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Proceso Por Faltas

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PROCESO POR FALTAS

A los efectos de la definición de faltas siguiendo el ordenamiento penal que


guarda relación con el delito, ratificado también en el artículo 10 de código
penal, donde son delitos y faltas las acciones u omisiones dolosos o culposas
por la ley, pero resulta contundente que las faltas son de menor intensidad en
otras palabras que son sanciones leves comprendiendo todo tipo de amenaza
que va en contra del bien jurídico contemplado en la ley, mas no tipificado
como delito.
Asimismo, ante esta situación el proceso por faltas está planteado en el artículo
483 del código procesal penal, implicado de esta manera en vacíos porque el
Inc. 2 donde la participación del juez considerando que la acción penal
contribuye una falta, aparte de que se solicita una audiencia inmediata en
donde tanto las partes como el imputado y la agraviada intervendrán pero no el
ministerio público, observándose de esa manera fehacientemente la infracción
al principio acusatorio o al debido proceso, por ese mismo motivo el sistema
judicial debe permitir la aportación de la fiscalía en los procedimientos se inicie
de oficio y en lo que respecta al funcionamiento del juez brinde las garantías
procesales.
De los anteriores planteamientos se deduce que los procedimientos especiales
del código procesal penal regulado en el artículo 482 hasta el 487, que los
delitos tanto como las faltas son de igual naturaleza, pero de distinto orden
cuantitativo, radicado exactamente en el grado de infracción al bien jurídico.
Por lo tanto, un claro ejemplo seria en un proceso de querella en donde se
adquiere el carácter de la parte acusadora, sabiendo que el bien jurídico es
particular con la intervención del ministerio público a comparación del proceso
de faltas de una condición publica resaltando la protección al bien jurado contra
la seguridad y tranquilidad pública, no existe la participación del fiscal al
margen de un orden público.
Sin embargo, cuando el agredido denuncie esas faltas tanto al patrimonio, en
contra de la persona e incluso al maltrato animal, en donde adicionalmente
existe la cooperación de la policía quien tiene un rol importante pero que no
puede ser dos cosas a la vez porque estamos hablando de un investigador y
denunciante, además el artículo 11 de la ley orgánica expone que el ministerio
público es una parte fundamental en la acción penal publica catalogado como
el titular por ese motivo debería tener una intervención en los procesos de
faltas ocupando el lugar de denunciante en faltas contra la sociedad como del
estado.
En conclusión, otros aspectos que se pueden resaltar del articulo 484 Inc. 3 es
cuando el imputado reconoce los cargos ante el juez, no hay necesidad de
verificar las pruebas en ese instante dicta la sentencia para la sanción penal,
distinto fuera si el procesado no admite los cargos tendría que respetarse el
principio de presunción de inocencia en donde la audiencia costara de una sola
sesión. Por consiguiente, Nuestro ordenamiento penal que se encarga de las
mismas en del libro tercero del Código Penal de 1991, se afilia – siguiendo el
sistema español – al sistema bipartido de infracciones penales al reconocer
como tales a los delitos y faltas. Este criterio adoptado por el legislador peruano
está traducido en el artículo 11 del Código Penal Peruano que sugiere “son
delitos y faltas las ocupaciones u omisiones dolosas o culposas penadas por la
ley” (texto casi mismo al artículo 10 del Código Penal español que estricta:
“Son delitos o faltas las actividades y omisiones dolosas o imprudentes
penadas por la Ley”).
García Rada quien en su "Manual de Derecho Procesal Penal" refiere que:
"Teniendo como base las dos grandes categorías que sanciona el Código
Penal, existen los procesos por delitos y los procesos por faltas. Se fundan en
un criterio cuantitativo, tomando en cuanto la gravedad de la infracción y de la
pena señalada en la ley. Se justifica este proceso diciendo que existe
conveniencia en que las infracciones de escasa relevancia social de ámbito
delictual restringido y sancionado con Pena Leve, se sometan a un
procedimiento rápido y sencillo (Rada, 1984).
Al margen de los conceptos anteriores, consideramos que las faltas encierran
cualquier criterio más extenso y ni siquiera solo el de delitos veniales sino
además a las contravenciones (que permanecen constituidas por amenazas de
mal a cualquier bien jurídico tutelado) y a las desobediencias, siguiendo el
criterio adoptado por la legislación penal de España y podríamos definirlas
como: Actos u omisiones menores con contenido penal contrarios a derecho y
entienden toda actividad que lesiona o amenaza con lesionar cualquier bien
jurídico constantemente que esté contemplado en la ley y ni siquiera este
tipificado como delito.

Pero ni siquiera fue aquel el criterio del legislador peruano el que le solo ha
mantenido en el Código Penal las faltas delictivas, o sea los delitos menores
sin más grande gravedad, dejando de lado las contravenciones y las
desobediencias a las que ni siquiera legisló (a diferencia ejemplificando, de la
Codificación Argentina que adoptando cualquier régimen bilateral – delitos y
contravenciones -, estableció cualquier Código de Contravenciones) [iii], [iv], en
el afán de evadir la desmesurada tipificación de conductas antijurídicas. E la no
participación de la fiscalía en el proceso por faltas pone en incertidumbre al
debido proceso que como primera instancia la infracción denunciada no es
formalizada.

Nuestro ordenamiento penal que se encarga de las mismas en del libro tercero
del Código Penal de 1991, se afilia – siguiendo el sistema español – al sistema
bipartido de infracciones penales al reconocer como tales a los delitos y faltas.
Este criterio adoptado por el legislador peruano está traducido en el artículo 11
del Código Penal Peruano que sugiere “son delitos y faltas las ocupaciones u
omisiones dolosas o culposas penadas por la ley” (texto casi mismo al artículo
10 del Código Penal español que estricta: “Son delitos o faltas las actividades y
omisiones dolosas o imprudentes penadas por la Ley”).
García Rada quien en su "Manual de Derecho Procesal Penal" refiere que:
"Teniendo como base las dos grandes categorías que sanciona el Código
Penal, existen los procesos por delitos y los procesos por faltas. Se fundan en
un criterio cuantitativo, tomando en cuanto la gravedad de la infracción y de la
pena señalada en la ley. Se justifica este proceso diciendo que existe
conveniencia en que las infracciones de escasa relevancia social de ámbito
delictual restringido y sancionado con Pena Leve, se sometan a un
procedimiento rápido y sencillo (Rada, 1984).
Al margen de los conceptos anteriores, consideramos que las faltas encierran
cualquier criterio más extenso y ni siquiera solo el de delitos veniales sino
además a las contravenciones (que permanecen constituidas por amenazas de
mal a cualquier bien jurídico tutelado) y a las desobediencias, siguiendo el
criterio adoptado por la legislación penal de España y podríamos definirlas
como: Actos u omisiones menores con contenido penal contrarios a derecho y
entienden toda actividad que lesiona o amenaza con lesionar cualquier bien
jurídico constantemente que esté contemplado en la ley y ni siquiera este
tipificado como delito.

Pero ni siquiera fue aquel el criterio del legislador peruano el que le solo ha
mantenido en el Código Penal las faltas delictivas, o sea los delitos menores
sin más grande gravedad, dejando de lado las contravenciones y las
desobediencias a las que ni siquiera legisló (a diferencia ejemplificando, de la
Codificación Argentina que adoptando cualquier régimen bilateral – delitos y
contravenciones -, estableció cualquier Código de Contravenciones) [iii], [iv], en
el afán de evadir la desmesurada tipificación de conductas antijurídicas.
Con la Implementación del Nuevo Código Procesal Penal nuestro sistema
cambia a ser uno más garantista, acusatorio y adversarial; en ése sentido al
contar con Procesos Especiales como el de Faltas reconocidos en nuestra
legislación Penal, cabe realizar su estudio desde la perspectiva de los roles que
cumplen los sujetos que intervienen, y centrarnos en la vulneración que se
comete al Principio Acusatorio y Contradictorio, de igual forma cabe hablar del
querellante particular u agraviado quien es la persona que ejerce la acción en
éstos procesos, considerándose como un "Acusador Privado", de aquí se
deprende la problemática de querer equiparar funciones que le competen al
Ministerio Público delegándolas al agraviado, o más aún que lo ejerza el Juez
de Paz Letrado, el cual implica un retroceso al Sistema Inquisitivo quedando los
casos impunes, además hay que tener presente que existen faltas cuyos
bienes jurídicos son de acción pública; por ende se considera que el Ministerio
Público debe de intervenir en los Procesos Penales por Faltas.
1.- Nuestro sistema jurídico penal, aunque no ofrece definiciones que permitan
diferencias substantivas entre delitos y faltas, asume la clasificación bipartita o
también denominada cualitativa, conforme se aprecia en el art. 11 del Código
Penal.
2.- El proceso de faltas, dada la naturaleza jurídica de éstas, se regula, en
estricto, por las normas del proceso penal, y por su mérito le concede al juez de
paz letrado, facultades
jurisdiccionales para el conocimiento de este tipo de procesos, conforme a la
Ley Orgánica del Poder Judicial.
3.- El Código procesal penal de 2004 ha permitido la reafirmación del carácter
penal del
proceso de faltas al concederle la condición de “proceso especial” frente al
denominado “proceso común”. En el primero se ventilan las faltas, en el
segundo los delitos. La diferencia de uno y otro, se distinguen desde el modo
como se ejercita la acción penal: en
el primer caso actúa “la persona agraviada” en función de su interés personal,
en el segundo, el Ministerio Público para velar por el interés colectivo.
4.- La necesidad de la actuación de la persona agraviada a fin de dar inicio al
proceso de faltas nos remite a la figura del “querellante particular”, que, si bien
se encuentra regulada para determinar su actuación en los denominados
delitos de ejercicio privado de la acción penal, ello no perjudica su aplicación en
el proceso de faltas, dado que así lo permite el art.483 del Código Procesal
Penal de 2004.
5.- La exigencia de la constitución en “querellante particular” nos remite a la
obligación de su presencia al tiempo de la audiencia de juicio oral, toda vez
que, para asegurar la materialización del principio de contradicción, se requiere
–como en todo proceso contencioso- un actor que acusa y otro que se defiende
de la acusación. El juez no puede suplir a las partes.
6.- La ausencia del agraviado en el proceso de faltas, específicamente en la
audiencia de juicio oral, deberá entenderse como un desistimiento de la
pretensión punitiva jurisdiccional.
Uno de los defectos de la implementación del Código Procesal Penal es no
haberles dado la adecuada importancia a los procesos por faltas. A una
deficiente legislación, que se ha traducido en las dificultades en la tramitación
de los procesos, donde solo la audiencia y la actividad de los propios jueces
han podido superar los diversos vacíos de la norma, se suma el hecho de que
el soporte escrito como registro de las audiencias sigue siendo una
característica de los procesos. Este es uno de los aspectos más cuestionables
de los procesos por faltas. La gran mayoría de los órganos jurisdiccionales,
especialmente los juzgados de paz letrados, cuentan con la tecnología
adecuada para registrar por medios no escritos el juicio por faltas. Existe
consenso que, siendo el juicio oral y público, es necesario registrarlo con
fidelidad y en su integridad. Ello no es posible con la formalidad escrita. La
fidelidad del registro puede realizarse de tres maneras: a través de la
estenografía (o taquigrafía), video o audio.
Por el principio de oportunidad se establecen criterios de selectividad en la
persecución penal. La ley determina los casos en los cuales una persona es
sometida a una pena o viceversa y no la decisión particular de los órganos de
la persecución penal. Por el principio de oportunidad, cuando se toma
conocimiento de hechos punibles y existe una mínima lesividad se puede
suspender la persecución penal o no iniciarla. Por ello, el principio de
oportunidad se orienta hacia una política de desprocesamiento, evitando que
los delitos de poca gravedad, poco impacto social y leve penalidad, sean objeto
de proceso. Entonces surge la pregunta, si las faltas son delitos veniales
¿puede el juez de faltas aplicar dicho principio? Existen realmente faltas tan
leves, que poner en movimiento el aparato judicial es oneroso. Consideramos
que, si bien el artículo 2 del CPP considera que el Ministerio Público puede
aplicar este principio extra proceso o intra-proceso, no existiría impedimento
para que el juez lo aplique al momento de calificar, puesto en su conocimiento
el hecho constitutivo de falta, tanto más si asumimos que en la práctica, es el
juez quien en muchos casos sustituye la actividad fiscal. Más aún, si el artículo
2 del Código Procesal Penal establece que, si la acción hubiera sido ya
ejercida, el juez penal puede a petición del Ministerio Público, dictar el auto de
sobreseimiento en cualquier etapa del proceso; por lo tanto, se trata de una
decisión facultativa del juez.
El proceso de faltas en el nuevo ordenamiento procesal penal:
1.- consideraciones preliminares: si tenemos en cuenta que las Faltas son de
competencia exclusiva de los Jueces de Paz Letrados – excepcionalmente
permite el CPP en su artículo 482 que los Jueces de Paz No Letrados
conozcan de las faltas – no debemos perder de vista que una de las primeras
formas en la que el ciudadano accede o toma conocimiento del funcionamiento
del aparato judicial del Estado, es a través de la Justicia de Paz.
2.- El trámite del proceso por faltas: a) la denuncia(art 483), contemplan las
faltas contra la persona , contra el matrimonio , contra las buenas costumbres ,
contra la seguridad pública y contra las buenas costumbres ; b)el inicio del
proceso y la citación a juicio(art 482.2) el juez tendrá que hacer un concepto de
los hechos por lo que podrá dictar auto de citación a juicio; c)competencia(art
482)pueden conocer el concepto por faltas tanto el juez de paz letrado como el
juez de paz no letrado siento esto haya sido aceptado por la corte superior;
d)ce la celebración inmediata de audiencia(art 483.4) se acuerda la citación
para la celebración inmediata de la audiencia a penas se recibe el informe
policial teniendo la presencia del imputado y el agraviado; e)el inicio de
audiencia (art 484) el juez detallada al procesado los cargos en su contra ;f) de
la conciliación del proceso ;g)el juzgamiento, cuando no hay conciliación el juez
le preguntara al imputado si admite culpabilidad si lo acepta no hay más
pruebas y se dictara sentencia pero cuando no admite los cargos la norma dice
que debe de realizar interrogatorios tanto al agraviado como al acusado y las
pruebas dictara si es inocente o no; h)medidas coercitivas en el transcurso del
proceso , en caso de resistencia se concurre a la audiencia; i ) recursos
impugnatorios , se tendrá 10 días para resolver la apelación permitiéndose a
los defensores sus alegatos por escrito sin perjuicio de los informes orales; j)
formas especiales de concluir el proceso ( art 487) se puede concluir el proceso
mediante el desistimiento o la transacción con lo cual el proceso quedara
terminado.
CONCLUSIONES DEL GRUPO:

Teniendo en cuenta que los delitos y las faltas tienen una misma naturaleza,
pensamos que el proceso de faltas debería ser ventilado por acción pública,
más aún cuando se trata de perseguir las faltas contra la seguridad y
tranquilidad pública. Aun cuando en el proceso por faltas el agraviado tenga
interés en la persecución de la acción, consideramos que la acusación lo
debería instar el representante del Ministerio Público.
No puede aceptarse un juicio y una condena por faltas con inobservancia del
principio acusatorio y relativización de las garantías del debido proceso en el
juicio, por cuanto para la sanción penal se requiere la formulación de la
acusación.
La no intervención del Ministerio Público en el proceso pone en duda de que el
principio del debido proceso se esté aplicando puesto que la infracción
denunciada no es formalizada o no existe acusación.
La norma procesal representa un avance en el Juzgamiento de infracciones
menores, son necesarias algunas modificaciones para hacerla más expeditiva.
Sin embargo, queda en quienes apliquen el proceso (sea magistrados o
abogados) hacer viable el mismo y solo la práctica cotidiana nos demostrará y
nos orientará los aspectos sobre los cuales debe mejorarse. Todo ello, en
beneficio de quienes imputados u ofendidos y la propia sociedad, tienen interés
en que aparato judicial de respuestas efectivas en la solución de los conflictos.

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