El Reino de Dios
El Reino de Dios
El Reino de Dios
Para Jesús, recibir la salvación era lo mismo que entrar en el reino (Mateo 19:16,
23-24) y explicó la pérdida de la salvación en términos de ser excluido del reino (Lucas
13:28). Al mensaje de salvación se le llama “la palabra del reino” (Mateo 13:19). También
se nos dice que quien no reciba esa palabra como un niño, no podrá entrar en el reino
(Marcos 10:15).
Para entender este tema con mayor profundidad, es necesario conocer el origen o
la etimología de la palabra reino. La palabra "reino" viene de una palabra griega "ßas??e?
a" En su expresión concreta, "basileia" quiere decir, domino, territorio, reino, señorío
dignidad real, soberanía, imperio, o el pueblo sobre el cual gobierna el rey. En su
expresión abstracta denota. Abstractamente podría denotar el reino de Cristo "en el
corazón de los creyentes" mediante la vida, muerte y resurrección de su rey
Jesucristo[2]"El reino de Dios en contraposición al reino de este mundo, es la condición en
la cual el ser humano puede habitar disfrutando de toda clase de bendición espiritual y
bajo la protección de Dios".
EL REINO DE DIOS EXPUESTO POR JESÚS
EVANGELIO DE MATEO
Mt. 13:24-30 Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un
hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras dormían los hombres,
vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. Y cuando salió la hierba y dio
fruto, entonces apareció también la cizaña. Vinieron entonces los siervos del padre de
familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues,
tiene cizaña? El les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres,
pues, que vayamos y la arranquemos? El les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña,
arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la
siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla
en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.
Mt. 13:36-43 Entonces, despedida la gente, entró Jesús en la casa; y acercándose a él sus
discípulos, le dijeron: Explícanos la parábola de la cizaña del campo. Respondiendo él, les
dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre. El campo es el mundo; la
buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo. El enemigo que la
sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles. De manera
que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo.
Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de
tropiezo, y a los que hacen iniquidad, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y
el crujir de dientes. Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su
Padre. El que tiene oídos para oír, oiga.
Mt. 13:47-50 Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el
mar, recoge de toda clase de peces; y una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados,
recogen lo bueno en cestas, y lo malo echan fuera. Así será al fin del siglo: saldrán los
ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos, y los echarán en el horno de fuego; allí
será el lloro y el crujir de dientes.
No hay dudad que el tema de la venida del reino de Dios fue lo central en Su misión. Sus
enseñanzas tenían el propósito de señalar a los hombres que debían entrar en el reino de
Dios (Mateo 5:20; 7:21).[14] "Sus poderosas palabras trataban de probar que el reino de
Dios había venido hacia ellos (Mateo 12:28). Sus parábolas ilustraban a sus discípulos la
verdad acerca de reino de Dios (Mateo 13:11.)".[15] En el momento en que enseñó a orar
a sus seguidores, en el corazón mismo de su petición estaban las palabras "Venga tu reino.
Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra" (Mateo 6:10).[16] "En
vísperas de su muerte, aseguró a sus discípulos que compartiría con ellos la felicidad y el
compañerismo de reino (Lucas 11:11-30). Y prometió que volvería de nuevo al mundo en
gloria a traer las bendiciones del reino para los que estaban preparados (Mateo 25:31,
34)".[17]
"Aunque Dios siempre ha tenido un reino sobre la tierra, el reino del que hablan los
profetas comenzó en su forma Mesiánica cuando el hijo de Dios vino en carne. Juan el
Bautista, el precursor de Cristo, vino predicando que el Reino de Dios estaba cerca".[18]
El mismo Señor fue de pueblo en pueblo, predicando el reino de Dios. Aunque hay mucha
oposición referente a este tema. "Todos los que profesan adhesión a Cristo como Rey
constituyen su reino en la tierra. Por ello, nada puede ser más opuesto a la clara
enseñanza del Nuevo Testamento que la afirmación de que el reino de Cristo sea aún
futuro y que no ha de ser inaugurado hasta su segunda venida"
EVANGELIO DE MARCOS
Este pasaje abarca dos conceptos opuestos pero populares acerca del reino de
Dios. Por una parte, se encuentra la idea de que el reino de Dios no existe todavía y no
existirá hasta que Cristo regrese a gobernar la tierra en persona. De acuerdo con este
punto de vista, el lugar de trabajo, como el resto de mundo, es territorio enemigo. El
deber del cristiano es sobrevivir en el territorio enemigo el tiempo suficiente para
evangelizar y ganar el dinero necesario para satisfacer sus necesidades personales y darle
dinero a la iglesia. La otra es la idea de que el reino de Dios es un campo interno espiritual,
que no tiene nada que ver con el mundo alrededor. Según este punto de vista, lo que el
cristiano hace en el trabajo o en cualquier lugar que no sea a la iglesia ni su tiempo de
oración individual, no le concierne a Dios en absoluto.
En contra de estas dos ideas, Marcos aclara que la venida de Jesús inaugura el
reino de Dios como una realidad presente en la tierra. Jesús dice de forma explícita, “El
tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos y creed en el
evangelio” (Mr 1:15). El reino no se ha establecido completamente en el presente, por
supuesto, ya que todavía no gobierna la tierra ni lo hará hasta que Cristo regrese. Sin
embargo, está aquí ahora y es real.
EVANGELIO DE LUCAS
Lucas 17:20-27
Preguntado por los fariseos, cuándo había de venir el reino de Dios, les respondió y
dijo: El reino de Dios no vendrá con advertencia, ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he
aquí el reino de Dios está entre vosotros. Y dijo a sus discípulos: Tiempo vendrá cuando
desearéis ver uno de los días del Hijo del Hombre, y no lo veréis. Y os dirán: Helo aquí, o
helo allí. No vayáis, ni los sigáis. Porque como el relámpago que al fulgurar resplandece
desde un extremo del cielo hasta el otro, así también será el Hijo del Hombre en su día.
Pero primero es necesario que padezca mucho, y sea desechado por esta generación.
Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre. Comían,
bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y
vino el diluvio y los destruyó a todos.
El pasaje del Evangelio muestra dos etapas del Reinado de Dios. En primer lugar,
ante la pregunta sobre cuándo llegará, Jesús responde con un «ESTÁ» (presente). Pero por
otra parte, a pesar de decir que no llega de manera llamativa, Jesús concluye diciendo que
el Hijo del hombre vendrá (después de sufrir mucho) COMO EL RELÁMPAGO, es decir, de
manera deslumbrante. Esta venida es
¿Cómo se da la venida presente del Reino? La afirmación de que «el Reino de Dios está
dentro de ustedes» aparece sólo en los Evangelios de Lucas .
«Jesús dijo: Si les dicen sus guías: Miren, el Reino de Dios está en el cielo, entonces los
pájaros del cielo los precederán a ustedes. Si les dicen: está en el mar, entonces los peces
los precederán. Pero el Reino está dentro de ustedes y está fuera de ustedes»
Todas estas variantes de la tradición pueden ser una muestra del amplio
significado de la palabra DENTRO, que resultaba tan difícil de comprender. Las variantes
de muestran una diversidad de matices de la comprensión del Reino que, debemos
siempre recordar, siempre fue para Jesús objeto de comparación y no de definición. Por
eso mismo requirió de muchas parábolas…
Las condiciones que imperarán durante el periodo de los mil años serán: "1. Un
periodo de perfecta paz y prosperidad, teniendo sentado en el Trono a Jesús como el Rey
de reyes y Señor de señores. (Apoc. 19:16, cf. 11:15; e Isa. 9:6, 7) 2."[33] "La obediencia
será una característica del reino. (Isa. 65:18-19); nadie carecerá de consuelo, (Isa. 66:13)
[34]3. La santidad será otra característica del reino y en sus súbditos. (Zac. 14:20-21). 4. La
tierra será llena de la gloria y conocimiento de Jehová. (Isa. 35:2; 11:2, 9; Jer. 31:33-34) 5.
La justicia y equidad será impartida a la perfección. (Isa. 9:7) Por lo tanto el nuevo orden
será también perfecto. No habrá lugar para imperfecciones. 6. La naturaleza misma gozará
de cambios ya que la fiereza y veneno mortal en los animales y reptiles se transformará.
(Isa. 9:6-9; 35:9; 65:25). 7. La enfermedad y la muerte existirán no tanto como los efectos
de la naturaleza pecaminosa misma, sino como medidas de castigo y corrección. (Isa.
33:24; 35:3-6; Jer. 30:17; Ez. 34:16; 47:12), la prístina longevidad será restaurada. (Isa.
65:20) 8. La tierra entera se unirá en adoración a YHWH, (Isa. 45:22-24; Zac. 14:16 ss). La
obra del Espíritu Santo se dejará ver al proporcionar poder a los súbditos para obedecer
perfecta y alegremente los mandamientos del Rey. (Jl. 2:28-32) 9. El Rey mismo disfrutará
en silenciosa paz el hecho de poder estar con su pueblo Israel morando en su tierra y en
paz, cumpliendo así todas sus promesas dadas a Abraham, Isaac y Jacob. (Sof. 3:17).[35]
Es la totalidad del reinado de Dios en el universo. La Biblia habla con frecuencia del
reino de Dios de tres maneras. Algunos pasajes lo mencionan en sentido universal: el
gobierno de Dios sobre todas las cosas. Otros hablan del reinado espiritual de Dios en la
vida de los creyentes en la tierra.
Otros se refieren a un reino futuro en el cual el cielo, la tierra y los seres humanos
seran reunidos para experimentar la plenitud del reinado de Dios al final de los tiempos.
En un sentido más restringido, el reino de Dios representa su señorío particular sobre los
seres humanos que voluntariamente le reconocen como Rey. Incluye el efecto de su
acción sobre la historia, la influencia para bien de aquellos que le son obedientes, y su
soberanía general sobre el universo.
Particularmente es el reino de la salvación, al cual los seres humanos entran
mediante su entrega a Jesucristo como Señor, por medio de la fe. Los cristianos deben
orar y trabajar para que venga el reino , y para que la voluntad del Rey sea hecha sobre la
tierra. La plena consumación del reino de Dios se realizará cuando vuelva el Señor
Jesucristo en el fin de los siglos.
1. El reino de Dios algunas veces es el pueblo del reino (Apocalipsis 1:6) «y nos hizo reyes y
sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén»,
(Apocalipsis 5:10) «y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos
sobre la tierra». 2. El reino de Dios es la esfera en la cual el reinado de Dios es percibido.
Esta esfera a veces es presente, a veces futura. Es una esfera introducida después del
ministerio de Juan el Bautista; la gente entra en ella con una determinación violenta
(Lucas 16:16) «La ley y los profetas eran hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es
anunciado, y todos se esfuerzan por entrar en él». Juan no puso pie dentro de esta nueva
esfera sino que se quedó en sus umbrales; pero las bendiciones del reino de Dios son tan
grandes que el más pequeño en él es mayor que Juan (Mateo 11:11) «De cierto os digo:
Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el
más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él». Jesús le ofreció el reino al pueblo
de Israel porque éste era el heredero natural (Mateo 8:12) «mas los hijos del reino serán
echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes», pero las
autoridades religiosas, seguidas por la mayoría de la gente, no sólo rehusaron entrar en
sus bendiciones sino que trataron de prevenir la entrada a otros (Mateo 23:13) «Mas ¡ay
de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino de los cielos delante de
los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando». Sin
embargo, muchos publicanos y prostitutas entraron en el reino (Mateo 21:31) «¿Cuál de
los dos hizo la voluntad de su padre? Dijeron ellos: El primero. Jesús les dijo: De cierto os
digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios», comparar
(Colosenses 1:13) «el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al
reino de su amado Hijo».
En otras partes el reino es una esfera futura inaugurada por el regreso de Cristo.
Los justos heredarán el reino (Mateo 25:34) «Entonces el Rey dirá a los de su derecha:
Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación
del mundo», y resplandecerán como el sol en el reino de Dios (Mateo 13:43) «Entonces
los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír,
oiga». La entrada en este reino futuro es un sinónimo de entrar en la vida eterna de la
edad venidera (Mateo 19:16) «Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré
para tener la vida eterna?», (Mateo 19:23-30), (Marcos 10:30) «que no reciba cien veces
más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con
persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna».
Ahora podemos definir el reino de Dios como el reinado soberano de Dios manifestado en
Cristo para derrotar a sus enemigos, creando un pueblo sobre el cual él reina y haciendo
surgir una esfera o esferas en las cuales el poder de su reinado es percibido.
Muchos libros se han escrito sobre el tema del reino. Esto hace evidente la
preponderancia de este tema para el pueblo evangélico. Lucas presenta a Jesús como el
Mesías que cumple el advenimiento del reino. Este Mesías aparece para predicar el
mensaje del reino, para ejemplificar este mensaje, para retarnos a vivir de conformidad
con las demandas del reino, para desarrollar su reino entre los hombres por medio de sus
discípulos.
El reino es tanto futuro como presente. En el presente adopta un espiritual
eminentemente espiritual, soteriológico y moral. El futuro del reino aún está pendiente.
Queda entonces el reto de ajustarse al mensaje del reino y vivir reflejando su naturaleza
en quienes participamos de él.