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Sam 1 - 4

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El Sistema religioso en el cual hemos estado sumergido en los siglos solo nos ha permitido

conectarnos con Dios en reuniones en templos… no en el núcleo familiar

Volver al origen

Devoción en lo intimo

Rellenado la devoción al señor

Levantar el altar de Dios en los hogares.

Valor de las letras hebreas: fonético, numérico y simbólico.

Bereyit = principio

Valor simbólico de la bet es casa. Diseño de familia/ numérico 2

Efesios 5:31 los dos serán una sola carne

La iglesia fue concebida y nació para funcionar en un formato de hogares. Es como un fractal. No
tuvo templos hasta el año 300

Constantino entrega los templos paganos a la iglesia.

1. Mentalidad de secularismo
2. Manifestación del clero
3. Liturgia rígida. Antes ocurría orgánicamente

La carta a Laodicea es por el tema de la compra de un templo!!!!

1Co 14:26

Vino nuevo en odres diferentes

Permitir que el Espíritu santo haga su obra sin permitir que nosotros nos interpongamos en el
camino

Es un cambio en la forma de pensar la iglesia

Un programa es necesario cuando no sabemos escuchar a Jesus

Estilo de vida

Iglesia genuina

1. Comer Zaqueo
2. Compartían la vida
3. Participar en la meditación en la Palabra. Tener un dialogo
4. Orar juntos / profetizar. Necesidades

1Co 14:24

Atraer una audiencia en vez de levantar un ejercito


Revertir el orden. Ser iglesia o hacer un discípulo.

Cuando nos reunimos el Espíritu santo es el líder

No es un modelo más pequeño de la iglesia tradicional

Es un lugar donde cada uno puede desarrollar un papel

Los niños interactúan en el servicio

Nuestros hijos son ministros no espectadores

Desafortunadamente, en la estructura y el orden de la iglesia hoy, frecuentemente pasamos por alto


el verdadero propósito de la iglesia reunida — el compañerismo y ánimo de los unos a los otros (Heb
10:25).

Robert Banks escribió, “El propósito de la iglesia es el crecimiento y la edificación de sus miembros
hacia Cristo y hacia una vida en común a través de su ministerio de los unos a los otros dado por Dios

a iglesia ha regresado al antiguo montaje judaico y católico romano, que alimenta la


prevalente pasividad. Es triste que las edificaciones actuales de iglesia funcionalmente
asemejan templos, los pastores mandan como sacerdotes y el patrón de la iglesia
neotestamentaria ha sido descartado a favor del sistema de templo de Antiguo
Testamento. 

“la iglesia primitiva fue capar de desafiar los decadentes valores de la civilización
romana precisamente porque experimentaba la realidad de la comunión cristiana de
una manera poderosa . . . la comunión cristiana significaba una disponibilidad
incondicional hacia y una responsabilidad ilimitada por los otros hermanos y hermanas
– emocional, financiera y espiritualmente.

La abrumadora mayoría de iglesias hoy, sin embargo, no provee el contexto en el que


hermanos y hermanas se puedan motivar, amonestar y discipular unos a otros.
Desesperadamente necesitamos nuevos contextos y estructuras para cuidar los unos
de los otros en amor.”

Los Grupos Pequeños facilitan las acciones


Necesitamos entender que las estructuras y los sistemas existen con un
propósito; no son el fin en sí mismos. Existe una gran necesidad en nosotros de
tener estructuras y sistemas en una forma en que beneficie el funcionamiento
efectivo de la iglesia. Reunirse en casas facilita mucho la participación,
interacción, discusión y el ministrarse unos a otros. También, es en tal contexto
que enseñar puede ser hecho más como un diálogo que a manera de
monologo; es mucho más penetrante y totalmente efectivo.
Para funcionar tan efectivamente como la iglesia primitiva funcionó, la
estructura, el tamaño y el sistema importan mucho. La estructura debe ser
informal, el tamaño de la comunidad debe ser pequeño y el sistema u orden
debe ser flexible. Ya que la participación y el ministerio de cada miembro era
valorado y motivado altamente en la iglesia primitiva, una casa es un buen
contexto en el cual cada persona puede confortablemente contribuir y funcionar
para la edificación de todo el Cuerpo de Cristo.
Intimidad y Rendimiento de Cuentas
La Palabra de Dios revela que una iglesia es una familia de Dios y que somos
miembros de la familia de Dios (Ef 2:19, 1 Tim 3:15, Gál 6:10). Como la iglesia es
una familia, todos tienen la responsabilidad hacia el cuidado de todos los
miembros. Pablo escribió, “Si uno de los miembros sufre, los demás comparten
su sufrimiento; y si uno de ellos recibe honor, los demás se alegran con él” (1 Co
12:26). ¿Cómo se supone que esto suceda en una iglesia si no estamos
entrelazados juntos como una familia? ¿Cuántos creyentes están muriéndose
espiritualmente de hambre debido a la falta de un buen compañerismo?
Aunque nos reunimos juntos físicamente, ¿no hay un sentido de falta de
intimidad y rendimiento de cuentas entre unos y otros? ¿Realmente estamos
andando en amor con relaciones íntimas? Los primeros creyentes estaban tan
cercanamente entrelazas juntos como familia, que fueron falsamente acusados
de ser inmorales e incestuosos (porque se llamaban unos a otros hermanos y
hermanas, tenían fiestas de amor y se saludaban unos a otros con un beso
santo).
Existe una necesidad de cultivar una atmósfera de familia en la reunión de
iglesia, más que un ambiente sobrio y formal. La iglesia no es un servicio
religioso, sino una unidad familiar. ¿Ven los creyentes la iglesia como una
familia, teniendo un sentir de que pertenecen a esa familia? ¿Hay una atmósfera
familiar cuando nos reunimos juntos como iglesia? ¿No nos damos cuenta de la
necesidad de enfatizar las relaciones y el compañerismo entre los unos y los
otros? Pareciera que solo tenemos buenos servicios sin un genuino
compañerismo. ¿Cómo podemos de manera práctica generar tal compañerismo
íntimo cuando la iglesia se reúne? En un capítulo titulado ‘Small Is Beautiful’
(Pequeño es Bonito), el prolífico autor Robert Banks escribió, “El tener iglesia en
casa nos permite llegar a conocer, amar y servirle a un grupo manejable de
personas, quienes llegarán a conocernos, amarnos y servirnos también. En un
grupo tal gradualmente podemos ir quitándonos las máscaras que cargamos en
público y empezar a compartir nuestras debilidades, dudas y temores al igual
que nuestras fortalezas, seguridades y habilidades. De esa manera empezamos
a superar la irónica situación de ser menos abiertos y menos honestos en la
iglesia que en otro sitio. En los grupos pequeños en casas aprendemos a dar y
recibir, a ensenar y comprender, a llevar las cargas de los otros y recibir ayuda
de los nuestros, a amar y ser amados. En tal grupo podemos convertirnos más
como Cristo y apoyar a otros para volverse también más como Cristo. Al hacerlo
así desarrollamos una actitud, un carácter y una manera de operar común
parecida a Cristo. Nos integramos en Cristo más cercana y más firmemente.”[6]
En una comunidad pequeña, la intimidad y el rendimiento de cuentas se vuelve
relativamente factible y viable. El nivel de la espiritualidad de cada uno se vuelve
obvio en las pequeñas comunidades, permitiendo así más espacio para
animarse unos a otros de manera que ninguno sea endurecido por el engaño
del pecado (Heb 3:13). Podemos relacionarnos unos a otros íntimamente,
conocernos unos a otros, compartir unos con otros, exhortarnos unos a otros y
estimularnos unos a otros al amor y las buenas obras (Heb 10:24, 25). Gerald
Oliver instaba a la iglesia, “Es tiempo de que todos se involucren en grupos
pequeños que están unidos juntos por amor, que oran, estudian la Biblia, tienen
compañerismo y en donde cada miembro rinde cuentas por las 168 horas de
cada semana.”[7] El privilegio de excitar a la intimidad y al rendimiento de
cuentas unos con otros puede practicarse muy bien en este tipo de
comunidades pequeñas. Creemos que un lugar informal como una casa es un
lugar efectivo para practicar todos los puntos mencionados anteriormente.
La Cena del Señor
Michael Green apuntó que “comunión (esto es, la Cena del Señor) en aquellos
días era mucho más una comida que lo que es hoy en día, y una oportunidad
para mucha adoración y compañerismo informal. El tiempo de la comida era
llamado un agape, una fiesta de amor, y en tiempos posteriores cayó en desuso
por causa del mucho abuso.”[8]Sin embargo, Pablo no le puso fin a la comida
por causa del abuso en la iglesia de Corintio. En cambio, él les enseñó sobre la
correcta participación en la Cena del Señor.[9] La Cena del Senor es una práctica
significativa para la iglesia reunida porque dirige nuestro enfoque tanto hacia la
relación vertical (recordatorio de la muerte del Señor y Su venida) como hacia la
relación horizontal (compañerismo con los creyentes como familia).
Ya antes en este libro se destacó que la iglesia primitiva se reunía como una
familia, celebrando la Cena del Señor en el contexto de una comida comunal de
compañerismo, recordando la muerte del Señor, recordándole al Señor Su
venida y regocijándose por unirles como un cuerpo y una familia. Con respecto a
la Cena del Señor, J.I. Packer y Merrill C. Tenney escribieron en Illustrated
Manners and Customs of the Bible (Maneras y Costumbres Ilustradas de la
Biblia) que “los primeros cristianos tomaban la comida simbólica de la Cena del
Señor para conmemorar la Última Cena, en la cual Jesús y Sus discípulos
guardaron la fiesta tradicional de la Pascua Judía. Los temas de los dos eventos
eran el mismo. En la Pascua, los judíos se regocijan, de que Dios les haya
liberado de sus enemigos y miran con expectativa hacia su futuro como hijos de
Dios. En la Cena del Señor, los cristianos celebran cómo Jesús les liberó del
pecado y expresan su esperanza por el día cuando Cristo regrese (1 Co. 11:26).
Al principio, La Cena del Señor era una comida completa que los cristianos
compartían en sus casas. Cada huésped traía un plato de comida para la mesa
común. La comida comenzaba con oración común el comer de pequeños
bocados de un solo molde de pan que representaba el cuerpo partido de Cristo.
La comida terminaba con otra oración y el compartir de una copa de vino, que
representaba la sangre derramada por Cristo.”[10] Es difícil tener la Cena del
Señor como una comida familiar en una reunión grande e impersonal y en una
estructura formal. Una casa es el lugar ideal para celebrar la Cena del Señor de
manera significativa.
Iglesia Simple
Reunirse como iglesia en una casa es tan simple como lo sea. No se requiere de
mucho dinero para desarrollar este tipo de plantación de iglesias. Como con la
iglesia primitiva, una simple casa es suficiente para el compartir de la iglesia. El
dinero se ha convertido en el factor principal en muchos ministerios hoy en día.
Se ha convertido en un asunto mayor, en tema de conversación y fuente de
conflictos. Sin mucho dinero parece haberse vuelto prácticamente imposible de
hacer la obra del Señor. Sin embargo, cuando examinamos la iglesia primitiva, el
dinero no era para nada un asunto primario. Los primeros discípulos plantaban
Iglesias en casas, tenían reuniones simples en hogares y se multiplicaban en
otras casas en la medida en que su compañerismo crecía.
En naciones como India (dónde yo vivo), comprar un pedazo de tierra y levantar
una edificación no es algo fácil. La mayoría de edificaciones eclesiales acá son
construidas con la ayuda de fondos del extranjero. Una acusación a la cual se
enfrentan frecuentemente los trabajadores cristianos, por parte de los no
creyentes, es que el ministerio y la conversión cristiana se hacen a través y por el
dinero que viene del exterior. Esos ministerios realmente están en riesgo de
depender de fondos extranjeros. Las primeras iglesias generalmente eran
comunidades autóctonas, pero cuando había una necesidad ellas estaban la una
con la otra y se ayudaban unas con otras. Bendecida es la nación en la cual la
mayoría de sus iglesias y ministerios han crecido sobre el concepto del auto-
sostenimiento, la auto-propagación y el auto-gobierno.
Al hacer un ministerio de plantación de iglesias, si seguimos el actual modelo
costoso, en el cual se requiere mucho dinero para la edificación (que se usa solo
de vez en cuando), su mantenimiento y los salarios, es altamente difícil plantar
numerosas iglesias. Muchos suponen que no hay iglesia sin una edificación
sagrada. Es triste ver cómo el punto de vista del Nuevo Testamento de la iglesia
y el templo están distorsionados por la idolatría a una edificación como el lugar
sagrado de Dios y el volver a coser la cortina del templo del Antiguo Testamento
que fue rasgada por la obra completa de Cristo en la cruz (Mat 27:51). Arthur
Wallis dijo, “En el Antiguo Testamento, Dios tenía un santuario para Su pueblo;
en el Nuevo, Dios tiene a su pueblo como un santuario.”[11] A través de Cristo
Jesús, nosotros mismossomos el templo de Dios y la iglesia de Dios (1 Co 3:16, He
20:28). Pongámosle cuidado a las penetrantes palabras de John Havlik: “La
iglesia nunca es un lugar, sino siempre personas; nunca un aprisco sino siempre
un rebaño; nunca una edificación sagrada pero siempre una asamblea creyente.
La iglesia eres tú que oras, no en dónde oras. Una estructura de ladrillos o
mármol no puede ser mas iglesia que los que unos vestidos de sayal o satín
pueden ser tú. En este mundo no hay nada sagrado sino el hombre, ningún
santuario del hombre sino el alma.”[12]
Por ende, aunque no hay nada de malo en tener una edificación especial, no es
un requerimiento para la reunión de la iglesia ya que podemos reunirnos
simplemente en casas como lo hacía la iglesia primitiva. He visto como los
trabajadores cristianos corren de un lado para otro pidiendo por dinero para la
construcción de una edificación eclesial. Algunos incluso le piden a no creyentes
para tal tarea. Se ha traído mucha desgracia al nombre del Señor por causa del
énfasis de los predicadores en dinero para ser dado a sus ministerios. De esta
forma, no vamos a lograr mucho para el Señor.
Donald McGavran, quién es considerado un experto en crecimiento eclesial,
destacó que “obtener un lugar para reunirse no debería colocar una carga
financiera a la pequeña congregación. La iglesia en casa cumple efectivamente
con todos esos requerimientos. Las iglesias en casa siempre deben ser
consideradas, tanto para la plantación inicial como para la extensión
posterior.”[13] Para hacer plantación de iglesias como saturación, en dónde las
ciudades y pueblos son llenas de iglesias, necesitamos una estrategia simple.
Reunirse como iglesia en casas es un método simple y efectivo.
Líderes Bi-Vocacionales
Del patrón de la iglesia primitiva aprendemos que los pastores o supervisores
de la iglesia surgían de la misma comunidad de la iglesia (He 14:23, 2 Tim 2:2,
Tito 1:5). Eran de cosecha propia, teniendo y operando bajo una pluralidad de
liderazgo en cada iglesia.[14] El liderazgo de la iglesia primitiva era de dos tipos
— local e itinerante.[15] Hoy en día el ministerio está confinado a trabajadores
de tiempo completo sin labor secular. Sin embargo, cuando exploramos la
iglesia del Nuevo Testamento, los líderes locales eran generalmente
trabajadores bi-vocacionales y los líderes itinerantes eran sostenidos
financieramente.
Siendo líderes locales, los pastores eran generalmente trabajadores bi-
vocacionales. Pablo, a pesar de ser trabajador itinerante, se puso a sí mismo
como ejemplo para otros al trabajar con sus propias manos (He 20:17, 33-35; 1
Tes 4:11-12, 2 Tes 3:6-12). Claro que hay excepciones en las cuales algunos son
dignos de recibir hospitalidad y ofrendas voluntarias por causa de su labor en
predicar y enseñar (1 Tim 5:17). Mirando la situación de hoy en día, ¿es dar un
sermón por una hora (o más) una vez a la semana el domingo y en otras
ocasiones especiales lo que llamamos laborar en predicar y enseñar? Robert
Baker, en A Summary of Christian History (Un Resumen de la Historia Cristiana),
anotó, “estos líderes usualmente trabajaban para ganarse la vida y no eran
apoyados financieramente por la iglesia. No se había hecho una distinción
artificial entre clero y laico.”[16] La International Standard Bible Encyclopedia
(Enciclopedia Bíblica Estándar Internacional)afirma que “el ministerio de la iglesia
primitiva no recibía pagos. El ministerio eran titulares de un cargo, a quienes se
les debía obediencia eclesial en virtud de su llamado y elección, y el haber sido
puestos aparte por oración, y de pronto por imposición de manos, para el oficio
sagrado; pero al mismo tiempo eran negociantes, artesanos o estaban
involucrados en otros llamados seculares, y se sostenían a sí mismos . . . Si
quienes ocupaban el cargo recibían una parte, era solamente por causa de su
pobreza y porque estaban pendientes de las viudas, huérfanos y los más
pobres. La introducción de los pagos ministeriales y la implicación de que de un
ministro pago se esperaba que diera todo su tiempo al servicio de la iglesia hizo
la distinción entre clero y laico más enfática. Cuando investigamos el asunto, es
evidente que el hecho de que el clero sea pago complica todo; ya que los
primeros en la lista son evidentemente aquellos que deben poder tomar de los
fondos de la iglesia, y las viudas y huérfanos figuran como miembros de los
ordenados o del clero.”[17]
Por ende, no es un requerimiento que los líderes locales renuncien a sus
trabajos seculares y se entreguen a sí mismos exclusivamente a los asuntos de
la iglesia. Sin embargo, están libres de dedicarse a sí mismos exclusivamente al
ministerio de la iglesia si tienen una guiánza genuina personal de Dios para un
ministerio extensivo más allá de la iglesia local. Es muy triste ver a muchos
trabajadores cristianos sufriendo innecesariamente por finanzas debido a la
perspectiva no bíblica del ministerio eclesial. Un “llamado al ministerio” es por
lógica entendido automáticamente como abstinencia del trabajo secular.
¿Tenemos alguna base bíblica para esta arraigada creencia? Alex Rattray Hay
observó que Pablo “definitivamente aconsejó a los ancianos de Efeso a que se
sostuvieran por sí mismos (He 20:32-35), y eso, eventualmente, fue la práctica
general.”[18] Ciertamente algunos ancianos eran apoyados totalmente por la
iglesia, pero esto era la excepción, no la regla.
Además, la plantación de iglesias y la multiplicación de la iglesia se vuelven
difíciles si todos los pastores locales esperan depender completamente de la
iglesia para su supervivencia. Más bien, deberían trabajar generalmente en el
campo secular y dirigir una pequeña comunidad de creyentes. Las finanzas no
son un problema mayor en una comunidad simple y pequeña en una casa, ya
que los pastores pueden financiarse a sí mismos fácilmente y simultáneamente
dirigir la iglesia. Sería una oportunidad maravillosa para ambos, pastores y
creyentes, el apoyar a los misioneros y evangelistas itinerantes en el campo,
incluyendo a los pobres y necesitados. Por ello, creemos que la iglesia en casa es
un acercamiento sabio en el cual los pastores pueden ser trabajadores bi-
vocacionales, liderando pequeñas comunidades de manera efectiva.
Facilidad de Acceso para los No-Creyentes
Una vez me preguntaron, “las personas ven la mezquita como un lugar santo
para los Musulmanes y al templo como un lugar sagrado para los Hindúes. ¿No
cree usted que es importante tener una edificación especial para los Cristianos
que sea considerada sagrada?” El cristianismo es único porque la iglesia misma,
toda la gente de Cristo, es el templo de Dios y cada miembro un sacerdote de
Dios (1 Co 3:16, 1 Pe 2:5, 9). En nuestro intento de identificarnos con otras
religiones paganas tenemos que ser cuidadosos de no perder lo que nos hace
únicos. Al contextualizar el mensaje no debemos hacer concesiones hacia
perspectivas no bíblicas. Frank Senn destacó muy bien que “los cristianos de los
primeros siglos no tuvieron la publicidad de los cultos paganos. Ellos no tenían
santuarios, templos, estatuas o sacrificios. No organizaron festivales públicos,
danzas, actividades musicales o peregrinajes . . . De hecho, los cristianos de los
primeros tres siglos usualmente se reunían en residencias privadas que habían
sido convertidas en espacios apropiados de reunión por la comunidad cristiana .
. . Esto indica la simplicidad del ritual de adoración de los primeros cristianos no
debe tomarse como una señal de que sea primitivo, sino más bien como una
forma de enfatizar el carácter espiritual de la adoración cristiana.”[19]
Cada estructura religiosa es vista como un lugar sagrado de un grupo religioso
respectivo, y los no creyentes que pertenecen a un grupo religioso diferente se
sienten muy incómodos en un lugar así. Un pastor amigo mío compartió una
vez, “He formado amistades con muchos no creyentes y ellos se sienten muy
cómodos al venir a mi casa. Pero si les pido que vengan a una edificación
especial, de la cual la gente supone que es un santuario, les parece
extremadamente incómodo venir. La casa es un buen lugar para ellos para ser
invitados a venir y tener compañerismo.” Una casa es un lugar tan informal que
incluso los no creyentes se sienten cómodos de venir, darse cuenta de cómo
vivimos en comunidad y nos amamos unos a otros. ¿No es este amor el que
identifica a los discípulos de Cristo ante el mundo, incluso dándonos una
oportunidad de ser testimonio a ellos (Jn 13:35)?
Donald McGavran dijo una vez, “la congregación debería reunirse en los
ambientes más naturales, a dónde los no cristianos pueden llegar con la mayor
facilidad y dónde los convertidos por sí mismos llevan el servicio.”[20] No
podemos esperar que los no creyentes vengan a una edificación religiosa,
aunque algunas veces puedan venir ocasionalmente. La iglesia primitiva se
reunía en casas y había ocasiones en las cuales también asistían los no
creyentes (1 Co 14:23-24). Las casas se usaban para hospitalidad y también para
las reuniones de iglesia. Michael Green mencionó, “uno de los más importantes
métodos de compartir el evangelio . . . era al usar las casas.”[21] La iglesia en
casa provee una atmósfera informal y amistosa para que los no creyentes
permanezcan fácilmente en la reunión de la iglesia y experimenten el amor y el
compañerismo de Cristo Jesús a través de Sus hijos.
Persecución
Un día leía en el periódico que una iglesia había sido quemada. No me conmovió
porque la iglesia, el pueblo de Dios, no había sido lastimada. Fue la edificación
en la cual la iglesia usualmente se reunía, la que fue quemada. Muchos
cristianos y no creyentes por igual piensan que la edificación es la iglesia,
cuando en realidad es el pueblo redimido de Cristo quienes son la iglesia y el
santuario de Dios. Durante los tiempos de persecución, son las edificaciones
eclesiales, que son relacionadas como un lugar religioso para los cristianos, las
que frecuentemente se convierten en los blancos principales de asalto. No es
seguro para el pueblo de Dios reunirse en un lugar así cuando las situaciones
son hostiles.
La reunión de iglesia en una casa es mucho mejor en tiempos de persecución.
Esto no garantiza que la persecución no va a suceder. La iglesia primitiva se
enfrentó a la persecución a pesar de reunirse en casas, y sin embargo reunirse
en casas es mucho más seguro durante los tiempos de persecución que
reunirse en una supuesta edificación religiosa. En muchos lugares del mundo,
especialmente en países del tercer mundo, los creyentes se reúnen para
compartir en una red de iglesias en casa subterráneas — pequeñas
comunidades que secretamente se reúnen en las salas de los creyentes.[22]
Más allá, es interesante anotar que durante la persecución, tanto en la iglesia
primitiva como hoy en día, las iglesias en casas se expanden rápidamente. Dios
frecuentemente usa la persecución para doblar nuestras rodillas y poner en
acción nuestros pies. La iglesia frecuentemente se vuelve activa, tanto en
oración como en redes, cuando los tiempos son difíciles. Las iglesias en casa
usualmente juegan un rol vital cuando las condiciones son hostiles. Las iglesias
en China, así como en algunas partes de la India, están creciendo
aceleradamente por medio de la red de iglesias en casa. Un reportero escribió,
sobre el movimiento de iglesias en casa en China, que “es difícil estimar
exactamente cuantos cristianos adoran y sirven en estas iglesias en casa. En el
2000, un reporte no confirmado afirmó que hay aproximadamente 80 millones
de creyentes en el movimiento de iglesias en casa. Claramente el movimiento de
Iglesias en casa ha sido la corriente principal del Cristianismo Protestante en la
China.[23]
Parece que la persecución se está expandiendo rápidamente en muchos países.
Los oponentes están buscando parar la obra de Cristo donde sea que esté
funcionando activamente. Hay una gran necesidad de hacer la obra del Señor
sabiamente en tales situaciones. Se requiere de mucha oración, mucho ánimo y
mucha diligencia. El compartir de la iglesia es muy necesario para animarse
unos a otros a permanecer fuertes en el Señor. Por eso creemos que reunirse
como iglesia en casas es un modelo efectivo incluso durante tiempos de
persecución.
Alimentación y Multiplicación de Iglesias
Estaba hablando con un hombre que es miembro de una antigua iglesia que se
reúne allí desde hace más de cien años. Le pregunté cortésmente, “¿Cuántas
iglesias han plantado ustedes?” El dijo, creo que unas dos. Esto es porque se
requiere un presupuesto financiero mayor para plantar y construir iglesias. Así
el Reino de Dios no se puede extender rápidamente. La iglesia debe penetrar en
la sociedad. La iglesia debería estar “centrada en ir”, no “centrada en venir.” Para
que la iglesia se extienda a todo lugar de la tierra, la alimentación y
multiplicación cuidadosa es esencial.
Se les dijo al primer hombre y la primera mujer, “Dad fruto y multiplicaos” (Gén
1:28), de la misma manera le es ordenado a la iglesia que se multiplique al ir y
hacer discípulos de todos las naciones (Mat 28:19-20). ¿Cuál es la mejor y más
eficiente manera que tiene un mayor alcance para la multiplicación de la iglesia?
¿Cuántos miembros de la iglesia están viviendo vidas infructíferas debido a una
alimentación y motivación no apropiada? Reunirse en casas tiene un gran
potencial para el cuidado espiritual y la multiplicación. En la medida en que el
compañerismo crece fuertemente, más del tamaño requerido en una casa, la
iglesia inevitablemente se multiplicará y dispersará a diferentes lugares. De esta
manera, las iglesias pueden fácil y rápidamente multiplicarse por toda la ciudad
o el pueblo.
Howard A. Synder observó la efectividad de iglesias multiplicadoras y describió,
“No es el solo crecimiento numérico sino la multiplicación de iglesias locales la
prueba de una iglesia saludable y creciente. El ideal bíblico no es ni producir una
hueste de nuevos cristianos que llevan vidas independientes y separadas, ni
expandir las iglesias locales existentes hasta que su membresía llegue a los
miles. El patrón bíblico es formar a los nuevos convertidos en congregaciones
locales y multiplicar el número de congregaciones en la medida en que se
adhieren nuevos convertidos. El ministerio de Pablo y otros evangelistas del
Nuevo Testamento era un ministerio de multiplicación de iglesias. Los
convertidos en muchas ciudades rápidamente llegan a los miles; y sin embargo
por casi doscientos años no se erigieron edificaciones eclesiales. Tal crecimiento
bajo tales condiciones puede solo ser explicado como la multiplicación de
pequeñas congregaciones.”[24]
Plantación de iglesias de saturación puede ser hecho de manera efectiva en un
modelo como este, si trabajamos con diligencia y con la sabiduría y el poder del
Espíritu Santo. La iglesia que crece solo en un lugar puede ser buena para
presumir sobre los números, pero usualmente le falta un compañerismo
cualitativo, cuidado espiritual y la motivación para expandirse. Conozco muchos
miembros que pertenecen a una gran iglesia de “reunión de números”, pero que
no tienen ninguna relación motivante con los supervisores y unos a otros. ¿El
asistir los domingos a un servicio de dos horas convierte a alguien en parte del
Cuerpo de Cristo? ¿Somos miembros de la iglesia solo de nombre? ¿Es ese el
tipo de iglesia por el cual murió Jesús? ¿Qué significa el ser parte del Cuerpo de
Cristo? ¿Estamos apasionados por expander el Reino de Dios o por ver Su Reino
crecer en un lugar?
Las iglesias que son bien alimentadas y se dispersan son aquellas que
prosperan fácilmente, tanto numérica como espiritualmente. Una de las
principales razones de que la iglesia primitiva prosperara grandemente es por
causa de los creyentes alimentados espiritualmente que se dispersaron (He 8:1,
4, 11:19ss). La multiplicación de iglesia es más efectiva que la plantación de
iglesia. Hay una gran necesidad de enfatizar más en la multiplicación de iglesias
en vez de la plantación de iglesias. La multiplicación de iglesia es contagiosa. Es
como un fuego en el bosque. ¿Pero cómo puede suceder esto? Wolfgang
Simpson sabiamente escribió, “en las iglesias en casa, las personas son los
recursos, Jesús es el programa, el compañerismo es la razón, la multiplicación es
el resultado, y discipular a la vecindad la meta.”[25] Él escribió en otro lugar que
“la iglesia está cambiando de regreso de ser una estructura de ‘venir’ a
convertirse otra vez en una estructura de ‘ir’. Como resultado, la Iglesia necesita
dejar de tratar de traer gente ‘a la iglesia,’ e iniciar con llevar la Iglesia a las
personas. La misión de la Iglesia nunca se cumplirá con solo adicionar a la
estructura existente; le tomará nada más que un crecimiento acelerado de la
iglesia a través de la multiplicación espontánea de sí misma a áreas de la
población del mundo, en dónde Cristo todavía no es conocido.”[26] Es por eso
que creemos que reunirse en una casa como una pequeña comunidad crea más
espacio para que la iglesia tenga un cuidado espiritual de calidad y la iglesia sea
movida a multiplicarse.
Discipulado y Multiplicación de Líderes
Hay una gran necesidad por la multiplicación de líderes bíblicos en las iglesias
hoy en día. La multiplicación de líderes lleva a un crecimiento explosivo de Reino
de Dios a través de la iglesia. Esto sucede cuando la iglesia es discipulaza
apropiadamente. Jesús no dijo, “vayan y tengan buenos servicios y reuniones.” Él
dijo, “vayan y hagan discípulos” (Mat 28:19-20). Es discipulado es una manera
íntima de equipar. La reunión de la iglesia es una oportunidad para el
discipulado. Una de las maneras efectivas de vivenciar la multiplicación de
líderes es al hacer discípulos.
El crecimiento de los creyentes y la multiplicación de líderes, a través del
proceso del discipulado, son signos saludables de una iglesia bíblica. En la
medida en que los líderes discipulen a la iglesia, la iglesia la iglesia se discipulara
unos a otros y penetrará el mundo con una visión para el discipulado.
Tristemente, en nuestro sistema moderno actual, el discipulado no es una tarea
significativa y necesaria para la iglesia. Se supone que sea el trabajo de los
centros de entrenamiento y discipulado o de las escuelas bíblicas. Dietrich
Bonhoeffer acertadamente afirmó, “un cristianismo sin discipulado es siempre
un cristianismo sin Cristo.”[27]
Dónde no hay discipulado, el potencial de la iglesia es sepultado y los posibles
líderes permanecen sin identificar, desmotivados y por ende ignorados. ¿No
sería una noticia chocante si se hiciera una encuesta sobre cómo las iglesias
están discipulando, y la manera en que las iglesias están levantando y enviando
líderes en un año o por lo menos en cinco años? ¿No nos dijo nuestro Señor
Jesús, “La cosecha es abundante, pero son pocos los obreros. Pídanle, por tanto,
al Señor de la cosecha que envíe obreros a su campo” (Mat 9:37-38)? ¿Estamos
orando, equipando, movilizando y enviando líderes al campo? ¿Cómo están las
iglesias estableciendo metas y estrategias para la multiplicación de líderes?
El crecimiento de las pequeñas comunidades a través del discipulado
frecuentemente resulta en el crecimiento de más líderes. Los líderes nacen y se
desarrollan no por las predicaciones públicas sino debido al discipulado
personal. Un mentoreo y una supervisión de calidad se manifiestan más en tales
reuniones pequeñas, identificando y motivando así más líderes potenciales.
Grace Wiebe correctamente destacó, “las iglesias en casa pueden ser una parte
vital en levantar, entrenar y multiplicar a muchos líderes sirvientes (resultando
en menos líderes quemados).”[28] En este tipo de contexto informal, hay una
gran posibilidad para la multiplicación de discípulos, guiando como
consecuencia a la multiplicación de líderes e iglesias. Por eso creemos que
reunirse en casas es una manera efectiva para que la iglesia sea discipulada y
para levantar, equipar y enviar muchos líderes.
Los Pobres, Los Necesitados y Las Misiones
Una lectura cuidadosa de las Santas Escrituras revela que el dinero en la iglesia
primitiva era usado en gran parte para ayudar a los pobres y necesitados.
[29] Cada iglesia era autónoma y una organización social independiente. Incluso
durante la mitad del segundo siglo, las colectas se tomaban principalmente para
ayudar a las personas pobres y necesitadas. De acuerdo a la información
encontrada en First Apology (Primera Apología) de Justino Martyr y en la Didache,
el historiador de iglesia Earle E. Cairns menciona que al final del tiempo de
compartir de la iglesia, “ellos finalmente tomaron una colecta para ayudar a las
viudas y huérfanos, los enfermos, los prisioneros y los extranjeros. La reunión
fue entonces despedida y cada persona se fue a sus casas.”[30]
La iglesia primitiva también dio para las misiones. Sin embargo, muchas de las
exhortaciones dadas a las iglesias sobre el dar, están enfocadas a ayudar a las
personas en necesidad. Esto se ha descuidado prácticamente hoy en día. ¿Por
qué hay allí un gran énfasis en ayudar a los pobres y necesitados, así como a las
misiones? Pensemos – ¿Qué tanto valor tiene el predicar el evangelio a las
personas mientras descuidamos el mostrar el amor y la compasión de Cristo
con las obras? Juan escribió, “Si alguien que posee bienes materiales ve que su
hermano está pasando necesidad, y no tiene compasión de él, ¿cómo se puede
decir que el amor de Dios habita en él? Queridos hijos, no amemos de palabra ni
de labios para afuera, sino con hechos y de verdad” (1 Jn 3:17-18).
Mahatma Gandhi dijo una vez, “Hay gente tan hambrienta en el mundo que Dios
no puede revelarse a ellos excepto en la forma de un pan.”[31] El evangelio de
Cristo cubre ambas necesidades, las espirituales y las físicas. En Su parábola de
“El Buen Samaritano,” Jesús enseñó que ‘amar a nuestro vecino’ significa ‘ayudar
al necesitado’ (Luc 10:25-37). Incluso los pastores fueron exhortados por Pablo a
que ayudaran a las personas en necesidad. De hecho es a ellos a quienes Pablo
les dice, “Con mi ejemplo les he mostrado que es preciso trabajar duro para
ayudar a los necesitados, recordando las palabras del Señor Jesús: ‘Hay más
dicha en dar que en recibir.’” (He 20:17, 28, 34-35).
Cuando los creyentes trajeron el dinero de las ventas de las propiedades y lo
pusieron a los pies de los apóstoles, ellos lo distribuyeron entre las personas
necesitadas (He 4:32-35). Es interesante anotar que la iglesia primitiva incluso
vendió sus propiedades para ayudar a aquellos que estaban en gran necesidad.
Las famosas palabras, “Dios ama al dador alegre” fueron escritas a la iglesia de
Corintio en el contexto de ayudar a los santos de la iglesia que estaban en
necesidad (2 Co 9:1, 7).
John MacArthur destacó muy bien, “el propósito principal del dar, de acuerdo a
lo enseñado en el Nuevo Testamento, es para el apoyo de los santos, la iglesia.
La primera obligación de un cristiano es apoyar a sus compañeros creyentes,
individual y colectivamente. La primera responsabilidad financiera de la iglesia
es el invertir en su propia vida y en su propia gente (véase 2 Cor. 8:1-5; 9:12-15;
Fil. 4:14-16). Obviamente esta no es la única obligación económica que tenemos.
La parábola del Buen Samaritano deja claro que debemos ministrar personal y
financieramente a cualquiera en necesidad, independiente de su religión,
cultura o circunstancia (Lucas 10:25-37). Pablo también enseña que nosotros
deberíamos ‘hacer el bien a todos los hombres’ (Gál. 6:10). Pero en el mismo
versículo él continúa diciendo, ‘y especialmente a aquellos que hacen parte de la
familia de la fe’ (véase 1 Juan 3:17). En 2 Corintios 9:13 los apóstoles apelan por
una generosa solidaridad ‘con todos.’ El apoyo a los pobres y necesitados en el
mundo en el nombre del Señor es una actividad cristiana de alta prioridad de
acuerdo a los estándares Escriturales.”[32] ¿Qué porcentaje del dinero levantado
actualmente por la iglesia está yendo para las personas pobres y necesitadas?
Incluso en el Antiguo Testamento, un diezmo especial era levantado una vez
cada tres años para ayudar a los huérfanos, las viudas y otras personas pobres
(Dt 14:28-29). ¿Cómo se usan los diezmos de las iglesias hoy en día?
Se dice que la mayoría del dinero hoy en día es generalmente usado para el
mantenimiento y la administración, con menos dinero yendo hacia las misiones.
En muchas iglesias, no existe ninguna consideración especial para ayudar a los
pobres y necesitados. ¿Son ambos, los pobres y las misiones, una prioridad en el
presupuesto financiero de las iglesias tradicionales? ¿Qué porcentaje del dinero
recogido por la iglesia tradicional va para ayudar a los necesitados y las
misiones? Los autores del Life Application Bible Commentary (Comentario Bíblico
de Aplicación de Vida) en el Evangelio de Marcos, advirtieron, “si nuestras iglesias
gastan grandes sumas en sus edificaciones físicas e ignoran las misiones, el
evangelismo y el cuidado de los pobres, ellas también caerán bajo el juicio de
Dios.”[33] Ya que reunirse en una casa es un modelo simple (lo que significa, que
no se requiere dinero para edificaciones y su mantenimiento), el dinero puede
ser usado para ayudar a los pobres y necesitados, incluyendo el apoyo a las
misiones.
Palabras Finales
Para justificar sus prácticas, muchos de forma ignorante y poco razonable se
oponen a esta enseñanza (como yo alguna vez lo hice) sin un estudio y un
examen cuidadoso de cómo funcionaba la iglesia primitiva. No hay muchas
cosas buenas que decir sobre la iglesia moderna hoy. Se requiere una reforma
para ayudar al pueblo de Dios a funcionar más efectiva y bíblicamente. El
reunirse en casas no es una solución perfecta en la cual nunca tendremos
ningún tipo de problemas. Solamente es un acercamiento mejor y más efectivo.
Al decir esto, me refiero a que tiene más ventajas y menos desventajas. Claro
que los problemas que suceden, basados en diferentes situaciones, lugares y
culturas, deben ser tratados en oración y sabiamente, de acuerdo a la sabiduría
del Espíritu Santo y con el consejo de personas de Dios experimentadas.
Así mismo, que el lector no yerre en pensar que la iglesia está confinada a
reunirse en una casa. Puede reunirse también en una oficina, un pasillo, un
salón de clases, una cabaña, una carpa, etc. siempre y cuando el tamaño de la
comunidad sea lo suficientemente pequeño para que la participación de cada
miembro sea posible y movilizada. La estructura no es tan importante como lo
es el funcionar de la iglesia. Este capítulo de hecho se podría titular, “Diez
Razones para las Comunidades Pequeñas.” Ya que la casa es un lugar informal
en el cual la gente generalmente se puede reunir en comunidades pequeñas, lo
he usado frecuentemente en este capítulo. El pueblo de Cristo es libre de
reunirse donde quiera que lo sientan conveniente y sin embargo funcionen de
acuerdo al patrón de la iglesia del Nuevo Testamento.
Finalmente, que nunca olvidemos que cualquier paradigma eclesial es débil y le
falta vida sin el empoderamiento del Espíritu Santo. Es Espíritu de Dios es la vida
de la iglesia; sin Él cualquier iglesia está muerta. Busquemos ser revestidos con
el poder de lo alto mientras constantemente buscamos establecer Su Reino en
la tierra. ¡Que el Señor sea derramando abundantemente de Su Espíritu sobre
Su Cuerpo, la iglesia!
Cierro este capítulo con un comentario digno de ser contemplado por el
comentarista Anglicano David Prior. Él escribió, “es mejor estar preocupado por
la calidad que por la cantidad: un diamante miniatura es por mucho más valioso
que toda una carga de piedras. Es por esta razón que vamos a trabajar con
grupos y pequeñas comunidades en vez de hacerlo con grandes multitudes . . .
solo nos preocupan las comunidades pequeñas compuestas de personas que
saben que ellos son la Iglesia. Es con ellos que vamos a establecer la obra de l
extensión del Evangelio, de proclamar en palabra y hechos que Cristo vino para
liberarnos de la miseria y la opresión, bien sea espiritual o material. Trabajar en
grupos pequeños vale por mucho más la pena. Una cucharadita de azúcar
disuelta en una pequeña taza endulza el café, y eso es lo mismo con el Evangelio
en una comunidad pequeña. Pero ponga la misma cucharadita de azúcar dentro
de una gran jarra de café, y su sabor sencillamente se pierde.”[34]
— Stephen David
Preguntas de Discusión
1. ¿Qué evidencia hay de que la falta de edificaciones eclesiales no es un
impedimento para la rápida expansión de la iglesia?
2. ¿Cómo impacta la estructura, el tamaño y el sistema de una iglesia el aspecto
ministerial de ‘los unos a otros’?
3. ¿Cómo influye el tamaño de una congregación en que sus miembros vean la
iglesia como una corporación o como una familia? ¿Cómo afectará esto la
intimidad y el rendimiento de cuentas?
4. ¿Cuál era el propósito principal de las reuniones de la iglesia primitiva? ¿Y en
qué se diferencia de la manera en que son las reuniones hoy?
5. ¿Qué significa el que seamos parte del Cuerpo de Cristo? ¿Cuál es su función
en su iglesia?
6. ¿Por qué es difícil tener la Cena del Señor como una comida familiar en una
reunión grande e impersonal y en una estructura formal?
7. ¿En qué contexto tenía la iglesia primitiva la Cena del Señor y con qué
propósito? ¿Qué diferencia habría si lo practicáramos igual hoy en día?

INTRODUCCIÓN.
1. Un poco de Eclesiología.

¿Qué es la Iglesia? Difícil pregunta pues en la Biblia no encontramos ningún versículo que nos diga
qué es; sí encontramos características de la iglesia, nombres, alegorías, ejemplos, pero no una
definición. Ni siquiera en las cartas paulinas hallamos una respuesta para tal pregunta -y eso que
Pablo fue el máximo fundador de iglesias-. Como diría un eclesiólogo del siglo XX, "los discípulos
estaban más interesados en hacer iglesia que en entenderla" (P. Faynnel, La Iglesia).

A través de la historia se han formulado definiciones de iglesia, según las confesiones,


denominaciones u órdenes cristianas. Todas, o la mayoría apuntan a una característica en común:
Comunidad.

Entonces, ¿qué es la iglesia? El problema se ahonda cuando nos ponemos a pensar si Cristo quiso
realmente fundar la iglesia, al menos como la conocemos en la actualidad (varios eclesiólogos de
renombre acusan que nunca fue la intención de Cristo fundar “la iglesia”).
A mi modo de ver y entender el contexto bíblico-histórico, Cristo nunca tuvo la intención de fundar
una iglesia institucional como la que tenemos hoy, al contrario, lo que Cristo sí fundó fue “una
comunidad de hombres y mujeres unidos por la fe en Dios y practicantes de los principios del
Reino”. Todo lo demás es sólo añadidura.

Faynnel, Hans Küng, Dietrich Bonhoefer y otros eruditos del campo de la eclesiología están de
acuerdo que Cristo fue un hombre sencillo, y que lo que quiso fundar fue una comunidad de gente
sencilla, que viviera una vida sencilla y así impactaran a otros con su ejemplo de vida.

Con respecto a la palabra “impactar”, mucho se ha abusado de este término. Piense conmigo un
momento, ¿a qué nos referimos con impactar? Muchas congregaciones, ministerios y fundaciones
cristianas incluyen en sus declaraciones de visión y misión la palabra impactar, pero… ¿A qué se
refieren? ¿Qué implica el término en sí? Una cosa es clara, nuestro Señor Jesucristo junto con 40
hombres y mujeres, no más que eso, logró IMPACTAR LA SOCIEDAD DONDE VIVÍAN. Es decir,
“transformaron a las personas inmediatas a su contexto”, y con eso cumplieron su misión.

Debemos preguntarnos, ¿por qué soñamos con impactar al mundo entero si no somos capaces de
impactar/transformar a quienes nos rodean? Una iglesia verdadera "es aquella que realmente
transforma con el poder del evangelio a sus feligreses en primer lugar, a las familias de éstos en
segundo lugar, y a los amigos y compañeros cercanos en tercer lugar". Si cada congregación se
focalizara en hacer esto, la tarea de evangelizar hace rato se hubiera cumplido. Pero la verdad es
que soñamos con lo grande, lo apoteósico, lo megalómano, soñamos con grandes construciones y
miles de seguidores, cuando en Cristo, nuestro fundador y Mentor, no aparece ni una pizca de eso.
Algo anda mal, algo no entendimos bien cuando quisimos reproducir el modelo de Cristo.

La idea de Cristo era buena, fácil de entender y de aplicar. Repito: “Una comunidad de seguidores,
unidos por su fe en Dios, practicantes de los principios del Reino”. ¿Qué tan difícil puede ser esto de
entender? Pero nosotros, simples mortales, creemos que cuando algo es muy fácil de entender y
aplicar, cuando algo es sencillo o pequeño es mediocre e incluso malo; entonces lo burocratizamos,
lo institucionalizamos, lo adoctrinamos, dogmatizamos, idealisamos y agrandamos, y el resultado
final es “la Iglesia tradicional-denominacional-institucional".

Veamos unas breves definiciones de "iglesia" según algunas denominaciones o confesiones


cristianas de importancia:

1. Para la Iglesia Católica Apostólica y Romana, la iglesia es: “Una sociedad divinamente
constituída, compuesta de miembros de cada raza y nación, en la que todos mantienen la misma
fe, usan los mismos sacramentos como medios de santidad y salvación, y son gobernados
benignamente por el sucesor de San Pedro, el vicario de Cristo, el papa”.
2. Para la Iglesia Anglicana, “la iglesia visible de Cristo es una congregación de hombres fieles, en
la cual se predica la Palabra de Dios, y donde los sacramentos se ministran apropiadamente de
acuerdo a la ordenanza de Cristo”.

3. Para la Iglesia Reformada, “La iglesia católica o universal, la cual es invisible, se compone del
número total de los elegidos… La iglesia visible, la cual también es católica o universal bajo el
evangelio, consta de todos por los que el mundo profesan la religión verdadera, juntos con sus
hijos”.

4. El concepto Bautista: “La iglesia es una compañía de santos visibles, llamados y separados del
mundo por la Palabra y el Espíritu de Dios, a la profesión visible de la fe del evangelio; siendo
bautizados en esa fe”.

5. El concepto de iglesia según CRISTO EN CASA: Lo estaremos escribiendo por tercera vez. Los
pedagogos sostienen que una de las formas más antiguas de grabar una verdad en la mente es la
repetición: “Una comunidad de seguidores -hombres y mujeres-, unidos por su fe en Dios,
practicantes de los principios del Reino”.

2. Un poco de Historia Eclesiástica.

¿Cómo nació la Iglesia? Antes de responder a esta pregunta debemos afirmar que el fundador de la
Iglesia es Jesucristo (Mateo 16:18, "...Sobre esta roca edificaré mi iglesia"). Aunque claro, algunos
eclesiólogos como Faynel afirman que el fundador primero es Dios [1]. El asunto es, y creo estar en
lo cierto, la iglesia que Cristo tenía en mente poco o nada tiene que ver con la que vemos hoy.

La Iglesia nace por iniciativa divina; es decir, es Dios quien decide crear una comunidad donde los
seres humanos puedan congregarse para rendirle culto a Él, donde puedan ofrecer acciones de
gracias y donde puedan edificarse mutuamente en la Palabra de Dios. Todo esto es posible cuando
Cristo comienza su trabajo en la Tierra [2].

Jesús reunió a poco más de 40 personas (a pesar de que miles le seguían, sólo unos pocos se
comprometieron con Él), los cuales tenían como misión predicar el evangelio (eu, alegría, felicidad;
angelos, mensaje), que no es otra cosa que “un mensaje que produce felicidad y transformación
para la persona que lo recibe y para su entorno” [3] (Marcos 16:15, Mateo 28:19-20; Hechos 1:8).

Cuando Jesús parte de este mundo, sus discípulos comienzan a congregarse en una casa, pero
igualmente iban al Templo para cumplir con la ley judía (ellos eran judíos y debían ir al templo a orar,
según la Ley). Sin embargo, poco a poco hicieron de esta casa su centro de operaciones.
Es bíblico afirmar que la Iglesia Primitiva; es decir, la Primera Iglesia Cristiana, nace en un hogar
(Hechos 1:13-14; Hechos 2:1) y se desarrolla en los hogares de los primeros cristianos (Hechos 2:46;
12:12). Hablaremos de esto a continuación.

3. Desarrollo bíblico del Modelo Iglesias en Casas.

3.1. Las Casas como Iglesias Cristianas

Muchos han pensado que el Templo de Jerusalén era el centro de operaciones de los primeros
cristianos, pero esto es un error tanto histórico como bíblico. Dicho templo era administrado por dos
sectas judías, los saduceos y los fariseos. Ambas estaban en contra de la naciente familia cristiana,
por lo que no iban a permitir que los seguidores de Jesús hicieran de su Templo un lugar de
reuniones. Sin embargo, como ya mencioné anteriormente, los primeros cristianos iban al Templo,
incluso los apóstoles, pues como judíos que eran debían cumplir con las leyes mosaicas.

3.1.1. La primera Iglesia en Casa.

No obstante, el centro de operaciones de la iglesia fue desde un inicio las casas de los feligreses.

En Hechos 1:13 se menciona “y entrados subieron al aposento alto…”, que en una traducción más
moderna significa la casa de dos plantas o la casa donde se alojaban. El versículo nos enseña que en
dicho lugar vivían los apóstoles y que hacían reuniones de oración donde asistían los hermanos de
Jesús, María la madre de Jesús y otras mujeres.

Nótese que fue en esa misma casa donde descendió el Espíritu Santo bautizando a los asistentes con
lenguas. Los eclesiólogos señalan este acontecimiento como el nacimiento de la Iglesia Cristiana [4].
¡Qué curioso, Dios decidió iniciar su Iglesia no en un Templo; sino en una casa! (Hechos 2:1-4).

¿A quién pertenecía esta casa? Según la tradición, a María, la madre de Juan Marcos o más
conocido como Marcos, el autor del primer evangelio. Se cree que era una mujer acaudala y que
contribuyó con sus ingresos económicos significativamente a la causa del evangelio. Esta María
presumiblemente era la hermana de Bernabé.

3.1.2. Las casas como centros de operaciones para Pablo.

El apóstol Pablo fue conocido en la Iglesia Primitiva no sólo por sus viajes misioneros, o por sus trece
cartas; sino también por su gran pasión para abrir iglesias en el Imperio Romano.
Según los misionólogos, Pablo llegó a abrir unas 32 iglesias. ¿Sabe usted dónde fundaba estas
iglesias? ¡En las casas! Si bien utilizaba espacios públicos para predicar como sinagogas, plazas,
auditorios, etc; luego buscaba a uno de los oyentes que estuviera dispuesto a comprometerse con la
causa de Cristo y... ¡en su casa instalaba la Iglesia!. Una vez ahí se dedicaba a discipular a los
residentes de esa casa, así como a los invitados de éste. También los animaba a predicar de Cristo a
sus familiares, amigos y vecinos. Todo esto ocurría en las casas de los creyentes (Véase Romanos
16:3-5; Filemón 1:2; Colosenses 4:14-15; 1ª Corintios 16:19).

En realidad, ¡Pablo nunca llegó a tener más de 20 personas por casa!

3.2. ¿Qué hacían en las reuniones cristianas en las Casas?

¿Cómo era la vida de los primeros cristianos? ¿Cómo vivían la vida cristiana? ¿Cómo eran sus
reuniones? ¿Eran parecidas a las que se celebran hoy en la iglesia tradicional-denominacional-
institucional? En Hechos 2:42 se nos enseña claramente lo que los primeros cristianos hacían en las
reuniones en las casas:

- Perseveraban en la doctrina de los apóstoles: Esto es “compartían las enseñanzas de Jesús”.


Nótese el orden de prioridad aquí, las enseñanzas de Jesús eran una prioridad porque en ellas
encontraban respuestas para la vida diaria. Es decir, la iglesia primera fue una comunidad
pertinente, que buscaba respuestas pertinentes en medio de una sociedad agobiante.

- En la comunión: Esto es el compañerismo, el cuidado fraterno, el amor incondicional que se


tenían los unos y los otros. Los primeros cristianos se cuidaban el uno al otro; se conocían, se
amaban, se protegían. ¿Ocurre eso en la actualidad?

- En el partimiento del pan: Constituye probablemente una referencia a la Cena del Señor como
parte de una comida regular. Ya hablaremos de eso más adelante.

- Y en las oraciones: Se refiere a una liturgia en base a cánticos, himnos, salmodias y por su
puesto, oraciones de agradecimiento y peticiones. Los primeros cristianos daban mucha
importancia a la vida espiritual individual y colectiva.

Este modelo de reuniones en las casas se siguió hasta el Siglo IV de nuestra era, pero fue el
emperador Constantino quien comienza a construir grandes templos, capillas y catedrales para los
cristianos, además, confiscó varios templos paganos para dárselos a los cristianos.
Esto, a juicio personal es el inicio de la decadencia de la Iglesia. Fue a partir del siglo IV que la iglesia
de Cristo se institucionalizó, cambiando para siempre la forma de ver, entender y vivir el
cristianismo.

Por más de 300 años la iglesia de Cristo nació, se desarrolló y se multiplicó en las casas de los
feligreses. ¡Estos años fueron los mejores que el cristianismo haya tenido!

3.3. La Cena de Ágape.

¿Se ha preguntado por qué en la actualidad en las iglesias tradicionales-denominacionales-


institucionales los servicios litúrgicos son en forma rectangular? Pienselo, la fisonomía de los cultos
es así: Adelante, en el templo, se ubica el altar (púlpito, pódium, mesa de comunión, etc), luego
viene un espacio vacío y finalmente las sillas o bancas, de manera rectangular hasta el fondo del
templo. Los feligreses se sientan en estas sillas mientras que el clero (pastoral o sacerdotal) utilizan
la parte de enfrente (altar). Este modelo ¡Jamás estuvo en la mente de Cristo! Pero sí en los templos
paganos que Constantino confiscó. Dichos templos eran grandes, altos y rectangulares; tal y como se
ven hoy en las iglesias de tipo católicas o evangélicas.

Pero cuando Cristo se reunía con los suyos, sus discípulos, no lo hacía en el Templo; sino, en las casas
de seguidores. De hecho, "la última cena" registrada en Lucas 22:7-23, ha sido muy mal interpretada
por las diferentes hermenéuticas que se han hecho.

Cristo comió con sus discípulos una cena de pascua, pero la "convirtió en una cena de ágape". La
cena de ágape o Santa Cena (Eucaristía para los católicos), tenía como finalidad unir a sus seguidores
y transformarlos en "un sólo cuerpo", unidos por amor, afecto, cuidado, protección y
compañerismo. En dicha cena "todos eran iguales", así lo demostraba la mesa donde estaban
reunidos. No era una forma rectangular, sino "circular u ovalada", mostrando a sus seguidores que
efectivamente "ya no eran sus siervos, sino sus amigos".

La Cena de Ágape de Jesucristo quería mostrar a las futuras generaciones que la iglesia es un grupo
de amigos/as, alrededor de una mesa, comiendo juntos, con alegría y sencillez de corazón (Hechos
2:46), compartiendo las enseñanzas del Maestro, cuidándose y orando juntos (Hechos 2:42).
Los apóstoles entendieron muy bien este concepto y así comenzaron a hacerlo. Las reuniones
cristianas (cultos, llamados hoy), eran en realidad reuniones de ágape, es decir, de amor. Se reunían
en una casa, al rededor de una mesa, comían los alimentos que cada uno traía, escuchaban el
mensaje de la Palabra de Dios, todos opinaban, se ministraban mutuamente, se cuidaban y oraban
por sus necesidades. Estas reuniones podían durar varias horas y eran practicadas por todas las
iglesias en casas existentes. Lastimosamente con el modelo litúrgico de hoy en las iglesias
tradicionales-denominacionales-institucionales, no se podrían celebrar dichas reuniones de Cena de
Ágape, ¿por qué? Por que hoy estamos más interesados en construir templos "rectangulares" y
llenarlos con gran cantidad de gente. Las reuniones ágapes primitivas no buscaban la cantidad,
comodidad o espacio físico; sino, la verdadera comunión de los seguidores, ¿y qué mejor que a
través de una comida de amor?

Cuando el apóstol Pablo corrige "los abusos en la Cena del Señor" (1ª Corintios 11), nos damos
cuenta que lo que estaba haciendo era "poner orden a la hora de la comida, y por ende, la reunión".
Primera de Corintios capítulo once da fe que incluso el apóstol Pablo utilizaba las Cenas Ágape para
realizar los servicios cristianos litúrgicos.

Esas reuniones eran sencillas, nada complicadas o elaboradas como las que tenemos hoy. ¿Por qué
perdimos el camino? ¿Por qué nos gusta complicarnos tanto la vida y complicar la de otros? Cristo
fue sencillo, su vida fue sencilla, su idea de iglesia era sencilla, las reuniones ágapes eran sencilla.
¿Por qué nosotros queremos hacer hacer algo diferente al modelo divino?

3.4. ¿Es el Cristianismo una Religión?

Nuestra respuesta inmediata, casi sin pensar es ¡NO! Parece que esto nos afecta porque no nos
gusta que nos digan que "el cristianismo es una religión". Siempre decimos que "es un estilo de
vida", pero, ¿en verdad practicamos lo que decimos?

¿Qué significa la palabra religión? Esta palabra proviene del vocablo latín "religiare" que
etimológicamente significa "volver a unir, volver a juntar".

El conocido antropólogo y sociólogo suizo, Roger Back, realizó una profunda investigación de todas
(o la mayoría) de las religiones del mundo. Este trabajo le tomó 25 años. Él quería investigar cuáles
eran las características, o más bien, cuáles son las características que hacen de una creencia una
religión. Después de largos años publicó un libro titulado FENOMENOLOGÍA DE LA RELIGIÓN.
Así entonces, Back nos ofrece las siete características que toda religión posee. Saquemos
conclusiones, ¿el cristianismo pertenece a la categoría de religión?

1ª Característica: Toda religión posee un libro sagrado.

2ª Característica: Toda religión tiene un mesías o salvador.

3ª Característica: Toda religión ha escrito sobre un relato de la creación.

4ª Característica: Toda religión ha escrito sobre un relato de un diluvio universal.

5ª Característica: Toda religión posee intermediarios humanos que hablan o se conectan con las
deidades (shamanes, gurús, mantas, sacerdotes, pastores, médiums, etc.)

6ª Característica: Toda religión habla de un sacrificio de sangre.

7ª Característica: Toda religión posee un lugar sagrado donde adorar (templos).

En base a esta investigación, nos guste o no, EL CRISTIANISMO ES UNA RELIGIÓN, al igual que las
otras. Todos los "ismos" son peligrosos: Judaísmo, islamismo, cristianismo, budismo,
mahometanismo, panteísmo, politeísmo, induísmo, etc, etc, etc.

Sin embargo, CRISTO NO VINO A FUNDAR UNA RELIGIÓN. Cristo fundó, ni siquiera una iglesia -tal y
como la conocemos hoy-, Él fundó "una comunidad de personas sencillas (hombres y mujeres),
practicantes de los principios del Reino y comprometidos a transformar su contexto inmediato a
través de su testimonio de vida con el poder del evangelio". Entendamos bien esto:

1. Una comunidad de gente sencilla: Es decir, una comunidad de amor, cuidado, protección,
humildad. Gente no ostentosa, próspera en todos los sentidos, pero no arrogantes; sino, humildes.

2. Practicantes de los Principios del Reino: Es decir, capaces de vivir un estilo de vida diferente
(Romanos 12:2), una vida regida por las normas de Dios. Pero, ¿dónde encontramos instrucciones
específicas de cómo vivir la vida diaria según el Reino? Leamos en nuestras casas, con detenimiento
y pasión Mateo capítulos 5, 6 y 7. Ahí, en el Sermón del Monte encontramos lo que los exégetas han
llamado "las enseñanzas de la ética del Reino".
3. Comprometidos a transformar su Contexto Inmediato: Cristo fue una persona pràctica, Él nos dice,
¿Qué obtenemos con soñar en predicar el evangelio en otros países o continentes si nuestras
familias, amigos y cercanos no han sido alcanzados? La iglesia debería ser una comunidad que luche
por alcanzar a sus cercanos primeramente (prójimos), luego a los lejanos.

4. A través de su testimonio de Vida: Cristo quería que sus seguidores predicasen por medio de su
ejemplo de vida. Cuando en cierta ocasión San Agustín de Hipona (354 - 430 d.C.) fue con sus
discípulos a una ciudad, ellos le dijeron: "Maestro, qué les diremos". El santo respondió: "Vayan y
predíquenles, y si es necesario utilicen palabras".

5. Con el poder del Evangelio: La palabra evangelio significa "mensaje que produce felicidad". De ahí
que el mensaje de Cristo tiene el poder de transformar y hacer feliz a quien lo escucha y pone en
práctica.

La iglesia que hoy vemos, la "iglesia tradicional, institucional, denominacional, NADA TIENE QUE VER
con el sueño de Jesucristo. Él le dijo a Pedro: ...Edificaré mi iglesia. Pero... ¿A qué tipo de iglesia se
refería? Ya lo dijimos: "A una comunidad de personas sencillas, practicantes de los principios del
Reino y comprometidos a transformar su contexto inmediato a través de su testimonio de vida con
el poder del evangelio".

Los apóstoles y discípulos lograron entender perfectamente el sueño del Maestro, de hecho, lo
reprodujeron a cabalidad durante los primeros 4 siglos de nuestra era.

4. Nuestro Modelo CRISTO EN CASA.

Cristo en Casa es una agrupación de iglesias locales que se reúnen en casas de seguidores. Cada una
pastoreada por “pastores laicos”, que a su vez responden a un pastor principal. Estas iglesias
conforman CRISTO EN CASA.

Estos grupos de personas reunidos en casas no son células, ni grupos de estudios bíblicos. Son
iglesias, con todo el sentido, profundidad e implicancias que este término involucra. Así, las personas
que se reúnen en estas casas han hecho de su entorno, su iglesia local.

Algunas veces al mes (no todos los domingos), las iglesias en casas son convocadas a reuniones
dominicales con el propósito de: Conocernos, ayudarnos en el crecimiento en la vida cristiana,
edificarnos en la Palabra de Dios y adorar juntos con alegría y sencillez de corazón (Hechos 2:46).

Bibliografía.
1. Biblia de Estudio Plenitud. Miami, FL. Editorial Caribe, 1994.

2. Bonilla, Yattenciy. Hacia una Ética de la Vida. Quito, Ecuador. Editorial FLEREC-SEMISUD, 2003.

3. Dufour, Leon. Diccionario Teológico.

4. Faynel, P. LA IGLESIA I. Barcelona, España. Editorial Herder, 1982

5. Gonzáles Faus, José Ignacio. Acceso a Jesús. Salamanca, España. Ediciones Sígueme, 1983.

6. Servant, David. La Iglesia en Las Casas.


http://www.heavensfamily.org/ss/espanol/dmm_spanish/dmm_spanish_04

[1] P. Faynel, en su libro La Iglesia I, sostiene que desde el principio de la creación del mundo, Dios
concibió a la iglesia como parte de él. Es un error común pensar que la iglesia fue fundada por Cristo,
cuando fue Dios mismo quien la concibió desde mucho antes. Incluso en el Antiguo Testamento se
pueden encontrar tipos de iglesia.

[2] Es importante señalar que existen muchas y variadas definiciones de “iglesia”, algunas de ellas
desde la etimología de la palabra, otras desde una sociología de la misma. La mayoría de los teólogos
sistemáticos en sus obras incluyen definiciones del término, sus implicancias y conceptos de iglesia
(Ejemplo: Luis Berkhof, Charles Ryrie, Stanley Horton, Dietrich Bonhoefer, entre otros).

[3] Yattenciy Bonilla. Exegeta bíblico. Profesor, escritor y conferencista.

[4] Debemos ser justos al señalar que respecto al momento exacto del nacimiento de la iglesia hay
variadas opiniones. Según eclesiólogos renombrados, pueden existir hasta 5 o más eventos
históricos del nacimiento de la iglesia. Hechos 2:1-4 es, en opinión de estos eruditos, es el “posible”
nacimiento de la iglesia.

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