ve obligado a interponer recurso de apelación
que tramita ante la sala II de la Cámara Nacional Federal de Seguridad Social.
En su voto, uno de los integrantes de la sala II, el doctor Herrero, considera que al enfermo
le asiste razón en su planteo.
Recuerda que "debe tenerse presente que el artículo 43 de la Constitución Nacional en la
reforma del año 1994, introdujo una modificación trascendente en lo que hace a la acción
de amparo, destinada a darle un dinamismo propio al despojarla de aristas formales que
fueran obstáculo al acceso inmediato a la jurisdicción cuando está en tela de juicio
garantías constitucionales" "En el caso particular -agrega-, no es nada extraño que el
accionante haya recurrido a tal vía procesal, ya que se le negó el expendio de una
medicación de vital importancia para su salud, violándose, de esta manera, su derecho a la
subsistencia protegido por nuestra Carga Magna".
La sentencia destaca que Sarno es médico urólogo del Centro de Salud Norte y, como tal,
es prestador médico de la propia demandada (Pami). Cabe suponer que, previo a contratar
sus servicios, la obra social lo consideró apto para el desempeño en su especialidad, por
lo que la descalificación que formula el órgano de gestión al citado profesional es, por lo
menos, poco seria.
Sostiene que la droga medicada le brindó una notable mejoría, lo cual fue corroborado por
el doctor Sarno. De ello cabe inferir que el tratamiento cuestionado por Pami, en los
hechos, resulta satisfactorio para quien lo recibe y para el médico especialista que
supervisa la evolución de la enfermedad.