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Proclamar Las Promesas de Dios

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13

EL PODER DE
PROCLAMAR
LAS PROMESAS
DE DIOS
Día 13: El Poder de Proclamar las Promesas de
Dios

Hola, querido/a amigo/a

Bienvenido al Décimo Tercer Día de esta Audioguía. Ya has completado


casi dos semanas de esta formación, y estoy convencido de que has
experimentado cosas que, sin duda, han tocado tu corazón, y que te
están ayudando a renovar poco a poco tu concepción sobre la oración.

Ayer estuvimos hablando acerca del poder que se libera en nuestras


vidas cuando decidimos levantarnos en fe. El enemigo quiere que te
sientas abatido/a, y que te quedes inmóvil, aplastado bajo el peso de
sus acusaciones y mentiras. La buena noticia, sin embargo, es que
tienes siempre la oportunidad de levantarte, si así lo deseas: es una
decisión, algo que tienes que decidir hacer. Es cierto que ese primer
paso implica un esfuerzo inicial, pero cuando lo das y consigues
levantarte, ¡experimentas al instante la victoria de Dios en tu vida! 

Dios te llama a levantarte por medio de la fe, y a resistir al enemigo y a


sus mentiras. ¡Sí, cuando proclamas la verdad de Dios, el enemigo
huye! De hecho, declarar la verdad y las promesas de Dios sobre
nuestras vidas de manera habitual es una práctica esencial para
permanecer fuerte en el Señor. 

Ese es el punto sobre el que vamos a hablar precisamente hoy: el Poder


de Proclamar las Promesas de Dios. 

Vamos a empezar orando: “Señor, gracias porque Tu verdad es más


fuerte que las mentiras del enemigo, y porque en Ti tenemos nueva vida.
Gracias porque en Ti tenemos la victoria ante todos los ataques de las
tinieblas, y porque podemos proclamar con valentía Tus promesas sobre
nosotros. Te pido ahora especialmente por mi querido/a amigo/a, para
que pueda aprender a dedicar cada día un momento a proclamar Tus
promesas sobre Su vida, y para que todos los contenidos que vamos a
ver hoy en la Audioguía sean de una bendición tremenda para su vida.

¡Que Tu Nombre sea levantado en nuestras vidas, Señor, hoy y siempre!


En el Nombre de Jesús. ¡Amén!”

Nuestras palabras tienen mucho poder. No es de extrañar que sea


así: hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios, y Su Palabra es
creadora. Dice la Biblia que Dios creó todo por la Palabra, y son muchos
los pasajes de la Biblia que nos muestran el poder tan grande que tiene
nuestra lengua (Proverbios 18:21, Santiago 3:10, …).

Imagínate si tiene poder lo que decimos con nuestra boca, que


incluso para obtener la salvación tenemos que usar nuestra boca, como
dice la Biblia: “si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y
creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo”
(Romanos 10:9).

Es muy interesante aquí el concepto de “confesar”. Generalmente


utilizamos este término en nuestro día a día cuando sentimos la
necesidad de hablar de algo secreto que hay en nuestra vida. Cuando
“confesamos” algo, estamos reconociendo, declarando públicamente
algo que había en nuestro interior, algo que estaba oculto en cierta
manera. 

Es por eso que el pasaje que acabamos de ver dice que, para ser salvos,
tenemos que “confesar” con nuestra boca que Jesús es el Señor,
tenemos que hacer público delante del Cielo y de las tinieblas que
hemos decidido creer en Jesús, y que Él es el Señor de nuestra vida. 

Nuestras palabras revelan lo que hay en nuestro corazón. De hecho,


Jesús dice que “de la abundancia del corazón habla la boca” (Lucas
6:45). Siempre que hablamos de “confesar”, “declarar”, “proclamar”...
estamos haciendo referencia al mismo concepto de expresar
públicamente delante de Dios y de las tinieblas lo que creemos en lo
más profundo de nuestro ser.

Es por ello que, cuando declaras cosas negativas sobre tu vida, en


ese momento estás alineándote con las mentiras de las tinieblas:
has escogido creerlas, y tanto el Cielo como las tinieblas te han oído

confesar que estás de acuerdo con ellas, porque estás proclamando


con tus labios que eres un don nadie, que vas a morir de esa
enfermedad, que Dios te ha abandonado… o cualquier otra mentira del
enemigo. Al hacer eso, abres puertas en tu vida para que las tinieblas
sigan trayendo confusión a tu mente, inseguridad, miedo, e incluso
enfermedad y muerte. 

Lo bueno, sin embargo, empieza cuando decides creer y confesar


las promesas de Dios sobre tu vida =) Cuando, en medio de cualquier
situación, estás confesando públicamente y proclamando que has
decido con ar en Dios y en lo que Él dice en Su Palabra, aunque ahora
mismo tu realidad parezca ser totalmente la contraria. Al hacerlo, estás
invitando al Cielo a venir y a cambiar tu realidad por medio de Sus
milagros. En ese caso, las tinieblas no tienen más remedio que
retroceder, porque las estás resistiendo en la fe, y como ya hemos visto
ayer, la Biblia dice que cuando resistimos el enemigo, sale huyendo. 

De verdad, cuando lo piensas, ¡nuestras palabras tienen tanto


poder! Es por eso que la Biblia dice que “la muerte y la vida están en
poder de la lengua” (Proverbios 18:21). Esto se ha convertido en una
clave en mi vida. De hecho, puedo garantizarte que jamás me
escucharás decir cosas negativas de mí mismo o de otras personas, ni
quejarme contra Dios, ni expresar dudas acerca de Él, de Su bondad, o
de Su carácter… En los momentos en los que me he sentido más
frustrado conmigo mismo por algún error que he cometido, lo máximo
que he llegado a decir en mi enfado es algo como “¡Soy tonto!”, e
inmediatamente lo he corregido, pidiendo perdón al Señor por ello, y
aclarando que no soy tonto, sino que sencillamente he cometido un
error en ese momento… 

Sí, a lo largo de mi caminar con el Señor he ido descubriendo el


inmenso poder que se libera cuando con eso las promesas de Dios
sobre mi vida. Tal es así, que hace unos cuantos años sentí en mi
corazón que tenía que incluir en mi tiempo de oración diario un
momento especial para proclamar las promesas de Dios sobre mi vida
en diferentes áreas. 
fi

fi

Me sentí guiado a crear una lista con todo tipo de confesiones


sobre mi vida, mi familia, mi ministerio… basadas en la Palabra de
Dios y en promesas que he ido recibiendo en mi corazón durante mis
tiempos de oración. En ellas, declaro la obra y la bendición de Dios
sobre mi esposa y mis hijos, así como sobre mi padre, y proclamo todas
las cosas que Dios va a hacer a través de mí. Con eso que voy a ser un
motor para el avivamiento y la para la unidad en el Espíritu, y que Dios
va a hacer milagros impresionantes en mi vida y a través de mí, para
que millones sean tocados por el Señor. Proclamo sabiduría e
inteligencia sobre mi vida para cada paso que dé, así como mayores
encuentros con Dios. Proclamo más de Su Presencia en mí, más de Su
Gloria, más de Su Discernimiento, y también más de Su bendición en
todas las áreas de nuestra vida, especialmente en la económica, y en
todo lo que tiene que ver con Su protección divina. Declaro Su victoria
en áreas en las que todavía tengo que mejorar, y más visión de Su parte,
para poder moverme en todo lo que Él me diga. ¡Es un tiempo tan
especial!

Esta lista, desde que empecé a orar con ella hace unos cuantos
años, se ha convertido en una parte principal de mis tiempos de
oración. Me permite cada día proclamar las Promesas de Dios sobre mi
vida, y recordar todas las cosas que Él ha preparado para nosotros. 

En los tiempos de oración que tengo cada mañana, suelo dedicar unos
momentos para abrir mi corazón delante de Dios, para escuchar Su Voz,
para escribir lo que Él me dice, para leer Su Palabra, … ¡Cada momento
es realmente precioso! Pero siempre el tiempo que más energía me da
para el día que tengo por delante es el tiempo de proclamaciones; es
por eso que suele ser la última cosa que suelo hacer, con la que cierro
mi tiempo de oración antes de empezar con mi jornada. Nada más
empezar a leer esas declaraciones y proclamarlas, empiezo a sentir el
gozo de Dios, así como energías renovadas para hacer todas las cosas
que Él me llama a hacer hoy. Recuerdo Sus promesas, me animo con
Sus planes, declaro lo que vendrá, renuevo mi fuego y entusiasmo por
Él…. ¡Es realmente genial!

fi

Lo que hace posible que esta lista sea tan efectiva es la fe. De
hecho, en el pasaje que vimos al principio acerca de la salvación decía:
“si confesares con tu boca… y creyeres en tu corazón…” (Romanos 10:9).
No tendría sentido para mí leer esta lista de proclamaciones
mecánicamente, solo como una tarea más. Lo que hace que sea tan
efectiva es que, cuando empiezo a leerla, realmente me estoy
renovando en cada una de esas promesas, las estoy recordando, y las
proclamo de todo corazón como una realidad, como algo que Dios está
haciendo en mi vida. 

Mi querido/a amigo/a, ¡te quiero animar a que crees tu propia lista


de Proclamaciones! No solo es super efectivo, sino que además es
algo muy motivante, te lo puedo asegurar. En mi caso, da igual si me he
levantado un poco raro, cansado o si no me encuentro demasiado bien:
siempre que empiezo a proclamar estas promesas de Dios para mi vida,
todo cambia: la fe empieza a arder de nuevo en mi corazón, empiezo
de nuevo a activarme…. ¡Acabo siempre “on re”, lleno de fuerzas para
empezar mi jornada! =)

Este es, precisamente, el ejercicio práctico que quiero proponerte


para hoy: empezar a crear tu propia lista de Proclamaciones. Y para
ayudarte a ello, quiero compartir contigo un Bonus extra: una guía que
preparé hace algún tiempo para los suscriptores de Un Milagro Cada
Día, titulada “Declaraciones Diarias”. En ella, te guío en el proceso de
creación de tu lista de Proclamaciones, para que puedas crearla de una
manera fácil y efectiva, con la ayuda de los consejos que comparto
contigo en la guía. Además, en ella comparto contigo literalmente mi
lista de Proclamaciones, y te enseño en un vídeo cómo suelo orar por
ella cada día, para que puedas capturar mejor la esencia de lo que es
una Lista de Proclamaciones. ¡Creo que va a serte de mucha ayuda e
inspiración! Podrás encontrar este Bonus Extra en la Página de
Descargas.

Déjame orar por ti (mira el vídeo o escucha el audio).


fi

Me despido ya, para así dejar que puedas empezar a crear ahora mismo
tu lista de Declaraciones, y que puedas así disfrutar de esta forma de
oración tan poderosa. 

En esta misma línea, mañana hablaré sobre algo que hará que tus
oraciones en general y las proclamaciones en particular adquieran su
pleno potencial: compartiré contigo acerca del Poder de la Valentía en
la Oración. ¡Las oraciones valientes son las que hacen que las tinieblas
retrocedan, y que el Reino de los Cielos sea extendido en tu vida, y a tu
alrededor, en cualquier situación! Creo que lo que compartiré contigo
mañana va a ayudarte a crecer en tu identidad y autoridad como hijo de
Dios. ¡Te veo mañana! ;) 

Por favor, no olvides compartir tus testimonios conmigo, serán una


bendición tanto para mí como para el resto de personas que están
haciendo esta Audioguía ;) Puedes hacerlo en los enlaces habilitados
para ello, o escribiendo un comentario en los vídeos de YouTube, si te
resulta más sencillo =)

Te veo mañana, y no lo olvides: ¡Eres un Milagro!

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