Sam 1 - 4
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Volver al origen
Devoción en lo intimo
Bereyit = principio
La iglesia fue concebida y nació para funcionar en un formato de hogares. Es como un fractal. No
tuvo templos hasta el año 300
1. Mentalidad de secularismo
2. Manifestación del clero
3. Liturgia rígida. Antes ocurría orgánicamente
1Co 14:26
Permitir que el Espíritu santo haga su obra sin permitir que nosotros nos interpongamos en el
camino
Estilo de vida
Iglesia genuina
1. Comer Zaqueo
2. Compartían la vida
3. Participar en la meditación en la Palabra. Tener un dialogo
4. Orar juntos / profetizar. Necesidades
1Co 14:24
Robert Banks escribió, “El propósito de la iglesia es el crecimiento y la edificación de sus miembros
hacia Cristo y hacia una vida en común a través de su ministerio de los unos a los otros dado por Dios
“la iglesia primitiva fue capar de desafiar los decadentes valores de la civilización
romana precisamente porque experimentaba la realidad de la comunión cristiana de
una manera poderosa . . . la comunión cristiana significaba una disponibilidad
incondicional hacia y una responsabilidad ilimitada por los otros hermanos y hermanas
– emocional, financiera y espiritualmente.
INTRODUCCIÓN.
1. Un poco de Eclesiología.
¿Qué es la Iglesia? Difícil pregunta pues en la Biblia no encontramos ningún versículo que nos diga
qué es; sí encontramos características de la iglesia, nombres, alegorías, ejemplos, pero no una
definición. Ni siquiera en las cartas paulinas hallamos una respuesta para tal pregunta -y eso que
Pablo fue el máximo fundador de iglesias-. Como diría un eclesiólogo del siglo XX, "los discípulos
estaban más interesados en hacer iglesia que en entenderla" (P. Faynnel, La Iglesia).
Entonces, ¿qué es la iglesia? El problema se ahonda cuando nos ponemos a pensar si Cristo quiso
realmente fundar la iglesia, al menos como la conocemos en la actualidad (varios eclesiólogos de
renombre acusan que nunca fue la intención de Cristo fundar “la iglesia”).
A mi modo de ver y entender el contexto bíblico-histórico, Cristo nunca tuvo la intención de fundar
una iglesia institucional como la que tenemos hoy, al contrario, lo que Cristo sí fundó fue “una
comunidad de hombres y mujeres unidos por la fe en Dios y practicantes de los principios del
Reino”. Todo lo demás es sólo añadidura.
Faynnel, Hans Küng, Dietrich Bonhoefer y otros eruditos del campo de la eclesiología están de
acuerdo que Cristo fue un hombre sencillo, y que lo que quiso fundar fue una comunidad de gente
sencilla, que viviera una vida sencilla y así impactaran a otros con su ejemplo de vida.
Con respecto a la palabra “impactar”, mucho se ha abusado de este término. Piense conmigo un
momento, ¿a qué nos referimos con impactar? Muchas congregaciones, ministerios y fundaciones
cristianas incluyen en sus declaraciones de visión y misión la palabra impactar, pero… ¿A qué se
refieren? ¿Qué implica el término en sí? Una cosa es clara, nuestro Señor Jesucristo junto con 40
hombres y mujeres, no más que eso, logró IMPACTAR LA SOCIEDAD DONDE VIVÍAN. Es decir,
“transformaron a las personas inmediatas a su contexto”, y con eso cumplieron su misión.
Debemos preguntarnos, ¿por qué soñamos con impactar al mundo entero si no somos capaces de
impactar/transformar a quienes nos rodean? Una iglesia verdadera "es aquella que realmente
transforma con el poder del evangelio a sus feligreses en primer lugar, a las familias de éstos en
segundo lugar, y a los amigos y compañeros cercanos en tercer lugar". Si cada congregación se
focalizara en hacer esto, la tarea de evangelizar hace rato se hubiera cumplido. Pero la verdad es
que soñamos con lo grande, lo apoteósico, lo megalómano, soñamos con grandes construciones y
miles de seguidores, cuando en Cristo, nuestro fundador y Mentor, no aparece ni una pizca de eso.
Algo anda mal, algo no entendimos bien cuando quisimos reproducir el modelo de Cristo.
La idea de Cristo era buena, fácil de entender y de aplicar. Repito: “Una comunidad de seguidores,
unidos por su fe en Dios, practicantes de los principios del Reino”. ¿Qué tan difícil puede ser esto de
entender? Pero nosotros, simples mortales, creemos que cuando algo es muy fácil de entender y
aplicar, cuando algo es sencillo o pequeño es mediocre e incluso malo; entonces lo burocratizamos,
lo institucionalizamos, lo adoctrinamos, dogmatizamos, idealisamos y agrandamos, y el resultado
final es “la Iglesia tradicional-denominacional-institucional".
1. Para la Iglesia Católica Apostólica y Romana, la iglesia es: “Una sociedad divinamente
constituída, compuesta de miembros de cada raza y nación, en la que todos mantienen la misma
fe, usan los mismos sacramentos como medios de santidad y salvación, y son gobernados
benignamente por el sucesor de San Pedro, el vicario de Cristo, el papa”.
2. Para la Iglesia Anglicana, “la iglesia visible de Cristo es una congregación de hombres fieles, en
la cual se predica la Palabra de Dios, y donde los sacramentos se ministran apropiadamente de
acuerdo a la ordenanza de Cristo”.
3. Para la Iglesia Reformada, “La iglesia católica o universal, la cual es invisible, se compone del
número total de los elegidos… La iglesia visible, la cual también es católica o universal bajo el
evangelio, consta de todos por los que el mundo profesan la religión verdadera, juntos con sus
hijos”.
4. El concepto Bautista: “La iglesia es una compañía de santos visibles, llamados y separados del
mundo por la Palabra y el Espíritu de Dios, a la profesión visible de la fe del evangelio; siendo
bautizados en esa fe”.
5. El concepto de iglesia según CRISTO EN CASA: Lo estaremos escribiendo por tercera vez. Los
pedagogos sostienen que una de las formas más antiguas de grabar una verdad en la mente es la
repetición: “Una comunidad de seguidores -hombres y mujeres-, unidos por su fe en Dios,
practicantes de los principios del Reino”.
¿Cómo nació la Iglesia? Antes de responder a esta pregunta debemos afirmar que el fundador de la
Iglesia es Jesucristo (Mateo 16:18, "...Sobre esta roca edificaré mi iglesia"). Aunque claro, algunos
eclesiólogos como Faynel afirman que el fundador primero es Dios [1]. El asunto es, y creo estar en
lo cierto, la iglesia que Cristo tenía en mente poco o nada tiene que ver con la que vemos hoy.
La Iglesia nace por iniciativa divina; es decir, es Dios quien decide crear una comunidad donde los
seres humanos puedan congregarse para rendirle culto a Él, donde puedan ofrecer acciones de
gracias y donde puedan edificarse mutuamente en la Palabra de Dios. Todo esto es posible cuando
Cristo comienza su trabajo en la Tierra [2].
Jesús reunió a poco más de 40 personas (a pesar de que miles le seguían, sólo unos pocos se
comprometieron con Él), los cuales tenían como misión predicar el evangelio (eu, alegría, felicidad;
angelos, mensaje), que no es otra cosa que “un mensaje que produce felicidad y transformación
para la persona que lo recibe y para su entorno” [3] (Marcos 16:15, Mateo 28:19-20; Hechos 1:8).
Cuando Jesús parte de este mundo, sus discípulos comienzan a congregarse en una casa, pero
igualmente iban al Templo para cumplir con la ley judía (ellos eran judíos y debían ir al templo a orar,
según la Ley). Sin embargo, poco a poco hicieron de esta casa su centro de operaciones.
Es bíblico afirmar que la Iglesia Primitiva; es decir, la Primera Iglesia Cristiana, nace en un hogar
(Hechos 1:13-14; Hechos 2:1) y se desarrolla en los hogares de los primeros cristianos (Hechos 2:46;
12:12). Hablaremos de esto a continuación.
Muchos han pensado que el Templo de Jerusalén era el centro de operaciones de los primeros
cristianos, pero esto es un error tanto histórico como bíblico. Dicho templo era administrado por dos
sectas judías, los saduceos y los fariseos. Ambas estaban en contra de la naciente familia cristiana,
por lo que no iban a permitir que los seguidores de Jesús hicieran de su Templo un lugar de
reuniones. Sin embargo, como ya mencioné anteriormente, los primeros cristianos iban al Templo,
incluso los apóstoles, pues como judíos que eran debían cumplir con las leyes mosaicas.
No obstante, el centro de operaciones de la iglesia fue desde un inicio las casas de los feligreses.
En Hechos 1:13 se menciona “y entrados subieron al aposento alto…”, que en una traducción más
moderna significa la casa de dos plantas o la casa donde se alojaban. El versículo nos enseña que en
dicho lugar vivían los apóstoles y que hacían reuniones de oración donde asistían los hermanos de
Jesús, María la madre de Jesús y otras mujeres.
Nótese que fue en esa misma casa donde descendió el Espíritu Santo bautizando a los asistentes con
lenguas. Los eclesiólogos señalan este acontecimiento como el nacimiento de la Iglesia Cristiana [4].
¡Qué curioso, Dios decidió iniciar su Iglesia no en un Templo; sino en una casa! (Hechos 2:1-4).
¿A quién pertenecía esta casa? Según la tradición, a María, la madre de Juan Marcos o más
conocido como Marcos, el autor del primer evangelio. Se cree que era una mujer acaudala y que
contribuyó con sus ingresos económicos significativamente a la causa del evangelio. Esta María
presumiblemente era la hermana de Bernabé.
El apóstol Pablo fue conocido en la Iglesia Primitiva no sólo por sus viajes misioneros, o por sus trece
cartas; sino también por su gran pasión para abrir iglesias en el Imperio Romano.
Según los misionólogos, Pablo llegó a abrir unas 32 iglesias. ¿Sabe usted dónde fundaba estas
iglesias? ¡En las casas! Si bien utilizaba espacios públicos para predicar como sinagogas, plazas,
auditorios, etc; luego buscaba a uno de los oyentes que estuviera dispuesto a comprometerse con la
causa de Cristo y... ¡en su casa instalaba la Iglesia!. Una vez ahí se dedicaba a discipular a los
residentes de esa casa, así como a los invitados de éste. También los animaba a predicar de Cristo a
sus familiares, amigos y vecinos. Todo esto ocurría en las casas de los creyentes (Véase Romanos
16:3-5; Filemón 1:2; Colosenses 4:14-15; 1ª Corintios 16:19).
¿Cómo era la vida de los primeros cristianos? ¿Cómo vivían la vida cristiana? ¿Cómo eran sus
reuniones? ¿Eran parecidas a las que se celebran hoy en la iglesia tradicional-denominacional-
institucional? En Hechos 2:42 se nos enseña claramente lo que los primeros cristianos hacían en las
reuniones en las casas:
- En el partimiento del pan: Constituye probablemente una referencia a la Cena del Señor como
parte de una comida regular. Ya hablaremos de eso más adelante.
- Y en las oraciones: Se refiere a una liturgia en base a cánticos, himnos, salmodias y por su
puesto, oraciones de agradecimiento y peticiones. Los primeros cristianos daban mucha
importancia a la vida espiritual individual y colectiva.
Este modelo de reuniones en las casas se siguió hasta el Siglo IV de nuestra era, pero fue el
emperador Constantino quien comienza a construir grandes templos, capillas y catedrales para los
cristianos, además, confiscó varios templos paganos para dárselos a los cristianos.
Esto, a juicio personal es el inicio de la decadencia de la Iglesia. Fue a partir del siglo IV que la iglesia
de Cristo se institucionalizó, cambiando para siempre la forma de ver, entender y vivir el
cristianismo.
Por más de 300 años la iglesia de Cristo nació, se desarrolló y se multiplicó en las casas de los
feligreses. ¡Estos años fueron los mejores que el cristianismo haya tenido!
Pero cuando Cristo se reunía con los suyos, sus discípulos, no lo hacía en el Templo; sino, en las casas
de seguidores. De hecho, "la última cena" registrada en Lucas 22:7-23, ha sido muy mal interpretada
por las diferentes hermenéuticas que se han hecho.
Cristo comió con sus discípulos una cena de pascua, pero la "convirtió en una cena de ágape". La
cena de ágape o Santa Cena (Eucaristía para los católicos), tenía como finalidad unir a sus seguidores
y transformarlos en "un sólo cuerpo", unidos por amor, afecto, cuidado, protección y
compañerismo. En dicha cena "todos eran iguales", así lo demostraba la mesa donde estaban
reunidos. No era una forma rectangular, sino "circular u ovalada", mostrando a sus seguidores que
efectivamente "ya no eran sus siervos, sino sus amigos".
La Cena de Ágape de Jesucristo quería mostrar a las futuras generaciones que la iglesia es un grupo
de amigos/as, alrededor de una mesa, comiendo juntos, con alegría y sencillez de corazón (Hechos
2:46), compartiendo las enseñanzas del Maestro, cuidándose y orando juntos (Hechos 2:42).
Los apóstoles entendieron muy bien este concepto y así comenzaron a hacerlo. Las reuniones
cristianas (cultos, llamados hoy), eran en realidad reuniones de ágape, es decir, de amor. Se reunían
en una casa, al rededor de una mesa, comían los alimentos que cada uno traía, escuchaban el
mensaje de la Palabra de Dios, todos opinaban, se ministraban mutuamente, se cuidaban y oraban
por sus necesidades. Estas reuniones podían durar varias horas y eran practicadas por todas las
iglesias en casas existentes. Lastimosamente con el modelo litúrgico de hoy en las iglesias
tradicionales-denominacionales-institucionales, no se podrían celebrar dichas reuniones de Cena de
Ágape, ¿por qué? Por que hoy estamos más interesados en construir templos "rectangulares" y
llenarlos con gran cantidad de gente. Las reuniones ágapes primitivas no buscaban la cantidad,
comodidad o espacio físico; sino, la verdadera comunión de los seguidores, ¿y qué mejor que a
través de una comida de amor?
Cuando el apóstol Pablo corrige "los abusos en la Cena del Señor" (1ª Corintios 11), nos damos
cuenta que lo que estaba haciendo era "poner orden a la hora de la comida, y por ende, la reunión".
Primera de Corintios capítulo once da fe que incluso el apóstol Pablo utilizaba las Cenas Ágape para
realizar los servicios cristianos litúrgicos.
Esas reuniones eran sencillas, nada complicadas o elaboradas como las que tenemos hoy. ¿Por qué
perdimos el camino? ¿Por qué nos gusta complicarnos tanto la vida y complicar la de otros? Cristo
fue sencillo, su vida fue sencilla, su idea de iglesia era sencilla, las reuniones ágapes eran sencilla.
¿Por qué nosotros queremos hacer hacer algo diferente al modelo divino?
Nuestra respuesta inmediata, casi sin pensar es ¡NO! Parece que esto nos afecta porque no nos
gusta que nos digan que "el cristianismo es una religión". Siempre decimos que "es un estilo de
vida", pero, ¿en verdad practicamos lo que decimos?
¿Qué significa la palabra religión? Esta palabra proviene del vocablo latín "religiare" que
etimológicamente significa "volver a unir, volver a juntar".
El conocido antropólogo y sociólogo suizo, Roger Back, realizó una profunda investigación de todas
(o la mayoría) de las religiones del mundo. Este trabajo le tomó 25 años. Él quería investigar cuáles
eran las características, o más bien, cuáles son las características que hacen de una creencia una
religión. Después de largos años publicó un libro titulado FENOMENOLOGÍA DE LA RELIGIÓN.
Así entonces, Back nos ofrece las siete características que toda religión posee. Saquemos
conclusiones, ¿el cristianismo pertenece a la categoría de religión?
5ª Característica: Toda religión posee intermediarios humanos que hablan o se conectan con las
deidades (shamanes, gurús, mantas, sacerdotes, pastores, médiums, etc.)
En base a esta investigación, nos guste o no, EL CRISTIANISMO ES UNA RELIGIÓN, al igual que las
otras. Todos los "ismos" son peligrosos: Judaísmo, islamismo, cristianismo, budismo,
mahometanismo, panteísmo, politeísmo, induísmo, etc, etc, etc.
Sin embargo, CRISTO NO VINO A FUNDAR UNA RELIGIÓN. Cristo fundó, ni siquiera una iglesia -tal y
como la conocemos hoy-, Él fundó "una comunidad de personas sencillas (hombres y mujeres),
practicantes de los principios del Reino y comprometidos a transformar su contexto inmediato a
través de su testimonio de vida con el poder del evangelio". Entendamos bien esto:
1. Una comunidad de gente sencilla: Es decir, una comunidad de amor, cuidado, protección,
humildad. Gente no ostentosa, próspera en todos los sentidos, pero no arrogantes; sino, humildes.
2. Practicantes de los Principios del Reino: Es decir, capaces de vivir un estilo de vida diferente
(Romanos 12:2), una vida regida por las normas de Dios. Pero, ¿dónde encontramos instrucciones
específicas de cómo vivir la vida diaria según el Reino? Leamos en nuestras casas, con detenimiento
y pasión Mateo capítulos 5, 6 y 7. Ahí, en el Sermón del Monte encontramos lo que los exégetas han
llamado "las enseñanzas de la ética del Reino".
3. Comprometidos a transformar su Contexto Inmediato: Cristo fue una persona pràctica, Él nos dice,
¿Qué obtenemos con soñar en predicar el evangelio en otros países o continentes si nuestras
familias, amigos y cercanos no han sido alcanzados? La iglesia debería ser una comunidad que luche
por alcanzar a sus cercanos primeramente (prójimos), luego a los lejanos.
4. A través de su testimonio de Vida: Cristo quería que sus seguidores predicasen por medio de su
ejemplo de vida. Cuando en cierta ocasión San Agustín de Hipona (354 - 430 d.C.) fue con sus
discípulos a una ciudad, ellos le dijeron: "Maestro, qué les diremos". El santo respondió: "Vayan y
predíquenles, y si es necesario utilicen palabras".
5. Con el poder del Evangelio: La palabra evangelio significa "mensaje que produce felicidad". De ahí
que el mensaje de Cristo tiene el poder de transformar y hacer feliz a quien lo escucha y pone en
práctica.
La iglesia que hoy vemos, la "iglesia tradicional, institucional, denominacional, NADA TIENE QUE VER
con el sueño de Jesucristo. Él le dijo a Pedro: ...Edificaré mi iglesia. Pero... ¿A qué tipo de iglesia se
refería? Ya lo dijimos: "A una comunidad de personas sencillas, practicantes de los principios del
Reino y comprometidos a transformar su contexto inmediato a través de su testimonio de vida con
el poder del evangelio".
Los apóstoles y discípulos lograron entender perfectamente el sueño del Maestro, de hecho, lo
reprodujeron a cabalidad durante los primeros 4 siglos de nuestra era.
Cristo en Casa es una agrupación de iglesias locales que se reúnen en casas de seguidores. Cada una
pastoreada por “pastores laicos”, que a su vez responden a un pastor principal. Estas iglesias
conforman CRISTO EN CASA.
Estos grupos de personas reunidos en casas no son células, ni grupos de estudios bíblicos. Son
iglesias, con todo el sentido, profundidad e implicancias que este término involucra. Así, las personas
que se reúnen en estas casas han hecho de su entorno, su iglesia local.
Algunas veces al mes (no todos los domingos), las iglesias en casas son convocadas a reuniones
dominicales con el propósito de: Conocernos, ayudarnos en el crecimiento en la vida cristiana,
edificarnos en la Palabra de Dios y adorar juntos con alegría y sencillez de corazón (Hechos 2:46).
Bibliografía.
1. Biblia de Estudio Plenitud. Miami, FL. Editorial Caribe, 1994.
2. Bonilla, Yattenciy. Hacia una Ética de la Vida. Quito, Ecuador. Editorial FLEREC-SEMISUD, 2003.
5. Gonzáles Faus, José Ignacio. Acceso a Jesús. Salamanca, España. Ediciones Sígueme, 1983.
[1] P. Faynel, en su libro La Iglesia I, sostiene que desde el principio de la creación del mundo, Dios
concibió a la iglesia como parte de él. Es un error común pensar que la iglesia fue fundada por Cristo,
cuando fue Dios mismo quien la concibió desde mucho antes. Incluso en el Antiguo Testamento se
pueden encontrar tipos de iglesia.
[2] Es importante señalar que existen muchas y variadas definiciones de “iglesia”, algunas de ellas
desde la etimología de la palabra, otras desde una sociología de la misma. La mayoría de los teólogos
sistemáticos en sus obras incluyen definiciones del término, sus implicancias y conceptos de iglesia
(Ejemplo: Luis Berkhof, Charles Ryrie, Stanley Horton, Dietrich Bonhoefer, entre otros).
[4] Debemos ser justos al señalar que respecto al momento exacto del nacimiento de la iglesia hay
variadas opiniones. Según eclesiólogos renombrados, pueden existir hasta 5 o más eventos
históricos del nacimiento de la iglesia. Hechos 2:1-4 es, en opinión de estos eruditos, es el “posible”
nacimiento de la iglesia.