Ordenamiento Ambiental Territorial
Ordenamiento Ambiental Territorial
Ordenamiento Ambiental Territorial
Año: 2022
CUESTIONARIO INDIVIDUAL
El carácter global de la actual crisis ambiental obligó a todos los países del mundo a
considerar la protección del medio ambiente en las políticas de desarrollo y en las
agendas públicas. Por su parte, en Latinoamérica, la internalización de la cuestión
ambiental en las políticas públicas no ha estado exenta de fricciones y confrontaciones
que han supuesto la necesidad de conciliar la conservación del ambiente con el modelo
capitalista de desarrollo vigente. El concepto de ordenamiento territorial producido en la
región, en base a la Carta Europea, gira en torno a la idea de un desarrollo equilibrado
del territorio en condición de justicia socio-espacial y con el objetivo de regular u
organizar el uso, ocupación y transformación del territorio con fines de aprovechamiento
óptimo, y asociado al uso sustentable de los recursos naturales y a la elevación de la
calidad de vida. Sin embargo, en la realidad el logro de tales objetivos suele estar
acompañado por condiciones de producción desfavorables, la coexistencia de
paradigmas de planificación discordantes o de sesgos disciplinares de distinto peso que
disputan su preferencia a la hora de planificar y, fundamentalmente, por estructuras
administrativas locales escasamente preparadas con pocos recursos financieros y
operacionales propios y con dificultades para acceder a fuentes de recursos externos
(Cappuccio, 2020). En las ciudades de Latinoamérica esto ha provocado varios desafíos
en la actual gestión ambiental:
• Para Acselrad (2003) un desafío que se presenta es el gran poder e influencia que
ejercen las grandes empresas sobre los países a través de chantajes y la
concentración de poder en la apropiación de recursos ambientales, por ejemplo
caracteriza a Brasil por injusticia ambiental ´´Las tradicionales poblaciones
extractoras y pequeños productores que viven en las regiones fronterizas de
expansión de las actividades capitalistas sufren, por su lado, las presiones del
dislocamiento compulsivo de sus áreas urbana y de trabajo, perdiendo el acceso
a la tierra, a las áreas forestales y a los ríos, sufriendo la expulsión por parte de
grandes proyectos hidroeléctricos, viales o de explotación minera, maderera y
agropecuaria``
• Dificultad para asumir la necesaria cohesión territorial de las políticas de
desarrollo y ordenamiento (Massiris, 2008). En los últimos años, han surgido
planteos que asumen la particular necesidad de articular las dimensiones urbana
y rural en la planificación y de tomar decisiones multiescalares, intersectoriales,
interdisciplinares e inter actorales; pero, la carencia de un soporte jurídico que
articule la política territorial nacional con las demás instancias territoriales
(provincias, municipios, departamentos, etc.) y defina los alcances o contenidos
mínimos de cada tipo de plan conduce a una práctica fragmentada y heterogénea
del ordenamiento y a claros obstáculos de coordinación con las otras prácticas
de planificación (Cappuccio, 2020).
• La planificación urbana no es desarrollada de forma articulada a la ambiental, y
menos aún integrada a la regulación del espacio rural. Estas desvinculaciones
alcanzan a las estrategias de investigación y de gestión, a las formas
institucionales y a la formulación de políticas e instrumentos (Cappuccio, Chávez
Negrete y González Lobos, 2017; Clichevsky, 2001).
• Limitada participación de los actores locales y regionales en el diseño y ejecución
de políticas con incidencia territorial (Massiris, 2008). Durante las últimas
décadas, un gran número de organizaciones no gubernamentales han
demostrado claros logros políticos en defensa del ambiente, el territorio y las
minorías étnicas, pero aún prevalece en las sociedades la idea de que son los
organismos públicos los únicos responsables de la planificación y que sus
determinaciones estarán ineludiblemente asociadas a las aspiraciones de los
segmentos poderosos, los únicos que en general cuentan con los recursos
necesarios para presionar a los agentes planificadores a actuar según sus
intereses (corrupción política) (Cappuccio, 2020).
• Sostenibilidad diferencial (Allen, 2011) de nuestras ciudades, implícita en el
marco de las estructuras capitalistas, entendemos que el desafío mayor del
ordenamiento territorial como instrumento político no es aquel que refiere
solamente a la protección ambiental en general, sino a sus posibilidades de
articulación y consistencia respecto de otras prioridades, como el acceso a la
vivienda, la mitigación de la pobreza, las demandas de salud, el derecho a la
ciudad y al territorio, la reducción de los riesgos. (Cappuccio, 2020).
Texaco-Chevron construyó sus campos petroleros, muchas veces, sin pedir permiso a los
dueños de determinados territorios y sin realizar ningún tipo de consulta a las
nacionalidades indígenas que habitaban en la zona donde operó la petrolera, así como
también negoció el acta de reparación ambiental a puerta cerrada con el Estado y
negoció de forma particular y extrajudicial con varias organizaciones indígenas un rubro
económico particular.
La territorialidad es una noción que surge de las relaciones que los grupos sociales
establecen con los espacios que ocupan para satisfacer sus respectivas necesidades, y en
tal sentido, se entiende en términos del “conjunto de prácticas socioespaciales y políticas,
así como las expresiones materiales y simbólicas mediante las cuales se garantiza la
apropiación, control y dominio de un determinado espacio geográfico (territorialización),
por una persona, grupo social, Transformar diálogos de saberes en diálogos de haceres
366 institución, estado o bloque de estados.” (Massiris, 2018, p. 1212). Dichos procesos
de apropiación, que se materializan en un orden territorial cambiante en el tiempo,
resultan en una cierta configuración o patrón de organización espacial y territorial. Bajo
el modo de producción capitalista, la territorialización del espacio geográfico lleva
implícita, además, un cierto grado de dominio sobre el espacio territorializado
(apropiado), lo que se supone condición necesaria para el ordenamiento territorial: tanto
para localizar, ocupar, organizar y funcionalizar el espacio-territorio, como para dividirlo
en orden de delimitar los ámbitos de ejercicio del poder público. (Massiris, 2018).
La defensa de la naturaleza ha sido una de las principales luchas sociales que surge en el
siglo XX debido a la expansión del capitalismo extractivista, que busca explotar
indiscriminadamente los recursos naturales, bajo el argumento de alcanzar beneficios
económicos para lograr el bienestar de la sociedad, bienestar que nunca se concreta,
menos aún, dentro de los grupos más vulnerables, los cuales muchas veces son obligados
a permitir que empresas extractivas exploren y exploten su territorio, como es el caso
Texaco-Chevron.
3. ¿Sobre qué principios se apoya el Ordenamiento Ambiental del Territorio (OAT)? ¿Qué
casos de aplicación conoce? (En Argentina, en su país de origen u otros de América Latina
o Europa)
Los principios generales que en los que se apoyan los principios del OAT son:
Los instrumentos de planificación territorial en general son aquellos que permiten aplicar
diversas políticas, tanto para el aprovechamiento como para la protección de los suelos
nacionales, ya sean urbanos o rurales. A continuación, se enlista algunos instrumentos
de intervención territorial y ambiental presentes en el Ecuador.
En Ecuador en el gobierno de Rafael Correa (2006) comenzó una serie de reformas, entre
la propuesta de este gobierno estuvo: la recuperación y fortalecimiento del Estado para
los ciudadanos, la construcción de un régimen de desarrollo para la igualdad y el Buen
Vivir / Sumak Kawsay (armonía entre la sociedad, la naturaleza y la economía) y una nueva
organización territorial para la descentralización y las autonomías. En este contexto, por
ejemplo, el gobierno reconoce como uno de los tres grandes ejes de trabajo dentro de la
Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo, al territorio. “Territorio”, desde esta
visión, son los espacios locales donde la población se asienta, vive y genera relaciones
sociales y vínculos con sus espacios de vida, pero también es el espacio nacional donde
el Estado controla y domina. Al poner al “territorio” como eje de trabajo de la
planificación y el desarrollo, se buscaba que la gestión del gobierno se acerque a los
ciudadanos. (López, 2015).
Los Planes de Ordenamiento Territorial, según lo dispone el art. 43 del COPFP 1, “son los
instrumentos de la planificación del desarrollo que tienen por objeto el ordenar,
compatibilizar y armonizar las decisiones estratégicas de desarrollo respecto de los
asentamientos humanos, las actividades económico-productivas y el manejo de los
recursos naturales en función de las cualidades territoriales, a través de la definición de
lineamientos para la materialización del modelo territorial de largo plazo, establecido por
el nivel de gobierno respectivo”
Caso Texaco-Chevron
Para la actualización del documento del PDyOT, se tomó como referencia el Plan vigente
el cual fue analizado para incorporar datos actualizados, así como insertar los diferentes
componentes que han sido referidos en el acuerdo ministerial N°SNPD-0089-20142 y que
determina el contenido de este documento.
La propuesta anterior de ordenamiento territorial se realizó solo para el área urbana del
cantón, sin embargo, no se realizaron mapas con la definición de estas zonas
establecidas, por lo que surgió la necesidad de actualizar el plan.
La agenda pública implica un proceso a través del cual determinados asuntos o problemas
públicos se posicionan, adquieren un interés general, y son trasladados al nivel de la decisión
gubernamental mediante distintas estrategias y políticas públicas para su atención.
Un tema a considerar son cada una de las demandas ciudadanas motivadas por razones
políticas, sociales, ambientales o culturales que se incorporan al espacio amplio del interés
general cuando son expresadas por un grupo de personas, como un asunto de urgente
resolución, a través de distintos medios.
De acuerdo a nuestro caso en Ecuador, Chevron-Texaco produjo uno de los más graves
crímenes ambientales de la historia. La transnacional petrolera es responsable del derrame
de no menos de 15.8 mil millones (59.9 mil millones de litros) de residuos de petróleo y 28.5
millones de galones (108 millones de litros) de petróleo bruto en la Amazonía. Más de 2
millones de hectáreas de la Amazonía ecuatoriana fueron afectadas a lo largo de casi 30 años
de contaminación a manos de una sola compañía, que actuó de manera impune violando los
estándares mínimos de protección ambiental y que hoy se niega a reconocer: Texaco (hoy
Chevron).
A raíz de varios laudos internacionales impulsados por Chevron – Texaco en las cortes de
Arbitraje Internacional en contra del Estado ecuatoriano, como un intento de evadir su
responsabilidad y obligación jurídica por la contaminación provocada por la empresa en la
zona de Lago Agrio, y por desprestigiar la justicia ecuatoriana, el gobierno del Ecuador se vio
obligado a tomar acciones de defensa, y así frenar la cruzada de desprestigio articulada por
la referida transnacional. Es así, que en septiembre de 2013 el presidente ecuatoriano Rafael
Correa Delgado inició la campaña La mano Sucia de Chevron, con el objetivo de contrarrestar
las acciones de mala fe de la compañía y hacer conocer el peor ecocidio por actividad
petrolera perpetrado en el mundo. A nivel internacional esta campaña se articula bajo la
bandera de Apoya a Ecuador.
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