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Cautelar

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Ministerio Público de la Nación

SOLICITA MEDIDA CAUTELAR URGENTE

Señor Juez:

Carlos Ernesto Stornelli, Fiscal Federal,

titular de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y

Correccional Federal N° 4, en los autos 1.615/2022 de

trámite por ante la Secretaría N° 6 del Juzgado a vuestro

digno cargo, a V.S. digo:

Que encontrándose preliminarmente

acreditada la verosimilitud del derecho y el peligro en la

demora, se solicitará el dictado de la medida cautelar de

prohibición de innovar y/o toda otra que pudiera resultar

aplicable según mejor criterio de V.S., a los efectos de

impedir, de momento y durante la sustanciación del presente

proceso penal, la producción de cualquier acto

administrativo por parte del Poder Ejecutivo Nacional y/o

del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) y/o

cualquier otro organismo público que pudiera resultar con

competencia, tendiente a transferir el dominio de las

tierras cuya mensura fuera aprobada por Resolución N° 1174

del INAI y/o cualquier otro acto que pudiera significar

extraer las mismas del dominio público.

Ello atento a circunstancias

sobrevinientes de las cuales se tomara reciente conocimiento

y en la inteligencia de que la anotación de litis ordenada

en autos a instancias de esta Fiscalía y conforme las

directrices de la Excma Cámara del Fuero, no resulta en esta

instancia suficiente para proteger o cautelar los altos y


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delicados intereses nacionales en juego, medida que, por

otra parte, no pudo aún ser materializada conforme surge de

la compulsa del sistema informático.

En efecto, he tomado reciente

conocimiento que el 23 de noviembre del año en curso, aunque

notificado el día subsiguiente al Ministerio Publico Fiscal

actuante en los autos FGR 8355/2020/CA1, la Cámara Federal

de Apelaciones de General Roca resolvió denegar los Recursos

Extraordinarios interpuestos por el Ministerio de

Defensa/Ejército Argentino y por el Ministerio Público

Fiscal en el marco del citado expediente judicial.

Acompaño copia de dicha resolución.

Ahora bien, sabido es que el artículo 23

del código Penal de la Nación, en su último párrafo, inviste

a V.S de la facultad de adoptar, desde el inicio del

proceso, las medidas cautelares destinadas a hacer cesar la

comisión del delito o sus efectos, o a evitar que se

consolide su provecho.

Se tiene dicho que “En determinadas

circunstancias, el procedimiento ordinario previsto para la

resolución de conflictos puede no ser el más adecuado para

la preservación de los derechos en juego, y requerir de

parte de los órganos del sistema, una acción expedita,

oportuna y rápida, que impida que se consume un daño

irreparable. Tal es el propósito de las medidas cautelares,

con las que se persigue evitar los efectos perjudiciales que

pueda producir el retardo en adoptar un pronunciamiento

definitivo (…) Cabe considerar a la tutela cautelar como


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parte integrante del derecho a la tutela judicial efectiva

(derecho fundamental que garantiza la Constitución), en

cuanto viene a garantizar provisionalmente el bien jurídico

para el que se ha solicitado la justicia” (Kiper, Claudio M.

–director-; “Medidas Cautelares”, 2ª edición actualizada,

Ed. La Ley, Buenos Aires, 2004)

En la misma obra (con cita de Morello,

Augusto y Stiglitz, Gabriel, “Responsabilidad civil y

prevención de daños. Los intereses difusos y el compromiso

social de la justicia” -Ed La Ley-) se expone que “la

procedencia del remedio preventivo deviene incuestionable

cuando se trata de contrarrestar los efectos lesivos que ya

ha comenzado a originar una determinada actividad con el fin

de paralizar el daño, deteniendo su desarrollo. Tiene por

objeto el daño todavía no provocado pero que podría ser

posteriormente causado si la actividad prosiguiera; o actúa

después que el daño ha comenzado a ocasionarse para

combatirlo obstaculizando su producción, atacándolo en su

causa, en su raíz”.

En efecto, entiendo que se encuentran

debidamente configurados en autos los requisitos de

procedibilidad de la cautelar requerida.

Comenzando por la verosimilitud del

derecho, es reiterada y pacífica la opinión en cuanto a que

no es necesario el grado de certeza propio de la sentencia;

basta con un grado menor, resultando suficiente la

comprobación de la apariencia del derecho invocado. Así,

“…la fundabilidad de la medida no puede depender de un


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conocimiento exhaustivo y profundo de la materia

controvertida en el proceso, sino de un conocimiento

superficial encaminado a obtener un pronunciamiento de mera

probabilidad acerca de la existencia del derecho discutido…”

(…) “Se trata de formular un mero juicio de probabilidad, de

establecer una apariencia, con la rapidez que requiere el

dictado de una medida de esta naturaleza.” (...) “La

naturaleza de las medidas precautorias no exige a los

magistrados el examen de certeza sobre la existencia del

derecho pretendido y que el juicio de verdad en esta materia

se encuentra en oposición a la finalidad del instituto

cautelar, que no es otra cosa que atender a aquello que no

exceda el marco de lo hipotético, dentro del cual, asimismo,

agota su virtualidad.” (…) “En definitiva, hay consenso en

que la verosimilitud del derecho debe entenderse como la

posibilidad de que éste exista y no como una incontrastable

realidad que sólo se logrará conocer al agotarse el trámite

respectivo” (Kiper, Claudio M; obra citada, Tomo I, pág.

14; y pág. 42

Considero, en consonancia con ello, que

en este proceso se encuentra creado aquel estado de

verosimilitud en el derecho.

Recordemos, en primer lugar que la

denuncia proviene de un conjunto de funcionarios públicos, a

la sazón, legisladores nacionales e involucra la posible

afectación de bienes de dominio público que hacen a recursos

militares estratégicos para la defensa nacional.


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Esta Fiscalía impulsó de inmediato la

acción penal pública mediante el pertinente requerimiento de

instrucción, en virtud de lo cual se practicó urgente y

relevante actividad probatoria.

Producto de ello, a instancias de esta

Fiscalía y en virtud de las directrices trazadas por la

Excma Cámara del Fuero, se dispuso en autos el llamado a

indagatoria de diversos funcionarios del Ministerio de

Defensa y de la letrada interviniente en el trámite del

amparo FGR 8355/2020, en orden a los hechos investigados en

la presente causa. (vid providencia del 14/10/22, punto V)

De ello se colige a las claras que el

proceso ya atravesó su etapa meramente inicial; el mismo ya

ha alcanzado el estado de sospecha a que alude el artículo

294 del Código Procesal Penal de la Nación, tras el

desarrollo de una importante actividad probatoria desplegada

que ha incluido el diligenciamiento de diversas órdenes de

presentación, incluso de allanamiento.

De allí lo procedente, y a la vez

necesario, del proceso cautelar instado; el que como se

dijo, no requiere de un conocimiento acabado y profundo del

fondo, ni tampoco de una certeza apodíctica e irrefutable.

Pues, se da en el caso la probabilidad de afectación –actual

o potencial- de un derecho, y con ello la imperiosa

necesidad de la medida conservatoria solicitada.

En cuanto al peligro en la demora, es

claro, atento a la naturaleza de los bienes que aquí se

intentan cautelar -que no sólo poseen significancia


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económica para el Estado Nacional sino que, como se dijo y

más grave aún, involucran cuestiones que hacen a la defensa

nacional-, lo que se reclama es la protección por vía

judicial de derechos cuya tutela no admite demoras, al menos

sin riesgo de afectación irreparable de los mismos.

Señor Juez, al momento de analizar esta

petición no podemos soslayar, bajo riesgo de resultar

redundantes, la naturaleza e importancia de los bienes que

se pretenden cautelar.

Repárese que surge del propio recurso de

apelación presentado por dicha Fuerza en los autos FGR

8355/2020 del Juzgado Federal de San Carlos de Bariloche, y

que se declarara mal concedido por extemporáneo, que el

predio en cuestión “forma parte del único y distintivo

complejo educativo de nivel internacional que el Ejército

Argentino y las Fuerzas Armadas en su conjunto, disponen en

la cordillera de los Andes para desarrollar la instrucción

centralizada y especializada de su personal en técnicas

básicas y avanzadas del trabajo militar en la montaña

(escalamiento, marchas, tiro con armas livianas, navegación

terrestre, etc.), tanto en la época invernal como la

estival.”

Al expresarse los agravios

(específicamente en el punto 2.- Segundo agravio: DEFENSA

NACIONAL – CAPACIDAD OPERATIVA DE LA ESCUELA MILITAR DE

MONTAÑA), la Fuerza asevera la afectación de la Defensa

Nacional, explicando allí los motivos.


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Básicamente, se expresa en dicha

presentación que la afectación de la defensa nacional

derivaría de la imposibilidad del Ejército Argentino de

continuar realizando la instrucción del personal militar en

la jurisdicción en la cual se encuentra el inmueble de que

se trata, dificultando, simultáneamente, la preparación y

alistamiento del personal y medios que se destina al apoyo

de la comunidad local.

Se añade en el mismo escrito que en la

jurisdicción de la Escuela Militar de Montaña se forman y

perfeccionan las tropas de montaña del Ejército, que tienen

asignadas responsabilidades de defensa territorial sobre

toda la cordillera de los Andes. Por último, se señala allí

que la fuerza no tendría otro centro para estas

capacitaciones.

La cuestión atinente a tan sensible

cuestión, la de la defensa nacional, fue reeditada por la

parte en ocasión del recurso extraordinario recientemente

rechazado.

En las recientes declaraciones

testimoniales recibidas en la presente causa N° 1615/2022,

tanto el Coronel Mayor Walter Horacio FANECO, Director

General de Asuntos Jurídicos del Ejército Argentino, como

Gustavo SAID, Jefe del Departamento Contencioso Judicial de

dicha Fuerza, ratificaron el involucramiento de cuestiones

de seguridad nacional en las circunstancias fácticas aquí

investigadas, y que resultan ventiladas en el proceso de

amparo FGR 8355/2020.


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Dicho esto, es importante aclarar que

esta presentación dista de cualquier intención de

inmiscuirse en el curso de procesos judiciales ajenos, para

el caso, aquel que se tramita en el Juzgado Federal de

Bariloche (FGR 8355/2020).

Muy lejos de ello, la presente petición

adquiere vida autónoma y diferenciada de aquel, desde el

momento en que se investiga en autos la presunta comisión de

hechos delictivos, con presunta participación de

funcionarios públicos –respecto de los cuales ya se ha

declarado en autos el estado de sospecha del artículo 294

del CPPN- y en posible afectación de recursos estatales de

la naturaleza antes indicada que hacen, tal como ya quedara

expuesto, a cuestiones de defensa nacional; estando a su vez

acreditado el peligro en la demora y el inminente daño que

podría causarse a tales intereses nacionales esenciales en

caso de tornarse ejecutoria la sentencia dictada el 2 de

febrero de 2022, en los autos FGR 8355/2020, a la luz de lo

decidido en fecha reciente por la Cámara Federal de Rio

Negro.

Dicho cuadro, contrastado con el objeto

procesal de la presente causa y el estado de la misma, sin

duda alguna torna plenamente aplicable la previsión del

artículo 23 del código Penal en cuanto a la necesidad del

dictado de la medida precautoria aquí instada, con carácter

de muy urgente, lo que así dejo expresamente solicitado.

Proveer de conformidad,

SERA JUSTICIA.-

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