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La Influencia de Una Madre

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LA INFLUENCIA DE UNA MADRE

“Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?


Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras
preciosas.” (Proverbios 31:10-31)

“La mujer sabia edifica su casa; más la necia con sus manos la derriba.”
Proverbios 14:1
I. Buena Influencia.

Ana: fiel a la promesa que había dado a Dios dedicó a su hijo al servicio del Señor todos
los días de su vida. Cuando aún era pequeño lo llevó al templo, donde el niño vivió con el
sacerdote Elí. Cada año su madre lo visitaba y le traía ropa nueva (1 Samuel 2:18-21).
Dios bendijo a Ana, y honró su fe y obediencia dándole otros tres hijos y dos hijos.
Gracias a una madre fiel, Samuel llegó a ser un gran siervo de Dios, uno de los más
grandes profetas de Israel.

Jocabed, la madre de Moisés. (Éxodo 2:2-4) Moisés nació en un tiempo en que


los hijos varones hebreos que nacían tenían que ser echados al río por orden del
faraón, quien temía que el pueblo se multiplique y se revelara contra él. Mas
Jocabed lo ocultó por tres meses y al echarlo al río, nunca lo perdió de vista. El
resto de la historia debes sabértelo. Moisés se convirtió en el gran líder del pueblo
de Israel que con la ayuda de Dios los sacó de Egipto y los guió a la tierra
prometida.

La que prefirió que su hijo fuera criado por otra antes que verlo muerto (1
Reyes 3:18-20; 26-27) La sabiduría del rey Salomón se puso de manifiesto
cuando dos mujeres fueron a disputar sobre cuál era la verdadera madre de un
niño. Las dos vivían en la misma casa y tenían hijos recién nacidos. Una noche el
hijo de una de ellas murió porque esta lo aplastó mientras dormía y cambió su hijo
muerto por el hijo de la otra que estaba vivo. Al día siguiente, la madre verdadera,
al ver el niño muerto y observarlo bien, se dio cuenta que no era su hijo y llevó el
caso ante el rey. En medio de la discusión entre las mujeres sobre de quién era el
hijo vivo y de quién era el hijo muerto, Salomón pide una espada para partir el niño
vivo por la mitad y darle una mitad a una mujer y la otra mitad a la otra. De
inmediato la madre verdadera pidió que no lo maten, que mejor se lo entregaran a
la otra. Y conoció Salomón cuál era la verdadera madre. El amor de una madre es
grande, por ningún motivo una madre quiere ver su hijo muerto, mejor hubiera
preferido verlo en brazos de otra madre, pero vivo. Por eso Salomón hizo esta
prueba y conoció cuál era la verdadera madre.

Eunice (2 Timoteo 1:5) Judía creyente con esposo gentil (griego) que


instruyó a su hijo Timoteo en las Escrituras. Ella y su madre Loida fueron mujeres
de fe ejemplares.
II. Mala Influencia

Gomer (Oseas 3:1)

Atalía (2 Reyes 11:1)

Herodías (Mateo 14:6-11)

Rebeca: esta mujer indujo a su hijo al engaño y a la mentira (Génesis 27:6-17). Ella no
solo dio la idea a Jacob de cómo engañar a su padre sino que lo ayudó a realizar el
engaño. Pero no obtuvo mucho gozo de su engaño, pues causó una gran enemistad entre
sus hijos, y Jacob tuvo que escapar para salvar su vida. Parece que Jacob nunca más
volvió a ver a su madre. Así como él engañó, también fue engañado. Quizá alguna vez
pensó que si no fuera por su madre, su vida sería diferente. Estas dos historias ilustran
claramente la influencia que puede tener una madre sobre sus hijos. Sin duda ambas
deseaban sólo bien para sus hijos; pero canalizaron sus deseos de manera diferente. Ana
entregó a su hijo al servicio de Dios y Rebeca llevó a su hijo por el camino del engaño.

¿Cómo influyes tú en la vida de tus hijos?

Deberes de una madre cristiana:


1. Amar a sus hijos (Tito 2:4; Mateo 7:9-11).
2. Guiar a sus hijos a los pies de Cristo (Lc 18:15-17).
3. Enseñar a sus hijos la Palabra de Dios (Deuteronomio 11:18-20).
4. Orar por sus hijos (1 Crónicas 29:19).
5. Disciplinar a sus hijos; castigarlos cuando sea necesario (Proverbios 13:24).
6. Enseñar a sus hijos acerca del poder de Dios (Éxodo 10:2; Génesis 18:14; Efesios
3:20).
7. Ayudar a sus hijos en momentos de tentación (Job 1:5; Efesios 6:4).
8. Enseñar a sus hijos a escoger un compañero de vida conforme a la voluntad de
Dios (Génesis 27:46–28:5; 2 Corintios 6:14-18).

Se ha dicho: “Dios no puede estar en todas partes por eso hizo a las madres.”

No eche a perder a sus hijos, si merecen una disciplina aplíquela con todo amor

-La Biblia nos amonesta contra las maldiciones (Lucas 6.28, Romanos 12.14)
-El camino a la obediencia a Dios anula la maldición (Dt 11.26)

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