Carta A Un Ministro
Carta A Un Ministro
Carta A Un Ministro
En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espritu Santo. Lectura de la Carta del Apstol San Pablo a los Colosenses (3,12-17) Como elegidos de Dios, pueblo suyo y amados por l, revstanse de sentimientos de compasin, de bondad, de humildad, de mansedumbre y de paciencia. Soprtense mutuamente en el amor y perdnense cuando alguno tenga motivos de queja contra otro. Del mismo modo que el Seor les perdon, perdnense tambin ustedes. Y por encima de todo, revstanse del amor que el es el vnculo de la perfeccin. Que la paz de Cristo reine en sus corazones; a ella los ha llamado Dios para formar un solo cuerpo. Y sean agradecidos. Que la palabra de Cristo habite en ustedes con toda su riqueza; ensense y exhrtense unos a otros con toda sabidura, y canten a Dios salmos, himnos y cnticos inspirados con un corazn agradecido. Y todo cuanto hagan o digan, hganlo en nombre de Jess, el Seor, dando gracias a Dios Padre por medio de l. Palabra de Dios. Penamos y, si es el caso, ponemos alguna oracin en comn: Qu actitudes son necesarias para construir una comunidad? En qu actitudes tengo que crecer para ser yo ms fraterno/a? Me dejo transformar por Dios para que l me ayude a crecer? La fraternidad existe no porque nosotros queremos sino porque Dios en nuestro Padre y a cada uno de nosotros nos ama como a hijos. Por eso digamos juntos Padre nuestro... Canto que el Seor nos bendiga.
Carta a un ministro
1. Al hermano N. ministro: El Seor te bendiga. 2. Te hablo, como mejor puedo, del caso de tu alma: todas las casas que te estorban para amar al Seor Dios y cualquiera que te ponga estorbo, se trate de hermanos u otros, y aunque lleguen a azotarte, debes considerarlo como gracia. 3. Y quirelo as y no otra cosa. 4. Y cmplelo por verdadera obediencia al Seor Dios y a m, pues s firmemente que sta es verdadera obediencia. 5. Y ama a los que esto te hacen. 6. Y no pretendas de ellos otra cosa, sino cuanto el Seor te d. 7. Y malos precisamente en esto, y t no exijas que sean cristianos mejores. 8. Y que te valga esto ms que vivir en un eremitorio. 9. Y en esto quiero conocer que amas al Seor y me amas a m, siervo suyo y tuyo, si procedes as: que no haya en el mundo hermano que, por mucho que hubiere pecado, se aleje jams de ti despus de haber contemplado tus ojos sin haber obtenido misericordia, si es que la busca. 10. Y, si no busca misericordia, pregntale t si la quiere. 11. Y, si mil veces volviere a pecar ante tus ojos, male ms que a m, para atraerlo al Seor; y compadcete siempre de los tales. 12. Y, cuando puedas, comunica a los guardianes que por tu parte ests resuelto a comportarte as. 13. Por lo dems, de todos aquellos captulos de la Regla que hablan de pecados mortales, con la ayuda de Dios y el consejo de los hermanos, haremos uno solo de este gnero en el captulo de Pentecosts: 14. Si alguno de los hermanos, por instigacin del enemigo, peca mortalmente, est obligado, por obediencia a recurrir a su guardin. 15. Y ninguno de los hermanos que sepa que ha pecado lo abochorne ni lo critique, sino tenga para con l compasin y mantenga muy secreto el pecado de su hermano, porque no son los sanos los que necesitan del mdico, sino los enfermos (Mt 9,12). 16. As mismo, los hermanos estn obligados, por obediencia, a remitirlo con un compaero a su custodio. 17. Y el custodio mismo pera con misericordia, como querra que se hiciera con l en caso semejante. 18. Y si el hermano cae en otro pecado, venial, confiselo a un hermano suyo sacerdote. 19. Y, si no hay all sacerdote, confiselo a un hermano suyo, hasta que tenga sacerdote que lo absuelva cannicamente, como est dicho. 20. Y estos hermanos no tengan en absoluto potestad de imponer ninguna penitencia que sta: Vete y no vulvas a pecar (cf. Jn 8,11). 21. Este escrito, para que mejor se guarde, tenlo contigo hasta Pentecosts; all estars con tus hermanos. Y estas cosas, y todas las otras que se echan de menos en la Regla, las procuraris completar con la ayuda de Dios.