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Unidad Iii

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UNIDAD III

BIENES PUEDEN SER EMBARGADOS Y LOS QUE NO

Inembargabilidades fundamentadas en el interés público.


La inembargabilidad de los bienes fundamentada en el interés público se extiende a dos
instituciones: al Estado y a la Iglesia Católica.

A) Inembargabilidad de los Bienes del Estado y sus Instituciones

Tradicionalmente se afirma que los bienes del Estado y los de sus instituciones son
inembargables. Se trata de un principio universal del Derecho Público, y una excepción dentro
del Derecho Privado, que nadie discute, pero que requiere de precisiones, dada la complejidad
de los bienes que forman el llamado dominio administrativo del Estado (compuesto por el
conjunto de bienes de su propiedad o bajo su administración) y la existencia de disposiciones
constitucionales que aparentemente obligan a una generalización de la afirmación, así como
de criterios jurisprudenciales que restringen la aplicación del principio, señalado por el
Derecho Público.

El dominio administrativo del Estado se compone de dos tipos de bienes, entre los cuales no
siempre es posible hacer una diferenciación rígida:
a) los bienes del dominio público, los cuales por su naturaleza o por su afectación están
destinados a servir a un interés público y comúnmente a un servicio público; y
b) los bienes del dominio privado, los cuales, aunque perteneciendo al Estado o a una
de sus instituciones, están destinados a servir un interés comercial o industrial.

Bienes del Dominio Público.


Son bienes del dominio público todos aquellos que están afectados en su uso a un interés
público, es decir, al interés de la mayoría de un grupo social dado, según los objetivos del
legislador.

La inembargabilidad de los bienes del dominio público encuentra su razón de ser en que todos
ellos son propiedad de entidades públicas, ya nacionales, ya municipales y de acuerdo con los
principios del Derecho Público Universal (siempre observados en nuestro país y sustentado
por nuestros tratadistas), no es posible contra ellos la ejecución forzada.
De otra parte la inembargabilidad de los bienes del dominio público del Estado bajo el
fundamento del predominio del interés general sobre el interés particular tiene un alcance tan
amplio y universal, como el principio de la libertad de las convenciones en el Derecho Civil;
de tal manera que si bien en el plano estricto del Derecho Procesal Civil la misma constituye
una excepción a los Artículos 2092 y 2093 del Código Civil, también es cierto que en
Derecho Público la inembargabilidad de estos bienes adquiere la categoría de regla. Por tanto,
ella debe ser respetada por los jueces en la misma medida en que debe respetarse lo pactado
por las partes mediante un contrato.

Estas inembargabilidades se clasifican en:


a) Inembargabilidad de los bienes del dominio público por naturaleza;
b) Inembargabilidad de los bienes del dominio público por afectación.

Bienes del Dominio Público por naturaleza, son:


a) los caminos, vías y calles que están a cargo del Estado; los ríos navegables o
flotantes; las orillas, las ensenadas y bahías del mar, puertos radas;
b) las puertas, muros, fosos, y defensas de plazas de guerra y de las fortalezas;
c) los bienes que siendo de la misma naturaleza que los descritos anteriormente,
pertenecen a los municipios;
d) los yacimientos mineros;
e) la riqueza artística e histórica del país, así como todos los bienes afectados a un
servicio público de orden cultural, artístico, recreativo, de preservación de las
riquezas naturales o científicas, como son los museos públicos, las bibliotecas
nacionales o municipales, estadios deportivos, parques nacionales o municipales,
etc.;
f) zonas marítimas, y en general, todas las porciones del territorio dominicano, que
no son susceptibles de propiedad particular.

Bienes del Dominio Público por afectación. Se trata de los bienes que pertenecen a las
entidades públicas, y comprenden:
1. las instituciones llamadas a cumplir las funciones políticas directas de gobierno o
las relacionadas íntimamente con ellas; y
2. los órganos de administración a los cuales se les reconoce personalidad jurídica y
cierta autonomía financiera para que en forma descentralizada realicen labores de
servicios o de utilidad pública.
Bienes de las instituciones que cumplen funciones políticas directas de gobierno o
conexas.
Dentro de estos bienes que no pueden ser embargados tenemos los siguientes:
1) La Caja de Ahorros para Obreros y Monte de Piedad
2) Lotería Nacional
3) Superintendencia de Bancos
4) Superintendencia de Seguros,
5) Administración General de Bienes Nacionales
6) El Consejo Nacional de Población y Familia
7) Servicio Nacional de Erradicación de la Malaria
8) Oficina de Desarrollo de la Comunidad
9) Radio Televisión Dominicana
10) Los equipos militares y policiales, que pertenecen a las Secretarías de las Fuerzas
Armadas e Interior y Policía
11) Bienes administrados por el Ejecutivo a través de órganos bajo la denominación de
Instituto o Corporación.
12) Instituto Azucarero Dominicano
13) Instituto para el Desarollo del Sur-Oeste
14) Corporación de Hatillo
15) Corporación de Sabaneta
16) Bienes del Poder Judicial, incluyendo los afectados al uso de los tribunales y sus
dependencias
17) Bienes del Poder Legislativo y sus dependencias; sean al uso de los congresistas como
de los empleados.
18) Bienes de la Junta Central Electoral, Juntas Municipales Electorales y las
dependencias de una y otras.
19) Bienes de La Cámara de Cuentas.
20) De los Ayuntamientos
21) De la Liga Municipal Dominicana

Bienes de las entidades públicas descentralizadas.


Estos se refieren a los órganos de administración con personalidad jurídica propia y con cierta
autonomía financiera creados por voluntad legislativa para prestar servicios públicos o
realizar actividades predominantemente de utilidad pública. y con facultad de hacer uso de las
prerrogativas del Poder Público.

Bienes de las Entidades de Servicios Públicos o sin fines de lucro por voluntad legislativa
o de la jurisprudencia.
Instituciones cuyos bienes muebles e inmuebles han sido declarados inembargables, comol
son:
1) La Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santiago, cuyos bienes muebles e
inmuebles han sido declarados inembargables.
2) La Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo
3) El Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI)
4) El Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (INAPA)
5) El Instituto Agrario Dominicano (IAD)
6) El Intituto Dominicano de Seguros Sociales
7) La Corporación Dominicana de Electricidad (Hoy CDEEE)
8) Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). (comunidad de profesores y
alumnos)

Bienes de las entidades que realizan actividades comerciales o industriales pero en las
cuales priman los criterios de utilidad pública.

Dentro de estas se encuentran:


a) El Banco Agrícola de la República Dominicana
b) El Banco Central de la República Dominicana
c) La Corporación de Fomento Industrial
d) El Instituto de Auxilios y Viviendas (INAVI)
e) El Instituto Nacional de la Vivienda (INAVI)
f) El Instituto de Desarrollo y Crédito Cooperativo (IDECOOP)

Bienes del Dominio Privado del Estado

Se trata de bienes propiedad del Estado a través de entidades o empresas donde en su


explotación domina el criterio comercial industrial o que sencillamente no son de utilidad
actual para los servicios públicos. El Estado tiene en estos casos el comportamiento de un
particular y sus actos no se consideran de administración pública.
Aunque la clasificación de los bienes del Estado dentro del dominio público o dentro del
dominio privado no puede considerarse como rígida, podemos afirmar que mientras los
pertenecientes al primero son siempre inembargables, los segundos son embargables por
aplicación de la regla contenida en los Artículos 2092 y 2093 del Código Civil (salvo que la
Ley Orgánica de la entidad o empresa disponga lo contrario), pues se trata de bienes ajenos a
los principios del Derecho Público.

Por consiguiente, son embargables, sin ningún tipo de limitación, los bienes de:

a) El Banco de Reservas de la República Dominicana


b) La Comisión Administrativa Aeroportuaria
c) La Autoridad Portuaria Dominicana
d) La Corporación de Fomento de la Industria Hotelera y Desarrollo del Turismo
e) El Instituto Nacional del Algodón
f) El Instituto de Estabilización de Precios
g) El Centro Dominicano de Promoción de las Exportaciones

Pese a la aplicación general del principio establecido en los artículos 2092 y 2093 del Código
Civil y a la naturaleza del Banco Nacional de la Vivienda; de las Asociaciones de Ahorros y
Préstamos, el legislador, tomando en cuenta el carácter de las cédulas hipotecarias que él
expide o garantiza, ha dispuesto que los créditos hipotecarios de la institución sólo son
embargables por los tenedores de las cédulas hipotecarias emitidas por ella. Se trata en este
caso de una limitación al principio enunciado por los citados artículos del Código Civil y no
de una inembargabilidad que incluye a todos sus bienes.

Excepciones. Como excepciones al principio de la embargabilidad aplicada a los bienes del


dominio privado del Estado ha sido establecida la inembargabilidad en los siguientes casos:

a) Para los bienes del Consejo Estatal del Azúcar (CEA); y


b) Para la Corporación Dominicana de Empresas Estatales (CORDE).

Inembargabilidad de los bienes de la Iglesia Católica.

Criterios semejantes a los que hemos hecho referencia al tratar de la inembargabilidad de los
bienes del Dominio Público del Estado y de sus instituciones, explican la inembargabilidad de
los bienes de la Iglesia Católica y de sus dependencias.
Desde el descubrimiento hasta la independencia la Iglesia Católica ha venido recibiendo el
apoyo de los diferentes gobiernos que hemos tenido, hasta convertir su religión en la religión
del Estado. Lo que ha servido de base para afirmar la inembargabilidad de los bienes de la
Iglesia Católica y los de sus instituciones.

Esta inembargabilidad tiene su fuente en el hecho de que, el 30 de junio de 1954 del Congreso
Nacional, aprobó el Concordato entre la Santa Sede y la República Dominicana. Según este
convenio, el Estado Dominicano reconoce y garantiza la propiedad de la Iglesia Católica: a)
sobre los bienes muebles e inmuebles que el Estado reconoce le pertenecen; b) sobre los
bienes que después de la Ley de 1931 la Iglesia ha legítimamente adquirido o adquiera,
incluidos los que han sido o sean declarados monumentos nacionales; c) sobre los templos y
otras edificaciones con fines eclesiásticos que el Estado ha venido construyendo desde 1930,
y que construya en adelante. Mediante el mismo convenio el Estado Dominicano reconoce: a)
la religión Católica, Apostólica y Romana, como la religión de la Nación Dominicana, que
gozará, por tanto, de los derechos y de las prerrogativas que le corresponden de conformidad
con la Ley Divina y de Derecho Canónico; b) la personalidad jurídica internacional de la
Santa Sede y del Estado de la ciudad del Vaticano; c) la personalidad jurídica de todas las
instituciones y asociaciones religiosas existentes en la República a la entrada en vigor del
acuerdo, siempre que hayan sido instituidas según el Derecho Canónico; d) la personalidad
jurídica de la Diócesis y de la Prelatura Nullius y sus instituciones anejas, de las parroquias,
de las Ordenes y Congregaciones Religiosas, de las Sociedades de Vida Común, de los
Institutos Seculares de perfección cristiana canónicamente reconocidos, sean de derecho
pontificio o de derecho diocesano, de sus provincias y de sus casas; e) la personalidad jurídica
de las entidades de la misma naturaleza de las ya citadas, que sean ulteriormente erigidas o
aprobadas en la República Dominicana, por las autoridades eclesiásticas competentes. Para
fines de conocimiento por parte del Estado de las instituciones y asociaciones existentes al
momento de la resolución citada y que en virtud del acuerdo ratificado adquieren personalidad
jurídica, las autoridades eclesiásticas se obligaron mediante el mismo Concordato a
comunicar al departamento correspondiente del Gobierno Dominicano la lista de dichas
entidades, dentro de los dos meses que siguieron a la ratificación del acuerdo por el Congreso
Nacional. Cuando por el contrario, se trata de instituciones o asociaciones erigidas o
aprobadas en el futuro por las autoridades eclesiásticas competentes, éstas se obligaron a
En ese sentido, el Estado Dominicano reconoció la personalidad el Estado del Vaticano, por
lo que permitir la embargabilidad de sus bienes, es atentar contra las normas del Derecho
Internacional.

Inembargabilidades fundamentadas en el carácter personal de ciertos bienes.

Estos son aquellos bienes que aparecen unidos íntimamente a la persona del deudor, y que si
bien ocasionalmente puede llegar a tener valores pecuniarios o de otra naturaleza, no son éstos
los primeros que toma en cuenta el Derecho, sino la primera característica; por lo que se
benefician de cierta inmunidad frente a las ejecuciones.

Se trata de la inembargabilidad de la propiedad intelectual; de las correspondencias, cartas


confidenciales y misivas; de los derechos extra-patrimoniales (derechos políticos, derechos
públicos, derechos inherentes a la personalidad, derechos de goce legal deducidos de las
relaciones de parentesco y afinidad); y derechos de uso y habitación.

Inembargabilidades para protección del deudor y su familia.

El Código de Procedimiento Civil colocó teóricamente la persona del deudor por encima del
interés patrimonial del acreedor. Es por esta razón que la legislación revolucionaria abolió la
prisión por deudas civiles y tomó otras medidas protectoras de las personas. Por encima del
interés del acreedor, el deudor tiene derecho:

a) a la subsistencia, como derecho primario de todo hombre


b) a la honra, tanto propia como a de su familia
c) al trabajo, no sólo asalariado sino también independiente; así como los medios
indispensables y mínimos con los cuales iniciar o continuar una actividad productiva

La familia, como célula primaria de la sociedad, también encontró protección legislativa


frente a las vías de ejecución. Dentro de estas orientaciones se inscriben:

a) la inembargabilidad de los bienes dotales;


b) la inembargabilidad del bien de familia;
c) las restricciones a los embargos en los diferentes regímenes matrimoniales.

Las inembargabilidades o restricciones a las medidas ejecutorias sobre los bienes a que hemos
hecho referencia comprenden al embargo retentivo al embargo ejecutivo, a ambos y otras
medidas ejecutorias a la vez (como en el caso de los bienes de la comunidad y bienes dotales);
así como al embargo inmobiliario (como sucede en el caso de los bienes de la comunidad,
bienes dotales y bienes de familia). Unas tienen su base directamente en la ley y
particularmente en la constitución; otras, aunque tienen su base en la ley, encuentran
explicación más directa en la convención de las partes.

Inembargabilidades para protección del deudor.


Corresponden a estas inembargabilidades las previstas por las partes 2da., 3ra. y 4ta. del
Artículo 581 del Código de Procedimiento Civil; el Artículo 580 del mismo Código; y el
Artículo 192 del Código de Trabajo; estas son:

a) Inembargabilidad de los suministros adjudicados por la justicia para alimentos. Se


trata de los suministros adjudicados por decisiones judiciales para solventar
necesidades alimentarias.
b) Inembargabilidad de las sumas y objetos donados o legados con declaración expresa
de inembargabilidad. Para la aplicación de esta se exige:

1) de la manifestación expresa, libre y exenta de todo vicio de la voluntad del


propietario de los bienes;
2) que esa voluntad se haya manifestado ya por medio de un testamento ya por
medio de un acto de donación;
3) que dichos actos no estén afectados de nulidad, es decir que al levantarlos se
hayan cumplido los requisitos tanto de forma como de fondo que les son
propios.
4) que el otorgamiento del testamento o del acto de donación se hayan realizado
dentro de los márgenes de las cuotas disponibles

c) Inembargabilidad de las sumas y pensiones donadas para alimentos, sin declaración


expresa de inembargabilidad. Estas se desprenden de las tres últimas partes del citado
artículo 581, el cual dispone que resultan inembargables "los suministros adjudicados
para alimentos por la justicia y las sumas de dinero, objetos y pensiones donados o
legados para alimentos".

d) Inembargabilidad de los sueldos, pensiones debidas por el Estado y organismos


autónomos.
e) Inembargabilidad del salario del trabajador. Esta encuentra su fundamento en el
artículo 192 del Código de Trabajo, el cual dispone que: "El salario es inembargable,
salvo en la tercera parte por pensiones alimenticias"; con la finalidad de proteger la
remuneración del trabajador, ya que ella le permite alcanzar su bienestar material y
desarrollo espiritual, lograr una posición digna en la sociedad y obtener los medios
para su subsistencia.

Inembargabilidades para proteger la subsistencia.


Nos referimos a las inembargabilidades previstas por las partes séptima y octava, del Artículo
592 del Código de Procedimiento Civil, con las cuales el legislador vino a completar la
protección de la subsistencia tanto del deudor como de su familia, la cual había establecido
parcialmente en las partes segunda y cuarta del Artículo 581 del mismo Código.

Estas cuales son: las inembargabilidades de "los granos, harinas y géneros para la
manutención del embargado y de su familia durante un mes", y de "una vaca, tres ovejas o dos
cabras, a elección del embargado, con la paja, yerba o forraje y granos necesarios para el
pesebre, o su sostenimiento durante un mes".

Sin embargo, estas prohibiciones de embargo desaparecen, en dos eventualidades:

a) cuando se trata de créditos por causa de alimentos;


b) cuando se trata de créditos garantizados, ya por un privilegio general, ya por un
privilegio especial

Inembargabilidad para proteger la decencia y el pudor.


En este sentido la segunda parte del artículo 592 del Código de Procedimiento Civil dispone
la inembargabilidad del "lecho cotidiano de las personas embargadas y de los hijos que
habiten con ellas y las ropas del preciso uso de los mismos".

Para los fines de aplicación de la referida disposición legal debemos entender por lecho
cotidiano: la cama, colchones, almohadas, sábanas, cubrecamas y otros accesorios, que
puedan considerarse como de uso diario o permanente y que sean indispensables para el
reposo, tanto del deudor como de los hijos que habitan con él. Por tanto, no es extensible la
inembargabilidad a aquellas partes del lecho que sólo son de uso accidental, sea que se
encuentren en el domicilio o residencia ordinaria del deudor, sea que se encuentren en una
residencia o lugar sólo visitado ocasionalmente por dichas personas.
Por ropas del preciso uso debemos entender las vestimentas, tanto interior como exterior, con
que se cubren el deudor y los hijos que habitan con él, al momento del embargo; así como
zapatos y cualquier otro medio que empleen las personas mencionadas cubrir sus cuerpos
contra los efectos de la naturaleza o por razones de decencia y de pudor sociales.

Inembargabilidad para protección del derecho al trabajo.


Esta comprende las de:
a) "los libros relativos a la profesión del embargado, elegidos por éste y que alcancen
hasta el valor de trescientos pesos";
b) las de "las máquinas y aparatos dedicados a la enseñanza, a la práctica o ejercicio de
ciencias y artes, hasta el valor de la suma de trescientos pesos, elegidos por la persona
embargada";
c) las de "los instrumentos de los obreros, necesarios para el arte u oficio a que puedan
estar dedicados".

Con todas ellas se procura proteger el derecho a realizar un trabajo independiente con el cual
el embargado pueda garantizarse la subsistencia; se aplican a personas que ejercen actividades
entre las cuales no pueden establecerse niveles claramente diferenciados: las que ejercen
actividades científicas y manuales; igualmente a personas que ejercen actividades
convergentes con las dos primeras: las que ejercen actividades artísticas.

Inembargabilidades para protección de la familia.


La protección de la familia del embargado va normalmente unida a la protección del deudor
como tal. Sin embargo, no siempre que se protege al deudor se protege a la familia.

El legislador establece la inembargabilidad, o bien las limitaciones a los embargos, con la


finalidad de proteger a la familia como institución. Sucede así en la inembargabilidad de los
Bienes Dotales (Art. 1554 del C. C.); la inembargabilidad del Bien de Familia (Ley Nº 1024
del 24 de octubre de 1928); y las limitaciones a los embargos en los diferentes regímenes
matrimoniales.
OBSTÁCULOS A LOS EMBARGOS.

Bajo este concepto estudiamos los hechos jurídicos que afectan los bienes del deudor o el
título del acreedor y que impiden, unas veces, la realización del embargo; o su desarrollo
normal, otras veces.

Estos tratan de las situaciones ya de hecho, ya de derecho, relativas a los bienes sobre los
cuales debe realizarse el embargo, o a los títulos mediante los cuales debe realizarse la
persecución. Dentro de las primeras se encuentran el precedente embargo, el estado de
indivisión y la quiebra del deudor. Dentro de las segundas se encuentran el plazo de gracia y
la impugnación por falsedad del documento que sirve de título al embargo.

Las líneas que separan los obstáculos de los incidentes propios de los embargos no son, del
todo, claras y exactas; explicables en gran medida en una ausencia de tratamiento legislativo,
jurisprudencial y doctrinario. Lo cierto es, sin embargo, que cuando las situaciones que hemos
designado como obstáculos no son respetadas, permiten a la parte perjudicada hacer alegatos
que impiden la continuación de los procedimientos. Puede decirse en estos casos que los
obstáculos se convierten en fuentes reales de verdaderos incidentes y por tanto, para ser
invocados deben someterse a los procedimientos previstos para estos últimos.

En ocasiones no incumbe a las partes alegar la existencia de los obstáculos, sino a los
funcionarios que tienen que ver con la realización de ciertos actos relativos a los embargos.
Sucede así en el caso del guardián de bienes muebles embargados que está en la obligación de
indicar al alguacil que se presente a embargar, la existencia de un precedente embargo sobre
los mismos bienes. Sucede igualmente con los Conservadores de Hipotecas y los
Registradores de Títulos a los cuales es presentado un embargo inmobiliario para los fines de
transcripción o inscripción, y quienes están en la obligación de negarse a realizarlas cuando ya
hayan transcrito o inscrito otro, sobre el mismo inmueble.

En estos últimos casos si bien no corresponde a las partes dar a conocer la existencia del
obstáculo, es a ellas a quienes incumbe plantear los inconvenientes que la actitud del
funcionario provoca; constituyéndose entonces el obstáculo inicial en la fuente de un
incidente posterior que viene a turbar el desarrollo normal de los procedimientos
persecutorios.
No todos los obstáculos a que tienen las mismas características, ni se someten a las mismas
reglamentaciones, como tampoco tendrán iguales incidencias sobre la suerte de las medidas
ejecutorias;

Tipos de Obstáculos
1. Precedente embargo
2. Estado de indivisión
3. La quiebra del deudor
4. El plazo de gracia
5. La impugnación por falsedad del documento que sirve de título al embargo.

1. Precedente embargo
Un precedente embargo constituye, en principio, un obstáculo para un segundo embargo.
Esta restricción es aplicable tanto en los casos de embargos conservatorios como de embargos
ejecutorios

En cuanto a los Embargos Conservatorios, el artículo 58 del Código de Procedimiento


Civil dispone que: "Si al hacer un embargo conservatorio el alguacil encontrare que los bienes
han sido ya embargados, procederá a la comprobación de los mismos de acuerdo con el acta
de embargo que deberá presentarle el deudor, y hará constar esa comprobación en su propia
acta; de lo contrario, recurrirá al Juez de los Referimientos, después de haber puesto un
guardián en las puertas, si fuere necesario. El acta de comprobación será notificada al primer
embargante y esta notificación valdrá oposición sobre el producto de la venta".

Sin embargo, las disposiciones del artículo 58, no será aplicable al embargo reivindicatario y
al retentivo, ni a la medida conservatoria de inscripción de hipoteca judicial provisional.

a) En cuanto al embargo reivindicatario, porque mediante él se persigue recuperar la


posesión, la propiedad, el usufructo o la garantía sobre un bien mueble, sin tomar
en cuenta las manos en donde se encuentre, por tratarse del ejercicio del derecho
de persecución.

b) En cuanto al embargo retentivo, en razón de que es de principio, que varios


acreedores pueden trabar sucesivamente embargos retentivos en perjuicio de un
mismo deudor y en manos de un mismo tercero embargado, sin que la prioridad en
el embargo dé lugar a un privilegio sobre las sumas embargadas, concurriendo
todos en la proporción de sus créditos respectivos en la distribucion; salvo el caso
en que uno de los acreedores haya obtenido y notificado una sentencia de
validación y atribución del crédito embargado

c) Y, en cuanto a la inscripción de la medida conservatoria de hipoteca judicial


provisional, en razón de que la inscripción de tal medida no obstaculiza la
inscripción de otras hipotecas. No existiendo limitación en cuanto al número de
hipotecas que se pueden inscribir sobre el mismo inmueble.

En cuanto a los embargos ejecutorios, porque la existencia de un primer embargo ejecutorio


constituye, en principio, un obstáculo a un segundo embargo de la misma naturaleza sobre los
mismos bienes o derechos. Excepcionalmente resulta diferente: sólo la transcripción o
inscripción de un primer embargo inmobiliario constituye un obstáculo a la transcripción o
inscripción de un segundo sobre el mismo inmueble; por lo que, el simple hecho de trabar un
primer embargo inmobiliario no es un obstáculo a un segundo sobre el mismo bien si el
primero no ha sido inscrito o transcrito. De igual manera, un primer embargo de renta no es
un obstáculo a un segundo sobre la misma renta, prohibiéndose sólo la continuación de ambos
luego de la denuncia

En este sentido pueden presentarse en este caso:

Primero, cuando un alguacil se presenta a embargar ejecutivamente y encuentra que ya todos


los bienes muebles del deudor se hallan embargados, y un guardián ha sido nombrado para su
conservación y vigilancia; en esta eventualidad el alguacil actuante está impedido de
embargar de nuevo los mismos bienes. Se limitará, pues, levantar acta de comprobación,
tomando como base el acta del embargo al precedente, que estará obligado el depositario a
presentarle. Dicha acta de comprobación será notificada al primer ejecutante, a quien se le inti
mará al mismo tiempo para que en la octava proceda a la venta.

Segundo, cuando el alguacil que va a embargar encuentre parte de los bienes del deudor
afectados por un embargo ejecutivo precedente.

Tercero, cuando el alguacil que va a embargar ejecutivamente encuentre embargados


conservatoriamente los bienes del deudor. En esta eventualidad, el ministerial actuante puede
trabar el nuevo embargo; debiendo dársele al primer embargo conservatorio el valor de una
oposición a la distribución del producto de la venta resultante del segundo embargo, por
aplicación analógica de lo dispuesto por el Artículo 58 del Código de Procedi miento Civil.

En los casos del embargo de rentas. Un precedente embargo de rentas no constituye un


obstáculo a un segundo. El Artículo 653 del Código de Procedimiento al disponer, que "En
caso de que la renta se haya embargado por los acreedores el procedimiento ejecutivo
corresponderá al que primero lo hubiese denunciado", no rechaza la posibilidad de varios
embargos sobre la misma renta. Sin embargo, la misma disposición prohíbe que se puedan
continuar dos o más procedimientos ejecutivos al mismo tiempo, por lo que en caso de varios
embargos, el procedimiento corresponderá al que primero lo haya denunciado. Si dos o más lo
hubieren denunciado al mismo tiempo la persecución del procedimiento corresponderá al
portador del título más antiguo. Si los títulos son de la misma fecha, al abogado más antiguo.

En los casos del embargo inmobiliario. Al igual que ocurre en el embargo de renta la
existencia de un precedente embargo inmobiliario no constituye obstáculo a un segundo;
situación esta última explicable en el hecho de que dados los procedimientos que se siguen
para este embargo, los diferentes acreedores de un mismo deudor pueden desconocer la
existencia de un precedente embargo sobre el mismo inmueble hasta el momento de la
transcripción o inscripción de otros. Es el sistema de publicidad a que están sometidos todos
los actos relativos a la propiedad inmobiliaria lo que permite al segundo persiguiente
informarse de la existencia de un precedente procedimiento ejecutorio sobre el mismo
inmueble y es por lo que el obstáculo a la continuación de dos embargos sobre el mismo
inmueble aparece en el momento de la transcripción o inscripción.

2. El estado de indivisión
En cuanto a este respecto, el legislador estableció en el Artículo 2205 del Código Civil que:
"Sin embargo, la parte indivisa de un coheredero en los inmuebles de una sucesión, no puede
ponerse en venta por sus acreedores personales antes de la partición o licitación que pueden
promover si lo hubieren considerado oportuno, o en los que tengan derecho a intervenir según
el Artículo 882, título de las sucesiones".

Esto se debe a tres razones fundamentales. La primera, porque los bienes para ser
susceptibles de embargo deben estar plenamente determinados y encontrarse libres de toda
condición en el patrimonio del deudor y en el caso de los bienes indivisos no sólo no están
precisados los que pertenecen al deudor, sino que el derecho de éste puede verse afectado
durante el proceso de partición. La segunda, porque de embargarse bienes indivisos la venta
puede verse afectada de nulidad por incluir bienes ajenos (Art. 1599 C. C.). Y, la tercera,
porque no sólo habría inconvenientes para fijar el precio de la venta dada la indefinición de
los bienes embargados, sino también para fijar el límite de los derechos de propiedad
transferidos al adjudicatario; dando lugar a la inaplicación de la primera parte del Artículo
717 del Código de Procedimiento Civil, según la cual "La adjudicación no transmite al
adjudicatario más derechos a la propiedad, que los que tenía el embargado".

3. El estado de quiebra del deudor


El estado de quiebra del deudor constituye un obstáculo a los embargos de sus bienes, lo cual
tiene fundamento en el artículo 571 del Código de Comercio, que dispone: "A contar de la
sentencia declaratoria de la quiebra, los acreedores no podrán proceder a la expropiación
forzosa de los inmuebles sobre los cuales no hubiere hipotecas".

Entonces, estas disposicion solo pueden ser aplicadas a los deudores declarados en quiebra y
para que esto ocurra se requiere que:

1° Que el comerciante se encuentre en cesación de pago


2° Que la quiebra haya sido declarada por medio de una sentencia, puesto que la
quiebra no es virtual.

4. El plazo de gracia concedido al deudor.

El plazo de gracia es una medida de carácter judicial, por lo que se requiere siempre la
intervención de un tribunal para que lo otorgue y establezca las condiciones bajo las cuales se
regirá.

La ausencia de un título ejecutorio es en la práctica el principal obstáculo o para que el


acreedor pueda realizar la ejecución contra su deudor, sin embargo, la situación se invierte
cuando el acreedor, teniendo un título ejecutorio, se ve imposibilitado de embargar los bienes
de su deudor. Esta última situación es la que ciertamente ocurre cuando el deudor ha sido
beneficiado con un plazo de gracia otorgado, por la misma sentencia que estatuye en cuanto al
crédito; o por el juez de la ejecución o el juez de los referimientos, si se tratara de una
ejecución llevada a cabo en base a un título ejecutorio diferente a la sentencia.
El plazo de gracia se convierte, pues, en un obstáculo a las medidas de ejecución, en cuanto
impide que ellas puedan ser trabadas, o bien impide que ellas puedan ser continuadas cuando
luego de iniciadas el tribunal competente lo otorga. Sin embargo, los efectos que él produce
no son absolutos, ya que no constituye obstáculo a las medidas conservatorias, aunque sí a las
ejecutorias.

El plazo de gracia es el diferimiento temporal de la fecha del cumplimiento de la obligación


por parte del juez y en violación a lo acordado por las partes, en este sentido los tribunales
deben usarlo con gran discreción y cautela; sin excesos y con sujeción a las restricciones que
la propia ley establece, ya que tratándose de una facultad excepcional concedida al juez no
hay oportunidad a hacer de ella una interpretación extensiva.

El tribunal competente para otorgar el plazo de gracia es el del domicilio del demandado; al
otorgarla dicho juez debe someterse a dos tipos de condiciones: la primera de puro hecho; la
segunda estrictamente jurídica.

5. La impugnación por falsedad del documento que sirve de título al embargo.


El embargo es un acto jurídico que encuentra su razón de ser en otro acto jurídico, que
aparece contenido en un documento que hemos llamado Título. Sólo en la medida en que el
título que sirve de base al embargo es válido, puede éste también ser considerado válido.

La validez del título puede ser cuestionada por muchas razones, entre ellas por estar alterada
la verdad que se presume contenida en él. Ella constituye un obstáculo a la realización del
embargo, desde el momento en que se inicia, sin necesidad de intervención del tribunal; o
desde el momento que el tribunal apoderado de la impugnación decide suspender
provisionalmente la ejecución del título.

Cabe examinar las influencias de tales procedimientos en cuanto a las vías de ejecución y los
titulos a los cuales se aplican.

En principio, todo embargo debe ser trabado en base a un título que, además de tener otras
condiciones, debe ser auténtico. Sólo excepcionalmente un acto bajo firma privada puede ser
utilizado para trabar un embargo. El hecho de ser auténtico hace presumir en el acto que
justifica un embargo una verdad en su contenido. Es la alteración de esa verdad a lo que
llamamos falsedad. Y, no todas las impugnaciones por falsedad de los títulos que permiten la
realización de los embargos, actúan de la misma manera sobre estos últimos.
En materia de Vías de Ejecución la prueba tiene que hacerse forzosamente por escrito y en
base a un documento, que además de contener un crédito, debe ser tenido como veraz, ya por
la calidad del funcionario que ha participado en su instrumentación, ya por la actitud asumida
frente a su contenido por parte del deudor. Esto determina por una parte que el tema de la
falsedad en el campo ejecutorio esté limitado a lo que conocemos como Falsedad en Escritura,
no alcanzando a otros tipos de falsedades como las de monedas, de la noticia, de testimonio,
etc.

Por otra parte, como la prueba para fines de ejecución debe hacerse, en principio, con un
documento auténtico y sólo excepcionalmente se permite al uso del acto bajo firma privada, la
falsedad en el campo ejecutorio aparece también principalmente limitada a lo que conocemos
como falsedad en Acta auténtica; quedando restringida la falsedad en escritura privada al
campo del embargo retentivo.

En consecuencia la falsedad en el ámbito de las Vías de Ejecución está circunscrita:

1. A las sentencias, autos ejecutorios, actos notariales que contienen obligación


de pagar sumas de dinero, certificados de títulos, actos de alguaciles y otros
actos auténticos que contengan deudas de suma de dinero.

2. A los actos bajo firma privada que permiten el embargo retentivo. Cuando
ellos han sido objeto de un procedimiento por falsedad principal penal a causa
de una falsedad material, su fuerza ejecutoria queda inmediatamente en
suspenso. Sucede de igual manera cuando estos actos hayan sido objeto de
denegación y hasta que se haya agotado el procedimiento de verificación.

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