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Embriología Humana

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EMBRIOLOGÍA HUMANA

Embriogénesis humana: proceso que, partiendo


del cigoto, permite la creación de un organismo
pluricelular. Comienza cuando los gametos son
fertilizados y surge el embrión.
En el caso de la embriogénesis humana, el
desarrollo del embrión lleva cerca de ocho
semanas. En este periodo, el producto de la
concepción completa su etapa inicial de
desarrollo; a partir de entonces, pasa a
conocerse como feto.
La embriogénesis supone que un conjunto de células compone el embrión propiamente
dicho, mientras que otro grupo posibilita la formación de los anexos embrionarios (el corion
y el amnios). Ya en las semanas iniciales, en el embrión se empiezan a originar los futuros
órganos. Entre los anexos embrionarios y el embrión aparece la placenta, que está vinculada
al embrión a través del cordón umbilical. Dicho cordón sirve para la eliminación de desechos
y para el transporte de nutrientes y oxígeno al embrión. Es posible reconocer las cuatro fases
en la embriogénesis y con cada paso, el embrión gana complejidad y avanza en su progresión:
o Segmentación.
o Gastrulación.
o Neurulación.
o Organogénesis.
Embrión humano: Es la etapa inicial del desarrollo de un
organismo multicelular. En los organismos que se reproducen
sexualmente, el desarrollo embrionario es la parte del ciclo vital
que comienza justo después de la fecundación del óvulo
femenino por el espermatozoide masculino. La fusión
resultante de estas dos células produce un cigoto unicelular que
se somete a muchas divisiones celulares que producen células
conocidas como blastómeros. Los blastómeros se disponen
como una bola sólida que al alcanzar cierto tamaño, llamado
mórula, toma líquido para crear una cavidad llamada blasto
célula. La estructura se denomina entonces blástula, o blastocisto en los mamíferos.
• En el caso específico del ser humano, el término se aplica hasta la octava
semana desde la concepción (fecundación). A partir de la novena semana, el
embrión pasa a denominarse feto. En los organismos que se reproducen de
forma sexual, la fusión del espermatozoide y el óvulo en el proceso
denominado fecundación determina la formación de un cigoto, que contiene
una combinación del ADN de ambos progenitores.
Fertilización: Es la unión de un óvulo y un espermatozoide humanos, que generalmente
ocurre en la trompa de Falopio. El resultado de esta unión es la producción de una célula: el
cigoto o huevo fertilizado, que inicia el desarrollo del embrión.
El proceso de fecundación implica la fusión
del material genético de un óvulo con el de
un espermatozoide.
Al encontrarse con el ovocito secundario, el
acrosoma del esperma produce enzimas
que le permiten excavar a través de la capa
gelatinosa exterior del huevo. La membrana
plasmática del espermatozoide luego se
fusiona con la membrana.
Implantación: Es un proceso complejo a través del cual el embrión se aproxima y se adhiere
al endometrio al que finalmente lo invade; esto ocurre por lo general en el tercio superior de
la pared posterior del útero. Para que este proceso se lleve a cabo de manera correcta se
requieren tres condiciones indispensables: que el endometrio esté receptivo, un embrión
normal en fase de blastocisto y una comunicación molecular adecuada entre ambas
estructuras.
Las condiciones receptivas endometriales se alcanzan de 6 a 7 días después de la ovulación
cuando el endometrio está en su fase de secreción máxima, debido al estímulo de la
progesterona. En esta etapa comienza la implantación con la expresión de citocinas y
moléculas de adhesión, a esta fase inicial se le conoce como ventana de implantación. La
implantación se realiza en tres etapas: aposición, adhesión e invasión.
• Etapa de aposición: En la etapa de aposición, el blastocisto encuentra su lugar
de implantación, pierde la zona pelúcida y el trofoblasto situado en el polo
embrionario hace contacto con la capa compacta del endometrio; esta etapa
es controlada por el embrión y el microambiente del endometrio.
• Etapa de adhesión: En esta etapa se expresan las integrinas β1, β3 y β4, las
cuales son intermediarias entre el endometrio y el blastocisto facilitando la
fijación del trofoblasto (trofectodermo) con las células epiteliales del
endometrio (capa compacta).
• Etapa de invasión: En la etapa de invasión participan activamente citocinas,
entre las que se ha identificado al factor inhibidor de la leucemia; esta
molécula se expresa en forma importante cuando el endometrio está
receptivo y es una de las responsables del diálogo entre el embrión y el
endometrio. Como resultado de este diálogo ocurre la activación del
blastocisto, que se inicia con la diferenciación del trofoblasto en
citotrofoblasto y sincitiotrofoblasto. El citotrofoblasto está formado por
células poliédricas de límites bien definidos que se multiplican activamente. El
sincitiotrofoblasto es una capa multinucleada, sin límites celulares y que
prolifera gracias a las células del citotrofoblasto que se integran a éste cuando
pierden sus membranas plasmáticas. Al diferenciarse el sincitiotrofoblasto
adquiere su capacidad invasiva, sintetiza enzimas proteolíticas, entre ellas las
denominadas metaloproteasas que rompen los desmosomas de la
membrana basal del epitelio endometrial y mediante protrusiones alcanza la
capa esponjosa. La destrucción del endometrio durante la penetración origina
un ligero sangrado que puede malinterpretarse como una menstruación
anormal.

Desarrollo embrionario.
Cigoto: El cigoto es el primer estadio de vida y aparece tras la
unión del óvulo y el espermatozoide, es decir, después de la
fecundación. Consiste solamente en una célula, la primera célula
del futuro bebé, y su tamaño es igual al del óvulo.
La fecundación hace referencia a la fusión de los gametos
masculino y femenino, ambos con la mitad de material genético
que el resto de células de un organismo (46 cromosomas)
debido a la reducción cromosómica que han sufrido con la
meiosis.
El resultado de esta fusión es el restablecimiento de la dotación genética normal del ser
humano, una nueva célula con un núcleo y 46 cromosomas, 23 de origen materno y 23
paterno, que se denomina cigoto. El cigoto aparece el día 1 de desarrollo embrionario en la
trompa de Falopio de la mujer, que es donde tiene lugar la fecundación. Desde aquí, empieza
su camino hasta el útero, donde implantará para que pueda producirse el embarazo.
El cigoto, que es una sola célula, comienza su división celular al día siguiente de la
fecundación. En este momento, deja de denominarse cigoto y pasa a ser un embrión de día 2
que ya cuenta con unas cuatro células.
Trofoblasto: Es un grupo de células que forman la capa
externa del blastocisto, que provee nutrientes al embrión y
se desarrolla como parte importante de la placenta, puesto
que al tercer mes de la gestación este recibirá el nombre de
placenta. Se forma durante la primera etapa del embarazo y
son las primeras células que se diferencian del huevo
fertilizado.
El trofoblasto está compuesto por células invasivas,
erosionantes y metastásicas de la placenta. Por medio del trofoblasto se logra la
implantación del blastocisto al endometrio uterino, aunque no llegan a ser incorporadas ni al
cuerpo materno ni al fetal. Durante el embarazo, el trofoblasto es inerte y para el tiempo del
parto, es rechazado inmunológicamente tanto por la madre como por el feto. El trofoblasto
se puede ver en la mayoría de los casos como una membrana que reviste al neonato al nacer.
Además, la parte externa secreta la hormona HGC o GCH (hormona gonadotropina coriónica
humana), que permite detectar el embarazo en las pruebas de orina y sangre, y cumple
funciones análogas a la hormona L. Este trofoblasto se mantiene hasta que el feto es
expulsado y al final se extrae la placenta. Él pierde importancia al momento del parto.
Sincitiotrofoblasto: Es la capa más externa del trofoblasto embrionario, adosada al
citotrofoblasto, cuya función es crear anticuerpos endometrio materno en el desarrollo de la
circulación sanguínea. El prefijo sincitio da alusión al hecho de que son células que han
perdido su membrana celular, por lo que les da la apariencia de ser multinucleadas.
El sincitiotrofoblasto está
compuesto por células
multinucleadas provenientes de
células mononucleadas del
citotrofoblasto. Esta proliferación
del sincitiotrofoblasto ocasiona la
formación de vellosidades
coriónicas y los espacios Inter
vellosos con los que incrementan masivamente la superficie disponible para el intercambio
de nutrientes entre la madre y el feto. Al cabo de dos semanas es recubierta por una
membrana proveniente del mesodermo llamada lámina coriónica. Las células
multinucleadas del sincitiotrofoblasto producen y secretan la gonadotrofina coriónica
humana (hCG), que puede ser detectable aproximadamente a partir de la segunda semana
de gestación.
Entre los días 6 y 9 del período post-fecundación, el blastocito termina de implantarse en la
capa funcional del útero (decidua uterina) y comienza a desarrollar las proyecciones
vellosas que darán formación a la placenta. La masa celular en el interior del blastocito
desarrollará al embrión, mientras que las células externas del blastocito forman al
trofoblasto, que termina diferenciándose en dos capas distintas, la más interna es el
citotrofoblasto y la más externa es el sincitiotrofoblasto, que progresivamente se proyecta
invasivamente hacia el endometrio. Las células del sincitiotrofoblasto digieren a las células
uterinas ayudando al blastocito a implantarse. Al dilatarse el sincitiotrofoblasto, se llenan
de sangre materna formando la cavidad hemática permitiendo el comienzo del intercambio
de productos entre la madre y el feto.
Ovogénesis: Es el proceso mediante el cual se producen los gametos femeninos (óvulos); se
realiza en los ovarios y las células precursoras de los óvulos son las ovogonias, que inician su
división desde el tercer mes de gestación y dan origen a los ovocitos primarios (células
diploides), los cuales a lo largo del desarrollo embrionario realizan la primera división
meiótica, la cual se detiene en la profase I y así permanecen hasta entrar en la pubertad. Se
divide en tres fases:
1. Multiplicación: se parte de células germinales (poseen
dos series de cromosomas 2n, es decir 46
cromosomas) que cuando llegan a la madurez sexual,
originan los oogonios también llamados ovogonias.
2. Crecimiento: Los oogonios se transforman en ovocitos
de primer orden (2n).
3. Maduración y diferenciación: Cada ovocito de primer
orden origina un ovocito de segundo orden (n) y el
primer corpúsculo polar (n) por medio de la primera
división meiótica (meiosis I). La segunda división
meiótica (meiosis II) el ovocito de segundo orden
genera la ovótida (n) y el segundo corpúsculo polar.
El primer corpúsculo polar da lugar a dos corpúsculos polares y la ovótida da origen al óvulo.
El resultado es el óvulo y tres corpúsculos polares que degeneran.
Espermatogénesis: Es el proceso mediante el cual se forman los espermatozoides. Ocurre
continuamente en los hombres adultos y, para que se realice un ciclo completo de
espermatogénesis, son necesarios aproximadamente 75-90 días en la especie humana.
Los espermatozoides son los gametos masculinos, es decir, las células sexuales del
hombre. Por tanto, son haploides (contienen la mitad de la información genética) y durante
la espermatogénesis se debe pasar de células somáticas con 46 cromosomas (diploides) a
células sexuales con 23 cromosomas (haploides). Esto se consigue gracias a la meiosis.
La función biológica de esta reducción del número de cromosomas en los gametos es que
una vez ocurra la fusión de los dos gametos, la fecundación, el cigoto resultante tenga el
número correcto de cromosomas: 46. Tres fases de la espermatogénesis:
1. Fase proliferativa: (espermatogónica) A partir de una célula madre germinal, se
forman las espermatogonias tipo A. Éstas, por mitosis (división celular), darán lugar a
espermatogonias tipo A y B:
• Tipo A: seguirá replicándose y puede dar lugar a
espermatogonias de tipo A y B.
• Tipo B: dará lugar a un espermatocito primario que, a su vez,
dará lugar a cuatro espermatozoides maduros una vez haya
acabado la espermatogénesis.
Una vez llegada la edad reproductiva del hombre (pubertad o adolescencia), estas
células se dividirán múltiples veces para formar un tipo de célula denominada
espermatocito primario. A lo largo de estas divisiones, se van produciendo algunos
cambios celulares. Se conoce como fase proliferativa por la multitud de mitosis que
se producen. El principal objetivo es formar muchas células precursoras de
espermatozoides, es decir, muchos espermatocitos.

2. Fase meiótica: (espermatocito génesis) es la etapa en la que se inicia un nuevo tipo


de división celular, la meiosis, que reduce la información genética a la mitad. Gracias
a ella, se producen unas células haploides denominadas espermátidas. Se puede
dividir en dos subetapas:
• Meiosis I: cada espermatocito primario da lugar a dos
espermatocitos secundarios haploides.
• Meiosis II: de cada espermatocito secundario se producen dos
espermátidas, por lo que, en total, de cada espermatocito
primario (diploide), obtenemos cuatro espermátidas
(haploides).
Estas células ya son muy parecidas a los espermatozoides: ya podemos apreciar en
ellas la formación de un pequeño flagelo.
Espermiogénesis: En la última etapa de la formación de espermatozoides ocurre la
maduración final de las espermátidas para dar lugar a los espermatozoides maduros. Su cola
aumenta de tamaño y da lugar al flagelo, que permitirá su desarrollo. La cabeza del
espermatozoide disminuye y adquiere la forma puntiaguda que le caracteriza por la
reducción del citoplasma, el alargamiento del núcleo y la formación del acrosoma.

Finalmente, los espermatozoides maduros se liberan al centro del túbulo seminífero. A pesar
de que en este momento el espermatozoide ya esté preparado para ser eyaculado, será
necesario que pase por el proceso de la capacitación para que sea capaz de fecundar al óvulo.

De manera natural, la capacitación ocurre en el camino que recurre el espermatozoide en el


tracto reproductivo femenino hasta llegar al óvulo. No obstante, también es posible llevarlo
a cabo en el laboratorio en el caso de que sea necesario recurrir a la fecundación in vitro.

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