El Secreto de La Innovación
El Secreto de La Innovación
El Secreto de La Innovación
El secreto de la innovación no se encuentra en una especie de formula mágica, por el contrario, los
esfuerzos que deben realizarse en esta materia requieren de un compromiso real que fomente
espacios en los que se pueda dar rienda suelta a la creatividad; no es un misterio que en épocas
anteriores este concepto se limitaba a estímulos de carácter económico o le permitía a los individuos
que le apostaban a la invención la protección de su propiedad intelectual, lo que se traducía en la
obtención de un buen negocio. Actualmente muchos países se encuentran rezagados en esta
temática, ya sea por que no invierten los recursos suficientes en investigación y desarrollo, o porque
el factor cultural se ha convertido en una traba que imposibilita la apropiación de la innovación en
las actividades económicas; cuando se centra la problemática en Colombia, nos damos cuenta que
posee un talento humano extraordinario, lamentablemente la baja calidad del sistema educativo, la
complejidad de las leyes, la falta de infraestructura, el desalentadores estímulos tributarios, entre
otros, se convierten en factores que conllevan a que el país tenga un crecimiento potencial
restringido. Llegados a este punto, ¿El secreto de la innovación está a ligado a la inversión en
recursos o a la idiosincrasia de una nación?, para ello se debe analizar el contexto con el fin de
comprender si ese secreto aún esta lejos de ser alcanzado y cual de los dos inconvenientes ha tenido
una mayor repercusión a nivel socio económico.
Para muchos expertos, el secreto de la innovación no se encuentra en los incentivos monetarios, ni
científicos o de carácter tecnológico, este secreto proviene de la pieza clave en este proceso y esa
pieza es la gente, si las personas no se les instruye desde pequeños dentro del mundo del desarrollo
de ideas diferentes o si no se generan los espacios adecuados para el despliegue de la creatividad,
la gestión de nuevos conocimientos se convierte en una utopía; asimismo, de nada sirve que existan
artistas, inventores y emprendedores de toda clase, si estos no están respaldados por un buen
sistema educativo y por marcos regulatorios que faciliten la realización de éstas actividades. No se
puede dejar de lado, que innovar no es una tarea desligada de los esquemas mentales infundados
por una cultura, si se tiene en cuenta que este aspecto va enlazado con la promulgación de
ambientes que favorezcan la diversidad étnica y cultural, de manera que se puedan unificar distintas
líneas de pensamiento en base a una formación que incentive el respeto por lo insólito.
La destinación de recursos específicos para la investigación y el desarrollo en un país como
Colombia, no tendría una gran repercusión en términos económicos, sino se lucha por constituir
una cultura que sea tolerante frente al fracaso, de manera que el riesgo se pueda percibir como algo
positivo y no como una circunstancia que desmerite el trabajo realizado. Si se quieren lograr avances
sustanciales en lo referente a la innovación, el gobierno tiene una gran labor por delante, siendo el
mayor desafío la mejora en la calidad del sistema educativo actual, para que éste logre sembrar en
los individuos la semilla de la inventiva y ellos puedan ser conscientes que la riqueza intelectual que
representa esa trayectoria no sólo se reflejará en su vidas, sino que tendrá un impacto en el entorno
inmediato, convirtiéndose en un reto emocionante y edificante el arte de innovar; conviene
subrayar que el estado también debe luchar para que los sistemas legales sean flexibles y que tengan
como prioridad la defensa de la competitividad y la productividad del nicho empresarial.
En conclusión, no existe una formula mágica o un secreto específico para la innovación, la gestión
de nuevas ideas no sólo debe ir acompañada de una mayor financiación de recursos destinados a
ésta área, sino que la economía en su conjunto debe promover una cultura tolerante al fracaso; una
vez que se priorice esto, se tendrán mejoras notables en no sólo en términos de productividad, sino
que también se obtendrá un equilibrio a nivel macroeconómico, fortaleciéndose el crecimiento de
cualquier nación, en este caso, de Colombia.