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Farmacologia-Conceptos Basicos

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Introducción

Desde los principios de la humanidad se ha intentado tratar las enfermedades del hombre y de
los animales con sustancias. El conocimiento del poder curativo de determinadas plantas y
minerales ya se conocía en la antigüedad en tratados sobre las plantas. La creencia en el poder
curativo de las plantas y determinadas sustancias se basaba meramente en conocimientos
transmitidos.
Se define la farmacología como la ciencia que estudia la composición, las propiedades y la acción
terapéutica de los medicamentos.
La Farmacología en un sentido amplio es la ciencia que estudia el origen, composición,
propiedades físicas químicas, mecanismos de acción, efectos biológicos, absorción, destino,
excreción, biotransformación, usos clínicos y toxicidad de los fármacos. Entendiendo como
fármacos a todas aquellas sustancias químicas capaces de modificar el comportamiento de un
sistema biológico, y en su virtud ser útiles para la curación, alivio, prevención o diagnóstico de las
enfermedades.
El estudio del comportamiento y utilización de los fármacos en el hombre sano y enfermo, se
denomina Farmacología Clínica, teniendo como objeto de estudio el uso de los fármacos en la
población general, en subgrupos específicos y en pacientes concretos.

Todo fármaco atraviesa por 3 fases que detallaremos a continuación para producir su efecto:
1. Fase farmacéutica: Proceso por el cual se transforma una droga en un medicamento. De este
modo, a través de la farmacotecnia se obtiene una forma farmacéutica con una dosis
determinada.
Posteriormente estudios de biodisponibilidad y eficacia clínica determinan la utilidad de la droga.
2. Fase farmacocinética: Transformaciones que sufre el fármaco en el organismo. Se divide a su
vez en 5 fases: liberación, absorción, distribución, metabolismo y excreción.
3. Fase farmacodinámica: Conjunto de modificaciones que el fármaco induce en el organismo.

Farmacocinética
Un fármaco es una sustancia capaz de interactuar con un organismo y generar una respuesta.
Cuando un fármaco entra en el organismo, comienza un proceso de transformación por el que se
libera de la forma farmacéutica que lo contiene, para poder absorberse y distribuirse por los
tejidos a través del plasma. Gracias a este proceso se alcanza una concentración mínima necesaria
para conseguir el efecto terapéutico del fármaco en el órgano diana. Si la concentración no
alcanza ese mínimo, no se observará efecto terapéutico alguno o será subterapeútico. Debe
tenerse en cuenta que únicamente la fracción libre tiene capacidad para unirse a los receptores
y promover una acción, así como de ser susceptible de ser metabolizada. La intensidad y duración
del efecto está directamente relacionada con la cantidad de fármaco administrado, los niveles
plasmáticos alcanzados y el tiempo en el que estos últimos son mantenidos. Además, la dosis de
los fármacos está calculada para alcanzar niveles plasmáticos óptimos (los niveles terapéuticos)
y con ello producir el efecto deseado, sin llegar a valores tóxicos (figura 1).

La farmacocinética estudia los siguientes procesos:


• Liberación
• Absorción
• Distribución
• Metabolismo
• Excreción
Liberación
Es el primer paso del proceso en el que el medicamento entra en el cuerpo y libera el contenido
del principio activo administrado. El fármaco debe separarse del vehículo o del excipiente con el
que ha sido fabricado. Esta fase comprende tres pasos: desintegración, disgregación y
disolución.
Absorción
Movimiento de un fármaco desde el sitio de administración hasta la circulación sanguínea.
Obviamente la vía intravenosa no necesita de absorción. Se denomina biodisponibilidad a la
cantidad de fármaco activo que es absorbido hacia el torrente circulatorio sanguíneo.

La absorción puede depender de múltiples factores:


• Características de la preparación farmacéutica, el tamaño de las partículas y la formulación
condicionan la velocidad de liberación de su forma farmacéutica y la disolución.
• Características fisicoquímicas del fármaco, el grado de ionización, el peso molecular y la
liposolubilidad.
• Eliminación presistémica o fenómeno de primer paso, por cualquier vía que no sea la
intravenosa puede haber absorción incompleta, porque parte del fármaco es eliminado o
destruido antes de llegar a la circulación sistémica.
• Características del lugar de absorción: la velocidad y la cantidad con la que el fármaco accede a
la circulación sistémica depende de la vía de administración.

Distribución
La distribución es un proceso farmacocinético por el cual el fármaco es transportado desde su
lugar de absorción al tejido u órgano diana. Son los órganos más vascularizados (hígado, corazón,
riñones) los que reciben gran parte del fármaco en los primeros minutos. La llegada del fármaco
a músculos, piel y grasa es más lenta y precisa de minutos u horas para alcanzar el equilibrio en
los tejidos.
Una vez en la sangre, los fármacos pueden unirse a proteínas plasmáticas a células sanguíneas o
viajar libremente. La fracción libre es la que puede atravesar las membranas celulares, distribuirse
a los órganos y tejidos, se elimina y ejerce la acción farmacológica mientras que la fracción unida
es farmacológicamente inactiva.

Los factores que afectan a la distribución:


• Flujo sanguíneo regional: En situaciones de shock los fármacos administrados vía subcutánea
tienen limitada su distribución, por lo que debe evitarse.
• Permeabilidad capilar.
• Unión a proteínas plasmáticas. La hipoalbuminemia aumenta el fármaco libre, lo que supone
mayor efecto.
• Liposolubilidad del fármaco e ionización.
• pH.
• Volumen tisular.
• Modos de paso de membranas.
- Pasivo: No requiere energía (ATP).
» Difusión
» Transportadores
» Canales
- Activo: Requiere energía.
» Transportadores
Determinados tejidos pueden actuar como reservorio, acumulando el fármaco desde donde se
liberarán lentamente incrementando la duración de su efecto. Los fármacos ácidos se acumularán
en zonas con pH mayor, los básicos en zonas con pH menor y los fármacos muy liposolubles se
acumulan en el tejido adiposo. El sistema nervioso central (SNC) se encuentra protegido por una
barrera que dificulta el paso de numerosos fármacos, denominada barrera hematoencefálica;
sólo la atraviesan las moléculas pequeñas y lipófilas. Durante la gestación o en el momento del
parto, los fármacos administrados a la mujer pueden llegar al feto a través de la barrera
placentaria.

Metabolismo o biotransformación
La mayoría de los fármacos se eliminan transformados (metabolitos), este proceso de
biotransformación altera la estructura de los fármacos que, generalmente, supone una pérdida
de efecto, y una disminución de la lipofilia dando compuestos menos activos y con menor
capacidad para atravesar barreras, lo que favorece su excreción renal.
La transformación la realizan enzimas que se encuentran principalmente en el hígado, pero
también hay una gran cantidad a nivel del tracto gastrointestinal (tanto en la pared como en las
bacterias). Entonces, un fármaco al ser administrado vía oral puede sufrir una biotransformación
a nivel gastrointestinal, o vía porta llegar al hígado y biotransformarse, lo que puede implicar una
baja biodisponibilidad.
Existen otros lugares de biotransformación, tales como el riñón, las cápsulas suprarrenales o las
estearasas hidrolíticas en plasma.

Eliminación
La eliminación consiste en el paso del fármaco desde los tejidos o el plasma hasta el exterior del
organismo.
Existen diversas vías de eliminación.
Eliminación renal
El órgano de eliminación por excelencia es el riñón. Hay que tener precaución en caso de que el
paciente tenga una función renal deteriorada (insuficiencia renal aguda o crónica). En caso de
que esto ocurra, el problema consiste en que se excreta muy poca cantidad de fármaco,
presentándose dosis muy elevadas del mismo en plasma, pudiéndose producir toxicidad.
Asimismo, hay fármacos que son nefrotóxicos, pudiendo producir insuficiencia renal.
Una forma de determinar la insuficiencia renal es tomando los niveles de creatinina en orina. Si
los niveles son superiores a 4 mgr, nos indica que el riñón es hipofuncionante (valores normales
de creatinina < 1 mgr).
Otras vías de eliminación
Algunos fármacos pueden ser eliminados a través de la bilis, generalmente como productos
conjugados (es decir combinados con otras estructuras químicas, como por ejemplo el ácido
glucurónico) que asimismo pueden ser hidrolizados en el intestino (en su par conjugado y el
fármaco) y ser reabsorbidos nuevamente, constituyendo lo que se ha venido a llamar la
circulación enterohepática. Otros fármacos pueden eliminarse a través de la mucosa
respiratoria (anestésicos, etanol...).
• Por leche materna: se elimina poca cantidad pero puede afectar al lactante. La leche tiene un
pH ácido, los fármacos con carácter básico se ionizan y vuelven a la circulación. La morfina pasa
al lactante y produce síndrome de dependencia.
• Excreción salivar: el fármaco eliminado por esta vía se reabsorbe en el tubo digestivo. Útil para
monitorización de niveles de fármaco.
• Excreción cutánea: poca importancia pero importante en medicina forense ya que se eliminan
arsénico, yoduros, bromuros.

Farmacodinamia
La farmacodinamia es el estudio de la acción de los medicamentos en el organismo. La mayoría
de los fármacos se incorporan a la sangre una vez administrados por vía oral, intravenosa,
subcutánea, etc. y circulan a través del cuerpo, al tiempo que tienen una interacción con un
determinado número de dianas (órganos y tejidos).
Sin embargo, en función de sus propiedades o de la vía de administración, un fármaco puede
actuar solamente en un área específica del cuerpo (por ejemplo, la acción de los antiácidos se da
sobre todo en el estómago). La interacción con la diana generalmente produce el efecto
terapéutico deseado, mientras que la interacción con otras células, tejidos u órganos puede
causar efectos secundarios (reacciones adversas a los fármacos). Algunos fármacos son poco
selectivos, es decir que su acción se dirige a muchos tejidos u órganos. Por ejemplo, la atropina,
un fármaco administrado para relajar los músculos del tracto gastrointestinal, también relaja los
músculos del ojo y de la tráquea, y disminuye el sudor y la secreción mucosa de ciertas glándulas.
Otros fármacos son altamente selectivos y afectan principalmente a un único órgano o sistema.
Por ejemplo, la digital, actúa principalmente sobre el corazón para incrementar la eficacia de los
latidos. La acción de los somníferos se dirige a ciertas células nerviosas del cerebro.
Los fármacos antiinflamatorios no esteroideos como la aspirina y el ibuprofeno son relativamente
selectivos ya que actúan en cualquier punto donde haya una inflamación.
¿Cómo saben los fármacos dónde tienen que hacer efecto? La respuesta está en su interacción
con las células o con sustancias como las enzimas.

Receptores farmacológicos
Receptores celulares
Muchos fármacos se adhieren a las células por medio de receptores que se encuentran en la
superficie de éstas. Las células en su mayoría tienen muchos receptores de superficie que
permiten que la actividad celular se vea influida por sustancias químicas como fármacos u
hormonas, que están localizadas fuera de la célula. La configuración de un receptor es tan
específica que sólo le permite adherirse al fármaco con el cual encaja perfectamente (como la
llave encaja en su cerradura). A menudo se puede explicar la selectividad de un fármaco por la
selectividad de su adherencia a los receptores. Algunos fármacos se adhieren tan sólo a un tipo
de receptor y otros son como una llave maestra y se adhieren a varios tipos de receptores en
todo el organismo.
Seguramente los receptores no fueron creados por la naturaleza para que los fármacos se les
pudieran adherir. Sin embargo, los fármacos se aprovechan de la función natural (fisiológica) que
tienen los receptores. Por ejemplo, hay sustancias que se adhieren a los mismos receptores en el
cerebro; es el caso de la morfina y los analgésicos derivados, y de las endorfinas (sustancias
químicas naturales que alteran la percepción y las reacciones sensoriales). Los fármacos llamados
agonistas activan o estimulan los receptores, provocando una respuesta que incrementa o
disminuye la función celular. Por ejemplo, un fármaco agonista, el albuterol, se adhiere a otros
receptores en el tracto respiratorio denominados receptores adrenérgicos, causando la relajación
de las células del músculo liso y produciendo broncodilatación (ensanchamiento de las vías
respiratorias).
Los fármacos denominados antagonistas bloquean el acceso o el enlace de los agonistas con sus
receptores. Los antagonistas se utilizan para bloquear o disminuir la respuesta de las células a los
agonistas (por lo general neurotransmisores) que normalmente están presentes en el organismo.
Es el caso del ipratropio, antagonista del receptor colinérgico, que bloquea el efecto
broncoconstrictor de la acetilcolina, el transmisor natural de los impulsos a través de los nervios
colinérgicos.
El uso de agonistas y el de antagonistas son métodos diferentes pero complementarios que se
utilizan en el tratamiento del asma. El albuterol, agonista del adrenérgico, que relaja el músculo
liso bronquial, puede utilizarse junto con el ipratropio, antagonista del receptor colinérgico, el
cual bloquea el efecto broncoconstrictor de la acetilcolina (figura 2).

Los betabloqueantes, como el propranolol, son un grupo de antagonistas ampliamente utilizados.


Estos antagonistas bloquean o disminuyen la respuesta cardiovascular que promueven las
hormonas adrenalina y noradrenalina, también denominadas hormonas del estrés. Los
antagonistas son mucho más efectivos cuando la concentración local de un agonista es elevada.
Enzimas
Además de los receptores propios de las células, las enzimas son también otras dianas
importantes para la acción de los fármacos. Éstas ayudan a transportar sustancias químicas
vitales, regulan la velocidad de las reacciones químicas o realizan otras funciones estructurales,
reguladoras o de transporte. Mientras que los fármacos dirigidos a los receptores se clasifican en
agonistas o antagonistas, los fármacos dirigidos a las enzimas se clasifican en inhibidores o
activadores (inductores).
La mayoría de las interacciones son reversibles, bien sean entre fármacos y receptores o entre
fármacos y enzimas. Es decir que el fármaco se desprende al cabo de cierto tiempo y el receptor
o la enzima recuperan su funcionamiento normal. Sin embargo, una interacción puede ser
irreversible si persiste el efecto del fármaco hasta que el organismo produzca más enzimas, como
sucede con el omeprazol, un fármaco que inhibe una enzima involucrada en la secreción del ácido
del estómago.
Afinidad y actividad intrínseca
Dos propiedades son fundamentales en la acción del
fármaco con el receptor:
• Afinidad: la capacidad de unión o fijación del fármaco al receptor está determinada por la
afinidad.
• Actividad intrínseca: la capacidad para producir la acción farmacológica después de la fijación o
unión del fármaco se denomina actividad intrínseca. Cuando como consecuencia de la unión del
fármaco con el receptor se generan algunos de los mecanismos descriptos y se crea un estímulo
se dice que el fármaco posee afinidad y actividad intrínseca.
Tanto la afinidad como la actividad intrínseca están determinadas por las propiedades
moleculares del fármaco, pero en general las características estructurales químicas que
determinan la actividad intrínseca son diferentes de las que determinan la eficacia por el
receptor. Es por eso que un fármaco puede poseer afinidad pero carecer de actividad específica.
Potencia vs eficacia
La eficacia se refiere a la respuesta terapéutica potencial máxima que un fármaco puede inducir
y la potencia, tiene que ver con la dosis necesaria (generalmente expresada en miligramos) de
dicho fármaco para producir un efecto.
Tolerancia
La tolerancia es una disminución de la respuesta farmacológica que se debe a la administración
repetida o prolongada de algunos fármacos. La tolerancia ocurre
cuando el organismo se adapta a la continua presencia del fármaco.
Por lo general, son dos los mecanismos responsables
de la tolerancia:
1. El metabolismo del fármaco se acelera (habitualmente porque aumenta la actividad de las
enzimas hepáticas que metabolizan el fármaco)
2. Disminuye la cantidad de receptores o su afinidad hacia el fármaco.
El término resistencia se usa para describir la situación en que una persona deja de responder a
un antibiótico, a un fármaco antivírico o a la quimioterapia en el tratamiento de cáncer, por
ejemplo. Según el grado de tolerancia o resistencia desarrollado, se puede aumentar la dosis o
seleccionar un fármaco alternativo

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