La Culpa en El Duelo Por Suicidio de Un Hijo
La Culpa en El Duelo Por Suicidio de Un Hijo
La Culpa en El Duelo Por Suicidio de Un Hijo
SUICIDIO DE UN HIJO
BASES PARA UNA APROXIMACIÓN FENOMENOLÓGICA
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1 TABLA DE CONTENIDO
2 INTRODUCCIÓN ............................................................................................................................... 3
3 EL ORIGEN DE LA PSICOLOGÍA DE LA CULPA EN NUESTRA CULTURA ............................................. 3
4 EL CONSTRUCTO DE LA CULPA ........................................................................................................ 5
4.1 Algunos modelos de culpabilidad............................................................................................ 5
4.1.1 Psicoanalíticos: ................................................................................................................ 5
4.1.2 Basados en la Antropología y Filosofía fenomenológica ................................................. 7
4.1.3 Conductuales -Cognitivos ................................................................................................ 7
4.1.4 El modelo multidimensional de culpa ............................................................................. 7
4.2 Culpa, rumiación y estrategia de afrontamiento .................................................................... 8
4.2.1 Las rumiaciones como mecanismo de evitación ........................................................... 10
4.2.2 Clasificación en función del contenido de las rumiaciones ........................................... 10
5 INVESTIGACIONES PREVIAS EN DUELO POR SUICIDIO Y CULPA.................................................... 12
5.1 Duelo Normal o complicado: ................................................................................................. 12
5.2 Contenidos del duelo por suicidio vs otros tipos de duelos.................................................. 13
5.3 Diferencias en conceptualización de la Culpabilidad ............................................................ 18
5.4 Medida de la culpa en el duelo ............................................................................................. 19
5.5 Estudios cross culturales ....................................................................................................... 20
5.6 Prevalencia de la culpa en el duelo por suicidio ................................................................... 21
5.7 Tiempo transcurrido desde la pérdida: ................................................................................. 21
5.8 Escasez de investigación, estudios, e intervención con supervivientes ................................ 21
5.9 Limitaciones de las muestras y segmentación. ..................................................................... 22
6 CONSIDERACIONES EN TORNO A LA MUERTE DE UN HIJO POR SUICIDIO.................................... 22
7 JUSTIFICACIÓN DE ANÁLISIS CUALITATIVO SOBRE LA CULPA EN EL DUELO POR SUICIDIO .......... 25
8 ESQUEMA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA: FENOMENOLOGÍA Y MÉTODO ................................... 26
8.1 Metodología fenomenológica. .............................................................................................. 27
8.1.1 Desarrollo del protocolo de investigación fenomenológica ......................................... 27
8.1.2 Población ....................................................................................................................... 27
8.1.3 Muestra ......................................................................................................................... 27
8.1.4 Materiales de apoyo ...................................................................................................... 28
8.1.5 Posicionamiento investigador ....................................................................................... 28
8.1.6 Triangulación ................................................................................................................. 28
8.1.7 Método de recolección de datos y Resultados ............................................................. 29
9 DISEÑO CUALITATIVO FENOMENOLÓGICO: ELEMENTOS DEL PROTOCOLO DE INVESTIGACIÓN. 33
10 LIMITACIONES Y LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN ............................................................................ 36
11 REFERENCIAS ............................................................................................................................. 37
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2 INTRODUCCIÓN
El presente trabajo trata sobre “La culpa tras la muerte por suicidio de un hijo”, desde la
perspectiva de analizar algunos resultados de la investigación previa, y aproximarnos a la
necesidad de una definición operativa de la culpa y a una entrevista cualitativa que permita
comprender cuáles son los “contenidos” de la culpa, es decir, de qué hablamos cuando
hacemos referencia a ese constructo.
“Porque los dioses han tejido el hilo de la desgraciada humanidad de tal suerte que la vida
del Hombre tiene que ser dolor, mientras que ellos viven exentos de cuidado”.
Homero.
En la Grecia antigua, “los hombres son juguetes de los dioses” (Sófocles, en Edipo Rey). De
manera que los héroes cometen errores fatales, “hamartía,” siempre a su pesar, instigados
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por los dioses, frente a los cuales nada pueden hacer. A esta circunstancia se la
denominaba “até”, traducible como ceguera del alma o locura enviada por los dioses que se
apodera del interior del individuo arrastrándole a realizar determinadas conductas, aunque
los hombres se lamenten porque reconozcan que es un crimen, no son del todo culpables,
porque no hay intencionalidad.
Para que aparezca el sentido de culpa, será necesario que el hombre renuncie a la divinidad
como causa de sus acontecimientos y se convierta en dueño de su propia conducta y además
que desarrolle un proceso de interiorización de la moral, que incorpore intención y autoría.
Seguramente son los pitagóricos y también Aristóteles los que inician reflexiones sobre el
sentimiento de culpa, tal como hoy lo entendemos. En los versos, denominados áureos
porque se recitaban al compás de una lira, a la salida y a la puesta del sol, y que se atribuyen
a Pitágoras:
No permitas que el dulce sueño se deslice bajo tus ojos, / antes de haber examinado cada uno
de los actos de tu jornada. / ¿En qué cometí una falta? ¿Qué hice? ¿Qué omití de lo que
debía hacer? / Comienza por el primero a recorrerlos todos. Y a continuación, / si compruebas
que cometiste faltas, repréndete; pero, si has actuado bien, regocíjate. / Esfuérzate por llevar
estos preceptos a la práctica, medítalos; es preciso que los ames, / y te pondrán en el camino
de la virtud divina (Foucault, 2000, p 457)
Si los hombres, según los griegos, eran buenos, porque todo el mal (la perspectiva irracional,
sobrenatural de lo psicológico) estaba en los dioses-fatalidad del destino, en la perspectiva
cristiana ocurre exactamente, al contrario; los hombres son lobos los unos para los otros (lo
irracional forma parte de la naturaleza humana), porque existe un Dios misericordioso que lo
perdona todo (lo racional está en Dios) (Garcia Haro, 2015). Hace falta una providencia
sobrenatural, un mundo más allá de la muerte que dé sentido y consuelo al sufrimiento del
hombre, pues de lo contrario, éste se haría aún más intolerable que en la concepción
griega (Moeller, 2008)
En definitiva, podríamos decir que la historia de la culpabilidad es mucho más la de los hijos
de Caín que la de los discípulos de Prometeo (Camus, 2012)
En los mundos creados por Shakespeare el mal procede ya de la acción libre del hombre y la
culpa es una tortura interior frecuente en muchos de sus personajes, muy próxima a nuestro
discurso actual.
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4 EL CONSTRUCTO DE LA CULPA
“El hombre puede soportar las desgracias que son accidentales y llegan de fuera.
Pero sufrir por propias culpas, ésa es la pesadilla de la vida.”
Oscar Wilde
La culpa es también una respuesta común tras la pérdida de un ser querido y es considerada
un tema central en el proceso de duelo (Li, Tendeiro, & Stroebe., Guilt in bereavement. Its
relationship with complicated grief and depression., 2018)
“El sentimiento de culpa. Ese que con cierto masoquismo hace que uno se considere como
único responsable de lo acontecido, cuando la realidad señala que siempre hay que
compartir la culpa”
Roberto Gómez Bolaños
4.1.1 Psicoanalíticos:
Freud afirmó que la tendencia fundamental del ser humano consistía en conseguir el máximo
de satisfacción de los impulsos, reduciendo al mínimo la culpa, es decir obtener la máxima
gratificación del ello, manteniendo lo menos enojado posible al superyó .
El hombre vive en conflicto. Los deseos intensos prohibidos por el tabú persisten
inconscientemente y tratan de violar la prohibición impuesta por la autoridad. Surge la
ambivalencia amor-odio hacia una misma persona, sobre todo en el período edípico. Gracias
a los sentimientos de culpa que provoca, se interioriza la autoridad del padre y se forma el
superyó. Así el sentimiento de culpa se convierte en un mecanismo al servicio de la sociedad,
la cultura y el progreso humano (Freud, 1930)
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Para evitar la culpa el hombre se somete a las normas morales y sublima sus impulsos
agresivos, dedicando su energía a actividades que favorecen la evolución de la sociedad.
Cuando hay debilidad del yo o un superyó muy fuerte, en lugar de sublimar conductas surgirá
una angustia infructuosa. La intervención que preconizan consiste en hacer que el yo recupere
su papel rector, que sea consciente de los verdaderos motivos o causas del sentimiento de
culpa.
C.G. Jung propone la aceptación de la propia sombra o aspectos negativos de uno mismo,
intentando una unión de contrarios o síntesis del bien y del mal como meta del proceso de
individuación. El sentimiento de culpa es consustancial al hombre. Los elementos de
comportamiento inasimilables por las exigencias de los arquetipos, del entorno, de la imagen
de nosotros mismos, son rechazados en el inconsciente y constituyen esa sombra, muchas
veces personificada, que nos reprocha y atormenta nuestra existencia (Jung, 1991A)
La culpa, en sus manifestaciones más evolucionadas nos remite al valor de uno mismo y no
solo a las consecuencias de la transgresión o a lo que los demás puedan pensar. Esa
interiorización forma parte de su complejidad.
El sentimiento de culpa, aunque vivido en la esfera personal, acontece en su relación con los
otros. La relación dialéctica del hombre con lo que le rodea puede definirse como hacer y el
hombre es quien hace para otros (hacer, tendencia egotista, hacer por los demás,
tendencia nosistra). Los valores surgen en la esfera social. Este aspecto es importante para la
intervención, por la importancia de “sentirse perdonado” (Castilla del Pino, 1991)
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4.1.2 Basados en la Antropología y Filosofía fenomenológica
El lenguaje colectivo está constituido por mitos, es un lenguaje simbólico. Su análisis nos
aporta datos interesantes sobre la culpabilidad y sus tres símbolos primarios (Ricoeur, 2011):
Hay una progresiva interiorización de carácter evolutivo. La culpa va pasando desde una
moralidad animista (mancha) a través de una moral heterónoma (pecado) hasta llegar a una
actuación autónoma (culpabilidad psicológica)
Mientras que hay ritos asociados a la purificación o al perdón de los pecados, la liberación de
la culpabilidad psicológica es más compleja: ¿cómo liberar a una conciencia que se dice en
libertad? ¿De dónde puede venir la salvación a un solitario, sin dioses ni leyes?
No son los conocimientos de las normas los que nos enseñan a comportarnos con una moral
social, sino que es la sociedad la que ejerce control sobre la conducta de los individuos, para
ello se sirve del condicionamiento emocional y del refuerzo social (refuerzo positivo, negativo
y castigo). En el proceso de socialización se internalizan las normas y se desarrolla la
conciencia y los valores. Su transgresión es lo que genera culpabilidad.
Está relacionado con el trauma y puede ayudar a explicar por qué numerosas personas en
duelo experimentan sentimientos de culpa después de la muerte de un ser querido. Según
este modelo (Kubany & Watson, 2003) la intensidad de la culpabilidad de una persona es una
combinación de angustia emocional y cuatro creencias cognitivas:
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4.2 CULPA, RUMIACIÓN Y ESTRATEGIA DE AFRONTAMIENTO
“La persona que se suicida, deposita todos sus secretos en el corazón del superviviente, le sentencia a
afrontar muchos sentimientos negativos y obsesionarse con pensamientos relacionados con su papel
real o posible, a la hora de haber precipitado el acto suicida o de haber fracasado en evitarlo. Puede
ser una carga muy pesada”.
Existen distintos tipos de afrontamiento ante las crisis, tales como estilos cognitivos, estilos
enfocados a la resolución de problemas o conductuales y estilos de afrontamiento centrados
en las emociones (Moss & Schaefer, 1986)
Para algunos investigadores, la culpa es una estrategia de afrontamiento (Garnefski & Kraaij,
2009) mientras que otros consideran la culpa como un conjunto de cogniciones (Boelen, Van
den Bout, & Van den Hout, 2003 c) o como una emoción que forma parte del duelo (Kowalski
& Bondmass, 2008) o una reacción emocional que conlleva sentimientos de tensión,
arrepentimiento y remordimiento (Duncan & Cacciatore, 2015)
Otros autores consideran que la culpa tras la muerte de un ser querido es un constructo
multidimensional (Li, Tendeiro, & Stroebe., Guilt in bereavement. Its relationship with
complicated grief and depression., 2018)
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A menudo la rumiación se focaliza en la culpa por la incapacidad para prevenir o evitar la
muerte (Shear & Mulhare, 2008) muy común tanto en los supervivientes de suicidio como en
los casos de accidente.
Ambos tipos de rumiación: “depresiva” y “sobre la pérdida” se asocian con mayores niveles
de síntomas de depresión, ansiedad, estrés postraumático y duelo complicado (Houwen, K.,
Schut, & Stroebe, 2010). Sin embargo, esto no implica que todas las formas de rumiación
sobre la pérdida sean desadaptativas (Eisma, Schut, Stroebe, Boelen, & Van den Bout J. y
Stroebe, 2015)
Las personas que han sufrido una pérdida por suicidio, accidente o enfermedad repentina
presentan más rumiación que aquellas que han perdido a un ser querido por muerte natural
esperada (Camacho, Pérez Nieto, & Gordillo, 2020)
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4.2.1 Las rumiaciones como mecanismo de evitación
Varios autores consideran que las rumiaciones son un mecanismo de evitación, más que una
estrategia de afrontamiento (Stroebe, M., P. A., Stroebe, & Salemink, 2007). Según esta
hipótesis las constantes rumiaciones sobre los eventos ligados a la pérdida y la razón de la
misma constituyen una manera de evitar la realidad de dicha pérdida y las emociones ligadas
a ella.
Los hallazgos de algunos estudios sugieren que las personas en duelo pueden usar la
rumiación como un medio para evitar implícitamente la realidad de la pérdida (Eisma, Schut,
Stroebe, Boelen, & Van den Bout J. y Stroebe, 2015)
En ocasiones, el trastorno por duelo también podría considerarse como una forma de no
aceptación psicológica y por tanto un ejemplo más de Trastorno de evitación experiencial o
emocional (Luciano & Cabello, 2001). A corto plazo, las actuaciones de evitación parecen ser
efectivas, porque logran aliviar un poco (existe una contingencia de reforzamiento negativo),
pero la situación a la larga parece empeorar, especialmente porque implican una limitación a
largo plazo en la vida y suponen un coste por no actuar en función de los valores de la propia
persona.
Alba Payás Puigarnau (2008) establece una clasificación en función del contenido de las
rumiaciones
Fantasía de retroceder en el tiempo y hacer que las cosas sean de otra manera. Es una defensa
cognitiva sobre la que el doliente se apoya para poder poner orden y mejorar la
predictibilidad de posibles nuevas experiencias de pérdidas afectivas traumáticas (Payás
Puigarnau, 2008)
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Adicionalmente hay rumiaciones que buscan el significado de la muerte y su “encaje” en las
propias creencias.
En esta búsqueda de una respuesta, los supervivientes experimentan una intensa rumiación
respecto a los posibles motivos del suicidio. Esta rumiación puede agravarse a causa de la
dificultad que experimentan muchos supervivientes para hablar sobre el suicidio de su ser
querido y sobre sus sentimientos con las personas de su entorno que experimentan muchos
supervivientes y que a menudo los lleva a aislarse (Maple, Edwards, & Minichiello, 2010)
Los resultados de estudios revisados parecen sugerir que los pensamientos rumiativos en el
duelo se asocian con la evitación cognitiva y emocional, específicamente con la evitación de
los aspectos más dolorosos de la pérdida, como la separación del fallecido (Eisma & Stroebe,
Rumination following bereavement: an overview, 2017)
Por otra parte, la obsesión en forma de culpa tiene una función psicológica reparativa:
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compensar esta falta de estructura interna. La tesis descrita en el modelo de adaptación al
trauma (Janoff Bulman, 1992)explica cómo estos eventos traumáticos sacuden y ponen en
crisis el conjunto de valores, presuposiciones sobre la vida, creencias afectivas, sociales y
valores que mantienen a las personas integradas.
Del análisis de distintas investigaciones llevadas a cabo con personas en duelo por suicidio y
también en duelo por otras causas, parece que existen evidencias suficientes que permiten
afirmar que la complejidad del duelo por suicidio es mayor que la de muertes por causas
naturales y/o accidentes, al margen de otros tipos de muerte que pudiesen, igualmente,
revestir especial complejidad.
Para algunos investigadores la culpa es una reacción normal (Shuchter & Zisook, 1993); para
otros (Bleichman, 2010)puede constituir un tipo de duelo patológico cuando los sentimientos
de culpa o el daño narcisista mantienen la fijación al objeto.
Algunos estudios sugieren que las personas en duelo por suicidio tienen un riesgo
significativamente mayor de problemas mentales, problemas de salud y conducta suicida que
otras personas en duelo dependiendo del parentesco del fallecido (Pitman, Osborn, King, &
Erlangsen, 2014), aunque no se ha analizado información subjetiva ni derivaciones para la
intervención.
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Un estudio reciente investigó la relación entre la culpa en el duelo complicado y la culpa en la
depresión (Li, Tendeiro, & Stroebe., Guilt in bereavement. Its relationship with complicated
grief and depression., 2018), los resultados mostraron que la culpa tiene una asociación más
estrecha con el duelo complicado que con la depresión.
Parece, por tanto, que la culpa ejerce un impacto negativo en el proceso de duelo, sin embargo
varios investigadores han planteado la hipótesis de que, a pesar del malestar psicológico que
genera, la culpa relacionada con el duelo, específicamente la autoculpa, puede desempeñar
una función adaptativa en algunos casos, como en la pérdida de un hijo, lo que fomenta una
mayor sensación de bienestar: dar un sentido a una muerte que parece incomprensible (“ha
muerto porque yo hice esto o no hice lo otro...”), lo que puede proporcionar una sensación
de control que contribuye a disminuir la angustia psicológica (Lichtenthal, Currier, Neimeyer,
& Keesee, 2010)
El proceso de reconstrucción de significados y roles que supone cualquier proceso de duelo, en el caso
del suicido, lo sitúan en un espectro de mayor gravedad, por lo que hace a sus repercusiones
personales, familiares y sociales, tal y como han señalado numerosos especialistas en pérdidas
(Worden, 2004), (Niemeyer, 2002)
Los sentimientos y emociones que experimentan los deudos en una muerte por suicidio, son
similares a otros tipos de muerte pero presentan matices distintos (Worden, 2004):
vergüenza, culpa, enfado, miedo y pensamientos distorsionados.
Las medidas cuantitativas concluyen que hay más similitudes que diferencias entre el duelo
por suicidio y otros tipos de muerte (Jordan J. R., Is suicide bereavement different? A
reassessment of the literature, 2001)Sin embargo, la investigación cualitativa encuentra
características diferentes (Sveen & Walby, 2008). Estos autores en una revisión de 41 estudios,
encontraron una mayor incidencia de rechazo, culpa, vergüenza, estigma y necesidad de
ocultar las circunstancias de la muerte entre las personas en duelo por suicidio en
comparación con 52 otras causas de muerte.
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razones de la misma cuestionando muchas veces el propio rol y responsabilidad en
la misma que puede alcanzar proporciones obsesivas.
• Los procesos sociales que rodean a los supervivientes.
• El impacto en el sistema familiar.
Los supervivientes experimentan menos soporte social y mayor soledad que otros grupos de
duelo por muerte natural o accidente (Sveen & Walby, 2008)
Otras investigaciones (Bell, Stanley.N., Mallon, & & Manthorpe, 2012) reconfirman sin
embargo que el duelo por suicidio es cualitativamente distinto en cuanto a su contenido
temático:
Concluyen que: preguntas sin respuesta, búsqueda de razones, combinado con sentimientos
personales de responsabilidad y culpabilidad, conducen a una tormenta que no puede ser
comunicada.
Como resultado de otro estudio realizado en duelo por suicidio (Hoffmann, Myburgh, &
Poggenpoel, 2010) emergieron 9 experiencias de los supervivientes:
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• Guilt (Autoculpa – “acts of commission”)
Esta emoción multifacética es una de las más difíciles que los supervivientes necesitan
afrontar. Los supervivientes atormentados por la culpa a menudo fallan en reconocer que
dicha culpabilidad es una falsa acusación contra ellos mismos (Jackson, 2003)
Los primeros estudios efectuados con supervivientes sugieren que la culpabilidad tiene
lugar con más frecuencia, mayor intensidad y por más largos periodos de tiempo que en
otras formas de muerte (Henley, 1984). Sin embargo, un estudio (Sveen & Walby, 2008) no
encontró evidencia clara de esa afirmación. Encontraron una débil tendencia hacia niveles
más altos de culpabilidad en los primeros 18 meses de duelo.
Los sentimientos de haber hecho algo mal, están a menudo basados en reglas sociales,
creencias religiosas o la percepción de haber fallado a estándares personales. Los
sentimientos de culpa van a menudo acompañados de remordimiento, autoevaluación
negativa o sentimientos de expiación (Du Plessis, 2003)
Parte del gran dolor de los supervivientes en su sentimiento de culpa es que ellos no
pueden confirmar con la víctima si la culpa está justificada o no; solo pueden especular y
continuar sintiendo culpa (Lukas & Seiden, 1987)
En este proceso de atribución de culpa falla el reconocimiento de que la culpa solo puede
ser atribuida cuando existe una acción intencional y negativa, o al menos una
indiferente negligencia respecto a sus consecuencias (McGraw, 1999)
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• Self-blame (Remordimiento – “acts of omission”)
Las muertes por suicidio conllevan mayor estigmatización que el resto, mayor sentimiento de
culpa, menos deseos de discutir sobre la muerte y mayor cuestionamiento sobre lo que se
podía haber hecho (Pérez Barrero, 2007)
La culpa presenta aspectos tanto cognitivos como afectivos (Stroebe, y otros, 2014). De hecho,
varios autores consideran que la culpa tras la muerte de un ser querido es un constructo
multidimensional, que incluye diferentes componentes, entre ellos la culpa hacia uno mismo
o autoculpa y el remordimiento (Li, Stroebe, Chan, & Chow, 2014)
Las personas en duelo pueden sentirse culpables por varias razones, como no haber podido
evitar la muerte, no haber hecho lo suficiente por el fallecido o disfrutar de la vida
nuevamente después de la muerte del ser querido (Smith, Nunley, Kerr, & Galligan, 2011).
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Asimismo, la persona en duelo puede experimentar sentimientos de culpa por conflictos no
resueltos en su relación con el fallecido (Field & Bonanno, 2001)
Los factores que pueden asociarse a mayores niveles de culpa incluyen factores situacionales,
como el tiempo transcurrido desde la pérdida, la causa de la muerte, la relación con el
fallecido; factores personales, como el género y las creencias religiosas, y factores
interpersonales, como el apoyo social (Stroebe & Schut, 2001)
Estos resultados concuerdan con los obtenidos en otro trabajo sobre la hipótesis de que la
culpa es una de las características que diferencia el duelo por suicidio de otros tipos de
duelo (Bell, Stanley.N., Mallon, & & Manthorpe, 2012). De hecho, estos autores sugieren que
la culpa está más presente en el duelo por suicidio que en otros tipos de duelo.
Por su parte, (Tal, y otros, 2017) encontraron diferencias significativas en los procesos
cognitivos entre las personas en duelo por suicidio respecto a otros tipos de pérdida. En
concreto, los resultados mostraron que los supervivientes del suicidio de un ser querido
experimentan más culpa por la muerte de sus seres queridos. Específicamente, la idea de que
deberían haber hecho algo para evitar la muerte fue el pensamiento más sobresaliente y
distintivo.
Estos resultados concuerdan con los hallazgos encontrados en una revisión de 11 estudios
cualitativos que abordan temas relacionados con el proceso de duelo después del suicidio de
un ser querido (Shields & Kavanagh, 2017). Nueve de estos estudios identificaron la culpa
como el sentimiento más prominente en el duelo por suicidio.
Las personas que han sufrido una pérdida por suicidio presentan mayores niveles de culpa que
las personas que han perdido a un ser querido por muerte natural esperada, muerte natural
inesperada, accidente y muerte perinatal La culpa es considerada el sentimiento más
persistente en las personas en duelo por suicidio y genera mayores dificultades de
afrontamiento, con el consiguiente sufrimiento (Camacho, Pérez Nieto, & Gordillo, 2020)
El hecho de que las personas en duelo por el suicidio de un allegado experimenten mayores
niveles de culpa puede estar relacionado con la creencia generalizada de que el suicidio es una
muerte evitable y que se puede prevenir (Shear & Zisook, 2014), por lo que los supervivientes
de una pérdida por suicidio tienden a culparse a sí mismos por no haber podido prevenir o
evitar la dicha muerte (Begley & Quayle, 2007)
Estos resultados concuerdan con los de un estudio reciente cuyas conclusiones mostraban
mayores niveles de culpa en los casos de duelo por suicidio que en otros tipos de duelo (Tal, y
otros, 2017)
No obstante, otros autores (McIntosh & Kelly, 1992)señalan la heterogeneidad del grupo de
supervivientes, indicando la diferencia entre lo “esperable” cuando existe una enfermedad
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mental previa y el subsecuente alivio a veces experimentado por los supervivientes, frente al
suicidio no esperado, imprevisto.
Otro estudió concluyó que la edad del fallecido como otro factor de riesgo en la
experimentación de culpa (Gamino, Sewell, & Easterling, 2000)
Otro estudio verifica que las madres experimentan -o al menos expresan- mayor culpabilidad
que los padres (Lang, Gottlieb, N., & Amsel, 1996)
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5.4 MEDIDA DE LA CULPA EN EL DUELO
Diferentes estudios han usado diversas escalas para medir el duelo por suicidio. Algunos
autores enfatizan la necesidad de escalas validadas (Neimeyer RA & Cerel J, 2017)
Hay múltiples fuentes de culpabilidad en los análisis cualitativos (Smith, Nunley, Kerr, &
Galligan, 2011). Sin embargo, estos autores señalan que la mayoría de los estudios
cuantitativos adoptaron medidas que carecen de validez o que fallan en reflejar la complejidad
de la culpa. Algunos utilizaron un solo ítem como medida de la culpa y otros cubrieron pocos
aspectos de la experiencia de culpabilidad. La asociación entre diferentes fuentes de culpa y
factores de riesgo solo pueden ser medidos con herramientas que analicen la culpa en sub-
componentes.
Otros autores (Stroebe, Stroebe, & Schut, Bereavement research: Methodological issues and
ethical concerns, 2003) abogan por un método mixto de aproximación en el que una
exploración cualitativa en profundidad sea seguida por una evaluación cuantitativa como
validación.
En una reciente investigación (Kölves, Ross, Hawgood, Spence, & De Leo, 2019) se utilizaron
ocho subescalas del “Grief Experience Questionnaire “(GEQ) relativas a las siguientes
reacciones de duelo: reacciones somáticas, búsqueda de explicación, perdida del apoyo social,
estigmatización, culpabilidad, responsabilidad, vergüenza y rechazo. Concluyeron que estas
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reacciones eran significativamente mayores en el duelo por suicidio que en los duelos por
muerte repentina.
Hay más diferencias si se utilizan medidas cualitativas en el duelo por suicidio y menos si se
utilizan medidas cuantitativas, ya que en las primeras son los supervivientes los que describen
con sus propias palabras las vivencias (Neymeyer & Hogan, 2001)
El impacto de los valores y la sensibilidad cultural han sido omitidos en los estudios revisados.
Los autores piensan que el contexto cultural es crítico para el concepto de culpabilidad,
porque códigos morales distintos pueden ser críticos en la elicitación de la culpa (Bedford &
Hwang, 2003)
Los subtipos de culpa e igualmente su relación entre culpa y psicopatología puede diferir entre
distintas culturas, Por ej. Hay más de 100 palabras para describir culpa y vergüenza en
chino (Li, Wang, & Fischer, The organization of chinese shame concepts, 2004) por lo que
diferencias cross-culturales requieren más investigación.
20
5.6 PREVALENCIA DE LA CULPA EN EL DUELO POR SUICIDIO
Las personas que han perdido a un ser querido por suicidio sienten culpa con más frecuencia
que las que lo han perdido por otras causas (McIntosh & Kelly, 1992)
Asimismo, el hecho de que muchos estudios no analicen los efectos del tiempo transcurrido
desde la pérdida puede explicar el rango de prevalencia, ya que estos estados afectivos, en
concreto la culpa, tienden a disminuir con el paso del tiempo (Duncan & Cacciatore, 2015)
• Pocos estudios han evaluado intervenciones específicas en duelo por suicidio y como
resultado, poca información cualitativa para los profesionales de salud mental que
indiquen necesidades de los supervivientes (Jordan & McMenamy, Interventions for
suicide survivors: A review of the literature, 2004)
• Existe poca investigación respecto a las estrategias de afrontamiento utilizadas por las
personas en duelo por suicidio (McMenamy, Jordan, & Mitchell, 2008)
21
• Otros autores identifican la importancia de evaluar los grupos de soporte en duelo por
suicidio para determinar las aproximaciones más beneficiosas en la participación de
tales grupos (Cerel, Padgett, Conwell, & Reed, 2009)
En algunos estudios las muestras de personas en duelo por suicidio y otros tipos de duelo
presentan otros aspectos diferenciales que dificultan obtener conclusiones válidas (tiempo
transcurrido desde la muerte, tipo de parentesco, género de los integrantes de la muestra,
etc. (Pitman, Osborn, King, & Erlangsen, 2014) (Sveen & Walby, 2008)
Los sioux e inuk, dicen que la muerte de un hijo es “una muerte contra el sentido de la
vida” (Tizón J. , 2004)
Hay muchas cuestiones sin respuesta en cuanto a los sentimientos de los supervivientes,
incluyendo su propio rol en la secuencia de acontecimientos de muerte por suicidio. También
se produce una sobreestimación de la propia responsabilidad, así como culpa por no haber
sido capaz de prevenir el fatal desenlace. A menudo los supervivientes no son conscientes de
los muchos factores que contribuyen al suicidio y retrospectivamente ven cosas de los que
pueden no haber sido conscientes antes del suicidio. (Young, y otros, 2012)
Los supervivientes de una pérdida por suicidio a menudo se enfrentan a desafíos únicos que
difieren de aquellos que han sufrido una pérdida por otras causas. Además del dolor, la
tristeza y la incredulidad, comunes a todo tipo de duelo, la culpa abrumadora, la confusión, el
rechazo, el abandono, la vergüenza y el enfado son prominentes (Jordan J. R., Bereavement
after suicide, 2008) (Jordan J. R., Is suicide bereavement different? A reassessment of the
literature, 2001)
Perder a un hijo es una de las situaciones más difíciles de afrontar, porque contradice las
creencias personales sobre el orden natural de la vida, según las cuales los hijos deben
sobrevivir a sus padres (Janoff Bulman, 1992)
Algunos investigadores han concluido que los padres en duelo por la muerte por suicidio de
un hijo, presentan mayor vulnerabilidad física y mental (tasas más altas de depresión y
ansiedad) que preceden incluso a la muerte de aquél, comparados con el grupo de
22
control (Bolton, Au, & Leslie, 2013). Esta perspectiva de investigación longitudinal es escasa y
nos conduciría a otros análisis, aunque muy relevantes, fuera del ámbito de estudio del
presente trabajo.
Los vínculos padre-hijo son muy fuertes. Reflejan aspectos de su personalidad además de
dimensiones históricas y sociales (Worden, 2004)
Hay un reconocimiento general de las teorías de apego (Bowlby, 1993)lo que genera que los
padres sean más vulnerables a las interrupciones en el cuidado de su hijo que en el caso de
otro tipo de relación, y pueden experimentar más culpa por lo que consideran un fracaso en
su rol de cuidadores (Fletcher, 2002)
La muerte de un hijo se percibe con frecuencia como un fracaso en el rol protector que los
padres desempeñan, especialmente cuando la muerte ha sido por suicidio. En la pérdida de
un hijo por suicidio, los sentimientos de culpa pueden llegar a ser tan abrumadores que
sobrepasen la capacidad de los padres para regular sus emociones y aprender a manejarlas.
Los datos de este estudio evidenciaron que las personas que han perdido a un hijo
experimentan reacciones de duelo complicado más intensas, elevados niveles de culpa e
ideación suicida que en el caso de la pérdida de otro familiar (Zetumer, y otros, 2015)
La pérdida de un hijo conlleva perdida o restricción del “self” (Hoffmann, Myburgh, &
Poggenpoel, 2010). Hay una pérdida del pasado y del futuro (Matthews & Marwit, 2004).Una
parte del superviviente, invariablemente, muere con la víctima (Opperman & Novello, 2006)
Carencia de sentido, profunda desilusión con la vida, se tiene la sensación de haber “fallado”
en la vida, lo que afecta a ésta y a las relaciones con los demás. La muerte de un hijo supone
la asunción de un nuevo rol y expectativas sociales y familiares, algo que supera a la persona
(Declaraciones de supervivientes)
El rol de los padres es garantizar la seguridad de sus hijos, el suicidio puede provocar una
sensación de culpa muy intensa (Davies, y otros, 2004)
Los supervivientes reviven a menudo los últimos momentos de su ser querido, buscando
claves y advertencias, señales y se culpan a sí mismos por no haberse dado cuenta o no
haberlos tomado en serio suficientemente. Pueden rememorar pasados desacuerdos o
discusiones, planes no hechos, llamadas no devueltas, palabras no dichas y con frecuencia
rumian sobre lo que lo podrían haber hecho o dicho de forma distinta y que podría haber
supuesto un resultado distinto. Por ello pueden sentirse especialmente afligidos con
sentimientos de culpa y responsabilidad (Maple, Edwards, & Minichiello, 2010)
23
Por otro lado, la culpabilidad en el duelo responde a menudo a la sobreestimación de las
propias capacidades para ejercer dominio y control en el evento de la pérdida y por lo tanto
la valoración exacta de responsabilidad puede ayudar a aliviar la culpabilidad (Humphrey,
2009)
En el caso de las personas que han perdido a un hijo por suicidio se experimenta un fuerte
fracaso de rol. Las madres y los padres sienten que no han protegido a su hijo, que han fallado
en su papel protector y que no han sabido educarle o quererle y esto genera una intensa
angustia y mucha culpabilidad. La culpa en el duelo por suicidio se asocia intensamente con la
creencia de que el suicidio se podía haber evitado (“Tendría que…”, “¿Y si…?”, “¿Cómo no me
di cuenta…?”, “¿Qué clase de madre/padre soy?” (Camacho, Pérez Nieto, & Gordillo, 2020)
Los padres que han perdido a un hijo pueden experimentar cinco clases de culpa distinta
(Miles & Demi, 1992)
Los padres sienten que cuando muere un hijo, muere una parte importante de ellos. “Queda
afectado el más importante vínculo de amor: el amor por la vida misma”. Es por ello por lo
que las reacciones que la muerte de un hijo genera en los padres van más allá de lo que se
pueda experimentar en otra pérdida significativa. Esta pérdida pone en marcha un dolor
devastador y sentimientos muy particulares. El estado de shock es especialmente notable y
en ocasiones duradero. Posteriormente comienza el periodo de la turbulencia afectiva,
marcado por gran sufrimiento, ansiedad, agitación, y pensamientos e interrogantes que los
atormentan sin descanso: ¿habrá sufrido antes de morir?, ¿por qué le ha tenido que pasar
esto a mi hijo?, ¿qué mal he hecho para merecer este castigo?, ¡Si hubiera estado más
pendiente esto no estaría pasando! Aparecen igualmente sentimientos de culpa, con sus
acompañantes de temor, impotencia, pasividad, rabia y profundos sentimientos de vacío
(Tizón & Sforza, 2008)
24
Las personas que han perdido a un hijo por suicidio presentan mayores niveles de culpa que
quienes han perdido a su pareja, a un hermano o a un progenitor (Camacho, Pérez Nieto, &
Gordillo, the role of rumination in the guilt associated with bereavement according to cause
of death, 2018)
Los resultados muestran que las personas que han sufrido la pérdida de un progenitor, la
pareja o un hermano por suicidio experimentan menos dificultades en la regulación emocional
respecto a la culpa que aquellas cuyo hijo se ha suicidado (Camacho, Pérez Nieto, & Gordillo,
Cause of death and guilt in bereavement:The role of emotional regulation and kinship, 2018)
Algunos investigadores indican que las personas que han experimentado una pérdida
significativa muestran una mayor capacidad para controlar las emociones de manera
adaptativa y que las personas en duelo por la pérdida de un hijo tienen niveles más altos de
regulación emocional sin esfuerzo (Znoj & Keller, 2002). Sin embargo, el propio autor
especifica que cuando la intensidad de la culpa es muy alta no se confirman sus propuestas
(Znoj H. , 2006)
Hay evidencias de un profundo silencio en la manifestación de culpa de los familiares que han
experimentado el suicidio de un ser querido. Se habla de “sentirse culpable” pero el
superviviente no se plantea el sentimiento de culpa como algo nuclear en la
terapia porque tiene la idea de que es inamovible y/o irrenunciable y que no existe
alternativa, o tal vez porque es consciente de la dificultad de armar a veces un discurso
coherente y comunicable y solo se percibe la opción de sobrellevar ese dolor asociado.
Es sumamente difícil saber si la persona abrirá esa puerta y dejará, en alguna medida, que su
culpa sea visible o si, como mecanismo de defensa, bloqueará esas vivencias emocionales y
cognitivas.
Se ha investigado muy poco con supervivientes y como resultado, hay poca información
cualitativa para los profesionales de salud mental y pocos resultados que
indiquen necesidades de este colectivo (McMenamy, Jordan, & Mitchell, 2008)
25
He elegido un diseño cualitativo porque considero que es mucho más potente para hacer un
proceso “inductivo” que permita recoger todas las vivencias de los supervivientes
relacionadas con la culpa. En múltiples ocasiones es probable que la adopción de modelos
deductivos, tanto en investigación como en intervención clínica, implique que existan
contenidos, matices y particularidades no recogidas. La complejidad que alberga un ser
humano supera los modelos científicos existentes, ello no obvia el esfuerzo preciso para
avanzar en la objetivación de dicha complejidad, momento que también explicitan
posteriormente los modelos cualitativos.
He considerado por tanto la aproximación cualitativa como un método más adecuado para
estudiar la narración de la propia experiencia de perder a un hijo por suicidio.
La fenomenología puede definirse como “el estudio de los fenómenos tal como son
experimentados, vividos y percibidos por el hombre” (Martínez, 2014). En consecuencia, el
método fenomenológico se focaliza en las esencias de significado de las experiencias vividas
por los informantes clave. (Leal, 2003)
26
8.1 METODOLOGÍA FENOMENOLÓGICA.
8.1.1 Desarrollo del protocolo de investigación fenomenológica
8.1.2 Población
Padres que han perdido a un hijo-a por suicidio y que haya transcurrido un año desde su
fallecimiento (Informantes clave)
Se ha elegido el período temporal mínimo de un año para que exista una cierta elaboración
de la propia culpa.
Para la selección de los informantes se deben tener en cuenta las siguientes preguntas (Vallés,
2000): ¿quiénes tienen la información relevante?, ¿quiénes son más accesibles física y
socialmente?, ¿en qué contextos seré capaz de reunir la mayor y mejor información acerca de
mi tema de interés?, ¿quiénes están más dispuestos a informar? y ¿quiénes son más capaces
de comunicar la información con precisión?
8.1.3 Muestra
27
8.1.4 Materiales de apoyo
En las ocasiones en las que existe evitación experiencial, se aconseja trabajar con materiales
(fotos, collage, cartas, etc.) (Luciano & Cabello, 2001)
El propósito del collage, fotos, revista, dibujos, pinturas, palabras escritas, material fílmico,
extractos literarios o musicales, etc., es utilizarlos como facilitadores narrativos durante la
entrevista fenomenológica, para dotarles de un vocabulario simbólico, insight reflexivo y
facilitar la recuperación de la memoria y de las experiencias vividas (Radley & Taylor, 2003)
Supone desarrollar la conciencia del investigador cuyos supuestos muy probablemente estén
impregnados por la tradición, religión, códigos éticos y la cultura que conforman su marco de
referencia.
Es deseable que los investigadores, al aproximarse a la experiencia vivida por otros, se alejen
de los conocimientos preestablecidos, además de obviar sus creencias, valores y experiencia,
para encontrase con el fenómeno sin sesgos (Gearing, 2004). Este posicionamiento recibe el
nombre de “bracketing”.
8.1.6 Triangulación
Es una técnica de análisis de datos que se centra en el contrastar visiones o enfoques . El uso
de la triangulación no es solo un método de verificación de los datos en los estudios
cualitativos, es un método para ampliar la perspectiva y la profundidad del estudio, mostrando
todas las posibles perspectivas del fenómeno (Morse & Richards, 2002).
28
El uso de la triangulación no es solo un método de verificación de los datos en los estudios
cualitativos, es un método para ampliar la perspectiva y la profundidad del estudio, mostrando
todas las posibles perspectivas del fenómeno (Morse & Richards, 2002).
Ventajas de la triangulación:
• Facilita el control de sesgos
• Se incrementa la validez de los resultados
• Mayor sensibilidad en la apreciación de datos
• Aumento de la creatividad
• Mayor flexibilidad en el estudio
• Adopción enfoque holístico
Inconvenientes de la triangulación:
• Acumulación de muchísimos datos
• Complejidad para organizar los contenidos
• Organización en un marco coherente
• Ausencia de directrices para determinar la convergencia de resultados
• Dificultad para replicar el estudio
• Coste del estudio
Elaboración propia. 2021
29
1ª ENTREVISTA NO ESTRUCTURADA. Recoger la experiencia vivida.
Es la etapa descriptiva, en la que se obtienen datos de la experiencia vivida y que podrían ser
extraídas desde numerosas fuentes: relatos de la experiencia personal, escritos
autobiográficos y, fundamentalmente, de una Entrevista en profundidad que puede apoyarse
en diversos materiales (elaboración collage, secuencias fílmicas, extractos literarios, etc.). Se
procederá a la grabación de la Entrevista (previa autorización de los participantes)
En esta etapa, se busca la descripción completa y sin prejuicios del fenómeno en estudio. Es
muy importante que la narración refleje de modo legitimo la realidad vivida (Martínez, 2014)
"La anécdota simboliza a una de las herramientas con la cual se pone al descubierto los
significados ocultos", por lo que se puede concebir como herramienta metodológica en las
ciencias humanas para comprender cierta noción que fácilmente se nos escapa. (Van Manen,
2003)
Como fuente de datos las narraciones en primera persona también pueden incorporarse
relatos, cartas o diarios (Morse & Richards, 2002)
En esta etapa, se busca la descripción completa y sin prejuicios del fenómeno en estudio. Es
muy importante que la narración refleje de modo legitimo la realidad vivida (Martínez, 2014)
Sin saturar al entrevistado, es importante tener en cuenta indicaciones para confeccionar una
descripción correcta de la experiencia vivida (Van Manen, 2003):
30
• Detalle la experiencia desde dentro como si fuera un estado mental: sentimientos,
estado de ánimo, emociones, etc.
• Evite tratar de buscar frases precisas o muy elaboradas para efectuar la narración.
Una vez recogidos los argumentos directos del tema de estudio, a partir del análisis de las
entrevistas en profundidad, se efectúa una descripción general por medio de un proceso de
organización de las categorías emergentes, que es una técnica para tener acceso a la vivencia
o marco fenoménico de los informantes clave (Leal N. , 2013)
Con todos los contenidos de las diversas Entrevistas en profundidad, se efectuará una
Reducción fenomenológica, lo que significa llegar a las esencias de los contenidos de la culpa.
31
• Agrupamiento de las unidades por significados comunes, formando grupos de
significado y desde estos grupos se identificará e interpretará los temas que muestran
cuál es el significado de experimentar o vivir la experiencia de culpa
En este momento se incorporan todos aquellos factores que la investigación científica previa
ha revelado como relevantes para la investigación de la culpa en el duelo por suicidio.
4º RESULTADOS
Los resultados que nos muestran el significado de la esencia de la experiencia son conocidos
como «nodos fenomenológicos» (phenomenological nod) y son presentados como diferentes
segmentos donde cada uno describe diferentes dimensiones de la experiencia (Morse &
Richards, 2002)
Estos últimos pasos deben ser trabajados en un cuadro para ver la coherencia (Martínez,
2014):
• Determinación del tema central que domina cada unidad temática. En este proceso,
se realizan dos pasos: primero, se eliminan las redundancias y repeticiones de cada
unidad temática; segundo, se determina el tema central de cada unidad aclarando y
elaborando su significado. La expresión del tema central debe realizarse en una frase
breve que conserva todavía el lenguaje del sujeto, esta actividad es eminentemente
creativa. Es aconsejable recurrir de vez en cuando al mismo sujeto informante para
que aclare el significado (Martínez, 2014)
32
central que identifica al sujeto respecto a la esencia de la experiencia vivida (Martínez,
2014)
• Expresión del tema central en lenguaje científico. Los entrevistadores reflexionarán
sobre los temas centrales y expresarán su contenido en lenguaje técnico de carácter
psicológico.
Para Van Manen, este proceso se denomina texto fenomenológico. Con el texto
fenomenológico, se procura llevar al lector a experimentar una forma de "epifanía" del
significado (Van Manen, 2003). Es decir, el texto tiene que provocar "un efecto transformativo
de modo que su significado más profundo produzca una evocación gratificante al yo del lector.
Epifanía hace referencia a la súbita percepción de una comprensión intuitiva del significado
vivido de algo. Esta experiencia es tan significativa que consigue conmovernos en el núcleo de
nuestro ser"
Método orientación:
Información objetivo:
33
Muestra:
Informantes clave. La perspectiva fenomenológica estudia las experiencias vividas por los
supervivientes en primera persona.
Padres y madres cuyo hijo-a se haya suicidado y que haya transcurrido al menos 1 año desde
su pérdida.
Número sujetos:
Por saturación (No se llevan a cabo más entrevistas cuando no aparecen contenidos nuevos)
Localización muestra:
Muestreo:
Por conveniencia
Teórico
Autorización y confidencialidad:
Empleo de métodos que ayuden a no condicionar la visión del investigador. Destinado a evitar
que los datos sean contaminados por las creencias, valores y opiniones previas del
investigador.
Materiales:
Son recursos de apoyo opcional:
Elaboración de un collage, fotos, cartas, poemas, escritos, dibujos, objetos que
voluntariamente aporten los supervivientes.
Secuencias de material fílmico, fragmentos de textos literarios y música seleccionados por los
entrevistadores, como potenciadores de vivencias.
34
Proceso Metodológico recogida de datos
Se trata de identificar preguntas básicas para que las personas puedan expresarse libremente,
en la mayoría de los casos no será preciso efectuar todas, siendo simplemente orientativas.
35
10 LIMITACIONES Y LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN
Por otro lado, la muestra, ineludiblemente, estará sesgada porque serán personas voluntarias
que han perdido a un hijo por suicidio y según los estudios previamente realizados, es posible
que predominen las mujeres y lógicamente aquellas personas más proclives a solicitar ayuda.
36
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