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Carmen Martín Gaite

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CARMEN MARTÍN GAITE. ENTRE VISILLOS.

OBRA. ETAPAS

Carmen Martín Gaite transitó a lo largo de su obra por varias tendencias literarias. Tiene un total
de 12 novelas y numerosos cuentos. Diferenciamos tres etapas:

Realismo Social

Esta etapa se caracteriza formalmente por una descripción objetiva de la realidad, el


desdoblamiento de los personajes mediante el diálogo y la preferencia de personajes
femeninos.

En esta etapa destacan dos novelas El Balneario (1954) y Entre visillos (1957). En la primera
estamos ante una novela breve donde se describe un mundo provinciano de reminiscencias
kafkianas y como ya hemos dicho obtuvo el Premio Café Gijón.

Su consagración le viene con Entre visillos (1957), influida por las lecturas de juventud, presenta
en algunos de sus capítulos claras influencias de la novela rosa (veremos la obra con más
detalle)

Novela experimental

Tras una década sin escribir novela, cambia de registro y se acerca a la novela experimental. Una
novela que se caracteriza por utilizar nuevos modos narrativos (como el cambio de punto de
vista), la ruptura del orden temporal y donde los personajes bucean en sus recuerdos para
comprender un presente repleto de problemas existenciales.

En esta época destacamos cuatro novelas:

Ritmo lento (1963) es un a novela que rompe con el realismo de la posguerra y se centra en el
análisis psicológico del personaje David Fuente, ingresado en un psiquiátrico. Su inadaptación
social es el resultado a partes iguales de la educación recibida por su padre y de la sociedad que
le impone unas normas y lo alienan.

Retahílas (1974) reflexiona sobre los misterios de la palabra y los procesos de la escritura a partir
del diálogo de sus dos protagonistas que velan la agonía de un familiar.

Fragmentos de interior (1976), narra la vulnerabilidad ante un fracaso amoroso de dos mujeres.
Sus personajes muestran dos posturas diferentes ante la vida: los que buscan el amor, esto es, la
búsqueda de un interlocutor y los que rechazan el diálogo porque solo viven para solucionar sus
problemas mundanos.

El cuarto de atrás (1978), obra con la que obtiene el Premio Nacional de Literatura, profundizando
en la búsqueda de un interlocutor y la confusión entre realidad y ficción a partir de sus propios
recuerdos.

Novela intimista.

Esta última etapa a partir de la década de los 90 es la más productiva y la más conocida por los
lectores. Retorna a la ficción con unas novelas de corte intimista cuyos temas giran en torno a
1
la búsqueda de la identidad personal. Vuelve a una narrativa más tradicional donde lo que
importa es contar bien la historia. También recrea cuentos populares para dar respuesta a cómo
sobrevivir en el mundo que nos rodea. Destacan:

Caperucita en Manhatan (1990) recrea el mítico cuento popular con un personaje entrañable,
miss Lunatic, que tiene un elixir capaz de vencer el miedo. Partiendo de la historia descrita por
Perrault, la novelista presenta a Sara Allen en su periplo de Brooklyn a Manhattan para visitar a
su abuela, una particular anciana alejada de la caracterización tradicional. La obra reivindica el
poder de la fantasía y lo maravillosos en el ser humano.

Nubosidad variable (1992). Sofía y Mariana, dos amigas que han perdido el contacto, empiezan a
cartearse y reconstruirán sus recuerdos y su amistad. También recuperarán su amor por la
escritura.

La Reina de las Nieves (1994). Título homónimo del relato de Hans C. Andersen.
Premio Nacional de las Letras Españolas, al autora indaga sobre la reconstrucción de la
personalidad a partir de la memoria del personaje Leonardo Villalba que olvidó su pasado.

En estas tres novelas puede sentirse la presencia de su hija, Marta, tanto en alguna dedicatoria
como en alguno de los temas expuestos.

Lo raro es vivir (1996), la madre de Águeda acaba de morirse y se hace pasar por ella apara ir a
visitar a su abuelo, que no sabe de la muerte de su hija. Águeda Soler cuenta su historia en
primera persona e intenta dar sentido a su vida tras a sumir el fallecimiento de su madre y la
inminente muerte de su abuelo.

Irse de casa (1998) . Amparo Miranda regresa de Nueva York a su ciudad de provincias porque
necesita volver a recorrer las calles y pasar desapercibida entre sus habitantes. Cuarenta años
más tarde desea reconstruir los silencios de su vida a través de un red de personajes.

Los parentescos (2001) discurre en esta última tendencia. Se publica inacabada y de forma
póstuma.

ANÁLISIS DE ENTRE VISILLOS

ARGUMENTO

La novela está ambientada durante la posguerra en una ciudad de provincias en la que la vida
transcurre parsimoniosamente entre la catedral y el casino. Realmente, se trata de Salamanca,
aunque no se menciona en ningún momento.

Los personajes, la mayoría adolescentes, siguen los patrones socioculturales de la época. Ellas
obsesionadas con el matrimonio y ellos con conseguir un trabajo seguro. No obstante, algunos
intentan huir de las convenciones. En este ambiente las figuras de Natalia y Pablo Klein se
singularizan.

Natalia cuenta como su mejor amiga Gertru se ha comprometido con Ángel, capitán de aviación.
Ambas tienen solo 16 años. Gertru está emocionada pero Natalia no tiene ningún interés en
casarse. Su anhelo es realizar estudios superiores y rechaza el modelo de mujer casadera que la
sociedad prepara para ella.

Natalia es huérfana de madre y la menor de la familia. Mercedes, su hermana mayor, está soltera
y sin compromiso. Julia, su otra hermana, es novia de Miguel un guionista de cine de Madrid.

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Tienen sus desavenencias debido a que su noviazgo es por carta y ella no se atreve a ir a la
capital sin el permiso paterno.

Pablo Kein llega a la ciudad para dar clases de alemán invitado por el director del instituto.
Cuando llega al centro le comunican que su mentor ha muerto y se dirige a casa del fallecido para
dar el pésame a la familia. Allí conoce a sus hijos Teo y Elvira y a Emilio del Yerro que se ofrece a
enseñarle la ciudad.

Los jóvenes van al cine y a divertirse al casino, por donde desfilan las clases pudientes de la
ciudad.

Emilio está perdidamente enamorado de Elvira, pero esta se siente atraída por Pablo. Aunque
entre ellos hay un breve flirteo, este la rechaza y ella termina aceptando la proposición de
matrimonio de Emilio.

Por otra parte, Natalia también siente algo por Pablo, su profesor de alemán; en todo caso se
trata de un amor platónico. Él se preocupa por que continúe sus estudios después del
bachillerato, pero ella le dice que no es tan fácil ya que a su padre no le parece bien.

Pablo no encaja en la ciudad ni con sus habitantes. Sus novedosos métodos de enseñanza son
criticados por el nuevo director. Llegan las navidades y decide marcharse a Madrid.

En la estación de tren se encuentra con Natalia, ya que su hermana Julia también se va a Madrid
en el mismo tren. Por fin, se ha decidido pero su padre no sabe nada. Pablo le vuelve a preguntar
a Natalia por sus futuros estudios universitarios, y ella le dice que cada vez está mas convencida.
El tren arranca y se despiden.

El final queda abierto. No se sabe si el profesor volverá, si Julia y Elvira se asarán o si Natalia irá
a la universidad.

ESTRUCTURA

La novela tiene una estructura circular. Arranca con la llegada de Pablo en tren desde Madrid y
termina con la despedida de Julia, hermana de Natalia que marcha a la capital. Pablo se aleja
también en ese tren y no sabemos si va a volver. Por tanto es un final abierto.

Externamente, la obra se divide en dos partes: del capítulo 1 al 11 se narra lo que sucede en las
Ferias hasta el inicio de curso, y del capítulo 12 al 18 sigue la trama hasta llegar al desenlace en
el último capítulo, cuando Pablo y Julia abandonan la ciudad.

Sin embargo, la estructura interna de Entre visillos está condicionada por uno de los rasgos de
la narrativa de su época: el protagonismo colectivo. Para analizarla resulta necesario fijarse en
la evolución de los hechos y de los personajes, aunque prestando una mayor atención a Pablo
que narra en primera persona una gran cantidad de capítulos.

Planteamiento: Capítulos 1-6

Se presentan los personajes, los ambientes y las localizaciones. La acción comienza in media
res, con Natalia escribiendo en su diario, y llega hasta el día anterior al comienzo de curso. Pablo
ha ido a casa de Elvira y se han besado. Al salir se encuentra con Emilio y este le dice que está
comprometido con Elvira y que van a casarse.

Nudo: Capítulos 7-17

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Se ahonda en la problemática de cada personaje. Conocemos las relaciones de Gertru y Ángel y
la nueva amiga de Natalia en clase, Alicia. En el capítulo 14 la acción se focaliza en Elvira y el
lector descubre que realmente está enamorada de Pablo y no de Emilio. Ya en el capítulo 15 la
acción regresa a Pablo en 1º persona. Se centra en el instituto y en la amistad que ha surgido con
Natalia.
Los capítulos 16 y 17 profundizan en la situación de las mujeres en la época. Por medio de
Natalia y de sus hermanas vemos cómo era la vida de las familias burguesas en una ciudad de
provincia, la importancia de qué dirán, el rechazo a las clases sociales diferentes,…
La fiesta de pedida de Gertru es una buena muestra del papel que debía desempeñar una mujer
casada, aunque fuera muy joven. Nuestra protagonista con apenas 16 años deja de estudiar,
retira los libros, acepta a su prometido a pesar de los devaneos con otras mujeres y pasa a
interesarse por su futura casa.

Desenlace: Capítulo 18

Ha acabado el trimestre y Pablo ha tomado una decisión. Se aburre y decide marcharse. Se


encuentra de manera fortuita con Elvira pero la situación entre los dos es tensa. Acaban
discutiendo y separándose. A la mañana siguiente hace la maleta y se dirige a la estación. Allí
coincide con Julia (que se va a Madrid con su novio) y con Natalia.
Mientras el tren se aleja Natalia comprende que Pablo no va a volver y se queda llorando en el
andén.
El final es abierto porque no sabemos qué ocurrirá con Pablo, si Julia acabará casándose con
Miguel o si Natalia conseguirá seguir estudiando. Del mismo modo que tampoco sabemos si
Elvira se casará con Emilio. Todos los hilos que han formado la madeja de la narración han
quedado sueltos.

PERSONAJES

Los personajes son adolescentes que luchan por vencer el aburrimiento en una ciudad de
provincias, pero no todos los hacen del mismo modo.

Natalia y Elvira son las inconformistas, las chicas raras que intentan escapar de las
convenciones de la posguerra española.
Gertru, Goyita y su grupo de amigos son el retrato de una burguesía pasiva que sigue las
consignas de una sociedad inmovilista sin plantearse otro tipo de vida.
Y, por último, Pablo Klein, Miguel y Marisol, todos forasteros, muestran con sus comentarios el
anacronismo en el que vive la ciudad.

Natalia inicia la narración en primera persona con la escritura de su diario. Desde el comienzo se
muestra distinta al resto de personajes femeninos. Ella es más independiente y tiene gustos
claros aunque las demás no los compartan. No le agradan las fiestas, ni ir al casino y tampoco
tiene ningún interés por casarse. Prefiere leer, estudiar o escribir en su diario. Será una “chica
rara”. De manera inesperada entablará amistad con Pablo y será él quien la anime en sus planes
para seguir estudiando aunque deba enfrentarse a su padre. Rompe con las ataduras de la mujer
que exige el discurso franquista, pues se siente atraída por su profesor de alemán, una persona
sin complejos que no ha sido adoctrinada por la dictadura. Así, puede tener una visión crítica y sin
prejuicios de la angustia social en la que viven los jóvenes de la ciudad.

Pablo Klein es un joven de unos 30 años, guapo, alto y sin prejuicios. Viene a la ciudad invitado
por el director del instituto. Es el joven profesor de alemán y un personaje clave en la obra. Desde
el principio se desmarca del resto tanto por lo que hace, dice y piensa como por la manera en que
la autora nos lo muestra. Él, junto con Natalia son los únicos que utilizan la 1ª persona. Ha vivido

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fuera de España (París, Italia, Berlín) y tiene una mentalidad distinta, lo que supone un punto
discordante en una ciudad de provincias llena de normas y absolutamente falta de libertad.
En más de una ocasión muestra que no entiende lo que ve, como cuando le pregunta a Natalia
por qué no puede seguir estudiando y debe decidirlo su padre. También le desconcierta el juego
que Elvira mantiene con él. Todo lo observa y todo lo describe desde su mirada, pero también él
es observado por el resto que lo considera “extranjero”. Nadie entiende su amistad con Rosa, la
cantante del casino, ni su forma de dar las clases. Por todo ello, al final decide marcharse.
Su comportamiento no se corresponde con el héroe de una novela rosa ya que no salva a la
protagonista sino que huye de sus propios miedos y es incapaz de enfrentarse a sus
sentimientos.

La familia de Natalia

La familia pertenece a una burguesía acomodada de provincias. Está formada por sus dos
hermanas, Mercedes y Julia, su padre (viudo)y la tía Concha (soltera)

Mercedes. Hermana mayor de Tali. Encarna el prototipo de muchacha soltera que tenía la
juventud del momento, pues va a cumplir 30 años y no tenía pretendiente. Sus amigas lo achacan
a su mal carácter. Riñe continuamente con su hermana Julia.

Julia es la otra hermana de Natalia. Tiene 27 años y está enamorada de Miguel, un joven
guionista que sobrevive como puede en Madrid. Este noviazgo le trae problemas ya que su padre
y su tía no lo aprueban. Ella se sigue carteando con Miguel y se debate entre lo que está bien y lo
que desea. Al final decide escapar a Madrid sin el permiso paterno para encontrar trabajo y poder
estar con su novio.

Concha es la tía de Natalia. Asume el papel de madre cuando ésta queda huérfana, situación
que le permite dignificar su condición de solterona al entregar su vida al cuidado de sus sobrinas.
Encarna los valores del nacionalcatolicismo: dedicación al cuidado de los otros, sumisión,
humildad. Su vida se desarrolla entre la Iglesia y la casa.

El padre es el único que no tiene nombre propio. Su hija Natalia le reprochará cómo ha cambiado
con la nueva posición que ostentan gracias al negocio de las minas de wólfram.

Amigas de Natalia

Gertru es su mejor amiga, aunque se parecen muy poco. Con solo 16 años representa el modelo
de mujer española de la época, obediente y sumisa (prototipo de mujer defendido por la Falange
femenina). Ángel es su primer novio, le lleva diez años y ejerce sobre ella un poder absoluto. Es
infantil, inocente, no ve la realidad y se somete a los abusos de Ángel sin protestar. Dejará los
estudios para casarse, dedicarse a su hogar y tener hijos.

Alicia Sampelayo, compañera del instituto. Pertenece a una familia humilde y por ello no es del
agrado de la tía Concha. Alicia representa a otro sector de mujeres, aquellas que aspiraban a un
puesto en Correos o Renfe para salir de su pobreza.

Otros personajes

Elvira es la hija del director del instituto. Su padre acaba de morir y se ve frustrada por tener que
acatar las normas sociales que le impone el luto. Aunque al principio también parece una “chica
rara”, acaba sometida al sistema. Es un personaje lleno de contradicciones. En ocasiones se
muestra rebelde, desafía, a su madre, a su hermano y a su pretendiente Emilio. Pablo, será el
elemento desequilibrador, pues se siente atraída hacia él. Sabe que podría tener una relación

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libre con él, pero acabará matando esa posibilidad para conformarse con lo seguro, el matrimonio
con Emilio, a pesar de que en realidad no lo quiere.

Emilio del Yerro es uno de los pocos personajes cuyo apellido conocemos como si la autora
quisiera recalcar su linaje. Se siente atraído por el mundo de las letras, pero cree que debe
renunciar a ello y dedicarse a las oposiciones de notaría para conquistar a Elvira. Se muestra muy
comunicativo con Pablo aunque este no le corresponde.

Ángel es el prometido de Gertru. Todo el mundo lo califica de “buen partido” porque es aviador y
mayor que ella. Representa el prototipo de hombre dominador de aquel momento. Va de fiesta en
fiesta, bebe demasiado, conoce a otras mujeres y trata con dureza a su novia.

Marisol es una chica joven que llega de Madrid para pasar los días de fiesta. Su forma de hablar,
de vestir y de comportarse la hacen diferente al resto. Tiene el pelo corto, fuma y usa sandalias.
Representa el inicio de cambio de rol de la mujer que llegará en los 70.

Rosa es una chica madura, honesta, sincera e independiente. Trabaja en el Casino,


compartiendo con Pablo su desarraigo por la ciudad. Este le profesa respeto.

Yoni, es un artista homosexual sin talento, pero se le perdona gracias a su condición


socioeconómica y por ser hombre. En su estudio, un ático en el Gran Hotel celebra fiestas
privadas. Teresa es su hermana. Está separada y recibe asignaciones de su marido. Unos la
consideran lesbiana (porque se ha separado), otros una mujer frívola, exagerada y de virtud
cuestionable.

Goyita necesita fantasear delante del espejo porque no consigue un pretendiente que le
satisfaga.

Petrita López es una amiga impuesta a Natalia para que se sociabilice, pero Natalia y Petrita no
se parecen en nada.

TEMAS

Los temas que trata la novela están marcados por la situación social y política española de finales
de los años 50. En aquella época apenas se había producido una relajación de las normas
impuestas por la dictadura franquista y el país se regía por la estricta moral del
nacionalcatolicismo tal y como se ve en los temas tratados.

La rutina. La novela describe la vida cotidiana de un grupo de jóvenes en una ciudad de


provincias en la posguerra española. Se centra sobre todo en las mujeres. La rutina provoca el
aburrimiento, el tedio, la falta de esperanzas e ilusiones. Las chicas se aburren esperando y sus
planes para el futuro casi nunca se cumplen. El personaje que mejor describe ese tedio es Elvira:
“Me aburro, ¡si vieras cómo me aburro!”
Para salvar el aburrimiento, los jóvenes se divierten siempre de la misma manera, lo que les hace
caer nuevamente en el hastío. Dependiendo de cuál sea su sexo, unas pasean, van al cine o
pasan la tarde en el mirador de la casa, y otros, tienen conversaciones o beben.

La ausencia de libertad. Sobre todo en las mujeres. Cualquier acto o decisión suya está
supeditada a la opinión de un hombre: los estudios, la forma de vestir, las horas de entrada y
salida… En cambio los hombres podían estudiar, fumar, beber, incluso alternar con otras mujeres
porque estaba bien visto.

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La familia patriarcal. Representada sobre todo por la de Talita, pero vislumbrada también en
otros personajes secundarios. El padre, cabeza de familia, es el encargado de marcar las reglas
de conducta. La familia es una institución muy fuerte.
La familia de Elvira es más moderna y abierta probablemente por el talante intelectual de su
padre, profesor de Enseñanza Media. Elvira ha estudiado en el instituto y no en un colegio de
monjas como las burguesas ricas, y la familia la anima a cultivar su pasión por la pintura. Pero
tras la muerte del padre, debe respetar las normas, empezando por la del luto.

El machismo. Gran parte de los diálogos masculinos de la novela están cargados de tintes
machistas. Se hacen los interesantes, mandan y organizan la vida de sus parejas sin que nadie
les lleve la contraria. El personaje de Ángel es el estereotipo de este machismo.

Los roles de género. En la España de la época los papeles estaban perfectamente delimitados.
La mujer tenía que ser sumisa y obediente y su papel era convertirse en esposa y madre. Los
hombres estaban por encima, dictaban las normas y decidían qué hacer.

El matrimonio. Lo deseable era no solo casarse sino hacerlo con un buen partido, es decir, un
hombre que tuviera una buena posición social. Además, también era habitual que el hombre fuera
mayor que la esposa y se toleraba que hubiera tenido experiencias con otras mujeres. En cambio,
las mujeres debían ser jóvenes e inocentes. En la novela tenemos el ejemplo de Gertru que con
solo 16 años deja los estudios para casarse.

La soltería. En gran parte del país y sobre todo en provincias, la mujer soltera era considerada
como una especie de paria, que acababa sirviendo al padre o al hermano. En las ciudades podía
llegar a emanciparse trabajando por su cuenta, pero la mayoría preferían el matrimonio a
cualquier oficio, buscando en él una huida de la entonces mal vista soltería. En la España de los
50 el matrimonio era una necesidad. En la novela Mercedes (30) y Julia (27) han sido criadas por
su tía y ella es la que impone las normas y dicta los movimientos de las hermanas.

La represión sexual. Está presente en toda la obra, pero aparece tratada de forma indirecta,
sutil, sin cargar las tintas. Gran parte de los problemas entre Julia y Miguel, su novio, proceden de
la distinta concepción de las relaciones prematrimoniales. Julia cree necesaria la castidad
absoluta y para él son ñoñeces.
Elvira cae también en continuas contradicciones entre lo que hace y lo que quiere. La decisión de
casarse con Emilio parece dictada por el afán de protegerse contra la atracción que siente hacia
Pablo. El aspecto más penoso de esta represión lo encontramos en Mercedes, que con treinta
años es ya, una solterona.

Las diferencias sociales. Los personajes son en su mayoría burgueses y se observa su rechazo
hacia las clases sociales más humildes. Pablo que ha vivido en diferentes países no entiende que
en el instituto predomine la clase social más humilde. En el centro le hacen saber que “las chicas
de familias conocidas” iban a los colegios de monjas donde enseñaban religión y buenas
maneras. Era una forma de evitar “la mezcla”.

El inmovilismo y la huida. No hay posibilidad de cambio. Hay que aceptar las normas impuestas
y nadie puede actuar de forma diferente. Quien lo intente, tendrá que huir de la ciudad. Es la
única alternativa que se le ofrece a los personajes rebeldes: Pablo, julia y se presupone que
Natalia.

La educación. Aparece en la novela una doble segregación educativa: clasista y de géneros. Las
clases más bajas tienen que acudir a los centros públicos, mientras que las clases más pudientes
van a centros privador que están en manos de la Iglesia. Además, las niñas estudian separadas
de los niños, ya que ellas no siguen el mismo plan de estudios: deben prepararse para la vida
doméstica con clases de cocina y confección.

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El poder de la Iglesia. La Iglesia está presente en el paisaje de la ciudad y en las rutinas de sus
habitantes. Por ejemplo, los jesuitas son los propietarios del edificio donde Pablo Klein da clase a
sus alumnas. La religiosidad de la sociedad se refleja en los continuos ritos religiosos que
aparecen ene la obra: ir a misa o de procesión, rezar el rosario y confesarse son algunos de ellos.

TIEMPO

El tiempo externo de la novela nos sitúa a mediados de los años 50. Hay indicios del contexto
histórico al mostrar a los aviadores y a los aspirantes a notarías como los mejores candidatos
para las jóvenes casaderas. También al hablar del cine y referirse a la película Marcelino, pan y
vino estrenada en 1954, así como al referirse al NO-DO. Otras costumbres son por ejemplo la del
luto.
Francisco Franco aparece enunciado una sola vez en la novela. Su retrato aparece al lado de un
reloj con la hora retrasada. Algunas de las calles en la ciudad siguen sin asfaltar y la
provisionalidad del instituto muestra la carencia de medios económicos durante la posguerra.

En lo referente al tiempo interno, la novela se desarrolla desde mitad de septiembre hasta mitad
de diciembre. Hay un evidente cambio en la velocidad narrativa entre las dos partes externas: en
la primera, los hechos ocurren en 15 días; en cambio, en la segunda, la acción se desarrolla
durante dos meses y medio. En general, el tratamiento del tiempo no aporta acción. Se trata de
un tiempo moroso, marcado por el calendario festivo.

En la novela encontramos infinidad de referencias temporales como las horas en que las “chicas
decentes” debían llegar a casa.

ESPACIO

La novela se desarrolla en una capital de provincia, presumiblemente Salamanca, aunque no


llega a nombrase en ninguna ocasión

Los espacios que aparecen de manera recurrente en la novela están cargados de un valor
simbólico. Se puede dividir en cerrados y abiertos. Generalmente, los espacios abiertos
simbolizan la libertad y los cerrados, un conflicto emocional relacionado con algún problema
del sufrimiento humano.

Espacios cerrados

Las casas son espacios cerrados que guardan la intimidad de las mujeres, aunque a veces se
convierten en cárceles.
El título “entre visillos” es la metáfora de cómo se sienten las mujeres. Por una parte, están
recluidas en el hogar y, por otra, la ventana es el lugar por donde entre la imaginación y la
fantasía. Los visillos permiten ver sin ser visto, mirar el exterior desde el interior.

La casa de Natalia aparece desde el primer capítulo y marca la norma de comportamiento social
de la época. Un espacio muy importante de ese mundo femenino es el mirador, el lugar desde el
que las mujeres de la casa o las visitas pueden observar sin abandonar el ámbito doméstico. Es
un espacio privilegiado, es objeto de mayor cuidado, es lo primero que se limpia. Ya a la hora del
desayuno está listo para recibir a las chicas. En él está la mesa, el costurero, la radio, una butaca
de orejas y una lámpara en forma de quinqué. Es un elemento clave permite ver lo que ocurre, y a
la vez, ser objeto de contemplación. La cocina no aparece, quizás por tratarse de familias
burguesas. Y también es importante el dormitorio de Talia, en el que ella escribe su diario, está
lleno de tintes simbólicos.

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La casa de Elvira es más moderna, quizá por la formación intelectual del padre. Elvira también
dispone de un cuarto para ella sola. El lugar más asfixiante es el comedor porque debido al luto
las persianas están bajadas y las cortinas echadas para que no pase la luz. El oasis es el
despacho de Teo, el hermano de Elvira. Él tiene intimidad y tiempo para estudiar, con lo que
queda claro que la convención del luto no afectaba por igual a hombres y mujeres.

El casino es el lugar que utilizan los jóvenes burgueses para reunirse, beber, bailar y flirtear. Las
chicas se sientan juntas en una de las salas, mientras que los hombres están en la parte del bar.
Son ellos los que deben tomar la iniciativa y solo las que vienen de la capital se atreven a entrar
en esta zona delimitada para el sexo contario.
El instituto: aporta información sobre la sociedad de los 50. Es un edificio que pertenece a los
jesuitas y fue inspirado por el lugar que ocupaba el seminario de Salamanca. La autora lo
describe como un espejo desangelado y frío. Muestra el desinterés que se tiene por la educación
durante la dictadura, pues su situación es lamentable. Es el lugar donde se adoctrina y los
jóvenes, separados por sexo y con asignaturas diferentes.

El Gran Hotel es otro centro de reunión que representa la modernidad y la fiesta. Allí no hay nada
prohibido.

La catedral acompaña a los paseos de los personajes mientras la torre vigila el comportamiento
de los ciudadanos. Desde cualquier lugar de la ciudad la catedral es visible. Es la prueba de que
el presente está dominado por el pasado. Tiene una gran importancia simbólica como se
observa cuando deja de verse envuelta entre la niebla al final de la novela, a medida que el tren
se aleja hacia la capital.

El cine no era solo un lugar de entretenimiento y evasión. Películas como el No-Do, noticiario que
explicaba las bondades de la dictadura, proyectaban en las mentes de los jóvenes un presente y
futuro utópico.

Espacios abiertos

Las calles de la ciudad. Este espacio abierto es testigo de la vida de la ciudad. A pesar de la
rutina provinciana, sus habitantes se relajan en los cafés o pasean sin prisa. Pero, a veces, las
calles también son descritas de manera claustrofóbica.

El río. Allí todos los personajes dejan volar su imaginación y muestran sus ilusiones. Por ejemplo,
Julia recuerda las tardes con su novio Miguel junto al río. Pablo también se encuentra con Elvira y
esta también dejará en libertad sus pensamientos.

El barrio chino es prueba de la represión sexual de la época. Es donde se ejerce la prostitución,


pero su aspecto también delata la pobreza y la miseria en la que algunas personas vivían,
olvidadas y estigmatizadas por la sociedad. Simboliza lo oculto y lo prohibido.

NARRADOR

En la novela aparecen dos tipos de narradores, en primera y tercera persona. Mediante esta
técnica polifónica, la autora ofrece al lector varias perspectivas que se complementan y muestran
los hechos de manera diferente, según quien los haya protagonizado. Esta técnica enriquece la
visión de la realidad e implica al lector.

La narración en primera persona (narradores internos) corre a cargo de Natalia y Pablo. A ellos
podemos añadir la carta de Julia en el capítulo 9. Natalia es quien comienza la acción y su voz

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reaparece en los capítulos 13 y 16. La voz de Pablo ocupa más espacio y a diferencia de Natalia,
no se alterna con otro tipo de narrador. Aparece en los capítulos 2, 4, 6, 8, 11, 15 y 18. Como es
el narrador que aparece en más ocasiones, se le considera el personaje más destacado dentro
del protagonismo colectivo de la novela.
Ambos se caracterizan por:
- Participar en la historia como personajes protagonistas
- Narrar los acontecimientos en primera persona
- Actuar y opinar sobre lo que les acontece. Tienen su propio punto de vista.
- Pablo se dirige al narratario directamente, mientras que Natalia lo hace a través del diario.
El narrador en tercera persona (narrador externo) lo hallamos en los capítulos 1, 3, 5, 7, 10,
12,14 y 17. Es un narrador omnisciente discreto, que cuenta lo que oye y ve, pero sin emitir
juicios de valor. En ocasiones describe escenarios y transcribe pensamientos, pero normalmente
se limita a reproducir los diálogos de los personajes con el fin de ofrecer diferentes puntos de
vista. Es una técnica narrativa tomada del realismo objetivo que utiliza el estilo directo y el estilo
indirecto libre para evitar que transciendan las opiniones del narrador.

ESTILO

Una de las características más destacadas del estilo de Carmen Martín Gaite es la combinación
del registro literario con el coloquial. La autora maneja el lenguaje hábilmente para reflejar la
variabilidad de la lengua y las conexiones de las palabras con los entornos íntimos, siendo el
registro coloquial o familiar el dominante.

El habla de los personajes resulta creíble porque refleja de manera convincente el lenguaje
empleado tanto por las capas más educadas de la sociedad como por las menos instruidas. Los
personajes se singularizan por su forma de expresarse y gracias a la oralidad que le concede este
registro a la obra, el lector accede a la narración con mayor facilidad.
Recursos de este registro coloquial son: referencias deícticas a la 1ª y 2ª persona, orden variable
de las palabras, sufijación expresiva, uso de refranes y frases hechas, repeticiones, vocativos.

Por otro lado, el discurso de los personajes en el relato aparece de dos maneras:

- Estilo directo: reproduce las palabras textuales del personaje. Pueden aparecer entre
comillas o con un guion si se transcribe el diálogo.
- Estilo indirecto: se reproduce lo dicho por un personaje sin emplear sus palabras
textuales. Se usa para ello el verbo declarativo seguido de la conjunción que.

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