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SERIE TEMAS DE ALFABETIZACIÓN MÓDULO 1 MÁS ALLÁ DE LAS QUERELLAS: LA ESCUELA PÚBLICA Y EL DERECHO A APRENDER A LEER Y ESCRIBIR
SERIE TEMAS DE ALFABETIZACIÓN
1
María Luz Flores, Delia Lerner y Sara Melgar
MÓDULO
Cátedra Nacional de Alfabetización Inicial
Cátedra Nacional
de Alfabetización Inicial
MÓDULO 1
Más allá de las querellas:
la escuela pública
y el derecho a aprender
a leer y a escribir
MINISTRO DE EDUCACIÓN
Prof. Alberto E. Sileoni
SECRETARIO DE EDUCACIÓN
Lic. Jaime Perczyk
JEFE DE GABINETE
A.S. Pablo Urquiza
ÁREA DE CAPACITACIÓN
Lic. Margarita Marturet y Lic. Carlos Ruiz
Flores, María Luz
Más allá de las querellas: la escuela pública y el derecho a aprender a leer y escribir / María Luz Flores ; Delia Lerner ; Sara Melgar ; coordinado
por Fernanda Benítez y Mercedes Potenze. - 1a ed. - Buenos Aires : Ministerio de Educación de la Nación, 2012.
48 p. ; 22x17 cm. - (Serie Temas de Alfabetización; 1)
ISBN 978-950-00-0912-6
1. Conferencias. 2. Alfabetización Inicial. I. Lerner, Delia II. Melgar, Sara III. Benítez, Fernanda, coord. IV. Potenze, Mercedes, coord. V. Título
CDD 374
Agradecemos especialmente a Beatriz Massine, Silvia González y Pilar Gaspar del Departamento de Áreas Curriculares de la Dirección de
Gestión Educativa; a Mirta Torres del Area de Educación Rural, y a Sara Melgar del Instituto Nacional de Formación Docente.
Impreso en la Argentina
Saber leer y escribir es una condición necesaria para el ejercicio pleno de un conjunto de
la educación permanente.
una inclusión social igualitaria y para la construcción de una sociedad más justa. Desde
zar la distribución del conocimiento y así superar desigualdades de partida en los entor-
sabilidad del Estado generar las condiciones para fortalecer políticas de enseñanza que
Ministro de Educación
Presentación
tura con la inclusión es una de las condiciones de posibilidad para una participación ple-
nuestra historia para observar las diferencias entre los que saben leer y escribir y los que
La escuela nace íntimamente ligada a la idea de que todos tienen que aprender
niños y niñas provenientes de diversas culturas, de diversos sectores sociales, con diver-
sas lenguas, diversos recorridos. Ahora bien, sabemos que la apropiación de la lectura y
la escritura condiciona las posibilidades de promoción de los niños y que, por ende, tiene
ques didácticos han producido propuestas de enseñanza que se han llevado a la práctica
de un cuerpo de saberes didácticos y pedagógicos que permiten sostener, sin lugar a du-
dácticos, todos los niños y niñas pueden apropiarse de los saberes vinculados con la lec-
tura y escritura dentro del Primer Ciclo de la escuela primaria. Nuestro desafío entonces
que han demostrado que con ellas sólo algunos aprenden. Nuestra tarea será discutir, de-
batir, estudiar, profundizar, documentar para enriquecer este patrimonio pedagógico que
poseemos, y que requiere ser compartido entre todos los maestros y maestras.
8 Más allá de las querellas: la escuela pública y el derecho a aprender
ble y la libre circulación del conocimiento”.1 Para efectivizar esos postulados, el Ministerio
las políticas de enseñanza. Con el propósito de generar condiciones para dar cumplimien-
to al derecho a la educación, uno de los objetivos políticos del Plan Nacional de Educación
Obligatoria2 es “Alcanzar el ejercicio efectivo del derecho a la educación de todos los ni-
ños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos, con y sin discapacidad, con políticas públicas
que garanticen condiciones para la universalización de la sala de 4 años del Nivel Inicial y
escuela y a los docentes como partícipes de esa acción política en la medida que propo-
educativa para todos y conviertan el tránsito por la escuela en una experiencia enriqueci-
una política de alfabetización inicial como proyecto de trabajo conjunto entre el Minis-
enriquecedoras.
destacar.
Por un lado, consistió en una propuesta abierta y plural que estudió las múlti-
ples prácticas pedagógicas que conviven en nuestro país y promovió la reflexión sobre la
1 Ley de Educación Nacional, Capítulo II: “Fines y objetivos de la política educativa nacional”, art. 11, inc. l.
2 El Plan Nacional de Educación Obligatoria se aprobó por la Resolución Nº79/09 del Consejo Federal de Educación,
en mayo de 2009. En el párrafo quinto se expresa: “El Plan Nacional ofrece la oportunidad de una construcción
conjunta que integre las políticas nacionales, provinciales y locales, las estrategias para enfrentar los desafíos
de la educación obligatoria, en sus diferentes ámbitos, niveles y modalidades, y la articulación con las interven-
ciones intersectoriales de otros ministerios”.
Módulo 1 9
alfabetización inicial como afirmación del derecho de todos los niños y niñas a aprender
a leer y a escribir.
las teóricas, todos ellos con una reconocida historia de trabajo en el campo. De este modo,
ejercicio que necesitamos los educadores para pensar diferentes alternativas y respuestas.
Por otro lado, la Cátedra tuvo una modalidad virtual, por medio de un sistema
transmitieron simultáneamente a todas las jurisdicciones del país. Esta modalidad posibili-
nes quienes, a través de preguntas a los conferencistas, pudieron intercambiar con ellos
clases que tuvieron lugar en el marco de la Cátedra. Los especialistas que estuvieron pre-
sentes a lo largo de su desarrollo fueron Delia Lerner, Sara Melgar, María Luz Flores, Mirta
Torres, María Elena Cuter, Cinthia Kuperman, Diana Grunfeld, Mirta Castedo, Pablo Pineau,
Bettina Motta, Graciela Cagnolo, Alicia Martiarena, Ricardo Mariño, Istvansch, Ana María
Borzone, María Luisa Silva, Marta Zamero, Silvia González y Pilar Gaspar.
Ahora sí, los invitamos a leer este material pensando en su relación con el hacer
realidad el derecho de los niños y de las niñas a una alfabetización plena. El derecho a leer
posibilita algo más que consumir ideas: se trata de crearlas y recrearlas para construir un
Espacio de preguntas.................................................................... 37
Bibliografía.................................................................................. 47
María Luz Flores es profesora y licenciada en Ciencias de la Educa-
ción. Realizó la especialización en Formación de Formadores y el pos-
título en Alfabetización Inicial con énfasis en la comprensión. Formó
parte del equipo de investigación dirigido por la Dra. Berta Braslavs-
ky. Es capacitadora en el programa “Maestro más maestro” de la zo-
na ZAP del Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, e
integra también el equipo de capacitadores del “Proyecto de Desa-
rrollo Profesional en Alfabetización Inicial” del Ministerio de Educa-
ción de la Nación.
Más allá de las querellas, una de las educadoras de mayor trayectoria en la in-
vestigación aplicada referida al campo de la alfabetización fue, sin duda, Ber-
ta Braslavsky. Ella sostuvo que la educación achica diferencias, esas que son
injustas.
Sus esfuerzos por compartir el lenguaje oral y escrito con todos los sec-
tores sociales formaron parte de su militancia en el contexto de políticas educati-
vas inclusivas y de la alfabetización en la región. Podemos decir que muchos de
sus colaboradores hoy seguimos procurando crear ambientes ricos en prácticas
orales, y de lectura y escritura, en las escuelas.
Vine hoy a compartir con ustedes este hito, o rito de iniciación de la Cá-
tedra, y dado que seguidamente expondrán dos especialistas en la materia y
continuarán otros en encuentros sucesivos, centraré mi presentación en algu-
nas experiencias docentes que intentaron –e intentan– tener carácter formativo
Panel moderado por Silvia González, coordinadora del Área de Lengua del Equipo de Áreas Curriculares del Ministerio de
*
1 Título del documento de la International Reading Association (IRA) y la Asociación Nacional de Lectura en Estados Unidos,
1998.
Módulo 1 15
Delia Lerner
Cuando vivimos en países democráticos, aquellos en los que delegamos el poder son respon-
sables de permitir a cada cual el ejercicio de sus derechos culturales. Entre estos derechos
figura por supuesto el derecho a la educación, al aprendizaje de la lengua en particular,
esa lengua que puede constituir una temible barrera social. Y también, en un sentido más
amplio, el derecho al saber y a la información bajo todas sus formas, incluso aquellas que
se sirven de nuevas tecnologías. Pero entre esos derechos existe también el de descubrirse
o construirse, a partir de un espacio propio, de un espacio íntimo. El derecho a compartir
relatos, metáforas que los seres humanos se han transmitido desde hace siglos o milenios,
el derecho a compartir textos o descubrimientos que acaban de ver la luz en el otro extremo
18 Más allá de las querellas: la escuela pública y el derecho a aprender
del planeta o en una ciudad cercana. Todo esto es parte integrante de nuestra humanidad
misma y, en mi opinión, contribuye a la democratización de la sociedad (Petit, 2001).
No puedo decir que en verdad haya tenido grandes lecturas. No podría hablar de Sartre o de
otros como él. [No podría hablar de Sartre, pero sabe de este pensador y de su relevancia en
la cultura]. Esas son personas a las que sólo puede admirar uno por sus ideas, pero nunca
los leí. Más bien me encerré en el periódico, aunque no en uno cualquiera porque a mí nunca
me harían leer Le Figaro, que es uno de los periódicos más conservadores. En realidad no
sé si sigue existiendo pero supongo que sí. Es demasiado tendencioso, dice demasiadas
mentiras. La lectura debe aportarte algo que no conoces y que te permita esperar un mundo
mejor. Debe abrirte puertas hacia nuevos horizontes […]. Para mí la lectura no puede ser
únicamente un pasatiempo, como el deporte o la conversación. Debe aportarme algo; y para
eso debo compartir la opinión de la persona (Peroni, 1998).
Ahora bien, se preguntarán ustedes, ¿es posible hacer presentes estas prácticas
desde la alfabetización inicial? Sí. Es posible siempre que articulemos diferentes
situaciones de lectura y escritura:
SITUACIONES DE LECTURA
SITUACIONES DE ESCRITURA
→→ “a través” del maestro
CONDICIONES DIDÁCTICAS
Las situaciones de lectura de los chicos por sí mismos están planteadas de tal modo que
el texto resulta más o menos previsible para ellos, porque:
¿Qué conocimientos previos son necesarios? En toda situación de lectura por sí mis-
mos durante la alfabetización inicial los niños necesitan disponer de conocimien-
tos previos sobre el género, el portador, el tema, el autor, que les permitan anticipar
lo que puede decir en el texto y descartar lo que de ningún modo puede decir. Es-
tos conocimientos no se transmiten oralmente sino que se construyen en la propia
práctica de la lectura y la escritura articulando las situaciones antes enunciadas y
considerando una condición didáctica general que atraviesa todo lo que hacemos:
la apropiación del sistema de escritura tiene lugar en el marco de la formación de
lectores y escritores, de practicantes activos de la cultura escrita.
¿Qué quiere decir esto? Voy a dar rápidamente dos ejemplos. Uno es muy
antiguo y otro es más reciente. El antiguo es una situación didáctica que está in-
cluida en el Documento de Actualización Curricular Nº 2 de la Dirección de Currí-
cula (Secretaría de Educación de la Ciudad de Buenos Aires), publicado en 1996:2
Desarrollo de la situación
Fase 2. La maestra lee el parlamento de un personaje y pide a los niños que lean la
réplica del otro personaje [en dos cuadritos sucesivos].
Fase 4. Discusión: ¿Qué opinan de esta historieta? ¿La elegimos o no? ¿Por qué?
→→ que está orientada hacia un propósito relevante para los alumnos: se-
leccionar historietas que se desea conservar en la biblioteca del aula;
Es así como en la Fase 1 los chicos podrán encontrar respuesta a las preguntas
que el maestro plantea de manera bastante rápida porque, como ya conocen a
los autores posibles, las alternativas son limitadas. Las historietas que se están le-
yendo pueden ser de Quino, de Rep, de Sendra o de Fontanarrosa. Tendrán que
decidir entonces, simplemente, cuál de ellos es el autor a partir de esas alterna-
tivas posibles y recurriendo a los indicios ya manejados o existentes en la clase
(por ejemplo: “empieza con la de Renzo, que es mi hermano”).
En la Fase 2, lo que hace el maestro al leer el parlamento del primer
personaje es proveer un contexto lingüístico que permite anticipar con bastante
exactitud la réplica del personaje que queda a cargo de los chicos.
22 Más allá de las querellas: la escuela pública y el derecho a aprender
situaciones del tipo “qué dice” resultan más difíciles que las del tipo “dónde di-
ce”. Sin embargo, es importante señalar que una situación puede comenzar con
una propuesta de un tipo y que el docente puede intervenir durante su desarro-
llo para acercar los problemas a las posibilidades de los chicos –ya sea plantean-
do problemas más accesibles o más difíciles–.
Todas estas situaciones están fundamentadas en la concepción de la
lectura como un interjuego anticipación-verificación: anticipación a partir de los
conocimientos previos y de la coordinación entre texto y contexto; verificación a
través del reconocimiento de indicios en el texto que permiten verificar o recha-
zar las anticipaciones.
En una formulación originalmente realizada para el Diseño Curricular de
la Ciudad de Buenos Aires, Mirta Castedo señalaba:
Los niños tienen oportunidades para desarrollar anticipaciones cada vez más ajustadas
y para construir estrategias que les permitan confirmar o rechazar esas anticipaciones
cuando las situaciones didácticas disponen los medios para que el escrito resulte previsible
y pueda ser explorado, poniendo en correspondencia lo que se cree (o se sabe) que está
escrito con la escritura misma.
Por otra parte, además del grado de seguridad o inseguridad que se tiene acer-
ca de lo que dice (o puede decir) el texto, otras variables inciden en la diferen-
ciación entre situaciones:
Finalmente, voy a recomendarles que lean un proyecto que fue elaborado re-
cientemente en la Dirección de Primaria de la Provincia de Buenos Aires, por
el equipo que coordina Mirta Castedo, en el cual está claramente plasmado el
Módulo 1 25
3 Disponible en la página web de la Dirección de Educación Primaria de la Provincia de Buenos Aires: http://abc.gov.ar/lains-
titucion/sistemaeducativo/educprimaria/practicasdellenguaje/default.cfm
26 Más allá de las querellas: la escuela pública y el derecho a aprender
Sara Melgar
(Castorina, 1996)
Por otro lado tenemos al maestro y sus decisiones cotidianas: qué ense-
ñar, qué fuentes consultar, la bibliografía, los libros de texto, el programa, el cu-
rrículum, las capacitaciones, la costumbre, la moda.
La responsabilidad didáctica cotidiana del docente en el aula es armo-
nizar todas las variables atinentes a cómo enseñar y qué enseñar, el saber dis-
ciplinar, el contenido, el sujeto de aprendizaje –ese concreto y situado que tie-
ne enfrente–, el saber acerca de las condiciones institucionales en que se está
cumpliendo el aprendizaje.
Los profesores del profesorado, aquellos que pretendemos asumir el
rol de didactas, los profesores que formamos docentes en el Instituto del Profe-
sorado tenemos que enseñar a enseñar y también a decidir qué enseñar. Tene-
mos marcos de referencia, como dije antes: el estado de situación de las cien-
cias relacionadas con los contenidos escolares y con el encuadre pedagógico, y
los marcos políticos.
El didacta es quien focaliza la enseñanza como su problema. Pero ade-
más es aquel que focaliza la acción como su problema. Y para poder enfocar la
enseñanza y llevar a cabo la acción social que se espera de él, debe reconocer sus
herencias y deudas disciplinares.
Y esto es una tarea urgente, por los siguientes motivos: en nuestro país te-
nemos una tasa de escolarización primaria alta (96 %). Quiere decir que nuestros
niños ingresan en la escuela; quiere decir que los padres de nuestros niños tienen
confianza en la escuela. Ahora bien, a pesar de eso, honestamente debemos ad-
mitir que tenemos problemas. Un problema se relaciona con la calidad de la edu-
cación. Por ejemplo, los operativos nacionales de evaluación de la calidad educati-
va –el último de los cuales es de 2005, y esto es un dato en sí mismo– nos indican
que más de un tercio de los alumnos del primer ciclo escolar tiene desempeño
bajo, tanto en Lengua como en Matemática, un tercio de esa alta tasa que ingre-
sa. Y también esos mismos datos nos informan que los trayectos escolares de los
alumnos entran en severo riesgo, porque hay mucha repitencia en el primer grado.
El didacta, entonces, tiene que encarar la enseñanza y la acción, y tie-
ne sus propios problemas para atender: el pensamiento del profesor, las estrate-
gias de enseñanza, las comparaciones de diseños alternativos de programación,
Módulo 1 29
→→ Para enseñar a leer y escribir basta con proporcionar a los niños un am-
biente donde haya muchos libros y libertad para escribir como puedan.
→→ Para aprender a leer y escribir los niños primero deben conocer el abe-
cedario completo.
32 Más allá de las querellas: la escuela pública y el derecho a aprender
→→ Los niños y niñas de primer grado saben para qué sirve leer y escribir.
→→ Primero hay que enseñarles a los niños a hablar bien y después se los
alfabetiza.
Silvia González
presenta como punto en común entre las tres presentaciones: el saber y la cons-
trucción del conocimiento.
También citó a Bourdieu, refiriéndose a lo instituido y a lo instituyente.
Este es un aspecto que también ha sido planteado por Sara Melgar: la tensión en-
tre tradición e innovación. Delia se refería a treinta años de trabajo y de investiga-
ciones consistentes en torno a la alfabetización inicial, al aprendizaje, a la ense-
ñanza de los procesos de lectura y escritura, y habló de obstáculos.
Sara Melgar centró su exposición en los profesores, formadores de maes-
tros de los Institutos de Formación Docente. Apeló a una toma de posición didác-
tica a la que definió; por otra parte, entendí que esbozó un programa de forma-
ción inicial para docentes alfabetizadores y enumeró lecturas y autores. Se refirió
al objeto “lengua escrita”, a las diferencias entre oralidad y escritura y a diversos
aspectos de un programa alfabetizador. Hizo referencia a la inclusión y al víncu-
lo de los padres con la escuela. Propuso, de la misma manera que Delia Lerner,
armonizar variables en un programa alfabetizador: la articulación entre instancias
de trabajo con textos completos, con situaciones de lectura y escritura, y situa-
ciones donde se focaliza el sistema alfabético de escritura. Agregó además las re-
ferencias al estilo de escritura. Tanto ella como Delia Lerner se refirieron a las di-
ficultades que todavía los docentes estamos encontrando para articular en una
secuencia didáctica alfabetizadora los distintos saberes que pretendemos que
los niños y las niñas que se están alfabetizando desarrollen. También mencionó
otras cuestiones que tienen que ver con el cotidiano escolar, con los desafíos del
maestro, con los saberes pragmáticos que el maestro tiene que poner en juego.
Hago en este momento alguna referencia a Anne-Marie Chartier en rela-
ción con la necesidad de acompañamiento y orientación a los docentes para dis-
tribuir los esfuerzos que tienen que poner en juego en un aula alfabetizadora. Sa-
bemos que ni una didáctica exclusivamente, ni una propuesta, ni una secuencia,
vienen dadas puras, sino que hay que pensarlas en el cotidiano escolar y en la
caja negra de la escuela. Supone trabajar en la contingencia pero también en as-
pectos de la enseñanza que sí se pueden planificar con precisión.
Finalmente, Sara Melgar nos presentó unas frases que llamó “frases in-
cómodas” que, diría yo, develan o revelan el estado de situación en cuanto a
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Delia Lerner (DL): Me parece pertinente contar que nosotros comenzamos a con-
ceptualizar como objeto de enseñanza las prácticas de lectura y escritura –y no sólo
la lengua escrita y sus usos– cuando comenzamos a trabajar en diseño curricular.
Hasta ese momento nosotros creíamos que la diferencia entre nuestra propuesta –
los proyectos de enseñanza que habíamos sometido a diferentes investigaciones, en
diferentes países latinoamericanos– y lo que estaba instituido en la escuela era bá-
sicamente una diferencia metodológica, pero que los contenidos eran los mismos.
Cuando comenzamos a discutir cuáles eran los contenidos que nos proponíamos
enseñar –discusión obligatoria para quienes trabajan en diseño curricular– tomamos
conciencia de que en realidad estábamos planteando una diferencia sustancial rela-
cionada con el objeto de enseñanza. Esta toma de conciencia se realizó “junto con”
y en parte “gracias a” los estudios de historia de las prácticas de lectura y escritura.
Me estoy refiriendo a los estudios de Roger Chartier, de Giorgio Carmona y de otros
autores cuyas obras han sido publicadas en la colección LEA de Gedisa, dirigida
por Emilia Ferreiro. Y fue a través de ella que comenzamos a conocer –como tantas
otras cosas– estos trabajos en los años 1995, 1996 (cuando estábamos preparando
nuestros primeros documentos curriculares).
Se ha realizado una selección de las preguntas y respuestas expresadas en las distintas sedes de la teleconferencia.
*
38 Espacio de preguntas
Sara Melgar (SM): Obviamente, cuando una persona domina una lengua determi-
nada, este dominio no queda circunscripto a un plano netamente íntimo sino que
junto con una lengua adviene su uso en distintas circunstancias. Yo quisiera sepa-
rar estas dos cuestiones. Efectivamente, el que sabe leer y escribir tiene acceso a
prácticas. Metodológicamente no se produce primero el saber leer y escribir y luego
el tener acceso o llevar a cabo determinadas prácticas. Hemos dicho en la exposi-
ción anterior que la conjugación de los saberes en torno al patrimonio, los saberes
en torno al sistema y los saberes en torno al estilo propio de la lengua escrita se dan
imbricados, y justamente consiste en eso el desafío de una propuesta pedagógica,
cuestión en la que sí hemos coincidido.
Ahora bien, ¿por qué considerar este asunto de lengua escrita y no ex-
clusivamente prácticas? Porque nosotros consideramos que la lengua escrita, en
realidad, es caracterizable como un sistema semióticamente autónomo del oral co-
rrespondiente. Cosa que, por ejemplo, autoriza, permite y posibilita la enseñanza de
una lengua escrita a un sujeto sordo: uno de los rasgos de su autonomía. Considera-
mos que la lengua escrita ofrece dificultades al que la aprende y que una alfabetiza-
ción plena debe procurar prever esas dificultades y ejercer una vigilancia didáctica y
Módulo 1 39
epistemológica permanente sobre ellas, que son las dificultades que se dan respecto
del paralelismo entre la lengua oral y la lengua escrita.
Mantener esa vigilancia en la enseñanza de la lengua completa garantiza
que los alumnos que aprenden a leer y escribir a la vez, que llevan a cabo prácticas
valiosas –de la mano de sus maestros y, siguiendo con mi línea de razonamiento, los
didactas de los profesorados deben mantener en esto una profunda vigilancia epis-
temológica– vayan adquiriendo al tiempo los saberes metacognitivos que les permi-
ten ir monitoreando el proceso mismo de aprendizaje de esta lengua escrita.
A la vez, la lengua escrita, como tal, es un objeto culturalmente muy
complejo, que ha tenido un desarrollo muy desparejo en la historia de la humani-
dad. Digamos, no toda comunidad humana conoce la lengua escrita, ni tiene por
qué conocerla. Hay algunas comunidades humanas que sí conocen la lengua es-
crita: las llamamos comunidades pertenecientes a la cultura escrita. Lógicamente,
cuando una comunidad forma parte de un país donde esto implica el derecho a la
educación, debe conocer la lengua escrita y debe conocerla aun como otra lengua.
Quiero decir con esto: somos en lo personal fervientes defensores de que las perso-
nas que pertenecen a comunidades aborígenes aprendan la lengua escrita del es-
pañol y puedan acceder a todas esas prácticas, para lo cual deben enfocar su estu-
dio como el de una doble segunda lengua. Porque no solamente deben aprender la
lengua oral sino que deben aprender esta lengua que es la lengua escrita.
Finalmente, creemos que solamente el dominio completo de la lengua –y
sobre todo en el sentido del didacta, profesor de profesorados, que tiene que con-
ceptualizarla hasta sus últimas consecuencias como una lengua semióticamente
autónoma– permite establecer en muchas oportunidades una relación directa con
el universo de los significados, no siempre mediada por el universo de los sonidos
correspondientes o de los fonemas correspondientes. Cuando se encontró la pie-
dra de Rosetta se pudo reconstruir una lengua que era semióticamente autónoma,
porque era un sistema en sí misma. Conviene que el profesor del profesorado con-
sidere este sistema si ha de prever todas las instancias pedagógicas que tiene que
conocer el maestro que está formando para trabajar con dificultades de paralelismo,
ya que si no las conoce sistémicamente no va a poder trabajarlas, porque ninguna
40 Espacio de preguntas
DL: Quiero decir algo. Yo estoy de acuerdo con todo lo que dijo Sara. O sea, es un
problema de énfasis. Nosotros decimos, en aquel primer documento curricular de
1996 –y apelando a una imagen sintáctica– que la lengua escrita es el “objeto di-
recto” sobre el cual se ejercen las prácticas de lectura y escritura y, por supuesto,
que tales prácticas no existirían si el objeto lengua escrita no existiera como tal. Ahí
hay una cantidad de problemas vinculados con qué es lo que se privilegia en la en-
señanza, con la necesidad de focalizar en las prácticas culturales de los sujetos y
no solamente en el objeto, no solamente (como lo hace la enseñanza usual) en ese
sistema autónomo que es la lengua escrita. Me parece importante que Sara haya
apuntado a la cuestión de la autonomía, porque justamente es esa autonomía la que
explica que los sujetos tengamos que reconstruir la oralidad mientras construimos
la lengua escrita, lo cual de alguna manera contribuye a arrojar luz sobre el mito de
la correspondencia estricta entre la oralidad y la escritura.
Una última cuestión: al comienzo de nuestro trabajo utilizábamos la de-
nominación “lengua escrita”, en algunos casos como sinónimo de sistema alfabético
de escritura y, otras veces, la empleábamos para aludir a otros rasgos de la lengua
escrita, no necesariamente vinculados con el sistema. En el año 1982, cuando co-
nocimos a Claire Blanche-Benveniste, cuyos estudios aportaron datos e interpreta-
ciones sólidas en el sentido de que sujetos adultos cuasianalfabetos pueden apro-
piarse de rasgos del lenguaje que se escribe aun cuando no dominen el sistema de
escritura, pudimos hacer esta distinción interna que fue muy fértil desde el punto
de vista didáctico y que nos permitió enfocar de manera simultánea y entrelazada la
reconstrucción del sistema de escritura y del lenguaje que se escribe.
Módulo 1 41
2. ¿Qué lugar ocupa el diseño curricular de Prácticas del Lenguaje en el Primer Ciclo para
las propuestas ZAP?
María Luz Flores (MLF): Bueno, con respecto a la pregunta sobre el lugar que tiene el
diseño curricular en nuestro trabajo (el currículum vigente en la ciudad de Buenos
Aires): es el marco de referencia. Es el documento más actualizado y más produc-
tivo que tenemos. Digamos que no es sólo un marco legal, sino un apoyo al trabajo
de focalización que hace el equipo de lectura y escritura en el marco del progra-
ma en Zonas de Acción Prioritaria. Sucede algo, a veces, que tiene que ver con las
condiciones en las que se desarrollan los encuentros (con los maestros que asisten
a los cursos de capacitación); lo comento porque puede dar una idea de la “vida
cotidiana” en el medio de los cursos y del trabajo. No todos los maestros portan su
documento curricular, lo llevan a la mesa, ya que no siempre sale de manera tan có-
moda de las bibliotecas escolares. Entonces, a veces hemos fotocopiado algunos de
los apartados del marco general y del específico para primer ciclo y los hemos leído
en conjunto. Nos hemos detenido en algunas cuestiones, el cómo de la lectura, de
la escritura o de los intercambios de oralidad en las aulas. Hemos sumado también
otros documentos, como Niños y maestros por el camino de la alfabetización, un
material más que entra en diálogo en el trabajo. A veces sucede que, en el afán de
focalización sobre algunas estrategias, nos apoyamos en muchos otros materiales.
Otros enfoques suman y no siempre entran a reñir; estamos intentando sumar. Tra-
tamos que los escritos formen parte de las herramientas útiles para pensar las prác-
ticas, del mismo modo que ayudan las producciones escritas que surgen del espa-
cio de escritura que hacen los maestros colectivamente. O sea, que las prácticas de
lectura y escritura varias suponen, a la vez, textos variados. Por suerte, el marco nos
permite movernos a nuestras anchas también.
3. Nos gustaría que Delia y Sara profundicen en la idea explicitada por Delia: “propósito
fundamental: la formación de practicantes de la lengua escrita”, poniendo en primer pla-
no el sentido y la explicitación de Sara en la necesidad de “aprestamiento” para aprender
a escribir.
alfabetización, nada más ni nada menos que la educación en la escuela y el sistema educa-
tivo desde el Nivel Inicial, porque no podemos hablar de los inicios de la alfabetización co-
mo patrimonio del primer ciclo de la escuela, sino que desde el Nivel Inicial los niños pre-
sencian actos de lectura, y ya traen cosas desde sus hogares; también están en contacto
con portadores de textos y además trabajan fuertemente la oralidad desde un diseño cu-
rricular provincial muy rico en ese sentido, y me parece que no se le ha dedicado algún pá-
rrafo a estos tres años anteriores (si es que tomamos el ciclo del Jardín de Infantes) a la al-
fabetización dentro de la escuela primaria. A mí me gustaría que se pudieran explayar un
poco más porque nosotros llevamos un recorrido bastante extenso, de unos 30 años, des-
de el advenimiento de la democracia, en la construcción de un diseño curricular que tiene
puesta fuertemente la atención sobre el trabajo del lenguaje oral, y posteriormente en el
escrito para la alfabetización, como un proceso que dura toda la vida. No es sólo un patri-
monio del Primer Ciclo de la escuela primaria.
DL: Sí, es difícil –si uno piensa sobre todo en el último o los dos últimos años del Ni-
vel Inicial– establecer cuál es la diferencia entre lo que uno hace en Nivel Inicial y
lo que uno hace en primer grado. Desde nuestra perspectiva, los practicantes de la
lectura y la escritura se forman desde el Nivel Inicial. Hice una mención muy breve
a esto, ya que en el tiempo que teníamos era imposible desarrollarlo más, pero hay
un trabajo muy grande en el Nivel Inicial y nos alegramos mucho de lo que dijiste,
de lo que ustedes están trabajando allá.
responsabilizar el Nivel Inicial y cuáles son los contenidos de los cuales se va a res-
ponsabilizar a la escuela primaria sin pedirle al Nivel Inicial cosas, como que enseñe
el alfabeto, porque así los chicos ya vienen preparados. ¿Para qué?
Bien. Estas son cuestiones que darían para otra cátedra de alfabetización.
SM: Cuando uno se pone frente a la posibilidad de formar maestros, eso trae co-
rrelativamente la obligación de pensar su lugar entre los productores de teoría y el
maestro en el aula, con las múltiples situaciones didácticas que tiene que resolver.
No es fácil, en general, asumir este lugar, que es un lugar intermedio, que es el lu-
gar del docente. Fíjense ustedes cuando María Luz en un momento habló de cómo
operaba Berta (lógicamente me estoy refiriendo a un modelo superior, pero uno no
se caracteriza por ser muy bueno sino que tiene muy buenos modelos). Entonces,
¿cuál era el papel? El papel no era tirarles a Marx o a Engels, el papel era ayudarlos
a encontrar una ruta de lectura, ayudarlos a encontrar una ruta de enriquecimiento
entre los autores faro y las prácticas concretas. Es un desafío. Sin embargo, yo creo
que no deberíamos corrernos de él porque es un honor formar maestros y es una
obligación no solamente la formación de grado sino la formación continua. Pero eso
conlleva la obligación de pensar la didáctica como una teoría de la enseñanza, como
46 Espacio de preguntas
una teoría de la enseñanza concreta y situada, con todas las obligaciones correlati-
vas. Pensarse como un trabajador social que está interactuando con otra gente que
va a trabajar también en sociedad, y que tiene la obligación de cuestionarse seria-
mente. No es un profesor de secundaria, es un formador de maestros, y me pare-
ce que ahí hay un lugar que no es nada fácil. No estoy desmereciendo ni creando
jerarquías, estoy diciendo que está formando formadores, que es un intermediario
que debe evitar el aplicacionismo de la teoría, por ejemplo, y que debe procurar el
pensamiento pedagógico sobre la enseñanza. Es un lugar específico, sigo sostenien-
do que es un lugar específico. Yo lo llamo didacta.
Borzone, Ana María, Celia Renata Rosemberg, Beatriz Diuk, Adriana Silvestri y Dolores
Plana (2006): Niños y maestros: por el camino de la alfabetización, Buenos Ai-
res, Tres Almenas, 2ª ed.
Castorina, José Antonio et al. (1996): Piaget, Vigotsky: contribuciones para replantear el
debate, Buenos Aires, Paidós.
Peroni, Michel (1998): Historias de lectura. Trayectorias de vida y de lectura, México, Fon-
do de Cultura Económica.
Petit, Michèle (2001): Lecturas: del espacio íntimo al espacio público, México, Fondo de
Cultura Económica.
Índice de la colección
MÓDULO 1
Más allá de las querellas: la escuela pública
y el derecho a aprender a leer y a escribir
María Luz Flores, Delia Lerner y Sara Melgar
MÓDULO 2
La alfabetización en los primeros años de la escuela primaria
María Elena Cuter y Mirta Torres
MÓDULO 3
La enseñanza de la lectura y la escritura
Cinthia Kuperman, Diana Grunfeld y María Elena Cuter
Mirta Castedo y Mirta Torres
MÓDULO 4
Historias del enseñar a leer y escribir
Pablo Pineau
MÓDULO 5
Desafíos de la alfabetización temprana
Bettina Motta, Graciela Cagnolo y Alicia Martiarena
MÓDULO 6
Alfabetización: una propuesta intercultural
Ana María Borzone y María Luisa Silva
MÓDULO 7
Acerca de los libros y la formación docente
Ricardo Mariño e Istvan Schritter
Sara Melgar y Marta Zamero
MÓDULO 8
Cultura escolar, tradición y renovación pedagógica
en alfabetización inicial
Silvia González y María del Pilar Gaspar
La Cátedra Nacional de Alfabetización Inicial fue un trayecto de formación llevado a cabo conjuntamente por la Dirección de Educación
Primaria y el Área de Capacitación.
COLABORADORES: Paula Natalia Sánchez, Silvia Grandal, Viviana Celso, Vanesa Morales, Flavia Zuberman, Virginia Quesada, Mirta
Rapaport, Guillermo Antolini y Conrado Lescano.
<--- lomo 5 mm / negro enriquecido K100% - C50% / consultar con imprenta
SERIE TEMAS DE ALFABETIZACIÓN MÓDULO 1 MÁS ALLÁ DE LAS QUERELLAS: LA ESCUELA PÚBLICA Y EL DERECHO A APRENDER A LEER Y ESCRIBIR
SERIE TEMAS DE ALFABETIZACIÓN
1
María Luz Flores, Delia Lerner y Sara Melgar
MÓDULO
Cátedra Nacional de Alfabetización Inicial