La Influencia de Una Madre
La Influencia de Una Madre
La Influencia de Una Madre
“La mujer sabia edifica su casa; más la necia con sus manos la derriba.”
Proverbios 14:1
I. Buena Influencia.
Ana: fiel a la promesa que había dado a Dios dedicó a su hijo al servicio del Señor todos
los días de su vida. Cuando aún era pequeño lo llevó al templo, donde el niño vivió con el
sacerdote Elí. Cada año su madre lo visitaba y le traía ropa nueva (1 Samuel 2:18-21).
Dios bendijo a Ana, y honró su fe y obediencia dándole otros tres hijos y dos hijos.
Gracias a una madre fiel, Samuel llegó a ser un gran siervo de Dios, uno de los más
grandes profetas de Israel.
La que prefirió que su hijo fuera criado por otra antes que verlo muerto (1
Reyes 3:18-20; 26-27) La sabiduría del rey Salomón se puso de manifiesto
cuando dos mujeres fueron a disputar sobre cuál era la verdadera madre de un
niño. Las dos vivían en la misma casa y tenían hijos recién nacidos. Una noche el
hijo de una de ellas murió porque esta lo aplastó mientras dormía y cambió su hijo
muerto por el hijo de la otra que estaba vivo. Al día siguiente, la madre verdadera,
al ver el niño muerto y observarlo bien, se dio cuenta que no era su hijo y llevó el
caso ante el rey. En medio de la discusión entre las mujeres sobre de quién era el
hijo vivo y de quién era el hijo muerto, Salomón pide una espada para partir el niño
vivo por la mitad y darle una mitad a una mujer y la otra mitad a la otra. De
inmediato la madre verdadera pidió que no lo maten, que mejor se lo entregaran a
la otra. Y conoció Salomón cuál era la verdadera madre. El amor de una madre es
grande, por ningún motivo una madre quiere ver su hijo muerto, mejor hubiera
preferido verlo en brazos de otra madre, pero vivo. Por eso Salomón hizo esta
prueba y conoció cuál era la verdadera madre.
Rebeca: esta mujer indujo a su hijo al engaño y a la mentira (Génesis 27:6-17). Ella no
solo dio la idea a Jacob de cómo engañar a su padre sino que lo ayudó a realizar el
engaño. Pero no obtuvo mucho gozo de su engaño, pues causó una gran enemistad entre
sus hijos, y Jacob tuvo que escapar para salvar su vida. Parece que Jacob nunca más
volvió a ver a su madre. Así como él engañó, también fue engañado. Quizá alguna vez
pensó que si no fuera por su madre, su vida sería diferente. Estas dos historias ilustran
claramente la influencia que puede tener una madre sobre sus hijos. Sin duda ambas
deseaban sólo bien para sus hijos; pero canalizaron sus deseos de manera diferente. Ana
entregó a su hijo al servicio de Dios y Rebeca llevó a su hijo por el camino del engaño.
Se ha dicho: “Dios no puede estar en todas partes por eso hizo a las madres.”
No eche a perder a sus hijos, si merecen una disciplina aplíquela con todo amor
-La Biblia nos amonesta contra las maldiciones (Lucas 6.28, Romanos 12.14)
-El camino a la obediencia a Dios anula la maldición (Dt 11.26)