Resumen Derecho de Danos
Resumen Derecho de Danos
Resumen Derecho de Danos
DAÑOS- UNIDAD 1
Responsabilidad civil
Consiste en la obligación de reparar un daño derivado de un hecho ilícito o por un incumplimiento de una obligación. Quien ge-
neró el daño es el deudor y, en la obligación de repararlo, la prestación puede ser de dar, hacer o no hacer. Mediante dicha presta-
ción se pretende volver a la cosa, la persona, un patrimonio a su estado anterior al tiempo de producirse el daño.
En esta obligación, la causa fuente es el daño (si no hay daño, no hay qué reparar). Sin embargo, existen autores que entienden
que la causa fuente es el hecho ilícito o el contrato o, en su defecto, la causa fuente de la obligación incumplida.
ART 1709: Prelación normativa. En los casos en que concurran las disposiciones de este Código y las de alguna ley especial relativa
a responsabilidad civil, son aplicables, en el siguiente orden de prelación:
a) las normas indisponibles de este Código y de la ley especial;
b) la autonomía de la voluntad;
c) las normas supletorias de la ley especial;
d) las normas supletorias de este Código.
Evolución histórica:
-Derecho romano: se distinguía entre delicta pública y delicta privada. La delicta pública refería a aquellos hechos que atentaban
contra el Estado y el orden público. La delicta privada se refería a aquellos delitos que afectaban los intereses de los particulares.
En aquel momento, primaba la venganza privada, pero con el paso del tiempo y las distintas normativas, esta se fue reduciendo.
La primera normativa en poner límites fue la ley de las XII tablas. Más tarde, la ley aquilea reglamenta y regula determinados deli-
tos, entre ellos, matar a un esclavo o un animal de otra persona. Luego, surgen las institutas de Gallo y Justiniano, que regulan el
hurto, la injuria y el daño, con y sin violencia.
En la Edad Media y con la caída del Imperio Romano, se comienza a distinguir entre la responsabilidad civil y la pena, entendiendo
que la pena pertenece al ámbito del Derecho Penal, el cual es parte del Derecho Público. En cambio, la responsabilidad civil es del
ámbito privado.
-Derecho francés: la responsabilidad civil encuentra su fundamento en la culpa del sujeto, es por ello por lo que, en el código de
Vélez, en el art. 1109, se daba importancia al factor de atribución subjetivo.
Con la ley 17.711, en 1968, se reforma el código y se incorpora, con el art. 1113, el factor de atribución objetivo, riesgo o vicio de
la cosa, resultado de la revolución industrial y los reiterados accidentes que sufrían los trabajadores en el uso de las máquinas in-
dustriales.
En la década del 90, mediante la ley 24.240, se regula la responsabilidad en las relaciones de consumo, brindando protección legal
a la parte más débil (usuario o consumidor).
Hoy no existe la venganza privada y al analizar el fundamento de una responsabilidad civil habrá que distinguir entre el factor de
atribución subjetivo (dolo o culpa), que requiere de prueba, o el factor de atribución objetivo, que se presume siempre que se
cumplan los requisitos legalmente establecidos. En estos últimos no se tiene en cuenta la conducta, voluntad o intención de las
partes, sino el presupuesto legalmente establecido.
Diferencia entre responsabilidad civil y penal
RESPONSABILIDAD CIVIL RESPONSABILIDAD PENAL
INTERÉS TUTELADO Intereses particulares o derechos de in- Interés público: destinado a la punición
cidencia colectiva y prevención de delitos
TIPICIDAD Principio de atipicidad del delito Regla de tipicidad: no hay delito sin la
calificación de la conducta como tal por
el legislador
HECHO: PROPIO O AJENO Puede originarse por un hecho propio o Solo se da por un hecho propio
un hecho ajeno
FACTOR DE ATRIBUCIÓN Puede ser objetiva o subjetiva Siempre es subjetiva
NATURALEZA DEL EFECTO DEL DERE- La indemnización del daño no siempre Se castiga a quien delinquió, mediante
CHO constituye una sanción al dañador, aun- la imposición de una pena
que en ciertos casos su dolo puede agra-
varla. En el ámbito del derecho civil y co-
mercial existen distintas penas civiles
GRADUACIÓN DE LA PENA Y RESARCI- El daño se mide de acuerdo con el prin- La pena se mide en función de la con-
MIENTO cipio de reparación plena y las conse- ducta del delincuente
cuencias indemnizables de cada daño
EXISTENCIA DEL DAÑO No hay derecho al resarcimiento sin No es determinante que haya daño re-
daño resarcible o peligro de daño en sarcible
cuanto a los deberes jurídicos de pre-
vención
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UNIDAD 2
En el Código Civil y Comercial se enumeran tres funciones de la responsabilidad civil: preventiva, punitiva y resarcitoria.
FUNCIÓN PREVENTIVA
La función preventiva es aquella que tiene por finalidad prevenir un daño para que este no se produzca y, si se inició su ejecución,
para que no continúe y no se agrave.
Esta función es muy importante, porque permite evitar daños que no se pueden reparar por el transcurso del tiempo. Por ejem-
plo: el daño ambiental.
Los legisladores, a fin de poder batallar frente a industrias que no utilizaban filtros y contaminaban el aire y la atmósfera buscaron
esta alternativa para evitar que se continúe con la contaminación, pero es de utilidad para todos los ámbitos de la vida y se carac-
teriza por no exigir un factor de atribución a la aplicación de medidas preventivas.
ART 1710: Deber de prevención del daño. Toda persona tiene el deber, en cuanto de ella dependa, de:
a) evitar causar un daño no justificado;
b) adoptar, de buena fe y conforme a las circunstancias, las medidas razonables para evitar que se produzca un daño, o disminuir
su magnitud; si tales medidas evitan o disminuyen la magnitud de un daño del cual un tercero sería responsable, tiene derecho a
que éste le reembolse el valor de los gastos en que incurrió, conforme a las reglas del enriquecimiento sin causa;
c) no agravar el daño, si ya se produjo.
En el art. se hace referencia a “toda persona”, extendiendo el deber genérico de prevenir los daños. Se trata de actuar adoptando
medidas razonables, con buena fe y de acuerdo con las circunstancias de casa caso, siempre y cuando se esté en posibilidades de
hacerlo. Si en estas circunstancias no se actúa, esta omisión se convierte en antijurídica y el sujeto puede ser considerado como
autor o coautor del perjuicio sobreviniente o intensificado por no evitar que el peligro surja o empeore.
Se da un daño menor para evitar un daño mayor. Por ejemplo: choco una casa para evitar chocar a una persona. Si no está justifi-
cado, hay que intervenir para que ese daño no se dé. La responsabilidad recae sobre toda persona que pueda evitar el daño.
El inciso a) dice que el daño tiene que estar justificado, es decir, encuadrar en alguno de los supuestos legalmente regulados que
imposibilite en algunos casos la producción de un daño. Por ejemplo: estado de necesidad. Se provoca un daño de menor impor-
tancia para evitar un daño mayor. Por ejemplo, los bomberos rompen las aberturas de un inmueble para salvar la vida de quienes
viven en él si se está incendiando.
El inciso b) refiere a la persona que previene el daño, la cual no puede tener la intención de perjudicar a alguien o algo. Tiene que
actuar de buena fe, entendiendo que el comportamiento que va a realizar a fin de prevenirlo es el adecuado, idóneo y no tiene
otro mejor.
En la segunda parte de este inciso, se refiere al tercero que, con su comportamiento, va a producir un daño. Por ejemplo, si al-
guien conduce un vehículo a alta velocidad y se le cruza un niño a mitad de la calle, pero una persona logra salvar al niño, su-
friendo un daño en su persona o sus bienes, es el tercero quien deberá repararlo, por más que su conducta no haya sido la causa
de ese daño.
ART 1711: Acción preventiva. La acción preventiva procede cuando una acción u omisión antijurídica hace previsible la produc-
ción de un daño, su continuación o agravamiento. No es exigible la concurrencia de ningún factor de atribución.
Se refiere a una acción preventiva que se presenta en el ámbito judicial. Cuando la persona por sí no puede evitar el daño o su
agravamiento, pero lo conoce, tiene que ir ante el juez para solicitar su intervención y que ordene todas las medidas necesarias
para cumplir con la función preventiva. Para esto se necesita primero una acción u omisión antijuridica (contraria al ordena-
miento) y un daño, ya iniciado o que se esté por producir. Las características del daño hacen a la mayor o menor diligencia que
debe tomar la persona para prevenirlo. Por ejemplo, no es lo mismo un abogado que un bombero.
Al tiempo de solicitar la medida judicial se debe analizar si el daño está en ejecución y si la persona que pretende evitarlo tiene
actitud, capacidad u oficio para hacerlo. En ese caso, deberá actuar y solo acudir a la justicia cuando se vea imposibilitado de ha-
cerlo. Por ejemplo: si un vecino siente olor a gas, puede acudir al juez para que se ordenen las medidas preventivas en el edificio,
mientras que un inspector de litoral gas debe tomar las medidas preventivas y acudirá a la justicia si existe un obstáculo que no le
permite proceder.
NO se requiere factor de atribución. Quien solicita la medida no debe probar ni culpa, ni dolo, ni encuadrarlo en los factores de
atribución objetiva, porque esto demora y la idea principal es prevenir el daño.
ART 1712: Legitimación. Están legitimados para reclamar quienes acreditan un interés razonable en la prevención del daño.
Por ejemplo: si A vive a 30 km de Rosario y B vive en un edificio en Rosario y tiene un vecino que escucha música fuerte a las 3 de
la mañana. A no está legitimado para iniciar la acción porque, en principio, no tiene interés razonable en hacerlo, el legitimado es
B. en cambio, si B se muda a la casa de A por esto, y ello le causa un perjuicio, sí está legitimado para volver las cosas a su estado
anterior.
ART 1713: Sentencia. La sentencia que admite la acción preventiva debe disponer, a pedido de parte o de oficio, en forma defini-
tiva o provisoria, obligaciones de dar, hacer o no hacer, según corresponda; debe ponderar (examinar imparcialmente) los crite-
rios de menor restricción posible y de medio más idóneo para asegurar la eficacia en la obtención de la finalidad.
ART 1714: Punición excesiva. Si la aplicación de condenaciones pecuniarias administrativas, penales o civiles respecto de un he-
cho provoca una punición irrazonable o excesiva, el juez debe computarla a los fines de fijar prudencialmente su monto.
ART 1715: Facultades del juez. En el supuesto previsto en el artículo 1714 el juez puede dejar sin efecto, total o parcialmente, la
medida.
Ley de defensa del consumidor
Las normas de la ley 24.240 son en su mayor parte preventivas, ya que el sistema tradicional solo genera una reacción jurídica
frente al daño ya producido. La ley admite actuaciones con fines preventivos cuando los intereses de los consumidores y usuarios
“resulten amenazados”. Algunos autores dicen entonces que la protección no solo alcanza el interés dañado, sino también amena-
zado. La amenaza de daño es fundamento de medidas cautelares tendientes a evitarlos, es una medida netamente preventiva.
La ley incorpora la noción de prevención del daño en varios artículos e instituciones, entre ellos, las nuevas norman en el Código
Civil y Comercial, que esencialmente versan sobre el deber de informar y las prácticas abusivas.
FUNCIÓN PUNITIVA
Es la aplicación de una pena pecuniaria consistente en el pago de una multa. No hay una norma general de esta función porque
fue eliminada del proyecto del Código Civil y Comercial por la comisión bicameral.
La reforma de la Ley de Defensa del Consumidor incorporó el art. 52 bis, consagrando los daños punitivos, de neto corte sancio-
natorio. En el art. se establece que al proveedor que no cumpla sus obligaciones con el consumidor el juez podrá aplicarle una
multa civil a favor del consumidor, que se graduará según la gravedad del hecho y las circunstancias del caso. Cuando sea respon-
sable más de un proveedor estos responderán solidariamente ante el consumidor.
FUNCIÓN RESARCITORIA
ART 1716: Deber de reparar. La violación del deber de no dañar a otro, o el incumplimiento de una obligación, da lugar a la repara-
ción del daño causado, conforme con las disposiciones de este Código.
ART 1740: Reparación plena. La reparación del daño debe ser plena. Consiste en la restitución de la situación del damnificado al
estado anterior al hecho dañoso, sea por el pago en dinero o en especie. La víctima puede optar por el reintegro específico, ex-
cepto que sea parcial o totalmente imposible, excesivamente oneroso o abusivo, en cuyo caso se debe fijar en dinero. En el caso
de daños derivados de la lesión del honor, la intimidad o la identidad personal, el juez puede, a pedido de parte, ordenar la publica-
ción de la sentencia, o de sus partes pertinentes, a costa del responsable.
No se mejora la situación de la víctima, sino que se pretende colocarla en la situación en que se encontraba con anterioridad a la
producción del daño.
La reparación plena solo debe considerarse cuando no alcanzan las consecuencias inmediatas y mediatas previsibles.
Refiere al deber de reparar el daño causado. En virtud del art. 19 de la CN todos los habitantes tienen el deber de no dañar a otro.
Si por acción u omisión antijurídica se produce un daño en la persona o en su patrimonio, quien generó el daño debe repararlo en
dinero o en especie, a fin de restituir la persona, la cosa o el patrimonio a su Estado anterior.
Para que la reparación proceda, se necesitan 4 presupuestos:
1. ANTIJURIDICIDAD;
2. FACTOR DE ATRIBUCIÓN;
3. DAÑO;
4. RELACIÓN CAUSAL ENTRE ACCIÓN U OMISIÓN ANTIJURÍDICA Y EL DAÑO GENERADO (NEXO DE CAUSALIDAD).
Faz negativa de los presupuestos: se deben distinguir en cada caso cuales son los presupuestos de responsabilidad que se deben
reunir para que nazcan los deberes jurídicos y la acción para su titular para hacerlos efectivos en caso de incumplimiento.
En el derecho resarcitorio se deben reunir los 4 presupuestos para que nazca la obligación de indemnizar a cargo del dañador y a
favor de la víctima.
En la acción preventiva no se necesita factor de atribución, nace el deber jurídico si confluyen la acción u omisión antijurídica, el
nexo de causalidad y la causación de un peligro de daño que pueda afectar a un tercero.
En la punitiva, al no haber norma general, hay que analizar cada situación de daños punitivos.
ART 1743: Dispensa anticipada de la responsabilidad. Son inválidas las cláusulas que eximen o limitan la obligación de indemnizar
cuando afectan derechos indisponibles, atentan contra la buena fe, las buenas costumbres o leyes imperativas, o son abusivas. Son
también inválidas si liberan anticipadamente, en forma total o parcial, del daño sufrido por dolo del deudor o de las personas por
las cuales debe responder.
UNIDAD 3
Antijuridicidad
ART 1717: Antijuridicidad. Cualquier acción u omisión que causa un daño a otro es antijurídica si no está justificada.
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Consiste en la acción u omisión contraria al ordenamiento jurídico, siempre y cuando no se encuentre justificada.
Según el art. 19 de la CN, las acciones u omisiones de los hombres no pueden dañar a otro. Si esto sucede la acción u omisión ya
es contraria al ordenamiento por no respetar dicho art.
Antijuridicidad formal y material
Si la violación alcanza solo a la forma de la norma es FORMAL, tiene que existir una ley que prohíba el acto. Solo la ley puede con-
vertir un acto en ilícito o punible.
Si lo que se hiere son los valores que la ley quiere resguardar, la sustancia de esta, la antijuridicidad es MATERIAL. No es necesario
que la prohibición esté consignada en la ley, basta con que surja inequívocamente de ella. Pizzarro, en un sentido más amplio, se
refiere a ella como las prohibiciones que se desprende de los principios fundamentales del orden público. La conducta material-
mente antijurídica es tal cuando su manera de ser la vuelve contraria al Derecho.
La acción u omisión se puede dar en el ámbito contractual o extracontractual. El primero se da cuando las personas se relacionan
mediante un contrato; el segundo se presenta cuando no hay un contrato, pero sí un hecho ilícito.
En materia contractual la obligación de reparar el daño surge como consecuencia de la mora en el cumplimiento de la prestación
o del incumplimiento total o parcial de la misma.
En el ámbito extracontractual existe un hecho ilícito, el sujeto lleva adelante un acto o una omisión que perjudica a otros, que
puede conocer o no. Por ejemplo: accidente de tránsito, responsabilidad por los hechos de animales, etc.
Causales de justificación
No basta con la violación de un precepto jurídico en particular para constituir la antijuridicidad. Se necesita, además, verificar que
esa violación no esté justificada por otra norma. En caso de que lo estén, más allá de que se generó un daño, no sirve como presu-
puesto de la responsabilidad civil y, en principio, no generaría el deber de reparar el daño. Existen determinados supuestos legal-
mente establecidos, que sirven para justificar una acción u omisión que genera un daño:
1. EJERCICIO REGULAR DE UN DERECHO
Consiste en llevar a la práctica un derecho reconocido en el ordenamiento jurídico. En esta situación no se trata de un “derecho
a dañar”, sino que el ordenamiento impone a ciertas personas soportar los daños que le ocasione un tercero, en cuanto este ac-
túe en el ejercicio de su propio derecho. En caso de que sea abusivo, el hecho se convierte en antijurídico.
Por ejemplo: un policía en ejercicio de sus funciones puede privar de la libertad a una persona. Está generando un daño en la
persona, pero si es por orden judicial porque está cometiendo un delito, ese comportamiento está justificado y, por lo tanto, no
sirve como un presupuesto de responsabilidad civil y el detenido no podrá reclamar indemnización.
2. LEGÍTIMA DEFENSA
ART 1718 b): en legítima defensa propia o de terceros, por un medio racionalmente proporcionado, frente a una agresión actual o
inminente, ilícita y no provocada; el tercero que no fue agresor ilegítimo y sufre daños como consecuencia de un hecho realizado
en legítima defensa tiene derecho a obtener una reparación plena.
Consiste en un acto de defensa propia o de un tercero mediante el uso de un medio racionalmente proporcionado frente a una
agresión actual o inminente, ilícita y no provocada. Se funda en la necesidad de autoprotección. Prevalece el interés por la protec-
ción del bien agredido por sobre el interés por la protección del bien del agresor, lesionado por la víctima o por el tercero que la
defiende. Encuentra su fundamento en la injusticia de la agresión.
Debe cumplir determinados presupuestos:
a- La agresión tiene que ser dirigida a quien se defiende o a una tercera persona.
b- Se tiene que utilizar un medio racional y proporcional al medio que utiliza el agresor, no puede defenderse con una cosa
que tenga más poder de violencia que la que utiliza el agresor. Por ejemplo: no puedo disparar un arma si me estaba
agrediendo con un palo.
c- La agresión tiene que ser actual o inminente, es decir, en el presente o cuando hay altas probabilidades de que se esté por
producir. Por ejemplo: si una persona apunta con un arma mientras no dispare no hay agresión actual, pero sí inminente. Si
un policía está persiguiendo a un sujeto con actitud sospechosa no puede disparar ni agredirlo para llevar adelante la
detención. Pero si el sujeto dispara, la policía puede responder no solo en legítima defensa, sino en el ejercicio regular de un
derecho propio de la función que ejerce.
Si alguien comete un delito y se fuga, pero la víctima lo persigue y le dispara, no hay legítima defensa, porque al momento de
disparar la agresión ya había concluido.
Además, la agresión tiene que ser ilícita.
d- La agresión no tiene que ser provocada. Por ejemplo, si alguien se fuga ante una orden policial de detención, la está
provocando.
Quien se defiende no puede provocar al agresor. Si fuera así, entonces no hay legítima defensa, más bien será el otro quien esté
en mejores condiciones de alegarla.
En el caso de que un tercero esté siendo agredido, la persona puede defenderlo siempre y cuando no haya provocado la situación
de violencia, independientemente de que el tercero sí lo haya hecho.
3. ESTADO DE NECESIDAD
ART 1718 c): para evitar un mal, actual o inminente, de otro modo inevitable, que amenaza al agente o a un tercero, si el peligro
no se origina en un hecho suyo; el hecho se halla justificado únicamente si el mal que se evita es mayor que el que se causa. En
este caso, el damnificado tiene derecho a ser indemnizado en la medida en que el juez lo considere equitativo.
Consiste en generar un daño frente a un mal mayor, actual o inminente, que sea evitable por otro medio, ya sea que afecte al
agente o a terceros. Lo principal es que el daño generado tiene que ser de menores consecuencias que el que se pretende evitar.
Además, no que existir otro medio u otra forma que permita evitar el daño mayor. Si lo hay se debe acudir a ello, si no el estado
de necesidad no serviría para justificar la acción u omisión antijurídica.
4. CONSENTIMIENTO DEL DAMNIFICADO
Consiste en una cláusula redactada en un contrato o instrumento público o privado donde la víctima del daño libera de responsa-
bilidad al sujeto que con su acción u omisión genera el daño. Por ejemplo: en una compraventa inmobiliaria el comprador libera al
vendedor de responsabilidad por los techos con humedad. Si ambas partes y personas están en igualdad de condiciones, la cláu-
sula es válida y se puede reclamar indemnización.
En cambio, si son contratos por adhesión o predispuestos, es decir, que las partes no negocian las cláusulas, si una cláusula libera
de responsabilidad al prestador del servicio puede declararse su invalidez y no servir como causal de justificación, por ser contra-
ria a la ley del consumidor. Si no se declara judicialmente dicha invalidez, quien generó el daño se puede liberar aplicando la cláu-
sula.
El límite es doble: tiene que tratarse de bienes disponibles y no debe constituir una cláusula abusiva en un contrato.
ART 1720: Consentimiento del damnificado. Sin perjuicio de disposiciones especiales, el consentimiento libre e informado del
damnificado, en la medida en que no constituya una cláusula abusiva, libera de la responsabilidad por los daños derivados de la
lesión de bienes disponibles.
EL CONSENTIMIENTO DEL DAMNIFICADO NO ES IGUAL A LA ASUNCIÓN DEL RIESGO POR PARTE DE LA VÍCTIMA
La ASUNCIÓN DEL RIESGO no libera ni exime de responsabilidad, no es causa de justificación. Que una persona participe en una
actividad o deporte riesgoso no significa que tenga que soportar los daños derivados de los mismos. El organizador de la actividad
tiene que extremar los cuidados para que ningún participante sea víctima de un daño. Se trata de una situación de peligro extraña
a quien luego resulta damnificado.
La asunción del riesgo no libera de responsabilidad, salvo que encuadre en el hecho de la víctima, que debe ser probado. Consiste
en asumir los riesgos propios de una actividad, evento, deporte que está organizado por otro. El hecho de que la persona inter-
venga o participe en esta actividad no significa que tenga que soportar los daños que se producen en el desarrollo de esta.
ART 1719: Asunción de riesgos. La exposición voluntaria por parte de la víctima a una situación de peligro no justifica el hecho
dañoso ni exime de responsabilidad a menos que, por las circunstancias del caso, ella pueda calificarse como un hecho del damni-
ficado que interrumpe total o parcialmente el nexo causal.
Quien voluntariamente se expone a una situación de peligro para salvar la persona o los bienes de otro tiene derecho, en caso de
resultar dañado, a ser indemnizado por quien creó la situación de peligro, o por el beneficiado por el acto de abnegación. En este
último caso, la reparación procede únicamente en la medida del enriquecimiento por él obtenido.
El consentimiento del damnificado es distinto a la asunción del riesgo y estos dos son distintos a la culpa de la víctima.
El HECHO DE LA VÍCTIMA es la acción u omisión de una persona que genera su propio daño. Si la conducta del damnificado tiene
incidencia causal, total o parcial, la responsabilidad se exime, pero no por ausencia de antijuridicidad, sino por ruptura del nexo de
causalidad. Por ejemplo: quien acepta subir al automóvil de alguien que conduce alcoholizado o drogado.
Si el organizador prueba la culpa de la víctima, por ejemplo, que no se puso el cinturón de seguridad en la montaña rusa, el juez
lo podrá liberar en todo o en parte, según sea la relación causal entre el daño y el hecho de la víctima. Si la víctima generó todo el
daño, el organizador se libera, pero si solo contribuyó con la producción del daño, que requería también del mal funcionamiento
de la máquina o de la mala organización del evento, el organizador se libera parcialmente.
En estos casos no hay sometimiento a un riesgo ajeno, sino creación indebida del peligro por parte de la víctima.
5. IMPOSIBILIDAD DE CUMPLIMIENTO
La antijuridicidad puede ser contractual o extracontractual y, si se justifica, no existe como presupuesto de la responsabilidad
civil.
Casos de daños en la PRÁCTICA DEPORTIVA: cuando se trata de contingencias propias de la actividad, como en el boxeo, deben
entenderse como una cláusula de dispensa de la responsabilidad. En un partido de fútbol, por ejemplo, si un jugador quiebra a
otro y la actitud del lesionante no fue causar esa lesión, se trata de un causal de justificación.
Abuso del Derecho como elemento antijurídico
El abuso del Derecho y todas sus manifestaciones transitan la antijuridicidad. Hay que determinar, existiendo el abuso, si se debe
a una actividad riesgosa o si es factor de atribución es subjetivo. Generalmente, se trata de una asunción de riesgos, ya que lleva
ínsita la generación de un peligro de daño que sobrepasa lo normal. Es por esto que, por lo general, las conductas abusivas gene-
ran responsabilidad objetiva.
Responsabilidad por actos lícitos
ART 1739: Requisitos. Para la procedencia de la indemnización debe existir un perjuicio directo o indirecto, actual o futuro, cierto
y subsistente.
El mantenimiento de la antijuridicidad como presupuesto de la responsabilidad civil hace concluir, como regla general, que no
nace un crédito resarcitorio a favor del damnificado por un acto dañoso lícito. Sin embargo, hay muchas excepciones en donde el
ordenamiento concede un crédito indemnizatorio o un crédito derivado del eventual enriquecimiento sin causa que pudiera expe-
rimentar algún sujeto en función del acto dañoso.
Es que, ante la existencia de un daño injustamente sufrido, el ordenamiento se pronuncia a favor de la víctima, ya que es más
injusto que ella soporte el daño. En estas situaciones, según Giorgi, se trata de dos víctimas de un mismo daño, ya que el dañador
actúa bajo una causa de justificación, en tanto que el dañado es el perjudicado directo.
La responsabilidad por actos lícitos no quita la eventual responsabilidad de un tercero que, por su propio actuar ilícito, haga gene-
rado un daño o una situación de riesgo.
Solo procede en los casos que la ley dispone y en la extensión que lo hace. Si nada se indica, impera el principio de reparación
plena, debiendo indemnizarse todas las consecuencias correspondientes al caso. Por ejemplo: el estado de necesidad.
En caso de que se verifique la causa de justificación, entra a jugar la equidad. El juez puede reconocer una indemnización a la
víctima si lo considera equitativo.
UNIDAD 4
ART 1737: Concepto de daño. Hay daño cuando se lesiona un derecho o un interés no reprobado por el ordenamiento jurídico,
que tenga por objeto la persona, el patrimonio, o un derecho de incidencia colectiva.
Requisitos del daño resarcible
No toda consecuencia material es resarcible, debe cumplir con determinados requisitos:
1. CERTEZA
La hipótesis de daño no es resarcible, ya que el daño debe ser CIERTO. Su existencia debe ser constatable y, en ese caso, es re-
sarcible. Sin embargo, puede existir un daño futuro. En este caso jurídicamente se trata de un daño cierto que aún no sucedió,
pero que razonablemente acontecerá y es indemnizable. En cuanto a la pérdida de chance puede ser pasada o futura, pero en
cuanto sea razonable constituye un daño cierto.
2. SUBSISTENCIA
Se debe tratar de un daño cierto que aún no haya sido resarcido por el responsable. En cada caso en que, de alguna manera, se
reparen los efectos nocivos sin intervención del responsable civil, la obligación resarcitoria subsistirá. Por ejemplo, si la propia
víctima pagó el arreglo de su auto después de un accidente. Si uno de los coobligados pagó la indemnización, no hay subsistencia
y, por lo tanto, no hay daño resarcible.
3. PERSONALIDAD DEL DAÑO
En los daños individuales: debe existir un perjuicio directo o indirecto. No es viable solicitar la indemnización de daños ajenos,
solo por daños propios. Por ende, el legitimado es únicamente el titular del interés afectado, debiendo distinguirse:
-Damnificado directo: es quien sufre lesión de un bien jurídico propio y que repercute en un interés jurídico propio. Por ejemplo,
una lesión física derivada de un accidente.
-damnificado indirecto: quien, debido a la lesión de un bien jurídico ajeno, sufre la lesión de un interés jurídico propio. Por ejem-
plo, el daño moral que deriva de la muerte de los padres.
En los daños a los derechos de incidencia colectiva: el hecho lesivo puede ocasionar daños a derechos individuales homogéneos
o daños a derechos e intereses de incidencia colectiva. Cada uno de los afectados está legitimado para accionar, no solo por la
prevención, sino también por la reparación de los daños efectivamente padecidos.
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Al tiempo de la demanda y su contestación, todo lo dañoso que suceda con posterioridad es DAÑO FUTURO. Pero será DAÑO PRE-
SENTE el sucedido durante el proceso, al momento de dictarse la sentencia.
Indemnización por consecuencias no patrimoniales - Legitimados
ART 1741: Indemnización de las consecuencias no patrimoniales. Está legitimado para reclamar la indemnización de las conse-
cuencias no patrimoniales el damnificado directo. Si del hecho resulta su muerte o sufre gran discapacidad también tienen legiti-
mación a título personal, según las circunstancias, los ascendientes, los descendientes, el cónyuge y quienes convivían con aquél
recibiendo trato familiar ostensible.
La acción sólo se transmite a los sucesores universales del legitimado si es interpuesta por éste.
El monto de la indemnización debe fijarse ponderando las satisfacciones sustitutivas y compensatorias que pueden procurar las
sumas reconocidas.
-Se ha producido una ampliación de la cadena de legitimados activos respecto del Código Civil, que solo legitimaba al cónyuge,
ascendientes o descendientes.
ART 1746: Indemnización por lesiones o incapacidad física o psíquica. En caso de lesiones o incapacidad permanente, física o psí-
quica, total o parcial, la indemnización debe ser evaluada mediante la determinación de un capital, de tal modo que sus rentas
cubran la disminución de la aptitud del damnificado para realizar actividades productivas o económicamente valorables, y que se
agote al término del plazo en que razonablemente pudo continuar realizando tales actividades.
Se presumen los gastos médicos, farmacéuticos y por transporte que resultan razonables en función de la índole de las lesiones o
la incapacidad. En el supuesto de incapacidad permanente se debe indemnizar el daño, aunque el damnificado continúe ejerciendo
una tarea remunerada. Esta indemnización procede aun cuando otra persona deba prestar alimentos al damnificado.
Indemnización por pérdida de chance
ART 1739 (2º parte): La pérdida de chance es indemnizable en la medida en que su contingencia sea razonable y guarde una ade-
cuada relación de causalidad con el hecho generador.
Chance, en este caso, es entendida como la oportunidad o posibilidad de conseguir un beneficio patrimonial. Entonces, este su-
puesto se trata de la pérdida de esa posibilidad a causa del hecho dañoso. Por ejemplo, una persona que estaba a punto de obte-
ner una licencia como piloto de avión y, a causa de un accidente de tránsito, por la responsabilidad de un tercero, resulta con una
incapacidad física que le impide lograr su objetivo. Así, la persona pierde la posibilidad de ser contratado como piloto comercial,
durante el tiempo razonable que perdure esta situación.
No se trata de la frustración de una ganancia efectiva, sino de la concreta y real frustración de una posibilidad. Lo que corres-
ponde resarcir es la mayor o menor probabilidad que existía, valorada en concreto, el valor del resarcimiento estará dado por el
grado de posibilidad frustrada.
Aunque hay una mayor flexibilidad probatoria en estos casos, la posibilidad debe ser concreta
Métodos de indemnización en ambos códigos
En un primer momento, en nuestro Código Civil el agravio moral solo era resarcible si mediaba un delito de derecho criminal. Con
la reforma mediante la ley 17.711, se concedió la reparación plena del agravio moral en la responsabilidad extracontractual y se
amplió la cadena de legitimados activos, aunque solo en caso de muerte. En materia contractual, se dispuso que el juez podrá con-
denar al responsable a la reparación del agravio moral, de acuerdo a las circunstancias del caso.
En el Código Civil y Comercial se abarcan todas las repercusiones anímicamente perjudiciales derivadas de un suceso dañoso, se
trate de un damnificado directo o indirecto, en tanto exista nexo de causalidad y estén comprendidas dentro de las consecuencias
indemnizables.
El daño moral se puede expresar de distintas maneras: angustia, dolor físico, secuelas psicológicas, etc. Debe determinarse, en
primer lugar, la valoración del daño moral y, en segundo lugar, su entidad cuantitativa.
Indemnización por fallecimiento
ART 1745: Indemnización por fallecimiento. En caso de muerte, la indemnización debe consistir en:
a) los gastos necesarios para asistencia y posterior funeral de la víctima. El derecho a repetirlos incumbe a quien los paga, aunque
sea en razón de una obligación legal;
b) lo necesario para alimentos del cónyuge, del conviviente, de los hijos menores de veintiún años de edad con derecho alimenta-
rio, de los hijos incapaces o con capacidad restringida, aunque no hayan sido declarados tales judicialmente; esta indemnización
procede aun cuando otra persona deba prestar alimentos al damnificado indirecto; el juez, para fijar la reparación, debe tener en
cuenta el tiempo probable de vida de la víctima, sus condiciones personales y las de los reclamantes;
c) la pérdida de chance de ayuda futura como consecuencia de la muerte de los hijos; este derecho también compete a quien
tenga la guarda del menor fallecido.
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UNIDAD 5
Factor de atribución
ART 1721: Factores de atribución. La atribución de un daño al responsable puede basarse en factores objetivos o subjetivos. En
ausencia de normativa, el factor de atribución es la culpa.
Refiere al fundamento de la responsabilidad de una persona. Antes se denominaba imputabilidad, porque solo existían factores
de atribución subjetivos (dolo o culpa), pero al surgir los factores de atribución objetivos se cambia la denominación por factores
de atribución, refiriendo a la atribución de responsabilidad. Se clasifican en subjetivos y objetivos.
FACTORES SUBJETIVOS DE ATRIBUCIÓN
ART 1724: Factores subjetivos. Son factores subjetivos de atribución la culpa y el dolo. La culpa consiste en la omisión de la dili-
gencia debida según la naturaleza de la obligación y las circunstancias de las personas, el tiempo y el lugar. Comprende la impru-
dencia, la negligencia y la impericia en el arte o profesión. El dolo se configura por la producción de un daño de manera intencio-
nal o con manifiesta indiferencia por los intereses ajenos.
Tienen en cuenta el comportamiento de la persona, así como su voluntad o intención. Entre ellos se encuentran el dolo y la culpa.
Valoración de la conducta
ART 1725: Valoración de la conducta. Cuanto mayor sea el deber de obrar con prudencia y pleno conocimiento de las cosas, ma-
yor es la diligencia exigible al agente y la valoración de la previsibilidad de las consecuencias.
Cuando existe una confianza especial, se debe tener en cuenta la naturaleza del acto y las condiciones particulares de las partes.
Para valorar la conducta no se toma en cuenta la condición especial, o la facultad intelectual de una persona determinada, a no
ser en los contratos que suponen una confianza especial entre las partes. En estos casos, se estima el grado de responsabilidad,
por la condición especial del agente.
DOLO
Se configura por la producción de un daño de manera intencional o con la manifiesta indiferencia por los intereses ajenos.
Mientras que en el Código Civil se refería únicamente al dolo directo, en el CC y C se incorpora el dolo eventual, en el que la ac-
ción no se ejecuta para causar el daño, pero al autor no le importa el perjuicio que puede ocasionar.
Prueba
ART 1734: Prueba de los factores de atribución y de las eximentes. Excepto disposición legal, la carga de la prueba de los factores
de atribución y de las circunstancias eximentes corresponde a quien los alega.
No hay presunciones legales como en la culpa, ya que el ordenamiento no puede presumir que una persona actúe de esa ma-
nera. Por ende, salvo confesión del autor de la conducta dolosa o la prueba de que lo confesó, la prueba de este factor de atribu-
ción debe surgir de las circunstancias que rodean al acto.
Dispensa
No son válidas las cláusulas de dispensa anticipada de la responsabilidad.
CULPA
Es la omisión de la diligencia debida según la naturaleza de la obligación y las circunstancias de las personas, el tiempo y el lugar.
Comprende la imprudencia, la negligencia y la impericia en el arte o profesión. La persona puede ser:
-Imprudente: cuando el sujeto actúa de manera irreflexiva, precipitada, sin control, haciendo más de lo que le corresponde o que
debe hacer. Por ejemplo: conducir superando el máximo de velocidad permitida.
-Negligente: la persona omite los debidos cuidados y con ello no realiza, no desarrolla la conducta o actividad debida. Hace me-
nos de lo que le corresponde hacer. Por ejemplo: una empresa que no respeta las normas de higiene y seguridad.
-Carecer de pericia (impericia): la persona no cumple con las reglas de su arte, oficio o profesión.
Quien alega la culpa o dolo de alguien debe probarlo utilizando los medios de prueba enumerados en el código procesal provin-
cial: con documentos, testigos, pericias, etc.
Existen supuestos en los que la persona, física o jurídica, a quien se le acusa la culpa o dolo está en mejores condiciones técnicas
de demostrar que de su parte no existió ni culpa ni dolo. Esto se denomina CARGA DINÁMICA DE LAS PRUEBAS.
Graduación de la culpa
Si bien en el CC y C no se dispone sobre la graduación de la culpa, algunos autores opinan que cabe distinguir entre culpa y culpa
grave, agravando la responsabilidad civil cuando se trata de culpa grave, incluso asimilándola al dolo.
Criterios de apreciación
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El juez analiza cada caso en concreto, pero luego compara la conducta obrada y las circunstancias propias del sujeto con las hu-
biera debido actuar un hombre prudente en las mismas circunstancias.
Salvo contratos intuito personae o que evalúan potencialidades del posible dañador, la ley computa la previsibilidad común o
media. No se puede alegar una condición intelectual inferior o un temperamento defectuoso como excusa para inculpabilidad. La
conducta real evaluada debe compararse con la debida.
Prueba
La regla general es la enunciada en el art. 1734. Sin embargo, el Código dispone:
ART 1735: Facultades judiciales. No obstante, el juez puede distribuir la carga de la prueba de la culpa o de haber actuado con la
diligencia debida, ponderando cuál de las partes se halla en mejor situación para aportarla. Si el juez lo considera pertinente, du-
rante el proceso debe comunicar a las partes que aplicará este criterio, de modo de permitir a los litigantes ofrecer y producir los
elementos de convicción que hagan a su defensa.
Presunciones legales
En ciertas situaciones, el legislador presume iuris tantum la culpa del dañador, invirtiéndose la carga de la prueba. El autor deberá
demostrar que actuó con diligencia y no con culpa.
En el ámbito obligacional, la situación debe vincular las reglas de la prueba del cumplimiento y las relativas a la prueba del incum-
plimiento. En este caso se refiere a las OBLIGACIONES DE MEDIOS, que son aquellas en las que el factor de atribución es subjetivo.
En otras palabras, lo dispuesto en el art. 1734 debe vincularse con el art que establece que, en las obligaciones de hacer, la carga
de la prueba del pago corresponde al deudor.
Dispensa de la culpa
En el Código Civil y Comercial la culpa grave está expresamente contemplada solo en los casos de acusación calumniosa y titulari-
dad de los títulos valores. Sin embargo, aunque no se mencione en el art. 1724, la mayoría de la doctrina coincide en que puede
ser utilizada en cualquier supuesto con factor de atribución subjetivo.
Esta misma posición agrega que la dispensa anticipada de la culpa grave, en cualquier tipo de contrato, es nula, al igual que en el
dolo. Esto se justifica en que una cláusula de esa naturaleza atenta contra la buena fe y las buenas costumbres. Se considera que la
dispensa total o parcial de la culpa grave es inválida, ya que en los hechos en deudor se libera de cumplir absolutamente, lo que
atenta contra el bien común y pone a las partes en desigualdad de condiciones.
Tampoco la culpa no grave puede ser objeto de dispensa cuando ello implique un proceder contrario a la buena fe o las normas
absolutas o cuando afecte el equilibrio de las prestaciones de las partes.
FACTORES OBJETIVOS DE ATRIBUCIÓN
ART 1722: Factor objetivo. El factor de atribución es objetivo cuando la culpa del agente es irrelevante a los efectos de atribuir
responsabilidad. En tales casos, el responsable se libera demostrando la causa ajena, excepto disposición legal en contrario.
No tienen en cuenta el comportamiento, la voluntad o la intención del sujeto, sino que se limitan a estar reconocidos en la ley, la
que determina los presupuestos que tienen que existir para encuadrar en ese tipo de factor de atribución.
No se prueba el factor en sí mismo, sino que se demuestra que las circunstancias, los hechos sus características encuadran en uno
de los factores de atribución objetivos. Por ejemplo: riesgo creado, enriquecimiento sin causa, abuso del derecho, etc.
Protege al más débil de la relación, es decir, a la víctima. En el caso de los factores de atribución objetivos se puede probar tam-
bién el caso fortuito o de fuerza mayor, el hecho de víctima y el hecho de un tercero por quien no se tiene que responder.
Salvo los casos en los que de manera indiscutible se consagra el factor objetivo de atribución, la eximente podrá configurarse si se
acredita la inexistencia del factor de atribución.
Enumeración:
-el RIESGO o VICIO: supone la introducción en la comunidad de alguna situación que agrava el peligro de dañar, multiplicando la
posibilidad de que resulte perjuicios. Convierte la posibilidad en una seria probabilidad, que torna previsibles los daños. Si el hecho
se concreta, es justo que responda quien ha generado el peligro.
-la EQUIDAD: se da en aquellas situaciones en las que las otras razones relevantes para atribuir responsabilidad resultan insuficien-
tes. Es el caso de la responsabilidad por actos involuntarios, en donde la inimputabilidad del agente obstaría a asignar cualquier
tipo de responsabilidad.
También se da en el caso de la responsabilidad por daños lícitos, mediando estado de necesidad, aunque en este caso la indemni-
zación se concede solo en la medida en la que el juez lo considere equitativo.
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-la GARANTÍA: factor mediante el cual ciertos sujetos quedan comprometidos a indemnizar el daño, con independencia de toda
culpabilidad de su parte. No se asegura la indemnidad, sino la indemnización. En el ámbito extracontractual es el factor de atribu-
ción de la responsabilidad por hecho ajeno.
Se da en una situación dañosa que se considera riesgosa o en una situación jurídica del responsable, que le impone velar por el
comportamiento de otro y, en última instancia, responder por lo que este último haya cometido, sin relevancia de la diligencia en
evitar el daño.
-OBLIGACIÓN DE SEGURIDAD: se trata del deber jurídico a cargo de las partes de la relación jurídica consistente en mantener in-
tactos los bienes jurídicos involucrados en el proceso de formación y ejecución de la relación. Por ejemplo, en una relación de tra-
bajo, el trabajador compromete su fuerza laboral y el empleador debe pagarle una remuneración. Pero, además, el trabajador no
debe sufrir daños en su integridad psicofísica.
Riesgo y garantía como factores de atribución
ART 1723: Responsabilidad objetiva. Cuando de las circunstancias de la obligación, o de lo convenido por las partes, surge que el
deudor debe obtener un resultado determinado, su responsabilidad es objetiva.
En este caso, el deudor se eleva en garante del interés del acreedor. Si el incumplimiento le es atribuible materialmente y es anti-
juridico, deberá indemnizar al acreedor los daños que este último haya padecido.
Aquí, la garantía juega un rol fundamental como factor de atribución objetivo.
UNIDAD 6
Nexo de causalidad
ART 1726: Relación causal. Son reparables las consecuencias dañosas que tienen nexo adecuado de causalidad con el hecho pro-
ductor del daño. Excepto disposición legal en contrario, se indemnizan las consecuencias inmediatas y las mediatas previsibles.
Es el enlace material que existe entre un hecho antecedente y otro consecuente, y que permite establecer a quién debe ser impu-
tado un hecho determinado y sus consecuencias
Es un elemento esencial del hecho jurídico que convierte en legitimados pasivos a quienes deben ser causantes de un incumpli-
miento obligacional, de una acción que causa amenaza de daño o de resarcir daños y perjuicios causados a otra persona.
Causalidad física y jurídica
Si se analiza el principio de reparación plena, sería erróneo considerarlo como una manera de obligar al responsable a resarcir
todo el daño que ha ocasionado materialmente con su acto. No se trata de la causalidad material, sino solo de la causalidad jurí-
dica, por lo que se deben resarcir las consecuencias que tienen un nexo de causalidad adecuada con el acto. La plenitud del resarci-
miento quiere decir plenitud jurídica, no material.
Clasificación de las consecuencias
ART 1727: Tipos de consecuencias. Las consecuencias de un hecho que acostumbran a suceder según el curso natural y ordinario
de las cosas se llaman en este Código “consecuencias inmediatas”. Las consecuencias que resultan solamente de la conexión de un
hecho con un acontecimiento distinto se llaman “consecuencias mediatas”. Las consecuencias mediatas que no pueden preverse
se llaman “consecuencias casuales”.
Entonces, las INMEDIATAS son aquellas que surgen directamente como consecuencia del acto mismo, sin que haya otro hecho
entre el acto y la consecuencia.
Las MEDIATAS son aquellas que suponen la conexión entre un hecho imputable a la demanda y otro previsible que se enlaza con
aquel. Para que una consecuencia mediata sea previsible y, por ende, imputable, basta con que verosímil posibilidad de previsión,
aunque ella sea ajena a la potencialidad subjetiva del agente. Por ejemplo, si un paciente se contagia un virus intrahospitalario se
revela la omisión del centro de salud en adoptar las medidas necesarias, pero también la contribución causal del paciente.
Las mediatas que no pueden preverse se denominan CASUALES, es decir, no hay una relación causal adecuada, entre el hecho
originario y el daño se interponen otros hechos que no son previsibles de acuerdo con el curso normal de los acontecimientos. Por
ejemplo, si como consecuencia de un accidente una de las víctimas tiene que ser operada y en la cirugía hay mala praxis. El que
generó el accidente no repara los daños que generó el médico.
Teorías
-La TEORÍA DE LA RELACIÓN CAUSAL cumple una doble función. Permite determinar la autoría del daño y, a su vez, la extensión
del resarcimiento.
-TEORÍA DE EQUIVALENCIA DE LAS CONDICIONES: considera a la causa el elemento que, si hubiese faltado, el resultado dañoso no
se hubiera producido. Si se quita la causa, desaparece la consecuencia, siendo causa cada una de las condiciones, y con igual valor.
-TEORÍA DE LA CONDICIÓN PREPONDERANTE: hay condiciones positivas y negativas, la que rompe el equilibrio es la causa.
-TEORÍA DE LA CAUSA PRÓXIMA: es causa la que se produjo más próxima al resultado. Todas las anteriores son condiciones.
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Que reúna los requisitos del caso fortuito es que se trate de un hecho imprevisible o inevitable para el responsable, y exterior a él.
De lo contrario, ambos responden solidaria o concurrentemente frente a la víctima.
-IMPOSIBILIDAD DE CUMPLIMIENTO
ART 1732: Imposibilidad de cumplimiento. El deudor de una obligación queda eximido del cumplimiento, y no es responsable, si la
obligación se ha extinguido por imposibilidad de cumplimiento objetiva y absoluta no imputable al obligado. La existencia de
esa imposibilidad debe apreciarse teniendo en cuenta las exigencias de la buena fe y la prohibición del ejercicio abusivo de los de-
rechos.
Es necesario que la imposibilidad de cumplimiento sea sobrevenida, de lo contrario el negocio sería nulo. Es objetiva cuando el
impedimento es inherente a la prestación y absoluta cuando no puede ser cumplida de ningún modo. Además, para que la imposi-
bilidad exima, no tiene que ser imputable al obligado. Solo la imposibilidad definitiva libera totalmente de responsabilidad. La im-
posibilidad transitoria solo exime de la reparación de daños por el retraso.
Supuestos de responsabilidad por caso fortuito o imposibilidad de cumplimiento
ART 1733: Responsabilidad por caso fortuito o por imposibilidad de cumplimiento. Aunque ocurra el caso fortuito o la imposibili-
dad de cumplimiento, el deudor es responsable en los siguientes casos:
a) si ha asumido el cumplimiento aunque ocurra un caso fortuito o una imposibilidad;
b) si de una disposición legal resulta que no se libera por caso fortuito o por imposibilidad de cumplimiento;
c) si está en mora, a no ser que ésta sea indiferente para la producción del caso fortuito o de la imposibilidad de cumplimiento;
e) si el caso fortuito y, en su caso, la imposibilidad de cumplimiento que de él resulta, constituyen una contingencia propia del
riesgo de la cosa o la actividad;
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Pluralidad de responsables
ART 1751: Pluralidad de responsables. Si varias personas participan en la producción del daño que tiene una causa única, se apli-
can las reglas de las obligaciones solidarias. Si la pluralidad deriva de causas distintas, se aplican las reglas de las obligaciones con-
currentes.
1- COAUTORÍA O PARTICIPACIÓN EN UN HECHO DAÑOSO
Supone que se haya acreditado la intervención de dos o más personas en el hecho en perjuicio de un tercero, ya sea como autor
principal o mediante una colaboración que tenga incidencia causal.
También están incluidos los efectos del incumplimiento obligacional cuando hay pluralidad pasiva o activa y se causa un daño por
razones imputables de una parte a la otra.
En el caso de la coautoría en la responsabilidad extracontractual, hay diversas maneras de participación: hay que distinguir si se
trata de una causa única o de causas diferentes.
-Si el daño fue causado dolosamente por la actuación conjunta de varias personas hay causa única y son responsables solidarios.
-Si la actuación es conjunta, pero culposa, la responsabilidad es solidaria. En cambio, si hay actuación sucesiva, pero indepen-
diente una de la otra, las causas serán distintas y la responsabilidad concurrente.
-Encubrimiento
ART 1752: Encubrimiento. El encubridor responde en cuanto su cooperación ha causado daño.
Es encubridor quien no fue protagonista del suceso dañoso, pero, luego de él, permite o facilita el ocultamiento del hecho para
evitar la responsabilidad de los partícipes.
En este caso, responde solo en la medida que su conducta haya causado el daño. Por ejemplo: un policía encubre una red de trata,
sabiendo que es víctima de ella alguien desaparecido.
La responsabilidad del encubridor es concurrente.
-Coautoría con autor de daño involuntario: en este caso, la responsabilidad es solidaria, aunque el juez puede atenuar la responsa-
bilidad en función de la involuntariedad de uno de los coautores, por lo que la obligación solidaria podría tener distinto contenido
en uno y otro caso. Si se trata de dos personas sin voluntad, hay solidaridad.
2- AUTOR ANÓNIMO
ART 1761: Autor anónimo. Si el daño proviene de un miembro no identificado de un grupo determinado responden solidaria-
mente todos sus integrantes, excepto aquel que demuestre que no ha contribuido a su producción.
3- ACTIVIDAD PELIGROSA DE UN GRUPO
No existe presunción, hay responsabilidad directa por integrar el grupo.
La atribución de autoría deriva del hecho de formar parte del grupo. La única eximente es no haber formado parte de dicho grupo
de riesgo.
RESPONSABILIDAD POR HECHOS DE TERCEROS
Para que haya responsabilidad civil por el acto dañoso obrado por otra persona, debe mediar un vínculo causal entre ambos lo
suficientemente relevante para justificar la extensión de la responsabilidad a quien no ha sido autor material.
Existen dos tipos de terceros: aquellos por los que no se responde (hecho de terceros) y aquellos por los que sí. La cuestión causal
es determinante. El Derecho le da relevancia a un vínculo de conexidad entre dos personas y las pone en la misma situación jurí-
dica ante un hecho dañoso, aunque una no haya sido autor material del hecho. El ordenamiento eleva a causa una circunstancia u
ocasión.
La responsabilidad indirecta supone la del responsable directo. En todos los casos, cuando hay responsabilidad, la de ambos es
concurrente.
Situación en Código de Vélez
En el Código Civil, mediante la ley 17.711, se había incorporado en el art. 1113 la responsabilidad objetiva, lo que permitió su
desarrollo. En el Código Civil y Comercial se realizaron algunas modificaciones de importancia, por ejemplo, en materia de daño
involuntario y responsabilidad por omisión.
Responsabilidad del principal
ART 1753: Responsabilidad del principal por el hecho del dependiente. El principal responde objetivamente por los daños que
causen los que están bajo su dependencia, o las personas de las cuales se sirve para el cumplimiento de sus obligaciones, cuando
el hecho dañoso acaece en ejercicio o con ocasión de las funciones encomendadas.
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Requisitos:
a- Relación de dependencia: abarca a todo aquel que actúa en interés de otro, en virtud de algún vínculo jurídico de
subordinación y genera un poder de impartir órdenes, o de injerencia, por parte del principal con relación al dependiente.
Este vínculo puede ser estable u ocasional, remunerado o no y su origen puede o no ser voluntario. Además, se puede tratar
tanto de una persona física como jurídica.
Si el dependiente tiene autonomía científica en relación con el principal, a este lo alcanza la misma responsabilidad, en razón
de la garantía del emanante. Para que surja la responsabilidad, las ordenes tienen que ser lícitas, caso contrario la
responsabilidad del principal es directa.
b- Responsabilidad del dependiente: la imputación de responsabilidad del principal supone la previa atribución de
responsabilidad del dependiente, ya que se trata de responsabilidad refleja.
c- Causalidad. Daño en ejercicio o con ocasión de la función
La responsabilidad se proyecta al principal si el hecho dañoso del dependiente fue causado en ejercicio o en ocasión de la
función. Los daños en ejercicio comprenden el mal ejercicio, el ejercicio abusivo o el ejercicio aparente. Con ocasión de las
funciones significa que la función no ha sido motivo del daño, pero facilita su ocurrencia. Se da un ensanchamiento de la
causalidad.
d- Factor de atribución: sea por riesgo o garantía, la responsabilidad es objetiva.
e- Se responde aún cuando el dependiente sea inimputable. Por ejemplo: si empleado drogado causa un daño a un cliente.
En caso de daño involuntario, el autor responde por equidad, siendo plena su responsabilidad, aunque puede haber una
eventual atenuación de la indemnización. Esto no se extiende al principal, cuya responsabilidad siempre será plena.
La responsabilidad es concurrente, cada sujeto responde por su propia causa: el dependiente por responsabilidad propia y el
principal por ser tal.
Responsabilidad por daños ocasionados por los hijos
ART 1754: Hecho de los hijos. Los padres son solidariamente responsables por los daños causados por los hijos que se encuentran
bajo su responsabilidad parental y que habitan con ellos, sin perjuicio de la responsabilidad personal y concurrente que pueda ca-
ber a los hijos.
ART 638: Responsabilidad parental. Concepto. La responsabilidad parental es el conjunto de deberes y derechos que correspon-
den a los progenitores sobre la persona y bienes del hijo, para su protección, desarrollo y formación integral mientras sea menor
de edad y no se haya emancipado.
El fundamento de la responsabilidad parental es la protección y formación de los hijos e implica el deber de evitar que causen
daños a terceros.
Su ejercicio corresponde a los padres o, en caso de muerte, ausencia o incapacidad del otro progenitor, puede solicitarlo el proge-
nitor afín, que necesita homologación judicial para que esto se haga efectivo.
El progenitor afín es el cónyuge o conviviente de vive con quien tiene a su cargo el cuidado personal del niño o adolescente. No
asume la responsabilidad por ellos, salvo que asuma la responsabilidad parental. Su deber consiste en cooperar con la crianza y
educación de los hijos del otro, cooperar con su formación en el ámbito cotidiano y adoptar decisiones en situaciones de urgencia.
Sin embargo, si al momento del hecho dañoso el menor se encontraba a su exclusivo cuidado, puede haber responsabilidad.
En el caso de los adoptantes, se extingue la responsabilidad parental de los padres y se transmite a los adoptantes.
Responsabilidad del hijo: el hecho dañoso debe reunir los requisitos propios para atribuir responsabilidad civil, sea o no imputable.
En caso contrario, el progenitor no responde. Sea involuntario o no, la responsabilidad es concurrente con la de sus padres. Si es
atribuible a los dos progenitores la obligación entre ellos frente a la víctima es solidaria.
Casos en que cesa la responsabilidad de los padres:
-Extinción de la responsabilidad parental: por mayoría de edad, emancipación o adopción por un tercero. Además, cesa por la
profesión del progenitor en instituto monástico.
-Privación o suspensión del ejercicio de la responsabilidad parental por causas no imputables, como la ausencia con presunción de
fallecimiento o la limitación de capacidad.
-Progenitor no conviviente: en tanto y en cuanto no esté a su cargo o deba estarlo al momento en que ocurre el daño.
-Hijo bajo vigilancia de otra persona: se orienta al menor escolarizado que causa daños bajo la autoridad educativa. En otros casos
debe analizarse la situación concreta.
-Daños causados por los hijos en ejercicio de la capacidad negocial.
Casos en los que no cesa la responsabilidad parental:
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-Delegación de la responsabilidad parental: la titularidad se mantiene en cabeza de los padres, que son solidariamente responsa-
bles. En este caso se suma, de manera concurrente, el delegado.
- Cesación de la convivencia por causas imputables al padre por un acto ilícito (en sentido amplio), como el abandono del hijo.
Otros supuestos
ART 1756: Otras personas encargadas. Los delegados en el ejercicio de la responsabilidad parental, los tutores y los curadores son
responsables como los padres por el daño causado por quienes están a su cargo. Sin embargo, se liberan si acreditan que les ha
sido imposible evitar el daño; tal imposibilidad no resulta de la mera circunstancia de haber sucedido el hecho fuera de su presen-
cia. El establecimiento que tiene a su cargo personas internadas responde por la negligencia en el cuidado de quienes, transitoria o
permanentemente, han sido puestas bajo su vigilancia y control.
Los encargados de menores o incapaces responden de manera concurrente con los padres, igual que el progenitor afín.
El factor de atribución, según algunos autores, es subjetivo y existe una presunción de culpabilidad.
En cuanto a los establecimientos de internación, el art. debe ser interpretado de manera estricta. Se refiere solo al caso en el que
el internado sufra daños en lo que respecta a su patología, acciones que podría emprender en su propio perjuicio, como el suicidio,
donde el factor de atribución es subjetivo. En los casos en que el internado cause daños a terceros, la doctrina opina que se trata
de una obligación de seguridad.
RESPONSABILIDAD POR EL HECHO DE LAS COSAS Y ACTIVIDADES RIESGOSAS
La actividad riesgosa supone un caso de responsabilidad directa.
El hecho de la cosa implica la intervención activa de la cosa en la causación del daño, atribuyendo responsabilidad objetiva a su
dueño o guardián.
ART 1757: Hechos de las cosas y actividades riesgosas. Toda persona responde por el daño causado por el riesgo o vicio de las
cosas, o de las actividades que sean riesgosas o peligrosas por su naturaleza, por los medios empleados o por las circunstancias de
su realización.
Para que el hecho de la cosa se dé, es necesario que la misma haya intervenido de manera causalmente activa en la producción
del daño, escapando al control del guardián. Se da cuando la cosa fue más allá de la acción del hombre. En cambio, si la cosa fue un
claro instrumento de la voluntad del hombre, habrá también hecho del hombre.
Sujetos responsables
ART 1758: Sujetos responsables. El dueño y el guardián son responsables concurrentes del daño causado por las cosas. Se consi-
dera guardián a quien ejerce, por sí o por terceros, el uso, la dirección y el control de la cosa, o a quien obtiene un provecho de
ella. El dueño y el guardián no responden si prueban que la cosa fue usada en contra de su voluntad expresa o presunta.
El dueño es el titular del derecho real de dominio.
El guardián tiene una relación de poder con la cosa, ya sea que tenga la cosa o deba tenerla. Además, se considera a quien ob-
tenga un provecho de la cosa, que no necesariamente debe ser económico.
A su vez, el guardián puede eventualmente delegarla en otros, pero no pierde su carácter de tal. La pluralidad de guardianes
puede ser conjunta o de la manera indicada en el art. De igual manera, en todos los casos serán concurrentemente responsables.
Son guardianes el propietario (guardián natural), el comodatario, el locatario, etc.
La prueba de la calidad de dueño o guardián pesa sobre el acreedor quien, ante la negativa, tiene que probar la calidad que invoca
respecto de la persona que señala como responsable.
Responsabilidad por actividades riesgosas
En el código de Vélez, si bien al momento de la ley 17. 711 ya era discutido el tema, solo se incorporó la responsabilidad objetiva
por riesgo o vicio de la cosa.
Actividades riesgosas:
-por su naturaleza: son peligrosas por sí, como el transporte de combustibles.
-por los medios empleados o las circunstancias de su realización: actividades que normalmente son inofensivas, pero en el caso
concreto se vuelven riesgosas. Por ejemplo: futbol al aire libre bajo tormenta eléctrica.
Su determinación como actividades riesgosas puede nacer de ley o de su misma naturaleza.
Es legitimado pasivo el autor directo o titular de la actividad, que responde por la introducción del riesgo. Debe contar con la posi-
bilidad material de control de la actividad riesgosa. Sin embargo, la ley puede excluir a algunos de ellos, como el transportista.
Daños causados por animales
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Pluralidad de responsables
Tanto el conductor, como el dueño y el guardián serán responsables concurrentes frente a la víctima. El asegurador podrá ser
citado en garantía.
Protección de la vida privada y acusación calumniosa
ART 1770: Protección de la vida privada. El que arbitrariamente se entromete en la vida ajena y publica retratos, difunde corres-
pondencia, mortifica a otros en sus costumbres o sentimientos, o perturba de cualquier modo su intimidad, debe ser obligado a
cesar en tales actividades, si antes no cesaron, y a pagar una indemnización que debe fijar el juez, de acuerdo con las circunstan-
cias. Además, a pedido del agraviado, puede ordenarse la publicación de la sentencia en un diario o periódico del lugar, si esta me-
dida es procedente para una adecuada reparación.
La intimidad es el ámbito comúnmente reservado de la vida, los sentimientos y las acciones de las personas. El derecho de la inti-
midad garantiza a su titular desenvolverse en ese ámbito sin la intromisión de la autoridad o de terceros, salvo que se afecte la
moral o el orden público, o que perjudique a otras personas. Además, la intimidad protegida no solo es personal, también familiar.
El requisito esencial es entrometerse en la vida ajena arbitrariamente, sin tener derecho alguno. Juegan un rol determinante en
este caso el consentimiento del titular del derecho y la antijuridicidad de la conducta.
ART 1771: Acusación calumniosa. En los daños causados por una acusación calumniosa sólo se responde por dolo o culpa grave.
El denunciante o querellante responde por los daños derivados de la falsedad de la denuncia o de la querella si se prueba que no
tenía razones justificables para creer que el damnificado estaba implicado.
La acusación calumniosa se trata de la falsa imputación de un delito a una persona, mediante la acusación ante la justicia penal,
siendo esta la diferencia con una simple calumnia. El calumniado puede seguir con su vida e ignorar la calumnia, el falsamente de-
nunciado no tiene otra opción que comparecer ante un tribunal y defenderse.
El factor de atribución en agravado: dolo o culpa grave. Por ende, si solo hay culpa no habrá responsabilidad, como tampoco la
habrá si se prueba que es verdad el hecho reputado calumnioso.
UNIDAD 10
EJERCICIO DE LAS ACCIONES DE RESPONSABILIDAD CIVIL
Legitimación
ART 1772: Daños causados a cosas o bienes. Sujetos legitimados. La reparación del menoscabo a un bien o a una cosa puede ser
reclamado por:
a) el titular de un derecho real sobre la cosa o bien;
b) el tenedor y el poseedor de buena fe de la cosa o bien.
ART 1773: Acción contra el responsable directo e indirecto. El legitimado tiene derecho a interponer su acción, conjunta o separa-
damente, contra el responsable directo y el indirecto.
ACCIÓN CIVIL Y PENAL
Un hecho puede dar lugar a diversas reacciones del ordenamiento jurídico, según la índole del interés jurídico comprometido y
tutelado. Cuando ello acontece o en el caso que ya se hayan iniciado de manera simultánea o sucesiva acciones civiles y penales se
presenta la problemática de la coexistencia de ambas y de sus influencias reciprocas, motivado ello en que se pretende evitar el
dictado de sentencias contradictorias que versen sobre las mismas cuestiones.
Opciones del damnificado
1) Posibilidad de ejercer cada acción en su ámbito específico. La acción civil resarcitoria y la acción penal pueden ser ejercidas
cada una ante los tribunales con competencia en cada cuestión.
2) Posibilidad de acumular ambas acciones antes los jueces penales. Los jueces penales tienen competencia exclusiva y excluyente
en su materia.
Independencia
ART 1774: Independencia. La acción civil y la acción penal resultantes del mismo hecho pueden ser ejercidas independientemente.
En los casos en que el hecho dañoso configure al mismo tiempo un delito del derecho criminal, la acción civil puede interponerse
ante los jueces penales, conforme a las disposiciones de los códigos procesales o las leyes especiales.
Suspensión del dictado de sentencia civil
La acción civil para la restitución de la cosa obtenida por medio del delito y la pretensión resarcitoria civil podrá ser ejercida solo
por el titular de aquella o por sus herederos en relación a su cuota hereditaria, representantes legales o mandatarios, contra los
partícipes del delito y en su caso contra el civilmente responsable, ante el mismo tribunal en que se promovió la acción penal.
Para ejercer la acción civil emergente del delito en el proceso penal, su titular, deberá constituirse en actor civil.
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La sentencia condenatoria fijará las penas y medidas de seguridad que correspondan y resolverá sobre el pago de las cosas. Dis-
pondrá también, cuando la acción civil hubiere sido ejercida, la restitución del objeto materia del delito, la indemnización del daño
causado y la forma en que deberán ser atendidas las respectivas obligaciones.
Al dictarse la sentencia de la condena y cuando esta adquiera firmeza, la cosa juzgada concluye la cuestión resarcitoria, quedando
la posibilidad de ejecutar la sentencia para el caso en que no haya sido cumplida por el obligado a reparar los daños, de acuerdo a
lo establecido en los códigos procesales. En el caso de sentencia absolutoria, en esta se “ordenará cuando fuere el caso, la libertad
del imputado y la cesación de las restricciones impuestas provisionalmente o la aplicación de medidas de seguridad o la restitución
o indemnización demandadas”.
En caso de sobreseimiento y sentencia absolutoria “el actor civil carece de recursos contra el auto de sobreseimiento y la senten-
cia absolutoria, sin perjuicio de las acciones que pudieren corresponderle en sede civil”.
ART 1775: Suspensión del dictado de la sentencia civil. Si la acción penal precede a la acción civil, o es intentada durante su curso,
el dictado de la sentencia definitiva debe suspenderse en el proceso civil hasta la conclusión del proceso penal, con excepción de
los siguientes casos:
a) si median causas de extinción de la acción penal;
b) si la dilación del procedimiento penal provoca, en los hechos, una frustración efectiva del derecho a ser indemnizado;
c) si la acción civil por reparación del daño está fundada en un factor objetivo de responsabilidad.
Condena y absolución penal
Si se dicta la sentencia penal, no habiendo aun recaído pronunciamiento en sede civil, el contenido del primer pronunciamiento
causa cosa juzgada en ciertos aspectos.
ART 1776: Condena penal. La sentencia penal condenatoria produce efectos de cosa juzgada en el proceso civil respecto de la
existencia del hecho principal que constituye el delito y de la culpa del condenado.
La existencia del hecho principal como así también la calificación de la conducta causan cosa juzgada en sede civil, no pudiendo el
juez civil apartarse de lo decidido por el juez penal. En sede civil, la determinación de los daños resarcibles deberá efectuarse en
función del régimen de consecuencias indemnizables propio de la responsabilidad civil.
ART 1777: Inexistencia del hecho, de autoría, de delito o de responsabilidad penal. Si la sentencia penal decide que el hecho no
existió o que el sindicado como responsable no participó, estas circunstancias no pueden ser discutidas en el proceso civil.
Si la sentencia penal decide que un hecho no constituye delito penal o que no compromete la responsabilidad penal del agente,
en el proceso civil puede discutirse libremente ese mismo hecho en cuanto generador de responsabilidad civil.
-Inexistencia de delito o responsabilidad penal: Si el juez en sede penal entiende que no hay responsabilidad penal para el impu-
tado, no causa cosa juzgada en sede civil.
ART 1778: Excusas absolutorias. Las excusas absolutorias penales no afectan a la acción civil, excepto disposición legal expresa en
contrario.
Sentencia posterior
ART 1780: Sentencia penal posterior. La sentencia penal posterior a la sentencia civil no produce ningún efecto sobre ella, excepto
en el caso de revisión. La revisión procede exclusivamente, y a petición de parte interesada, en los siguientes supuestos:
a) si la sentencia civil asigna alcances de cosa juzgada a cuestiones resueltas por la sentencia penal y ésta es revisada respecto de
esas cuestiones, excepto que derive de un cambio en la legislación;
b) en el caso previsto en el artículo 1775 inciso c) si quien fue juzgado responsable en la acción civil es absuelto en el juicio crimi-
nal por inexistencia del hecho que funda la condena civil, o por no ser su autor;
c) otros casos previstos por la ley.
1)Revisión de la sentencia penal: Si la sentencia civil reconoció alcance de cosa juzgada a aspectos de la sentencia penal y con mo-
tivo de la revisión posterior, aquellos aspectos decisivos para el juez civil dejan de ser tales, la solución emerge de toda justicia.
2)Si el juez civil dicto sentencia amparándose en el artículo 1775, y con posterioridad en sede penal, se determina la inexistencia
del hecho, o la falta de participación en este del imputado, la sentencia civil podrá ser revisada.
3)Efectos de la admisión de la revisión: Si el condenado a resarcir daños los pagó, tiene el derecho luego de la revisión a solicitar la
repetición del pago regido por las reglas de pago indebido.
Impedimento de reparación del daño
ART 1779: Impedimento de reparación del daño. Impiden la reparación del daño:
a) la prueba de la verdad del hecho reputado calumnioso;
b) en los delitos contra la vida, haber sido coautor o cómplice, o no haber impedido el hecho pudiendo hacerlo
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