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Virreinato Durante La Colonia

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Universidad de San Carlos de Guatemala

Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales

Curso de Historia Jurídico Social de Guatemala

Docente: Licenciado Rudy Alfredo Alay Gregorio

La época colonial

Estudiante: Shella Caherine Alejandrina Marcos Leon

Carnet: 202141016

Jutiapa, agosto, de 2021.


Época colonial

Se le llama época colonial, o simplemente la colonia, al período durante el cual España


dominó los recién descubiertos territorios. En Guatemala, el período colonial tuvo una
duración de casi 300 años: desde 1524 cuando se fundó la primera capital en la ciudad
Kaqchikel de Iximché, hasta la firma del Acta de Independencia de España en el año
1821. Durante este tiempo, los pueblos originarios fueron sometidos cruelmente y
subyugados a esclavitud y servidumbre.

Asimismo, se inició con una estructura política-económica rígida basada en la


tributación y la explotación de mano de obra indígena.

Virreinatos y capitanías

Durante la Época Colonial debía haber una forma para administrar los vastos territorios.
Como respuesta a esta necesidad se crean los virreinatos y capitanías. Los virreinatos
son distribuciones geográficas extensas, a cargo de un virrey quien ejercía un cargo
importante en representación directa del rey. Hubo durante toda la época colonial
cuatro virreinatos de la siguiente manera:

Nueva España (México), El Virreinato de Nueva España fue una entidad territorial
integrante del Imperio español, establecida en gran parte de América del Norte por la
Monarquía Hispánica durante la colonización española de América, entre los siglos xvi
y xix. Se originó tras la caída de México-Tenochtitlan, acontecimiento principal de la
conquista, la que propiamente no concluyó sino hasta mucho después, pues su
territorio siguió creciendo hacia el norte.

Se creó oficialmente el 8 de marzo de 1535. Su primer virrey fue Antonio de Mendoza y


Pacheco, y la capital del virreinato fue Ciudad de México, establecida sobre la antigua
México-Tenochtitlan.

Abarcó una superficie enorme que comprendió los territorios de España en América del
Norte, América Central, Asia y Oceanía.
Incluyó lo que actualmente es México, más los actuales estados de California, Nevada,
Colorado, Utah, Nuevo México, Arizona, Texas, Oregón, Washington, Florida y partes
de Idaho, Montana, Wyoming, Kansas, Oklahoma y Luisiana, por parte de los actuales
Estados Unidos; así como la parte suroeste de la Columbia Británica del actual
Canadá; más la Capitanía General de Guatemala (que incluía los actuales países de
Guatemala, el estado de Chiapas, Belice, Costa Rica, El Salvador, Honduras,
Nicaragua); más la Capitanía General de Cuba (actuales Cuba, República Dominicana,
Puerto Rico, Trinidad y Tobago y Guadalupe); la Provincia de Venezuela y así como,
finalmente, la Capitanía General de Filipinas, (comprendiendo las Filipinas, las islas
Carolinas y las islas Marianas, en el océano Pacífico, en Asia y Oceanía). Desde 1626
hasta 1642 los españoles se establecieron en el norte de la isla de Taiwán (llamada por
los portugueses Formosa; «Hermosa» en castellano).

La organización política dividía el virreinato en reinos y capitanías generales. Los reinos


fueron los de Nueva España (diferente al virreinato en sí); Nueva Galicia (1530);
Capitanía General de Guatemala (1540); Nueva Vizcaya (1562); Nuevo Reino de León
(1569); Santa Fe de Nuevo México (1598); Nueva Extremadura (1674) y Nuevo
Santander (1746). Además hubo cinco capitanías: la Capitanía General de Santo
Domingo (1535), la Capitanía General de Yucatán (1565), la Capitanía General de las
Filipinas (1574), la Capitanía General de Puerto Rico (1582) y la Capitanía General de
Cuba (1777). Estas subdivisiones territoriales tenían un gobernador y capitán general
(que en la Nueva España era el propio virrey, quien añadía este título a sus otras
dignidades). En Guatemala, Santo Domingo y la Nueva Galicia, estos funcionarios eran
llamados presidentes gobernadores, dado que encabezaban reales audiencias. Por
esta razón, estas audiencias eran consideradas como «pretoriales».

Existieron dos señoríos. El más importante fue el marquesado del Valle de Oaxaca,
propiedad de Hernán Cortés y sus descendientes que incluía un conjunto de vastos
territorios donde los marqueses tenían jurisdicción civil y criminal, y derecho a conceder
tierras, aguas y bosques y dentro del cual se hallaban sus principales posesiones
(estancias de ganado, labores agrícolas, ingenios azucareros, batanes y astilleros).5 El
otro señorío fue el ducado de Atlixco, otorgado en 1708, por el rey Felipe V a José
Sarmiento de Valladares, exvirrey de Nueva España y casado con la condesa de
Moctezuma, con jurisdicción civil y criminal sobre Atlixco, Tepeaca, Guachinango,
Ixtepeji y Tula de Allende.6

El rey Carlos III introdujo reformas en la organización del virreinato en 1786, conocidas
como reformas borbónicas en Nueva España, en las que se creaban las intendencias,
que permitieron limitar, en cierta forma, las atribuciones del virrey.

Desde principios del siglo xix, el virreinato cayó en crisis (agravada por la guerra contra
las tropas francesas en la Península) y su consecuencia directa fue la crisis política en
México de 1808 que acabó con el gobierno de José de Iturrigaray y, más adelante, dio
pie a la Conjura de Valladolid y la conspiración de Querétaro. Esta última fue el
antecedente directo de la guerra de independencia mexicana, la que, al concluir en
1821, desintegró el virreinato y dio paso al Primer Imperio Mexicano, en el que
finalmente se coronaría Agustín de Iturbide.

Nueva Granada (Colombia), El Virreinato de Nueva Granada, Virreinato de Santafé o


Virreinato del Nuevo Reino de Granada fue una entidad territorial, integrante del
Imperio español, establecida por la Corona (1717-1723, 1739-1810 y 1815-1822)
durante la dinastía de los Borbones. Creado en 1717 por el rey Felipe V, dentro de una
nueva política de control territorial, se suspendió en 1723 por problemas financieros y
fue restaurado en 1739 hasta que el movimiento independentista lo suspende de nuevo
en 1810. En 1815 al ser reconquistado su territorio por el ejército del rey Fernando VII,
fue restaurado.

Tras una rápida campaña militar, el ejército rebelde comandado por Simón Bolívar
entró en Santafé de Bogotá el 10 de agosto de 1819 tras derrotar al ejército realista en
el Pantano de Vargas y en Boyacá. Un día antes, Juan de Sámano, último virrey
efectivo, había abandonado la capital y huido hacia Cartagena de Indias, área aún
controlada por autoridades realistas. El 31 de octubre de 1820 Juan de la Cruz
Mourgeon fue nombrado capitán general de las provincias de Nueva Granada,
concediéndosele así mismo el título de virrey a condición de que recuperase la capital y
la mayor parte del territorio. Para entonces, tan solo las provincias de Panamá, Quito y
Pasto y las ciudades de Cartagena y Santa Marta permanecían fieles a la Corona.
Mourgeon murió en abril de 1822 en Quito, un mes antes de la decisiva victoria patriota
en Pichincha. Tras esta batalla, Melchor Aymerich, presidente de la Real Audiencia de
Quito (máxima autoridad española tras la muerte de Mourgeon) firmó una Capitulación
(25 de mayo) por la que rendía los territorios que aún permanecían bajo control realista,
poniendo punto y final al dominio español en la Nueva Granada.

De este Virreinato formaron parte los territorios de los actuales Colombia, Venezuela,
Ecuador, Panamá y Guayana. La entidad quedó conformada por las Audiencias de
Santafé, Panamá y de Quito, y la Capitanía General de Venezuela. La capital del
virreinato fue Santafé, por ello su escudo de armas fue heredado por Bogotá.

Perú, y; El Virreinato del Perú fue una entidad territorial del Imperio español creada por
la Corona Española en el año 1542, con capital en la ciudad de Lima o Ciudad de los
Reyes, durante su dominio en el Nuevo Mundo. En un principio, su territorio
comprendía casi toda América del Sur, incluyendo Panamá y algunas islas de Oceanía.
Aunque no incluía Venezuela, que dependía de la Real Audiencia de Santo Domingo,
ni los territorios al este de la línea del Tratado de Tordesillas que pertenecía al Imperio
de Portugal.4 Dos siglos después, su inmenso territorio sufrieron tres importantes
mermas. En 1717, se creó el Virreinato de Nueva Granada al norte. En 1776, se creó el
Virreinato del Río de la Plata al sur. Al mismo tiempo, la colonia portuguesa del Brasil
extendía sus fronteras tomando territorios de la Amazonia.

A pesar de las pérdidas territoriales, todavía a principios del siglo XIX el virreinato del
Perú, era la principal posesión de la Corona española al tratarse de una de sus
principales fuentes de riqueza.

El proceso de independencia hispanoamericana inició el fin del virreinato, conflicto en el


que se mantuvo en el bando realista, y funcionó como un importante bastión y centro
estratégico de la Corona española en América del Sur. Esto provocó la guerra con la
Provincias Unidas del Río de la Plata (creada tras la caída del virreinato homónimo), el
cual por el contrario había elegido el camino de la independencia y desde 1810 enviaba
fuerzas libertadoras en todas direcciones. Tras independizar la Capitanía General de
Chile, el general rioplatense José de San Martín giró nuevamente su atención hacia
Perú y preparó un ataque naval. La campaña fue un éxito y San Martín declaró la
independencia del Perú, para acto seguido retirarse de su carrera militar. Aún
quedaban áreas bajo control realista, así que continuó con la tarea independentista el
general grancolombiano Simón Bolívar con la intervención de la Gran Colombia, quien
utilizó el apoyo de las guerrillas peruanas y todos los recursos de logística de la sierra
peruana, requisando todo lo necesario para una guerra de posiciones. Tras la batalla
de Ayacucho, el virreinato perdió su rumbo con solo algunos focos de lealtad a la
Corona en los Andes y la costa del bajo y alto Perú. Con divisiones internas, sin
auxilios de la España peninsular y prácticamente aislado del mundo, la resistencia del
virreinato peruano sucumbió definitivamente en 1826 con la caída del Callao.

La Plata (Argentina) El Virreinato del Río de la Plata fue creado en 1776 por orden de
Carlos III. Si bien esta primera fundación fue de carácter provisional, en 1778 se realiza
la definitiva. Abarcó los actuales territorios de Argentina, Bolivia, Uruguay, Paraguay,
partes del sur de Brasil y el norte de Chile. La capital fue situada en Buenos Aires,
fundada en 1580 por Juan de Garay bajo el nombre de La Santísima Trinidad y Puerto
de Santa María del Buen Ayre.

Buenos Aires tras su primera fundación

Las causas de la creación de este virreinato, surgen de la necesidad de la metrópolis


de defender sus posesiones al sur del continente de las ambiciones de otras potencias
coloniales, como Inglaterra y Portugal. Al encontrarse toda esta zona bajo
administración del Virreinato del Perú, el tráfico entre Lima y Buenos Aires era muy
lento y hacía difícil organizar la defensa de Buenos Aires en caso de un eventual
ataque.

Mapa del Virreinato de la Plata.

El territorio se dividió en intendencias y gobernaciones, de acuerdo a las nuevas leyes


dictadas tras la Reforma Borbónica.

Los aborígenes, al igual que en el resto de la América ocupada, fueron repartidos entre
distintos grupos de terratenientes que con la excusa de la evangelización, los
sometieron a todo tipo de trabajos forzados en condiciones de esclavitud.
La economía en este virreinato seguía el modelo extractivo-exportador, y al igual que el
resto de virreinatos y la propia metrópolis, se mostró ajeno a la protoindustrialización
surgida en el siglo XVIII y a su posterior evolución. La ganadería, asentada
principalmente en Buenos Aires constituyó una importante actividad económica, cuya
relevancia se mantiene en la zona hasta hoy en día. La minería no ocupaba el lugar
preferencial que poseía en el resto de virreinatos, la actividad minera en el Virreinato
del Río de la Plata se limitaba a una serie de yacimientos explotados en la actual
Bolivia, sin embargo, desde el puerto de Buenos Aires, se exportaban enormes
cantidades de oro y plata llegadas, principalmente, del Alto Perú. El comercio, centrado
en la exportación de ganado y derivados, cereales, oro y plata, estaba fuertemente
regulado por la metrópolis, lo cual favoreció a la proliferación de actividades
contrabandistas. La actividad comercial estaba en manos de unos pocos españoles, los
cuales a su vez, detentaban gran parte del poder político.

Esclavo del siglo XVI

Esclavo negro del siglo XVI.

Los principales puestos políticos estaban ocupados por españoles, otros de menor
importancia eran asignados a criollos de buena posición. Pero al margen del reparto del
poder, se encontraban indios, negros y gauchos. Los aborígenes eran empleados en
las minas y realizaban tareas en el campo, mientras que otros, continuaban
resistiéndose a la dominación foránea y la combatían con las armas en noroeste del
virreinato. Los negros, traídos bajo condiciones inhumanas desde el África
Subsahariana, eran importados desde su lugar de origen, o bien a realizar tareas
domésticas en las residencias de las familias más pudientes, o bien a trabajar en el
campo. El gaucho, fruto de Gaucho argentino generaciones de mestizaje entre
españoles, indios y criollos realizaba tareas rurales que requerían de gran destreza, lo
cual, a lo largo del tiempo y gracias también a la leyenda que gira en torno a sus
costumbres, cultura y modo de vida, hizo que ocupase un importante lugar en la
formación de la identidad nacional de la Argentina que surgiría tras la independencia y
la disolución del Virreinato del Río de la Plata.
La organización administrativa de los virreinatos incluía las capitanías, las cuales
estaba a cargo de un Capitán General. Estas eran ubicadas estratégicamente en
lugares en donde se consideraba que podría haber intentos de alzamientos. A
continuación, se muestra un esquema con los cuatro virreinatos y algunas de sus
capitanías.
Organización colonial

Referencia

Camargo, Edna y Medrano, Edgar. 1994. Historia de la Cultura en Guatemala

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