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Lectura 9 Investigacion de Brote Mopece 5

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Módulos de principios de epidemiología para el control de enfermedades (MOPECE)

Investigación de brotes
Como hemos revisado, la investigación de brotes y epidemias es el ejemplo típico y más
frecuente de una investigación epidemiológica de campo. La investigación de un brote
en curso es, en general, un trabajo que demanda una actuación rápida y una respuesta
correcta del equipo local de salud a fin de mitigar y suprimir oportunamente los efectos
de tal brote sobre la población.

La capacidad local de actuar frente a un brote, incluyendo la investigación del mismo,


guarda relación directa con dos aspectos generales del equipo local de salud, a saber:

Su capacidad de detectar una alerta epidemiológica, en función del nivel de desa-


rrollo del sistema local de vigilancia en salud pública (¿cuándo investigar?).
Su capacidad de respuesta epidemiológica, en función del nivel de organización
del equipo local para aplicar un abordaje sistemático del problema (¿cómo inves-
tigar?).

En esta Unidad revisaremos con detalle los elementos básicos requeridos para responder
apropiadamente a las preguntas de cuándo y cómo investigar, en el contexto de los servi-
cios locales de salud. Es importante tener presente que cualquier sospecha surgida a nivel
local sobre la posible ocurrencia de un brote en la comunidad debiera ser comunicada sin
retraso al nivel sanitario inmediato superior, sea éste el nivel local de vigilancia en salud
pública o el propio nivel intermedio del sistema de salud. Tal precaución se justifica ante
el riesgo que pudiera estar corriendo la salud de la comunidad, siempre y cuando toda
información sobre la sospecha inicial se maneje en forma reservada y sea verificada. Más
concretamente, la comunicación de toda sospecha de brote es importante dado que:

El posible brote ante el cual nos encontramos pudiera ser la primera manifesta-
ción de una epidemia de amplias dimensiones que sobrepase el nivel local.
El posible brote ante el cual nos encontramos pudiera ser la primera manifesta-
ción en nuestra comunidad de un brote que está efectivamente ocurriendo en otro
lugar.
Es posible que las medidas de control ya estén disponibles y hayan sido tomadas
por un nivel superior al local y sea necesaria implementarlas en nuestra comuni-
dad.
Es posible recibir asesoramiento epidemiológico de los niveles superiores, inclu-
yendo recursos para la investigación epidemiológica de campo.

Conglomerados, brotes y epidemias

Un aspecto fundamental para la investigación epidemiológica de campo es la adopción


de conceptos y definiciones estandarizados que hagan posible el abordaje sistemático

Organización Panamericana de la Salud / OMS 11


Segunda Edición Revisada

de los problemas de salud inesperados en la población. Los términos “conglomerado”,


“brote” y “epidemia”, entre otros, tienen habitualmente connotaciones diversas, sobre
todo cuando son empleados fuera del ámbito técnico. En epidemiología, sin embargo, es
importante distinguir la diferencia entre ellos. Esta diferencia tiene que ver, fundamen-
talmente, con su posición relativa en una escala jerárquica de magnitud poblacional del
problema. Así, estos tres términos están asociados con la transmisión de la enfermedad
en la población, el tiempo de evolución del problema y también con el tipo de evidencia
que los genera. Ellos también orientan la magnitud de la respuesta, en investigación y
control, frente al problema.

Un conglomerado es el agrupamiento de casos de un evento relativamente poco común


en un espacio o un tiempo definidos en una cantidad que se cree o se supone es mayor a
la que cabría esperar por azar. En teoría, un conglomerado (espacial o temporal) podría
ser la expresión inicial de un brote y, por tanto, la identificación de un conglomerado,
luego de la respectiva confirmación de los casos, sería la manera más temprana de de-
tectar un brote. En la práctica, la búsqueda de conglomerados, usualmente a partir de
rumores locales, puede ser una forma de vigilar la ocurrencia de posibles brotes subse-
cuentes en la población.

Conglomerado: es la agregación inusual, real o aparente, de eventos de salud que


están agrupados en tiempo y/o en espacio.

Un brote es una situación epidémica limitada a un espacio localizado. Como situación


epidémica, por tanto, un brote es de aparición súbita y representa un incremento no
esperado en la incidencia de una enfermedad. Como situación limitada, un brote impli-
ca ocurrencia en un espacio específicamente localizado y geográficamente restringido,
como por ejemplo, una comunidad, un pueblo, un barco, una institución cerrada (escue-
la, hospital, cuartel, monasterio). Un brote se basa en evidencia sistemáticamente reco-
lectada, usualmente a partir de los datos de vigilancia en salud pública y eventualmente
seguida por una investigación epidemiológica que sugiere una relación causal común
entre los casos. En teoría, un brote sería la expresión inicial de una epidemia y, por tanto,
la identificación oportuna de un brote sería la manera más temprana de prevenir una
epidemia subsecuente. En la práctica, la identificación de brotes es una actividad básica
de los sistemas de vigilancia y la investigación de brotes un requisito importante para
la implementación de medidas de prevención y control oportunas y efectivas en el nivel
local.

Brote: es el aumento inusual en el número de casos relacionados epidemiológicamente,


de aparición súbita y diseminación localizada en un espacio específico.

12 Organización Panamericana de la Salud / OMS


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Una epidemia es, esencialmente, un problema de salud pública de gran escala relacio-
nado con la ocurrencia y propagación de una enfermedad o evento de salud claramente
superior a la expectativa normal y que usualmente trasciende los límites geográficos
y poblacionales propios de un brote. En general, una epidemia puede ser considera-
da como la agregación simultánea de múltiples brotes en una amplia zona geográfica y
usualmente implica la ocurrencia de un gran número de casos nuevos en poco tiempo,
claramente mayor al número esperado. Sin embargo, por su connotación de “situación
de crisis” en función de las metas y objetivos en salud pública, una epidemia no necesa-
riamente se define por un gran número de casos. Por ejemplo, en el escenario de erradi-
cación de la poliomielitis aguda por poliovirus salvaje en las Américas, la ocurrencia de
un solo caso confirmado se define como epidemia.

Epidemia: es la ocurrencia de casos de enfermedad u otros eventos de salud con una


incidencia mayor a la esperada para un área geográfica y periodo determinados. El
número de casos que indican la presencia de una epidemia varía según el agente, el
tamaño y tipo de población expuesta, su experiencia previa o ausencia de exposición
a la enfermedad y el lugar y tiempo de ocurrencia.

Los conceptos de conglomerado, brote y epidemia tienen en común que describen una
alteración del comportamiento de una enfermedad en la población; es decir, se generan
por comparación entre lo observado y lo esperado: la incidencia observada de una en-
fermedad es mayor a la incidencia esperada de dicha enfermedad en un lugar y tiempo
específicos.

Un aspecto clave en esta característica común es que tal alteración del comportamiento
de la enfermedad inesperada se refiere implícitamente a un aumento en la transmisión
de la enfermedad, es decir, que el aumento observado de la incidencia de enfermedad
se atribuye a la existencia de un conjunto de causas comunes entre los casos y no a otra
razón (de ahí la necesidad de investigar un brote). Esto es importante de subrayar, puesto
que es posible observar un aumento de la incidencia, mayor a la esperada, sin que este-
mos frente a una situación epidémica. El aumento de la incidencia de una enfermedad
puede ocurrir por cambios súbitos en su numerador o su denominador. Por ejemplo,
cambios en la definición de caso, en los procedimientos de notificación, en el tipo de
vigilancia (sobre todo cuando se decide pasar de un sistema de vigilancia pasiva a uno de
vigilancia activa), o en el acceso a los servicios de salud o mejoras en los procedimientos
diagnósticos, pueden provocar un “exceso” súbito de casos. Otro aspecto clave a con-
siderar ante posibles situaciones epidémicas es que tal alteración del comportamiento
observado de la incidencia de enfermedad no se refiere exclusivamente a la frecuencia de
la misma, sino también a su distribución. Prestar únicamente atención al número total
de casos observados o incidencia general observada en la población y constatar que se
encuentra en los límites esperados puede ser insuficiente para asegurar que no se está
frente a un brote. En otras palabras, puede ocurrir una situación epidémica sólo por

Organización Panamericana de la Salud / OMS 13


Segunda Edición Revisada

cambios en la distribución observada de la enfermedad, incluso sin llegar a reflejarse


en un aumento del número total de casos observados en la población. Por ejemplo, una
autoridad sanitaria concluyó que no existía un brote de sarampión al constatar que, hasta
la semana 12 de 1992, el número de casos observados de sarampión (392) en su área ad-
ministrativa no superaba el número esperado (412) para ese período y lugar, sin advertir
que más del 65% (258) de los casos observados estaban ocurriendo en niños mayores de
2 años, cuando el valor esperado o normal en este grupo de edad era 14% (58). Existía un
brote de sarampión en curso, en un grupo de población distinto al esperado, que pasó in-
advertido hasta que, eventualmente, el número total de casos observados de sarampión
superó al valor esperado. Claramente, esta situación pudo haber sido prevenida.

Desde un punto de vista práctico para el equipo local de salud, la identificación de brotes
y su investigación epidemiológica son los aspectos más importantes a revisar en esta
Unidad, pues es precisamente en el nivel local donde se investigan los brotes. Los prin-
cipios para la investigación epidemiológica de brotes que se describen a continuación se
aplican también a otras situaciones locales que exigen un adecuado sistema de alerta y
de respuesta epidémica.

14 Organización Panamericana de la Salud / OMS


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Cómo investigar
El objetivo principal de una investigación epidemiológica de campo en el estudio de un
brote es la identificación de los factores causales asociados a la presencia epidémica de
la enfermedad en la población. En general, ello implica determinar el agente causal, su
fuente y modo de transmisión, los grupos de población en mayor riesgo y las exposicio-
nes que predisponen a la enfermedad.

Como ya se ha mencionado, la investigación de un brote suele darse en un contexto lo-


cal en el que se exige una respuesta inmediata y una intervención oportuna, por lo cual
debe ejecutarse de manera rápida y técnicamente sólida. Por otra parte, la investigación
de un brote es, en general, un proceso de obtención de información complementaria a la
provista por el sistema local de vigilancia en salud pública, que se estima necesaria para
identificar e implementar las medidas de control eficaces.

En un sentido amplio, una investigación epidemiológica de brote se ejecuta en dos gran-


des actividades de campo:

Una actividad descriptiva, que caracteriza el brote en tiempo, espacio y persona.


El producto de esta etapa es usualmente suficiente para determinar la fuente y
modo de transmisión del agente e identificar aquellos individuos que están pri-
mariamente en riesgo de desarrollar la enfermedad. En esta fase se generan hipó-
tesis, al menos provisionales, que son suficientes para adoptar medidas de control
inmediato.
Una actividad analítica, cuando la etapa descriptiva es insuficiente para deter-
minar la fuente, modo, riesgos y exposiciones importantes en la propagación del
brote en la población. Básicamente, la etapa analítica consiste en la comparación
de grupos de personas enfermas y sanas de la población, a fin de identificar y
cuantificar la fuerza de asociación entre determinadas exposiciones y la presencia
de enfermedad, que se aplican para establecer las medidas de control definitivas.

En la práctica, la investigación epidemiológica de campo requiere ser ejecutada median-


te un abordaje sistemático, con pasos ordenados y secuenciales, en un trabajo en equipo.
Los pasos para la investigación de brotes se describen en el Cuadro 5.2.

Organización Panamericana de la Salud / OMS 19


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Cuadro 5.2 Pasos para realizar investigación epidemiológica de campo.

1. Confirmar la ocurrencia de un brote


2. Organizar el trabajo de campo
3. Establecer una definición operacional de caso
4. Realizar la búsqueda activa de casos
5. Caracterizar el brote en tiempo, espacio y persona
6. Generar hipótesis y adoptar medidas de control inmediato
7. Evaluar las hipótesis aplicando métodos de análisis exploratorio
8. Poner en marcha las medidas de control específicas
9. Evaluar las medidas de control
10. Preparar un informe técnico de investigación de campo

1. Confirmar la ocurrencia de un brote

Este paso fundamental comprende dos tareas secuenciales: en primer lugar se debe ve-
rificar el diagnóstico de los casos notificados de donde se genera la sospecha de brote;
y en segundo lugar, luego de confirmar los casos conocidos, se debe comparar inciden-
cias, es decir, establecer si la ocurrencia observada de la enfermedad es superior a la
esperada.

El objetivo de la verificación diagnóstica es asegurarse de que el problema ha sido co-


rrectamente diagnosticado. En consecuencia, es necesario en esta fase revisar las his-
torias clínicas y de laboratorio de los casos notificados. Esta información servirá para
construir un cuadro de frecuencia de síntomas y signos de la enfermedad y posibles
requerimientos de laboratorio para la confirmación de futuros casos o descartar algunos
de los casos notificados.

Una vez definidas las características clínicas y de laboratorio de los casos que se es-
tán investigando y hecho el recuento final de los mismos, la etapa siguiente es compa-
rar la incidencia observada y la esperada. De hecho, según hemos revisado, ésta es una
condición para establecer la necesidad de investigar. En este punto, el sistema local de
vigilancia puede dar una respuesta rápida. Una vez más, debe tenerse presente que el
análisis de la incidencia debe tomar en consideración la distribución de la enfermedad
y no únicamente el número total de casos. El Gráfico 5.1 muestra la ocurrencia usual
esperada de una enfermedad por medio de su corredor endémico, en contraste con la
curva epidémica observada.

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Gráfico 5.1 Fiebre tifoidea: canal endémico 1989-1999 y curva epidémica 2000; País X
70

60

50 Cuartil 3
Casos notificados

40 Mediana

30
Cuartil 1

20

10

0
E F M A M J J A S O N D

Meses

En la comparación de incidencias deberá descartarse el efecto debido a “artefactos” de


cambio en el numerador o denominador de la incidencia, según hemos revisado.

2. Organizar el trabajo de campo

El equipo local de salud debe planificar los aspectos operativos del trabajo de campo. En
general se debe prestar especial atención a tres tipos de requerimientos:

Aspectos administrativos. Se debe establecer contacto y coordinación adecuados


con las autoridades sanitarias, políticas y civiles de la comunidad; en caso necesa-
rio, debe solicitárseles cooperación activa.
Aspectos logísticos. Se debe establecer una coordinación de campo que asegure
los recursos mínimos, organice las personas, distribuya adecuadamente las tareas
y supervise la ejecución general del trabajo de campo.
Aspectos técnicos. Se debe contar con información técnica pertinente, incluyendo
los datos de notificación, datos demográficos, mapas y cartografía mínima, mode-
los de cuestionarios, manual de normas y procedimientos vigentes, información
clínica y de laboratorio relevantes y asesoramiento estadístico y epidemiológico.

Es de especial importancia asegurar el abastecimiento previo de insumos de laboratorio


mínimos para la confirmación diagnóstica de casos, incluyendo material para la recolec-
ción, almacenaje y transporte de muestras biológicas, como también del material reque-
rido para el procesamiento y análisis de datos. Si la investigación incluye encuestas por
entrevista a individuos sanos y enfermos, el formulario debe ser estandarizado y previa-
mente probado en el campo. En todo el proceso se debe garantizar la debida confiden-

Organización Panamericana de la Salud / OMS 21


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cialidad y discreción de la información recolectada. En realidad, el equipo local de salud


debería estar previamente organizado y listo para responder a una situación de alerta
epidemiológica. La capacidad de mantenerse organizado con anticipación a los hechos
es una característica deseable en un equipo de investigación epidemiológica de campo.

22 Organización Panamericana de la Salud / OMS


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Ejercicio 5.1

Analice la información contenida en el Gráfico 5.2; luego responda las preguntas.

Gráfico 5.2 Incidencia de infección por VIH en mujeres, país B, 2000


30

25

20
Incidencia por millón

15

10

0
1 4 7 10 13 16 19 22 25 28 31 34 37 40 43 46 49 52

Semanas epidemiológicas

Pregunta 1 De acuerdo con la información presentada, ¿considera Ud. que se inició


una epidemia de infección por VIH en la población femenina del país B
durante el año 2000?

__________________________________________________________

__________________________________________________________

__________________________________________________________

Organización Panamericana de la Salud / OMS 23


Segunda Edición Revisada

Pregunta 2 A mediados del mes de mayo de 2000 el programa nacional de prevención


y control del SIDA del país B anuncia la distribución gratuita de tratamien-
to antirretroviral a toda mujer gestante seropositiva al VIH. A la luz de la
nueva información ¿Considera Ud. que se inició una epidemia de infección
por VIH en la población femenina del país B durante el año 2000??

__________________________________________________________

__________________________________________________________

__________________________________________________________

3. Establecer una definición operacional de caso

El tercer paso en la investigación de campo es el establecimiento de una definición de


caso. Conviene precisar que una definición de caso para los fines de la investigación de
brotes puede diferir de la que se utiliza rutinariamente en el sistema de vigilancia en sa-
lud pública. De hecho, habitualmente es distinta y está sujeta a posibles modificaciones
de acuerdo con la evolución del brote.

Una definición de caso es una estandarización de criterios empleada para decidir si se


clasifica o no como caso a cada individuo en quien se sospecha la enfermedad objeto de
la investigación. Es por ello importante que sea empleada sistemática y uniformemente
para la búsqueda de casos adicionales y la determinación de la magnitud real del brote.

En general, la definición operacional de caso toma en cuenta una serie de condiciones


de inclusión, exclusión o restricción en relación con los siguientes tres tipos de criterios:

1. Criterios clínicos; que toman en cuenta los síntomas y signos de la enfermedad más
frecuentemente observados en los casos notificados; pueden incluir la secuencia con
la que se presentan y la duración promedio de los mismos.
2. Criterios de laboratorio; que toman en cuenta la evidencia bioquímica, patológica
o microbiológica de infección o enfermedad más importante para la confirmación
etiológica de la enfermedad en los casos notificados.
3. Criterios epidemiológicos; que toman en cuenta las características relevantes de
la distribución de los casos notificados en función del tiempo, espacio y persona,
así como del agente, huésped y ambiente; pueden considerar criterios de inclusión
o exclusión en relación al periodo de incubación, periodo probable de exposición,
contacto con casos índice, casos secundarios o fuente común, tipo de exposición y
restricciones sobre el tiempo y el área geográfica específicos.

24 Organización Panamericana de la Salud / OMS


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El estudio de brote de enfermedad de los legionarios que se anexa a esta Unidad, provee
un ejemplo ilustrativo de definición de caso. Los investigadores decidieron establecer
una definición de caso “típico” de enfermedad, con una parte clínica y otra epidemioló-
gica. La parte clínica establecía que un caso típico debería haber mostrado los primeros
síntomas de enfermedad entre el l de julio y el 18 de agosto de 1976 y haber tenido fiebre
de 39°C o más y tos seca o fiebre y neumonía confirmada por examen radiológico de
tórax. Como esta definición clínica era poco específica (enumera síntomas que podrían
atribuirse a virus, bacterias, rickettsias, hongos o toxinas químicas) se aplicaron criterios
epidemiológicos de restricción, para conseguir una mejor selección de los casos del bro-
te: además del cuadro clínico definido, para ser considerada como caso, la persona tenía
que haber asistido a la convención de la Legión Americana o haber estado presente en el
hotel Bellevue Stratford, sede de la convención y principal lugar de la reunión, a partir
del l de julio de 1976.

La definición de caso, como todo instrumento diagnóstico, tiene atributos de calidad


que deben ser evaluados. En especial, en una investigación de brote la definición de caso
debe ser sencilla y clara. Atributos importantes son también su sensibilidad y especi-
ficidad. Precisamente, la definición de caso empleada en la investigación de un brote
pudiera ser modificada, dependiendo de la fase en que se encuentre el estudio, a fin de
priorizar su sensibilidad o su especificidad:

1. En su fase inicial, el propósito principal de una investigación de brotes es detectar


todos los posibles casos de la enfermedad en la población; ello demanda, por tanto,
una definición de caso con alta sensibilidad, es decir, con alta capacidad de detectar
como positivos a todos los que estén enfermos.
2. En su fase avanzada, el propósito de la investigación es concentrarse sólo en los casos
que tengan mayor probabilidad de estar verdaderamente asociados con el brote; ello
demanda, por tanto, una definición de caso con alta especificidad, es decir, con alta
capacidad de detectar como negativos a todos aquellos que no estén enfermos. Algu-
nos factores que pueden ayudar a determinar el grado de sensibilidad y especificidad
de una definición de caso en situaciones de alarma epidémica son: (Gregg, 1996)

La razón usual entre casos clínicos aparentes e inaparentes; es decir, una medida
de la patogenicidad.
La presencia de signos y síntomas patognomónicos o fuertemente sugestivos de la
presencia clínica de enfermedad.
La disponibilidad de técnicas serológicas, de identificación o aislamiento bioquí-
mico o microbiológico fáciles, prácticas y confiables.
La accesibilidad a los servicios de salud de los pacientes y los individuos en mayor
riesgo de enfermar.
La reproducibilidad de la definición de caso, es decir, la capacidad de ser aplicada
de manera fácil y consistente por otras personas ajenas al equipo de investigación.

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Segunda Edición Revisada

La necesidad absoluta de investigar a todos los casos en la fase inicial del estudio o
únicamente a aquellos que sean notificados, atendidos u hospitalizados.

Una vez que –con los criterios que se adopten– se haya establecido la definición de caso
a emplear en la investigación de brote, ésta debe ser aplicada igual y uniformemente, sin
sesgos, a todas las personas bajo investigación.

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Ejercicio 5.2

El Cuadro 5.3 muestra la frecuencia de síntomas y signos entre los 46 casos de una en-
fermedad aguda inicialmente notificados a un centro de salud local. Todos los casos
resultaron ser profesionales de salud foráneos que asistían a una reunión técnica del
programa nacional de control de leishmaniasis, que se estaba realizando en un complejo
hotelero rural cercano. La reunión tuvo 192 participantes, duró cinco días y fue a puerta
cerrada. Eventualmente, el estudio de brote identificó un total de 108 casos, implicó al
consumo del sándwich de jamón y queso ofrecido durante el receso vespertino del se-
gundo día de la reunión y confirmó su etiología estafilocócica.

Cuadro 5.3 Brote de intoxicación estafilocócica (n=46)

Sintomas N° de casos

Náusea 46
Vómito 44
Diarrea 32
Dolor abdominal 29
Gases intestinales 18
Dolor de cabeza 13
Pujo 12
Escalofríos 10
Sed 9
Mareo 4
Heces mucosas 1

Pregunta 1 ¿Cuál fue la tasa de ataque inicial de la enfermedad?; ¿cuál fue la tasa de
ataque final de la enfermedad?

__________________________________________________________

__________________________________________________________

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Segunda Edición Revisada

Pregunta 2 Con la información disponible, ¿qué definición de caso propondría usted?


Compare su propuesta con las de los otros miembros del grupo y establez-
can una definición por consenso. Anote ambas propuestas.

Individual: _________________________________________________

Grupal: ____________________________________________________

4. Realizar la búsqueda activa de casos

Si ya se ha confirmado el brote, se tiene organizado al equipo local y se ha establecido


una definición operacional de caso, el paso natural siguiente es buscar casos, que repre-
senta literalmente el trabajo de campo. La primera medida para incrementar la detección
de casos es poner en práctica un sistema de vigilancia intensificada que puede incluir
la conversión de la vigilancia pasiva a vigilancia activa, la ampliación de la frecuencia y
modo de notificación (usualmente diaria y telefónica), la inclusión de fichas de investi-
gación de caso y contactos y otras acciones inmediatas.

Los métodos para búsqueda de casos son de distinto tipo, dependiendo de la enferme-
dad en investigación y del escenario local. En general, los brotes suelen afectar a ciertos
grupos en riesgo claramente identificables y por tanto, la búsqueda de casos puede ser
relativamente sencilla. La búsqueda activa de casos, por contacto directo con médicos
clave, laboratorios, hospitales, escuelas, fábricas o a través de algún medio de informa-
ción pública puede ser de utilidad para localizar la mayoría de los casos aún no notifi-
cados. Sin embargo, en ocasiones se requieren esfuerzos más intensos para localizar los
casos; éstos pueden incluir encuestas serológicas, encuestas casa a casa y encuestas a
médicos clave, entre otras. Lo importante es que, independientemente del método esco-
gido, el equipo local debe establecer un sistema para la búsqueda y notificación de casos
durante la investigación del brote y posiblemente después (Gregg, 1996).

5. Caracterizar el brote en tiempo, espacio y persona

Tiempo

El instrumento básico para caracterizar un brote en tiempo es la curva epidémica. Ca-


racterizar un brote en tiempo implica establecer la duración del brote, definir su natura-
leza y estimar el periodo probable de exposición.

La duración de un brote o epidemia depende, básicamente, de los siguientes factores:

La velocidad del brote, en relación con la infectividad del agente y modo de trans-
misión.

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El tamaño de la población susceptible.


La intensidad de exposición de la población susceptible.
El periodo de incubación de la enfermedad.
La efectividad de las medidas de control inmediato.

El Gráfico 5.3 presenta la curva epidémica correspondiente a un brote de rubéola que


afectó a 37 personas y ocurrió entre el 21 y el 29 de junio (duración = 9 días).

Gráfico 5.3 Brote de rubéola; curva epidémica


10

6
Casos

0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30

Dias
duración = 9 días
Mes de Junio

Por su naturaleza, los brotes o epidemias pueden ser de dos tipos.

Epidemias de fuente común: El brote es de origen común cuando varias personas


son expuestas simultáneamente a la misma fuente de infección. En tal situación,
la relativa uniformidad del período de exposición lleva a un agrupamiento de los
casos en el tiempo. Se distinguen dos tipos de fuente común: puntual y continua.
En la epidemia de fuente común puntual, o epidemia explosiva, la exposición
simultánea a la fuente común ocurre durante un periodo usualmente breve como,
por ejemplo, la exposición a un alimento contaminado servido en una fiesta so-
cial. El punto máximo de la curva epidémica suele alcanzarse tan rápidamente
como dura el periodo de incubación de la enfermedad y, en general, todos los
casos se presentan dentro del rango del periodo de incubación (Gráfico 5.4).

Organización Panamericana de la Salud / OMS 29


Segunda Edición Revisada

En el brote de fuente común continua, la duración de la exposición a la fuente


común se prolonga e, incluso, puede ser intermitente, tal como la exposición a
contaminantes fecales en las redes de abastecimiento de agua.
Epidemias propagadas: También llamadas epidemias lentas o por diseminación;
son aquellas en las ocurre transmisión de persona a persona (Gráfico 5.5).

Gráfico 5.4 Casos de salmonelosis: brote de fuente común; curva epidémica


20

18

16

14

12
casos

10

0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15
dias (agosto)

30 Organización Panamericana de la Salud / OMS


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Gráfico 5.5 Hepatitis viral A: brote propagado; curva epidémica


14

12

10

8
Casos

0
7 21 5 19 2 16 30 13 27 11 25 8 22 6 20 3 17 31 14 28 14 28 11 25
JUN JUL AGO SET OCT NOV DIC ENE FEB MAR ABR

Semanas

En las epidemias de fuente común puntual se asume que la infección con el agente causal
ocurre en el momento mismo de la exposición a la fuente común. Bajo este supuesto
lógico, el periodo de incubación se define como la mediana de la serie de datos sobre el
tiempo que transcurre entre la exposición al agente y la aparición de la enfermedad en
cada uno de los casos investigados. Esta información puede ser usada para estimar la
fecha probable de exposición al agente causal del brote, para lo cual del pico de la curva
epidémica simplemente se resta la cantidad de tiempo que corresponde a la mediana
del periodo de incubación. El Gráfico 5.6 ilustra este método con el brote de rubéola
descrito, en donde la mediana del periodo de incubación entre los 37 casos investigados
fue 18 días.

Organización Panamericana de la Salud / OMS 31


Segunda Edición Revisada

Gráfico 5.6 Brote de rubéola; fecha probable de exposición


fecha probable
de exposición
pico del brote
18 días periodo de incubación
10

6
casos

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30

días
duración= 9 días

El método para estimar el período probable de exposición al agente causal del brote
utiliza el rango o amplitud del periodo de incubación, sea el observado a partir de los
datos investigados o, más frecuentemente, usando la información conocida sobre la en-
fermedad. Para ello, el periodo de incubación mínimo se resta de la fecha de ocurrencia
del primer caso del brote y, luego, el periodo de incubación máximo se resta de la fecha
de ocurrencia del último caso del brote. La diferencia entre ambas mediciones representa
el periodo probable de exposición al agente causal. El Gráfico 5.7 ilustra este método con
el brote de rubéola descrito; siendo que el rango del periodo de incubación de la rubéola
es de 14 a 21 días.

32 Organización Panamericana de la Salud / OMS


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Gráfico 5.7 Brote de rubeola: periodo probable de exposición

21 dias: máximo periodo de incubación


10
período
9 probable de
exposición
8

6 14 dias: mínimo
periodo de incubación
casos

0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30
días

Junio duración = 9 dias

El período probable de exposición, en el Gráfico 5.7, corresponde entre el 7 y el 8 de


junio.

Estos métodos básicos son satisfactorios para identificar la exposición colectiva a una
fuente común puntual o única, una situación observada con bastante frecuencia. Cuan-
do hay diseminación secundaria, sin embargo, y un periodo de incubación muy corto,
la presencia de casos secundarios puede dificultar la identificación del punto de expo-
sición común y, por tanto, el periodo probable de exposición. En general, como se ha
mencionado, un brote de fuente común única debe tener una duración igual al rango
del periodo de incubación de la enfermedad en cuestión; sin embargo, cambios en el
nivel de exposición, variabilidad en la respuesta del huésped, subregistro de notificación
o insuficiente investigación de casos, entre otros factores, pueden acortar o extender la
duración prevista de un brote.

Organización Panamericana de la Salud / OMS 33


Segunda Edición Revisada

Ejercicio 5.3

El Gráfico 5.8 muestra la curva epidémica observada en un brote de leptospirosis. El


brote afectó a 102 personas. Con base en esta información, establezca la duración del
brote y estime el periodo probable de exposición al agente causal. La leptospirosis tiene
un periodo de incubación de 4 a 19 días (amplitud=15 días). Anote sus respuestas y
discútalas en grupo.

Gráfico 5.8 Leptospirosis: curva epidémica; lugar X, abril 2000


20

16

12
Casos

0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30
Días (abril, 2000)

Pregunta 1 La duración del brote fue: ____________

__________________________________________________________

__________________________________________________________

Pregunta 2 El periodo probable de exposición fue:

__________________________________________________________

__________________________________________________________

El Gráfico 5.9 muestra la curva epidémica observada en un brote de meningitis menin-


gocócica ocurrido en el servicio de pediatría del hospital M en mayo de 1999. El brote
afectó a 9 personas. Con base en esta información, establezca la duración del brote y
estime el periodo probable de exposición al agente causal. La meningitis meningocócica

34 Organización Panamericana de la Salud / OMS


Módulos de principios de epidemiología para el control de enfermedades (MOPECE)

tiene un periodo de incubación de 2 a 10 días (amplitud = 8 días). Anote sus respuestas


y discútalas en grupo.

Gráfico 5.9 Meningitis meningocócica: curva epidémica; hospital M, mayo 1999


5

3
Casos

0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20
Días (mayo, 1999)

Pregunta 3 La duración del brote fue:

__________________________________________________________

__________________________________________________________

__________________________________________________________

Pregunta 4 El periodo probable de exposición fue:

__________________________________________________________

__________________________________________________________

__________________________________________________________

Espacio (lugar)

Caracterizar un brote en espacio implica describir la distribución geográfica o espacial


de los casos, a partir de las respectivas tasas de ataque. La distribución espacial de casos
puede ser descrita en función a diversas características que se consideren relevantes para

Organización Panamericana de la Salud / OMS 35


Segunda Edición Revisada

documentar la extensión geográfica del brote, así como para esclarecer su etiología, ex-
posición y propagación.

Dependiendo de las circunstancias propias de cada brote, las características espaciales a


considerar pueden comprender la localidad de ocurrencia de los casos, su área de resi-
dencia, su local de trabajo, su posición relativa con respecto a determinados elementos
geográficos de referencia (ríos, vertederos, pozos, rellenos sanitarios, vecindad de los
casos índice y otras referencias espaciales sugestivas de exposición a fuente común), su
distancia relativa a los servicios de salud, el lugar de atención médica, etc.

La información descriptiva del brote en relación al espacio o lugar puede ser presentada
en cuadros y gráficos (Cuadro 5.4 y Gráfico 5.10). Sin embargo, la investigación epide-
miológica de campo y, particularmente, el estudio de brotes puede beneficiarse con el
uso de mapas.

Cuadro 5.4 Enfermedad de los legionarios: incidencia por lugar de hospedaje

N° de
Lugar de hospedaje Casos Tasa de ataque (%)
huéspedes
Hotel A 75 1.161 6,5
Hotel D 21 1.046 2,0
Hotel E 19 403 4,7
Hotel F 12 312 3,8
Hotel G 4 104 3,8
Otro hotel 7 210 3,3
Casa 8 294 2,7
Desconocido 3 153 2,0
Total 149 3.683 4,0

El uso de mapas para los fines de una investigación de brotes en el nivel local puede com-
prender desde métodos sencillos como la representación gráfica de los casos mediante
puntos marcados sobre un diagrama simple, hecho a mano o con la ayuda de programas
computarizados como el EpiMap, asociado al EpiInfo 2000, hasta la aplicación de méto-
dos más sofisticados y analíticos que representan los sistemas de información geográfica
(georeferenciación).

36 Organización Panamericana de la Salud / OMS


Módulos de principios de epidemiología para el control de enfermedades (MOPECE)

Gráfico 5.10 Brote de fiebre tifoidea; distribución de casos por parroquia


Tasa de incidencia por 100.000

0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100

San Andrés

San Jorge

Victoria

Caroni

San Patricio

Nariva-Mayaro

El empleo de mapas para presentar datos sobre un brote puede facilitar la identificación
de conglomerados y proporcionar pistas importantes sobre la presencia de fuentes co-
munes de infección y exposiciones de riesgo. El ejemplo clásico y vigente de caracteri-
zación de un brote en espacio usando un mapa simple para describirlo e identificar una
medida de control inmediato es el empleado por John Snow al estudiar la epidemia de
cólera en Londres entre 1849 y 1854, que se anexa a esta Unidad (Figura 5.1).

Organización Panamericana de la Salud / OMS 37


Segunda Edición Revisada

Figura 5.1 Defunciones por cólera y fuentes de agua; Soho, Londres, 1855
Fuentes de suministro de água

Muertes de cólera

ET
STRE
ORD
OXF

DE
WA
PO

AN
RD
.
LA
ST

S
GH ND

BE

OU

TR
U
RO

RW

EE
RS
O ST
B
RL

T
I
R
A

CK

TR
.M
EE

GT

E
ET

ST
T

ET
RE

RE
ST

ET
D
OA
BR
LE
XIN
KI
N

GT
G
RE

ST

ON
GE

R
EE
T

ST
EE

NT

RE
TR

ST

ET
TS

RE
ET
UI

EN
LD E
ND

GO UAR
CO

SQ
W

T
EE
AR

R
ST
SA

ER
VI

EW
IC
LL

BR
E

ST
RO
W

Y
LL
A DI
CC
PI

0 metros 200

Fuente: Snow J, 1885.

Persona

La caracterización del brote por la variable persona incluye la descripción de la distri-


bución de los casos según características relevantes de los individuos. Típicamente, este
paso involucra la elaboración de un cuadro resumen de la distribución de los casos por
sexo y grupos de edad (Cuadros 5.5 y 5.6).

38 Organización Panamericana de la Salud / OMS


Módulos de principios de epidemiología para el control de enfermedades (MOPECE)

Cuadro 5.5 Brote de fiebre tifoidea: distribución de casos por edad

Tasa de ataque (por


Edad (años) Casos Población
100.000)
0-4 4 148.300 2,7
5-9 44 152.200 28,9
10 -14 58 131.050 44,3
15 - 19 10 105.200 9,5
20 - 29 3 156.050 1,9
30 - 39 5 109.550 4,6
40 - 49 3 89.250 3,4
50 - 59 0 69.650 0,0
60 y más 1 59.300 1,7
Total 128 1.020.550 12,5

Cuadro 5.6 Brote de fiebre tifoidea: distribución de casos por sexo y edad

Varones Mujeres
Edad
TA TA
(Años)
Casos Población (por casos población (por
100.000) 100.000)
0-4 1 75.150 1,3 3 73.150 4,1
5-9 19 77.550 24,5 25 74.650 33,5
10 -14 18 65.800 27,4 40 65.250 61,3
15 - 19 5 52.900 9,5 5 52.300 9,6
20 - 29 1 76.600 1,3 2 79.450 2,5
30 - 39 1 55.400 1,8 4 54.150 7,4
40 - 49 1 43.950 2,3 2 45.300 4,4
50 - 59 0 35.750 0,0 0 33.900 0,0
60 y más 1 27.050 3,7 0 32.250 0,0
Total 47 510.150 9,2 81 510.400 15,9

Aunque muchas variables individuales pueden ser importantes para describir un bro-
te, no necesariamente están siempre disponibles durante la investigación. Como se ha
mencionado, se requiere, además, datos para el denominador en cada categoría de tales
variables para poder calcular las tasas de ataque, o sea, estimar el riesgo de enfermar.

6.Generar hipótesis y adoptar medidas de control inmediato

Esta fase de la investigación epidemiológica de campo demanda un esfuerzo de síntesis a


partir de la evidencia disponible. En este punto, disponemos de dos fuentes de evidencia:

Organización Panamericana de la Salud / OMS 39


Segunda Edición Revisada

La información médica general sobre las enfermedades y daños a la salud (el


“qué”) que podrían estar causando el brote observado.
La información epidemiológica descriptiva, caracterizada en el paso previo, so-
bre tiempo (el “cuándo”), espacio (el “dónde”) y persona (el “quiénes”) en que
ocurre el brote en curso.

Esta información se debe sintetizar en hipótesis, es decir, conjeturas plausibles o explica-


ciones provisionales sobre tres grandes aspectos:

La fuente probable del agente causal del brote.


El modo de transmisión probable del brote.
La exposición asociada a mayor o menor riesgo de enfermar.

Esta síntesis racional de la información disponible debe necesariamente acompañarse de


recomendaciones específicas para el establecimiento de medidas de control de carácter
provisional y adopción inmediata. Las medidas de control inmediato deben estar diri-
gidas a los tres aspectos ya mencionados: la fuente, el modo y la exposición.

Más específicamente, las medidas de control inmediato en aquellas situaciones en las


que la investigación de brote sugiere una fuente común de infección deben estar di-
rigidas a la remoción, resguardo, supresión, eliminación o corrección de dicha fuente
común. En aquellas situaciones en las que la investigación de brote sugiere transmisión
de persona a persona y se sospecha alta patogenicidad o virulencia del agente causal,
las medidas de control deben estar dirigidas a la fuente de infección (los enfermos) y la
protección de los susceptibles (los contactos).

Finalmente, la generación de hipótesis provee una base lógica para la fase analítica de la
investigación epidemiológica de campo, con miras a establecer las causas básicas de la
ocurrencia del brote en la población y la aplicación oportuna y efectiva de medidas de
prevención y control definitivas.

7. Evaluar las hipótesis aplicando métodos de análisis exploratorio

Reconociendo que ni las enfermedades ni las epidemias se producen por azar en la po-
blación, el epidemiólogo necesita comparar grupos de población a fin de detectar las
causas que incrementan el riesgo de enfermar o presentar determinado desenlace en
salud y proponer las medidas de control e intervenciones sanitarias que modifiquen
positivamente esa situación observada.

En la práctica, es posible identificar al menos cuatro ventajas estratégicas para ejecutar


un estudio epidemiológico de tipo analítico durante la investigación de un brote en cur-
so:

40 Organización Panamericana de la Salud / OMS


Módulos de principios de epidemiología para el control de enfermedades (MOPECE)

Durante un brote usualmente se tiene necesidad de obtener información especí-


fica sobre los casos, adicional a la información proporcionada por la vigilancia.
Durante un brote es usualmente fácil acceder a individuos sanos (controles) en la
vecindad de los casos, en el trabajo de campo de búsqueda de casos.
Los resultados del estudio analítico de un brote pueden traer beneficios inmedia-
tos y concretos a la comunidad y sus autoridades sanitarias.
La ejecución del estudio analítico de un brote es una extraordinaria y estimulante
experiencia de capacitación en servicio para los equipos locales de salud.

El diseño epidemiológico de tipo analítico más apropiado y empleado en la investigación


de una situación de alerta epidemiológica es el estudio caso-control. En las condiciones
de campo impuestas por un brote, la aplicación de un diseño caso-control debe conside-
rarse de carácter exploratorio, como se ha señalado. Ello implica la posibilidad de com-
plementar los hallazgos de la investigación con otros estudios confirmatorios y de diseño
más sofisticado, en la medida de las posibilidades y los recursos disponibles. Sin em-
bargo, un estudio caso-control básico y racionalmente diseñado, ejecutado y analizado
puede aportar respuestas relevantes para el control oportuno del brote en la comunidad.

El diseño básico de un estudio caso-control consiste en la selección de dos grupos de


personas de la comunidad, un grupo de personas que tienen la enfermedad producida
por el brote (casos) y un grupo de personas sin la enfermedad (controles). Tanto en los
casos como en los controles se investiga su historia de exposición a las principales fuen-
tes y factores sospechosos de la enfermedad, mediante la aplicación de un cuestionario
estandarizado. Los datos así obtenidos se disponen en tantas tablas 2x2 como fuentes y
factores sospechosos se investigan. La estrategia básica de análisis consiste en la compa-
ración de la prevalencia de exposición en ambos grupos de personas a cada una de las
fuentes y factores investigados. Si un determinado factor sospechoso está efectivamente
implicado en la producción del brote de la enfermedad, entonces se espera que la preva-
lencia de exposición a dicho factor sea razonablemente más alta en los enfermos (casos)
que en los sanos (controles). Desde un punto de vista más formal, el análisis explora la
presencia de significancia de la asociación entre exposición y enfermedad aplicando la
prueba estadística Chi cuadrado. Además, el análisis epidemiológico busca cuantificar
la fuerza de una asociación entre exposición y enfermedad, por medio del cálculo del
OR (odds ratio).

En el diseño de un estudio caso-control para la investigación de brotes se debe tener en


consideración tres aspectos fundamentales:

La selección de los casos. En general, los casos deben ser confirmados, de acuer-
do con la definición de caso empleada en la investigación. En lo posible, esta de-
finición debe tener gran especificidad, a fin de evitar incluir como caso a un indi-
viduo que no lo sea (falso positivo).

Organización Panamericana de la Salud / OMS 41


Segunda Edición Revisada

La selección de los controles. Los controles sirven para proveer una medida es-
perada de la exposición al factor estudiado, para compararla con la observada en
los casos; por ello, casos y controles deben ser grupos comparables. La selección
apropiada de los controles es el aspecto más crítico de un estudio caso-control.
Para que los grupos sean comparables, los controles deben ser representativos de
la población de donde surgen los casos; los controles no deberían diferir de los
casos en ninguna otra característica (aparte de que están sanos y que, por ello,
presumiblemente su nivel de exposición a los factores que causan la enfermedad
es distinto); y, todas las variables en los controles deben ser medidas de la misma
forma que en la que se miden en los casos.
La selección de las variables. En lo posible, debe restringirse al mínimo necesario
el número de variables incluidas en el estudio y su selección debe estar en rela-
ción con las hipótesis generadas por el estudio descriptivo del brote. Las variables
escogidas y sus categorías deben tener una definición operacional que acompañe
al formulario en donde se va a recoger la información. Dicho formulario de en-
cuesta debe ser probado en el campo antes de su aplicación a los casos y controles.

La herramienta básica para el análisis de un estudio caso-control es la tabla 2x2. En los


estudios caso-control la tabla 2x2 tiene los siguientes componentes (Cuadro 5.7):

Cuadro 5.7 Tabla 2x2 de un estudio caso-control

Caso Control
Expuesto a b a+b
No expuesto c d c+d
a+c b+d n

a = casos expuestos
b = controles expuestos
c = casos no expuestos
d = controles no expuestos

a + c = total de casos
b + d = total de controles
a + b = total de expuestos
c + d = total de no expuestos

n = total de casos y controles (a + b + c + d)

Como se indicó, la estrategia básica de análisis del estudio caso-control en una inves-
tigación de brote consiste en la comparación de la prevalencia de exposición al factor
investigado de los casos y de los controles:

42 Organización Panamericana de la Salud / OMS


Módulos de principios de epidemiología para el control de enfermedades (MOPECE)

prevalencia de exposición en los casos =

prevalencia de exposición en los controles =

Si el factor investigado está efectivamente implicado en la producción de la enfermedad,


entonces se espera que la prevalencia de exposición a dicho factor sea razonablemente
más alta en los casos que en los controles. La significancia de la asociación entre ex-
posición y enfermedad se explora estadísticamente con la prueba de Chi cuadrado:

La decisión se toma con base en el valor estadístico del Chi cuadrado calculado: si es
mayor que 3,84, se concluye que existe asociación entre exposición y enfermedad, esta-
dísticamente significativa al nivel de 5% de significancia (95% de confianza).

Desde el punto de vista epidemiológico, se debe cuantificar la fuerza de la asociación en-


tre exposición y enfermedad, por medio del OR (odds ratio), que corresponde a la razón
de productos cruzados en la tabla 2x2:

El OR es una medida de fuerza de asociación análoga al riesgo relativo de los estudios


de cohortes. Un OR igual a 1 sugiere ausencia de asociación exposición-enfermedad; un
OR mayor de 1 (OR>1) sugiere exposición de riesgo y un OR menor de 1 (OR<1) sugiere
un efecto protector.

Consideremos el siguiente ejemplo. Durante la segunda semana de un brote de liste-


riosis se explora la posibilidad de que la exposición a mantequilla no pasteurizada sea
un factor determinante del brote. Se efectúa un estudio caso-control con 40 casos y 120
controles seleccionados de la comunidad. Los resultados son los siguientes:
Caso Control
Expuesto 31 61 92
No expuesto 9 59 68
40 120 160

prevalencia de exposición en los casos:

Organización Panamericana de la Salud / OMS 43


Segunda Edición Revisada

la prevalencia de exposición en los controles es:

Para explorar si existe significancia de la asociación entre la mantequilla no pasteurizada


y la listeriosis (es decir, si la prevalencia de exposición en los casos es estadísticamente
diferente que la prevalencia de exposición en los controles) usamos

como 8,73>3,84, concluimos que sí existe asociación estadística entre la exposición a


mantequilla no pasteurizada y la presencia de listeriosis (p<0.05).

La fuerza de asociación entre exposición a mantequilla no pasteurizada y listeriosis es:

En resumen, el estudio caso-control halló una asociación estadísticamente significativa


entre consumo de mantequilla no pasteurizada y presencia de listeriosis; asimismo, el
estudio sugiere que las personas que consumen mantequilla no pasteurizada tienen, en
promedio, 3,3 veces el riesgo de presentar listeriosis que los que no consumen dicho
producto.

Con relativa frecuencia ocurren situaciones de brote confinadas a instituciones cerra-


das como hospitales, escuelas, cuarteles, conventos o, más habitualmente, actividades
sociales en las que se sospecha exposición a una fuente común única, cuyo vehículo
de transmisión es usualmente un alimento contaminado. En tales situaciones, donde
es posible identificar a toda la población potencialmente expuesta, se puede aplicar un
diseño analítico exploratorio tipo estudio de cohortes. Por medio de un cuestionario
previamente estructurado, se realiza una encuesta a todas las personas que participaron
de dicho evento social y se averigua su historia de exposición a cada factor de riesgo bajo
sospecha. De esta forma es posible reconocer dos cohortes, una de personas expuestas
al factor y otra de no expuestas, y se procede a comparar sus respectivas tasas de ataque
de enfermedad. La fuente sospechosa que presente la mínima tasa de ataque entre no ex-
puestos y la máxima entre expuestos será, en principio, considerada la fuente implicada
en tal brote. En los estudios de cohorte la tabla 2x2 tiene los siguientes componentes
(Cuadro 5.8):

44 Organización Panamericana de la Salud / OMS


Módulos de principios de epidemiología para el control de enfermedades (MOPECE)

Cuadro 5.8 Tabla 2x2 de un estudio de cohortes


enfermo sano
expuesto a b a+b
no expuesto c d c+d
a+c b+d n

a = expuestos enfermos
b = expuestos sanos
c = no expuestos enfermos
d = no expuestos sanos

a + b = total de expuestos
c + d = total de no expuestos
a + c = total de enfermos
b + d = total de sanos

n = total de expuestos y no expuestos (a + b + c + d)

Como se indicó, la estrategia básica de análisis del estudio de cohortes consiste en la


comparación de la tasa de ataque en expuestos y no expuestos al factor investigado:
tasa de ataque entre los expuestos =

tasa de ataque entre los expuestos = c


c+d

Si el factor investigado está efectivamente implicado en la producción de la enfermedad,


entonces se espera que la tasa de ataque, es decir, la incidencia de enfermedad sea más
alta en los que se expusieron al factor que entre los que no se expusieron. La significan-
cia de la asociación entre exposición y enfermedad se explora estadísticamente con la
prueba de Chi cuadrado, como hemos revisado. Como la tasa de ataque es una tasa de
incidencia, la fuerza de asociación se explora por medio del riesgo relativo (RR), es
decir, por la razón de incidencias:

Retomemos el ejemplo presentado en el Ejercicio 5.2. La situación descrita permitió


estudiar a los 192 participantes de la reunión técnica y determinar su exposición al con-
junto de alimentos servidos en los tres primeros días. Por medio de un cuestionario,
cada persona indicó si comió o no comió cada alimento sospechoso. Los resultados en

Organización Panamericana de la Salud / OMS 45


Segunda Edición Revisada

relación al sándwich de jamón y queso servido durante el receso vespertino del segundo
día de reunión se presentan a continuación:

enfermo sano
Expuesto 89 23 112
No expuesto 19 61 80
108 84 192

la tasa de ataque en los expuestos es:

la tasa de ataque en los expuestos es:

Para explorar si existe significancia de la asociación entre el consumo del sándwich y la


diarrea usamos:

Como 58,86>3,84, concluimos que existe asociación estadística entre la exposición al


sándwich de jamón y queso y la presencia de enfermedad diarreica aguda (p<0.05). La
fuerza de esta asociación la exploramos por medio del riesgo relativo:

En resumen, en el estudio exploratorio de cohortes se encontró una asociación estadís-


ticamente significativa entre el consumo de sándwich de jamón y queso y la presencia
de enfermedad diarreica aguda; el estudio sugirió que las personas que consumieron el
sándwich tenían, en promedio, 3,3 veces el riesgo de desarrollar diarrea que los que no lo
consumieron. En este caso, eventualmente se pudo demostrar la etiología estafilocócica
del brote.

Aunque los estudios caso-control y de cohortes pueden ser reveladores, en ocasiones no


son suficientes para identificar las causas de la propagación de un brote en la población
y es necesario confirmar hipótesis o replantearlas con otros estudios. De ahí la impor-
tancia de construir y fortalecer capacidades nacionales en investigación epidemiológica
de campo en apoyo a los niveles locales de salud.

46 Organización Panamericana de la Salud / OMS


Módulos de principios de epidemiología para el control de enfermedades (MOPECE)

8. Implementar las medidas de control específicas

Con los resultados de los estudios analíticos, se hace necesario otro esfuerzo de síntesis.
Se debe revisar toda la evidencia disponible, incluyendo la actualización de la caracteri-
zación del brote en tiempo, espacio y persona, así como la evaluación preliminar de los
resultados de la aplicación de las medidas de control inmediato adoptadas.

Como ha sido mencionado, las medidas de control en aquellas situaciones en las que la
investigación del brote sugiere o confirma una fuente común de infección deben estar
dirigidas a la remoción, resguardo, supresión, eliminación o corrección de dicha fuente
común. En aquellas situaciones en las que la investigación de brote sugiere o confir-
ma transmisión de persona a persona y se sospecha alta patogenicidad o virulencia del
agente causal, las medidas de control deben estar dirigidas a la fuente de infección (los
enfermos) y la protección de los susceptibles (los contactos), incluyendo la inmuniza-
ción, el tratamiento terapéutico y la profilaxis. En general, son recomendables campañas
de educación para la salud, específicamente dirigidas a las medidas de control del brote
en la comunidad.

9. Evaluar la eficacia de las medidas de control

La investigación epidemiológica de campo debe considerar el monitoreo de la situación


de brote luego que se han implementado las medidas de control en la población. Por un
lado, se debe continuar observando las características epidemiológicas descriptivas del
brote en tiempo, espacio y persona, usualmente a través de la información provista por el
sistema de vigilancia. No es infrecuente que las características clínicas y epidemiológicas
de la enfermedad que ocasiona el brote presenten modificaciones súbitas, en ocasiones
asociadas a cambios en el tipo y nivel de exposición a ciertos factores. Por otro lado, la
eficacia de las medidas de control puede ser documentada con uso de las técnicas analí-
ticas de la epidemiología, comparando la situación observada con la que se debe esperar
si las medidas de control resultaran eficaces.

10. Preparar un informe técnico de investigación de campo

Durante el proceso de identificación, investigación y control de un brote en la población


se genera información de gran interés para diversos propósitos, con relación al brote y a
la comunidad en que éste ha ocurrido. Una tarea del equipo local de salud es sintetizar
dicha información en un informe técnico consistente, comprensible y convincente que
documente el proceso y su contexto. Lejos de ser un requerimiento burocrático, el infor-
me técnico es un documento científico de comunicación del conocimiento a organismos
e instituciones con responsabilidad y competencia en salud pública. Es, también, un
instrumento docente.

Organización Panamericana de la Salud / OMS 47


Segunda Edición Revisada

El informe técnico de investigación debe ser una síntesis objetiva; se recomienda redac-
tarlo con el siguiente formato: introducción y antecedentes, justificación, materiales y
métodos, resultados, discusión, recomendaciones y medidas de control y referencias. Se
debe comunicar los resultados en forma científicamente objetiva y con un lenguaje claro
y convincente, con las recomendaciones justificadas y apropiadas para la acción. El in-
forme técnico también puede servir de base para la publicación de un artículo científico,
con el propósito de contribuir al conocimiento de la epidemiología y la salud pública.

El informe técnico también puede servir de guía para las comunicaciones verbales que
el equipo de investigación habitualmente se ve en la obligación de realizar, tanto frente a
las autoridades locales como ante la prensa y el público en general.

Esta Unidad se acompaña del Ejercicio Integrador de Investigación Epidemiológica


de Campo : “Brote de enfermedad ictérica en un área rural”

48 Organización Panamericana de la Salud / OMS

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