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Problemas de Genero

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Docente: Mg.

Erika Patricia Lazo Alarcon

Curso: problemas actuales de la sociedad

Tema:

Presentado por:
VIOLENCIA DE GÉNERO
La asimetría social en las relaciones entre mujeres y hombres favorece la
violencia de género. Es necesario abordar la verdadera causa del problema.

La definición más aceptada de violencia de género es la propuesta por ONU en


1995: “todo acto de violencia sexista que tiene como resultado posible o real un daño
físico, sexual o psíquico, incluida las amenazas, la coerción o la privación arbitraria de
libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o en la privada”

Un binomio inseparable. La violencia ha ido impregnándose con el tiempo de


significado social, adulterado de esa manera su definición original basada en el binomio
inseparable de violencia y género. Así, de satisfacer una necesidad de supervivencia
se ha convertido en una conducta instrumental que introduce desigualdad subyacente y
estructural. Es precisamente en este sentido que la violencia y el género se convierten
en un binomio inseparable, ya que la primera se usa como mecanismo para conseguir
un plus de presencia o influencia respecto a lo segundo.

Los principales modelos teóricos sobre violencia de género proponen teorías


asentadas en problemas de tipo individual, envestidas alteraciones de la personalidad,
disposiciones biológicas o experiencias violentas a temprana edad que puedan explicar
tales reacciones.

En las sociedades en las que no existe una jerarquía formal de privilegios de


unos grupos sobre otros, donde hombres y mujeres ejercen el mismo poder, los niveles
generales de agresión y de violencia contra la mujer son inferiores. En cambio, el
sistema social del patriarcado integra un mensaje claro que afirma que los más
poderosos se hallan en su derecho de dominar a los menos poderosos y que la
violencia se completa como una herramienta válida y necesaria para ello.

Objetivo: sumisión y control. El ejercicio del poder tiene dos efectos


fundamentales, uno opresivo (uso de la violencia para conseguir un fin) y otro
configurador (redefine las relaciones en una situación de asimetría y desigualdad). El
sometimiento se convierte en la única salida posible para mantener la nueva situación.
La cultura ha legitimado la creencia de la posición superior del varón, reforzada a su
vez a través de la socialización. Todo ello ha facilitado que las mujeres se sientan
inferiores y necesiten la aprobación de los hombres para sentirse bien consigo mismas
y con el papel en la vida para la que han sido educadas.

la violencia de género es una cuestión cultural que resulta de un proceso de


socialización, cabría preguntarse entonces si todos los hombres son maltratadores o si
existe una psicología del maltratador. La violencia es un recurso que la sociedad y la
cultura ponen a disposición de los hombres para su uso en caso de necesidad, dejando
a criterio de cada uno cuándo surge ese requerimiento.

Existen una serie de rasgos comunes de comportamiento en todos los hombres


que maltratan a sus parejas o ex parejas. Responsabiliza a la mujer de la situación.
Ellos son las víctimas, arguyen. De hecho, con frecuencia se escucha en los grupos de
tratamiento con hombres maltratadores comentarios como: ella saca lo peor de mi, lo
hace para provocarme. O se aferran a ideales masculinos tradicionales. La violencia
resulta para ellos una conducta aprendida y legítima, así como una forma de simbolizar
su poder. Muchos afirman que es la única manera de calmarla y ponerla en su sitio.

Síndrome de a mujer maltratada. Tal como mantiene Luis Bomimo, psiquiatra y


director del centro de estudios de la condición masculina, existe una serie de
micromachismo que dificultan la visualización del fenómeno del maltrato. Se trata de
maniobras normalizadas que desarrollan los varones y que prácticamente aceptan las
mujeres. Los micromachismos sirven oara mantener el domino y la superioridad de los
hombres frente a las mujeres, para recuperar la dominación ante la que se rebela o
para poner resistencia al aumento de poder personal o interpersonal del sexo femenino
actual. En pocas palabas, el dominador común es atentar contra la autonomía de la
mujer.

El caso de el hombre argumenta actuar siempre por el bien de la mujer; por que
la quiere, las maniobras de desautorización descalifica cualquier trasgresión del papel
tradicional o incluso el impedimento de que la víctima busque ayuda para poner fin a
una relación abusiva, mediante estrategias de lastima el hombre se muestra incapaz de
cuidarse solo, se abandona físicamente o con méritos regalos, promesas de cambio y
conductas de seducción.
La violencia doméstica es una interacción. ¿Qué sucede con la mujer? Desde
que la psicóloga Leonor Walker describiera en 1984 el síndrome de la mujer
maltratado, se han llevado a cabo múltiples estudios en torno al tema.

Variables sociológicas como la edad, el estado civil, la ocupación y la


distribución del trabajo doméstico aparecen como algunos factores definitorios en el
maltrato a la mujer. No obstante, de igual forma que en el intento de definir una
psicología del maltratador, la insistencia de un perfil concreto para la víctima dificulta la
comprensión del proceso. Resulta más eficaz estudiar los obstáculos de las mujeres
afectadas para terminar con una relación de abuso.

Normalización de las conductas. Con frecuencia nos preguntamos cómo una


mujer puede permanecer en una relación de maltrato. La respuesta es
multidimensional. Por una parte, interviene la idea que las mujeres tienen del maltrato.
Al tratarse de un fenómeno cultural, muchas de ellas están socializadas en la
aceptación de patrones de conducta abusivos sin ser conscientes de ello. El 90% de
las entrevistadas consideraba la agresión física como única forma de maltrato y las
participantes de mayor edad asociaban en menor medida el hecho de sufrir golpes con
a idea de malos tratos. Los resultados reflejan la normalización de determinadas
conductas en las relaciones de pareja.

En el ciclo de la violencia de la violencia descrito por Walker no dolo constata las


diversas fases del fenómeno (tensión-agresión-remisión), sino que también recoge las
principales sintomatologías de la mujer maltratada, de tal manera que revela la trampa
en la que muchos mueres caen y permanecen hasta incluso morir.

Dos factores propician que se mantenga o se rompa la relación abusiva. Por un


lado, los exteriores y sociales, por otro, la índole psicológica, derivados del desempeño
de su rol femenino.

Las mujeres es víctima de unas funciones y actitudes prejuiciosas: desigualdad


en el reparto de poder entre sexos, menor empleo femenino y menos recursos
materiales lo cual contribuye en gran medida a mantenerla en una situación de
dependencia, además de mayor carga de domésticas. La expectativa de salir de la
situación y valerse por sí misma es escasa. Por otro lado, la confianza en el sistema de
justicia y social es muy débil. Todo ello incluye en que la situación no se denuncie y se
perpetúe. La mujer maltratada se siente atrapada en una circunstancia ambivalente ya
que el marido la maltrata, sin embargo se ocupa de ella y de sus hijos, de manera que
evita alejarse, la sociedad le ofrece una serie de apoyos, más no los percibe de forma
clara, de modo dificulta que se acerque a la ayuda social. Entre tanto, los síntomas se
agudizan y las secuelas se cronifican.

Mujeres atrapadas. Uno de los factores de mayor riesgo para las mujeres
maltratadas es el atrapamiento. Estas mujeres suelen sentirse atrapadas en sus
relaciones. Su proceso de decisión se determina por la inversión que ha hecho en la
relación el tiempo que llevan con el novio o el marido, la dependencia emocional que
sienten, las expectativas de futuro, el significado del futuro, el significado de matrimonio
y la familia, etc. Es como si se alterara un sesgo que influye en la toma de decisión, al
que podíamos denominar error de inversionista. Las mujeres invierten mucho tiempo y
apego emocional en sus relaciones para conseguir compromiso, seguridad y
estabilidad. Cuando empieza a experimentar abuso, aparece dudas que pueden
provocar conflictos en sus decisiones, es entonces cuando se emplean cuánto control
tiene en la relación.

La respuesta social es otro de los elementos fundamentales en la lucha para


erradicar el problema. La ley integrar de violencia de género es sin duda una
herramienta necesaria para ello, pero no suficiente. Urge la necesidad de abordar la
verdadera causa de problema, su naturaleza ideológica. Una cuestión de ideología de
género que afecta a hombres y a mujeres de asta sociedad.

Compromisos internacionales para alcanzar la igualdad:

. la convención para la eliminación de todas las formas de discriminación hacia


la mujer (CEDAW, 1979). Compromete a los Estados a promover la igualdad para las
mujeres y aplicar medidas temporales que les otorguen ventajas a las mujeres con el
fin de disminuir las desigualdades causadas por la discriminación de genero.
. La convención interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia
contra la mujer (Belem do Pará, 1994). La importancia de esta convención radica en
que constituye una fuente de obligación para los Estados por lo que se reconoce que la
violencia contra las mujeres es una violación de los derechos humanos.

. La Conferencia Internacional sobre la Población y Desarrollo (Cairo, 1994).


Brindó a las mujeres herramientas para mejorar su situación y proporcionarles más
posibilidades de elección mediante un mayor acceso a los servicios de educación y
salud.

. El estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional (2001). Reconoce como


crimen de lesa humanidad la prostitución forzada, la violación sexual, la esterilización
forzada o el tráfico de personas, siempre que hayan sido dirigidos de manera
generalizada a una población civil.

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