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La Llama Incesante

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La llama incesante

Carmen Cristina Wolf


Aforismos

Editorial Diosa Blanca


Prólogo

Nuestra vida navega por un mar no surcado,


cuyas olas se persiguen en un eterno juego de
niños. Es el infatigable mar del cambio, que
alimenta sus manadas de espuma para
perderlas una y otra vez, batiendo sus manos
contra la calma del cielo. En medio de esta
envolvedora danza guerrera de luces y
tinieblas, tuya es amor, la verde isla donde el
sol besa la tímida sombra del bosque y el
silencio es cortejado por los pájaros que
cantan.

R. Tagore.

¿Dónde está tu verdad, poeta? ¿Cómo encontrarla?... pero


ella estará siempre allí, en los Hallazgos que suceden a tu
sueño, al final de la búsqueda, en la trama de la existencia,
en el esplendor, donde perdura y persiste su aroma, su
textura esencial y verdadera, su misterio. Y es
precisamente ése su misterio: hablar de lo huyente, de lo
fugitivo, de lo imperdurable, de los aromas, y estar
hablando al mismo tiempo de lo permanente, de lo que
perdura. Qué bien entiendo tu verdad cuando nos dices: el
misterio no se puede atrapar, sólo nos queda su aroma.

Me siento entonces en tu barca, como si fuera a surcar por


primera vez ese mar (casi siempre embravecido), cuyas olas
se persiguen en un eterno juego de niños. Y es en esa barca,
en medio del inmenso mar, cuando recuerdo la importancia
del rocío. Y a pesar de la violencia de los vientos, ella buscará

3
la gentileza de la brisa del Sur... aquella que nos llevará a la
verde isla. El viento y la barca: nuevamente esta inquietud,
este afán de lo fugaz que se nos hace perdurable... o más
bien ya sin tiempo, en donde nos espera la inasible y a la vez
palpable flor de eternidad.

Con la lectura de tus pequeños poemas nos has devuelto al


corazón del misterio inquietante de la vida. Hallazgos que
iluminaron el instante con esa llama clara y humilde de lo
verdadero en el sentido de lo auténtico... ya que la verdad,
lo que tiene de cierto, son sus infinitas vertientes que ahora
vemos contigo desde las ventanas de tu casa del alma…

Y si hablamos del alma, evocaremos esa llama que no cesa,


verbo en flor que en amorosa eclosión hace a su vez que tú
florezcas toda para nosotros, y nos entregues en un recatado
secreto, tus confesiones del alma. La palabra adivinando la
sombra de las cosas, El Verbo enamorado y el poema que
encierra entre sus pétalos nuevamente el misterio: lo fugaz y
lo eterno en un instante…

El Misterio del fuego, que, como el amor, todo lo


transforma… ¿Qué nos traes?, le preguntamos entonces, y
nos bastará sólo mirarte para entender tu ofrenda, nadadora
del fondo de nuestra mirada, que ves en nuestros ojos lo que
está más allá de nuestros ojos, y sin pedir nada a cambio
vienes delicadamente en medio del silencio para
entregarnos todo tu amor y unos cuantos poemas.

El alma y la llama, lo arrebatado que deviene


permanentemente, y la entrega… esa entrega enamorada
que sólo entenderemos en soledad. El Incendio del alma,
pasión de Ser y de permanecer también nosotros allí, en el
centro, donde se producirá el encuentro deseado, el

4
acoplamiento sagrado, para mirar hacia adentro y entender
también el misterio y el milagro de la luz.

Pero al final, será a la sombra de un árbol o en un soplo de brisa,


allí tan suavemente, donde encontraremos nuestros
nombres, porque toda la tierra es sagrada. Y así, guiados por el
fulgor de tu imagen, iremos desandando contigo el camino
hacia la nada que somos, para encontrarnos con el todo y
abrazar al Ser. Entonces, con la conciencia iluminada, con La
Conciencia en vigilia, nos preguntaremos ¿Cómo hará el
relámpago para rozar la eternidad?... he ahí el misterio que
encierra esa flor del pensamiento, ese vínculo entrañable, esa
respuesta, esa palabra…

Edgar Vidaurre

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La llama incesante

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Hallazgos

Hay en mí alguien que acaricia la vida


donde quiera que esté.

Walt Whitman
Hojas de Hierba

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Renuncio al oropel. Prefiero la existencia sencilla, sutil,
insondable.

Persigo un sueño y encuentro la trama de la existencia,


el esplendor.

8
Vale la pena vivir, aunque sea sólo por indagar si vale
la pena.

Soy tan pequeña que sólo me basta el infinito.

Ver las mismas cosas con ojos nuevos es alcanzar la


hondura de las cosas.

Juego, pienso y amo, ¿qué más necesito?

Puede ser que me canse del hallazgo, mas no me canso


de indagar.

La imaginación de los niños es llama incesante.

9
Voy desandando la vanidad del yo hacia el encuentro
con la nada que soy.

¿El sol se jacta de alumbrar? ¿La flor alardea de su


aroma? Preferible es andar sin hacer ruido.

Encuentro una señal de lo que es cuando logro atisbar


lo que no es.

A veces contemplo mis pensamientos sin


involucrarme, son instantes privilegiados.

¿He sido feliz alguna vez? Tal vez algún poema mío
ha sido feliz.

10
La mente, un mercado de necedades. Conviene ir más
adentro para encontrar el milagro.

De tanto preguntarme, veo aclararse algo en el


claroscuro de la mente.

El mundo es lo que es y lo que pienso que es.

La observación atenta es la cura contra el aburrimiento.

Libros, me aburriría mucho sin ellos.


Son mis compañeros fieles en este viaje

Sonrío y se abren las ventanas de mi casa del alma.

11
Las mariposas también ofrecen sus colores a los
mendigos. Ellas no saben de distinciones.

Aquel mendigo dijo que era mejor mi sonrisa que mi


dinero.

Cuando dejo de ser la protagonista, encuentro lo


sagrado.

Al dejar de contemplarme veo al otro.

Nos acompaña una genuina vocación de plenitud.

Cuando la felicidad aparece, no sé que es ella


hasta que se despide.

12
Creemos que vamos a algún sitio.
Es la vida quien viene a nosotros.

Es mejor fluir con los cambios como una barca que


sortea los vientos, sean o no favorables.

Vivir sin miedo comienza por no aferrarse a las cosas.

En la oscuridad vislumbro un haz de luz: la esperanza.

La libertad comienza en las alas de un sueño.

Llevo sembrada en el alma la bandera de la esperanza.

13
Nunca he querido ser árbol.
Prefiero ser el ave que lo visita.

Los árboles son los ángeles de la guarda en la ciudad.

Qué solas se sienten las calles sin sus hermanos


árboles.

La ceiba de la Iglesia de San Francisco sigue el camino


del crucificado.

Las campanitas del heladero son el regocijo de los


niños. Todavía no he abandonado mi niñez.

Vibra en tal modo mi huella, que pareciera inmóvil.

14
No me quejo de aburrimiento, lamento no tener
suficiente tiempo para aburrirme.

Aburrirse es un buen momento para que surja una idea


estupenda.

Descubrir el hallazgo en lo habitual, he ahí el milagro.

Seduje a aquél a quien le conté mi vida por capítulos.


Aún no he concluido el relato.

Soy original sin proponérmelo: nadie mira las cosas


con mis ojos.

El misterio es inasible, sólo nos queda su aroma.

15
Llegó y pensé que era mío. Cuando volví a buscarlo se
había ido.

La vida es un carrousel de convergencias y


divergencias.

Alma mía, no sanes de tu mal. El alma que cura sus


heridas, muere de tristeza.

La muerte, esa flor de eternidad.

Desechar la esclavitud de la imagen


es ser libre.

La agitación de la muchedumbre me distrae del


camino.

16
Descubrí un lugar en mí que permanece sosegado ante
los cambios.

Resulta fácil ser delicado con los que me estiman y


difícil serlo con quienes me hieren.
Elegí la senda de no hacer distinciones.

17
El verbo enamorado

La palabra no es el sitio del resplandor, pero


insistimos,
insistimos, nadie sabe por qué.

Rafael Cadenas
Memorial

En vano me demoro deletreando


el alfabeto del mundo.
Leo en las piedras un oscuro sollozo,
ecos ahogados en torres y edificios,
indago la tierra por el tacto
llena de ríos, paisajes y colores,
pero al copiarlos, siempre me equivoco.

Eugenio Montejo
Alfabeto del mundo

18
El verbo es fuego que no cesa.

La palabra es la flor del pensamiento y yo florezco toda


en mis palabras.

19
La luz, la noche y el océano hablan un lenguaje
que parece el lenguaje de Dios.

La palabra no dice la cosa, sólo adivina su sombra.

Poema: caída de la máscara, confesión del alma.

Lo fugaz y lo eterno en un instante: la poesía.

Cuando el lenguaje se envilece los pueblos naufragan.

Vivo en un mundo creado por mi propio lenguaje.

20
Cuesta trabajo poner las palabras a decir lo que el
poeta quiere que digan.

Hay palabras que atraviesan desiertos y suben rocas


escarpadas sin perderse. Esas son las esenciales.

La poesía se aleja del poder como los trenes de las


estaciones.

No confío en las personas que no aman el lenguaje.

El poeta rescata las palabras de la tiranía de los usos y


significados establecidos.

Nos fusionamos unos con otros gracias a las frases.

21
El poeta ve las mismas cosas y las nombra como si
fuesen nuevas.

Escuché una voz que me hizo recordar la importancia


del rocío.

El poema esconde su sentido entre los pétalos.

El relámpago roza la eternidad. Así es el tiempo del


poema.

Inmensa es la tenacidad de los vocablos por nombrar


las cosas. Si lo logran, la palabra se olvida. Sólo cuenta
la esencia.

La verdad última no puede ser dicha. La palabra se


aproxima a ella sin tocarla.

22
El auténtico poeta devela un celaje de la esencia en las
cosas.

Cuando se agotan las respuestas ante el misterio de la


muerte, sólo hay una verdad ¡oh dichosa muerte!

23
El misterio del fuego

¡Ponme cual sello sobre tu corazón,


cual marca sobre tu brazo!
Porque es fuerte el amor como la muerte
e inflexibles los celos como el infierno.
Sus saetas son saetas de fuego
llamas del mismo Dios.

El Cantar de los Cantares (8, 6)

Todo el día te busco desesperadamente.


¡Oh! Amor. Por la noche, cuando duermo eres tú
quien me busca… ¿Cuándo será que nos encontraremos?

Edgar Vidaurre
El lamento de Ariadna

24
El arrebato del amor todo lo transforma. Se es capaz de
afrontar cualquier riesgo y escapar de todas las
prisiones.

25
El poder le teme al amor porque el amor no teme a
nada.

El odio desdibuja al otro hasta que sólo queda de él


una sombra amenazante.

Aprendí el arte de ver en tus ojos más allá de tus ojos.

Pueden quitármelo todo y aun así, lo tengo todo.

Madre, cincuenta años en tu compañía


es el mejor tributo de mi tiempo.

No abandono a mis amigos. Así cuido de mí mismo.

26
Los enamorados terminan detestándose cuando no
aman, en primer lugar, al amor.

Vivo con el propósito de amar.


Las distracciones del camino hacen que lo olvide.

Sé lo que es la fealdad cuando me dejo arrastrar por la


ira.

Sé lo que es pobreza cuando el egoísmo me impide


hacer feliz a alguien.

Me duelen las veces en que he traicionado al amor.

27
El amor ama por encima de ser o no correspondido.

¿Qué me traes?, preguntarás.


Mi amor y unos cuantos poemas.

Requiero fe y coraje para adentrarme en lo


desconocido.

28
El incendio del alma

Evita simplemente apegarte a lo


que ves y piensas.
Abandona el concepto de que estás
separado
de la mente omnisciente del universo.
Así puedes hallar tu percepción interior pura
y ver a través de los espejismos.
No sabiendo nada,
serás consciente de todo.

Lao Tse
Meditaciones Hua Hu Ching

29
Señor, quiero escribir cantos para ti que echen a andar
por el mundo, con palabras de cristal, de madera,
de fuego transitivo.

30
Dios mío, deseo aprender de ti el idioma del alma.

Si alguien pretende hacerme creer que no soy libre,


préstame la transparencia de tu amor para que mi
sangre se embandere hasta morir y resucitar en la
batalla.

Si todos nuestros esfuerzos se perdieran en el vacío de


la muerte, el mundo sería un lugar poblado de
fantasmas y habitaríamos el reino de la sombra. La
belleza, un laberinto de espejos transitorios. La vida
sería un viaje de la nada a la nada.

No he logrado atrapar a Dios en una forma. Gracias a


Dios.

Vivo en tu misterio y permanezco en ti. Lleva mi ser al


centro de tu Ser, quema mi alma en el fuego de tu
Alma.

31
Como flechas ataviadas de su propio blanco, nosotros
viajamos de ti mismo hacia ti.

Somos los invitados a la comunión del Verbo: amar por


el amor de amar y ser por la pasión del ser.

Me gusta el alma sola, en lo oscuro, donde la luz es


promesa.

Entrar en nuestra alma crea un descalabro magnífico.

Miles de hojas caídas desde el Génesis me acercan a tus


pasos.

Voy por la senda de llegar a ser y sólo seré si soy


contigo.

32
¿A dónde iré? ¿a las llanuras o a los mares, a la ciudad
o al Amazonas? No importa. Toda la tierra es sagrada.

Señor, quiero encontrarme con todos mis hermanos y


descubrirte en ellos. Quiero cargar con ellos sus dolores
para que no les pesen tanto.

En la infancia no conocíamos la palabra tiempo, ni


siquiera conocíamos el tiempo. Jugábamos como si
fuéramos eternos y no era un juego.

Siendo infinitamente inocente cargaste sobre ti con los


pecados de tus amigos. Y de tus enemigos.

Lirio coronado de espinas, rosa clavada en el madero,


cáliz derramado en el polvo, todo el dolor de la
humanidad se llagó en tus heridas.

33
Cristo, eres el corazón del universo.

Cuidado con nuestras palabras, el alma acostumbra


mostrarse en ellas.

Voy desandando el camino hacia la nada que soy.

Pensar es atisbar lo sagrado.

¿Cuál es la espada que ilumina la noche? La que corta


la raíz del ego.

Soledad: condición íntima en la que la libertad vuela


lejos de todas las prisiones.

34
Hombre, ante mis ojos eres efímero; mas, si te veo con
el espíritu, entonces eres inmortal.

Señor, deseo amarte más de lo que puede soportar mi


corazón.

Dios camina conmigo a todas partes. Cuando lo olvido


soy el vacío de su ausencia.

El pensamiento del hombre es el pensamiento de Dios


en el tiempo.

Aunque nadie me espere, Dios me espera siempre.

Si llegara a tener todo cuanto deseo, no tendría paz


por temor a perderlo. Sólo Dios es plenitud.

35
Si vivo lo cotidiano como sagrado, lo transformo en
sagrado.

Dios, cuando mi mente se cruza con la tuya, te saludo


en el mismo idioma.

Abandonamos la casa del Padre llevándonos los dones


que nos ofrenda la vida: la inteligencia, el lenguaje y la
libertad para elegir.

No encuentra el corazón descanso hasta emprender el


camino de retorno al hogar del Padre.

Con frecuencia andamos disgustados, con la sensación


de que hemos perdido algo y no sabemos dónde está.
Perdimos el contacto con nuestra alma.

36
A veces me encuentro con el infinito en la hoja de un
árbol y recuerdo que vivo en la eternidad.

Siento la eternidad en un instante. Pretendo asirla y se


ha ido.

Si miro hacia adentro, a pesar de la penumbra veo una


pequeña luz.

El misterio tiembla en todas partes y sobre todo en lo


más simple.

No hay por qué temer a la muerte. Debe ser fascinante


el mundo de allá.

Mi puerto es inmortal.

37
Pensar, un acto sagrado.

Pienso que debo pensar más en lo que pienso.

A la sombra de un árbol o en un soplo de brisa está tu


nombre grabado, Señor.

Las ocasiones en que el yo pierde importancia la


existencia tiene sentido.

Hay un instante entre el atardecer y la ternura en que


el tiempo se va lejos de mí y le doy gracias por haberse
marchado y dejarme la eternidad por algunos
instantes. Así me voy acostumbrando.

Quiero ser prisionera de tu libertad. Hoy dejé el libro


abierto y he ido a buscarte, lo inmortal me llama.

38
Un día te llamé y no me contestaste. Hasta a los ángeles
les pregunté por ti. Supe que habías ido a ver el
nacimiento de una estrella. La próxima vez invítame
¡No te vayas sin mí!

Señor, no le temo al día en que me tendré que ir. Me


gustará viajar, sobre todo si tú me aguardas.

39
La conciencia en vigilia

Nadie, nada me obliga


¡o todo!, mi conciencia.

Ida Gramcko
Poemas

40
Lo más valioso es la libertad. Ni el régimen más
oprobioso logrará que mi espíritu deje de ser libre.

No espero que aprueben lo que hago. Es mi conciencia


quien tiene que aprobarlo.

41
El que emprende el camino de la verdad
es un tesoro como amigo, amante, padre, hijo y
maestro.

No me alabes si vas a exigirme algo a cambio.

Si soy injusto contigo, creo vergüenza para los míos


y odio en los tuyos.

Cuando camino frente al edificio de los legisladores me


pregunto qué nueva regla escribirán para
encarcelarnos más.

Qué débil es aquél a quien los otros temen


por causa de sus amenazas.

42
El poderoso es esclavo de su imagen.

El gobernante es un siervo, depende de aquellos


que le sostienen en el poder.

Sin inteligencia no hay justicia.

El político que ofrece lo que no puede cumplir es un


tonto. Pronto será repudiado.

Eleva tu voz en nombre de los que no pueden


defenderse.

Admirable es aquél que reconoce


las cualidades de su adversario.

43
Quien sabe escuchar, reconocer sus errores, respetar a
sus críticos y actuar con rectitud, será un buen
gobernante.

No confíes a priori en que todo irá bien. Paséate por la


posibilidad del fracaso.

Respeto a quien me adversa


para no convertirlo en mi enemigo.

Hasta los perros sienten el peligro


cuando los fusiles se apoderan de los destinos de un
país.

Cuando no estoy dispuesta a actuar con nobleza,


prefiero no salir de casa.

44
La paz es el fruto de un constante esfuerzo.

Prefiero no decir todo lo que pienso


antes de haberlo pensado bien.

El sabio ofrece con humildad sus descubrimientos


y no se atribuye nada para sí.

Comparte tus conocimientos con aquél


que interroga con rectitud de intención.

45
46
INDICE

Hallazgos 8

El verbo enamorado 19

El misterio del fuego 25

El incendio del alma 30

La conciencia en vigilia 41

47
Este libro se terminó de imprimir
en los talleres de la editorial
Diosa Blanca
el día 2 de septiembre de 2010
Día de Corpus Cristi
Con el auspicio del

Ilustraciones especialmente creadas


Para este libro por el artista

Oscar Djöstrand

48

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