CTSyV 2do Parcial
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Ciencia, Tecnología,
Sociedad y Valores
Plantel: ___________________________________________
Carrera: __________________________________________
Componentes:
Perfiles Sociodemográficos y migraciones.
.
Contenido central:
La dinámica de la población mexicana en los últimos setenta años: la comprensión de
sus efectos en el crecimiento urbano, las condiciones de vida, la migración y el
envejecimiento.
Contenido específico:
Migración.
Causas y consecuencias de la migración al interior del país y al extranjero.
Aprendizajes esperados:
Distingue la migración interna y externa y analizará las distintas causas que las generan
y sus consecuencias.
Eje 4:
Entender la relevancia de los fenómenos sociales contemporáneos.
Componentes:
Distribución de la población y desarrollo económico.
Contenido central:
El análisis de algunos componentes de la sociedad actual: desigualdad, desarrollo
sustentable, medio ambiente.
Aprendizajes esperados:
• Comprende cómo la familia, la escuela, la comunidad y los medios de
comunicación influyen en la construcción social de roles, estereotipos y prejuicios.
• Comprende los conceptos de “estatus”, “clase”, “poder”, “discriminación” y
“racismo” y sus manifestaciones en la sociedad.
• Identifica las causas y consecuencias de la desigualdad.
• Entiende el papel de la educación en la movilidad social.
• Identifica los principales problemas ambientales y reconoce la importancia de la
sustentabilidad.
Pag.
Bibliografía 42
ACTIVIDAD A REALIZAR
DIAGNOSTICO
1. Para la reactivación de tus conocimientos previos, define con tus propias palabras
lo que entiendes por los siguientes conceptos.
2.1 MIGRACION
Realiza una reflexión de cómo ha cambiado la sociedad mexicana en los últimos años.
La estructura social se refiere a la forma que adopta el sistema global de las relaciones
entre los individuos. Esta categoría de análisis explica cómo se vinculan los integrantes
de una determinada comunidad, a pesar de que no se encuentren en ningún momento
en contacto. La idea de
una sociedad
estratificada explica,
entre muchas otras
cosas, por qué las
personas acceden de
manera diferenciada a
recursos, bienes y
servicios; por qué
piensan y actúan de
manera distinta y por
qué difieren sus
trayectorias de vida. Por
lo general, estas
diferencias que suelen
traducirse en
desigualdades-
aparecen fuertemente
asociadas con la
pertenencia a una clase
social determinada, al
género, raza, etnia,
religión, entre otros
factores. En las
siguientes páginas se
analizará cómo las instituciones sociales influyen en la estratificación y en la reproducción
de las desigualdades. Cómo la familia, la escuela, la comunidad y los medios de
comunicación influyen en la construcción social de roles, estereotipos y prejuicios.
Las instituciones sociales más reconocidas son las siguientes: La familia, la escuela, La
religión.
Las actividades que se despliegan en las familias de manera cotidiana cumplen una
doble función. Por un lado, hacen posible la manutención y la satisfacción de las
necesidades básicas de todos sus integrantes; por otro, contribuyen a la transmisión, de
una generación a otra, d ellos aspectos ideológicos y las prácticas culturales sobre las
cuales se fundamentan las distancias sociales (la jerarquía, la familiaridad, el nivel social,
la edad, la empatía o lo opuesto entre una sociedad y otra).
Como institución social, la escuela realiza importantes y múltiples funciones. Entre las
principales destacan:
• Asegurar la continuidad social mediante la transmisión del patrimonio cultural
acumulado por las generaciones anteriores.
• Orientar el cambio social mediante la formación de individuos capaces de renovar las
estructuras, pero garantizando la permanencia de los valores fundamentales para la
supervivencia del grupo.
• Adaptar a los individuos al grupo para facilitar su inserción en el mundo social.
• Ejercer control social mediante normas que rijan el comportamiento de sus
integrantes.
• Establecer, a partir de procedimientos selectivos, diferencias entre unos individuos y
otros, sentando las bases para el desempeño de roles sociales diferentes.
• Generar condiciones para reducir las diferencias sociales mediante el principio de
igualdad de oportunidades.
• Promover el desarrollo material de la sociedad mediante el incremento del nivel
educativo y cultural de sus integrantes, así como de la adquisición de conocimientos
y habilidades que otorguen una base para la cualificación profesional, imprescindible
para la expansión industrial.
Al respecto, es importante señalar que, si bien la interacción social que nace en las
instituciones condiciona la personalidad, los valores, las creencias y la conducta de las
personas, esto no significa necesariamente que éstas carezcan de individualidad o
voluntad propia. A la par del proceso de socialización, se desarrolla también el sentido
de creatividad e identidad y, por tanto, la capacidad de pensar, sentir, percibir y actuar de
manera independiente, más allá de los condicionamientos sociales.
Estatus.
El papel de los individuos en la estructura social ha sido objeto de análisis por multitud
de científicos sociales. Desde una perspectiva funcionalista, el sociólogo estadounidense
Talcott Parsons sostiene que, en un sistema social, los individuos siempre van a tener un
estatus y un rol. El estatus refiere a la posición o posiciones que un individuo ocupa en la
estructura social. El rol, por su parte, alude al conjunto defunciones, normas,
comportamientos y derechos que se espera que un individuo cumpla o ejerza de acuerdo
con su estatus social. En otras palabras, el rol la forma en que un estatus bien definido
debe manifestarse.
Las teorías del estatus y el rol social plantean la existencia de mecanismos de presión
para que los individuos cumplan con las expectativas sociales vinculadas a su estatus.
Quienes se desvían de esta forma de comportamiento, infringiendo la función que les ha
sido asignada socialmente, corren el riesgo de ser sancionados, e incluso, excluidos.
Los mismos principios y creencias religiosas, los cuales explican el rol que desempeñan
los individuos en el orden divino o sobre natural y proporcionan una guía para el
comportamiento, al tiempo que refuerzan las normas, los valores y la identidad del grupo.
Al igual que el resto de las instituciones, la religión cumple una función de cohesión y
control social que se desarrolla a partir de la propagación de símbolos, mitos, valores y
normas, ya que éstos rigen gran parte del comportamiento y motivan ciertas costumbres
y tradiciones en tas sociedades, a la vez que restringen otras. Por ello, no son pocos los
aspectos de la vida social que están relacionados con las creencias y prácticas religiosas:
el matrimonio, la conformación de cierto tipo de familias, la educación, la salud, entre
otros. La religión, por lo tanto, se considera una institución universal generadora de
Parsons señala que una de las condiciones básicas para la integración del sistema social
es que el individuo haga propia una serie de normas y valores a partir de procesos de
socialización, en virtud de los cuales se logra una comunión entre los intereses
particulares de los agentes y los intereses generales de la sociedad.
Clases.
Algunos autores, como Karl Marx, conceden una importancia fundamental a la posición
que los individuos ocupan en las relaciones sociales de producción, como un criterio para
determinar su estatus social. Marx plantea que la manera en que los bienes son
producidos y distribuidos determina la forma en que las personas se relacionan entre sí,
lo que a su vez determina la estructura de la sociedad.
Para Marx, la forma específica en que los individuos se relacionan con los medios de
producción determina su pertenencia a una clase social, es decir, a una posición cuyos
intereses siempre resultan antagónicos a los de otras posiciones sociales. Asimismo,
A los conflictos derivados de esta oposición los denominó luchas de clases. Las pugnas
entre obreros y patrones (en el capitalismo, modo de producción en el que vivimos
actualmente), señores y siervos (en el feudalismo), esclavos y amos (en las sociedades
esclavistas) son ejemplos de disputas históricas inherentes a la oposición de intereses
defendidos por las distintas clases sociales.
Comprenden:
1) Las distintas formas de propiedad sobre los medios de producción
2) La posición que ocupan los diversos grupos dentro del proceso productivo; y
3) Las formas en que se distribuyen los productos.
Poder.
El poder es simplemente la capacidad de poder realizar algo, pero desde el marco de las
ciencias sociales adquiere algunos matices. La definición de Max Weber, uno de los
padres de la sociología, la definición de poseer es: "Por poder se entiende cada
oportunidad o posibilidad existente en una relación social que permite a un individuo
cumplir su propia voluntad". Para este mismo autor, el poder puede obtenerse en La
Discriminación y racismo
En las sociedades altamente estratificadas a partir de distinciones de clase, raza, casta,
etcétera, suelen presentarse fenómenos de exclusión y segregación que, mediante la
imposición de roles y estéreo tipos negativos, buscan limitar el acceso de ciertos grupos
o personas a recursos y oportunidades, con lo cual se reproducen las desigualdades
sociales. Tal es el caso de la discriminación por el origen étnico o nacional, el sexo, la
edad, la discapacidad, la condición social o económica, la condición de salud, el
embarazo, la lengua, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil
y otras diferencias que pueden ser motivo de distinción, exclusión o restricción de
derechos. La discriminación impide el ejercicio igualitario de las libertades, derechos y
oportunidades para vivir, y se asocia con situaciones de marginación, aislamiento,
diferencia, exclusión, preferencia y segregación.
Aunque en esencia todos los seres humanos nacemos iguales, las oportunidades a las
que tenemos acceso a lo largo de nuestra vida son muy distintas. Factores vinculados
con nuestras condiciones individuales y el contexto en el que nacemos, como el sexo, el
color de piel, la nacionalidad, la religión y la condición socioeconómica de nuestros
padres, entre otros, tienen una influencia preponderante en el conjunto de oportunidades
y limitaciones que habremos de enfrentar a lo largo de nuestra vida.
Se dice que es relacional porque las desventajas que enfrenta un individuo o un grupo se
definen siempre en relación con las prerrogativas de los individuos o grupos con los que
comparte el espacio social. La multidimensionalidad implica que no existe una sola forma
de desigualdad, sino que ésta posee expresiones múltiples; por ejemplo, la desigualdad
social, económica, educativa, de género, etcétera. Finalmente, su carácter lnterseccional
se deriva de la forma en que todas estas modalidades de desigualdad se interrelacionan
unas con otras, exacerbando o minimizando los niveles de exclusión de ciertos grupos
sociales. Las mujeres indígenas, por ejemplo, enfrentan desigualdades de género y
étnicas, las cuales pueden agravarse si pertenecen además a grupos marginales
(desigualdad económica) o si forman parte de algún grupo vulnerable (desigualdad
social).
Entre las principales causas de la desigualdad destacan las relacionadas con las
circunstancias individuales, como el sexo, el color de piel, la presencia de alguna
discapacidad; las que se vinculan al contexto social y cultural en el que se desarrollan las
personas, como la adscripción étnica, la religión, la nacionalidad, el nivel socioeconómico,
entre otras, y las que resultan de eventos azarosos que trastocan de manera violenta las
trayectorias vitales, tales como la migración, la pérdida de uno de los padres, la
experiencia de un conflicto armado, etcétera.
La interacción entre estos factores se traduce en brechas que separan a los distintos
grupos sociales. Estas brechas tienden a perpetuarse a lo largo de la vida, e incluso, a
transmitirse a las siguientes generaciones. De igual modo, ciertas transformaciones
sociales y económicas pueden tener efectos diferenciados sobre los distintos grupos
sociales, ampliando o cerrando las asimetrías existentes.
Datos recientes del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) muestran
que, a nivel mundial, el fenómeno de la desigualdad va en aumento. En la actualidad 10%
de la población más rica del planeta acapara 40% del ingreso mundial total. Como
contrapartida, 10% de la población más pobre obtiene sólo entre 2 y 7% del ingreso total.
Un dato revelador al respecto es que en 2015 apenas 80 personas concentraban la
misma riqueza que la mitad de la población mundial.
La brecha entre pobres y ricos es mucho más amplia en los países en desarrollo. En el
caso de México, por ejemplo, 10% de la población más rica concentra 64.4% de la riqueza
total.
Algunos estudios señalan que la concentración del ingreso es de tal magnitud que 1% de
la población más rica acapara 27% del ingreso generado en el país. De acuerdo con
Oxfam, en 2015 la riqueza de cuatro multimillonarios mexicanos era equivalente a 9% del
Producto Interno Bruto nacional. En virtud de estas cifras, no resulta extraño que México
esté considerado dentro del 25% de los países con mayores niveles de desigualdad en
el mundo.
El concepto de movilidad social se refiere a los cambios que experimentan los individuos
en su posición dentro de la estructura socioeconómica. Cuando el cambio tiene lugar
dentro de un mismo estrato social, por ejemplo, cuando una persona cambia de empleo,
pero no aumentan sus niveles de ingreso, se habla de movilidad horizontal. Si, por el
contrario, la nueva posición se ubica en un estrato social distinto, se habla de un proceso
de movilidad vertical, el cual puede ser de carácter ascendente o descendente, según el
estado que guarde respecto a la posición que ocupaba originalmente (es decir, si sus
ingresos y otras fuentes de estatus aumentaron o disminuyeron).
Para quienes estudian la movilidad, resulta de suma importancia comprender cómo han
cambiado las oportunidades de desarrollo en un país a lo largo del tiempo. para ello
distinguen entre la movilidad intergeneracional, que alude a los cambios de posición
socioeconómica que experimenta una persona a lo largo de su vida, y la movilidad
intergeneracional, que analiza estos mismos cambios, pero en relación con los que
experimentaron sus padres en periodos equiparables.
Uno de los principales factores que influye en la movilidad sociales la educación. Diversos
autores señalan que las habilidades y los conocimientos adquiridos en el sistema
educativo formal desempeñan un papel relevante como mecanismo de ascenso social.
Esto significa que, a medida que las personas alcanzan mayores niveles educativos,
tienen acceso a empleos mejor pagados y, por lo tanto, a mejores oportunidades de
desarrollo. Implica también que la falta de acceso a la educación puede constituir un
factor de desigualdad intergeneracional.
Habría que señalar, sin embargo, que el acceso a la educación resulta insuficiente para
garantizar, por sí mismo, la movilidad social.
En México, por ejemplo, a pesar de que existe una amplia cobertura que garantiza el
acceso a la educación básica, el logro educativo asociado a la educación media y superior
se concentra en los individuos cuyos padres poseen niveles educativos altos. Por eso
surge la necesidad de atender otras dimensiones que garanticen no sólo la igualdad de
oportunidades, sino la igualdad de condiciones de competencia y la igualdad de
resultados.
Estudios recientes señalan que en México la movilidad social es sumamente baja. Los
últimos datos de la Encuesta de Movilidad Social muestran que 7 de cada 10 personas
que nacen en situación de pobreza en nuestro país permanecen así toda su vida. Las
investigaciones presentan evidencias de que la baja movilidad en México está
relacionada con el fenómeno de la desigualdad.
Esto supone que mientras las personas procedentes de hogares pobres sufren de
enormes dificultades para superarse económicamente y alcanzar un mayor nivel de vida
en su edad adulta, quienes provienen de hogares ricos tienen pocas probabilidades de
caer en los niveles socioeconómicos más bajos. También se constata que, en casi todos
los niveles socioeconómicos, las mujeres tienen más dificultades para ascender
socialmente que los hombres.
Seguramente has escuchado que el ser humano es una especie más de la naturaleza.
Sin embargo, existe un atributo esencial que lo distingue del resto de las especies: su
gran capacidad para transformar su entorno y aprovechar los recursos naturales
disponibles, con los que satisface sus necesidades más apremiantes.
Así, la intervención humana, ya sea por del desarrollo y adopción de nuevas tecnologías
o la modificación del entorno a consecuencia de la explotación irracional de los recursos
naturales, con frecuencia, trae consigo resultados impredecibles que pueden incluir
beneficios, costos y riesgos inesperados, los cuales, a su vez, pueden afectar a diferentes
Es importante resaltar que, si bien los efectos de la actividad humana sobre el medio
ambiente y las afectaciones derivadas de su alteración han sido una constante a lo largo
de la historia, sólo hasta épocas relativamente recientes se ha comenzado a hablar del
carácter global de estas transformaciones.
Se considera que el impacto de los primeros seres humanos sobre el medio ambiente
debió haber sido mínimo, pues realizaban sus actividades dentro de un ciclo natural de
transformación similar al de cualquier especie dentro del medio ambiente. Sin embargo,
el proceso de evolución cultural que desarrolló el ser humano implicó importantes
descubrimientos que definieron el proceso civilizatorio, como la agricultura, la
domesticación y el pastoreo de animales, la capacidad para controlar y utilizar el fuego,
entre otros. Se estima que el impacto significativo de la actividad humana sobre el
equilibrio de la naturaleza comenzó hace unos 70 000 años, cuando el desarrollo cultural
y técnico se aceleró por razones que todavía no están claras, y se volvió dramático desde
hace 11000 años, cuando los humanos se convirtieron en la primera especie animal en
practicar la agricultura.
El rápido avance tecnológico que se generó al terminar la Edad Media (entre los siglos
XV y XVI), y que culminó en la Revolución industrial (durante los siglos XVIII y XIX),
supuso un importante salto en términos de escala e intensidad de los impactos
ambientales. Fue propiamente a partir de la Revolución industrial, con el descubrimiento,
uso y explotación de los combustibles fósiles, que el hombre y la tecnología comenzaron
realmente a cambiar la faz del planeta. Los avances tecnológicos que se han suscitado
a partir de ese periodo han generado grandes cambios sociales, económicos y culturales,
cuyas repercusiones alcanzan hoy en día una escala planetaria. A nivel ambiental, se
generalizaron los procesos de contaminación del aire, el agua y el suelo; aumentó la
generación de residuos, algunos de ellos sumamente tóxicos y dañinos para la vida
humana; se aceleraron los procesos de erosión, deforestación y extracción de agua
potable, y se incrementó el ritmo de explotación de minerales, hidrocarburos y otros
recursos naturales no renovables. Actualmente, la presión sin precedentes a la que ha
sido sometido el medio ambiente a raíz del crecimiento poblacional y el desarrollo
tecnológico ha generado un declive acelerado de su capacidad para sustentar la vida.
Las repercusiones potenciales del cambio climático podrían ser catastróficas, pues
incluyen la reducción de los glaciares, la elevación del nivel de los mares, la modificación
de la distribución de la fauna y flora del planeta, así como la desaparición de especies
animales y vegetales indispensables para la vida del ser humano. La comunidad científica
considera que el aumento de la temperatura terrestre podría generar importantes
Los riesgos ambientales de índole global, así como las grandes desigualdades sociales
que amenazan al planeta plantean nuevos retos a científicos y tecnólogos. Hoy más que
nunca es necesario generar tecnología que beneficie a la humanidad en su conjunto, en
vez de privilegiar el desarrollo de unos cuantos. Se debe procurar, además, que dicha
tecnología sea amigable con el ambiente, que esté disponible para la mayor parte de la
población y que privilegie el uso de energías renovables de bajo costo. Por supuesto que
no todo depende de la innovación y del desarrollo tecnológico. A nivel individual es
necesario que cambiemos nuestras actitudes y desarrollemos pautas de conducta que
reduzcan nuestro impacto sobre el planeta.
Sustentabilidad
Como vimos en los apartados anteriores, la capacidad humana para transformar el medio
ambiente y satisfacer sus necesidades vitales a través del desarrollo científico y
tecnológico ha generado, a lo largo del tiempo, problemas de índole ambiental y social,
algunos de los cuales han puesto en riesgo su propia subsistencia. Lo anterior ha
suscitado diversas aproximaciones teóricas para explicar la relación que hay entre
desarrollo y medio ambiente, con la idea de definir principios que permitan conciliar
ambas nociones. El desarrollo sustentable es un paradigma que nace a partir de esta
preocupación. Durante muchos años, el crecimiento económico -definido como el
aumento continuo de la producción agregada a través del tiempo- se equiparó al
desarrollo. Los países que tenían un mayor ingreso por habitante eran considerados los
más desarrollados, y todos los esfuerzos de las naciones se encaminaban a lograr
aumentos en el Producto lnterno Bruto (PlB).
La idea que prevalecía entre los economistas era que el crecimiento de una economía
podía darse de dos formas: se podía crecer de manera "extensiva", utilizando más
Durante las décadas de los sesenta y setenta, esta concepción comenzó a ser
severamente cuestionada. Algunos economistas llamaron la atención sobre el problema
de la pobreza, el desempleo y la desigualdad que existían en países que registraban
aumentos constantes en el ingreso por habitante.
En efecto, después del gran esfuerzo económico que se llevó a cabo después de la
Segunda Guerra Mundial para estimular el crecimiento, el concepto de desarrollo se
orientó en la búsqueda de crecimiento con equidad. En los países más desarrollados
surgió una preocupación creciente por el uso irracional de los recursos naturales y la
contaminación ambiental provocada por su proceso de crecimiento e industrialización.
En 1972, el informe del Club de Roma concluyó que el capital natural escaseaba y que
la acumulación del capital físico y financiero podría deteriorar aún más el capital natural
existente. A pesar de que algunas predicciones catastrofistas incluidas en este informe
no se cumplieron, su publicación contribuyó a iniciar el debate teórico y político acerca
de las estrategias de desarrollo y a la inclusión del tema ambiental en la conciencia
colectiva de la humanidad.
Por aquel entonces apareció la noción del ecodesarrollo, entendida como el estilo de
desarrollo fundado en las condiciones y potencialidades de los ecosistemas y el manejo
prudente de los recursos económicos.
La adopción de políticas de corte neoliberal durante los años ochenta acentuó los
problemas de desigualdad en los países tercermundistas, dejando una amplia estela de
pobreza, inequidad en la distribución del ingreso y devastación del entorno ecológico
global.
En este contexto, por solicitud del secretario general de la ONU se constituyó la Comisión
Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo para evaluar los avances de los procesos de
degradación ambiental y la eficacia de las políticas instrumentadas para enfrentarlos.
En 1987, la comisión presidida por la primera ministra noruega, Gro Brundtland, publicó
et célebre informe titulado "Nuestro futuro común", también conocido como informe
Brundtland. En éste aparece por primera vez el término de desarrollo sustentable,
definido como aquel que satisface las necesidades de la generación presente, sin
comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias
necesidades.
El informe de la comisión exhortó a los diferentes países a iniciar una era de desarrollo
económico racional sobre la base de un crecimiento económico sostenido, pero subrayó
la necesidad de preservar y salvaguardar los recursos naturales, otorgando prioridad a la
protección del medio ambiente y a la resolución de los problemas derivados de la pobreza
y el subdesarrollo. La incorporación de la pobreza y la distribución del ingreso (justicia
intratemporal) y de la equidad intergeneracional (justicia inter-temporal) como pitares de
[a nueva propuesta de desarrollo, fue una de las grandes aportaciones del lnforme
Brundtland.
CAMPAÑA DE CONCIENTIZACIÓN
Organicen equipos y realicen una reflexión final del reportaje sobre “el día mundial del
medio ambiente”
http://revista.humanidades.unam.mx/revista_32/revista_32_tema06.pdf
http://revistas.unam.mx/index.php/ents/article/view/20183/19174
Libro virtual del Ciencia, Tecnología, Sociedad y Valores, Autor José Álvaro Hernández
Flores. Editorial BookMar.
http://revista.humanidades.unam.mx/revista_32/revista_32_tema06.pdf