Garcia Ferrando
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CAPITULO 2
La naturaleza cambiante y evolutiva del deporte
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OENRAAIAIA ALIADO SIVARA
28 ASPECTOS SOCIALES DEL DEPORTE
quiera soñaron aquellos caballeros ingleses que difundieron en el siglo XIX por el
mundo la idea del fair play y la organización del club deportivo amateur.
Definición de deporte.—Por todo ello, si se ha de dar una definición del deporte,
habrá que hacerlo de forma amplia y flexible, destacando sus elementos esenciales,y
tratando de que sea inclusiva en lugar de exclusiva. Sin afán de entrar en polémica
con otros autores que han dedicado grandes esfuerzos bibliográficos a revisar las
diversas acepciones del término, entiendo que tres son los elementos esenciales de
todo deporte: 1, es una actividad física e intelectual humana; 2, de naturaleza com-
petitiva; 3, gobernada por reglas institucionalizadas. .
Tales características hay que entender que se encuentran presentes de forma
variable en las diferentes formas deportivas. En unas modalidades deportivas el
esfuerzo físico será mayor que en otras, de igual manera que variarán su intensidad
según el tipo de resultado que se persiga. En unas modalidades deportivas serán
más precisas que en otras cualidades intelectuales tales como grado de concentra-
ción, estrategia o táctica, aunque resulta evidente que sólo una concepción dualista
y anacrónica del ser humano pretenderá separar con rigidez la dimensión física de
la intelectual, toda vez que el comportamiento humano, incluido como es natural el
13OQ.-m
sionista que en solitario se esfuerza por coronar un pico montañoso. A todos ellos,
deportistas de élite y deportistas modestos, deportistas profesionales y deportistas
amateurs, les mueve idéntico afán competitivo, aunque las consecuencias de sus
e
forma en que se vela por su fiel cumplimiento variará de unas formas de deporte a
otras. En el deporte formal, son los jueces deportivos legitimados por las Federa-
ciones que los nombra, los que se encargan de que los participantes cumplan fiel-
mente las reglas oficialmente aprobadas, castigando a los trasgresores, mientras que
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en el deporte informal, esto es, el practicado fuera del control federativo, son los
propios participantes los que tratan de cumplir y hacer cumplir las reglas, aunque
en este caso el sistema de recompensas y castigos será probablemente más flexible
que el que opera en el deporte formal federado.
Esta definición permite deslindar con relativa facilidad cuando una misma acti-
vidad es deportiva y cuando no lo es. Así, nadar puede ser un ejercicio físico rea-
lizado por recreo y placer, mientras que si se realiza buscando un buen resultado
en competencia con otros en el marco de un campeonato oficial, se convierte en
actividad deportiva. Lo mismo se puede decir de la navegación a vela o de la carrera
a pie (jogging), que pueden practicarse por motivos puramente higiénicos y recrea-
tivos, o bien como deportes cuando se participa en una regata o en una maratón.
Snyder y Spreitzer (1983) por un lado y Mandell (op. cit.) por otro, que utilizan
una definición del deporte análoga a la expuesta aquí, sugieren más ejemplos que
ayudan a diferenciar entre juego, ejercicio físico y deporte. Así, la pelea de gallos
o las carreras de galgos son actividades competitivas gobernadas por reglas, pero no
son deportes en tanto que no contienen actividad física humana. Por el contrario,
las carreras de caballos o las competiciones de motocicletas y automóviles sí son
32 ASPECTOS SOCIALES DEL DEPORTE
deportes porque los jinetes y los conductores, respectivamente, ponen todo su es-
fuerzo físico y mental en lograr la victoria en competiciones gobernadas por reglas
institucionalizadas.
Con esta definición en mente, puede resultar más fácil relacionar la naturaleza
de los juegos y del ejercico físico con los diferentes tipos de deportes.
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tratar de explicar la sociedad entera a partir de la idea del juego. La clasificación
de Guttman quedaría esquematizada del siguiente modo:
> —
Juego
2
A 2
Juego espontáneo Juego organizado
L
| 1
ws
juegos juegos
_A
no competitivos competitivos
(concursos)
ww
|
tn
| 1
Ps
Concursos Concursos o
intelectuales competiciones
Ps
físicas (deportes)
==
A.
A partir del concepto básico y previo de juego, el deporte quedaría representado
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como un concurso o competición física en forma de juego, lo que no deja de ser
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una abstracción independiente de la historia concreta, a la vez que se trata de un
dispositivo heurístico que permite situar ordenadamente al deporte en el marco
cultural y antropológico del juego.
Ahora bien, es evidente que las formas más profesionalizadas y elitistas del de-
porte moderno tienen poco de juego, en el sentido de actividad no utilitaria, ya que
las fuertes cantidades de dinero que mueve dicha forma de deporte hacen de él
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cualquier cosa menos que sea «no utilitario». Lo que a su vez no impide aceptar,
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como ha mostrado el francés Bouet (1969), que los deportistas profesionales por él
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estudiados se diviertan con su trabajo deportivo y que sientan que realmente «jue-
EA
gan» cuando compiten en las ligas profesionales. El carácter dual y con frecuencia
contradictorio del deporte hace posible que los deportistas de élite y profesionales pu
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puedan tener sensaciones de juego y libertad, por más que tales actividades se
realicen en un contexto cada vez más dominado por intereses comerciales o mone-
tarios, que no admiten que se juegue libremente con ellos.
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actividad física del deporte, sobre todo en unos momentos históricos en los que una
DEMO
struc- instalado en sus estilos de vida actividades y ejercicios físicos inspirados en el de-
le los porte, y realizados con fines de recreo y/o salud.
gado Por eso puede ser útil que nos detengamos a realizar unas breves pero necesarias
3 que precisiones terminológicas. Cuando se habla de ejercicio, desde el punto de vista de
. Cit. las ciencias de la conducta humana, conviene distinguir como hacen Caspersen y
ntro- colaboradores (1985) entre actividad física, que puede tener una base recreativa u
n los ocupacional, ejercicio, que se puede considerar como una actividad física emprendi-
edad da de forma voluntaria, y forma física («physical fitness»), la cual es simplemente
varía un indicador de actividad física al intervenir fuertemente factores constitucionales,
ya que el mayor o menor nivel de forma física no sólo dependerá del ejercicio
pone practicado, como también de las condiciones naturales de la persona.
: con Incluso puede ayudarnos a relacionar mejor la anterior clasificación con el de-
3s de porte, si se sigue la propuesta de Shephard (1989) y se descompone la categoría de
ición ejercicio en deporte, el cual suele implicar competición interpersonal y no siempre
incrementa la forma física, ejercicio en sentido estricto, que se realiza con el propó-
sito deliberado de mejorar la forma física, la fuerza y la resistencia, y que suele ser
considerado por la población sedentaria como demasiado exigente en esfuerzo, la
recreación activa, que comporta una satisfacción social y generalizada, y pasatiempos
activos tales como la jardinería.
Estas distinciones son relevantes desde un punto de vista médico y de salud
pública debido por un lado a la influencia directa del ejercicio en el sistema cardio-
vascular y estado general del individuo, y a que por otro lado se. admite cada vez
más que la práctica prolongada del deporte de élite y profesional puede acarrear
serios riesgos para la salud del deportista (Muñoz, 1988). Desde el punto de vista
de la sociología del deporte también interesa delimitar su objeto principal de estu-
mes dio, el deporte, de otras actividades más o menos relacionadas con él, pero que
ortes) tienen intencionalidades personales y consecuencias sociales diferentes, lo que por
supuesto no ha de impedir que haya quien insista en llamar deportistas tanto a los
tado espectadores de las competiciones deportivas como a los que gustan de realizar algún
: SOT tipo de ejercicio físico con el fin de conservar y/o mejorar la salud o el aspecto físico.
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Son muchos los autores que han sabido escribir bellas páginas literarias, desta-
cando el carácter dual, indeterminado, paradójico e irónico del deporte contempo-
ráneo, representándolo en términos de la agonía y del éxtasis, de la bella y de la
bestia, O del ángel y el demonio. Como señalan Snyder y Spreitzer (1983), el deporte
está repleto tanto de violencia como de ternura, de alegría y de desesperación, de
belleza y de repulsión, de orden y desorden (Liischen, 1983). El éxtasis de la vic-
toria, la dulzura del triunfo, deben aceptarse con la convicción de que pronto o tarde
llegará la amargura de la derrota, el mal sabor que deja el perder.
El dualismo paradójico del deporte comienza, como han señalado Elias y Dun-
ning (1972) de una forma que ya resulta clásica, con la tensión que rodea al acon-
tecimiento deportivo. En él tiene que producirse un equilibrio entre demasiada ten-
sión, que puede abocar en violencia y lesiones, y poca tensión, que puede desem-
bocar en el aburrimiento. La competición deportiva debe contener cierta tensión
38 ASPECTOS SOCIALES DEL DEPORTE
Naturalmente, los criterios con los que hay que organizar las actividades de una
reducida minoría de deportistas, normalmente con talento natural para la competi-
ción, que buscan la mejora de resultados en un contexto dirigido por las Federacio-
nes deportivas, y aquellas otras actividades de miles de ciudadanos que lejos del
control federativo y no preocupados por el rendimiento deportivo, buscan evasión,
recreo y ejercicio físico en la práctica informal de un deporte, han de ser bien
diferentes. Por más que ambos tipos de practicantes participen en común, aunque
con diferente intensidad, de buena parte de las características que delimitan la na-
turaleza del deporte moderno.
Siguiendo de nuevo a Allen Guttman (op. cit., 15 y ss), siete son las caracterís-
ticas que diferencian a los deportes modernos de las actividades deportivas de épocas
anteriores: 1, Secularismo; 2, Igualdad de oportunidades para competir y en las
condiciones de la competencia; 3, Especialización de roles; 4, Racionalización; 5,
Organización burocrática; 6, Cuantificación; y 7, La búsqueda del record.
Secularización.—La secularización del deporte moderno hay que considerarla en
contraste con el carácter cúltico de los ejercicios físicos de los pueblos antiguos y
de los pueblos primitivos. El alemán Carl Diem (1971) comienza su monumental
historia del deporte, con la contundente frase de que: «Todos los ejercicios físicos
fueron cúlticos en sus orígenes». Y en efecto, existe una amplia base documental
que pone de manifiesto que los pueblos primitivos incorporaban con frecuencia a
sus ceremonias y rituales religiosos concursos de carreras, saltos, lanzamientos, lucha
y hasta juegos de pelota.
Tales ejercicios físicos no recibían, como se ha visto con anterioridad, el nombre
de deporte ni tampoco les podemos ahora conceder tal nombre en el sentido mo-
derno, ya que tales rituales solían tener una intencionalidad utilitaria, tal como
lograr mejores cosechas, tener hijos, curar enfermedades, prolongar la vida, etc. Y
aun cuando parece un tanto taxativo afirmar como hace Diem que todo el «deporte»
primitivo estaba socializado, lo cierto es que los propios Juegos Olímpicos antiguos,
los concursos de Olimpia y Delfos, estaban culturalmente más próximos a los «de-
portes» de los pueblos antiguos que a las modernas Olimpiadas. Pues como está
bien documentado históricamente, tales Juegos, junto con los Pitios, Nemeos y Co-
rintios, eran fundamentalmente festivales sagrados y un importante aspecto de la
vida religiosa de los antiguos helenos (Durantez, 1975).
Con todo, el evidente culto que rendían los griegos al cuerpo y la admiración
que sentían por la excelencia atlética —el culto al héroe, al atleta vencedor— son
los primeros atisbos en el mundo helénico de un inicio de la secularización del
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dicha tendencia, como lo prueba el hecho de que los romanos no estuvieran tanto
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inclinados a los festivales atléticos, como más bien a la condición física como pre-
paración de los guerreros y al espectáculo circense. En tal sentido, los deportes
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