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Andrea Piccoli

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Titulo

“Evolución del estado nutricional en niños de entre 1 y 7 años de


edad que reciben o no intervención alimentaria según educación
materna en Colonia Tirolesa. Córdoba. Año 2007 y 2008”

Maestrando:
Andrea Ester Piccoli
Lic. en Nutrición

Directora de tesis
Prof. Dra. Alicia Navarro

Lugar y fecha de graduación:

Universidad Nacional de Córdoba


Facultad de Ciencias Médicas
Escuela de Salud Pública
Maestría en Salud Pública
Año 2011

-1-
Tribunal de Tesis

o Prof. Dra. Alicia Navarro.

o Prof. Dr. Julio Enders.

o Lic. Mgter. Ana Lia Mesquida.

-2-
Mi trabajo está dedicado a mis padres, Carlos y Graciela, y a
mis sobrinos, Nicolás y Milena.

-3-
Agradecimientos

o A la Prof. Dra. Alicia Navarro por su tiempo,


conocimientos, paciencia y apoyo desde el primer día de
mi trabajo.
o A la Municipalidad de Colonia Tirolesa por el acceso a los
datos de los Centros de Salud de esa zona.
o A la Ing. Mónica Piccardi por sus conocimientos en
Estadísticas.
o Al Ing. Benjamín Simes por sus conocimientos en
Informática.
o A Liliana Corradini, Bibliotecaria de la Escuela de
Nutrición, por su tiempo y ayuda.
o A los Prof. Ing. Mario Simes y la Prof. Susana Castillo por
Sus conocimientos en idioma inglés.

-4-
Art. 23.- Ord. Rectoral 3/77 "La Facultad de Ciencias Médicas de la
Universidad Nacional de Córdoba, no es solidaria con los conceptos
vertidos por el autor"

-5-
Índice Pag.

Índice 7

Resumen 8

Summary 9

Introducción (Presentación- 10
Antecedentes- Planteo de
Problema- Relevancia- Marco
teórico -)

Objetivos (Generales y 31
Específicos)

Diseño Metodológico (Tipo de 32


estudio- Población- Universo-
Muestra- Instrumentos de
Recolección de información-
Análisis de la Información)

Resultados 38

Discusión- Conclusión 42

Referencias 47

Anexo 51

-6-
Resumen

En los primeros años de vida el ser humano desarrolla su cuerpo y


en las edades más tempranas su cerebro. La nutrición es la base
para que este proceso se lleve a cabo en forma completa. A pesar
que la pobreza es uno de los factores más importantes que tiene
influencia sobre la alimentación, no es el único. El presente estudio
esta enfocado sobre algunos de estos últimos.
Se buscó comparar la evolución del estado nutricional en relación a
la escolaridad materna en los niños de 1 a 7 años de edad que
reciben o no intervención alimentara en Colonia Tirolesa durante los
años 2007 y 2008.
Esta investigación es de carácter descriptivo observacional,
longitudinal retrospectivo. Para realizar el análisis estadístico se
utilizó la prueba del Chi cuadrado y regresión logística. Se consideró
estadísticamente significativo con un valor de P < a 0.05.
Se analizaron un total de 142 niños. Observándose una disminución
de niños con desnutrición en los que reciben intervención alimentaria
y un aumento de la desnutrición en aquellos que no reciben.
En conclusión, los niños con intervención alimentaria presentan
mejor estado nutricional, aunque este no se asoció con la
escolaridad materna.

-7-
Summary

From the early life of human being, the development of his body
begins, and much earlier the development of the brain.
Nutrition is the base for complete (and successful) fulfilment of this
process.
Although poverty is one of the most important factors that weighs in
the daily feeding diet, it is not the only one.
The present work is focused on some of other aspects. It is a
comparison of the evolution of the nutritional conditions of children
aged from to 7 years old between those who receive feeding
intervention (assistance) in Colonia Tirolesa and those who did not,
in a period of time between 2007 and 2008, all this in relation to their
mothers educational background.
The investigation is of the descriptive observational, longitudinal
retrospective type. To make a statistics analysis, the Chi square test
and logistic regression method have been used.
It was considered as statistically significant of P < 0,05.
A total of 142 kids were analysed, noting (observing) a significant
decrease of innutritioned children in the group which receives
feeding intervention (assistance), and those not receiving this
assistance.
Finally, those children under feeding intervention present better
nutritional conditions;
Nevertheless, there is no evidence of relation between these better
conditions and their motherly educational background.

-8-
INTRODUCCIÓN

El crecimiento de los niños se considera un indicador útil para


evaluar el estado de salud y nutrición y permite medir directamente
la calidad de vida de la población (De Onís, 1993).

Para el año 2000 se estimó que 36% del total de los niños menores
de 2 años en América Latina estarían en situación de riesgo
alimentario. En las zonas rurales esta proporción alcanza el 46%,
debido a la precariedad de las condiciones sanitarias y las mayores
dificultades de la población para acceder a los servicios públicos de
salud (OPS, 2002).

Las variables que condicionan la seguridad alimentaria han


experimentado un considerable deterioro en los últimos años,
llegándose a una grave crisis en el acceso a los alimentos de gran
parte de la población a comienzos del 2002 en Argentina. La
población por debajo de la línea de pobreza pasó de 24,8% en 1995
a 54,3% en 2002. (Calvo, 2005).

El adecuado estado nutricional en la población materno-infantil


constituye un factor esencial en términos de favorecer su crecimiento
y desarrollo, prevenir condiciones adversas a mediano y largo plazos
y, en última instancia, lograr una óptima calidad de vida.
Las problemas nutricionales reconocen causas que abarcan desde
factores ambientales y productivos hasta la influencia de la
enfermedad e inadecuaciones en la ingesta, y conducen, en última
instancia, a la malnutrición y sus consecuencias (Duran,2009).

Se ha encontrado que en un conjunto de 16 países, el 61% de la


variabilidad del peso para la talla en los niños se explica por la

-9-
combinación de bajos recursos en el hogar y menos de 6 años de
escolaridad materna (OPS, 2002). Por otra parte, la mortalidad
infantil se asocia fuertemente a la educación de la madre y a las
necesidades básicas insatisfechas (Tafani, 2005).

Una investigación que indagaba acerca de la relación existente entre


los niveles de escolaridad de 100 madres y la intensidad de la
desnutrición de sus hijos e hijas, quienes fueron atendidos en el
Centro Clínico Nutricional del Instituto Nacional de Nutrición-
Caracas-Venezuela, mostró que a medida que la escolaridad
materna disminuía era más probable que el niño o niña sufriera de
desnutrición (Tejeda Lagonell, 2005).

Por otra parte, la alimentación suplementaria es una intervención


ampliamente utilizada en los países en vías de desarrollo
(Sguassero, 2007). En efecto, un estudio realizado en Jamaica
mostró un impacto positivo sobre la talla de un grupo de niños que
recibió alimentación suplementaria comparada con un grupo control,
luego de 12 meses de intervención (Sguassero, 2007).

Lograr la recuperación de un niño que presenta malnutrición por


déficit o desnutrición es difícil si la madre o persona adulta que se
ocupa de su cuidado no logra entender lo que muchas veces se les
explica, como por ejemplo, importancia de su diagnóstico, las
diferentes acciones que se llevarán a cabo para su recuperación,
alimentos que debe consumir, su preparación e higiene, entre otras.

Más allá de la entrega de una alimentación suplementaria provista


por organismos públicos con alimentos o comidas suministradas
para suplir los nutrientes y las calorías que faltan en la dieta, la
recuperación es lenta y muchas veces no se logra.

- 10 -
Los programas enfocados para la recuperación de los niños que
presentan algún grado de malnutrición por déficit son generalmente
asistenciales, perdiendo la visión integral del desnutrido y su
entorno. Las medidas deberían estar orientadas hacia la madre o
persona adulta que se encarga de su cuidado a modo de lograr un
cambio real y duradero.

Dado que Colonia Tirolesa no cuenta con estudios sobre la


influencia del programa de intervención alimentaria en la evolución
del estado nutricional de la población asistida, ni del papel que
podría tener la escolaridad materna en dicha relación, se propone el
presente estudio.

Problema:
¿Qué relación se observa entre el estado nutricional, a lo
largo de 18 meses, en los niños de entre 1 y 7 años de edad que
reciben intervención alimentaria o no y la escolaridad materna en
Colonia Tirolesa- Provincia de Córdoba?

- 11 -
MARCO TEÓRICO

Pobreza, Salud y Nutrición

La pobreza es el determinante más importante de la salud y la


calidad de vida en la infancia. Esto se refleja en la relación entre el
producto bruto per capita y la mortalidad infantil (OPS, 2002).

El crecimiento de los niños se considera un indicador útil para


evaluar su estado de salud y nutrición y permite medir
indirectamente la calidad de vida de la población (De Onís, 1993).

Por otra parte es importante destacar que la familia sufre el estrés y


vulnerabilidad social que se origina en la transformación de la forma
de vida, la inestabilidad de las parejas y el aumento de las familias
monoparentales así como por modificaciones del sistema productivo
y del mercado laboral. La falta de apoyo social en el cuidado y
protección de los hijos hacen que estos sean los más perjudicados
(OPS, 2002).

En América, en 1997, del total de 204 millones de personas en


situación de pobreza, 37 millones correspondían al grupo de mayor
vulnerabilidad, constituido por los menores de 6 años. Esto significa
que alrededor de 59 % de la población de menores de 6 años de la
región se encontraba en estado de pobreza (OPS, 2002). Al iniciarse
el siglo XXI, más de la mitad de los niños, niñas y adolescentes eran
pobres. (OPS, 2002).

En el 2000, alrededor de 30% de los niños menores de 6 años


residían en viviendas sin acceso a redes de agua potable y, por lo
tanto, en condiciones de alto riesgo sanitario asociadas a la calidad
del agua utilizada en las labores domésticas y la preparación de

- 12 -
alimentos (OPS, 2002). Además, 40% de estos niños presentaba un
alto riesgo de contraer enfermedades por falta de sistemas de
eliminación de excretas, aunado a la presencia de deshechos
alrededor de la vivienda (OPS, 2002).

Por otra parte existe consenso para considerar que el estado


nutricional de los niños es uno de los aspectos relevantes de los
análisis de situación de salud. Dicho estado puede ser analizado, por
un lado, como un reflejo de las condiciones de vida, el desarrollo
humano, la seguridad alimentaria y salud de los niños y, por otro, un
indicador de riesgo (vulnerabilidad) de desarrollar episodios
agudos/severos de desnutrición y otros daños a la salud. La
desnutrición crónica, que se refleja en el retraso del crecimiento
entre los niños en edad escolar, es la forma más frecuente de
desnutrición de la Región de las Américas (OPS, 1998).

Según datos publicados por la Organización Panamericana de la


Salud (OPS), los países centroamericanos han presentado
históricamente niveles de desnutrición en su población de niños,
siendo en muchos de ellos grave. Por ejemplo, en Honduras la
prevalencia de desnutrición en los menores de cinco años aumentó
de 48,6% en 1987 a 52,5% en 1991 y 2,1% de las muertes infantiles
tenía como causa asociada la desnutrición. En Guatemala, la tasa
de mortalidad por desnutrición era de 45 muertes por 100,000
personas en 1994. La Encuesta de Escuelas Centinelas mostró que
64% de las niñas y 75% de los niños menores de 6 años tenían
déficit de talla para la edad. En tanto, en El Salvador, la Encuesta
Nacional de Salud Familiar de 1993 determinó que la prevalencia de
talla pequeña en menores de 5 años era de 22,8% (OPS, 1998).

Alrededor de 25% del total de niños menores de 6 años vive en


hogares pertenecientes al quintil más pobre de la población; en

- 13 -
cambio, en el quintil de ingresos más altos este porcentaje alcanza
el 15% (OPS, 2002). Por lo tanto, la pobreza y sus consecuencias en
la equidad respecto al acceso a la nutrición y a entornos saludables
son factores determinantes de la calidad de vida y la salud infantil
(OPS, 2002).

A pesar de los importantes avances en la cobertura de la educación


preescolar, esta es aún insuficiente en cantidad y calidad, y todavía
existen grandes disparidades en relación con el nivel
socioeconómico y entre poblaciones urbanas y rurales. En casi todos
los países latinoamericanos la disminución de la pobreza entre los
niños menores de 6 años residentes en el área urbana fue menor
que en el total de la población (OPS, 2002).

En Argentina una importante encuesta nacional determinó que el


24,4% de las mujeres encuestadas residía en hogares con
necesidades básicas insatisfechas (NBI) y en la región pampeana
en donde se incluye a Córdoba los valores alcanzaron el 19,5%.
Clasificando los hogares de acuerdo con la Línea de Pobreza (LP) y
Línea de Indigencia (LI) el 23,8% de las mujeres residía en hogares
por debajo de la LI y el 52% bajo la LP (ENNyS, 2007).

Por otra parte, en un estudio realizado en México se observó que el


generador del ingreso económico es la Educación. Las personas con
ingresos superiores son aquellas mujeres que presentan secundario
completo y hombres con estudios superiores. Sin embargo esto es
inaccesible para la mayoría de la población. Otro dato importante
que se obtuvo en el mencionado estudio fue que la salud que la
persona presenta cuando es infante se asocia fuertemente a una
mayor educación e ingreso cuando es adulto, aunque también la
salud que presenta ese adulto en ese momento está asociada al
ingreso (Mayer, 2004).

- 14 -
El desarrollo humano es intergeneracional, por lo tanto el desarrollo
temprano del niño juega un papel crucial. Así se encontró una
relación entre la riqueza parental y el capital humano del niño e
ingreso futuro. Pero también se observa una transición
intergeneracional prolongada de los bajos ingresos, constituyendo
una trampa para el niño (Mayer, 2004).

La presencia de trampas de la pobreza es el resultado de


insuficiencias en el sistema de mercado, el cual invierte poco en la
nutrición, salud y educación (Mayer, 2004).

El estado nutricional de un individuo o grupos de individuos es el


resultado entre el aporte nutricional que recibe y las demandas
nutritivas necesarias para permitir la utilización de los nutrientes,
mantener las reservas y compensar las pérdidas (Mataix, 1995).

Además, las causas de la malnutrición, como en cualquier


enfermedad, no es sólo el resultado provocado por la presencia o
ausencia de un agente específico sobre el individuo, sino un
complicado enfrentamiento entre el individuo y el agente causal de la
enfermedad, con la participación de una gran variedad de factores
ambientales entre los que se encuentran los físicos, biológicos,
sociales, culturales, etc. (Aranda Pastor, 1995).

Puede decirse entonces que la desnutrición como enfermedad, no


es producida por una sola causa, como podría ser la falta de
alimentos, sino por un conjunto de factores derivados de agente,
huésped y ambiente (Maternidad e Infancia, 2007).

Durante el año 2008, en América Latina, casi 9 millones de niños


menores de 5 años presentaban desnutrición (PHA, 2008).

- 15 -
Sin embargo, las tasas de desnutrición según peso para la edad, el
peso para la talla y la talla para la edad han disminuido, aunque
existen altas tasas de déficit de micronutrientes en aquellos países
que concentran las tasas de mortalidad infantil más altas (OPS,
2002).

En el mes de junio de 2004, se llevó a cabo una encuesta


antropométrica en población infantil con niños de entre 0 y 5 años
inclusive, que demandaron atención en el subsistema público de
atención, a nivel provincial de Córdoba, cuyos resultados fueron en
términos generales los siguientes (Maternidad e Infancia, 2007): un
8,3% presentaba baja talla (menor al percentilo 3 según índice
Talla/edad) y un 17% de sobrepeso (mayor al percentilo 110 según
índice Peso/talla). En dicho estudio se utilizaron los estándares de
Lejarraga H, Orfila J. (Centro de Crecimiento y Desarrollo, Dpto de
Pediatría, Htal. Italiano de Bs. As. y Ministerio de Salud y Acción
Social de la Rep. Argentina. 1980).

La información que surge de los datos detallados, son similares a las


situaciones nutricionales detectadas actualmente en nuestro país,
donde en los niños y niñas menores de 5 años, la baja talla y la
obesidad constituyen las situaciones prevalentes (ENNyS, 2007).
El 8% de los niños y niñas de entre 6 meses y 60 meses de edad
presenta baja talla según normas de la OMS, siendo las regiones del
NEA, NOA y Pampeana (la provincia de Córdoba esta incluida en
esta región) las que resultan con prevalencias superiores a los
valores nacionales.
Además, el 10.4% de los niños y las niñas de entre 6 y 60 meses
presenta obesidad según la curva de la OMS, es decir que uno de
cada diez niños y niñas del país son obesos, siendo las regiones del
gran Buenos Aires y Pampeana las que presentan prevalencias por

- 16 -
encima de los valores nacionales. También resulta importante
destacar que 3 de cada 10 niños y niñas tienen peso excesivo o
sobrepeso.
Por otra parte, dicho estudio encontró que no hay diferencias de
prevalencias entre sexos y tampoco entre grupos de edad (6 meses
a 23 meses y 24 a 72 meses).
La emaciación, es decir la desnutrición aguda, presenta prevalencias
marginales desde una perspectiva poblacional, siendo en la región
pampeana del 1,1% y en Córdoba del 0,7% (ENNyS, 2007).
La talla baja está presente en el 8,0% de los niños y las niñas,
encontrándose en las regiones de NEA, NOA y Pampeana valores
superiores al nacional siendo en Córdoba del 7,4% (ENNyS, 2007).

Nutrición y Desarrollo cerebral

En los primeros años tiene lugar la formación del cerebro y de los


órganos vitales; está demostrado que el crecimiento y el desarrollo
óptimo se logra cuando el niño recibe atención y cuidado integral en
nutrición, salud, higiene y estimulación psicoafectiva (Maternidad e
Infancia, 2007).

La relación entre la nutrición y la salud mental no puede ser


inmediatamente evidente. Sin embargo, para cada enfermedad
mental importante los estudios empíricos muestran que hay
influencias nutritivas previas significativas. Así la vitamina B6 y
magnesio han sido asociadas con el autismo y se han usado
eficazmente en el tratamiento de estos niños (Martineau, 1988). La
deficiencia de Yodo puede reducir los niveles de inteligencia y ser
devastador para las mujeres embarazadas y niños, pudiendo causar
abortos o muertes neonatales. Anomalías neuromusculares, del
habla y el oído son comunes entre los niños cuyas madres
presentan deficiencia de yodo (United Nations, 2002). La falta de

- 17 -
vitamina B12 puede llevar a desórdenes neurológicos severos en los
vegetarianos estrictos, especialmente en los infantes y niños
pequeños. Hay evidencia que la deficiencia de esta vitamina puede
contribuir al retardo del desarrollo psicomotor del niño (Jalal, 2002).

Podría decirse entonces que la performance del desarrollo cognitivo


del niño se relaciona con el estado nutricional (Sehadri, 2002-
Morris, 2001). La evidencia de la investigación durante los últimos
veinte años hace pensar en los efectos positivos para el desarrollo
cognitivo a través de suplementación del ácido fólico, zinc, hierro y
lactancia materna en los niños malnutridos y aconsejar a los padres
y madres una alimentación saludable para sus hijos (De Onis,
1998).

La relación entre la desnutrición y el desarrollo cognitivo ha sido


examinado también por otros investigadores (Ernhart, 1987-
Granthan, 1989). Así un estudio prospectivo de 219 niños de Ohio,
encontró una correlación significativa entre el peso de los 6 meses y
1 año y el desarrollo cognitivo, usando la Escala de Bayley de
desarrollo Mental (Ernhart, 1987).

Las interacciones durante los primeros años de vida, o sea los


estímulos que se puedan llegar a recibir, están positivamente
asociados con el desarrollo cognitivo y lingüístico del niño
(Leyendeckers, 1997; Beckwith 1992). Los hechos más consistentes
relativos al desarrollo cognitivo del niño han sido conductas
específicas de la madre, relacionadas con la sensibilidad maternal.
Sin embargo, las investigaciones no han podido establecer un
modelo que identifique las características particulares de la
interacción madre-niño o los aspectos particulares que dicha relación
pueda llegar a predecir respecto a la actuación cognitiva (Laude,
1999).

- 18 -
Factores de Resilencia

La evidencia científica muestra que aún en contextos de pobreza y


exposición a factores de riesgo, existen niños que presentan un
desarrollo psicosocial saludable. Durante más de una década se han
realizado estudios que intentan describir y analizar cuales son los
factores ambientales y personales que posibilitan que en los niños
surja la resilencia. A estos factores se los ha denominado
protectores o resilentes y entre los más significativos se destacan las
redes de apoyo y contención a nivel comunitario, la presencia de un
adulto en quien confiar, la autoestima y el sentido de identidad (OPS,
2002).

Así, el desarrollo de la infancia temprana es un importante


determinante en la transmisión intergeneracional de la habilidad
cognitiva y la salud, y de este modo se refleja luego en el desarrollo
del ciclo educativo (Mayer, 2004).

Ciertos aspectos del ambiente domiciliario también mostraron


correlación con el desarrollo cognitivo, particularmente las
características de la respuesta emocional y verbal de la madre hacia
el hijo, y la organización del medio ambiente del niño en términos
físicos y temporales. El análisis de regresión múltiple reveló que las
características de la respuesta emocional de la madre y la relación
entre peso y talla del niño eran factores de importancia para predecir
el desarrollo cognitivo infantil (Laude, 1999).

Existe una amplia base científica sobre los beneficios de la


estimulación temprana en el hogar y en los centros de cuidados
infantiles (Hill, 2006). Se ha demostrado que adultos nacidos en la
pobreza, pero que participaron en programas para su estimulación
social cuando eran niños, exhiben mayor responsabilidad social,

- 19 -
mejor desempeño escolar, ingresos más elevados, mayor riqueza de
activos y un compromiso más sólido con el matrimonio (Hill, 2006).

También se ha observado que las intervenciones de estimulación en


el hogar son eficaces en el caso de niños con bajo peso al nacer o
niños que presentan desnutrición (Hill, 2006).
La familia, medio natural e irremplazable para el crecimiento y
bienestar del niño se sitúa entonces, como centro de políticas
tendientes a garantizar las oportunidades de las mismas para crear y
sostener condiciones de crianzas saludables y estimulantes (ENNyS,
2007).

Educación materna

Hay estudios que muestran la influencia de la escolaridad materna


en la calidad de vida de los hijos, debido a la mejor toma de
decisiones maternas respecto a su cuidado y alimentación (Huerta
Sáenz, 2002).

El nivel de instrucción materno es un factor de riesgo para el hijo en


cuanto a la probabilidad de sufrir un daño (muerte, enfermedad y/o
secuela) (Estadísticas Vitales, 2010).

Hallazgos de varios estudios, casi todos coincidieron en que las


condiciones de salud son inferiores en las áreas rurales, en las
poblaciones con menor educación y de estratos socioeconómico
más bajo. Estas poblaciones suelen presentar, además mayor
fecundidad y menor uso de la planificación familiar (Bixby, 2000).

En efecto, se ha encontrado en un conjunto de 16 países, que el 61


% de la variabilidad del déficit del peso para la talla en los niños se
explicaría por la combinación de bajos recursos en el hogar y menos
de 6 años de escolaridad de la madre (OPS, 2002).

- 20 -
Por otra parte, la mortalidad infantil se asocia fuertemente a la
educación de la madre, y a las necesidades básicas insatisfechas,
siendo ajenas a las tasas de mortalidad la presencia de atención sea
con o sin internación. Tampoco tienen que ver las tasas de
mortalidad con la cantidad de médicos y camas por habitantes
(Tafani, 2005).

En un estudio de análisis de documentos que se llevó a cabo en el


año 2000 sobre el análisis de la salud en América Latina se observó
que el 45% del exceso de la mortalidad está vinculada a la
educación materna.
El riesgo de mortalidad en la edad 1 - 23 meses fue de más de dos
veces más sensible a bajos niveles de educación de la madre de lo
que fuera durante el primer mes de vida. La educación de la madre
tenía la ventaja más pronunciada en la supervivencia post-neonatal
en las zonas urbanas lo que sugiere que el acceso a los sistemas
generales de apoyo social y económico es el factor limitante en las
zonas urbanas. El alcance de la ventaja de la educación en el
retraso del crecimiento durante la edad de 3-23 meses,
básicamente, igualaba a la de la mortalidad en la edad 1-23 meses
(Bixby, 2000).

Otro estudio demostró que la baja escolaridad materna se asocia a


una mayor presencia de poliparasitismo y helmintiasis, siendo más
frecuente la desnutrición aguda con T. trichiura y con varios
parásitos (Alvarado, 2006).

La educación de la madre juega un papel importante en las


decisiones que inciden sobre la atención preventiva y curativa del
niño (Bixby, 2000).

- 21 -
Otro estudio observó los factores de riesgo y la persistencia de la
otitis en 1259 niños que llegó a un 18,7 % de prevalencia. Además
se vio que variables como menor escolaridad materna, menor renta
familiar, genero masculino, menor edad materna y ausencia de
lactancia materna se mostraron significativamente asociados a la
otitis (Amaral, 1993).

Pareciera entonces que la salud y la educación se muestran


íntimamente vinculadas. La influencia de la escuela para la
construcción y el aprendizaje de actitudes relacionadas con la salud
permite al individuo, especialmente a las niñas, aspirar a una vida
sana, actuar como intermediarios para cambiar sus circunstancias
de vida y tomar decisiones acertadas vinculadas con la
estructuración de ambientes saludables (Tejeda Lagonell, 2005).

El alfabetismo en la mujer y la prosecución de sus estudios en los


niveles del sistema educativo, constituyen un factor clave tanto para
la estructuración de ambientes saludables, como para la educación
de su familia.

Por esa razón se ha planteado que la educación debiera ser


considerada una variable fundamental para enfrentar la desnutrición,
por lo tanto, se recomienda potenciar la incorporación de la niña a la
escuela y facilitarle el acceso a la educación (Tejeda Lagonell,
2005).

Diversos organismos internacionales han volcado su interés en este


asunto y revisado la influencia que pudiera tener la falta de
prosecución escolar sobre la salud (Tejeda Lagonell, 2005).

Otro estudio determinó que el consumo insuficiente de vitamina A


sigue muy de cerca la distribución de bajas concentraciones séricas

- 22 -
de retinol según la zona de residencia y el grado de escolaridad de
las madres (Rodríguez, 1996).

Al igual que las concentraciones bajas de retinol sérico, el riesgo de


consumo inadecuado de vitamina A fue más elevado en los niños de
madres analfabetas y residentes en zonas rurales (Rodríguez,
1996).

Por otra parte, la educación materna es la variable de mayor peso en


los resultados obtenidos en relación al desarrollo hasta los 2 años,
según un estudio llevado a cabo en una maternidad de Buenos Aires
(Schapira, 1998). En efecto, es la variable que por si mejor
discriminaría la situación social de la familia y en particular cuando
se refiere a la accesibilidad a los servicios de salud, cobertura de
cuidados médicos y calidad de dicha educación (Schapira, 1998).

Otra investigación encontró que a medida que se incrementa el nivel


educativo, la mortalidad por hipoxia disminuye en todos los grupos
de peso de forma tal que las analfabetas tienen 4,5 más mortalidad
que las de nivel más elevado (Vinacur, 1995).

Por lo tanto, el aumento de desnutrición aguda y crónica son etapas


en el campo entre la baja educación materna y las posibilidades de
la supervivencia de los pobres (Bixby, 2000).

Edad materna y educación

Otros autores observaron que los intervalos intergenésicos fueron


menores de un año en más de una cuarta parte de las mujeres y se
asocia positivamente con la edad. El grupo más joven, de menos de
20 años, constituyó el porcentaje más alto (19,4%) que tuvieron

- 23 -
intervalos muy cortos (26 semanas). Aún entre el grupo de 20 a 29
años de edad, la mitad tuvo un segundo hijo en menos de 2 años.
Solo en las de 30 o más (12% de la muestra) hubo una mayoría
(57,6%) que tuvieron su segundo hijo después de un intervalo de 2 o
más años (Klerman, 1998).

Se ha investigado ampliamente a que edad materna es más


probable que el embarazo tenga un desenlace favorable (Cabrales
Escobar, 2000). Las edades inferiores a los 19-20 años y superiores
a los 35-36 años se han identificado como factores de riesgo de bajo
peso al nacer (Santos Pereyra Solla, 1997; Fuentes Afflick, 1997).
Una posible explicación es que a los 19 años la mayoría de las
jóvenes han terminado la enseñanza media o preuniversitaria,
tienen cierta independencia económica y están preparadas tanto
física como psicológicamente para enfrentar un embarazo, y las
mujeres mayores de 35 años no presentan otro riesgo asociado
(Cabrales Escobar, 2000).

En un estudio llevado a cabo en diferentes barrios de Córdoba y


gran Córdoba se observó que sólo el 26% de la población mayor de
16 años tiene estudios primarios completos. Esta problemática que
incluye deserción, abandono, no finalización de los estudios, parece
ser un rasgo característico de estas comunidades, aún cuando
cuentan con instituciones escolares para los niveles inicial y
primario. La cercanía o accesibilidad al establecimiento no garantiza
la permanencia en la institución educativa ni amplía su impacto
(Tebera, M.2008).

Además en Córdoba existe un 32% de jefes de hogares de entre 25


y 64 años que no alcanzan a completar los estudios primarios. Un
38% completa este ciclo sin acceder al secundario, mientras que el
23% accede a este nivel pero no lo culmina. Sólo un 7% de estos

- 24 -
jefes de hogar alcanza a completarlo. De estos un porcentaje muy
bajo avanza a ciclos de educación superior (terciarios y
universitarios).
También es posible observar que de cada 10 hogares,
aproximadamente 6 tienen jefes varones y 4 poseen jefas mujeres.
Esta relación no es constante para todos los lugares estudiados,
existen otros donde el porcentaje de jefes varones llega al 70% y un
30% de jefas mujeres respectivamente y se observó otros donde
llegan a igualarse en un 50% (Tebera, M. 2008).

Intervención alimentaria

La alimentación suplementaria es una intervención ampliamente


utilizada en los países en vías de desarrollo. Un estudio realizado en
Jamaica mostró un efecto positivo sobre la talla de un grupo de
niños que recibió alimentación suplementaria comparada con un
grupo control luego de 12 meses de intervención (Sguassero, 2007).

En Chile, solo el 3.7 % de niños y niñas menores de 6 años


presentan déficit nutricional y son incorporarlos a un programa de
refuerzo nutricional con evaluación permanente lo cual contribuye a
mejorarlo (Pizarro, 2006).

En Argentina la reciente Encuesta Nacional de Nutrición y Salud


demostró que del total de los hogares encuestados en que residían
las mujeres seleccionadas en la muestra, 20,8% recibió al menos
una intervención alimentaria en los últimos 90 días (ENNyS, 2007).

Luego otro estudio llevado a cabo en diferentes partes de Argentina


demostró que en el 49% de los hogares alguno de sus miembros
recibía algún tipo de asistencia alimentaria: 20,9% leche en polvo,
15,6% leche fluida y 12,6% refirió concurrir a comedor (Duran 2009).

- 25 -
Colonia Tirolesa es una localidad que pertenece al Departamento
Colón de la Provincia de Córdoba, ubicada hacia el noreste a 25 km.
de nuestra ciudad capital, esta distancia se considera desde la Plaza
de las Américas, ubicada en el centro mismo del pueblo, hasta la
avenida de Circunvalación (Historias Populares. Colonia Tirolesa,
2005)
La superficie total del pueblo teniendo en cuenta su zona rural y
urbana es de 60.000 hectáreas. Actualmente limita al sur con el
Departamento Capital (hasta km. 12) y Malvinas Argentinas, al oeste
con Juárez Celman y General Paz, al norte con Colonia Caroya (a
partir del Río Carnero) y al oeste con el Departamento Río Primero:
Esquina, Monte Cristo, Tinoco y Media Luna.
El ejido municipal comprende las localidades de Colonia Tirolesa, La
Puerta (Departamento Colón), El Quebrachal con un sector que
pertenece al departamento Colón, El Gateado donde un sector
pertenece al departamento Colón, Río Chico, El Vergel, Estación
Tirolesa, Colonia Los Algarrobos (El Carmen) y Nuñez del Prado.
Según el censo de población realizado por el Instituto Nacional de
Estadísticas y Censos (INDEC) en el año 2001, Colonia Tirolesa
contaba aproximadamente con 8500 habitantes; esto comprende la
zona rural y la zona urbana.
El Centro de Salud Municipal presta servicios médicos las 24 horas
del día durante todo el año. Cuenta con asistencia odontológica,
enfermería, nutricionista y radiología. El plantel médico esta
compuesto por cinco profesionales pertenecientes a diversas áreas.
La ambulancia esta disponible las 24 horas del día. Se entrega
medicamentos y leche fortificada en casos específicos, también se
realizan charlas educativas y planes de vacunación para todos los
niños de las escuelas comprendidas en el ejido municipal.

- 26 -
Además de este centro de salud, la municipalidad tiene a su cargo
los dispensarios de La Puerta, Estación Tirolesa y un cuarto en una
zona denominada Santa Elena, dentro del mismo pueblo.
La Ruta Provincial A 74 atraviesa toda la localidad y está
pavimentada en todo el trayecto que afecta al pueblo, desde
Córdoba hasta Colonia Caroya.
La economía del pueblo se basa principalmente en la actividad
agrícola y ganadera; se desarrollan también labores como la fruti-
hortícola, el comercio en diversos rubros, fábrica de embutidos,
encurtidos, bebidas gaseosas, frigoríficos, transportistas,
mueblerías, etc. (Historias Populares Cordobesas. Colonia Tirolesa,
2005).

Colonia Tirolesa cuenta con dos programas de ayuda alimentaria,


ambos de entrega mensual para familias de bajo recursos. Uno se
entrega a partir de la misma municipalidad y el otro en los mismos
centros de salud municipales. Ambos cuentan con los siguientes
alimentos: leche en polvo, fécula de maíz, harina de maíz, harina de
trigo, fideos, lentejas, azúcar, dulce y aceite.

Vulnerabilidad Materno Infantil

Las condiciones de salud de la población Argentina han evidenciado


mejoras sustantivas en los últimos años. Sin embargo, existen aun
situaciones que requieren de acciones e intervenciones específicas,
que permitan mejorar las condiciones de vida, favoreciendo el
alcance de un óptimo estado de salud de toda la población.

Particularmente en la población materno infantil, es esencial contar


con un conocimiento preciso de las condiciones de salud y nutrición
y su consecuente intervención, orientada a la prevención y

- 27 -
promoción de hábitos saludables y cuidados específicos (ENNyS,
2007).

Su relevancia se sustenta en primer lugar en la vulnerabilidad


biológica y en el efecto que condiciones inadecuadas de salud y
nutrición pueden significar en este grupo. Pero adicionalmente, los
efectos de tales inadecuaciones pueden implicar consecuencias
desfavorables a largo plazo (ENNyS, 2007).

Durante el año 2009 en Argentina se registraron 29 muertes de


niños entre 1 y 5 años de edad causados por desnutrición y otras
deficiencias nutricionales (Estadísticas Vitales, 2010).

Según los datos del último Censo Nacional de Población y Vivienda


realizado en el año 2001, este grupo poblacional (mujeres de 10 a
49 años y niños menores de 6 años) representaba el 41 % de la
población total del país (ENNyS, 2007).

Finalmente, junto a su mayor vulnerabilidad biológica, la


vulnerabilidad social en este grupo poblacional, constituye un
elemento más que refuerza la necesidad de focalizar las acciones de
las madres y de los niños. La proporción de niños y mujeres en
hogares con inadecuadas condiciones sociales es más elevada que
en otros grupos de edad, situación que incrementa el riesgo de
alteraciones en el estado de nutrición, salud, crecimiento y desarrollo
(ENNyS, 2007).

Es indiscutible que la pobreza, la desnutrición, las carencias


alimenticias y desigualdades a nivel educativo, y el hecho de que
muchas familias vean comprometidas sus posibilidades de
garantizar la subsistencia y ligado íntimamente a esto, su capacidad
de afrontar la crianza de sus hijos y su acompañamiento, son los

- 28 -
primeros obstáculos que es preciso enfrentar en este desafío
(ENNyS, 2007).

Desde el punto de vista de la prevención es fundamental la


evaluación nutricional de los diferentes grupos vulnerables:
lactantes, niños, mujeres embarazadas, ancianos, etc. Más aún, en
la actualidad es una necesidad dentro del desarrollo sanitario,
debido a la estrecha relación que existe entre nutrición y salud
(Maternidad e Infancia, 2007).

Ante la dimensión y la complejidad del problema de la malnutrición,


es que la finalidad principal de la evaluación nutricional de una
comunidad, es precisar la magnitud y la distribución geográfica de la
malnutrición como problema sanitario; descubrir y analizar los
factores que directa o indirectamente contribuyen a esta situación y
proponer medidas apropiadas para prevenir y reparar los daños
nutricionales detectados (Mataix, 1995).

Así, determinar la incidencia de la mal nutrición en una comunidad y


los factores complejos que la determinan, pondrá de manifiesto la
situación nutricional de individuos y comunidades. Estos
diagnósticos permitirán establecer medidas políticas de intervención
en materia de Salud Pública, que vayan desde la educación
nutricional hasta políticas alimentarias (Maternidad e Infancia, 2007).

Los primeros años de vida constituyen un período crítico, pero


también una oportunidad única para realizar intervenciones que
favorezcan que los niños crezcan físicamente saludables,
emocionalmente seguros, socialmente competentes y capaces de
aprender (Maternidad e Infancia, 2007).

- 29 -
La evaluación y vigilancia del crecimiento y el desarrollo del niño,
desde la concepción hasta la madurez constituyen una de las
acciones más relevantes a cumplir en atención primaria (Maternidad
e Infancia, 2007).

Por todo lo expuesto, investigar la evolución del estado nutricional de


los niños de entre 1 y 7 años de edad y su relación con la
escolaridad materna en Colonia Tirolesa constituirá un valioso aporte
para valorar el impacto de los programas de intervención alimentaria.

Objetivos:
General
- Comparar la evolución del estado nutricional en relación a la
escolaridad materna en los niños de 1 a 7 años de edad que reciben
o no intervención alimentara en Colonia Tirolesa. Año 2007-2008.

Específicos
- Describir la distribución de los niños según escolaridad
materna e intervención alimentaria.
- Describir la evolución del estado nutricional de los niños
durante los 18 meses según escolaridad materna.
- Describir la evolución del estado nutricional de los niños
durante los 18 meses según intervención alimentaria.

- 30 -
DISEÑO METODOLÓGICO

Tipo de estudio

El presente estudio es de carácter descriptivo observacional,


longitudinal y retrospectivo.
Es de carácter descriptivo observacional ya que se buscó describir la
relación entre las variables. Es longitudinal retrospectivo por su
descripción a lo largo del tiempo pero con datos recolectados en el
pasado, que en este caso fueron íntegramente obtenidos de las
historias clínicas de los pacientes.

Se utilizaron los registro de peso, talla, sexo y edad que se


encontraban registrados en las historias clínicas de niños y niñas
que se encuentran bajo control de niño sano de entre 1 y 7 años e
edad inclusive, reciban o no intervención alimentaria, además de los
datos de la escolaridad materna, también registrados en alguno de
los cuatro Centros de Salud de la Municipalidad de Colonia Tirolesa

Procedimientos para recolección de datos


El registro de la edad del niño y el sexo se realizaron el día de la
primera toma de medidas.

Los procedimientos que se utilizaron para obtener el peso y talla de


los niños en los diferentes centros de salud (Maternidad e Infancia,
2007) fueron los siguientes:

El peso se registró con el niño sin ropa. En los menores de 2 años


en balanza pediátrica (balanza pesa-bebé, con capacidad de 16 Kg.
y precisión de 10 gr.) y mayor a esa edad en balanza para adulto
(báscula con plataforma con precisión de 50 gr.). En caso de no

- 31 -
poder ser pesado sin ropa, se realizó con la mínima posible y se
descontó.
A fin de tomar la longitud de los niños menores de 2 años se colocó
en posición decúbito supino sobre una superficie horizontal plana, y
con una cinta métrica dura se midió desde el extremo cefálico hasta
los talones.
La estatura fue tomada en niños de entre 2 y 7 años inclusive. El
instrumento utilizado fue un tallímetro (estadímetro de pared, con
capacidad de 140 cm. y precisión de 1 milímetro). El niño se paró
con sus talones, nalgas y cabeza en contacto con la superficie
vertical. La cabeza del pequeño estaba de tal forma que el borde
inferior de la órbita estaba en el mismo plano horizontal que el meato
auditivo externo (plano de Frankfurt). Se Movió entonces el tope
móvil del tallímetro y se toma la medida (Batrouni, 2000).

Cabe destacar en este punto que los datos son confiables ya que
todos fueron tomados por la misma persona. Los controles de niños
sanos en los cuatro Centros de Salud de Colonia Tirolesa se realizan
días específicos, momentos en los cuales asiste el pediatra y
nutricionista, y es el mismo profesional de nutrición el encargado de
tomar las medidas antropométricas de los niños mayores de 1 año
de edad.

Luego los datos obtenidos en cada medida se compararon con


gráficos ya validados de Peso para la talla, talla para la edad y peso
para la edad (Lejarraga, 1980) a fin de determinar el estado
nutricional en el momento del registro.

- 32 -
Variables

Operacionalización de las variables

Variable: - Estado Nutricional

Teórica: resultado entre el aporte nutricional que recibe y las


demandas nutritivas necesarias para permitir la utilización de los
nutrientes, mantener las reservas y compensar las pérdidas
(Maternidad e Infancia, 2007).

Intermedias:
 Desnutrición
 Eutrófico
 Sobrepeso
 Obesidad

Indicadores:
 Peso
 Talla
 Edad
 Sexo

Índices:
 Peso/talla
 Talla/edad
 Peso/edad
Para valorar el estado nutricional se utilizarán los Gráficos de
P/T,T/E,P/E de Lejarraga, 1980 (ver anexo).

- 33 -
Variable: - Escolaridad materna
Teórica:
Número de años completos de estudio (Amaral, 1993).

Intermedias:
 analfabeta o semi-analfabetas
 alfabeta

Indicadores:
 Menos o igual a 3 años de escolaridad
 4 años o más de escolaridad

Índices:
 Ningún año de estudio o hasta 3 de estudio
 4 años o más de escolaridad

 Variable: - Intervención Alimentaria

Teórica: bolsa o caja de alimentos, tickets o vales de programa


(ENNyS, 2007).

Indicadores:
 Si recibe
 No recibe

Variable: - Edad del niño

Teórica: Años cumplidos al comienzo del estudio según DNI

Indicadores:
 Entre 1 y 4 años cumplidos
 Más de 4 años

- 34 -
Variable: - Sexo

Teórica: según DNI


Indicadores:
 Masculino
 Femenino

Universo y muestra

El universo estuvo integrado por el total de los niños de entre 1 y 7


años de edad de ambos sexos que se encontraban bajo el control de
niños sanos en los diferentes centros de salud de la municipalidad
de Colonia Tirolesa, recibiesen o no intervención alimentaria durante
los años 2007-2008.

Por lo tanto, la muestra final estuvo integrada por 142 niños de 1 a 7


años de edad de dicha localidad que poseían datos confiables de
peso, talla, edad y escolaridad y edad de la madre registrados entre
el año 2007 y 2008 de los cuales 79 recibían intervención alimentaria
y 63 no recibían.

Criterios de inclusión:
 Niños de ambos sexos que en el momento de la toma de la
muestra tenían 1 año cumplido y hasta 7 años de edad
inclusive.
 Niños que convivían con la madre, ya sea biológica o
adoptiva,
 Niños que se encontraban en el horario de por lo menos 2
comidas con la madre, ya sea adoptiva o biológica (desayuno,
almuerzo, merienda o cena).

- 35 -
 Se encontraban viviendo dentro del ejido de la Municipalidad
de Colonia Tirolesa.
 Niños que se encontraban en control permanente en algún
Centro de Salud perteneciente al municipio al cual responden
y presenten Historias Clínicas con los datos necesarios y
confiables.

Criterios de exclusión:
 Niños de ambos sexos que en el momento de la toma de la
muestra tenían menos de 1 año y 8 años de edad o más.
 Niños que no convivían con la madre, ya sea biológica o
adoptiva, en los cuales 2 personas o más se
responsabilizaban de su alimentación.
 Niños que se encontraban en el horario de 1 de las comidas
con la madre, ya sea adoptiva o biológica (desayuno,
almuerzo, merienda o cena).
 Niños que no se encontraban viviendo dentro del ejido de la
Municipalidad de Colonia Tirolesa.
 Niños que no asistían a control permanente en algún Centro
de Salud perteneciente al municipio al cual responden y no
presenten Historias Clínicas con los datos necesarios y
confiables.

El estudio tuvo un nivel de confianza del 95% (Z=2,58) y un error


muestral de 10% (e=0,10).

- 36 -
Metodología Estadística

Para realizar el análisis estadístico se utilizó la prueba del Chi


cuadrado y regresión logística donde la variable estado nutricional
fue sub-clasificada como una variable dicotómica, Desnutrido o
Normal. Se consideró estadísticamente significativo con un valor de
P menor a 0.05.

RESULTADOS

El presente trabajo estudió la evolución del estado nutricional en los


niños de 1 a 7 años de edad en la población de Colonia Tirolesa en
entre los años 2007-2008, comparando los niños según escolaridad
materna, con y sin intervención alimentaria.

Descripción de la población estudiada:


Tal como se puede observar en la tabla 1 del total de los 142 niños
analizados 79 recibían intervención alimentaria y no lo hacían 63.
Además las madres de 100 niños tenían 4 años o más de
escolaridad, por lo cual se las considera alfabetas y 42 tenían
madres con 3 años o menos escolaridad, categorizadas en este
trabajo como analfabetas.

- 37 -
Tabla 1: Distribución de los niños de entre 1 y 7 años según
escolaridad materna e intervención alimentaria. Colonia Tirolesa-
Córdoba, 2007-2008.

Intervención
Escolaridad Materna Alimentaria
Sin Interv. Con Interv. Total
fa %
fa % fa % 100
Alfabetas 60 42 40 28 705
Analfabetas 3 2 39 28 42 30

Total 63 44 79 56 142 100


fa : frecuencia absoluta

Fuente: Piccoli, A. Presente estudio.

Estado Nutricional y su evolución:


Durante el primer control el total de niños desnutridos registrados fue
de 32, de los cuales 26 recibían intervención alimentaria y 6 no lo
hacían (tabla 2). En este grupo (desnutridos que recibían
intervención alimentaria) a medida que fueron pasando los controles
los niños que recibían intervención alimentaria descendieron de 26 a
22, mientras que los que no recibían intervención alimentaria
subieron de 6 a 10 niños en el último control.
Por otra parte, los niños con estado nutricional normal inicial, que
recibieron intervención alimentaria fueron 50 incrementándose a 53
en el último control, mientras los que no recibieron descendieron de
49 a 43 niños.

Estado Nutricional, intervención alimentaria y escolaridad


materna:

Cuando se analizaron los factores que influyeron sobre la evolución


del estado nutricional, se observó que los factores que resultaron

- 38 -
significativos fueron: edad de la madre (p< 0,05), intervención
alimentaria (p < 0,0001) y el nivel de escolaridad de la madre (p <
0,05).

La evolución del estado nutricional se comportó independientemente


de la variable nivel de escolaridad materna (p=0.8875).
Por lo tanto que la madre tenga al menos 4 años de escolaridad, es
decir alfabeta, no garantiza que sus hijos tengan un nivel nutricional
normal (p = 0.0418). Inclusive tal como lo muestra la tabla 2 en el
segundo control de los niños con mamás alfabetas hay un aumento
de niños con desnutrición, disminuyendo luego en el tercer control.

Tabla 2: Evolución del estado nutricional de los niños de entre 1 y 7


años de edad a lo largo de 18 meses según escolaridad materna.
Colonia Tirolesa, Córdoba 2007-2008.

Escolaridad Materna
Estado Nutricional Alfabeta Analfabeta Totales según control
Control 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4
fa fa fa fa fa fa fa fa fa fa fa fa
Desnutrición 21 24 20 21 11 11 10 11 32 35 30 32
Normal 69 65 68 67* 30 29 30 29 99 94 98 96
Sobrepeso 3 3 3 3 0 0 0 0 3 3 3 3
Obesidad 7 8 9 9 1 2 2 2 8 10 11 11
fa : frecuencia absoluta
*(p = 0.0418)

Fuente: Piccoli, A. Presente estudio.

Por otra parte los niños que no reciben intervención alimentaria


tienen estado nutricional normal (p < 0.0001) al comienzo del
estudio, observándose una disminución de niños con desnutrición en
los que reciben intervención alimentaria y un aumento de la
desnutrición en aquellos que no reciben (Tabla 3).

- 39 -
Tabla 3: Evolución del Estado Nutricional en niños de entre 1y 7
años de edad Con y Sin Intervención Alimentaria a lo largo de 18
meses. Colonia Tirolesa, Córdoba 2007-2008.

Intervención Alimentaria
Estado Nutricional Recibe No recibe Totales según control
Control 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4
fa fa fa fa fa fa fa fa fa fa fa fa
Desnutrición 26 26 23 22 6 9 7 10 32 35 30 32
Normal 50 47 51 53* 49 47 47 43 99 94 98 96
Sobrepeso 0 0 0 0 3 3 3 3 3 3 3 3
Obesidad 3 6 5 4 5 4 6 7 8 10 11 11
fa : frecuencia absoluta
*(p < 0.0001)
Fuente: Piccoli, A. Presente estudio.

Por último, una edad media entre 20 y 35 años de las madres


tampoco garantiza que sus hijos logren un nivel nutricional normal
(p = 0.0076).

- 40 -
DISCUSIÓN

El presente estudio describió la evolución del estado nutricional a lo


largo de 18 meses comprendidos entre los años 2007 y 2008, con
respecto a la escolaridad materna y la intervención alimentaria.
El estado nutricional de los niños a lo largo del tiempo demostró una
pequeña variación, pero sólo lo hizo con respecto a la intervención
alimentaria, no observándose con respecto a la escolaridad materna.

En cuanto a la evolución del estado nutricional y su relación con el


hecho de recibir o no intervención alimentaria este trabajo mostró un
comportamiento diferente en ambos grupos. Los que recibieron la
ayuda alimentaria presentaron una leve disminución de desnutridos
y un leve incremento en el grupo de estado nutricional normal.
Contrariamente, el estado nutricional en los que no recibieron
intervención alimentaria mostró un deterioro puesto que aumentaron
los casos de desnutrición y disminuyeron los eutróficos.
Coincidentemente un estudio realizado en Jamaica mostró un efecto
positivo sobre la talla de un grupo de niños que recibió alimentación
suplementaria comparada con un grupo control luego de 12 meses
de intervención (Sguassero, 2007).

El presente estudio coincide además con un relevamiento que se


llevó a cabo durante el año 2005 en la ciudad de Buenos Aires,
luego de que la pobreza habría ascendido a más del 50% en la
población Argentina, se pudo observar que contrariamente a la
hipótesis de empeoramiento de la situación nutricional, los datos no
muestran diferencias en los indicadores de peso/edad y talla/edad y
las prevalencias del indicador peso/talla menor al normal fueron
inferiores en el 2002 con respecto a 1995 (Calvo, 2005).
Esta situación podría explicarse por los programas y alternativas
solidarias que estrían contrarrestando los efectos del

- 41 -
empobrecimiento de la población. El estudio se refirió
exclusivamente a la población de niños de 0 a 5 años que demanda
atención ambulatoria en el sistema público de salud. Los resultados
no son generalizables al universo de los niños de esa edad que
residen en cada jurisdicción y por lo tanto no pueden considerarse
como datos de prevalencia de malnutrición a nivel provincial o
nacional (Calvo, 2005).

Dentro de las políticas públicas hay que tomar en cuenta


especialmente el Programa Materno Infantil, dirigido a la población
de menores de 6 años que se atienden en el sistema público, que
corresponde a la relevada en las encuestas antropométricas. Como
parte de sus acciones reparte leche entera en polvo (fortificada con
hierro, zinc y ácido ascórbico desde el 2002) a embarazadas,
nodrizas y niños menores de 6 años.

Si bien las coberturas son bajas y variables, las jurisdicciones


adaptaron sus prestaciones a la disponibilidad del insumo,
dirigiéndolo principalmente hacia los niños menores de 2 años no
amamantados o en situación de indigencia, lo que contribuyó a paliar
la crisis (Calvo, 2005).

Las alternativas solidarias y dependientes de ONG, por ejemplo


comedores comunitarios, no pueden cuantificarse por separado del
gasto público global, debido a que la mayoría recibe subsidios del
Estado. El Programa Jefas y Jefes de Hogar Desocupados, se inició
en abril y alcanzó -para diciembre de 2002- a 1.856.951
beneficiarios. Aunque no hay datos suficientes para evaluar su
impacto en la seguridad alimentaria, su masividad debe haber
contribuido a mejorar la capacidad de compra de alimentos de los
hogares pobres, aunque el monto sea menor al valor de la canasta
básica (Calvo, 2005).

- 42 -
Por otra parte los resultados de este estudio se contraponen a otros
hallazgos donde la educación materna es la variable de mayor peso
en los resultados obtenidos con relación al desarrollo hasta los 2
años de vida del niño (Schapira 1998). Al igual que lo hace un
estudio en donde la educación de la madre explica alrededor del
40% de la desnutrición del niño, al tiempo que sólo el 32,5% de las
mujeres de 15 a 49 años del quintil más bajos de ingresos terminan
el quinto grado de la escuela primaria (Gwatkin, 2007, Gakidou
2007).

Se pudo observar que en algunos estudios llevados a cabo en otros


países en donde existió una disminución de la desnutrición en
lugares muy pobres (Monteiro CA 2009), los factores que
contribuyeron a este logro fueron: mejoras en la educación para
mujeres, aumento de valor adquisitivo entre familiares y mejoras en
la calidad del agua y saneamiento (PHA, 2010).
A pesar que se ha encontrado que en un conjunto de 16 países, el
61 % de la variabilidad del déficit del peso para la talla en los niños
se explica por la combinación de bajos recursos en el hogar y menos
de 6 años de escolaridad de la madre (OPS, 2002), el presente
trabajo abordó la relación con escolaridad materna pero no incluyó
variables referidas a los recursos económicos del hogar.

En cuanto a la Validez Interna se observó cierto sesgo de selección,


ya que los niños que fueron incluidos en la muestra eran todos
aquellos que cumplían con los controles preestablecidos por el
personal médico del Centro de Salud al cual asistían, lo cual marca
determinada característica del grupo, como ser, responsabilidad de
la madre ya sea biológica o adoptiva. En cuanto a las entrevistas
realizadas a las progenitoras, eran ellas las que respondían el grado
de escolaridad, pudiendo existir sesgo de información, ya que
podrían haber desfigurado los datos por vergüenza o equivocación.

- 43 -
Por otra parte, en la zona donde se llevó a cabo la investigación la
economía se basa en indispensable para el ingreso económico de
esta población. Sin embargo, la agricultura, y el comercio a su vez
se moviliza a partir de esto, por lo tanto la escolaridad parecería no
ser cabe aclarar que la mayoría de las investigaciones asocian el
nivel económico con la escolaridad materna, variable que este
estudio no plantea. Además en esta y otras poblaciones la mayoría
de los niños de madres adolescentes tienen un crecimiento
supervisado por sus abuelas, mujeres con experiencia en
supervivencia humana, sin embargo este trabajo no incluyó el
estudió la estructura de la familia que convive con el niño.
Estas limitaciones del presente estudio plantean la necesidad de
futuras investigaciones que den cuenta de la influencia que podrían
tener dichas variables en el estado nutricional además de la
escolaridad de las madres.

- 44 -
CONCLUSIONES

El objetivo principal de este trabajo fue comparar la evolución del


estado nutricional con relación a la escolaridad materna en los niños
de 1 a 7 años de edad que reciben o no intervención alimentara en
Colonia Tirolesa, a lo largo de un año y medio, con cuatro tomas de
datos separados por 6 meses.
Se pudo observar que los niños con intervención alimentaria tenían
mejor estado nutricional que los que no recibían.

No se observó diferencia en el estado nutricional de los niños


cuando se los analizó a lo largo del tiempo con respecto a la
escolaridad materna.

La alimentación en los niños es un tema de importancia y de trato


constante con los padres, lo que hace suponer que la razón por la
cual el estado nutricional de los niños no muestra relación con la
escolaridad materna se debería a la preocupación de la madre y la
respuestas de las mismas antes los exámenes y consejos de los
profesionales (pediatra, nutricionista, enfermera).

Además se puede agregar que la lectura de este estudio y de otros


permite concluir que no se puede analizar en profundidad el estado
nutricional sin tener en cuenta otras variables, haciendo referencia a
las socio-económicas.
Los resultados hallados indican que a futuro se podría ampliar la
investigación a fin de analizar otras características de la población y
obtener posibles explicaciones de los resultados encontrados.

- 45 -
Referencias
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Anexo

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- 51 -
- 52 -
- 53 -
- 54 -
- 55 -
Autor
Lic Andrea E. Piccoli
Domicilio Jesús María – Córdoba – Argentina
Teléfono 0351 – 153098479
Email andypiccoli@hotmail.com

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