Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Democracias y Democratizaciones Morlino

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 16

2.

LAS ALTERNATIVAS NO DEMOCRÁTICAS Las alternativas 110 democráticas 29

sobre las importantes transf~rmaciones que han experimentado esos


país~s, también políticas. Y es importante asimismo considerar que la
novedad política más importante del siglo vino del surgimiento de un
cierto papel, activo o pasivo, de la sociedad civil, así como de las ac-
ciones puestas en marcha: para impedir o limitar dicho papel. En par-
ticular, desde el punto de vista de los regímenes autoritarios, estas ac-
ciones se pueden considerar como una de las posibles respuestas,
preventivas o sucesivas, por parte de algunas élites políticas a la de-
l. LAS DIMENSIONES RELEVANTES manda, potencial o real, de que se reconozca un papel y un espacio
político a las clases sociales inferiores. ·
El análisis y la corre~pondiente definición de l~s .r~gímenes no dem~­ Con estas precisiones, se puede añadir ahora que los modelos de
cráticos son necesarios para esclarecer la transicion desde estos regi- régimen no democrático son fundamentalmente tres: el principal es el
menes a la democracia, así como para examinar otras dos formas de ¡¡utoritarismo, lo acabamos de recordar; el segundo, muy importante
transición, la de un régimen democrático a uno no democrático y la por los casos en los que se ha materializado, el totalitarismo; el tercero
que se produce entre distintos regíme~es no democráticos, aun~ue es el régimen tradicional. Los tres serán analizados a lo largo de este
esta última no será central en este trabajo 1, y para comprender cuáles capítulo, pero se prestará una mayor atención a los regímenes po-
son las alternativas no democráticas presentes y vigentes en el panora- tencialmente más relevantes para las áreas a las que pretendemos refe-
ma de los regímenes no democráticos que estamos trazando. En este rirnos, sobre todo parece oportuno partir de las dimensiones más
sentido, este capítulo considerará tanto los regímen~s pasados y no ~e­ significativas para aclararnos entre la gran variedad del genus no de-
producibles como los regímenes no democrá?cos vigentes ~ 9-ue resis- mocrático. Por lo tanto, se puede comenzar con la definición de Linz
ten. Se puede decir de entrada que en el ámbito no de_mocratlco los re- sobre el régimen autoritario:
gímenes autoritarios son el gen:us al que han p~rtenecido a lo largo del
siglo :xx-y pertenecen aún hoy- el mayor numero de casos. Es el ge- [... ] uri sistema político con pluralismo limitado y no responsable, sin una
nus más complejo y abigarrado, que plantea los mayores pro?lemas elaborada ideología-guía, pero con mentalidades características, sin moviliza-
analíticos no sólo de reconstrucción histórica. De los otros tipos de ción política extensa o intensa, más que en algunos momentos de su desarro-
no-demo~racia, los ejeJllplos seguros son mucho más limitados y se les llo, y con un líder o a veces. un pequeño grupo que ejerce el poder dentro de
límites formalmente mal definidos, pero en realidad bastante predecibles
dedicará menor atención. . · · (Linz, 1964: 255).
Conviene tener una cierta cautela ante tales regímenes y las áreas
geopolíticas afectadas. Neéesariamente el análisis dará pri~ridad a Tal definición permite distinguir algunas dimensiones relevantes:
áreas como la europea y la latinoamericana, sobre las que existe una la primera, el grado de pluralismo político, que tiene que ver con la so-
base de investigaciones y de estudios en los ql!,e ~poyarse. y que en_t~a:i ciedad y sus sectores políticamente activos y determinantes para el ré-
en elfocus de este trabajo. En cambio, ~ara Afnca y 1?-~i~ los a_nálisis gimen y sus políticas; la segunda es la ideología o, mejor, la justifica-
· son muy pocos y, en cualquier caso, es rncluso muy difícil decir ante ción ideológica del régimen; la tercera, el grado de participación y
qué tipo de autoritarismo o de no-democracia nos encontramos. Por movilización política, que también tiene que ver con la sociedad políti-
otra parte, después de la gran atención que se ha prestado a algunos ca; la cuarta, la presencia y la composición del grupo que ejerce el po-
países que pertenecen a estas áreas en los años sesenta, tra~ los proce- der; finalmente, la quinta, la presencia de normas ambiguas y mal defi-
sos de descolonización, en las décadas siguientes se ha registrado una nidas, subraya un aspecto general de las normas y los procedimientos
notable caída del interés de los estudiosos que no han profundizado propios del régimen autoritario.
Las dimensiones más importantes con el fin de profundizar mejor
1 Sobre este tema, véase Morlino (1990). en los regímenes no democráticos son las tres primeras (la cuarta se
30 Leonardo Morlino Las alternativas 110 democráticas 31

considera .en relación con la primera, mientras que la quinta se refiere Dichos actores no son políticamente responsables según el mecanis-
específicamente al ámbito autoritario y se recuperará en el próximo mo típico. de las democracias liberales de masas, es decir, a través de
apartado). A estas tres primeras es preciso añadir rápidamente, subra- elecciones libres, competitivas, limpias. Si existe "responsabilidad",
yando su importancia, otra dimensión que se suele olvidar. Se trata de ésta es válida a nivel de "política invisible" en las relaciones reales, por
la estructuración institucional que presenta el régimen y que es siem- ejemplo, entre militares y grupos económicos o propietarios de tie- .
pre muy relevante en numerosas transiciones a causa de la herencia," rras. Además, las elecciones u otras formas de participación electoral
en ocasiones importante, que las instituciones una vez creadas y esta- que eventualmente puedan existir, tales como las consultas directas
bilizadas durante un determinado número de años dejan después en mediante plebiscitos, no tienen un significado democrático y, sobre
el nuevo régimen, aunque sea ya un régimen democrático. todo, no se caracterizan por la auténtica competición propia de los re-
Veamos ahora las cuatro dimensiones efectivamente más significa- gímenes democráticos. Tienen ante todo un significado simbólico de
tivas: legitimación, expresión de consenso y apoyo a favor del régimen por
parte de una sociedad civil controlada y no autónoma.
l. Participación. En el nivel de interacción entre sociedad e insti- La noción de pluralismo limitado sugiere la importancia de la iden-
tuciones, por consiguiente, el aspecto más importante a considerar es . tificación de los actores relevantes en cada régimen autoritario para en-
la movilización o el quantum de participación de masas inducida y tender mejor tanto la estructura del régimen como las políticas que
controlada desde arriba. A la sociedad política no se le reconoce ni desarrolla. Esta noción nos lleva al concepto de coalición dominante.
autonomía ni independencia; en las fases de mayor estabilidad, la polí- Sobre la noción de coalición de actores fundadores delrégimen autori-
tica de los gobernantes será implementar algunas políticas que man- tario, o bien sobre la coalición dominante en que se basa, debemos ha-
tengan a la sociedad civil fuera de la arena política: en todo caso, un cer algunas precisiones. Con esta noción se entiende, en sentido am-
nivel muy bajo de participación, ni extenso ni intenso, puede ser de- plio, el conjunto de los grupos sociales políticamente activos que
seable y controlable desde arriba. Esta situación tiene dos implicacio- apoyan al régimen en su fase de instauración y en los periodos siguien-
nes a nivel de régimen: 1) la existencia de aparatos represivos eficaces tes, o bien la base social del régimen; y, en sentido estricto, las élites, ex-
capaces de realizar las mencionadas políticas de desmovilización, tales presión directa o indirecta de aquéllos grupos que participan en la ges-
como los servicios de seguridad, autónomos o dentro de la estructura tión gubernamental del propio régimen en cuanto que ocupan
militar; 2) la parcial debilidad o la ausencia de estructuras de moviliza- . posiciones de poder en las estr~cturas clave del régimen autoritario.
ción, tales como el partido único o instituciones estatales similares, es El tema en que debemos fijarnos es que tales grupos y sus élites
decir, las estructuras capaces de provocar y controlar a la vez la parti- forman una coalidón, a veces solamente de .hecho, en otras ocasiones·
cipación. Obviamente, también existe otro aspecto implícito que no como resultado de un acuerdo explícito y consciente, sobre las moda-
se puede olvidar: la ausencia de garantías reales para el ejercicio de los lidades concretas de resolución de los conflictos políticos -por ejem-
distintos derechos políticos y civiles. plo, principalmente el conflicto de clase y todas las cuestiones concre-
2. Pluralismo. Después, es muy importante el grado de pluralismo tas que están conectadas con él-. Este acuerdo se crea en beneficio ·
limitado y no responsable que puede ir desde el monismo a un cierto de los actores que forman parte de la coalición y, al mismo tiempo, ex-
número de actores relevantes y activos en el régimen. Por eso, para cluye y margina a todos los otros -por ejemplo, campesinos u obre-
cada régimen no democrático habrá que observar cuáles son los acto- ros más o menos activos políticamente a través de los partidos o los
res relevantes, distinguiendo entre actores institucionales y actores so- sindicatos de clase-. La marginación política se alcanza gracias a la
ciáles políticamente activos. Los primeros son, por ejemplo, el ejérci- combinación de represión policial y el uso del aparato ideológico
to, la burocracia o una parte de ella, el posible partido único; los adoptado por las élites del régimen para su propia legitimación. La
segundos, la Iglesia, los grupos industriales o financieros, los terrate- instauración de un régimen no democrático, sobre todo cuando se
nientes, en alguna medida incluso los sindicatos o las estructuras eco- materializa después de un régimen democrático, suele ser el resultado
nómicas transnacionales que tienen importantes intereses en el país. de un coalición "anti-algo", más que "por algo", es decir, una coali-
32 Leonardo Morl1i10 Las alternativas no democráticas 33

ción negativa. En contrapartida, tal coalición puede ser más homogé- 3. Justificación ideológica. El grado de elaboración de la justifica-
nea que la democrática: aunque no exista un acuerdo sobre el método ción ideológica del régimen es muy importante. Algunos autoritaris-
(no democrático), sí se está de acuerdo en rechazar determinadas re- mos se distinguen por el hecho de que su legitimación está basada en
composiciones de fracturas, existentes o sólo prefiguradas en el régi- "mentalidades", según la expresión tomada del sociólogo alemán Gei-
men anterior y a veces también en el apoyo positivo de ciertas solucio- ger, es decir, simplemente basada en algunas "actitudes mentales" o
nes. En resumidas cuentas, en el momento de la instauración lá "intelectuales", en.algunos valores, más o menos a"rticulados explícita-
coalición autoritaria puede presentarse como más homogénea y más mente o más o menos ambiguos, sobre los que es más fácil encontrar
sólida ya que existe un cierto acuerdo básico, negativo o positivo, so- un acuerdo entre actores que tienen diferentes características e intere-
bre la naturaleza concreta de los conflictos. En todo caso, la coalición ses también muy distantes (Linz, 1975: 266-269). Se trata de valores
es mucho más homogénea y potencialmente sólida cuanto más amplio tales como la patria, la nación, el orden, la jerarquía, la autoridad, y
sea el acuerdo entre los distintos actores sobre los problemas sustanti- otros de ese tipo en los que las posiciones tradicionales y las moderni-
vos. Y ello a su vez es mucho más fácil si determinadas ideologías, zadoras se pueden encontrar y, de hecho, a veces se han encontrado.
principios o valores aparecen como predominantes dentro de la coali- En todo caso, no existen elaboraciones ideológicas articuladas y com-
ción gobernante. plejas que justifiquen y sirvan para apoyar al régimen. En cambio,
Un papel muy importante en la definición de las características y otros regímenes, como los totalitarios (véase más adelante), presentan
en el funcionamiento concreto de la coalición dominante lo puede elaboraeiones ideológicas mucho más sofisticadas, mientras que otros
desempeñar, y así ocurre con frecuencia, un líder que interactúa con carecen por completo de ellas. En otros, finalmente, la única y efectiva
todos los componentes de la coalición, en tres sentidos: a) haciendo justificación del régimen es de tipo personal, es decir, para servir a un
efectÍvamente de árbitro o mediador emre los distintos intereses, o determinado líder, quizá sostenidó por la tradición si es un monarca
bien b) privilegiando más o menos conscienteme~te, incluso con una que ha llegado al poder por vía hereditaria.
opción ideológica, algunos intereses en relación a otros o, también 4. Estructuración institucional. Una diinensión relevante tiene que
c) subordinando a su propio poder los distintos intereses, a los que a ver con las estructuras políticas que se crean e institucionalizan en el
pesar de todo logra mantener vinculados con diversas estrategias (re- régimen no democrático. Se trata de observar hasta qué punto un de-
laciones de fidelidad personal, promesas, formas de coerción, etc.). terminado régimen autoritario crea y, eventualmente, institucionaliza
La coalición es dominante en térmipos de recursos coercitivos, de nuevas y distintas estructuras políticas que lo definirán, tales como el
influencia, de estatus, usados de modo concreto por los actores pre- partido único, los sindicatos, incluso verticales, en los cuales se en-
sentes en el escenario político para alcanzar sus propios objetivos. Por cuentran tanto los trabajadores como los patrones, distintas formas de
lo tanto, es dominante sobre. todo en el momento de la instauración asambleas parlamentarias, aunque estén basadas en la representación
del régimen. Ello no elimina la posibilidad de que existan otros recur- funcional y corporativa de los intereses (véase más adelante), sistemas
sos del mismo tipo, pero que no se empleen en determinados momen- electorales particulares o incluso juntas militares, órganos constitucio-
tos cruciales. Además hay que añadir, para evitar equívocos, que el nales ad hoc, así como otros órganos específicos y distintos de los del
predominio en términos de recursos implica también la delimitación régimen anterior.
del terreno de los posibles o reales opositores al régimen y a la coali-
ción que lo sostiene. Por lo tanto, siempre es una noción relativa en re- La figura 2.1 presenta una articulación de las cuatro dimensiones
lación a los recursos empleados en el escenario político. Una vez ins- principales y, sobre todo, las relaciona. Así, en una primera aproxima-
taurado el régimen, la coalición puede modificarse gradualmente: ción, es posible proponer la hipótesis de que hay dos modelos no de-
actores minoritarios se pueden marginar, o bien algunos actores pue- mocráticos polares a los que corresponden los extremos de cada una
den adquirir una mayor importancia sobre otros después de las mis- de las dimensiones.
mas vicisitudes que caracterizan a la instauración o como reflejo inter- El primer· polo puede referirse, por decirlo de algún modo, al
no de acontecimientos externos. autoritarismo perfecto, caracterizado por: pluralismo acentuado con
34 Leonardo Morli11 0 Las alternativas 110 democráticas 35

F1GURA2.l. Dimensiones y variaciones relevantes en regímenes no democráticos actores relevantes, ausencia de ideologías y casi inexistente justifica-
burguesía industrial socialismo africano,
dón del régimen, ausenda de movilización y, por consiguiente, de
o comercial, humanismo, parti~i~ación, esc_asa_estructuraci?n típica d~l régime?. El po~o opues-
así como transnacional negritud to tipifica al totalztansmo: ausencia de pluralismo o bien morusmo con
militares oligarquía marxismo- una fuerte presencia del partido único en posición dominante, alto ni-
terrateniente leninismo, vel dé ideologización, alta movilización participante y existéncia de
maoísmo
Coalición Ideología diversas instituciones características del régimen. Entre los dos polos
dominante legitimadora se sitfo,i una gama de configuraciones multidimensionales específicas,
el( )I>
(cuáles y cl!ántos (cuál y cómo de
actores) Iglesia nación articulada)
tanto si se tienen en cuenta los rasgos definitorios de los actores, ideo-
ideología
burocracia tecnocrática, logía, movilización, instituciones específicamente presentes, como si
líder al pueblo racionalista se refleja en la posibilidad de combinaciones mixtas en las que, por
poder ejemplo, a un alto número de actores relevantes le correspónde una
partido único otros actores orden
o hegemónico institucionales autoridad
escasa ideologización, baja movilización, inexistente estructuración.
Siendo tan amplio y diverso el ámbito de variación entre el autoritaris-
mo perfecto y el totalitario, conviene delinear algunos modelos consi-
derados más relevantes, indicando mejor sus características. Esta pro-
puesta deja de lado a los regímenes tradicionales que se considerarán
al final como una categoría en sí misma.
REGÍMENES NO
DEMOCRÁTICOS

II. · AUTORITARISMOS

despolitización

movilización
Ininguna
jefe del
Estado,
parlamento
corporativo,
sindicatos
verticales
Más allá de los distintos intentos de definición del autoritarismo (cfr.
Bayart, 1976), incluso por autores clásicos -por ejemplo, ya Marx
proponía la categoría de bonapartismo, Gramsci la de cesarismo y
otros autores usaban expresiones parecidas como neo-bismarckismo
(Hermet, 1975)-, la definición de Linz (véase páginas atrás) postula
un pluralismo político limitado y no responsable, la presencia de men-
elitista, Movilización Estructuración
presidente talidades características, la ausencia de movilización política extensa o
limitada desde arriba del régimen
(características el( )lo--
. (grado de intensa, salvo en algunos momentos de su desarrollo, un líder o un pe-
y grado) innovación) aparatos de queño grupo que ejerce el poder, límites formalmente mal definidos,
seguridad pero previsibles en el ejercicio de la represión (Linz, 1964: 255). De
juntas,
consejos, partido único las tres primeras características se ha dicho básicamente que: cuando
movilización comités o hegemónico, existe un cierto grado de pluralismo y, por ende, hay más actores polí-
de masas, articulaciones
controlada
ticamente activos o relevantes, se crea también un espacio objetivo
colaterales,
para las oposiciones, aunque sean reprimidas o perseguidas en formas
locales y
centrales y grados diversos. En efecto, el propio Linz (1973) y también Germa-
ni (1975) se detuvieron en el análisis de los distintos tipos y formas de
oposición, semi-oposición y también pseudo-oposición, que podían
36 Leonardo Morlzi10 Las alternativas 110 democráticas 37

existir en este régimen: de la oposición activa a la pasiva, de la legal a las características de la movilización, sobre todo en relación a los otros
la alegal e ilegal. Eri este tipo de régimen, incluso, puede ser más con- tres aspectos anteriormente citados .. Más en concreto, la ideología y la
veniente tolerar un determinado grado de oposición o mantener una coalición dominante darán contenido y sentido a la participación in-
pseudo-oposición que otorga un aire liberal al autoritarismo. ducida y, al menos en los diseños de los líderes, controlada, o bien
En cuanto a las otras dos características, la última, es decir, los limitarán la participación, que es el caso más frecuente de los autorita-
"límites formalmente mal definidos" pero muy previsibles dentro de rismos. Finalmente, se identificarán las instituciones creadas por el ré-
los cuales los gobernantes autoritarios ejercen su poder, se contrapone gimen, incluido el eventual partido único. En los siguientes apartados
a aquella "certeza del derecho", al menos en términos prescriptivos, presentamos los diferentes subtipos autoritarios. ·
propia de los ordenamientos democráticos. En cualquier caso, esta si-
tuación, con frecuencia conscientemente deseada y mantenida, permi-
te a los gobernantes ejercer su poder con mayor discrecionalidad. II.1. Regímenes personales y regímenes militares
La penúltima característica hace referencia a las "autoridades" y,
con mayor precisión, al "líder o pequeño grupo" en el poder. En efec- Con el término regímenes personales se entienden todos los ordena-
to, estos regímenes se suelen caracterizar por una notable personaliza- mientos autoritarios en los que un líder-dictador no temporal desempe-
ción del poder, una visibilidad del líder a veces carismático, o bien de ña un papel central: el líder es no sólo legibus solutus, sino que además
pocas personas que detentan de hecho las palancas del poder porque no depende o no está condicionado en modo alguno por los grupos so-
están presentes en los órganos de la cúpula. ciales o institucionales que le apoyan. Esto significa que los militares o
·En conjunto, para analizar los principales modelos autoritarios los grupos económicos están subordinados a él. No existen organiza-
hay que recuperar todas las dimensiones arriba citádas, aunque los ciones de masas. Las relaciones políticas significativas son cara a cara
"límites mal definidos" son menos útiles para distinguir entre tantos con el líder. En relación con las principales dimensiones antes indica-
autoritarismos de diverso cuño. Volviendo a las cuatro dimensiones das, el pluralismo es escasamente significativo, no existe movilización y
más relevantes, es decir, el pluralismo político que se vincula con el la única y efectiva justificación del régimen es de tipo personal con re-
eventual líder o grupo en el poder, el grado y las formas de moviliza- ferencia al líder en el poder, que considera al país como su propiedad.
ción, la justificación ideológica del régimen y la estructuración del ré- En este sentido, personalismo y patrimonialismo van unidos. La misma
gimen, hay que añadir algunas precisiones. En relación al pluralismo, estructuración del régimen se limita al jefe del Estado, a un grupo de
no sólo es relevante el númúo de actores que formaq la llamada coali- leales en todas las posiciones clave, a una burocracia nombrada por el
ción dominante, sino que hay que indicar también cuáles son dichos líder. Por otra parte, es típico que los regímenes personales nazcan·
actores y si existe un líder fuerte y central en el régimen. Así, esta di- como regímenes autoritarios de un tipo distinto para después conver-
mensión lleva a la distindón entre las diversas coaliciones dominantes tirse precisamente en tales. Brooker (2000: 129 y ss.) ha considerado
compuestas por determinados actores institucionales (burocracia, mi- esta especie de transformación como una degeneración de un régimen,
litares) y/o políticos (partidos, sindicatos) y/o socioeconómicos (gru- militar por ejemplo, o de otro tipo. Más allá de la evaluación, traiciona-
pos oligárquicos de terratenientes, distintos grupos de empresarios, da por el término "degeneración", sigue siendo la característica propia de
burguesía comercial) y cómo el eventual líder se vincula a los otros ac- muchos regímenes personales, la de ser el resultado de un proceso
tores. En relación al apoyo ideológico o basado en las creencias hacia de transformación que se inicia en otro subtipo autoritario. Tal caracte-
el régimen, no basta el intento de fijar el grado de ideologización. Es rística, pero también la instauración del régimen directamente por par-·
indispensable entender también qué valores sirven para justificar y le- te del líder en el poder, hace que los regímenes personales sean clara-
gitimar al régimen: ¿valores tradicionales, modernos o de otro tipo? mente distinguibles de los tradicionales, que se tratarán al final del
En cuanto a la movilización, a pesar de que considerar el quantum de capítulo. Incluso cuando se instaura directamente como tal, el régimen
movilización desde arriba (y su posible institucionalización) sea sin personal no tiene justificaciones ideológicas tradicionales, basadas en
duda alguna el aspecto más importante, conviene integrarla indicando la herencia o en algún argumento religioso. .
38 Leonardo Morli110 .Las alternativas 110 democráticas 39

Los militares, o con mayor frecuencia un sector de las fuerzas ar- miento se realiza sobre bases personalistas o a través de conexiones
madas, o bien un grupo de oficiales, o incluso sólo los oficiales de más tribales. Con frecuencia se trata de regímenes inestables por sus mis-
alto rango, son el actor más importante de lo que por este hecho lla- mas características. Aparte de las cleptcicracias, si hay una oligarquía
mamos régimen militar. Tal sistema político suele nacer de un golpe militar en sentido amplio, si existe un grupo más o menos grande de
de Estado o de una intervención más simple que no supone necesaria- militares, con o sin un primus ínter pares, que antes estaban involucra-
mente un verdadero golpe con recurso explícito a la fuerza. También dos en el golpe y después en el-régimen, hay que señalar otro aspecto
es verdad lo contrario: de los casi doscientos golpes de Estado que se muy interesante referido al efectivo papel pqlítico de esos militares o,
han dado en Asia, África y América Latina en el período que va de en otros términos, a su grado de penetración en las estructuras políti-
1945a1985, muy pocos han dado origen a regímenes militares en sen- cas preexistentes, sociales y económicas. A este respecto, cabe distin-
tido estricto; con mucha mayor frecuencia se han instaurado regíme- guir eficazmente entre "control", en el que los militares desarrollan
nes civiles-militares con características diversas en los que los militares una limitada tarea general de guía de las organizaciones y los sectores,
tenían un papel más o menos relevante. también en gran medida autónomos, "dirección" de los mismos secto-
En cuanto a la ideología, los regímenes militares muy difícilmente res, y "administración", que supone una "colonización" de los dife-
se han justificado recurriendo a racionalizaciones articuladas y co~­ rentes sectores de la burocracia, los negocios, los sindicatos por parte
plejas. A menudo se ha recurrido a principios o a valores tales como el de los oficiales (Finer, 1962: 251 y ss.). Nordlinger vuelve a proponer
interés nacional, la seguridad, el orden, o bien a la necesidad de una en otros términos esta distinción tripartita, diferenciando a los milita-
racionalización tecnocrática que elimine los despilfarros, la corrup- res moderadores de los militares guardianes y de los militares gobernan-
ción, las enormes injusticias. Casi nunca ha existido una política de tes (Nordlinger, ~978: 51-57). En el primer caso, los militares tienen
movilización desde arriba con cierto resultado: debido a las caracterís- un poder de veto, son un grupo de presión potente y politizado capaz
ticas propias de la organización militar, que hacen mucho más difícil de intervenir para destituir al gobierno en ejercicio, su objetivo políti-
la institucionalización de las relaciones entre élite y masas, además de co principal es el mantenimiento del státu qua y el.ordell.
por la situación política en la que se ha producido la intervención, la Históricamente, en América Latina este tipo de militar, y de régi- .
norma es la despolitización y la apatía a nivel de masas. De modo aná- men, se ha ido transformando en uno de los otros dos que acabamos
logo, el régimen militar raramente presenta novedades institucionales de mencionar (Stepan, 1971). Sin embargo, más importante es el pa-
que le distingan del régimen anterior, más allá de la formalización de pel moderador de los militares que da lugar a un régimen militar-civil.
las clásicas juntas o de órganos conciliares más o menos reducidos que En cambio, son auténticos regímenes pretürianos los regímenes con
·son la sede principal de decisiones y de gobierno. Los regímenes mili- militares guardianes, que controlan directamente al gobierno, ocu-
tares casi nunca han creado partidos únicos o parlamentos, que en pando los puestos de toma de decisiones más importantes, que tienen
todo caso han sido su simple emanación. objetivos de orden, conservación e incluso de racionalización econó-
Respecto a la presencia o la ausencia de un líder militar en una po- mica (reducción de la inflación, del gasto público, del d¿ficit presu-
sición predominante respecto al cuerpo de oficiales, en caso positivo puestario). Finalmente, los.regímenes con militares gobernantes son
se puede hablar de una autocracia o, mejor aún, de una tiranía militar. aquellos en los que el control y la penetración militar de todas las es-
Una característica importante de este tipo de régimen es que cuando tructuras políticas, burocráticas, económicas son más profundos. Los
el "tirano" llega a dominar completamente al ejército y a gobernar de objetivos de cambio que se fijan son más radicales y ambieiosos, ya
modo completamente personal, la tiranía militar se convierte en un ré- sean progresistas o conservadores. En estos regímenes es mayor la re-
gimen personal del tipo que líneas antes se abordó. Algunos de estos presión y más alta la probabilidad de que sean duraderos. En ellos a
regímenes han sido etiquetados como cleptocracias (Perlmutter, 1981: veces se intenta, con resultados casi siempre negativos, la formación
41) para señalar la conexión de personalismo y corrupción que los ca- de un fuerte partido de masas. Cuando el intento tiene éxito y el parti-
racteriza. El ejército, que sigue siendo la principal estructura de po- do consigue jugar un papel relativamente autónomo entramos en el
der, es poco profesional, poco cohesionado e ineficiente; el recluta- ámbito de los regímenes ejército-partido.
40 Leonardo Mor/tito Las alternativas 110 democrátic;s 41

Finalmente, sobre la probabilidad de instauración de un régimen rar. Por ejemplo, en Chile en 1973 aunque el papel norteamericano
militar más que uno cívico-militar, existe una relación.directa entre las existió efectivamente, no fue determinante ni para la intervención ni
probabilidades de instaurar y consolidar el primer tipo de régimen para los prop~?s res~tados de~ ?olp~._Precisamente, C~e su~c:ne una
más que el segundo, y la complejidad de la articulación socioeconómi- clásica s1tuac1on de mtervenc1on militar: profunda cns1s política, ca-
ca del país. Si se consideran algunos datos socioeconómicos funda- racterizada por una baja legitimidad del régimen vigente, politización
mentales de los países africanos gobernados en el pasado por regíme- de las clases inferiores, amenaza a los intereses de las clases medias,
nes pretorianos, globalrpente son más negativos que los de países profunda crisis ~conóm.ica, ile~~dad, desorden, .vio~enc~a y ~orri:-?­
gobernados por regímenes cívico-militares o de otro tipo. Esta última dón. Una situación de mestabilidad, con escasa mst1tuc1onalizac10n
observación permite entender cómo fue posible que en las últimas dé- tant~ de las estructuras del régimen, que quizá apenas acababa de al-
cadas en las distintas regiones del Tercer Mundo, y particularmente en canzar la independencia -como efectivamente ha sucedido en diver-
América Latina (con la clara excepción de Paraguay bajo Stroessner, sos países africanos-, como de las estructuras intermedias tales como
que era una tiranía militar), la mayor parte de los regímenes instaura- los partidos y los sindicatos (también autoritarios). .
dos tras un golpe hayan sfdo cívico-militares .. Proposiciones tan generales como ésta son válidas tanto para el
área latinoamericana como para la africana. Por ejemplo, yna investí-
. gación sobre los golpes de Estado que se produjeron en Afr~ca entre
II.2. ¿Por qué intervienen los militares?· 1960, año de la independencia de muchos países de ese contlnente, y
1975, muestra cómo tal fenómeno está fuertemente ligado alá movili-
Antes de prestar atención a los otros modelos autoritarios, resulta útil zación social y a la aµsencia de instituciones políticas consolidadas,
abordar sintéticamente la cuestión de la intervención de los militares. más que a situaciones caracterizadas por divisiones étnicas, regiona-
Acertadamente la mayor parte de los estudiosos se ha detenido en les, locales Q'ackman, 1978). Una investigación posterior confirma y
analizar las motivaciones sociopolíticas o las organizativas internas de amplía las conclusiones de J ackman, demostrando la importancia de
la intervención militar: el llamado pretorianismo. Los temas de fondo la estructura social y política en la explicación de las intervenciones
de la cuestión pueden comprenderse mejor si la interrogante principal militares y remachando tanto el nexo positivo entre movilización so-
sobre las motivaciones de la intervención se examina a través de algu- cial e intervención como el nexo negativo entre mayores niveles de
nas preguntas concretas. participación política e intervención. Amplía esas conclusiones tam-
Primero: ¿por qué en muchos Estados del Tercer Mundo resulta bién, ya que sostiene con otros datos (hasta 1982) la importancia de
derrotado un frágil sistema democrático o cuasi-democrático o inclu- un nuevo factor: los sistemas políticos que han sabido responder me-
so autoritario, de tipo personalista o no? Las razones más importantes jor a los problemas económicos (registrando un crecimiento también
de la intervención militar no son militares, sino políticas, ya que de- · índustdal y una reducción de la dependencia económica o de los mer-
penden de la ausencia de instituciones políticas consolidadas de algu- cados extranjeros) han tenido menos intervenciones militares CTohn-
na manera (Huntington, 1968: 194-198 y apartado 6). · son, Slater y McGowan, 1984). Si nos detenemos únicamente en el as-
Segundo: ¿por qué los actores de la intervención son precisamente pecto económico es interesante recordar que éste ha desempeñado un
los militares? La respuesta es casi obvia, al ser los militares el sujeto papel también en la otra área, América Latina, en donde precisamente
que en cualquier país tiene el monopolio de la fuerza (cfr. Janowitz, la incapacidad de los regímenes cívico-militares para paliar la crisis
1964 y 1977). económica de finales de los años sesenta es uno de los factores que
Tercero: ¿cuáles son las condiciones o precondiciones políticas puede explicar los procesos de democratización acaecidos en la re-
que facilitan la intervención? Muy raros son los casos en los que una gión. ·
intervención externa puede identificarse claramente como determi- Cuarto: ¿cuáles son los aspectos organizativos y estructurales que
nante para provocar la intervención militar. En este sentido, la situa- hacen que los militares sean los actores de la intervención? Una res-
ción interna parece que suele ser el aspecto más importante a conside- puesta sintética y eficaz nos la da Finer (cfr. 1980: 16): "los militares.
42 Leonardo i'vforlino Las alternativas 110 democráticas· 43

con sus cinco ventajas debidas a la organización, disciplina jerárquica, económica, desorden), y a la pérdida de legitimidad del régimen como
comunicación y espíritu de cuerpo, además del hecho de poseer armas otros tantos elementos que desencadenan la intervención militar.
pesadas, son con mucho la organización más poderosa de la socie- La movilización de las clases inferiores es un aspecto que recogen
dad". diversos estudiosos que se han ocupado de América Latina. Nun
Quinto: en última instancia, ¿cuáles so.n las motivaciones que lle- (1968) es uno de los autores que mejor formula el problema partiendo
van a los militares a la intervención? La situación política suministra las del presupuesto dt! la coincidencia de intereses ~ntre m~tares y algi.:-
condiciones de fondo; los aspectos organizativos internos sugieren por nos sectores de las clases medias, a causa del origen social de los pn~
qué los militares son los actores de la intervención y ayudan a enten.der meros, y por el análisis de la debilidad de las clases medias latinoame-
qué diferencias hay entre los regímenes militares y civiles o cívico- ricanas. Así, el estudioso argentino ha acuñado el término de "golpe
militares. Pero a final de cuentas, ¿qué es lo que lleva a una parte de los de Estado de las clases medias" para definir precisamente esta situa-
militares a intervenir? Nordlinger (1978) subraya la preeminencia ción. El interés de clase se puede encontrar también en intervenciones
de los intereses corporativos. En situaciones de desorden civil o de que se ha~ producido en otras áreas g~opolíti~as, como el Oriente
crisis, los militares que se identifican con los intereses nacionales pue- Medio o Africa del Norte, y no necesariamente mvolucra a las clases
den intervenir para prevenir recortes en los gastos de defensa o para medias y al intento de protegerlas de las clases inferiores: a veces, la in-
aumentar dichos gastos. Para apoyar esta tesis, Nordlinger verifica la tervención parte de una identificación con la oligarquía terrateniente
correlación entre los ejércitos intervencionistas o pretorianos y el au- 0 incluso, con las clases altas; otras veces la referencia son las clases
mento de los gastos destinados a la defensa. Otros autores también p~p~ares o sus intereses tal y como son per~ibidos p~r l?s militar~s.
confirman esta hipótesis. Sin embargo, a pesar de no estar negando la En Africa, los intereses de clase se han vuelto mtereses etmcos o regio-
posibilidad de que en efecto los militares intervengan por dichas razo- nales y es en estos últimos donde se injertarán las motivaciones de los
nes corporativas, el análisis de Zuk y Thompson (1982) sobre sesenta militares. Y quien interviene es un pequeño grupo o un sector del ejér-
y seis países del Tercer Mundo entre i967 y 1976 demuestra que no cito a las órdenes de un oficial, que lo hace por intereses exclusiva-
existe ningún apoyo empírico a la hipótesis según la cual los golpes de mente personales. Decalo (1976) propone explicaciones parecidas
Estado militares provocan un crecimiento del gasto militar. En otras para diversos golpes africanos que se han dado en Burundi, Uganda,
palabras, aunque inicialmente se mueven por sus propios intereses, Benín y la República Popular del Congo.
los militares en el gobierno se encuentran, después, expuestos a las La validez de las conclusiones a que se ha llegado sobre la inter-
mismas presiones, demandas y limitaciones que los gobiernos civiles vención militar puede reforzarse a contrario, planteando la sexta inte-
que les han precedido. Otra motivación concreta puede ser la reac- rrogante: ¿qué aspectos pueden asociarse negativamente a la interven-
ción a interferencias de los civiles que, de un modo u otro, limitan la ción militar, o bien qué factores han limitado los golpes de Estado?
autonomía militar en materia de promociones, formación, estableci- Por ejempló, J ackman (1978) confirma la tesis de fogdo de Hunting-
miento de escalafones y otros aspectos parecidos. Un elemento poste- ton sobre el tema, cuándo en su investigación sobre Africa demuestra
rior, vinculado al tema del interés corporativo a defender, tiene que que la existencia previa de un sistema con un partido dominan.te o he-
ver con la creación por parte de los civiles de milicias alternativas que gemónico, es decir, una institución que desempeña un papel mtegra-
amenazan con disputarles a los militares el monopolio de la fuerza, o dor de estabilidad, está relacionada negativamente con los golpes de
directamente la puesta en marcha por parte de los civiles de acciones Estado. Johnson, Slater y McGowan (1984: 634) sostienen que la si-
que amenazan la supervivencia de la institución militar (Nordlinger, tuación ideal, contraria a una intervención militar, es la de un partido
1978: 96-113 ). No se puede olvidar, además, que los militares pueden de masas dominante que permite la competencia y la existencia de
moverse también por un interés de clase, como por otra parte recuer- partidos menores. Finer (1962: 20-28) había analizado este tema lle-
da Nordlinger (ibídem: 113-136), cuando hace alusión a la politiza- gando a una conclusión diferente. En esencia, según este autor, la
ción de las clases inferiores y a la consiguiente amenaza percibida por existencia de una alta profesionalización junto con la creencia en el
las clases medias, a los fracasos de los gobiernos civiles (ilegalidad, crisis principio de la superioridad civil, una evaluación negativa de las capa-
Leonardo Morlino Las alternativas 110 democráticas 45
44

cidades de acción y eficiencia de las fuerzas armadas, o aún más el te- por oficiales y burócratas. También forman parte de ella otros grupos,
mor a una guerra entre los propios militares y, finalmente, el miedo a pero independientemente de motivaciones ideológicas: con frecuen-
que después de la intervención el ejército pueda disgregarse, son otros cia las decisiones políticas están dictadas por el pragmatismo. No exis-
tantos motivos que pueden mantener a los militares en los cuarteles. te un partido de masas con un papel dominante. Sin embargo, es posi-
ble la creación de un partido único montado por el gobierno que
tiende a reducir la participación de la población, incluso en sus mani-
II.3. Regímenes cívico-militares festaciones manipuladas. En algún caso se admiten también otros par-
tidos, pero estos últimos no dan lugar a elecciones libres ni a una efec-
El excursus sobre la interve~ción militar en política no agota en modo tiva competencia. En muchos regímenes que pertenecen a este
alguno la complejidad y la amplitud del tema. No se ha abordado el modelo, las instituciones tradicionales (como la monarquía o la Igle-
asunto de la nueva profesionalización de los militares, analizado por sia) y las estructuras sociales premodernas (como los grandes terra-
diferentes autores (Stepan, _1971: 47-65; 1978: 127-136). Para el área tenientes o la aristocracia) ocupan un lugar importante. l?or otra
latinoamericana la nueva profesionalización significa sobre todo la ad- parte, sería erróneo concluir precipitadamente que se trata de regíme-
quisición por parte de los militares de mayores conocimientos teóri- nes tradicionales. En efecto, en esos regímenes suele estar ya en mar-
cos, la transformación de los ejércitos en cuerpos muy. diferenciados, cha un proceso de modernización socioeconómica, con un comienzo
con una mayor cohesión, espíritu de cuerpo, capacidades administra- de industrialización, una notable urbanización, un desarrollo de la
tivas y, sobre todo, una mayor disposición para tomar y mantener el educación y la expansión de las clases medias profesionales.
poder, una mayor seguridad en sus propias capacidades de gobierno, Estos regímenes se han instaurado con frecuencia en sistemas en
una ideología distinta basada en la doctrina de la seguridad nacional y los que ya habían aparecido las instituciones democrático-liberales,
podo tanto una menor disponibilidad a dejar el poder a los civiles o a pero no se había consolidado un sistema de partidos capaz de dar vida
buscar otras legitimaciones externas. a gobiernos estables. Los partidos no eran capaces de movilizar apo-
Precisamente en los países en los que se produce esa nueva profe- yos más allá de las .áreas urbanas, mientras el poder de los terratenien- ·
si~m~z~ción, que a la vez son países con sociedades más complejas y tes persistía en las áreas rurales con un bajo nivel de instrucción d~ lis
diversificadas, se dan regímenes cívico-militares. Dichos regímenes se masas y una política local claramente clientelar. Además, en etapas
basan, ante todo, en una alianza entre militares más o menos profesio- más avanzadas del proceso de modernización se asiste a dos fenóme-
nalizados y civiles, ya sean burócratas, políticos de profesión, tecnó- nos distintos. El primero es el surgimiento de roles tecnocráticos con
cratas o representantes de la burguesía industrial y financiera. La exis- la creciente importancia que asumen los técnicos en la vida política. El
tencia de tal coalición no debe hacernos olvidar ni las tensiones segundo es el recurso cada vez mayor a medidas represivas para con-
objetivas que estructuralmente existen entre militares y civiles por la trolar a las masas populares. Ejemplos de este tipo de régimen se han
diversidad de intereses que con frecuencia los dividen (Stepan, 1971: dado en países de América Latina, tales como Brasil y Argentina en al-
57 y ss.; O'Donnell, 1979: 285 y ss.), ni el hecho de que en algunos gunos periodos de su historia y, entre los países de Europa mediterrá-
países -como se verá más-adelante-los roles militares y los roles po- nea, en la España de Primo de Rivera y en el Portugal de Salazar, en
líticos se yuxtaponen y se mezclan, así que la relación conflictiva entre los primeros años del régimen (Linz, 1975: 285-301). Otros ejemplos
militares y civiles no corresponde siempre a la realidad: puede existir posteriores de regímenes burocrático-militares, gobernados por una .
una estrecha conexión de roles y, en ocasiones, puede darse coopera- oligarquía mqjtar-civil del tipo que acabamos de esbozar, también se
ción en vez de conflicto (Albright, 1980), han dado en Africa y Asia.
Para algunos regímenes cívico-militares puede emplearse la expre- O'Donnell (1973 ), en relación a una situación social y económica-
sión regímenes burocrático-militares (Linz, 1975; Feit, 1973 ). Según mente distinta y más avanzada, propuso el modelo de régimen buro-
Linz, el régimen burocrático-militar, que se encuentra con frecuencia crático-autoritario, en el que nuevamente encontramos una coalición
en la historia del siglo XX, se caracteriza por una coalición dominada entre militares y civiles. En síntesis, el modelo de O'Donnell referido
46 Leonardo Morli11o Las altemativas 110 democráticas 47

específicamente a América Latina y sobre todo el Cono Sur, presenta de la "democracia orgánica" -los sindicatos verticales o los poderes
las siguientes características: 1) la base social real del régimen está legislativos corporativos o el mismo partido- deberán buscarse sobre
constituida por la alta burguesía oligopólica y transnacional; 2) en el rodo en el diseño de los líderes autoritarios que tratan de legitimar su
régimen se produce la coalición entre militares, especialistas en la poder sirv~~ndose de esta doctrina y, al mismo ~empo, ~~controlarJa
coerción, y tecnócratas cuyo objetivo es "normalizar" la economía; participac1on de algunos sectores de la comurudad política. Ademas,
3) los estratos populares, antes movilizados, son excluidos de la políti- en este tipo de régimen se encuentran también partidos únicos, orga-
ca mediante diversas formas de represión; 4) la exclusión es tanto po- nizados y a veces importantes en la mecániea del régimen. Finalmente,
lítica como económica: la creciente transnacionalización de la econo- hay que recordar la distinción entre corporativismo "incluyente" y
mía favorece solamente al capital privado y a algunas instituciones "excluyente" (cfr.Stepan, 1978). En el primer caso, el objetivo delos
estatales. Si se intenta evaluar el modelo de O'Donnell en base a los goberqantes es mantener un equilibrio entre Estado y sociedad garanti-
criterios señalados en la figura 2.1 se puede añadir que en la citada co- zado por políticas dirigidas a la incorporación y la inclusión de grupos
alición dominante no existe una ideología específica más allá de la ex- obreros importantes en el nuevo ordenamiento político-económico. En
presada por la doctrina militar de la seguridad nacional, por el empe- cambio, en el segundo caso, el objetivo del corporativismo excluyente
ño en mantener la economía capitalista de mercado con una fuerte ·es la exclusión que se logra mediante la coerción, la desmovilización y
presencia de capital extranjero, mientras que la innovación institucio- · la reestructuración de los grupos obreros más importantes (ibídem:
nal consiste sólo en el nuevo profesionalismo de los militares. 74). Por consiguiente, se.trata de regímenes que tienen un notable gra-
A propósito de los mismos países a los que se refería O'Donnell, do de estructuración e innovación en términos institucionales. Las
algunos autores han hablado de modelo corporativo. La expresión tendencias y las estructuras corporativas se pueden encontrar en di-
identifica sobre todo una ideología más que la coalición dominante de versos países, aunque muy diferentes en cuanto a sus contextos so-
base y que sigue estando formada por la oligarquía civil-militar. Más cioeconómicos.
en detalle, el régimen corporativo se caracteriza fundamentalmente Por lo tanto, los principales regímenes cívico-militares abordados
por una pa~ticipación controlada y por la movilización de la comuni- hasta aquí son dos: los regímenes burocrático-militares y los corpora-
dad política a través de estructuras "orgánicas". En el nivel ideológi- tivos, excluyentes o incluyentes. Del tercer modelo, el Estado buro-
co, este mecanismo rechaza tanto la concepción liberal de la competi- crático-autoritario -la expresión es de O'Donnell-, ya hemos su-
ción política como la marxista del conflicto de clase, para adherirse a brayado cómo se yuxtapone al modelo corporativo en cuanto a su
·una opción corporativa. Po!'. consiguiente, el corporativismo es: ámbito de aplicación. En el centro de estos regímenes han existido
con frecuencia movimientos populistas. Con más precisión y en lo que
[. .. ] un sistema de representación de los intereses cuyas unidades constituti- se refiere a Latinoamérica, el populismo debe encuadrarse en el ámbi-
vas, organizadas en un número limitado de categQrías particulares, obligato- to de los fenómenos de profunda transformación socioeconómica. En
rias, no competitivas, jerárquicamente ordenadas y funcionalmente diferen-
esencia, se trata de la traducción política del enorme proceso de movi-
ciadas, son reconocidas y admitidas (cuando no creadas) por el Estado, que
les garantiza un monopolio de la representaci.ón dentro de sus respectivas ca- lización que implica a sectores de la población que antes no participa-
tegorías a condición de que se observen ciertos controles sobre la selección ban o, al menos, no estaban activos políticari:iente. Si la principal base
de los líderes y sobre la articulación de las demandas y del apoyo (Schmitter, social del populismo está compuesta por las masas urbanas de recien-
1974: 93-94). te inmigración, en los distintos movimientos, y sobre todo en los regí-
menes, se pueden encontrar asociados a grupos de la clase media, las
No es este el lugar para tratar la doctrina corporativa, basada en la clases burguesas altas, el clero y también los militares. Los movimien-
idea de la representación a partir de las unidades económicas y/o so- tos y los partidos populistas también se distinguen por la presencia de
ciales de pertenencia, ni para revelar las ilusiones de democratización un líder carismático y por una relación no mediada en términos orga-
que alimentan algunos defensores del corporativismo. Basta sólo su- nizativos entre el líder y las masas. El tipo de participación resultante ·
brayar que los motivos de la creación de las estructuras características no es ni autónoma ni espontánea; consiste más qien en formas de mo-
48 Leonardo Morl1i10 Las alternativas 110 democráticas 49

vilización desde arriba de los grupos populares que no están plena- rrieron entre mediados y finales de los años sesenta. Aunque coh fre-
. mente organizados. La ideología no está bien articulada ni formulada cuencia no se pueden comparar las políticas que realizaron concreta-
con precisión, sino que se refiere a valores con frecuencia vagos y am- mente, estos regímenes tienen una orientación ideológica socialista-
biguos, sobre todo con grandes diferencias de un país a otro. Sin em- nacionalista o más claramente marxista-leninista. La principal
bargo, hay dos constantes: el acento que se pone en la voluntad popu- estructura civil es el partido único; sólo en algunos casos se admiten
lar identificada con la justicia y la moralidad, y la importancia de la otros partidos pequeños sin que exista una competición real. Es decir,
relación no mediada entre el pueblo y el líder. Con mucha frecuencia estamos en el ámbito del llamado "sistema con partido hegemónico".
esta ideología está asociada a los valores del progreso', desarrollo, in- Este modelo supone también una notable innovación institucional
dustrialización y a los del nacionalismo. Por lo tanto, en su conjunto, tanto por el papel y la articulación de las estructuras políticas como
se trata de movimientos complejos social e ideológicamente y con as- por los otros órganos de gobierno de la sociedad y la economía que se
pectos muy diferentes entre sí. crean. Los regímenes que configuran tal modelo prometen una alta es-
Weyland (2001: 14) se esfuerza por captar sintéticamente todos tabilidad, aunque no es posible emitir un juicio definitivo ya que el fe-
estos aspectos al definir el populismo como "una estrategia política nómeno al que se refiere el modelo se ha difundido sobre todo en la
gracias a la cual un líder personalista busca o ejerce un poder guber- última década. Por otra parte; conviene recordar cómo ya a finales de
namental basado en el apoyo directo, no mediado, iio institucionaliza- los años sesenta, Huntington (1968: 397 y ss.) había subrayado las po-
do, por parte de un gran séquito, preponderantemente no organiza- sibilidades de estabilidad que aseguran la existencia y la institucionali-
do". Aunque parezca impropio reducir un fenómeno tan importante a zación del partido único.
una "estrategia" política, la definición que identifica movimientos tan
distintos da en el blanco, explicando las razones esenciales de la diver- ·
sidad en relación a los aspectos personales y a la sustancial desorgani- II.4. Regímenes de movilización
zación. Por otra parte, todo esto se puede ver también por los éxitos
alcanzados cuando el movimiento logra hacerse con el poder e instau- Los regímenes de movilización son aquellos en los que la característi-
ra un régimen autoritario: se puede oscilar desde soluciones modera- ca de limitada movilización que es propia de los autoritarismos se mi-
das y conservadoras (el PRI mexicano) a la simple aceptación del or- tiga hasta el punto de que se convierten en un modelo-límite de auto-
den constituido (con Rojas Pinilla en Colombia y, en parte, con Perón ritarismo, mucho más próximo al totalitarismo (cfr. más adelante). A
en Argentina), o llegar a alternativas radicales y revolucionarias (el pesar de las enormes diferencias entre los diversos modelos propues-
movimiento y el régimen castrista en Cuba). tos y entre los casos agrupables en cada modelo, los distintos regíme-
Seguir poniendo ejemplos de los modelos de regímenes cívico- nes están unidos sobre todo por el papel preponderante del partido
militares supone cambiar elfocus a otras áreas geopolíticas. Sobre único o ·hegemónico, que puede también convivir con otros partidos
todo, Asia y África. Aquí, el modelo más importante de régimen cívico- menores sin que exista una efectiva competencia. Las diferencias se
miliar a analizar es el de los regímenes ejército-partido. Los actores · encuentran en los orígenes, en los contextos culturales y socioeconó-
prin~ipales de ese régimen son el ejército y el partido,.dos estructu- micos y en las ideologías-mentalidades que inspiran y guían la acción
ras paralelas y básicamente en simbiosis: los mismos líderes pueden de los gobernantes y en las que se basan las formas de legitimación de
ocupar roles distintos tanto en una como en otra de la.s estructuras. Con tales regímenes.
frecuencia el ejército es el partner más fuerte e importante de la coali- El primer modelo es el del régimen nacionalista de movilización
ción, es el que logra ejercer un control sobre el partido, una estructura que nace de la lucha por la independencia nacional dirigida por una
de masas articulada que desempeña tareas de movilización, integra- élite local, con mucha frecuencia por un líder carismático, que con-
ción y control de la población. En todos los casos que se pueden in- vierte al partido en vehículo de una movilización desde abajo que em-
cluir en este régimen, la instauración se ha producido tras un golpe de pieza ya antes de la independencia y que, después, se convierte en la.
.Estado Ínilitar y profµndas modificaciones constitucionales que ocu- estructura que sostendrá al régimen. En estos regímenes los militares
50 Leonardo Morlzizo Las alternativas 110 democráticas 51

tienen un papel secundario y aceptan básicamente el control de las élites cuando confusiones entre los roles militares y los partidistas. En se-
nacionalistas civiles. El partido con los años se puede transformar gundo lugar, si existe un conflicto con los militares, éste no está origi-
también en una máquina burocrático-clientelar en la que la ideología nado por motivos profesionales (Albright, 1980: 559). En tercer lugar,
nacionalista, una vez alcanzada la independencia, se decolora y asume· los militares adoptan un papel de garantes del régimen y sostenedores
las formas autóctonas de un socialismo con características ambiguas. de la hegemonía del partido, capaces también de intervenir con im-·
No siempre la movilización se mantiene eficazmente, ni siquiera en los portantes modificaciones del mismo régimen, en el caso de crisis pro-
casos en que se alcanza la independencia al final de un largo período funda del partido. Se puede recordar a Polonia en 1983. Con más pre-
de luchas de un movimiento de liberación nacional. Este régimen tie- cisión, en caso de crisis los militares son un recurso con el que una
ne una notable articulación en términos de estructuras políticas loca- facción del partido siempre podrá contar (véase Perlmutter y Leo-
les y nacionales, a nivel de partido o no. La gran mayoría de los casos Grande, 1982). La ideología legitimadora es el marxismo-leninismo,
que entran en este modelo forman parte del continente africano. A instrumento de movilización y control de la participación, uno de los
menudo, estos regímenes se instauraron en los años sesenta al término más potentes elaborados por la cultura occidental. Las posibles va-
de la descolonización; la ideología nacionalista y socialista (de la ~'ne­ riantes ideológicas que se han dado en ciertos países, tales como el ti-
gritud" al "humanismo africano") resulta central en ellos. Pero, al me- toísmo o el maoísmo, no cambian en lo más mínimo la función de mo-
nos, tres importantes movimientos de liberación han tenido éxito y vilización que desempeña, simplemente la adaptan a las tradiciones
han instaurado regímenes parecidos en las ex colonias portuguesas culturales y a la estructura social del país. Finalmente, el modelo se ca-
también durante los años setenta (Angola, Mozambique y Guinea- racteriza por una diferenciación estructural muy alta entre el partido,
Bissau). Además, en algunos casos una vez finalizado el período inicial los sindicatos y otros tipos de col).sejos a nivel local. En este sentido,
de la independencia, la burocracia estatal adquiere cada vez más im- debe subrayarse la penetración de las estructuras político-partidistas
portancia en el proceso de formación de las políticas públicas (Schulz, en todos los niveles de la sociedad. Lo que diferencia a este modelo
1979; Asmeron, 1985). del totalitarismo es la existencia de un cierto grado de pluralismo limi-
El segundo modelo de régimen de movilización nos lleva a áreas tado, una ideología menos dominante y una menor movilización. Sin
geopolíticas y a periodos históricos completamente distintos: a Euro- embargo, según algunos autores, esterégimen puede definirse como
pa Oriental y a Asia en la segunda posguerra. Se trata del régimen co- "post-totalitario" (véase Linz y Stepan, 1996).
munista de movilización. En un contexto socioeconómico a menudo La diferencia con el modelo anterior no radica en la ideología en
muy desarrollado, en el centro de la coalición dominante se encuentra sí, dado que también en los regímenes nacionalistas de movilización la
un partido único, con una articulación estructural muy profunda y ideología puede ser (y· lo es concretamente en algunos casos) el mar-
una notable capacidad de control de la sociedad. Este aspecto ha he- xismo-leninismo, sino que se encuentra en los diferentes resultados
cho hablar de "Estado-partido" para indicar también el paralelismo y producidos por tal ideología, actuando en contextos muy diversos. En
la yuxtaposición que se crea entre las estructuras del régimen y las del el primer modelo, se trata de países cuyas élites primero han luchado
partido. La importancia crucial del partido único no debe llevarnos a por la independencia y, después, han debido instaurar y consolidar un
la conclusión de que nos encontramos en una situación de monismo y, régimen que se acababa de implantar, cargando, por una parte, con
en ese sentido, de totalitarismo. En efecto, aunque se trata de un mo- sus propias tradiciones, su propia historia indígena y, por otra parte,
delo autoritario muy cercano al gentts totalitario, precisamente la con la herencia de la colonización. En el segundo modelo, la misma
complejidad social u otros aspectos estructurales de tipo étnico y eco- ideología se afirmará en países ya independientes, frecuentemente ya
nómico hacen que al lado del partido con tendencias totalitarias otros desarrollados desde el punto de vista socioeconómico, que a veces
grupos tengan un papel en el régimen, tales como los diversos sectores han salido de una experiencia totalitaria. El modelo que acabamos de
públicos, burocráticos e industriales o, incluso, el ejército. A este res- describir, aun más que ios otros, puede ser un "paraguas" para mu-
l?ecto hay que subrayar la singular posición de los militares. Ante chos casos muy distintos entre sí en numerosos aspectos. Por ejemplo, .·
todo, en el sentido de que no existen tensiones, sino acaso de vez en . la Unión Soviética de los años sesenta en adelante (Barghoorn, 1972;
52 Leonardo Morlino Las alternativas 110 democráticas 53

Skilling y Griffiths, 1971; Hough y Fainsod, 1979; Schapiro, 1968) o instituciones tradicionales como la monarquía, el ejército, la Iglesia
China (Pye, 1972; Melis et al., 1980; Gibelli y Weber, 1983) o los otros (en una posición ambigua de cooperación~conflicto), o bien por gru-
países comunistas de Europa Oriental son posibles candidatos a en- pos sociales tales como los terratenientes -pero también los media-
trar en este modelo. Un análisis más pormenorizado y articulado nos nos y pequeños propietarios-, la gran industria, pero también la pe-
llevaría a proponer -otras distinciones y tipologías capaces de identifi- queña clase media (De Felice, 1972). La presencia y el papel de esos
car los aspectos característicos de los distintos. países, cuestión que, en actores -y sobre todo de la Iglesia católica- mantendrá al partido en
efecto, ya ha sido llevada a cabo por diversos autores Uohnson, 1970; el ámbito de un relativo pluralismo limitado, pero suficiente para dife-
Farell, 1970). Entonces, se puede observar mejor cómo en algunos renciarlo claramente del régimen totalitario. En resumen, este modelo
países de Europa Oriental el intento de construir regímenes de.movili- se ubica en las fronteras entre autoritarismo y totalitarismo, como el
zación fue en parte, o en todo, una empresa fracasada, provocando re- · anterior. El régimen se instaura fundamentalmente como respuesta a
petidas crisis, por ejemplo, en Polonia o Checoslovaquia. De igual un fenómeno de movilización de las clases inferiores. Esto explica tan-
modo, se puede entender cómo tales partidos se transformaron sobre to las razones del apoyo al partido por parte de los otros grupos como,
todo en estructuras burocrático-clientelares, mientras poco a poco la en parte, la ideología y el éxito del propio partido. En efecto, la ideo-
ideología pasaba a un segundo o tercer plano; o bien, se puede obser- logía se caracteriza esencialmente por ser fuertemente nacionalista, in-
var cómo al menos en un caso (Rumania) el régimen se personalizaba cluso pan-nacionalista, lo que permite entender mejor la política exte-
directamente de modo notable, obligando a algún estudioso a adoptar rior del régimen, agresiva e imperialista. Además, igual de destacables
el término de "comunismo dinástico". son el anti-liberalismo, el anti-parlamentarismo, el anti-comunismo: la
Con el tercer y último modelo tratado aquí se vuelve al período de ideología fascista pretende ser una respuesta de masas a las ideologías
entreguemis. Este modelo se aplica a un solo caso, donde existen sóli- liberales y comunistas. También tiene componentes anticlericales y ·
das razones "objetivas" para considerar el régimen fascista de movili- anticapitalistas. Apunta a la integración y la solidaridad nacional, al
zación. Algunas son muy evidentes: el caso en cuestión es Italia entre uso de la violencia, a la supremacía del Estado, a sus principios de dis-
1922 y 1943. Otras razones se refieren al hecho de que el sistema del ciplina, orden, autoridad, basados en algunos estilos exteriores retóri-
que se extrae el modelo es el primer ejemplo de un régimen no demo- cos y románticos (Zunino, 1985). Sus grupos sociales iniciales de refe-
crático de masas. Como tal, ejerció una influencia enorme en todas las rencia son los jóvenes, los estudiantes, civiles o ex militares. El
latitudes y durante muchas décadas posteriores a la caída de Mussoli- régimen no abraza ni traduce en políticas dicha ideología, más bien la
ni. En efecto, es sabido que para numerosos y diferentes fenómenos contradice, buscando inicialmente el apoyo de los grupos sociales
en otros países se ha seguido hablando de "fascismo" o "fascismos"; arriba mencionados, que piensan poder instrumentalizarlo y desha-
así se. ha exportado una experiencia muy difícil de hacerla "viajar", si ·cerse de él en el momento oportuno: Así termina por "olvidar" el con-
elfocus se mantiene sobre el régimen y no sobre los movimientos y los tenido transformador y potencialmente innovador de su propia ideo-
partidos fascistas o· de inspiración fascistoide que efectivamente sur- logía, con la que tomó el poder.
gieron en Europa y fuera de ella entre las dos guerras mundiales .. El El partido totalitario y la ideología fascista, ju"nto a la represión y a
modelo se describe fácilmente en sus rasgos esenciales. El actor prin- las medidas de policía, son los instrumentos y los contenidos principa-
cipal es un líder carismático estrechamente vinculado a un partido les de .la alta movilización (y desmovilización de las capas sociales en
con tendencias totalitarias, articulado y estructuralmente diferenciado posible oposición, tales como los obreros y los campesinos) creada y
que existe antes de la instauración del régimen y que es el principal mantenida por el régimen. La contradicción implícita en el querer
protagonista del proceso de instauración. En las fases siguientes de mantener una alta movilización sin lograr una traducción de la ideolo-
consolidación y persistencia, las estructuras del régimen y del parti- gía en políticas (por ejemplo, el corporativismo se quedó mucho tiem-
do totalitario tienden a "autonomizarse" de los otros grupos socio- po en el papel y la Cámara de los Fascios y de las Corporaciones se
económicos que los apoyan y que, en buena medida, han determinado crearía 16 años después del nacimiento del régimen en Italia), así
su éxito durante la instauración. Dichos grupos están formados por como el peligro de que la participación, sobre todo juvenil, pasara de
54 Le.onardo Morlino Las a!Úmativas 110 democráticas 55

.
estar controlada a ser espontánea y se les fuera de las manos a los go- f1GURA 2.2. Autoritarismos
bernantes (Germani, 1975: 282), permanecerían en estado latente,
susceptibles si acaso de manifestarse abiertamente a largo plazo lo que Régimen personal

<
después en Italia nunca sucedió. Dicha contradicción y dicho peligro Tiranía militar
pueden considerarse para el caso italiano como un descubrimiento ex

~
Régimen militar Militares moderadore:
post para encontrar los límites de la legitimación de un régimen que en
gran medida estuvo apoyado a nivel de masas. La innovación en tér~ Oligarquía militar Militares guardianes
minos de estructuras políticas acabamos de subrayarla. Basta pensar
Militares gobe(nantes
de nuevo en el partido y en todas sus articulaciones: juvenil, universi-
taria, femenina (Aquarone, 1965). Finalmente, la diferencia entre este
modelo y los otros dos ya abordados no radica solamente en las ideo-

<
Régimen burocrático-militar
logías, sino también en los contextos completamente distintos en los
que se insertan. Excluyente
Los años ochenta del siglo XX mostrarían también otro fenómeno Régimen cívico-militar Rég;meo oocpocat;vo
completamente nuevo en cuanto a los regímenes de movilización. Si
Incluyente
en los modelos que hemos delineado antes la principal estructura de
movilización es el partido y si en algunos regímenes militares o buro- Régimen ejército-partido
crático-militares, como Libia, Sudán y Pakistán, la religión musulma-
na constituye un aspecto importante, tanto para legitimar al régimen

¡
como para señalar la base normativa políticamente relevante, el régi- Régimen nacionalista de movilización
men que se instaura en Irán es un fenómeno completamente nuevo. Se
le incluye aquí porque configura, sin duda alguna, un régimen de mo-
Rég;meo oomoo;,ta de movrnzadóo
vilización que en su inicio fue creado por un líder carismático, Jomei-
ni. Al mismo tiempo, se aleja de los otros modelos anteriormente indi- Régimen de movilización
cados: no nace, por ejemplo, ni. de una lucha por la independencia ni ·
\ Rég;meo 'ª'°;''ªde movrnzadóo
del conjunto de transformaciones que seguirían a la Segunda Guerra
Mundial y ni siquiera de un movimiento totalitario de cualquier tipo.
La novedad más importante es la presencia combinada de una estruc- Régimen de movilización de base religiosa
tura de movilización muy articulada y potencialmente más eficaz que
el partido, el clero, y una ideología igualmente compleja que discipli- Pseudo-democracia
na, controla, tiene prescripciones para cada momento de la vida del
"afiliado-creyente", la religión musulmana. El resultado, en términos
de régimen, es un sistema monista, en cuanto al número de actores
,presentes, una ideología compleja, una alta, enorme capacidad-reali- men autoritario civil, pero conservando su potencial de altá moviliza-
dad de movilización, e interesantes noved~des institucionales a nivel ción. La figura 2.2 resume los diversos tipos de autoritarismo tratados
local y nacional. Desde este punto de vista se podría hablar de un régi- líneas atrás, incluyendo la pseudo-democracia examinada al final del
men de movilización de base religiosa, que, por otra parte, en los últi- capítulo l.
mos años del siglo XX muestra transformaciones internas debidas so-
bre todo a la misma fragmentación interior del clero una vez muerto el
jefe carismático. Y de este modo se aproxima cada vez más a un régi-
56 Leonardo Morlii10 Las alternativas 110 democráticas 57

sideraciones llevan también a sostener que si en el régimen autoritario


IlL TOTALITARISMOS existe una previsión de la sanción, en el régimen totalitario, por el
contrario, es totalmente imprevisible. Finalmente, tocando el punto
Dada la relevancia de los países que con frecuencia y sin discusión en- más llamativo, el régimen totalitario presenta un alto grado de movili-
tran en esta categoría, fa Alemania nazi y la Unión Soviética estalinista, zación junto a las otras características ya mencionadas, pero tales pro-
contamos con decenas de estudios e investigaciones muy importantes cesos se distinguen por tener como objetivo una profunda transfor-
acerca de ellos. Aquí nos limitaremos a retomar las dimensiones esta- mación y, en este sentido, se puede hablar de institucionalización del
blecidas a prop~sito del régimen autoritario y de sus subtipos, ya que desorden revolucionario: "la estructura organizativa y la mecánica
son útiles para suministramos las indicaciones definitorias esenciales. funcional del Estado totalitario reproducen el mismo principio de
Así, se puede sostener que los regímenes totalitarios se distinguen por: desorden civil y de inestabilidad permanente" (ibídem: 119).
a) ausencia de pluralismo o bien monismo, caracterizado por el papel Llegados a este punto, se pueden captar las diferencias entre los
predominante del partido único en cuanto estructura burocrática y je- dos mayores ejemplos de totalitarismo, es decir, entre la Alemania nazi
rarquizada, articulada a través de una compleja serie de organizacio- y la Unión Soviética estalinista. Este problema ha sido estudiado por
nes que sirven para integrar, politizar, controlar, impulsar a la partici- distintos autores (Talmon, 1952). Aquí se subrayan las diferencias en-
pación a toda la sociedad civil y, además, subordinación completa de . tre las ideologías: es nacionalista la nazi (ci fascista), y es internaciona-
todos los otros posibles actores (desde los militares a la burocracia y a lista la soviética; con un contenido y objetivos más marcados de pro-
la Iglesia) al partido único que, por consiguiente, ocupa una posición funda transformación la segunda que la primera; más dispuesta a
auténticamente central y determinante; b) presencia de una ideología subrayar el papel del líder y de la élite la primera que la segunda, que,
articulada y claramente definida, dirigida a la legitimación, al mante- en cambio, se presenta como más "democrática"; una acentuación del
nimiento del régimen y a dar contenido a las políticas de movilización racismo en la primera, que está ausente en la segunda. Se pueden se-
y a las mismas políticas sustantivas; e) presencia de una alta y continua ñalar otras diferencias comparando las principales estructuras centra-
movilización sostenida por la ideología y por las organizaciones parti- les de los dos regímenes. Por ejemplo, los partidos únicos en relación
distas y sindicales, que también están subordinadas al partido; d) un a los distintos orígenes sociales de los grupos dirigentes, o bien en re-
pequeño grupo o un líder en el vértice del partido único; e) límites no lación a la posibilidad de institucionalizar organizaciones paramilita-
previsibles al poder del líder y a la amenaza de sanciones. res, presente en el caso nazi y no en el soviético.
A estos elementos de fondo se pueden agregar algunas precisio- Una pregunta importante es saber qué otras realidades políticas
nes. La primera, "la ideología totalitaria es un núcleo que tiene el pro- pueden incluirse en· el genus totalitario. Distintos autores han incluido
yecto [. .. ] de transformación total de la realidad social" (Fisichella, a la China de Mao en este genus. Aunque para este país no se han do-
1976: 209). Además, hablando de la importante represión a la que re- cumentado las políticas del terror, como las que acabamos de indicar,
curre ese régimen, se debe especificar que el terror totalitario se mani- se pueden observar, en todo caso, una ideología desarrollada, un pa-
fiesta también hacia los "enemigos potenciales", "enemigos objeti- pel central del partido único, una movilización muy acentuada, es de-
vos", "autores de delitos posibles", e incluso hacia sus seguidores, es . cir, fundamentalmente todas las otras características propias del tota-
decir, va dirigido a todos aquellos que de algún modo, con indepen- litarismo. De igual modo, se han citado a Cuba, Vietnam del Norte o
dencia de sus intenciones subjetivas, pueden suponer un obstáculo a Rumania como ejemplos de totalitarismo. Erróneamente, también la
las políticas del régimen, o mejor dicho, del líder, aunque se trate de Italia fascista ha sido· considerada. en esta categoría, pero para este
miembros de la misma élite dirigente. Ese terror se concreta en una es- caso debería hacerse un examen de los regímenes que se sitúan en las
pecie de "universo de campo de concentración", que se caracteriza fronteras entre los dos tipos, el totalitarismo y el autoritarismo.
tanto por la cantidad de personas afectadas como por ser una "estruc-
tura política de erradicación del tejido social'', que hace sentir sus
consecuencias sobre todo el cuerpo social (ibídem: 61-94). Estas con-
58 Leonardo Mor/¡110 Las altemativas no democráticas 59

siauen pudiéndola reivindicar formas atenuadas de otros regímenes


IV. REGÍMENES TRADICIONALES d; movilización --excluidos, como he sostenido antes, los fascistas-
que estén particularmente atentos a la gradual modernización econó-
En ciertas áreas, por ejemplo el Oriente:_ Medio, tenemos algunos ca- mica y a la contención de los derechos. Estos regímenes basan la pro-
sos, como Arabia Saudí y los Emiratos Arabes Unidos, que entran en longación de su legitimidad en la promoción del crecimiento econó-
este modelo. Su base de legitimidad se comprende bien si se piensa en mico mediante parciales y prudentes aceptaciones del mercado y, al
el patrimonialismo del que hablaba Weber y en el papel de institucio- mismo tiempo, logrando mantener el orden y, por consiguiente, un
nes como la monarquía, o bien en la expresión de régimen sultanista control importante sobre la sociedad. Igual de posibles son las pro-
adoptada por Linz y Stepan (1996). Se trata de regímenes basados en puestas en áreas como Asia de regímenes burocráticos, que mantenien-
el poder personal del soberano que tiene cogidos a sus colaboradores do un cierto papel, aunque sea poco visible, de los militares, se hicie-
con una relación hecha de miedo y recompensas; son regímenes típi- ran particularmente sensibles, por una parte, a la contención de los
camente legibus soluti, en donde las decisiones arbitrarias del sobera- derechos, las libertades políticas y la competencia y, por otra, al creci-
no no están limitadas por normas, ni deben justificarse sobre una base wJento económico o, en todo caso, a la modernización económica. En
ideológica. Por consiguiente, existe un uso del poder de forma parti- este sentido, se puede atisbar una evolución de algunos modelos auto-
cularista y para fines esencialmente privados. En estos regímenes, el ritarios que se han implantado 'en distintas áreas, como ha sucedido
ejército y la policía juegan un papel central, mientras evidentemente precisamente para el régimen burocrático-militar que nació en Améri-
falta cualquier ideología y cualquier estructura de movilización de ma- ca Latina.
sas, como suele ser el partido único. En resumidas cuentas, se está en Sin embargo, es probable que la alternativa autoritaria más eficaz
un ámbito político dominado por élites e instituciones tradicionales. y con posibilidades de éxito para acceder a la democracia de talante
occidental pueda ser la pseudo-democracia, es decir, aquel régimen que ·
tiene algunos aspectos formales de la democracia, tales como Consti-
tuciones aparentem~nte garantistas, elecciones, más de un partido,
V. UNA CONCLUSIÓN PARCIAL pero al que no corresponde una garantía real de los derechos, parti-
cipación efestiva y posibilidad de expresar el disenso político. Por
Este capítulo ha analizado las principales alternativas no democráticas ejemplo, en Africa, en este modelo entran un número importante de
que han surgido en el transcurso de las décadas pasadas. Algunas pa- países, alrededor de 20 sobre 50 (un poco más de 10 regímenes autori-
recen acabadas definitivamente, hasta el punto de que es difícil hoy tarios en estricto sentido, una docena de democracias liberales y otras
pensar en una nueva instauración fascista en distintas áreas geográfi- tantas democracias electorales o, en mi terminología, "democracias li-
cas, de un régimen de movilización comunista en Europa del Este o de mitadas") 2 • Sin embargo, precisamente las dimensiones de esta cate-
un régimen militar en América Latina. Otios regímenes no democráti- goría sugieren que en algunas áreas del mundo, como África, la demo-
cos han caído, pero cabe pensar que puedan renacer legitimándose cracia está de hecho merodeando, pero no es posible ponerla en
nuevamente. Esto puede suceder, sobre todo con los regímenes perso- discusión abiertamente en cuanto alternativa no aceptable para aque-
nales, en distintas áreas del mundo, pero ante todo en África: es pre- llas sociedades. En esto, la diferencia con los regímenes personales o
decible que en el futuro siempre pueda surgir un líder que logrará. los de movilización, incluso débil, es evidente: estos regímenes reivin-
convencer a los ciudadanos y a élites poco democráticas de que es ca- dican abiertamente una particular legitimidad de tipo no democrático.
paz de resolver los problemas del país en aquel momento.
Los regímenes de movilización con base religiosa seguirán propo-
niéndose como alternativas resolutivas a los ordenamientos democrá- 2
Véase el último apartado del capítulo l. Los datos citados están sacados del últi-
ticos identificados con un Occidente cuyos valores no se comparten y mo survey del que he dispuesto de la Freedom House (Karatnycky, Motyl y Graybow,
por el que más bien se sienten oprimidos. Aún hay más, su legitimidad 2002), con las inevitables valoraciones clasificatorias de quien esto escribe.

También podría gustarte