La - Resolucion de Problemas de Matematicas - Blanco Et Al - 2015
La - Resolucion de Problemas de Matematicas - Blanco Et Al - 2015
La - Resolucion de Problemas de Matematicas - Blanco Et Al - 2015
problemas de Matemáticas
en la formación inicial de profesores de Primaria
98
Lorenzo J. Blanco Nieto
Janeth A. Cárdenas Lizarazo
Ana Caballero Carrasco
2015
© Los autores
© Universidad de Extremadura para esta 1ª edición
Edita:
ISSN 1135-870-X
ISBN 978-84-606-9760-2
Ín 1. Resolución de problemas de
matemáticas: aspectos cognitivos
y afectivos 11
Di
Lorenzo J. Blanco Nieto
Di 10. Resolución de problemas en
matemáticas y TIC. Propuestas actuales
y perspectivas de futuro 149
ce Luis M. Casas García
y José Luis Torres Carvalho
didáctica debe contemplar caminos para generar en los estudiantes una disposición clara
para incorporar las orientaciones, creencias y actitudes hacia la matemática y la resolución
de problemas.
En varios capítulos se aborda la importancia de los problemas en la resolución de proble-
mas y se presenta una discusión acerca de los distintos contextos y formatos que ayudan a
9
Lorenzo J. Blanco Nieto, Janeth A. Cárdenas Lizarazo, Ana Caballero Carrasco
10
Capítulo 1
Resolución de problemas de matemáticas:
aspectos cognitivos y afectivos
Lorenzo J. Blanco Nieto
Tienen los problemas tal importancia, que hay quien se pregunta si la parte prin-
cipal del estudio matemático no debe ser la solución del problema en lugar del estudio
del libro de texto. Hacer de los problemas un suplemento indica un fallo en la verda-
dera función del trabajo matemático. Si concedemos que el ‘poder’ y no el ‘saber’, el
‘pensar’ y no el ‘memorizar’ son los aspectos beneficiosos de la matemática, la impor-
tancia de los problemas es indudable (Royo, 1953, p. 253)
Sin embargo, es a partir de la década de los 80, cuando se insiste en que la Resolución
de Problemas debe ser el eje de la enseñanza de la matemática escolar (NCTM, 1980).
Muchas fueron las aportaciones desde esa época, que nos llevaron a asumir que la Resolu-
ción de problemas como tarea compleja, ofrece una posibilidad para organizar la diversidad
de niveles existentes en el aula, es un marco ideal para la construcción de aprendizajes sig-
nificativos y fomentar el gusto por las matemáticas (Carrillo, 1995).
En España se aceptó esta perspectiva en la Ley de Ordenación General del Sistema Educa-
tivo Español de 1990, y desde entonces se ha mantenido en los diferentes textos curriculares.
Diferentes informes internacionales sobre educación matemática, como los Informes PISA
del 2003, 2006, 2009 y 2012 y el informe TIMSS del 2011, muestran los pobres resultados
obtenidos en matemáticas y, específicamente, en la resolución de problemas. Ello, ha sido un
motivo para poner de manifiesto la importancia de la resolución de problemas de matemáti-
cas en la enseñanza obligatoria. Estos resultados confirman la idea de Castro, (2008) y Santos,
(2008) quienes insisten en que los intentos realizados para enseñar a los alumnos, de prima-
ria y secundaria, estrategias generales de resolución de problemas no han tenido éxito. Simul-
táneamente, parece importante recordar la falta de atención de los libros de texto en el
tratamiento de las heurísticas y estrategias generales para resolver problemas (Pino y Blanco,
2008; Schoenfeld, 2007) y la falta de referencia de los profesores de secundaria para trabajar
y evaluar específicamente en el aula los diferentes heurísticos (Cárdenas, 2014) como se
sugiere en los diferentes currículos de matemáticas.
Uno de los aspectos que actualmente se enfatiza y asume en relación a la educación
matemática en los currículos es la influencia de la afectividad en los procesos de enseñanza
y aprendizaje de las matemáticas. Y, en particular, en la resolución de problema. Ya, en la
década de los 80 algunos autores como Charles y Lester (1982) señalaban que “el resolutor
de problemas tiene que tener suficiente motivación y falta de stress y/o ansiedad para permi-
tirle llegar a la solución” (p. 10). En su trabajo, reconocían que factores cognitivos, de expe-
riencia y los afectivos influencian el proceso de resolución de problema de matemáticas.
Entre los factores afectivos señalaban explícitamente el interés, la motivación, la presión, la
ansiedad, el stress y la perseverancia.
En esta época, McLeod (1989, 1992) mostró que los procesos cognitivos implicados en la
Resolución de Problemas de Matemáticas son susceptibles a la influencia del dominio afectivo
en tres áreas: creencias, actitudes y emociones. Estos descriptores han sido revisados en dife-
rentes ocasiones (Blanco, 2012; Gil, Blanco y Guerrero, 2005; Gómez-Chacón, 2000, 2010).
Monje y Castro, 2013) y, específicamente, relacionados con los estudiantes para maestro
(Caballero, Guerrero y Blanco 2008; Estrada, 2007; Estrada, Batanero y Fortuny, 2004; Her-
nández, Palarea y Socas, 2001; Ruiz, 2002; Tyteca y Castro, 2007; Blanco, Guerrero y Caba-
llero, 2013; Caballero, 2013), mostrando que, en general, los futuros profesores de primaria
muestran una actitud negativa hacia las matemáticas.
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Resolución de Problemas de Matemáticas: aspectos cognitivos y afectivos
Se acepta que cuando los profesores en formación inicial acceden a los centros de forma-
ción traen como consecuencia de su estancia en la enseñanza obligatoria concepciones y
creencias sobre las matemáticas y sobre la enseñanza y aprendizaje de las matemáticas deri-
vadas de su propia experiencia escolar (Blanco, 2004). Es decir, en su etapa como alumno en
primaria y secundaria, aprenden conocimiento de matemáticas y, además, adquieren una
visión particular sobre su enseñanza y aprendizaje y de sí mismo en relación con las mate-
máticas. A este respecto, la investigación diferencia entre creencias acerca de la matemática
como objeto, y otras creencias sobre su enseñanza y aprendizaje y acerca de uno mismo
como aprendiz relacionadas con el autoconcepto, la autoconfianza, expectativas de con-
trol, ... que estarían relacionadas con el dominio afectivo (ver capítulo 3).
Aún, veinte años después, sigue siendo válida la aportación de Llinares y Sánchez (1996)
quienes señalaban que los estudiantes para profesor han adquirido una cultura escolar tecno-
lógica que condiciona su manera de abordar las tareas matemáticas y su aprendizaje como
futuros profesores y
Más recientemente, Szydlik, Szydlik y Benson, (2003) indican que “los profesores en
formación de primaria tienden a ver las matemáticas como una disciplina autoritaria, y creen
que hacer matemáticas significa aplicar fórmulas y procesos memorizados de los ejercicios
de los libros de texto” (Szydlik, Szydlik y Benson, 2003, p. 254).
Por nuestra parte, asumimos que los estudiantes para maestro de primaria (EMP) tienen una
idea muy tradicional de los problemas de matemáticas que no coincide con las sugerencias de
las actuales propuestas curriculares (Blanco, 1997, 2004; Blanco, et al., 2013; Caballero, 2013;
Johnson, 2008). Igualmente, hemos observado una contradicción entre su experiencia personal,
que juzgan negativa y monótona, y su concepción de las matemáticas ligadas al razonamiento
y rigor (Blanco, 2004). Al mismo tiempo, los EMP consideran la RPM como un procedimiento
mecánico y memorístico, tienen escasos recursos para representar y analizar los problemas, no
buscan distintas estrategias o métodos para su resolución y no hacen uso de las distintas indi-
Manuales Uex
caciones que se le sugieren para ello (Blanco, 1997, 2004; Córcoles y Valls, 2006).
Además, estas creencias, son muy fuertes y resistentes a los cambios, y constituyen una
especie de lente o filtro desde el que interpretan su propio proceso formativo y orientan sus
experiencias y conductas docentes (Chapman, 2000), limitando sus posibilidades de acción y
comprensión. Las creencias conforman una perspectiva desde la cual cada persona se aproxima
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Lorenzo J. Blanco Nieto
al mundo de las matemáticas y pueden determinar cómo se abordarán los problemas, los pro-
cedimientos que se utilizarán o se evitarán, y el tiempo y la intensidad que se pondrá en la tarea
(Schoenfeld, 1992). Consecuentemente, estas creencias se han de tener en cuenta en la forma-
ción y, si fuese necesario, influir en el cambio de las mismas y en la generación de otras nuevas.
A este respecto, convendrá tener en cuenta que las creencias que más influyen en la moti-
vación y el rendimiento de los alumnos son las percepciones de los alumnos sobre sí mismos en
relación con las matemáticas (Kloosterman, 2002; Vanayan, White, Yuen y Teper, 1997). La
autoconfianza en matemáticas es un importante indicador de la valoración positiva de los apren-
dices para estudiarlas, así como también de su participación activa y regulación en el proceso
de aprendizaje. El alumnado que cree que las matemáticas son sólo para los que tienen talento
matemático y que están basadas en procedimientos de solución infalible y mecánicos, tienen
menos confianza en sí mismos en las situaciones de aprendizaje que las personas que no piensan
así. La confianza en la disposición y la habilidad de querer aprender matemáticas tiene un papel
esencial para el alumnado de cara a sus logros matemáticos (McLeod, 1992; Reyes, 1984).
Hernández, et al. (2001), y Caballero (2013) señalan que los EMP no se consideran capa-
ces y hábiles como resolutores de problemas, experimentando la gran mayoría inseguridad,
desesperación y nerviosismo, lo que les llevan al atasco o bloqueo ante la tarea y a conside-
rarse incompetentes en la resolución de problemas. Una diferencia importante entre los que
tienen éxito al resolver problemas y los que no lo tienen estriba en sus creencias sobre la
resolución de problemas de matemáticas, sobre sí mismo como resolutores y sobre la forma
de enfocar la resolución (NCTM, 2000).
Lo que el alumno cree sobre las matemáticas influye en los sentimientos que afloran hacia
la materia y le predispone a actuar de modo consecuente. Esto es, si un alumno posee una
creencia negativa sobre las matemáticas o sobre su enseñanza, tenderá a mostrar sentimientos
adversos hacia las tareas relacionadas con dicha materia, lo que le llevará a conductas de
evitación o de rechazo de las mismas. Esta predisposición que determina las intenciones
personales y que influye en su comportamiento es lo que llamamos actitudes.
Podemos distinguir entre actitudes hacia las matemáticas y actitudes matemáticas. Las acti-
tudes matemáticas, tienen un marcado componente cognitivo y se refieren a las capacidades
cognitivas generales que son importantes en tareas matemáticas. Estudios en España muestran
las pocas actitudes matemáticas de los EMP sobre aspectos relacionados con la resolución de
problemas (Blanco, 1997, 2004; Córcoles y Valls, 2006; Puig, 1996; Valverde y Castro, 2009).
Manuales Uex
McLeod (1992) entiende las emociones como las respuestas afectivas caracterizadas por
una alta intensidad y activación fisiológica que experimentan los alumnos ante las matemá-
ticas. Los estudios sobre la emoción han versado sobre el papel de la ansiedad, la frustración
y sus consecuencias en los logros matemáticos señalando que una de las dificultades de la
educación matemática es ver su enseñanza como algo esencialmente cognitivo desligado del
campo de las emociones (De Bellis y Goldin, 2006).
Las emociones aparecen como respuesta a un suceso, interno o externo, que tiene una
carga de significado positiva o negativa para la persona. Así, al afrontar una tarea matemática
surgen dificultades que, en ocasiones, llevan a la frustración de las expectativas personales,
provocando la aparición de valoraciones de los alumnos que, en el caso de las matemáticas,
son mayoritariamente negativas. A este respecto, diferentes autores coinciden en señalar que la
ansiedad interacciona de forma negativa con los procesos cognitivos y motivacionales y por
tanto en el rendimiento general del estudiante (De Bellis y Golding, 2006; Salcedo et al, 2003;
Zakaria y Nordim, 2008). Hidalgo et al (2008) indican que la relación entre niveles de ansiedad
hacia las matemáticas y las notas obtenidas por los alumnos al final de curso es alta e inversa.
Esta correlación se mantiene al comparar los niveles de ansiedad y actitudes positivas hacia las
matemáticas. La relación entre ansiedad y educación matemática se ha trasladado, asimismo,
al nivel de los estudiantes para maestro, donde ya hay una importante literatura (Peker, 2009).
Otros trabajos establecen relaciones entre ansiedad y autoconfianza. Así, los alumnos con
más ansiedad matemática presentan menor confianza en sus habilidades matemáticas y como
aprendices de matemáticas, lo que correlaciona ambos constructos de forma negativa (Gil,
Blanco y Guerrero, 2006; Isiksal, Curran, Koc y Askun, 2009). Otros autores señalan que las
emociones pueden llevar al abandono, a la evitación de la tarea y a protegerse de alguna
medida ante ellas (Salcedo et al., 2003). Además, Socas (1997) afirma que:
De estas consideraciones se infiere que los estudiantes deben asumir la actividad mate-
mática como un desafío. En particular, si controlan los niveles de ansiedad, su acción tendrá
un efecto positivo sobre el aprendizaje (Guerrero y Blanco, 2004).
En relación con la enseñanza y aprendizaje de las matemáticas se pueden indicar dife-
rentes momentos en los que la relación entre emociones y procesos cognitivos se hace visible:
Manuales Uex
Por lo tanto, estudiar las creencias, actitudes y emociones de los estudiantes para pro-
fesores, cuando abordan la resolución de problemas, parece pertinente. Para Foss y Klein-
sasser (1996) la falta de reflexión sobre estos aspectos es una de las causas por la que
persisten en los estudiantes para profesores de primaria concepciones y actitudes inadecua-
das. Y ello, a pesar de su paso por los centros de formación inicial, donde no reconceptua-
lizan su papel como profesores de primaria. Autores como Chapman (2000), Malinsky,
Ross, Pannells y McJunkin (2006) y Uusimaki y Nason (2004) apuntan que el origen de las
creencias negativas de los profesores en formación inicial podría atribuirse a sus previas
experiencias escolares, como las experiencias como estudiantes de matemáticas y, al
efecto, de sus profesores y de los programas de formación de profesores, desarrollados con
metodologías muy tradicionales.
Si a partir de las referencias anteriores, asumimos que las creencias, actitudes y emocio-
nes influyen en el conocimiento, y que el conocimiento influye en los tres aspectos señalados,
es evidente que tendremos que considerar en nuestro trabajo docente e investigador la rela-
ción entre lo cognitivo y lo afectivo, y buscar elementos de integración de ambos aspectos.
Esta relación entre lo afectivo y lo cognitivo se ha trasladado, también, al estudio con
profesores y, así, podemos encontrar investigaciones que analizan cómo la conducta de los
profesores, sus creencias y actitudes acerca de sí mismos y hacia las matemáticas influyen en
el comportamiento y en el rendimiento de sus alumnos y en las imágenes mentales que éstos
van elaborando sobre sí mismos.
Las concepciones y valores de los profesores determinan la imagen de las matemáticas en
clase, y condicionará el tipo de relación profesor-alumno (Ernest, 2000). Así, las concepcio-
nes influencian las actitudes y ambas influencian la conducta del profesor (Ernest, 2000) y el
aprendizaje de los alumnos (Georgiadou y Potari, 1999). Parece obvio que, consecuente-
mente, los factores afectivos se consideren en los programas de formación inicial de profeso-
res dentro de un proceso de discusión y reflexión (Johnson, 2008; Stacey, Brownlee, Reeves
y Thorpe, 2005). Y, parece evidente la necesidad y el interés por estudiar los factores afectivos
y emocionales en la formación matemática de los EMP, ya que, como futuros docentes, sus
creencias y emociones hacia las matemáticas influirán en el logro de sus alumnos así como
en las creencias y actitudes de éstos hacia la misma.
De Bellis y Goldin (2006) y Furinghetti y Morselli (2009) recuerdan que tradicional-
Manuales Uex
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Capítulo 2
La resolución de problemas de matemáticas como
contenido en el currículo de primaria1
Janeth A. Cárdenas Lizarazo y Lorenzo J. Blanco Nieto
En los trabajos sobre educación matemática podemos encontrar aportaciones que tratan
de clarificar el significado del vocablo ‘problema’ y de la expresión ‘Resolución de Proble-
mas’, entre ellos Schoenfeld (1985), Gaulin (1986), Schroeder y Lester (1989), Blanco (1993),
Puig (2008) y Pino (2013). En términos generales, podríamos señalar un acuerdo en tres
acepciones diferentes sobre el papel de la resolución de problemas en la enseñanza de las
matemáticas: i. Enseñanza para la resolución de problemas; ii. Enseñanza sobre la resolución
de problemas y iii. Enseñanza vía resolución de problemas, esto es:
Las actividades propuestas a los estudiantes les permiten aplicar sus conocimientos mate-
máticos en la resolución de problemas tomados de diferentes fuentes, intra o extra matemáti-
cos. La enseñanza para la resolución de problemas es una consideración tradicional respecto
del papel de la Resolución de Problemas (RP) como aplicación de la teoría, previamente
estudiada. Esta acepción se refleja en los libros de texto al situar los problemas al final de los
capítulos o después de la introducción de algún concepto o algoritmo. De estya manera, los
problemas se resolverían de acuerdo a los procedimientos señalados en el capítulo. La refe-
rencia a la aplicación de conocimientos matemáticos a través de la RP es continua.
La enseñanza sobre la RPM se centraría en trabajar para que los alumnos experimenten y
asuman diferentes formas de abordar los problemas, tanto desde lo cognitivo como lo afec-
tivo. En esta línea, se centran los esfuerzos en trabajar diferentes fases sobre resolución de
problemas, y en favorecer la reflexión y discusión sobre el propio proceso. Desde esta pers-
pectiva, la resolución de problemas se constituye en un contenido específico y una actividad
compleja que los alumnos deben aprender a desarrollar.
Finalmente, podríamos considerar las situaciones problemáticas como punto de partida
que permiten generar y consolidar conocimientos matemáticos. Ello ayuda a crear una
atmósfera de investigación orientada y de resolución de problemas necesaria para la
construcción del conocimiento matemático. La resolución de problemas como metodología
Manuales Uex
1 Una versión ampliada, del contenido de este artículo, puede encontrarse en Blanco, LJ; Cárdenas, JA. La Resolución de Problemas
como contenido en el Currículo de Matemáticas de Primaria y Secundaria. En revista Campo Abierto, 2013, Vol.32, n. 1, pp. 137 - 153.
1
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Janeth A. Cárdenas Lizarazo, Lorenzo J. Blanco Nieto
De modo que podríamos proponer a los alumnos que enuncien un problema que se
resuelva con una operación de multiplicar. Ello permite reflexionar sobre el significado de la
multiplicación como operación matemática y precisar su utilización.
En el caso de primaria se utilizan, de manera reiterada, los términos ‘formular’ o ‘formu-
lación’ para sugerir que los alumnos planteen problemas a partir de diferentes contextos y en
referencia a contenidos específicos de matemáticas:
“Formular problemas sencillos en los que se precise contar, leer y escribir núme-
ros” (Decreto, 2007, p. 7915).
“. . . Formular y resolver sencillos problemas en los que intervenga la lectura de
gráficos” (Decreto, 2007, p. 7916).
2 Las citas que se describen a lo largo de este capítulo y que hacen referencia al currículo son extraídas del currículo de la Comu-
nidad Autónoma de Extremadura (Decreto, 2007).
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Janeth A. Cárdenas Lizarazo, Lorenzo J. Blanco Nieto
El texto del currículo nos propone explícitamente un modelo para abordar los problemas,
similar al propuesto inicialmente por Polya (1945), que desarrollamos en dos referencias
Manuales Uex
generales y complementarias:
[…] el alumno debe desarrollar y perfeccionar sus propias estrategias, a la vez que
adquiere otras generales y específicas que le permiten enfrentarse a las nuevas situa-
ciones con probabilidad de éxito. En este sentido, se brindará a los niños la oportuni-
dad de familiarizarse con procesos que facilitan la exploración y resolución de
problemas como: comprensión y expresión de la situación matemática (verbalización,
dramatización, discusión en equipo), extracción de datos y análisis de los mismos,
representación en forma gráfica del problema o situación, formulación de conjeturas y
verificación de su validez o no, exploración mediante ensayo y error, formulaciones
nuevas del problema, comprobación de resultados y comunicación de los mismos. Se
hace necesario, asimismo, desarrollar la capacidad de persistir en la exploración de un
problema (MEC, 1992, p. 92).
Lo anterior nos muestra que en el currículo está presente, desde hace algunas décadas,
un modelo general de resolución de problemas que los estudiantes deben experimentar y
aprender. Un modelo sugerido en las aportaciones de Schoelfend (1985), Bransford y Stein
(1987), Mason, Burton y Stacey (1988), Guzmán (1991), Blanco (1993), Santos (2007) y Pino
(2013) que desarrolla de manera diferenciada, al menos, cuatro fases: i. Analizar y compren-
der la situación planteada; ii. Diseño de estrategias, desarrollo de las estrategias; iii. Ejecu-
ción de las estrategias hasta alcanzar la solución y iv. revisión de los resultados y del proceso
a nivel cognitivo y afectivo.
Actualmente, encontramos una nueva propuesta de intervención en el aula (Blanco,
Guerrero y Caballero, 2013; Caballero, 2013; Pino, 2013) en la que partiendo del modelo
anterior se integran aspectos cognitivos y afectivos sobre la resolución de problemas,
pasando de cuatro a cinco pasos. En esta nueva fase se indica la necesidad de aprovechar
la revisión del proceso para que los alumnos evalúen su implicación personal en la resolu-
ción del problema y ganen en confianza y autoestima como resolutores. Ampliamos la
propuesta de este modelo en el capítulo siete.
Manuales Uex
poder abordar la resolución del problemas con cierto éxito. El currículo se refiere a ella en
varios momentos:
Diseño de estrategias
Como hemos indicado anteriormente la comprensión y análisis de la situación planteada
está asociada a la elaboración de una estrategia para resolver el problema. Este es uno de los
aspectos más repetidos acerca de la resolución de problemas en los currículos que señalan la
necesidad de elaborar y aplicar estrategias personales para resolver los problemas que se
planteen.
La referencia a la
se repite numerosas veces en los textos lo que indica la importancia que se le da, seña-
lando además algunas otras referencias:
De las unidades anteriores podríamos resumirlas al señalar que los aprendices deben
elaborar, utilizar y explicar oralmente y por escrito diversas estrategias, personales o con los
procedimientos propios de primaria, para resolver los problemas.
Resolver el problema
Cuando observamos los cuadernos de los alumnos de primaria con la tarea de resolver
problemas encontramos una cierta desorganización y falta de rigor en los modos en los que
los alumnos los resuelven.
Así, podemos encontrar expresiones como dos por tres, son seis, más cuatro son 10 que
encuentran su reflejo numérico en: ‘2 x 3 = 6 + 4 = 10’
Son expresiones que al ser oídas parecen correctas, y que se corresponderían con una
forma de hablar, pero que escritas así, en la pizarra o en el papel, expresan operaciones e
igualdades erróneas.
A este respecto, el currículo sugiere algunas recomendaciones que los profesores debie-
ran considerar sobre el proceso de solución del problema:
“Interés por la presentación limpia, ordenada y clara de los cálculos y de sus resul-
tados” (Decreto, 2007, p. 7917).
Pero, también se hace referencia al control del proceso por parte del resolutor, al
señalar que
Este tercer paso requiere de algunas actitudes personales que facilitarán la correcta reso-
lución del problema. De esta manera, sería importante considerar la elección y uso de las
diferentes estrategias para resolver las situaciones planteadas, señalando sus pensamientos y
dudas. Es decir, que verbalicen lo que ha pasado por su mente y lo que han ido haciendo. El
alumnado debe tratar de resolver el problema de forma lógica y reflexiva, incluyendo la esti-
mación, el cálculo mental o la anticipación de la solución, procurando desarrollar y explicar
el proceso e ir controlando las diferentes partes del mismo. Lo que implica actuar con orden
y precisión, resaltando los posibles logros intermedios.
Manuales Uex
Y, siendo
“Crítico con la solución obtenida, integrándola en el contexto” (Decreto, 2007, p. 8108),
ya que cuando se plantean (problemas) de la vida cotidiana deberemos tener en cuenta
“la flexibilidad para modificar el punto de vista” (Decreto, 2007, p. 8099).
A pesar del tiempo transcurrido y del mayor acceso de los centros y alumnos de ense-
ñanza obligatoria a los medios tecnológicos, el uso de las Tecnologías de la Información y la
Comunicación y Tecnologías del Aprendizaje (TIC/TAC), sigue existiendo resistencia a su uso
por parte de muchos profesores de matemáticas en los niveles de enseñanza obligatoria.
Este resultado parece, en cierto sentido sorprendente, por cuanto el uso de las TIC/TAC en
la enseñanza en primaria es una recomendación específica y reiterada, más allá del mero
recurso motivador, del currículo en la enseñanza obligatoria:
“Es necesario revisar los planteamientos metodológicos de cada área del currículo,
de manera que las nuevas formas de aprender, que se generan desde la utilización de
las TIC en el aula, permitan a los alumnos buscar, indagar, probar, comprobar, experi-
mentar, observar, resumir, concluir, sin necesidad de contar previamente con nuestras
explicaciones e instrucciones” (Decreto, 2007, p. 7841).
El uso de las TIC (incluida la calculadora) en las diferentes fases de la resolución de pro-
blemas es reiterado en los documentos revisados. Consideramos que la resolución de proble-
mas no debe reducirse a la utilización exclusiva de procedimientos mecánicos y debe
combinarse con el uso adecuado de tecnologías.
La funcionalidad de las TIC en clase de matemáticas debiera llevar a los resolutores a
tomar decisiones sobre su uso:
Es decir, el currículo apuesta por el uso de la TIC porque las considera como una herra-
mienta útil para el aprendizaje matemático. Son numerosos los trabajos realizados al res-
pecto, por lo que parece un contrasentido dudar de su utilidad como recursos para la
enseñanza de las matemáticas en el siglo XXI. Algunos ejemplos de sus aplicaciones se des-
criben en el Capítulo 10, La resolución de problemas en Primaria y las TICs.
Manuales Uex
Blanco, Guerrero y Caballero (2013) señalan que los contextos que se describen en los
problemas que se plantean en los libros de texto y en las aulas de matemáticas son los mismos
que los que se reflejaban en los problemas de los libros de matemáticas a inicio del siglo XX.
31
Janeth A. Cárdenas Lizarazo, Lorenzo J. Blanco Nieto
Las revistas especializadas y los libros nos señalan numerosas fuentes cotidianas para las
actividades matemáticas que facilitarían llevar estas recomendaciones al aula. Ejemplo de
ello, lo encontramos en propuestas com las de Corbalán, (1991 y 1995) o Fernández y Rico,
(1992)
3.7. Evaluación
La evaluación es el recurso que tenemos los profesores para conocer lo que los estudian-
tes aprenden sobre un tópico y, consecuentemente, tomar decisiones significativas para la
práctica docente. En este sentido es un organizador fundamental del currículo. Sin embargo,
a pesar de los cambios desarrollados en las diferentes propuestas curriculares y en las leyes
sobre educación, existe una opinión generalizada entre los profesores de que los criterios e
instrumentos utilizados en el aula de matemáticas han evolucionado muy poco (Álvarez y
Blanco, 2014; Cárdenas, Blanco, Gómez y Guerrero, 2013).
Por nuestra parte, asumimos que la evaluación es parte indisoluble del proceso de ense-
ñanza/aprendizaje lo que nos lleva a considerar que los aspectos que hemos destacado para
la resolución de problemas en los apartados anteriores deben formar parte del trabajo de los
alumnos, también debieran tener reflejo en la evaluación. Lo que implica, necesariamente,
una nueva reconceptualización sobre la evaluación en la RPM (Cárdenas, 2014).
Y, ello debe ser así, porque los estudiantes centran sus esfuerzos en torno al contenido del
Manuales Uex
que consideran que van a ser evaluados, en busca de aprobar la asignatura. De tal forma que
los contenidos y objetivos que no se evalúan difícilmente formen parte de la preocupación
de los alumnos y estos centrarán su atención y esfuerzo hacia aquellos sobre los que si van a
ser evaluados. Así, “los estudiantes consideran importantes los aspectos de la instrucción que
los profesores enfatizan y evalúan regularmente” (Lester y Kroll, 1991, p. 277).
33
Janeth A. Cárdenas Lizarazo, Lorenzo J. Blanco Nieto
Santos (2007) profundiza en esta idea y nos recuerda que “es importante diseñar activi-
dades adecuadas que capturen información de los momentos identificados en el modelo [de
resolución de problemas]” (Santos, 2007, p. 171).
Entendemos que sería necesario comprobar que el alumno sea capaz de recoger/interpre-
tar/analizar una información dada. Inventar/formular problemas a partir de una situación
general y utilizar algunos recursos sencillos para representarla (tablas, diagramas, ecuaciones,
etc.). Igualmente, habría que observar si comprueban o no los datos, si comparan los resulta-
dos obtenidos con la situación original, para ver lo razonable de los mismos, o si realizan o
no algún tipo de generalización.
Ligado al procedimiento seguido en la resolución de problemas, la evaluación debe
tener en cuenta las creencias y la actitud personal del resolutor ante este tipo de tareas. El
interés por la actividad, la autoconfianza, autovaloración que hacen de ellos mismos, como
resolutores de problemas, la ansiedad o la perseverancia cuando fallan los primeros inten-
tos, etc. son algunos factores que también hay que considerar en la evaluación.
Probablemente, la falta de atención a estos factores pueda ser una de las causas del
resultados sorprendente en la investigación de Hidalgo, Maroto, Ortega y Palacios (2013)
al señalar que “los alumnos independientemente de la edad tienden a aprenderse de
memoria los problemas de matemáticas hechos en clase como estrategia metacognitiva”
(p. 230).
Bibliografía
— ALISINA, C. ¿Para qué aspectos concretos de la vida deben preparar las matemáticas? En
Uno: Revista de Didáctica de las Matemáticas, 1994, vol. 1, no 1, p. 37-43.
Manuales Uex
VOLUMEN%20Iok.pdf.
— MINISTERIO DE EDUCACIÓN Y CULTURA –MEC–. Educación Primaria. Matemáticas.
Madrid, 1992.
— NCTM. Estándares curriculares y de evaluación para la educación matemática. Sevilla,
España: SAEM, 1991.
36
La Resolución de Problemas de Matemáticas como contenido en el currículo de primaria
Manuales Uex
37
Capítulo 3
Un cuestionario sobre dominio afectivo
y resolución de problemas de matemáticas
Ana Caballero Carrasco y Eloísa Guerrero Barona
2001). Hopkins (1989) indica, en adición, la dificultad de encontrar preguntas que exploren
en profundidad, la influencia que ejerce la capacidad de lectura comprensiva de los alum-
nos y la sinceridad de los mismos en la respuesta puesto que en ocasiones son reacios a
responder en consonancia con la realidad respondiendo conforme lo que consideran la
deseabilidad del investigador.
39
Ana Caballero Carrasco, Eloísa Guerrero Barona
Así, son múltiples los autores que han hecho uso del cuestionario para describir y analizar
las creencias, actitudes, y emociones de los estudiantes así como también de los futuros
docentes hacia las matemáticas y hacia la enseñanza-aprendizaje de esta disciplina.
Al respecto, destacar los cuestionarios de evaluación de las actitudes hacia las matemáti-
cas de Aiken y Dreger (1961), de Fennema y Sherman (1976), de Sandman (1980), de Auz-
mendi (1991) y de Tapia y Marsh (2004); de evaluación de las actitudes hacia las matemáticas
para alumnos de ESO como el Repromase de Carbonero, Martín, y Arranz (1998), el de
Muñoz y Mato (2006) y el de Alemany Arrebola y Lara (2010), y de actitudes sobre la RPM
de Arlandis y Miranda (1992).
Respecto a las emociones, son escasos los estudios centrados en analizar esta variable en
su conjunto hacia las matemáticas, girando los trabajos sobre emociones en la RPM en torno
a la ansiedad. Al respecto, destacamos cuestionarios: Escala de Ansiedad Matemática de la
Escala de actitud matemática de Fennema y Sherman (1976) y la Mathematics Anxiety Rating
Scale (MARS), desarrollada por Richardson y Suinn (1972), y sus muchas derivaciones redu-
cidas de la misma como la propuesta por Plake y Parker (1982) para medir ansiedad hacia las
matemáticas y la estadística. Otros instrumentos para la evaluación de la ansiedad matemá-
ticas son la Mathematics Anxiety Scale (MAS), de Betz (1978), el Mathematics Anxiety Ques-
tionnaire (MAQ), de Wigfield y Meece (1988) y la Mathematics Anxiety Scale (MANX)
diseñado por Erol (1989) para estudiantes turcos (citado por Bekdemir, 2010). Por último,
indicar que Caballero (2013) realiza una adaptación a la RPM de la escala de ansiedad-estado
del Cuestionario de Ansiedad Estado-Rasgo (STAI), de Spielberger, Gorsuch, y Lushene (1982)
para evaluar la ansiedad hacia la RPM. Otros autores se decantan por una entrevista semies-
tructurada en lugar del cuestionario, tal como hacen Pérez-Tyteca, Monje y Castro (2013)
para determinar la ansiedad matemática y la autoconfianza en matemáticas de alumnos que
realizan el paso de la educación secundaria a la educación universitaria.
Para el estudio de las expectativas de control, el instrumento más utilizado en España es
la Batería de Escalas de Expectativas Generalizadas de Control (BEEGC-20) de Palenzuela,
Prieto, Almeida y Barros (1997), del cual Caballero (2013) realiza una adaptación a la RPM.
Sin embargo, ninguno de los cuestionarios revisados valoran creencias, actitudes y emo-
ciones de forma conjunta, por lo que el análisis de los tres afectos en una misma población
conllevaría la aplicación de un instrumento para cada uno de ellos (actitudes, creencias y
emociones) y, por tanto, implicaría un coste considerable de tiempo, de trabajo y de cansan-
cio en el alumnado por la multitud de ítems a los que debería responder. Por otra parte,
indicar que la mayoría de los ítems que componen estos instrumentos se refieren a las mate-
máticas en general y no a la RPM de forma específica. Al respecto cabe señalar que Ma y
Kishor (1997, citado por Anderson, 2007) sostienen que, en el caso de las actitudes, las res-
Manuales Uex
puestas hacia las matemáticas en general podrían ser demasiado amplias y sugieren la con-
veniencia de medir las actitudes específicas hacia ciertas áreas o actividades de las
matemáticas (por ejemplo, la aritmética, resolución de problemas…) en lugar de la actitud
generalizada hacia las matemáticas como un todo. Consideramos que este argumento se hace
extensible a todos los afectos hacia las matemáticas.
40
Un cuestionario sobre dominio afectivo y resolución de problemas de matemáticas
Dadas las ventajas del cuestionario como instrumento de recogida de datos que recomen-
damos hacer uso del Cuestionario de Dominio Afectivo en la RPM elaborado por Caballero
(2013) que integra tanto actitudes como creencias y emociones hacia la RPM.
la vida: ítem 4.
· Percepción de la RPM como conocimiento abstracto, memorístico, mecánico:
ítems 2, 3.
· Visión del maestro en formación inicial sobre cómo se deben aprender a resolver
problemas matemáticos: ítems 1, 5.
41
Ana Caballero Carrasco, Eloísa Guerrero Barona
Creencias acerca de uno mismo como resolutor de problemas matemáticos (ítems 6 a 11).
b)
– Objetivo: explorar la autoimagen del maestro en formación inicial con respecto a
sus habilidades y capacidades como resolutor de problemas matemáticos.
– Descriptores:
· Nivel de confianza y seguridad en sus habilidades, en sus capacidades y posibili-
dades para desenvolverse con éxito en la RPM: ítems 7, 8, 9
· Atribución causal de éxito o fracaso en la RPM (qué motivos atribuyen al éxito o
fracaso – dedicación, esfuerzo, suerte-): ítems 6, 10, 11.
c) Actitudes y reacciones emocionales hacia la RPM (ítems 12 a 20)
– Objetivo: conocer y analizar las actitudes y reacciones emocionales que los EMP
manifiestan hacia RPM.
– Descriptores:
· Grado de perseverancia en la RPM: ítems 12, 19, 20.
· Nivel de satisfacción, curiosidad y seguridad en la RPM: ítems 13, 15, 18.
· Nivel de ansiedad (angustia, miedo), sensación de fracaso y frustración, bloqueo:
ítems 14, 16, 17.
Valoración de la formación recibida en los estudios de magisterio en relación a la RPM
d)
(ítem 21).
– Objetivo: analizar la valoración del alumno acerca de los cambios que magisterio
ha producido en su afrontamiento de la RPM.
– Descriptor:
· Visión del maestro en formación acerca del cambio producido en el abordaje de
la RPM debido a los estudios de magisterio: ítem 21.
Se ofrecen a continuación los resultados correspondientes a cada uno de los 21 ítems del
Cuestionario a nivel descriptivo, presentándolos por las categorías a las que pertenecen.
Poco más de la mitad de los EMP está de acuerdo y muy de acuerdo en considerar mecá-
nica la RPM, tal como explicita el 50% y el 5%. No obstante, un 45% está en desacuerdo
total o parcialmente ante esta afirmación. La media indica que la opinión de los EMP acerca
de la RPM como tarea mecánica se sitúa entre “en desacuerdo” y “de acuerdo” (M = 2.45)
(Figura 1 y Tabla 1).– aprendizaje (ítems 1 a 5)
100
90
Tabla 1. Estadísticos descriptivos del ítem 1.
80
70
60 N M DT Mínimo Máximo
Porcentaje
50,00%
50
40
60 2.45 .811 1 4
30,00%
30
20 15,00%
10 5,00%
0
Muy en En De Muy de
desacuerdo desacuerdo acuerdo acuerdo
100
90
Tabla 2. Estadísticos descriptivos del ítem 2.
80
70
60 N M DT Mínimo Máximo
Porcentaje
50 46,67% 45,00%
40
60 1.65 .732 1 4
Manuales Uex
30
20
10 5,00% 3,33%
0
Muy en En De Muy de
desacuerdo desacuerdo acuerdo acuerdo
Tal como indica la media (M = 3.30) (Tabla 3) y la Figura 3, los EMP consideran la RPM
como un conocimiento mecánico y memorístico, tal como manifiesta el 93% de los mismos
al estar de acuerdo o muy de acuerdo con esta afirmación. Sendos porcentajes del 3.33% son
únicamente los que están muy en desacuerdo y en desacuerdo con el enunciado.
100
90
Tabla 3. Estadísticos descriptivos del ítem 3.
80
70
60 N M DT Mínimo Máximo
Porcentaje
53,33%
50
40
40,00% 60 3.30 .696 1 4
30
20
10 3,33% 3,33%
0
Muy en En De Muy de
desacuerdo desacuerdo acuerdo acuerdo
Los EMP consideran útiles los aprendizajes de la RPM para la resolución de problemas
cotidianos, tal como indica la media mostrada en la Tabla 4 (M = 1.97) y los resultados
expuestos en la Figura 4. En los mismos se observa que un 21.67% y un 63.33% están muy
en desacuerdo y en desacuerdo, respectivamente, con la afirmación. Sólo un 15% no consi-
dera la utilidad diaria de estas habilidades.
100
90
Tabla 4. Estadísticos descriptivos del ítem 4.
80
70
63,33%
60 N M DT Mínimo Máximo
Porcentaje
50
40
60 1.97 .688 1 4
30
21,67%
20
11,67%
10 3,33%
Manuales Uex
0
Muy en En De Muy de
desacuerdo desacuerdo acuerdo acuerdo
A través de la media (M = 2.95) (Tabla 5) y la Figura 5, se extrae que los EMP dicen bus-
car distintas formas de resolver problemas matemáticos, tal como señala la gran mayoría
(76%) al aceptar esta afirmación. Así, exclusivamente sendos porcentajes del 16.67% y
6.67% dicen estar en desacuerdo y muy en desacuerdo, correspondientemente, con la bús-
queda de diferentes vías de RPM.
100
90
Tabla 5. Estadísticos descriptivos del ítem 5.
80
70
60 N M DT Mínimo Máximo
Porcentaje
51,67%
50
40
60 2.95 .832 1 4
30 25,00%
20 16,67%
10 6,67%
0
Muy en En De Muy de
desacuerdo desacuerdo acuerdo acuerdo
2.2. Creencias acerca de uno mismo como resolutor de problemas matemáticos (ítems 6 a 11)
100
90
Tabla 6. Estadísticos descriptivos del ítem 6.
80
70
60 N M DT Mínimo Máximo
Porcentaje
50
40 36,67% 60 1.97 .688 1 4
26,67% 28,33%
30
20
Manuales Uex
10 8,33%
0
Muy en En De Muy de
desacuerdo desacuerdo acuerdo acuerdo
La mayor parte de los EMP dicen sentir inseguridad en la RPM (M = 3.15), así lo mani-
fiestan un 51.67% y un 31.67% al expresar su conformidad con el enunciado. Sólo un
16.67% expresa no estar de acuerdo con la afirmación de este ítem, siendo nulo el porcentaje
que muestra su total desacuerdo con la misma (Figura 7 y la Tabla 7).
100
90
Tabla 7. Estadísticos descriptivos del ítem 7.
80
70
60 N M DT Mínimo Máximo
Porcentaje
51,67%
50
40
60 3.15 .685 2 4
31,67%
30
20 16,67%
10
0
En De Muy de
desacuerdo acuerdo acuerdo
En función de la media (M = 2.08) y los porcentajes, se extrae que los EMP no tienen auto-
confianza en la RPM. Así, mientras que un 23.33% y un 45% señalan estar muy en desacuerdo
y en desacuerdo con el enunciado, respectivamente, sólo un 31.67% manifiesta su conformi-
dad con el mismo, no existiendo casos que señalen la total conformidad (Tabla 8 y la Figura 8).
100
90
Tabla 8. Estadísticos descriptivos del ítem 8.
80
70
60 N M DT Mínimo Máximo
Porcentaje
50 45,00%
40
60 2.08 .743 1 3
31,67%
30
Manuales Uex
23,33%
20
10
0
Muy en En De
desacuerdo desacuerdo acuerdo
De los resultados expuestos en la Figura 9 y la Tabla 9, se extrae que poco más de la mitad
de los EMP (55%) dicen no estar calmados y tranquilos en la RPM (M = 2.30). Sin embargo,
sustancial es el porcentaje que está de acuerdo en experimentar tranquilidad ante la RPM,
concretamente un 41.67% siendo exiguo el de aquellos que están muy de acuerdo con el
enunciado (3.33%).
100
90
Tabla 9. Estadísticos descriptivos del ítem 9.
80
70
60 N M DT Mínimo Máximo
Porcentaje
50
40 36,67%
41,67%
60 2.30 .809 1 4
30
20 18,33%
10 3,33%
0
Muy en En De Muy de
desacuerdo desacuerdo acuerdo acuerdo
Aunque más de la mitad de los EMP señalan que el esfuerzo influye en la superación de
los problemas matemáticos (un 56.67% está de acuerdo y un 5% muy de acuerdo), no pasa
desapercibido el porcentaje que no está de acuerdo en atribuir sus resultados en la RPM al
esfuerzo (36.67%) siendo exiguo el de aquellos que muestran su total disconformidad
(Figura 10). De ahí la media (M = 2.65) (Tabla 10).
100
90
Tabla 10. Estadísticos descriptivos del ítem 10.
80
70
60 56,67% N M DT Mínimo Máximo
Porcentaje
50
40 36,67% 60 2.65 .606 1 4
30
Manuales Uex
20
10 5,00%
1,67%
0
Muy en En De Muy de
desacuerdo desacuerdo acuerdo acuerdo
Mediante la Figura 11 y la Tabla 11, se desprende que la gran mayoría de los EMP
(86.67%) no creen en la suerte en la RPM (M = 1.82). Sólo sendos porcentajes del 8.33%
y el 5% están de acuerdo y muy de acuerdo en señalar la suerte como factor influyente en
la RPM.
100
90
Tabla 11. Estadísticos descriptivos del ítem 11.
80
70
60 N M DT Mínimo Máximo
Porcentaje
50,00%
50
40 36,67% 60 1.82 .792 1 4
30
20
8,33%
10 5,00%
0
Muy en En De Muy de
desacuerdo desacuerdo acuerdo acuerdo
Más de la mitad de los EMP niega desistir ante la RPM (M = 2.22), tal como lo expresan
un 41.67% y un 21.67% parcial y totalmente, respectivamente. Junto a estos, un 30% y un
6.67% manifiestan su conformidad y total conformidad en reconocer el abandono de la RPM
(Figura 12 y Tabla 12).
100
90
Tabla 12. Estadísticos descriptivos del ítem 12.
80
70
60 N M DT Mínimo Máximo
Porcentaje
50
40
41,67%
60 2.22 .865 1 4
30,00%
30
Manuales Uex
21,67%
20
10 6,67%
0
Muy en En De Muy de
desacuerdo desacuerdo acuerdo acuerdo
100
90
Tabla 13. Estadísticos descriptivos del ítem 13.
80
70
60
58,33% N M DT Mínimo Máximo
Porcentaje
50
40
60 3.05 .649 2 4
30 23,33%
18,33%
20
10
0
En De Muy de
desacuerdo acuerdo acuerdo
La media obtenida (M = 2.95) (Tabla 14) indica que los EMP sienten angustia y miedo ante
la RPM. Sendos porcentajes del 33.90% señalan estar de acuerdo y muy de acuerdo con ello.
Contrariamente se sitúan el 25.42% y el 6.78% que manifiestan su disconformidad parcial y
total, respectivamente, con experimentar dichas emociones (Figura 14).
100
90
Tabla 14. Estadísticos descriptivos del ítem 14.
80
70
60 N M DT Mínimo Máximo
Porcentaje
50
40
59 2.95 .936 1 4
33,90% 33,90%
30 25,42%
20
Manuales Uex
10 6,78%
0
Muy en En De Muy de
desacuerdo desacuerdo acuerdo acuerdo
Tanto la media (M = 3.10) (Tabla 15) como la Figura 15, indican que la generalidad de
los EMP manifiestan experimentar mayor seguridad cuando trabajan la RPM en grupo (un
55% está de acuerdo y un 30% muy de acuerdo). Únicamente un 15% indica no sentirse más
seguros ante la RPM por el hecho de trabajar en grupo.
100
90
Tabla 15. Estadísticos descriptivos del ítem 15.
80
70
60 55,00%
N M DT Mínimo Máximo
Porcentaje
50
40
59 3.10 .775 1 4
30,00%
30
20
10,00%
10 5,00%
0
Muy en En De Muy de
desacuerdo desacuerdo acuerdo acuerdo
La media (M = 3.20) y los porcentajes (Tabla 16 y Figura 16), indican que los EMP reac-
cionan con desesperación, inseguridad y nerviosismo ante los bloqueos en la RPM. Así lo
confirma un 86.66%. Sólo sendos porcentajes del 8.33% y 5% están en desacuerdo o muy
en desacuerdo en experimentar estas emociones ante los bloqueos en la RPM.
N M DT Mínimo Máximo
60 3.20 .798 1 4
Manuales Uex
Hay divergencias en los EMP ante la sensación de fracaso en la RPM al no hallar la solu-
ción (M = 2.67). Así, un 50% dice estar de acuerdo o muy de acuerdo en experimentar dicha
sensación frente al 46.67% que lo niega, siendo exiguo el porcentaje de sujetos que muestran
su total disconformidad con el enunciado (Figura 17 y Tabla 17).
100
90
Tabla 17. Estadísticos descriptivos del ítem 17.
80
70
60 N M DT Mínimo Máximo
Porcentaje
50 46,67%
40
60 2.67 .837 1 4
30,00%
30
20,00%
20
10 3,33%
0
Muy en En De Muy de
desacuerdo desacuerdo acuerdo acuerdo
Prácticamente la totalidad de los EMP sienten satisfacción ante el éxito en la RPM. Así se
desprende de la media (M = 3.65) (Tabla 18) y de los porcentajes (Figura 18), donde se
observa que el 31.67% y el 66.67%, dicen estar de acuerdo y muy de acuerdo con ello. Son
exiguos y nulos los porcentajes de los EMP que dicen estar en desacuerdo y total desacuerdo,
correspondientemente, con el enunciado.
100
90
Tabla 18. Estadísticos descriptivos del ítem 18.
80
70 66,67%
60 N M DT Mínimo Máximo
Porcentaje
50
40
60 3.65 .515 2 4
31,67%
30
20
Manuales Uex
10
1,67%
0
En De Muy de
desacuerdo acuerdo acuerdo
51
Ana Caballero Carrasco, Eloísa Guerrero Barona
Los EMP dicen perseverar en la RPM, tal como lo indica la media (M = 3.30). Concreta-
mente un 56.67% manifiesta estar de acuerdo en tomar esa actitud y un 25% muy de
acuerdo. Sólo un 15% está en desacuerdo con el enunciado, siendo exiguo el porcentaje que
está muy en desacuerdo en reconocer su perseverancia en la RPM (Figura 19 y Tabla 19).
100
90
Tabla 19. Estadísticos descriptivos del ítem 19.
80
70
60 56,67% N M DT Mínimo Máximo
Porcentaje
50
40
60 3.03 .736 1 4
30 25,00%
20 15,00%
10 3,33%
0
Muy en En De Muy de
desacuerdo desacuerdo acuerdo acuerdo
En concordancia con la pregunta anterior, la práctica globalidad de los EMP declaran que
la RPM exige esfuerzo, perseverancia y paciencia (M = 3.65). De esta forma, un 31.69% está
de acuerdo con dicha afirmación y un 66.67% muy de acuerdo. Sólo un exiguo porcentaje
del 1.67% indica no estar de acuerdo y ninguno su total disconformidad (Figura 20 y Tabla
20).
100
90
Tabla 20. Estadísticos descriptivos del ítem 20.
80
70 66,67%
60 N M DT Mínimo Máximo
Porcentaje
50
40
60 3.65 .515 2 4
31,67%
30
20
10
Manuales Uex
1,67%
0
En De Muy de
desacuerdo acuerdo acuerdo
52
Un cuestionario sobre dominio afectivo y resolución de problemas de matemáticas
100
90
Tabla 21. Estadísticos descriptivos del ítem 1.
80
70
60 N M DT Mínimo Máximo
Porcentaje
50
40 33,90%
59 2.53 1.006 1 4
28,81%
30
18,64% 18,64%
20
10
0
Muy en En De Muy de
desacuerdo desacuerdo acuerdo acuerdo
los resultados en la RPM con factores internos (dependientes de ellos mismos) y controlables,
atribución favorecedora de cara al aprendizaje.
En relación a las actitudes hacia la RPM manifestadas, indicar que los estudiantes sienten
curiosidad por la solución de los problemas y una enorme satisfacción ante el éxito en esta
actividad matemática, lo que hace que perseveren y se esfuercen en la resolución de proble-
mas, reconociendo estos aspectos, junto con la paciencia, como fundamentales para la men-
cionada tarea. Sin embargo, la mitad de los sujetos encuestados indican experimentar una
sensación de fracaso y de pérdida de tiempo en el caso de no encontrar la solución de un
problema, no concediendo por tanto tanta importancia al proceso de resolución como indi-
can en el ítem correspondiente.
Respecto a las emociones suscitadas, se aprecia que los estudiantes sufren ansiedad ante
la RPM, de forma que manifiestan sentir inseguridad, desesperación, nerviosismo, angustia y
miedo ante esta tarea matemática. No obstante, advierten de que la inseguridad que experi-
mentan ante la RPM desciende al trabajar en grupo.
En cuanto a la valoración de la formación recibida en los estudios de magisterio en rela-
ción a la RPM, poco más de la mitad de los encuestados manifiesta haber descubierto en
dichos estudios el abordaje de los problemas matemáticos desde perspectivas diferentes a las
abordadas en su experiencia como discentes.
En vista de todo lo anterior se concluye que los estudiantes presentan una concepción
tradicional de la RPM ligándola a un proceso de enseñanza-aprendizaje mecánico y memo-
rístico. Además, se aprecian emociones disfuncionales a la hora de enfrentarse a la RPM. En
consecuencia, consideramos fundamental presentar a los estudiantes verdaderos problemas
matemáticos, discerniendo entre éstos y los ejercicios matemáticos, problemas que sigan las
proposiciones de Santos (1996), esto es que sean accesibles en base a los conocimientos
previos de los alumnos, que ilustren ideas matemáticas importantes sin involucrar trucos o
soluciones sin explicación, que pueden extenderse o generalizarse a otros contextos y, lo más
importante, que posibiliten su resolución mediante varios métodos o formas. Ello posibilitará
que el docente exija a los discentes la búsqueda de más de una estrategia de resolución en
los problemas, lo que obligará a los estudiantes a trabajar los problemas desde perspectivas
diferentes a la aplicación de fórmulas o algoritmos matemáticos. Además, proponemos que
dichos problemas se presenten aumentando gradualmente su dificultad para posibilitar la
consecución de los mismos y así repercutir en el refuerzo de la seguridad y las expectativas
de éxito del estudiante. Consecuentemente, planteamos la necesidad, tal como indican
Blanco, Guerrero y Caballero (2013) y Caballero, Guerrero y Blanco (2011), de trabajar la
Manuales Uex
RPM en las aulas desde un enfoque integrador de los factores cognitivos y afectivos. En esta
línea, Caballero (2013) propone un programa psicopedagógico de intervención sobre control
emocional y RPM, cuyos objetivos se centran en el desarrollo y aplicación de estrategias para
la resolución de problemas, la reestructuración cognitiva, la disminución del estado de acti-
vación y tensión psicofisiológica y la mejora del autocontrol emocional.
54
Un cuestionario sobre dominio afectivo y resolución de problemas de matemáticas
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Manuales Uex
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56
Un cuestionario sobre dominio afectivo y resolución de problemas de matemáticas
Nombre y Apellidos:���������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������
Edad: ...................................... Sexo: Hombre Mujer
Localidad de procedencia: ������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������
Curso: ������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������
Te rogamos que cuantifiques cada una de las siguientes cuestiones, según el grado de acuerdo con las
afirmaciones que se expresan.
1 = Muy en desacuerdo 2 = En desacuerdo 3 = De acuerdo 4 = Muy de acuerdo
18. Me provoca gran satisfacción llegar a resolver con éxito un problema matemático. 1 2 3 4
19. Cuando fracasan mis intentos por resolver un problema lo intento de nuevo. 1 2 3 4
20. La resolución de un problema exige esfuerzo, perseverancia y paciencia. 1 2 3 4
21. En magisterio, he descubierto otras formas de abordar los problemas matemáticos. 1 2 3 4
57
Capítulo 4
La ansiedad de los estudiantes para maestro
ante la enseñanza de las matemáticas
Rosa Gómez del Amo y Ana Caballero Carrasco
Actualmente, la ansiedad hacia las matemáticas es un fenómeno que ocurre desde Edu-
cación Primaria hasta estudios universitarios (Caballero, 2013; Yüksel-Sahin, 2008; Peker,
Halat, y Mirasyedioglu 2010), convirtiéndose en uno de los problemas emocionales más
prevalentes asociados a las matemáticas (Baloglu y Koçak 2006). Autores como Uusimäki y
Nason (2004), atribuyen el origen de las creencias negativas de los profesores en formación
y la ansiedad hacia las matemáticas a las experiencias como estudiantes de matemáticas, al
Manuales Uex
efecto que tuvieron en ellos sus profesores y a los programas de formación docente. Relacio-
nado con lo anterior, las experiencias docentes anteriores contribuyen a la idea de cómo se
deben enseñar las matemáticas (Austin, Wadlington y Bitner 1992), pero si el aprendizaje no
se corresponde con las expectativas se produce una fuerte desmotivación que hay que evitar
(Gómez-Chacón, 2000).
59
Rosa Gómez del Amo, Ana Caballero Carrasco
Pero los profesores en formación no solo manifiestan ansiedad hacia las matemáticas,
sino que también presentan ansiedad hacia la enseñanza de las matemáticas (Levine, 1996;
Peker, 2006, 2009a). Bursal y Paznokas (2006), miden los niveles ansiedad hacia las matemá-
ticas y los niveles de confianza para enseñar matemáticas en estudiantes de magisterio de
educación primaria. Sus resultados sugieren que los futuros maestros de matemáticas poco
ansiosos tienen más confianza para enseñar matemáticas que sus compañeros que tienen
mayores niveles de ansiedad.
Peker (2006) define la ansiedad hacia la enseñanza de las matemáticas como los senti-
mientos de tensión de los docentes y la ansiedad que se produce durante la enseñanza de los
conceptos matemáticos, teorías y fórmulas o durante la resolución de problemas. Anterior-
mente, Gardner y Leak (1994) conceptualizaron la ansiedad hacia la enseñanza de las mate-
máticas como la ansiedad manifestada en relación con las actividades de enseñanza, que
implican la preparación y ejecución de las actividades en el aula.
Existen diferentes factores que afectan a la ansiedad hacia la enseñanza de las mate-
máticas siendo el conocimiento del contenido, el conocimiento pedagógico, las actitudes
hacia las matemáticas y la confianza en sí mismo los que parecen tener mayor influencia
en este aspecto (Peker, 2006). Un diálogo interno negativo puede ser también una causa
fundamental de la ansiedad hacia la enseñanza de las matemáticas de forma que, cuando
se enseña un concepto matemático, el profesor en formación probablemente no será
capaz de enseñar dicho concepto, si él o ella se está constantemente diciendo a sí mismo
que no puede enseñarlo, o que nunca ha sido bueno en la enseñanza de las matemáticas
(Peker, 2009a).
Peker (2009a) indica que las técnicas de enseñanza aprendidas por los docentes en for-
mación durante sus años escolares y sus estilos de aprendizaje tienen un impacto positivo en
la ansiedad hacia la enseñanza de las matemáticas. Este mismo autor (2008) encuentra una
relación directa entre el nivel educativo y el nivel de ansiedad hacia la enseñanza de las
matemáticas de los docentes, de forma que, según aumenta el nivel educativo, aumenta la
ansiedad hacia la enseñanza de las matemáticas. En esta línea, Ameen, Guffey y Jackson
(2002) señalan que la intensidad de la ansiedad hacia la enseñanza de las matemáticas está
determinada por la experiencia, la edad y el rango de los docentes.
En el estudio desarrollado por Levine (1996) queda constatado que las discusiones abs-
tractas relativas a los conceptos matemáticos aumentan la ansiedad hacia la enseñanza de las
matemáticas de los profesores en formación. En cambio, la utilización de materiales manipu-
lativos, el desarrollo de estrategias de enseñanza y aprendizaje creativas y el diseño de planes
de estudio para la enseñanza de conceptos matemáticos, reducen el nivel de ansiedad hacia
Manuales Uex
Igualmente, la ansiedad hacia la enseñanza de las matemáticas puede reflejar los déficits
reales o percibidos sobre el conocimiento del contenido, las habilidades y la enseñanza de
las matemáticas, así como los recuerdos de fracasos en actividades matemáticas o haber
sentido ansiedad hacia las matemáticas (Levine, 1993).
En esta misma línea, varios estudios han hecho hincapié en que la ansiedad y el miedo
que un docente procese hacia las matemáticas va a verse reflejado en la conducta de sus
alumnos (Howard, 1982) y por ende en el rendimiento de los mismos. Es por este motivo que
actualmente muchos investigadores muestran un gran interés en analizar la ansiedad hacia la
enseñanza de las matemáticas, sobre todo con docentes en formación (Bursal y Paznokas,
2006; Ertekin, 2010; Liu, 2008; Peker, 2009a), ya que estos docentes sienten realmente miedo
cuando piensan en cómo se desenvolverán y lo que deberían hacer y decir cuando estén en
una clase de matemáticas (Peker, 2009b)
Por tanto, es de vital importancia detectar e intervenir en la ansiedad hacia la enseñanza de
las matemáticas de los profesores en formación ya que, como apunta Peker (2009b), puede
provocar el desarrollo de comportamientos de enseñanza que son inapropiados, ineficaces y
perjudiciales para la salud de los profesores. Caballero (2013), abunda en esta idea al mencio-
nar la influencia que los afectos de los futuros docentes tendrán en el logro de sus alumnos.
Consecuentemente, nos planteamos en este capítulo presentar los resultados derivados de
un estudio descriptivo exploratorio a través de una investigación por encuesta, desarrollado
con el objetivo de analizar la ansiedad hacia la enseñanza de las matemáticas de los estu-
diantes para maestro (EMP).
1. Participantes
2. Instrumento
3. Resultados
100
90 Tabla 1. Estadísticos descriptivos del ítem 1.
80
70
N M DT Mínimo Máximo
60
Porcentaje
50
43,23% 192 2.19 .985 1 5
40
30 25,00% 23,44%
20
10 4,69% 3,65%
0
Totalmente Desacuerdo Indeciso De Totalmente
desacuerdo acuerdo acuerdo
100
90 Tabla 2. Estadísticos descriptivos del ítem 2.
80
70
N M DT Mínimo Máximo
60
Porcentaje
50
192 2.49 1.078 1 5
40 38,02%
Manuales Uex
30 23,96%
20 18,23% 16,15%
10 3,65%
0
Totalmente Desacuerdo Indeciso De Totalmente
desacuerdo acuerdo acuerdo
100
90 Tabla 3. Estadísticos descriptivos del ítem 3.
80
70
N M DT Mínimo Máximo
60
Porcentaje
10 4,17%
0
Totalmente Desacuerdo Indeciso De Totalmente
desacuerdo acuerdo acuerdo
100
90 Tabla 4. Estadísticos descriptivos del ítem 4.
80
70
N M DT Mínimo Máximo
60
Porcentaje
48,44%
50
192 2.26 .995 1 5
40
Manuales Uex
30
20,83%
20 17,19%
10,94%
10
2,60%
0
Totalmente Desacuerdo Indeciso De Totalmente
desacuerdo acuerdo acuerdo
A través de la media (M = 2.33) (Tabla 5) y la Figura 6, se extrae que los EMP no sienten
malestar al mencionárseles temas matemáticos a enseñar, tal como indica la mayoría
(64.02%) al negar esta afirmación. Así, solo un 13.23% y 4.23% dicen estar de acuerdo y muy
en desacuerdo, correspondientemente, con experimentar dicho malestar y un 18.52% se
muestra indeciso al respecto.
100
90 Tabla 5. Estadísticos descriptivos del ítem 5.
80
70
N M DT Mínimo Máximo
60
Porcentaje
50
39,15%
189 2.33 1.115 1 5
40
30 24,87%
18,52%
20
13,23%
10 4,23%
0
Totalmente Desacuerdo Indeciso De Totalmente
desacuerdo acuerdo acuerdo
A este ítem, se adjuntó una cuestión abierta en relación a los temas matemáticos que les
infundía mayor ansiedad. Los resultados, en frecuencias por cada uno de los temas o conte-
nidos indicados por los EMP, se presentan en la Figura 7.
Aunque, en relación con el tamaño muestral del estudio, son pocos los sujetos que expli-
citan contenidos matemáticos ante los que experimentan ansiedad (f = 58), se aprecia en la
Figura 6 que las ecuaciones (f = 16), las raíces cuadradas (f = 11) y las integrales (f = 8) y la
resolución de problemas (f = 8) son los contenidos matemáticos que más ansiedad provocan
en los EMP. Son exiguas las frecuencias en el resto de contenidos explicitados por los EMP.
Divisiones 1
Teorema de Pitágoras 1
Ecuaciones 1
Raíz cuadrada 1
Fracciones 0
Logaritmos 1
Resolución de problemas 1
Álgebra 1
Derivadas 2
Integrales 8
Geometría 2
Probabilidad 1
Límites 8
Funciones 1
Estadística
Manuales Uex
1
Aritmética 11
Fórmulas 16
Matrices 1
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18
Figura 7. Temas matemáticos ante los que sienten ansiedad.
65
Rosa Gómez del Amo, Ana Caballero Carrasco
La mitad de los EMP, presentan expectativas de éxito ante la RPM al estar totalmente en
desacuerdo o en desacuerdo con el ítem 6, mientras que un importante porcentaje del
24.48%, no muestra expectativas de éxito ante esta tarea matemática y un 25.52% está inde-
ciso al respecto (Figura 8). De ahí la media de 2.7 respecto a esta afirmación (Tabla 6).
100
90 Tabla 6. Estadísticos descriptivos del ítem 6.
80
70
N M DT Mínimo Máximo
60
Porcentaje
50
38,54%
192 2.70 1.098 1 5
40
30 25,52%
20 17,71%
11,46%
10 6,77%
0
Totalmente Desacuerdo Indeciso De Totalmente
desacuerdo acuerdo acuerdo
Más de la mitad de los EMP (61.98%) no presentan miedo ante la enseñanza de temas
matemáticos (M = 2.34). Sólo un 16.67% expresa estar de acuerdo con la afirmación de este
ítem y por tanto reconocer sentir miedo ante la enseñanza de contenidos matemáticos. Un
21.35% se muestra indeciso ante este ítem (Figura 9 y Tabla 7).
100
90 Tabla 7. Estadísticos descriptivos del ítem 7.
80
70
N M DT Mínimo Máximo
60
Porcentaje
50
192 2.34 1.081 1 5
40 38,02%
Manuales Uex
30 23,96%
21,35%
20 13,54%
10
3,13%
0
Totalmente Desacuerdo Indeciso De Totalmente
desacuerdo acuerdo acuerdo
Los EMP consideran que no sentirán ansiedad cuando impartan clases de matemáticas (M
= 2.3). Así, mientras que un 19.79% y un 46.35% señalan estar muy en desacuerdo y en
desacuerdo con el enunciado, respectivamente, sólo un 12,5% manifiesta su conformidad
con el mismo, siendo exiguos los casos que señalan la total conformidad.
100
90 Tabla 8. Estadísticos descriptivos del ítem 8.
80
70
N M DT Mínimo Máximo
60
Porcentaje
46,35%
50
192 2.30 .976 1 5
40
30
19,79% 19,79%
20
12,50%
10
1,56%
0
Totalmente Desacuerdo Indeciso De Totalmente
desacuerdo acuerdo acuerdo
Más de la mitad de los EMP (59.9%) niega que les resulte duro la enseñanza de las mate-
máticas (M = 2.54). Sin embargo, no pasa desapercibido el porcentaje que está de acuerdo
con experimentar dicha dureza, concretamente un 20.83% y un 4.17% totalmente de
acuerdo. Siendo un 15.10% de los EMP se muestran indecisos al respecto (Figura 11 y la
Tabla 9).
100
90 Tabla 9. Estadísticos descriptivos del ítem 9.
80
70
N M DT Mínimo Máximo
60
Porcentaje
0
Totalmente Desacuerdo Indeciso De Totalmente
desacuerdo acuerdo acuerdo
67
Rosa Gómez del Amo, Ana Caballero Carrasco
Poco más de la mitad de los EMP consideran que no les resultará difícil la enseñanza de
conceptos matemáticos (un 13.02% está muy desacuerdo y un 39.58% desacuerdo) no
pasando desapercibido el porcentaje que confirma la dificultad que les entrañará la ense-
ñanza de conceptos matemáticos (19.79%). Es exiguo el de aquellos que muestran su total
conformidad (3.65%) (Figura 12). De ahí la media (M = 2.61) (Tabla 10).
100
90 Tabla 10. Estadísticos descriptivos del ítem 10.
80
70
N M DT Mínimo Máximo
60
Porcentaje
50
39,58%
192 2.61 1.057 1 5
40
30 23,96%
19,79%
20
13,02%
10 3,65%
0
Totalmente Desacuerdo Indeciso De Totalmente
desacuerdo acuerdo acuerdo
Discrepando con resultados anteriores, sólo un 26.57% de los EMP piensa que estará
relajado durante la enseñanza de temas matemáticos, mientras que un 31.77% y un 7.29%
se manifiestan en desacuerdo y muy desacuerdo con experimentar dicha relajación (Figura
13). Es considerable el porcentaje que se muestra indeciso al respecto (34.38%.) De ahí la
media (M = 3.04) (Tabla 11).
100
90 Tabla 11. Estadísticos descriptivos del ítem 11.
80
70
N M DT Mínimo Máximo
60
Porcentaje
50
192 3.04 .991 1 5
40 34,38%
31,77%
Manuales Uex
30
22,40%
20
10 7,29%
4,17%
0
Totalmente Desacuerdo Indeciso De Totalmente
desacuerdo acuerdo acuerdo
Un 45.31% de los EMP se siente capacitado como docente para la resolución de proble-
mas matemáticos. No así un 3.65% y un 14.06%, al estar muy desacuerdo y desacuerdo con
esta proposición. De nuevo se obtiene un importante porcentaje de sujetos indecisos ante el
enunciado, obteniéndose una media de 3.3 (Figura 14 y Tabla 12).
100
90 Tabla 12. Estadísticos descriptivos del ítem 12.
80
70
N M DT Mínimo Máximo
60
Porcentaje
50
39,58%
192 3.30 .910 1 5
40 36,98%
30
20 14,06%
10 3,65% 5,73%
0
Totalmente Desacuerdo Indeciso De Totalmente
desacuerdo acuerdo acuerdo
100
90 Tabla 13. Estadísticos descriptivos del ítem 13.
80
70
N M DT Mínimo Máximo
60
Porcentaje
50
192 3.30 .910 1 5
40 34,38%
31,77%
Manuales Uex
30
22,40%
20
10 7,29%
4,17%
0
Totalmente Desacuerdo Indeciso De Totalmente
desacuerdo acuerdo acuerdo
Como se observa en la Figura 16, un 20.42% de los EMP presentan expectativas de éxito
ante la resolución de cuestiones matemáticas, no así un 10.99% y un 28.8% al estar muy
desacuerdo y desacuerdo, respectivamente, con presentar éxito ante cuestiones matemáticas.
Un alto porcentaje del 39.79% manifiesta indecisión ante esta proposición.
100
90 Tabla 14. Estadísticos descriptivos del ítem 14.
80
70
N M DT Mínimo Máximo
60
Porcentaje
50
39,79%
191 2.71 .949 1 5
40
28,80%
30
18,85%
20
10,99%
10
1,57%
0
Totalmente Desacuerdo Indeciso De Totalmente
desacuerdo acuerdo acuerdo
Se aprecia en la Figura 17 y Tabla 15 (M = 2.9) que casi la mitad de los EMP (45.55%) se
sienten indecisos al manifestarse en torno a experimentar relax ante problemas matemáticos
nuevos que halle en su profesión docente. No obstante un 25.13% indica que experimentará
relajación ante los problemas nuevos, mientras que un porcentaje algo superior del 29.32%
niega que sentirá dicha sensación.
100
90 Tabla 15. Estadísticos descriptivos del ítem 15.
80
70
N M DT Mínimo Máximo
60
Porcentaje
50 45,55%
191 2.90 .973 1 5
40
30
19,37% 21,47%
20
Manuales Uex
9,95%
10 3,66%
0
Totalmente Desacuerdo Indeciso De Totalmente
desacuerdo acuerdo acuerdo
Prácticamente en consonancia con el ítem 11, un 26.56% de los EMP piensan que se
sentirán relajados durante las lecciones de matemáticas, mientras que un 36.98% se posi-
ciona en el extremo opuesto al estar muy desacuerdo o desacuerdo con esta afirmación. Un
alto porcentaje del 36.46% se muestra indeciso al respecto, hallándose una media de 2.84
(Tabla 16 y Figura 18).
100
90 Tabla 16. Estadísticos descriptivos del ítem 16.
80
70
N M DT Mínimo Máximo
60
Porcentaje
50
192 2.84 .971 1 5
40 36,46%
28,65%
30 23,96%
20
8,33%
10 2,60%
0
Totalmente Desacuerdo Indeciso De Totalmente
desacuerdo acuerdo acuerdo
Tal como indican la Figura 19 y la Tabla 17 (M = 3.28), la mitad de los EMP, un 50.78%,
piensa que les gustará la enseñanza de contenidos matemáticos, mientras que un 10.47% y
un 13.09% discrepa al respecto al estar muy desacuerdo y desacuerdo con dicha actitud de
gusto. No obstante, un 25.65% dice estar indeciso ante el enunciado propuesto.
100
90 Tabla 17. Estadísticos descriptivos del ítem 17.
80
70
N M DT Mínimo Máximo
60
Porcentaje
50
39,79%
191 3.28 1.148 1 5
40
30 25,65%
Manuales Uex
20
13,09% 10,99%
10,47%
10
0
Totalmente Desacuerdo Indeciso De Totalmente
desacuerdo acuerdo acuerdo
100
90 Tabla 18. Estadísticos descriptivos del ítem 18.
80
70
N M DT Mínimo Máximo
60
Porcentaje
50
192 3.26 1.127 1 5
40 37,50%
30 26,56%
20 16,15%
8,85% 10,94%
10
0
Totalmente Desacuerdo Indeciso De Totalmente
desacuerdo acuerdo acuerdo
A pesar del importante porcentaje que indica no tener éxito resolviendo cuestiones mate-
máticas, un 42.71% manifiesta que les gusta responder a las preguntas relacionadas con los
temas matemáticos curriculares (M = 3.14), frente a un 28.12% que niega sentir dicho gusto.
Un 29.17% está indeciso ante dicha actitud hacia la respuesta de preguntas sobre temas
matemáticos a enseñar (Figura 21 y Tabla 19).
100
90 Tabla 19. Estadísticos descriptivos del ítem 19.
80
70
N M DT Mínimo Máximo
60
Porcentaje
50
192 3.14 1.035 1 5
40 36,98%
29,17%
30
21,35%
Manuales Uex
20
10 6,77% 5,73%
0
Totalmente Desacuerdo Indeciso De Totalmente
desacuerdo acuerdo acuerdo
En concordancia con el ítem 12 en la que casi la mitad de los EMP dicen sentirse capa-
citados como docentes para la RPM, Un 59.37% indica que le gusta enseñar a resolver pro-
blemas matemáticos (M = 3.38), de forma que un 51.56% está de acuerdo con dicha
afirmación y un 7.81% muy de acuerdo. Un 7.29% y un 15.10% niegan total o parcialmente
experimentar gusto ante la enseñanza de la RPM y un 18.23% se manifiesta indeciso (Figura
22 y Tabla 20).
100
90 Tabla 20. Estadísticos descriptivos del ítem 20.
80
70
N M DT Mínimo Máximo
60
Porcentaje
51,56%
50
192 3.38 1.066 1 5
40
30
18,23%
20 15,10%
10 7,29% 7,81%
0
Totalmente Desacuerdo Indeciso De Totalmente
desacuerdo acuerdo acuerdo
La Figura 23 y Tabla 21 evidencian que mientras que un 36.13% considera que podría
utilizar diferentes puntos de vista y teorías sobre la enseñanza de las matemáticas, un 26.18%
manifiesta que no podría hacerlo. Destacar que un considerable porcentaje del 37.70% se
muestra indeciso ante el enunciado planteado, de ahí la media obtenida (M = 3.1).
100
90 Tabla 21. Estadísticos descriptivos del ítem 21.
80
70
N M DT Mínimo Máximo
60
Porcentaje
50
191 3.10 .965 1 5
40 37,70%
30,89%
30
20,94%
Manuales Uex
20
10 5,24% 5,24%
0
Totalmente Desacuerdo Indeciso De Totalmente
desacuerdo acuerdo acuerdo
100
90 Tabla 22. Estadísticos descriptivos del ítem 22.
80
70
N M DT Mínimo Máximo
60
Porcentaje
50
41,88% 191 3.02 .940 1 5
40
28,80%
30
19,37%
20
10 6,81%
3,14%
0
Totalmente Desacuerdo Indeciso De Totalmente
desacuerdo acuerdo acuerdo
La Figura 25 y Tabla 23 muestran que casi la mitad de los EMP asegura poseer información
y estrategias para la enseñanza de las matemáticas relacionadas con la educación especial
(43.98%) (M = 3.35). Sólo un 15.71% manifiesta no poder hacer uso de dicha información y
estrategias. Un considerable porcentaje del 40.31% está indeciso ante dicha posibilidad.
100
90 Tabla 23. Estadísticos descriptivos del ítem 23.
80
70
N M DT Mínimo Máximo
60
Porcentaje
50
40,31% 191 3.35 .910 1 5
40 35,08%
30
Manuales Uex
20 13,09%
8,90%
10
2,62%
0
Totalmente Desacuerdo Indeciso De Totalmente
desacuerdo acuerdo acuerdo
Respecto a los pocos sujetos que explicitan experimentar ansiedad o malestar ante
algunos temas matemáticos (17.46%), indican que los temas matemáticos que les provocan
mayor malestar son las ecuaciones, las raíces cuadradas, la resolución de problemas y las
integrales.
Tan solo un 20.42% de los EMP presentan expectativas de éxito ante la resolución de
cuestiones matemáticas y casi la mitad de los EMP se sienten indecisos al manifestarse en
torno a que se sentirán relajados cuando encuentre problemas matemáticos nuevos en su
profesión docente.
En relación a las actitudes hacia la enseñanza de las matemáticas, la mitad de los EMP
75
Rosa Gómez del Amo, Ana Caballero Carrasco
piensa que les gustará y será agradable la enseñanza de contenidos y temas matemáticos,
existiendo sendos porcentajes de en torno al 25% que dudan acerca de experimentar
dichas actitudes. Igualmente, un 42.71% manifiesta gustarles responder a las preguntas
relacionadas con los temas matemáticos a enseñar, aunque un 29.17% duda al respecto. Es
importante este dato, ya que la ansiedad hacia la enseñanza de las matemáticas puede
deberse a las dificultades para responder a las preguntas de los estudiantes (Ameen, Guffey
y Jackson, 2002). Indicar, igualmente, que a la mayoría de los EMP les gusta enseñar a
resolver problemas matemáticos.
ciones del cuestionario en EMP para un mayor posicionamiento de los sujetos ante las
diferentes proposiciones.
Bibliografía
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educators. Journal of Education for Business, 2002, vol. 78, no 1, p. 16-22.
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1997, vol. 103, p. 46-54.
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for teaching mathematics among pre-service elementary school teachers. Paper presented
at the Annual Meeting of the International Group for Psychology of Mathematics Education,
Manuales Uex
North American Chapter, ERIC Document Reproduction Service No. ED373972. 1993.
— LEVINE, G. Variability in anxiety for teaching mathematics among pre-service elementary
school teachers enrolled in a mathematics course. Paper presented at the Annual Meeting
of the American Educational Research Association in New York, ERIC Document Reproduc-
tion Service No. ED398067. 1996.
77
Rosa Gómez del Amo, Ana Caballero Carrasco
78
La ansiedad de los estudiantes para maestro ante la enseñanza de las matemáticas
Datos sociolaborales
Los cuestionarios que se te presentan a continuación han sido elaborados con el propósito de
conocer aspectos relacionados con los sentimientos y emociones de los estudiantes de magisterio en
relación a la enseñanza de las matemáticas en su futuro profesional. Es muy importante para
nosotros conocer tu sincera opinión sobre dichos aspectos. Las respuestas serán totalmente confi-
denciales. Gracias por tu colaboración.
Nombre y Apellidos:���������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������������
Estado civil:
Número de hijos:
Experiencia laboral:
Manuales Uex
79
Rosa Gómez del Amo, Ana Caballero Carrasco
1 2 3 4 5
Totalmente desacuerdo Desacuerdo Indecisión De acuerdo Totalmente de acuerdo
1. Siento que no se nada sobre los temas de matemáticas que voy a enseñar. 1 2 3 4 5
2. Temeré preguntar, sobre cuestiones matemáticas que tendré que resolver, a otros
1 2 3 4 5
profesores.
3. Pienso que será duro, difícil para mí recordar las fórmulas matemáticas cuando tenga
1 2 3 4 5
que resolver cuestiones, en clase de matemáticas.
4. Pienso que me sentiré desesperado cuando tenga que enseñar temas de matemáticas. 1 2 3 4 5
5. Siento malestar (ansiedad) cuando se mencionan algunos temas de matemáticas que
debo enseñar.
1 2 3 4 5
Indica cuáles:_______________________________________________________
__________________________________________________________________
6. Yo no tengo éxito para resolver problemas matemáticos. 1 2 3 4 5
7. Tengo miedo de enseñar temas de matemáticas. 1 2 3 4 5
8. Sentiré malestar (ansiedad) cuando imparta clases de matemáticas. 1 2 3 4 5
9. Es duro para mi enseñar la asignatura de matemáticas. 1 2 3 4 5
10. Pienso que será duro/difícil para mí enseñar conceptos matemáticos. 1 2 3 4 5
11. Pienso que me sentiré relajado mientras enseñe temas de matemáticas. 1 2 3 4 5
12. Me siento capacitado como profesor para resolver problemas matemáticos. 1 2 3 4 5
13. Es muy fácil para mí enseñar temas de matemáticas. 1 2 3 4 5
14. Yo siempre tengo éxito para resolver cuestiones matemáticas.. 1 2 3 4 5
15. Pienso que me sentiré relajado cuando encuentre problemas matemáticos nuevos, en
1 2 3 4 5
clase como profesor.
16. Pienso que siempre me sentiré relajado en las lecciones de matemáticas. 1 2 3 4 5
17. Pienso que me gustará enseñar los contenidos matemáticos. 1 2 3 4 5
18. Pienso que será agradable para mí enseñar los temas de matemáticas. 1 2 3 4 5
Manuales Uex
19. Me gusta responder a las preguntas que están relacionadas con los temas
1 2 3 4 5
matemáticos que se enseñan.
20. Me gusta mostrar cómo se resuelven los problemas matemáticos. 1 2 3 4 5
21. Creo que podría utilizar diferentes puntos de vista y teorías sobre la enseñanza de
1 2 3 4 5
matemáticas en mi vida docente.
80
Capítulo 5
¿Qué entendemos por problema de matemáticas?
Lorenzo J. Blanco Nieto y Juan Pino Ceballos
Podríamos reorganizar los términos empleados señalando que aparecen palabras o expre-
siones como cuestión o proposición (como sinónimo de tarea) que tratamos de aclarar que
tiene una solución dudosa y desconocida y que tenemos dificultad para alcanzarla, lo que
puede generarnos preocupación.
Es decir, en un primer acercamiento, podríamos señalar la existencia de problemas
cuando hay una tarea a realizar que nos genera dudas en la manera de abordarla y/o solucio-
narla. En otros términos, podríamos asumir que un problema requiere de una situación que
provoca incertidumbre y de una actitud de búsqueda de algún objetivo, explícito o implícito.
En la vida cotidiana decimos “tengo un problema” cuando tenemos dudas sobre la manera
de proceder ante una situación que nos preocupa.
Sin embargo, como nos recuerda Pino (2013), en matemáticas existe consenso sobre el
carácter polisémico de la palabra problema, y no existe una única definición en la que todos
estemos de acuerdo. Las expresiones ‘problema de matemáticas’ y ‘resolución de problemas
de matemáticas’ tienen diferentes significados entre los profesores y para los alumnos y, ello
puede enmascarar diferentes puntos de vista sobre lo que constituye un problema (Arcavi y
Frielander, 2007).
A pesar de estos múltiples considerandos sobre el significado de la expresión problema,
Manuales Uex
encuentra su justificación en saber aplicar los conocimientos previamente adquiridos. Esto es:
“asegurar el paso desde el conocimiento a su utilización práctica” (Leif y Dezaly, 1961, p.
205). Es la perspectiva llamada ‘Enseñanza para la resolución de problemas’ (ver capítulo 2),
que asume que para desarrollar esta actividad sería necesario estudiar y conocer previamente
los contenidos matemáticos y las técnicas operatorias para poder aplicarlas a alguna situa-
ción, real o matemática, planteada.
Sin embargo, y dentro de este esquema tradicional, se establece una diferencia entre lo
que sería llamado típicamente problema y los meros ejercicios para practicar rutinas usua-
les en la enseñanza de los procesos matemáticos. Entenderíamos cómo ejercicios cuando
la actividad plantea reconocer el resultado de un proceso o recordar una propiedad
(“3 + 7 > 2 + 5. ¿Verdadero o falso?”), el reconocimiento o resolución de un algoritmo
(“Resolver la ecuación x2-3x-5=0”). Y los distinguiríamos de los problemas al señalar la impor-
tancia de que haya algo que buscar o un enigma que aclarar dentro de un contexto que debe
estar, explícita o implícitamente, bien definido. “Calcular el área de un rectángulo sabiendo
que su base mide 4 metros y su altura 3 metros” o “En una fiesta hay 30 personas, de las que
2/5 son niños y 3/5 niñas. ¿cuántas personas hay de cada género?”.
A pesar de que esta diferencia pudiera estar clara, son numerosos los autores que la cues-
tionamos cuando tenemos en cuenta la actividad que los resolutores deben hacer para resol-
ver estos enunciados. Es decir, es necesario precisar a qué nos referimos cuando hablamos de
los problemas y cuestionar algunas de las actividades que han sido tradicionalmente tomadas
como tales. Schoenfeld (1985) al analizar el siguiente ejemplo: “Juan tiene siete manzanas.
Le da tres a María. ¿Cuántas manzanas le quedan a Juan?”, señala que representan actividades
que sitúan las matemáticas en el contexto del “mundo real”, aceptando que la resolución de
estas tareas, que toman como modelo tales situaciones reales, tiene por supuesto más “rele-
vancia” que el resolver ejercicios numéricos como 7-3=?, pero no las sitúa en la categoría de
problema. Schoenfeld (1985) afirma que
es muy discutible el que se puedan considerar estos tipos de trabajos escolares como
de “resolución de problemas” propiamente dichos. Tales ejercicios son, en verdad, más
relevantes que los puramente numéricos, pero, en el fondo, todavía son ejercicios de tipo
algorítmico o de fórmulas; hay muy poco de “problema” en resolver uno de estos ejerci-
cios, cuando ya se han hecho docenas de tipo parecido (Schoenfeld, 1985, p. 28).
Es decir, una actividad puede resultar un problema en algún momento al presentar alguna
dificultad en su resolución y dejar de ser un problema cuando ya hemos asimilado el proce-
dimiento de solución.
Asumiendo esta aportación, tendríamos que entender que un problema es una relación
Manuales Uex
particular entre la tarea y la persona que trata de resolverla. Y, así utilizar la palabra problema
para referirse a una tarea que tiene dificultad para el individuo que está tratando de resolverla.
“El hecho de que exista un problema no es una propiedad inherente de la tarea matemática:
la palabra está ligada a la relación o interacción entre el individuo y esa tarea” (Santos, 2007,
p. 48), considerando que “la dificultad debe ser un impase intelectual y no solamente en un
nivel operacional o de cálculo” (Santos, 2007, p. 49).
82
¿Qué entendemos por problema de matemáticas?
Esto nos lleva a considerar que la resolución de una misma actividad puede representar
un problema para una persona y no para otra. Así, resolver la tarea “En una fiesta hay 30
personas, de las que 2/5 son niños y 3/5 niñas. ¿cuántas personas hay de cada género?”,
puede que algunos resolutores queden en aprietos al tener dificultades con el uso de los
números fraccionarios pero para otros puede ser una mera rutina de cálculo. Como lo puede
ser la resolución de un sudoku, frecuente en los medios de comunicación.
Esta relación entre individuo y tarea debe implicar, además, el interés por la resolución,
ya que en caso contrario tampoco existiría el problema. Por ejemplo, si planteamos a un
grupo de ciudadanos la actividad de “calcular la derivada de la función f(x) = x2 + 3, en el
punto x = 5”, observaríamos que presentaría mucha dificultad para la mayoría de ellos, pero
probablemente pocos o ninguno tuviera decisión para intentar resolverlo y olvidarían esta
cuestión. Consecuentemente no podemos decir que esta actividad se constituyera en un pro-
blema para ellos. Situación diferente sería si formara parte de su actividad o si tuvieran alguna
motivación, intrínseca o extrínseca. Es decir, que el problema necesita de la aceptación del
resolutor, el querer asumir el desafío y tratar de resolverlo.
A pesar de estas reflexiones, la diferencia entre problemas y ejercicio parece ser uno de
los aspectos sobre lo que podríamos señalar cierta coincidencia entre los autores que escri-
ben sobre ello, al aceptar que “un problema es una situación que difiere de un ejercicio en
que el resolutor de problemas no tiene un proceso algorítmico que le conducirá, con certeza,
a la solución” (Kantowki, 1981, p. 113).
Para comprender esta distinción podríamos recurrir a la diferenciación que se establece
entre ‘pensamiento reproductivo’ y ‘pensamiento productivo’. El primer caso, supone la
reproducción de métodos y comportamientos ya conocidos y aplicamos estrategias que
hemos experimentado con éxito. Es decir, repetimos lo que ya conocemos ante actividades
similares y estaría mas cerca de los ejercicios que sirven para practicar una rutina, lo que hace
que la actividad del resolutor se centre en recordar situaciones similares. La segunda expre-
sión supone analizar la situación para generar una estrategia propia, lo que implica crear algo
nuevo, establecer conjeturas, modelizar, etc. Expresiones que aparecen reiteradamente en el
currículo de matemáticas de primaria y secundaria.
Problema matemático es una situación que supone una meta para ser alcanzada
donde existen obstáculos para alcanzar ese objetivo que requiere deliberación, y se parte
del desconocimiento del algoritmo útil para resolver el problema. La situación es
usualmente cuantitativa o requiere técnicas Matemáticas para su solución, y debe ser
aceptado como problema por alguien antes de que pueda ser llamado problema (p. 10).
83
Lorenzo J. Blanco Nieto, Juan Pino Ceballos
una situación en la que se formula una tarea que debe ser desarrollada, y en la que
en un ambiente de discusión, de incertidumbre y de comunicación se pretende alcanzar
unos objetivos. En este propósito cuantitativo o no, pero que debe requerir técnicas
Matemáticas, el proceso a seguir no debe ser conocido inmediata y fácilmente. Se
requiere en todo caso una voluntad de atacar el problema provocado, por la necesidad
de la solución o bien por algún tipo de motivación (Blanco, 1993, p. 23).
Los trabajos realizados con EMP muestran que ellos tienen una concepción muy tradicio-
nal sobre los problemas (Blanco, 1997). En nuestros trabajos hemos partido de un cuestiona-
rio sencillo (Anexo), por ejemplo la pregunta ¿qué entiendo por problema de matemáticas?
con el fin de obtener información de sus concepciones sobre problema de matemática
(Blanco, Guerrero y Caballero, 2013).
El análisis de sus respuestas nos permite afirmar que los EM formulan los problemas con
Manuales Uex
Los autores indican que sobre un total de 178 problemas enunciados, 126 de ellos (70,8 %)
eran problemas aritméticos de estructura aditiva o multiplicativa, que representaban situaciones
comerciales elementales. Dos ejemplos de los problemas propuestos se ven en la Figura 1:
Del resto, 31 (17,4 %) eran problemas de operaciones con fracciones (Figura 2).
Sabemos que Juan se ha comido 2/3 de una tarta. Su hermano Sergio 5/6 del resto ¿cuánto queda
de la tarta?
Tres amigos disponen de 40 € para gastarse. El primero se gasta 2/5 del total y el segundo 2/3 de
lo que gastó el primero. ¿Cuánto gastó el tercero?
Los problemas de Geometría representaban el 5,7 %, y sus enunciados era muy elemen-
tales y referidos al cálculo de áreas de figuras planas, similares a los típicos problemas de los
libros de texto (Figura 3).
Un grifo llena una piscina en 20 horas. ¿Cuánto se tardará en llenar la misma piscina con cuatro
Manuales Uex
grifos más?
En una granja hay caballos y gallinas. En total hay 74 patas y 12 picos. ¿Cuántos caballos y cuántas
gallinas hay en la granja?
Es interesante repasar el segundo problema para mostrar la dificultad que tienen para
enunciar problemas que tengan plenamente sentido.
Los problemas propuestos tienen reflejo en las clasificaciones de algunos autores que se
citan en el capítulo 7 sobre Tipos de Problemas. Así, observamos que en los textos presentados
aparece toda la información necesaria para resolver el problema, en la línea de lo que Borasi
(1986) llama ‘Word problem”. La resolución de los mismos sugiere una traducción del texto del
enunciado a una expresión matemática, que son los problemas que Charles y Lester (1982)
denominan “simple translation problem” o “complex translation problem”. Lo anterior, supone
utilizar algún algoritmo previamente conocido, lo que Butts (1980) llama “aplication problem”.
Otro resultado que también podríamos asumir es el de Pino (2013), quien trabajó con
estudiantes para maestro de secundaria (EMS) aplicándole el mismo cuestionario, al señalar
que los estudiantes para profesores consideran que un problema es algo así como un ejerci-
cio, pero un poco más complicado, que todos los problemas tienen datos e incógnitas, que
habría que manipular los datos para obtener una respuesta o solución al problema y que para
ello es necesario aplicar fórmulas u algoritmos conocidos que han sido enseñados por el
profesor (Pino, 2013).
Los ejemplos anteriores mostrarían que las referencias básicas de los EM son las operacio-
nes aritméticas o algoritmos algebraicos y, en menor medida, problemas de cálculo de áreas.
Resulta interesante indicar que los contextos que describen son los tradicionales en los proble-
mas de matemáticas desde los manuales de finales del siglo XIX. Así, suelen enunciar problemas
de grifos, de relación entre el número de cabezas y patas de animales de granja, de trenes y
distancias o de comparación de edades. Conviene destacar, que en ningún caso se refirieren a
situaciones concretas de su entorno inmediato o la utilización de recursos digitales como los
móviles o sus aficiones personales. Este resultado es, especialmente, importante por cuanto
muestra que los estudiantes no relacionan los contenidos matemáticos con situaciones de su
entorno. Y, por otra parte, muestra una contradicción con el currículo que señala que es nece-
sario conectar la resolución de problemas con los intereses de los alumnos y relacionarlos con
su entorno inmediato (ver capítulo 2). Esta idea es una de las más redundantes en los textos
curriculares y, a juzgar por estos resultados, podemos señalar que no es muy considerada, ni en
los libros de textos actuales ni en la mente de los futuros profesores que actúan, fundamental-
mente, a partir de los recuerdos que tiene como alumnos de enseñanza obligatoria.
Los trabajos citados (Blanco, et al., 2013; Caballero, 2013) señalan las limitaciones de los
EMP al enunciar otros tipos de actividades que pudieran ser consideradas como problemas
de matemática. Así, los autores analizan las respuestas planteadas y tras mostrarle a los EMP
el resultado del análisis, les plantean a 56 EMP la segunda parte de cuestionario: ¿Creéis que
existen otros tipos de problemas? En caso afirmativo, escribid dos ejemplos.
Manuales Uex
El análisis de las respuestas por los EM y la observación del aula evidenciaron las dificul-
tades que tienen para enunciar actividades matemáticas diferentes a las analizadas en párra-
fos anteriores. En el trabajo se indica que el 25% de los participantes, contestaron
directamente que no existen otros tipos de problemas, que justifican con las siguientes afir-
maciones que consideraban desde su experiencia como discente:
86
¿Qué entendemos por problema de matemáticas?
“Yo creo que no, porque a lo largo de mi vida escolar siempre he hecho problemas
del mismo tipo”.
“La verdad es que no tengo ni idea. Los problemas de matemáticas que conozco
son los de toda la vida”.
Otros 34,5% escribieron problemas similares a los propuestos previamente pero con otros
contenidos matemáticos como estadística o probabilidad que no habían aparecido entre los
primeros enunciados.
La pregunta plateada y el debate que se establece motivó que algunos EM intuyeran la
existencia de otros tipos de problemas matemáticos pero que, en ese momento, no fueron
capaces de enunciar:
“Después de lo visto deben existir, pero en este momento no se me ocurre ninguno”.
“Claramente deben existir, pero me siento incapaz de encontrar algún ejemplo”.
Estas concepciones sobre la RPM que derivan de su experiencia escolar y que recupera-
rán cuando accedan a la profesión docente (Blanco, 1997) no es coherente con la que se
maneja en los currículos de matemáticas que consideran una visión más amplia sobre los
problemas, diferentes perspectivas como contenido, como aplicación y como metodología
(ver capítulo 2) y en las clasificaciones usuales, como las señaladas, que muestran diferentes
posibilidades (ver capítulo 7).
Queremos recordar que situaciones similares las hemos experimentado, como docentes,
con estudiantes de la licenciatura de matemáticas y en cursos para la formación de profesores
en secundaria. Las conclusiones del estudio realizado por Pino (2013), son bastante similares
a las del trabajo de Blanco, et al. (2013), descrito en los párrafos anteriores.
Entre tales conclusiones encontramos que
Los ejemplos de problemas que ellos han dado, nos muestran que estos estudiantes
para profesor de matemáticas tienen una concepción muy tradicional acerca de lo que
son los problemas, los ejemplos dados no van más allá de los típicos ejercicios de
carácter algorítmico y los problemas con texto (word problem) que se resuelven
traduciendo el texto al lenguaje matemático, lo que lleva, generalmente, a la aplicación
de fórmulas o procedimientos rutinarios (p. 124).
A modo de ejemplo proponemos algunas actividades que hemos utilizado en las aulas
Manuales Uex
de formación de profesores para mostrar que existen otros tipos de problemas diferentes a
los que aparecieron en el cuestionario y que nos permiten trabajar contenidos curriculares.
Debemos significar que en la elección de los problemas tuvimos en cuenta las recomenda-
ciones de Santos (1996) ya que las tareas que se sugieren a los estudiantes eran accesibles
en base a sus conocimientos previos y no requerían del uso de ideas sofisticadas, ilustraban
87
Lorenzo J. Blanco Nieto, Juan Pino Ceballos
Jaime y Paula quieren averiguar si una lámina del taller de matemáticas es realmente cuadrada.
Jaime mide los lados, ve que son iguales y, consecuentemente, asegura que es cuadrada.
Paula mide las diagonales y, como obtiene la misma medida en ambas, concluye que la lámina es
cuadrada.
¿Tienen razón los dos? ¿Sólo la tiene Jaime? ¿Sólo la tiene Paula? ¿No tiene razón ninguno de los dos?
¿Qué forma tiene la lámina?
Dos jugadores, alternativamente y partiendo de cero, van sumando 1 ó 2 a la cantidad del otro, y
ganará el que llegue a 20
Es un sencillo juego de cálculo en el que los estudiantes encuentran sin dificultad una
secuencia ganadora a partir del descubrimiento de una estrategia partiendo de la solución y
volviendo hacia atrás. Que es, por otra parte, una estrategia usual en la resolución de
problemas de matemáticas. Ello nos permite, engancharles en el juego y proponerles
modificaciones con otras cantidades y operaciones, admitiendo en algunos casos respuestas
exactas o aproximadas.
Así, podemos proponer que partiendo de un número entre 1 y 5 y multiplicando por
1, 2, 3 4 ó 5 la cantidad dada por el compañero, llegar o acercarnos al 10.000. Nuestra
experiencia nos dice que cuando introducimos números más grandes los EMP llegan a apre-
ciar la importacia del cáculo mental, reconocer nuevas estrategias para su desarrollo y admi-
tir la utilidad del uso de la calculadora (en nuestro caso a partir de la calculadora del móvil)
para mejorar el cálculo numérico, al reconocer que el juego sería más ágil que con la utili-
zación de lápiz y papel.
Como tercer ejemplo para desarrollar actividades alternativas en el aula mostramos una
tarea para trabajar los algorítmos de las operaciones básicas (Figura, 7). Así, propusimos algu-
nas actividades que permitían trabajar los algoritmos tradicionales:
Sustituir los asteriscos por números para darle sentido a la operación, indicando el por qué de la
elección de los números:
47*0
X38
*808*
*4*8**
**0***
para resolver problemas no es suficiente con conocer los contenidos matemáticos implicados
en la actividad, sino que se requiere conocer y dominar algunos procedimientos específicos
de los que se indican en el capítulo 2 cuando se habla de la resolución de problemas como
un contenido específico y en el capítulo 9 cuando se describe un Modelo General de Reso-
lución de Problemas de Matemáticas.
89
Lorenzo J. Blanco Nieto, Juan Pino Ceballos
Dos amigos se encuentran por la calle después de mucho tiempo sin verse. Uno de ellos, tras los
saludos correspondientes, pregunta acerca de las edades de los hijos del otro. Este, enigmático le
contesta:
– El producto de las edades de mis tres hijas es 36, y su suma es el número de la casa de
enfrente.
El amigo, tras escuchar la curiosa respuesta y observar el número de la casa, le respondió:
– Me falta un dato
A lo que el primero añadió:
– Mi hija mayor toca el piano.
¿Qué edades tenían las hijas del intrigante amigo?
¿Cuál es el número de la casa de enfrente?
Son ejemplos que evidencian que existen diferentes tipos de problemas de matemáticas
cuya resolución requiere del conocimiento de conceptos y procesos propios del currículo de
primaria. Pero, además, su desarrollo pone de manifiesto la importancia de adquirir conoci-
miento sobre el proceso de resolución de los problemas.
La experiencia docente e investigadora en diferentes niveles nos ha mostrado que los
alumnos se sienten más motivados con estas actividades y que los objetivos de alcanzar a
resolver problemas, en un ambiente de resolucíón de problemas, se consiguen más fácilmente.
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91
Lorenzo J. Blanco Nieto, Juan Pino Ceballos
Parte 1
Parte 2
Una vez analizadas las cinco cuestiones anteriores y tras mostrar los resultados a los estudiantes, se les pregunta:
6. ¿Creéis que existen otros tipos de problemas? En caso afirmativo, escribid dos ejemplos.
Manuales Uex
92
Capítulo 6
Referentes para proponer problemas de matemáticas
Lorenzo J. Blanco Nieto y Janeth A. Cárdenas Lizarazo
En el capítulo anterior hemos dado sentido a los problemas de matemáticas a partir de una
tarea que debiera ser abordada y de la actitud/aptitud del resolutor. Hemos asumido un amplio
significado para el vocablo ‘problema’, lo que nos va a permitir establecer diferentes variables,
tanto para su formulación como para su resolución. En este capítulo, veremos algunas de estas
variables, mientras que en el Capítulo 12 recordaremos diferentes clasificaciones de los mismos.
Nuevamente nos apoyamos en el currículo de la Comunidad Autónoma de Extremadura
para resaltar aspectos que debemos considerar para proponer los problemas en las aulas. Así,
por ejemplo en el currículo se indica que los estudiantes deben aprender a resolver y plantear
problemas “relacionados con objetos, hechos y situaciones de la vida cotidiana” (Decreto,
2007, p. 7912) o problemas formulados para permitir a los estudiantes “disfrutar de aspectos
creativos, manipulativos, estéticos y utilitarios para las matemáticas” (Decreto, 2007, p. 8099).
Igualmente, explicita que las fuentes utilizadas para plantear las tareas deben ser diversas y
familiares para los resolutores. Así, por ejemplo, se refiere en una de sus sugerencias a situacio-
nes problemáticas relacionadas con temas de salud, consumo, medio ambiente, educación vial
o a interpretar una representación espacial (croquis de un itinerario, plano de casas y maquetas)
realizada a partir de un sistema de referencia y de objetos o situaciones familiares.
Por otra parte, se refiere a diferentes formas de presentar las tareas. Al respecto, habla de
problemas enunciados en texto escrito o a partir de gráficos y tablas. Igualmente, son nume-
rosas las sugerencias que aparecen en el currículo en referencia a las diferentes acciones que
los alumnos debieran realizar cuando formulan o resuelven problemas: comprender, aplicar,
calcular, explicar oralmente y por escrito, generalizar, comprobar, etc.
Atendiendo a estos aspectos hemos señalado cuatro referentes para formular los problemas
matemáticos que analizaremos en los siguientes apartados: i. Contextos elegidos para formular
la tarea; ii. Formatos en los que las proponemos; iii. Fuentes de donde obtendremos los datos y
situaciones y, iv. Tipo de acción que propondremos a los estudiantes para resolverla.
1. Contextos
situación real, ficticia o lúdica con el que queremos darle sentido y/o aplicar los conceptos o
procesos matemáticos.
Supongamos que queremos trabajar las ‘medidas de superficies rectangulares’. Este contenido
puede contextualizarse en diferentes situaciones, dependiendo de la manera en la que formule-
mos la tarea que deberá realizar el resolutor para alcanzar el objetivo propuesto en el enunciado.
93
Lorenzo J. Blanco Nieto, Janeth A. Cárdenas Lizarazo
Si miramos el libro de texto, es posible que nos encontremos con un problema típico y
contextualizado en un aula rectangular y formulado a partir del enunciado que se muestra en
la Figura 1.
Calcular el área de un aula sabiendo que tiene 7 metros de ancho y 11 metros de profundidad.
Calcular el área de un rectángulo sabiendo que sus lados miden 7 metros y 11 metros.
En el primer caso hacemos referencia a un espacio que nos es familiar y que podemos
visualizar. Podríamos haber escogido una ventana o un campo de fútbol. En el segundo caso,
es un problema general, sin referencia a ningún espacio ni objeto cotidiano. Las únicas refe-
rencias del enunciado son conceptos o procesos matemáticos.
Obviamente, y considerando que el aula de clase suele tener una forma rectangular
podríamos proponerles a los alumnos una pregunta contextualizada en una situación real
como puede ser el aula de clase (Figura 4).
Admitiendo que existen contextos diferentes (Díaz y Poblete, 2001), como prueban los ejem-
plos anteriores, hemos establecido cuatro contextos diferentes en los que se pueden presentar los
problemas y que denominamos: Real, Realístico, Matemático y Manipulativo y/o Recreativo.
Para ejemplificar estos cuatro contextos retomaremos estos ejemplos que están relaciona-
dos con el concepto de rectángulo y el procedimiento para calcular su superficie.
94
Referentes para proponer problemas de matemáticas
En primer lugar, podemos partir de una situación a partir de un contexto real y del entorno
de los estudiantes. Así, independientemente de la forma del aula, podremos plantear el pro-
blema de la Figura 4 o 5.
Con el enunciado anterior planteamos una actividad abierta, ya que no se sugiere ningún
procedimiento determinado y único, así como tampoco un resultado concreto puesto que
éste dependerá de las unidades de medida que utilicemos en el proceso. Pero el objetivo del
problema es claro: conocer la superficie del aula.
Es obvio que para abordar esta tarea tendremos que analizar la forma del aula y decidir
el procedimiento para calcular su superficie, lo que implica, además, debatir y seleccionar
las unidades de medida que podemos utilizar. Nos enfrentamos a una situación abierta que
no tiene un procedimiento explícito e inmediato para su resolución pero que requiere de
conceptos y procedimientos matemáticos, que forman parte del currículo de primaria. Es
decir, la resolución de este tipo de problemas requiere:
i. La creación de un modelo matemático. Así podremos medir con pasos o metros o
podremos utilizar las baldosas del aula como referente de medida.
ii. La aplicación de conceptos y procesos matemáticos implícitos en el modelo. El uso
de diferentes unidades de medida y de diferentes procedimientos de cálculo aparece-
rán en la resolución del problema
iii. Traducción de los resultados para analizar su validez, sacar conclusiones y tomar
decisiones. Es evidente que los resultados diferirán si medimos con pasos de diferen-
tes alumnos o con metros, y su operación para obtener las unidades de superficie.
La referencia a plantear y resolver problemas relacionados con la vida real de los alumnos
es constantemente sugerida en los currículos, ya que ello permitiría darle sentido a los cono-
cimientos matemáticos. Son muchas las situaciones escolares y personales de los alumnos
que pueden ser referente explícito para plantear y resolver problemas que se resuelvan utili-
zando las matemáticas escolares. Las excursiones o salidas escolares que realizan los niños
que en muchos casos llevan aparejado gastos y desplazamientos, referencias a las zonas
donde habitan (población, extensión, distancias) y el uso de los móviles o de las actividades
Manuales Uex
de fin de semana, son algunos de los referentes que surgen de manera inmediata.
El currículo extremeño señala: “Aplicar las competencias matemáticas adquiridas para
analizar y comprender la realidad circundante y valorar fenómenos sociales como la diversidad
cultural, el respeto al medio ambiente, la salud, el consumo, la igualdad de género o la con-
vivencia pacífica” (Decreto, 2007, p. 8099).
95
Lorenzo J. Blanco Nieto, Janeth A. Cárdenas Lizarazo
En relación a los contextos reales conviene recordar una referencia del Diseño Curricular
Base para la Enseñanza Secundaria Obligatoria (MEC, 1989) donde se señalaba:
No son los mismos problemas los que necesita resolver un matemático, un adulto, un ado-
lescente y un niño. La realidad incluye su propia percepción del entorno físico y social y com-
ponentes imaginadas y lúdicas que despiertan su interés en mayor medida que las situaciones
reales desde el punto de vista adulto. En consecuencia, la activación del conocimiento mate-
mático mediante la resolución de problemas reales no se consigue transvasando de forma
mecánica situaciones que pueden ser muy pertinentes y significativas para el adulto, pero que
pueden fácilmente no tener estas características para los alumnos (MEC, 1989, p. 480).
tico. La invitación implícita al procedimiento viene sugerida por la estructura del enunciado
y los ejemplos puestos en el tema del libro. En este caso, el texto incluye de manera explícita
las variables de la expresión para calcular la superficie de los rectángulos (base y altura o la
medida de los dos lados), excluye toda referencia a una situación real o simulada, y sólo
establece un contexto matemático. No hay una referencia a la realidad y sí a conceptos y
proceso matemáticos.
96
Referentes para proponer problemas de matemáticas
Los recursos manipulativos y tecnológicos nos sugieren múltiples actividades para traba-
jar las matemáticas escolares. Así, para trabajar con el cálculo de superficie de los rectángulos
podríamos haber utilizado el Geoplano o la Trama Cuadrangular y construir rectángulos
diferentes (Blanco, Cárdenas, Gómez, y Caballero, 2011; Blanco y Márquez, 1987).
A B C D E
Cuando los alumnos dibujan los rectángulos en la trama lo hacen en diferentes posiciones
Manuales Uex
y tamaños (Figura 8). De manera inmediata, surge la confusión sobre ‘rectángulo’, ‘cuadrado’
y ‘rombo’ a partir de la representación D en la Figura 8. Esta situación nos sugiere recordar
la definición de los tres conceptos (Figura 9) para aclarar que el cuadrado es un caso particu-
lar del rombo y del rectángulo, de acuerdo a la clasificación usual de los cuadriláteros en los
libros de textos escolares.
97
Lorenzo J. Blanco Nieto, Janeth A. Cárdenas Lizarazo
Estas dificultades sobre los conceptos implicados no aparecen en ninguno de los tres
contextos anteriores. El cálculo del área de cada uno de ellos presenta, en algún caso, algunas
dificultades y sugiere otros procedimientos de solución diferentes al uso de la fórmula. Así,
en las dos primeras representaciones de la Figura 8, la referencia a la unidad de los lados
puede ser un recurso fácil, pero éste no es inmediato en el rectángulo de la figura C, en el
que el recurso al Teorema de Pitágoras o a algún procedimiento de composición o descom-
posición de figura no les resulta fácil.
En Blanco, et al. (2011), se muestra un trabajo con estudiantes para maestro acerca de la
clasificación de los cuadriláteros en el que se desarrolla un proceso constructivo que pone,
así mismo, en evidencia las dificultades de los EMP en el aprendizaje de la Geometría, algu-
nas de las cuales ya eran profundizadas por Blanco y Contreras (2002).
La presentación y desarrollo de esta tarea muestra novedades cognitivas y afectivas en la
manera en la que los alumnos abordan su actividad, así como una mayor motivación a utili-
zar procedimientos menos algorítmicos.
La información y demandas que se les sugiere a los estudiantes en los problemas pueden
presentarse en diferentes formatos (Chamorro y Vecino, 2003). Así, por ejemplo, si queremos
proponer problemas aritméticos relativos a artículos de un supermercado podemos plantear
un texto escrito, una tabla con los productos y los precios o simplemente una imagen obte-
nida del escaparate de una tienda o
una propaganda de sus productos
(Figura 10).
Esta categoría se refiere a la forma
en que se presenta la información en
el enunciado, y se ha construido en
Manuales Uex
texto escrito; tabla; gráfico, imagen y recursos manipulativos. A este respecto, los medios de
comunicación nos aportan informaciones diversas presentadas en diferentes formatos. Así,
podríamos utilizar la clasificación de equipos de baloncesto para plantear y resolver proble-
mas, ya sea haciendo uso de las tablas en las que se presenta esta información (Tabla 1, p. 102),
redactando un texto o elaborando un esquema que de cuenta de la información.
El dar un texto de un problema de distancias o de población es diferente a facilitar un
mapa donde se indiquen distancias y la población de los diferentes pueblos, o una tabla con
los mismos datos. Estos serían también buenos formatos, siendo la información presente las
fuentes de datos empleadas para plantear y resolver problemas.
Para profundizar en la importancia de las variables que podamos considerar en la presen-
tación de los problemas, vamos a proponer algunos ejemplos de problemas que tienen el
mismo objetivo: Calcular el área del triángulo y que se resuelven todos siguiendo el mismo
procedimiento: Aplicación de la fórmula b x h/2. Observaremos cómo la presentación condi-
ciona al resolutor en la manera de abordar el problema, generando mayor o menor dificultad.
En este caso los problemas planteados lo son todos en contexto matemático.
Primer ejemplo: Proponemos un formato usual en los materiales escolares (Figura 11).
h = 8 cm
b = 5 cm
En este caso, la figura acompaña al texto dando información de los datos del problema y
su resolución tampoco genera dificultad en los estudiantes.
Podríamos concluir que la resolución de los dos problemas anteriores indicaría que el
resolutor sabe resolver problemas de áreas de triángulos, y que es capaz de identificar la base
y la altura de un triángulo para resolver los problemas de cálculo de área de un triángulo. En
tal situación, no tendríamos en cuenta las dificultades que los alumnos tienen con el con-
cepto de altura de un triángulo y la dificultad para identificar la base y la altura en los trián-
gulos que no están en la posición estándar de los libros de texto, en los que aparecen
apoyados sobre una base horizontal y ‘una’ altura vertical.
Tercer ejemplo: Podríamos modificar la figura del triángulo y dibujar un triángulo obtus-
ángulo apoyado sobre un vértice (Figura 13).
La presentación de esta figura genera en el resolutor una actitud diferente a los casos
anteriores que evidencia dificultades en relación a los conceptos básicos del triángulo (base
y altura), no apreciados en la resolución de los dos primeros ejemplos. La actividad matemá-
tica es la misma en el segundo y tercer problema ya que, en ambos casos, lo que hay que
hacer es identificar la base y la altura y sustituir los valores en la fórmula elegida.
Sin embargo, muchos alumnos desisten en este tercer problema o lo resuelven mal ya que
tienen dificultad para identificar una base y su altura correspondiente para poder aplicar la
fórmula adecuadamente. En este caso se ve la dificultad del concepto de altura de un trián-
gulo (Azcárate, 1997; Blanco, 2001) que no está dibujado en posición estándar.
Así, es frecuente encontrar que (6 cm. x 3 cm.) / 2 = 9 cm2 sería la solución al problema.
B
AE = 3cm AC = 5cm
CB = 6cm
E
C
D
AD = 4,5cm
Manuales Uex
Cuarto ejemplo: Una dificultad similar presentan los alumnos cuando planteamos el
problema de la Figura 14.
100
Referentes para proponer problemas de matemáticas
3 u. 4 u.
5 u.
En este caso, la identificación de la base con el lado horizontal y la altura con un segmento
vertical les lleva a plantar un sistema de ecuaciones para su determinación. A pesar de que los
números son claramente pitagóricos, son muy escasos los alumnos que identifican el triángulo
con un triángulo rectángulo y considerar los catetos como bases y alturas del mismo.
Simplemente un giro en la figura facilitaría la visualización de la base y de la altura y
permitiría resolver más fácilmente el problema. El análisis y resolución de la situación plan-
teada nos llevaría a una nueva fórmula para calcular el área de los triángulos rectángulos:
‘Para calcular el área del triángulo rectángulo se multiplica el valor de los catetos y se divide
entre dos’. Esta expresión es un ‘descubrimiento’ para muchos estudiantes para maestro.
Los cuatro problemas propuestos nos indican la importancia de la presentación del pro-
blema y cómo los conceptos y procesos matemáticos, útiles en el problema, se ven condicio-
nados por su presentación.
3. Fuentes
Los trabajos de Blanco, et al. (2013) que se comentan en el capítulo 5 mostrarían que esta
sugerencia del currículo no se desarrolla en las aulas ni se refleja en los libros de texto. Los
alumnos de diferentes niveles educativos no ponen ejemplos de estas situaciones cuando se
les pregunta acerca de la utilidad de las matemáticas en ‘su’ actividad cotidiana. Ello, nos
lleva a sugerir un cambio profundo en las situaciones que sirven de apoyo para plantear los
problemas, que deben modificarse para partir de contextos personales, sociales o culturales
del entorno de los alumnos. La experiencia de los propios estudiantes nos sugiere múltiples
situaciones que pueden ser matematizables en relación a los contenidos matemáticos esco-
lares, por ejemplo los datos que se logran extraer de las diferentes competiciones deportivas
(Tabla 1). Ello sería un elemento fundamental para que pudieran “valorar las Matemáticas
como parte integrante de nuestra cultura” (Decreto, 2007, p. 8099).
Partidos Puntos
Equipo Partidos ganados Puntos a favor
perdidos en contra
Real Madrid 32 2 3.001 2.480
Valencia Basket 30 4 2.930 2.554
FC Barcelona 27 7 2.785 2.467
Unicaja Málaga 23 11 2.745 2.467
Herbalife Gran Canaria 22 12 2.595 2.430
Laboral Kutxa 19 15 2.777 2.702
Cajasol 18 16 2.543 2.545
CAI Zaragoza 18 16 2.647 2.601
También podemos considerar como fuentes para proponer problemas recursos manipula-
tivos o digitales fácilmente accesibles, los medios de comunicación escritos o audiovisuales,
la literatura y los cuentos infantiles o de adolescentes o, simplemente, de observación de la
realidad escolar y de la zona donde se inserta el centro.
A modo de ejemplo, podríamos señalar que los medios de comunicación, escrito o en la
red, son un material vivo y actual, al mismo tiempo, que una gran fuente de situaciones que
nos pone en contacto directo con nuestro medio real, social, cultural y económico. Y, todo
ello en los diferentes ámbitos local, regional, nacional e internacional. Por lo tanto, es un
recurso que permite darle sentido a las actividades matemáticas y conectar las matemáticas
con la realidad. En los medios aparecen suficientes conceptos matemáticos como diferentes
Manuales Uex
La observación de las secciones de los medios son una fuente abundante para plantear
actividades matemáticas, en general, y para plantear problemas en particular. En Alsina
(1994), Corbalán (1991, 1995 y 1997), Muñoz, Fernández, y Bueno (1995), Paulos (1996) y
Rico y Fernández (1987) podemos encontrar referencias a estas actividades.
Frecuentemente podemos observar libros de cuentos, novelas o películas entre las que
encontramos algunas propuestas o planteamientos que implican algún concepto matemático.
Esto sucede, por una parte, en la lectura de autores que como Lewis Carrol, Miguel de Guz-
mán o Luis Balbuena quienes han puesto al servicio de la literatura parte de su saber mate-
mático. Igualmente, es fácil utilizar ciertas situaciones de la literatura que sin haber sido
escritas con esa intencionalidad pueden aprovecharse como material didáctico en la ense-
ñanza de las matemáticas. A este respecto, podemos encontrar algunos trabajos que utilizan
cuentos concretos con fuentes para las actividades matemáticas. Así, por ejemplo, los Viajes
de Gulliver son analizados en el trabajo del Grupo Beta (1990) y Fernández y González
(1995) indagan en las posibilidades matemáticas del libro de Julio Verne La vuelta al mundo
en 80 días. También podemos encontrar libros específicos cuya lectura, completa o parcial,
lleva implícita la resolución de diferentes actividades matemáticas como El asesinato del
profesor de matemáticas (Serra, 2008) o Primo y algunos dislates sobre números (Thio de Pol,
1976) o Las intrigantes aventuras del Doctor Ecco (Shasha, 1989).
En Blanco y Blanco (2009a, 2009b), Blanco, Caballero y Blanco, (2010), Caballero,
Blanco y Blanco (2010) y Marín (2013) podemos encontrar algunas referencias básicas de
cómo trabajar los cuentos como recurso para la enseñanza de las matemáticas en los niveles
de infantil, primaria y secundaria.
4. Tarea
Cuando un resolutor enfrenta una actividad matemática son diferentes las tareas que
puede realizar. Ello dependerá de la naturaleza de la actividad propuesta, del nivel de cono-
cimiento y experiencia del resolutor o de los objetivos que se propongan, entre otros factores.
Algunos autores como Chamorro y Vecino (2003) y Pino y Blanco (2008) han señalado algu-
nas tareas específicas de los resolutores de problemas.
En el Informe del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (2012) se menciona que en
las pruebas TIMMS del 2007 se clasifican las tareas matemáticas en tres dominios o procesos
cognitivos: Conocer, Aplicar y Razonar, señalándose diferentes actividades en cada caso:
Conocer: Reconocer, Calcular, Recuperar, Medir y Clasificar/Ordenar.
Manuales Uex
Aplicar: Seleccionar (p.ej. una operación, método o estrategia, algoritmos, etc. apro-
piado), Representar, Modelizar (p.ej. una ecuación o un diagrama, etc.), Aplicar, Resol-
ver problemas rutinarios.
Razonar: Analizar, Generalizar, Sintetizar/Integrar, Justificar, Resolver problemas no
rutinarios (p. 78).
103
Lorenzo J. Blanco Nieto, Janeth A. Cárdenas Lizarazo
Por nuestra parte hemos revisado diferentes currículos y encontrado numerosas referencias
a las tareas que debieran propiciarse en las actividades matemáticas: abstraer, analizar, aplicar,
argumentar, calcular, clasificar, comparar, completar, conjeturar, contar, convencer, desarrollar
modelos, diseñar estrategias, estimar, explicar oralmente y por escrito, formular, generalizar,
idear, identificar, inferir, interpretar, inventar, investigar, medir, modelizar, ordenar, organizar,
plantear problemas, proveer, proponer, representar, sintetizar, tomar decisiones y validar.
Todas estas tareas demandan capacidades diferentes y han sido categorizadas de diferen-
tes maneras. Por ejemplo, en la Figura 15 presentamos dos categorias: la de Fortuny (2000) y
la de Krathwohl (2002). Fortuny (2000) se refiere a: tareas de bajo rango cognitivo, medio y
alto, donde las tareas de alto rango indican un nivel de reflexión cognitiva en el que se sinte-
tizan informaciones, se establecen deducciones, etc., mientras que en tareas de bajo rango
indica tareas capacidades o habilidades que implican acciones inmediatas de tipo reproduc-
tivo, donde se requiere que el alumno comprenda la tarea y tenga una idea previa clara.
Krathwohl (2002) agrupa estas tareas en seis 6 categorías diferentes: recordar, compren-
der, aplicar, analizar, evaluar y crear. Esta categorización la hace modificando la Taxonomía
de Blomm e incluyendo la tarea de crear como un nivel superior. Esto es, retoma como punto
de partida las tareas que hacen referencia a la memorización y reproducción de conocimien-
tos, y las tareas se van complejizando a medida de que el alumno debe hacer uso de su
pensamiento productivo.
Figura 15. Categorización de tareas según las capacidades demandadas a los alumnos
Además los diferentes tipos de tareas suelen estar vinculadas con mayor fuerza a cuestio-
nes conceptuales o procedimentales.
Como hemos visto a lo largo de este capítulo, las tareas se presentan bajo algún formato
y estan vinculadas a un contexto. Es decir, hay una situación que las define y de ella se des-
glosan las tareas que se pretenden desarrollar con los alumnos. A traves de la situación que
presentamos en la Figura 16 desglosaremos diferentes tareas, las cuales ubicaremos según la
categorización presentada en la Figura 15.
? ...
Manuales Uex
1 2 3 4 5 ...
En estas tareas se hace referencia a actividades que ponen en juego la memoria para
poder resolverla. Un ejemplo de tarea que evalúa lo conceptual se puede ver en la Figura 17,
mientras que en la Figura 18 se evalúan cuestiones más a nivel procedimental.
Completa la frase
En la Figura 16, la cantidad de puntos que compone cada una de las figuras se caracteriza por ser
números _________________________________
la cantidad de puntos que compone cada una de las figuras se halla al coger el número de la figura
y multiplicarlo por sí mismo, como si hallara el área de un cuadrado. Así, en la figura 10 tendría
(10x10) puntos, es decir, que tiene ___________ puntos en total.
Las tareas que se proponen en las Figuras 19 y 20, para su solución, requieren el establecer
relaciones entre los conceptos y/o los datos que se presentan para poder solucionar dichas tareas.
Cantidad de puntos 1 4 9 16 25
Describe cuales son las relaciones que se pueden establecer entre el número de figura y la cantidad
de puntos que ésta contiene.
Figura 19. Tarea indaga por lo conceptual y que demanda un nivel cognitivo medio
105
Lorenzo J. Blanco Nieto, Janeth A. Cárdenas Lizarazo
¿Cómo se puede hacer para saber cuántos puntos tiene la figura 100?
Elabora una tabla en la que se indique el número de las 10 primeras figuras y la cantidad de pun-
tos que constituye .cada una de las figuras
Figura 20. Tarea indaga por lo procedimental y que demanda un nivel cognitivo medio
Esto es, en este tipo de tareas no basta con memorizar un concepto o un procedimiento
algoritmico, para hacer frente a la tarea propuesta. En lo conceptual requiere el ser capaz de
visualizar relaciones para describirlas (Figura 20) y en lo procedimental se necesita reconocer
cúal es el prodedimiento algoritmico que relaciona una cantidad con otra para así poder
llegar a solucionar la tarea con éxito.
Haciendo uso del lenguaje matemático describe cuales son las relaciones que se pueden establecer
entre el número de figura y la cantidad de puntos que ésta contiene.
Figura 21. Tarea indaga por lo conceptual y que demanda un nivel cognitivo alto
Enuncia cuatro estrategias diferentes a través de las cuales se pueda encontrar el número de puntos
que contiene una figura.
Manuales Uex
Figura 22. Tarea indaga por lo procedimental y que demanda un nivel cognitivo alto.
Es decir, el alumno no puede quedarse solo con la información que se le da a simple vista
en la situación y en la tarea propuesta, tiene que interpretar, explorar, proponer, ensayar,…,
haciendo de dicha tarea una actividad compleja.
106
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vol10no1and2/13-Blanco-et%20al_pp335_364.pdf.
— CABALLERO, A; BLANCO, B; BLANCO, LJ. Matemáticas a través de los cuentos: Un
propuesta didáctica para primaria. En revista Aula de Innovación Educativa, 2010, n. 188,
Manuales Uex
108
Capítulo 7
Modelo Integrado de Resolución
de Problemas de Matemáticas: MIRPM
Lorenzo J. Blanco Nieto y Ana Caballero Carrasco
cuestiones, que
Conjuntamente, se sugería que “el alumno debe desarrollar y perfeccionar sus propias
estrategias, a la vez que adquiere otras generales y específicas que le permiten enfrentarse a
las nuevas situaciones con probabilidad de éxito” (MEC, 1992, p. 92).
Estas recomendaciones se han mantenido y desarrollado en las nuevas propuestas
curriculares aunque hemos de señalar que con poco éxito (Blanco, Guerrero, y Caballero,
2013; Puig, 2008; Santos 2008), aspecto que vendría refrendado en los informes interna-
cionales como el PISA o TIMSS. Al mismo tiempo, una revisión de trabajos relacionados
con la resolución de problemas de matemáticas, nos descubre referencias concretas a
experiencias e investigaciones desarrolladas con alumnos y profesores de diferentes nive-
les para descubrir sus conocimientos y concepciones sobre la RPM e intentar mejorar su
capacidad como resolutores (Blanco et al, 2013; Caballero, 2013; Callejo, 1994; Carrillo,
1996; Guzmán, 1991; Pino, 2013; Puig, 1996; Santos, 1996, ). Es evidente que tales expe-
riencias no pueden ser trasplantadas al aula, pero en ellas se contienen diferentes reco-
mendaciones que ayudan en la actividad docente a cumplir el objetivo señalado en el
currículo.
Todos los trabajos asumen que el desarrollo de la capacidad de resolver problemas no
puede ser un objetivo alcanzable fuera de un trabajo específico de resolución de problemas.
Callejo (1994) nos recuerda al respecto que es conveniente fomentar un proceso de comuni-
cación que anime a los alumnos a expresar sus ideas e intenciones, permitiéndoles descubrir
nuevas formas de aproximarse al problema, de percibirlo, de atacarlo y constatar que los otros
también tienen bloqueos, vacilaciones, fallos, etc., lo que les ayudará a superar su miedo al
fracaso en esta tarea y dará confianza para afrontar nuevos retos.
También el trabajo colaborativo ayuda en este aprendizaje. Los alumnos son capaces de
debatir en grupo acerca de sus propuestas y dudas, reformular sus argumentos y procedimien-
tos para abordar el problema. La comunicación que se establece entre los estudiantes resol-
viendo el problema es una buena base que permite reflexionar y discutir sobre el proceso
seguido, y favorece que los resolutores puedan comprender y asimilar los diferentes procedi-
mientos para resolver problemas. “Haciendo ésto, los estudiantes pueden hablar acerca del
proceso de resolución más que preguntar la respuesta” (Castro et al, 1995, p. 28).
Al respecto, parece pertinenete recordar la aportación de Puig (1996) según la cual indica
Manuales Uex
que al pedirle al resolutor que describa de forma retrospectiva lo que ha hecho para obtener
la solución del problema, indica que lo que éstos describen no es el proceso de resolución,
sino el conjunto de operaciones con el que se obtiene el resultado a partir de los datos, que
es sólo el producto final del proceso de resolución, de modo que en esta descripción desa-
parece prácticamente todo rastro de los elementos del proceso.
110
Modelo Integrado de Resolución de problemas de matemáticas: MIRPM
La experiencia nos ha mostrado que la reflexión en grupo sobre la acción revela capaci-
dades de los estudiantes que tradicionalmente han estado ignoradas con otras formas de tra-
bajar la resolución de problemas. Igualmente, ayuda a los estudiantes a valorar mejor la
resolución de problemas, a encontrar justificación para un mayor y más organizado esfuerzo
y a tener una visión más amplia de las matemáticas.
Con el desarrollo del Modelo General de Resolución de Problemas queremos mostrar a
los estudiantes algunas herramientas útiles para las tareas matemáticas y proporcionar expe-
riencias que evidencien destrezas para abordar la resolución de problemas con mayor auto-
estima y expectativa de éxito. Ello podría ayudar a evitar el bloqueo o desesperación inicial
y la desconfianza e inseguridad cuando los caminos son inciertos.
A este respecto, hacemos nuestras las palabras de Callejo (1994) en relación con las difi-
cultades para enseñar a resolver problemas, según las cuales
(2013) y Pino (2013). En las diferentes propuestas se sugieren una serie de heurísticos, para
cada una de las fases, que pueden servir de guía en el proceso de resolver el problema
puesto que ayudan al resolutor a aproximarse y comprenderlo y a ordenar eficientemente
sus recursos para resolverlo (Carrillo, 1996; Santos, 2007). Los heurísticos son actividades
concretas encuadradas en el proceso general que ayudan al resolutor a desarrollar habili-
dades y actitudes positivas en el proceso de resolución.
111
Lorenzo J. Blanco Nieto, Ana Caballero Carrasco
En los cursos de formación de maestro proponemos otros ejemplos más sencillos para
mostrar que para resolver los problemas de matemáticas no solo se necesita conocimiento
matemático sino otro tipo de factores, cognitivos y afectivos, que son los que determinan en
gran medida que podamos abordar la terea con perspectiva de éxito. Siendo éste un aspecto
que hemos tratado en el capítulo 5.
Cuando plantemos éste tipo de problemas, como el de la Figura 8 del Capítulo 5, los
alumnos se quedan desconcertados y, en algunas ocasiones, empiezan a dar soluciones posi-
bles a partir de algunos datos. En cualquier caso, no abordan el problema para analizar el
enunciado o sugerir algún procedimiento de resolución. Los contenidos matemáticos para
resolver este problema son todos del nivel de primaria pero su resolución exige experiencia,
conocimientos sobre resolución de problemas y autocontrol por parte del resolutor. La solu-
ción al problema es fácil encotrarla en la red.
Complementariamente a estos modelos, algunos autores (Blanco, 1993; Guzmán,
1991; Manson, Burton y Stacey, 1988) analizan las situaciones de bloqueos que se presen-
tan a los resolutores cuando las sugerencias anteriores no les son suficientes para resolver
otras situaciones problemáticas. Por ejemplo, cuando planteamos el problema de los cua-
dros del ajedrez o el de la división de un triángulo obtusángulo en triángulos acutángulos
(Blanco, 1993).
Es importante la consideración de estas situaciones por cuanto provocan actitudes
negativas hacia la resolución de problemas que repercutirán en la forma de abordar los
problemas de matemáticas en general. Así, el miedo a lo desconocido y el consiguiente
retraimiento, nerviosismo, las prisas por acabar cuanto antes, cierta desazón ante la prueba,
son algunas de las actitudes que Guzmán (1991) señala como obstáculos y que tendríamos
que intentar superar.
Mason, Burton y Stacey (1988) señalan que, probablemente, la lección más importante
que podríamos aprender es la de que estar atascado o bloqueado en un problema es una
situación muy digna, que constituye, además, una parte esencial del proceso de mejora del
razonamiento. De hecho, se puede aprender mucho más de un intento de resolución fallido
que de una cuestión resuelta con toda rapidez y sin dificultades, siempre que pienses seria-
mente sobre ella. Igualmente Wood (1988) se refiere a este aspecto cuando señala que el
desarrollo de tu habilidad para resolver problemas está directamente relacionado con la
cantidad de angustia que estés dispuesto a aguantar durante la búsqueda de una solución.
Por nuestra parte, venimos trabajando con los estudiantes para maestro en la implemen-
tación de un Modelo Integrado de Resolución de Problemas de Matemáticas (MIRPM) que
considere de manera integrada aspectos cognitivos y afectivos, y en el que se hemos especi-
ficado cinco fases, tal como se sintetiza en la Figura 1.
112
Modelo Integrado de Resolución de problemas de matemáticas: MIRPM
En cada una de las diferentes fases señalamos unos objetivos específicos, siendo el obje-
tivo general de ayudar a los estudiantes a aprender a resolver problemas a partir de su propio
estilo. Así, en la primera fase nos proponemos, por una parte, ayudar a los estudiantes a tomar
conciencia y gestionar sus respuestas cognitivas, fisiológicas, motoras y emocionales que
pudieran surgir ante la RPM y por otra, mostrar cómo analizar una situación planteada, cap-
tando sus objetivos y extrayendo la información más relevante.
El objetivo de la segunda fase, se enmarca en el diseño, descripción y selección de las
posibles estrategias que conduzcan a la solución de los distintos problemas matemáticos que
pudieran plantearse. A este respecto, recordamos la reincidencia de las propuestas curricula-
res en la necesidad de resolver los problemas siguiendo diferentes procedimientos y la de
ayudar a los resolutores a descubrir estrategias personales.
La tercera fase mostraría características del proceso de ejecución de la/s estrategia/s
seleccionada/s para la resolución del problema matemático, siempre desde el orden y el rigor
y controlando en todo momento el proceso. El buen orden y la buena presentación en la
ejecución de los problemas posibilitaría un mayor control del proceso así como que podamos
volver a ellos como elemento de repaso y estudio.
Obtenida la solución del problema, el objetivo de la fase cuarta sería revisar la adecua-
ción de la respuesta dada al problema matemático dado y reconsiderar el proceso seguido a
Manuales Uex
lo largo de su resolución, para reflexionar sobre la tarea realizada y aprender de ello para
transferir el conocimiento a otros problemas futuros.
Finalmente, en la quinta fase, terminaríamos con una reflexión acerca del estado de
ánimo seguido en las diferentes fases de la resolución el problema, para facilitar la confianza
y autoestima y aumentar las expectativas de autoeficacia y de éxito en los resolutores.
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Lorenzo J. Blanco Nieto, Ana Caballero Carrasco
cien estas situaciones que luego acompañaremos con actividades específicas que puedan
proponerse para primaria (Capítulo 13).
Una de las primeras cuestiones es desmontar el error de enseñar a resolver problemas en
primaria asociando palabras con operaciones que pudieran utilizarse para resolver los pro-
blemas. Así, incluso en algunos libros de texto se sugiere como recurso identificar palabras
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Modelo Integrado de Resolución de problemas de matemáticas: MIRPM
como ‘más’, ‘añadir’ o ‘comprar’ con la operación de sumar. De igual manera las palabras
‘quitar’ o ‘menos’ se asociarían con la operación de restar, como la de repartir se asimilaría
a la operación de dividir. Son “palabras claves” (Blanco & Calderón, 1994, Puig, 1996) que
a veces llevan al error y, además, al realizar tal identificación no permite saber si los alumnos
resuelven el problema por la asimilación de palabras o porque comprenden la situación
planteada y el significado de la operación.
Así, es interesante analizar problemas como los enunciados en la Figura 2.
Escribe una ecuación usando las variables E y P para representar la siguiente afirmación: Hay seis
veces tantos estudiantes como profesores en la universidad
En el trabajo citado los autores resaltan como típica respuesta incorecta: 6E = P, donde E
representa el número de estudiantes y P el número de profesores. Nuestra experiencia
docente indica que también es una respuesta típica de los estudiantes para profesores de
primaria y en algunos de secundaria.
Para trabajar estos problemas indican tres niveles de compresión de los enuciados:
– Comprensión cualitativa. Acerca del significado del texto.
– Comprensión cuantitativa. Saber la relación cuantitativa entre las variables, y saber
verbalizarla.
– Comprensión conceptual. Expresar lo anterior mediante alguna expresión matemática.
La tendencia a traducir literalmente los enunciados de los problemas produce error en
algunas situaciones que puedan resultar engañosas. Así, observamos que muchos alumnos
suman cuando les planteamos el problema enunciado en la Figura 4.
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Hay 200 metros de mi casa a la pescadería, 300 de la pescadería al colegio. ¿Cuánto hay desde mi
casa hasta la pescadería?
El análisis de los estudiantes para maestro cuando resuelven problemas pone de mani-
fiesto su dificultad y falta de costumbre en la utilización de las representaciones y notaciones
para analizar y resolver los problemas, aún cuando se habla de figuras específicas como
sucede en el caso de geometría.
Por ello, es importante trabajar este aspecto para poner de manifiesto la importacia de
este recurso en muchos problemas. Ponemos para ello dos ejemplos de problemas donde la
representación y notación parecen importantes (Figura 5).
• Uncaracol sube una pared de cinco metros, por el día sube dos metros y por la noche resbala
uno, ¿cuántos días tarda en alcanza la cima de la pared?
• Calcular el número de triángulos de la siguiente figura e indica por qué estás seguro de la
solución y del procedimiento
Dos personas van a compartir la comida que tienen. El primero aporta dos panes y el segundo tres.
Al comenzar llega un tercero que no aporta comida, pero en agradecimiento a la generosidad de
sus amigos les da cinco monedas para que se la repartan entre ellos. ¿Cómo deberían distribuirse
las monedas los dos primeros?
Manuales Uex
En dicho problema, la mayoría de los estudiantes que dicen resolverlo aceptan la solución
trivial del reparto en dos o tres monedas que no es proporcional a la aportación de cada uno
al tercer comensal.
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Modelo Integrado de Resolución de problemas de matemáticas: MIRPM
Los trabajos sobre resolución de problemas nos aportan una relación de heurísticos para
esta primera fase que debieran considerarse en clase para que los estudiantes fueran asumién-
dolos en su tarea como resolutores:
– Releer el enunciado e imaginar mentalmente la situación.
– Expresar el enunciado en otros términos o formularlo con otras palabras.
– Introducir notación, gráficos, diagramas, ... adecuados.
– Seleccionar el material adecuado o disponer de un modelo manipulativo.
– Determinar datos (explícitos e implícitos) y condiciones del problema.
– Descomponer el problema en otros, si ello es posible.
– Analizar el contexto y conceptos y procesos explícitos e implícitos.
– Ejemplificar casos especiales.
– Delimitar el objetivo del problema.
Santos (2007) señala “no solamente es importante que el estudiante conozca la existencia
de ciertas estrategias, sino que también es importante que desarrolle una serie de habilidades
que le permitan identificar en qué situaciones utilizarlas” (p. 47).
Igualmente, indica que “aprender matemáticas significa que el estudiante identifique,
seleccione y use estrategias comúnmente usadas por los matemáticos al resolver problemas”
(Santos, 2007, p. 47).
Así lo subrayan también los estándares curriculares cuando señalan que
Los trabajos sobre resolución de problemas indican la importacia de que los resolutores
vayan controlando, en todo momento, el proceso de resolución de problemas. De esta
manera, señalamos cuatro aspectos que nos parecen que debieran tenerse en cuenta:
– Registrar y explicar todos los pasos.
– Resaltar los logros intermedios.
– Actuar con rigor, orden y precisión.
– Controlar el estado de la ejecución.
La actuación acorde a estos cuatro aspectos, les ayuda a optimizar sus recursos para ser
buenos resolutores de problemas.
También el currículo, como se muestra en el capítulo 2, indica la importancia de estos
aspectos y recalca la necesidad de incidir en una presentación clara y ordenada, tanto del
proceso como de los resultados alcanzados, fomentando en ellos el interés por la limpieza y
una buena presentación de su trabajo.
Es también en este paso cuando deben considerar la elección y uso de las diferentes
estrategias para resolver las situaciones planteadas.
Un aspecto que resulta necesario para que el aprendizaje tenga lugar hace referencia a la
necesidad de explicitar en todo momento los objetivos y metodología desarrollada, sobre
todo cuando entre nuestras metas está la de enseñar a resolver problemas.
La manera de finalizar el problema será un factor decisivo que posibilite o no el aprove-
chamiento de la actividad realizada para futuros ejercicios. A este respecto, señalamos la
necesidad de recordar e interaccionar con los alumnos respecto a los objetivos planteados en
la presentación del problema, bien respecto a determinados conceptos, bien respecto a la
enseñanza de la heurística, bien respecto de algún procedimiento algorítmico.
Las preguntas y cuestiones que se suscitaban en cualquiera de los procesos señalados en
el capítulo IV para la resolución de problemas, deben ser tenidas en consideración para posi-
bilitar el mejor aprendizaje del alumno, tanto de los conceptos matemáticos implicados en el
problema como del propio proceso de resolución. La revisión del enunciado, del proceso o
de la solución obtenida debe ser referencia obligada para evitar situaciones como la que se
puede suscitar en el problema que aparece en la Figura 7.
Manuales Uex
Al igual que la cuarta fase del modelo se centra en la revisión del proceso de resolución
del problema así como también de la solución obtenida del mismo, se ha de revisar la impli-
cación personal del resolutor a lo largo del problema. Esto último es la finalidad de la quinta
fase, puesto que en la realización del problema, además de las metas de contenido matemá-
tico, se incluyen otras metas de carácter personal relacionadas con el autoconcepto, la acti-
tud, la ansiedad... ante la RPM.
Así, en esta última fase del modelo integrado de RPM han de valorarse las actitudes, las
emociones y el esfuerzo suscitado en los diferentes momentos del problema. Del mismo
modo, se ha de reflexionar y valorar los avances conseguidos a nivel personal, determinando
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si sus actitudes hacia la RPM han mejorado, si han sido capaces de gestionar las respuestas
cognitivo-emocionales ante esta tarea matemática, si ven aumentadas sus expectativas de
éxito y de autoeficacia, etc.
Además, en función de este análisis, los resolutores han de proponerse una pequeña meta
u objetivo a conseguir en el siguiente problema al que se enfrente.
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Modelo Integrado de Resolución de problemas de matemáticas: MIRPM
Bibliografía
Las actividades con las operaciones aritméticas elementales (sumar, restar, multiplicar y
dividir) y las de lectura y escritura constituyen en los primeros niveles de la enseñanza una
de las primeras referencias para evaluar el aprendizaje escolar de nuestros pequeños. Cuando
me identifico como profesor de matemáticas, muchos padres me cuentan alborozados los
adelantos de sus hijos de cuatro o cinco años con los números. ¡Mi hijo ya sabe los números!,
exclaman satisfechos.
Diversas investigaciones en educación matemática han profundizado en las situaciones de
enseñanza-aprendizaje en relación con el aprendizaje de los primeros números, las operacio-
nes aritméticas y resolución de problemas aritméticos, dando lugar a conclusiones interesantes
que debieran ser consideradas en la realidad escolar diaria (Blanco y Calderón, 1994). Los
estudios sobre ello, frecuentemente considerados en artículos y libros de investigación o divul-
gación, encuentran poco eco en los libros de textos, cuadernillos de problemas y en la actividad
docente que se desarrolla en los centros de enseñanza primaria. Y tampoco en las numerosas
referencia que están apareciendo en la red. O, al menos en la amplitud deseada.
Cuando buscamos estudios sobre los problemas aritméticos escolares (PAE) encontramos
múltiples publicaciones y autores, entre ellas Puig y Cerdán, 1988; Maza, 1989; Bermejo,
1990; Bermejo y Rodríguez, 1991; Blanco y Calderón, 1994; Castro, Rico y Gil, 1992.
Cuando proponemos un enunciado de un problema con referencia a una operación arti-
mética lo hacemos pensando en una situación cotidiana que se desarrolla en tiempo y lugar
determinados y que transmitimos con lenguaje específico. Esta referencia a la situación repre-
sentada en el enunciado del problema debe ser un elemento necesario para comprender los
problemas y darle significado a las operaciones implicadas. Sin embargo, los problemas
escolares planteados en las aulas se enuncian pensando más en el algoritmo que en la situa-
ción planteada. Su evaluación será más en función de si el algoritmo está bien resuelto que
si el alumno ha comprendido la situación que se le plantea.
Manuales Uex
Así podremos considerar los ejemplos sencillos enunciados en la Figura 1 que se resuel-
ven con el mismo procedimiento algorítmico: 3 + 4 = ?.
“Abel tenía tres caramelos, compró cuatro caramelos. ¿Cuántos caramelos tiene ahora?”
“Abel tiene tres caramelos y Helia tiene cuatro caramelos. ¿Cuántos caramelos tienen entre los dos
juntos?”
“Abel tiene tres caramelos, y Helia tiene cuatro caramelos más que Abel. ¿Cuántos caramelos tiene
Helia?”
“Abel tenía tres caramelos. Y compró cuatro caramelos más para tener tantos como Helia, ¿cuántos
caramelos tiene Helia?”
Figura 1. Problemas que presentan diferentes situaciones que se resuelven con el mismo algoritmo.
Estos ejemplos muestran enunciados que se resuelven con la misma operación pero tra-
ducen situaciones distintas. Si quisiésemos dramatizar la situación en clase para favorecer la
comprensión del enunciado por parte de los alumnos, representaríamos ‘obras de teatro’
diferentes para cada ejemplo. Esta idea nos debe llevar a asumir que los problemas que se
resuelven con la misma operación, e incluso teniendo los mismos datos y resultados, no tie-
nen porqué ser todos iguales.
Pero también podemos encontrar ejemplos de situaciones diferentes que se resolverían con la
misma operación de multiplicar. Así, presentamos los tres enunciados presentados en la Figura 2:
“Hugo tiene tres paquetes de caramelos. Cada paquete tiene 10 caramelos. ¿Cuántos caramelos
tiene Hugo?”
“Ana tiene 10 caramelos. Hugo tiene tres veces más caramelos que Ana. ¿Cuántos camelos tiene
Hugo?”
“Hugo tiene 10 camisetas y tres pantalones. Si se pone una camisa y un pantalón cada vez, ¿de
cuántas formas distintas puede vestirse?”
Figura 2. Problemas que presentan diferentes situaciones que se resuelven con la misma operación de multiplicar.
Todas estas situaciones se comunican a través de un lenguaje (oral, escrito, gráfico, ima-
gen, etc) que los alumnos de primaria están adquiriendo en ese momento. Por otra parte,
debemos procurar que los alumnos expresen con claridad y en términos precisos sus expe-
Manuales Uex
riencias. De esta manera, el lenguaje debe de ser el vehículo de expresión de la actividad que
realiza, e imprescindible para la evaluación.
Por todo ello, el lenguaje y la estructura linguística del problema adquiere singular
importancia. Hay que recordar que los alumnos condicionados por una enseñanza tradicio-
nal y mecanicista, suelen hacer una traducción directa del proceso verbal a la expresión
124
los problemas aritméticos escolares
Miguel tenía tres caramelos, compró algunos más y ahora tiene 7, ¿cuántos compró?
disminución de la cantidad.
Figura 6. Enunciados que evidencian que el lenguaje y la acción representada son fundamentales (Mialaret, 1977).
Los porcentajes del primero están entre el 56,3 % y el 79,6% según grupos, mientras que
en el segundo se mantiene del 35,5 % al 66,5%. Era evidente que los niños estaban más
familiarizados con los francos pero no con los kilómetros (Mialaret, 1977, 39).
Ya hemos señalado que la comprensión del problema implica una representación de la
situación planteada que viene referida en términos de espacio y del tiempo, por lo que los
términos empleados y la estructura del enunciado tienen mucha importancia. Así, el pasado,
presente y futuro de los verbos indica una secuencia de hechos que puede presentarse de una
manera ordenada o no. El uso del condicional (Si… entonces..) en los enunciados de los
problemas implicaría una capacidad deductiva que algunos alumnos, por su edad, no tienen.
La utilización incorrecta de los tiempos de los verbos o el abuso de los adverbios en los
enunciados supone, así mismo, una dificultad añadida, como lo es, el orden de los números
en relación a la operación implícita en el enunciado.
Para ejemplificar estas aportaciones vamos a enunciar una misma situación de diferente
manera, que nosotros proponemos como trabajo a los estudiantes para maestro (EMP) con los
que trabajamos.
Así, les proponemos que analicen los enunciados presentados en la Figura 7, mostrando
y debatiendo sobre sus semejanzas y diferencias.
El análisis de los enunciados nos descubren diferentes variables que debemos considerar
en el trabajo con los problemas escolares, que hacen que no todos los enunciados que repre-
sentan una misma situación sean iguales y presenten las mismas dificultades.
Así señalamos algunas de ellas:
– La operación aritmética que resuelve el problema no es el elemento que deba definir
la dificultad de compresión de los enunciados.
– La compresión del problema viene determinada por la representación que realicemos
de la situación planteada y del análisis que hagamos de ello.
– Los “problemas de sumar y restar”, o de “multiplicar y dividir” pueden implicar más de
una operación y estrategia en su resolución.
– Existen ‘palabras clave’ que inducen a los alumnos a una determinada operación arit-
mética. En algunos casos induciendo al error.
– La estructura del texto puede condicionar la resolución de problema. Así, la secuencia
seguida en el enunciado y el orden de los números es un aspecto importante.
– Una misma situación puede ser enunciada de maneras diferentes, no todas igualmente
comprensibles.
– La comprensión del problema implica una representación de la realidad que viene
referida en términos de espacio y del tiempo, lo que se comunica con el uso de dife-
rentes términos o expresiones lingüísticas.
– Las formas gramaticales implicadas en el enunciado (tiempo de los verbos, adverbios o
uso del condicional) son variables importantes para la comprensión de las situaciones
planteadas.
– Las formas de presentación concreta (escrita, gráfica, textos largos o no, etc.) favorecen
o dificultan la compresión del problema.
– La secuencia establecida para mostrar la historia del enunciado es importante.
– El uso de términos conocidos/desconocidos por los estudiantes es también un referente
para comprender el enunciado.
Finalmente, queremos indicar que las dificultades señaladas por el uso de determinadas
variables no debe implicar su eliminación de los enunciados que propongamos. Puesto que
son expresiones usuales en el lenguaje cotidiano lo que debemos recordar es su dificultad
para que las tratemos con mayor cuidado e intensidad en las actividades del aula.
Los problemas de cambio son aquellos en los que un suceso cambia el valor de una
cantidad, como el de la Figura 8.
Así, podríamos haberlo planteado como se presenta en la Figura 10. En este caso, alter-
namos las dos primeras secuencias y la estructura presentada en el problema ya no es iso-
morfa a la secuenciación temporal que resultaría de la dramatización real, lo que supone
dificultad para la comprensión del problema.
Paloma se comió tres caramelos de los siete que tenía, ¿cuántos le quedan?
“En una estantería hay 12 libros, Jaime coloca 8 libros más, ¿Cuántos libros habrá en total?”
“En una estantería había 12 libros y ahora hay 20 ¿Cuántos libros ha colocado Jaime?”
“Jaime colocó 8 libros en una estantería y ahora hay 20. ¿Cuántos libros había al inicio?”
“En un parque había 30 árboles y sólo quedan 20. ¿Cuántos árboles se han secado?”
“En un parque había 30 árboles y se han secado 10 árboles. ¿Cuántos árboles quedarán?”
“Se han secado 10 árboles de un parque y ahora sólo quedan 20. ¿Cuántos árboles había al principio?”
Los problemas de combinación representan una situación estática donde dos cantidades
son consideradas separadamente o en combinación, como los de la Figura 13:
Manuales Uex
“Iván tiene cinco globos y su primo Joan tiene tres, ¿Cuántos tienen entre los dos juntos?”.
“Entre Paula y su prima Mirian tienen ocho globos. Paula tiene cinco, ¿cuántos tiene Mirian?”
Se refieren, estos problemas, a la relación que existe entre un conjunto y una partición
del mismo en dos o más subconjuntos. En esta relación, podemos partir de conocer el cardi-
nal de cada uno de los dos subconjuntos y querer calcular el cardinal del conjunto unión
(como en el primer ejemplo) cuya representación queda indicada en la Figura 14, o conocer
el cardinal de un subconjunto y el del conjunto unión y desconocer el cardinal del otro sub-
conjunto (como el en segundo ejemplo), situación representada en la Figura 15. Ello nos lleva
a dos situaciones diferenciadas, si queremos conocer la cantidad total o algunas de las partes.
Cantidad C Cantidad C
Figura 14. Representación de Problema de Figura 15. Representación de Problema de
combinación donde se desconoce el cardinal del combinación donde se desconoce el cardinal de un
conjunto unión. subconjunto.
Los problemas de comparación presentan situaciones en las que dos cantidades son com-
paradas para establecer las diferencias cuantitativas entre ellas.
Los problemas de este tipo comparten con los de combinación su carácter está-
tico, pero mientras que en los de combinar la relación se establece entre conjuntos, en
estos se establece entre cantidades, de manera que lo que en aquellos eran relaciones
de inclusión entre conjuntos, pasan a ser aquí relaciones de comparación entre canti-
dades (Puig y Cerdán, 1988, 103).
“Rodrigo tiene 3 caramelos y Valle tiene 7 ¿Cuántos caramelos tiene Valle más que Rodrigo?”
“Jaime tiene 17 caramelos, y Juanjo tiene 14 más que Jaime, ¿cuántos caramelos tiene Juanjo?”
Para diferenciar entre los problemas de comparación se consideran tres tipos diferentes
de cantidades: cantidad de referencia, la cantidad comparada con la anterior y la diferencia
Manuales Uex
que se pueda establecer entre ambas (Figura 17). Esta consideración da lugar a seis tipos de
problemas diferentes (Puig y Cerdán, 1988; Maza, 1989, 1991; Blanco y Calderón, 1994). En
los ejemplos que mostramos en la Figura 18, la cantidad de caramelos que tiene David sería
la cantidad de referencia (Más que David - Menos que David) y la cantidad de caramelos que
tendría Jesús sería la cantidad comparada.
130
los problemas aritméticos escolares
cantidad cantidad
diferencia
de referencia comparada
• David tiene 13 caramelos. Jesús tiene 28 caramelos. ¿Cuántos caramelos tiene Jesús más que David?
• David tiene 17 caramelos. Jesús tiene 12 caramelos. ¿Cuántos caramelos tiene Jesús menos que David?
• David tiene 13 cromos. Jesús tienen 5 más que David. ¿Cuántos cromos tiene Jesús?”
• David tiene 18 cromos. Jesús tiene 7 menos que David. ¿Cuántos cromos tiene Jesús?
• Jesús tiene 18 lápices. Tiene 5 más que David ¿Cuántos tiene David?
• Jesús tiene 9 lápices. Tiene 7 menos que David ¿Cuántos tiene David?
En estos problemas aparecen de forma más explícita los errores de asociación de una
operación matemática a una determinada palabra, dado el uso frecuente de las expresiones
“más que” y “menos que” y la asociación más - sumar y menos – restar.
Juanjo tiene 12 discos y Rodrigo 8, ¿cuántos tiene que comprar Rodrigo para tener tantos como Juanjo?
De igual manera que hemos analizado una clasificación para los problemas de estructura
aditiva pueden estudiarse diversas características de los problemas de estructura multiplica-
tiva. Estos problemas han sido analizados por diferentes autores como Puig y Cerdan, (1988);
Maza, (1991b); Castro, Rico y Castro, (1995) y Castro y Castro, (1996), entre otros.
En los problemas de estructura multiplicativa señalaremos dos clasificaciones diferentes,
según consideremos el tipo de cantidades dadas en el enunciado o la situación que se repre-
sentaba en el mismo (Figura 21).
Comparación
Combinación o
Razón Según la situación representada
Producto cartesiano
PROBLEMAS DE ESTRUCTURA
MULTIPLICATIVA
tipos de cantidades: Intensivas (I) y Extensivas (E). A este respecto recordaremos que “una
cantidad es un par ordenado (x, u) en el que x es un número y u es una unidad de una mag-
nitud: Por ejemplo, 4 canicas, 3,5 kg, 120 Km/h.” (Puig y Cerdán, 1988, p. 125).
Las cantidades extensivas expresan la extensión de una entidad o substancia y se refiere a
un conjunto, montón o trozo de esa entidad o substancia. Son aditivas, puesto que los números
132
los problemas aritméticos escolares
pueden sumarse, manteniendo inalterada la unidad que los acompaña. Una cantidad extensiva
viene expresada por una unidad simple (3 metros, 2 naranjas). Pueden diferenciarse las canti-
dades extensivas discretas y continuas en referencia a la clasificación tradicional de magnitudes.
Las cantidades intensivas son unidades compuestas, formadas por el cociente de dos
cantidades extensivas y viene expresada por una unidad compuesta (60 km/h). Las cantidades
intensivas, a diferencia de las extensivas, no son aditivas.
En base a esta distinción entre las cantidades, podemos hacer referencias a clasificaciones
diferentes que aparecen en Puig y Cerdán (1988) y Castro y Castro (1996), recogiendo la
siguiente que acompañamos con algunos ejemplos de problemas:
Problemas asociados a la terna (I, E, E’), donde se señalan tres tipos I x E = E’; E’ / E = I;
E’ / I = E., tal como se ejemplifica en la Figura 22.
I x E = E’ “Compras 2 paquetes de caramelos. Cada paquete tiene seis caramelos. ¿Cuántos cara-
melos compraste?”
E’ / E = I “Tengo 20 caramelos, a repartir entre 5 niños ¿a cuántos caramelos tocarán?”
E’ / I = E “Tengo 20 caramelos y quiero dar 5 a cada niño ¿cuántos niños se beneficiarán del reparto?”
Problemas asociados a la terna (E, E’, E’’), sugiere otros tres tipos E x E’ = E’’; E’’ / E = E y
E’’ / E’ = E, tal como se muestra en la Figura 23.
E x E’ = E’’ “Una niña tiene 4 camisas (azul, rosa, blanca, y verde) y tres faldas (azul, roja,
marrón). ¿De cuántas formas diferentes puede vestirse la niña?”
E / E’ = E’’ “La superficie de un rectángulo es 20 m2, ¿cuánto mide la base si la altura, mide 4 m.?”
Figura 23. Problemas de estructura multiplicativa asociados a la terna (E, E’, E’’).
Problemas asociados a la terna ( I, I’, I’’), donde incluye problemas de tipo I x I’ = I’’ y las
divisiones asociadas. Ejemplos de estos problemas se muestran en la Figura 24.
I x I’ = I’’ “Cada caja de caramelos tiene 3 bolsas, y cada bolsa tiene 10 caramelos ¿cuántos
caramelos hay en una caja?”
“Un tren tiene 5 vagones y cada vagón tiene 50 asientos ¿cuántos asientos tiene el tren?”
Manuales Uex
Figura 24. Problemas de estructura multiplicativa asociados a la terna (I, I’, I’’).
133
Lorenzo J. Blanco Nieto, Ana Caballero Carrasco, Janeth A. Cárdenas Lizarazo
Por otra parte, Castro y Castro (1996) se refieren a la aportación de Nesher (1988) quien
se sitúa desde una perspectiva lingüística para buscar las relaciones semánticas entre las
proposiciones subyacentes al texto. Así, distinguen tres grandes categorías: de razón, de com-
paración y de combinación o producto cartesiano.
Problemas de razón que aparecen como una subclase del tipo I x E = E’, como los ejem-
plos de la Figura 25. En el primer problema de la Figura 25, aparece el cociente de dos
magnitudes (cantidad intensiva; caramelo/paquete, km./h.), que se repiten un número de
veces determinado (en relación con la unidad del denominador). La razón que aparece en
estos problemas caracteriza este grupo, y le da el nombre.
“Compramos 3 paquetes de caramelos, que tienen 4 caramelos cada uno. ¿Cuántos caramelos
hemos comprado?”
“Cuantos km. has recorrido durante 3 horas, si has estado corriendo a razón de 4 km./h.”
Iván tiene tres euros y Paula tiene cuatro veces los euros de Iván. ¿Cuántos euros tiene Paula?
Valle tiene seis camisas y dos pantalones. Si se pone una camisa y un pantalón cada vez, ¿de cuán-
tas formas distintas puedes vestirte?
Los problemas en más de una etapa son problemas más complejos que contienen más de
una situación de las señaladas anteriormente. Cada una de estas situaciones puede dar lugar
a subproblemas diferentes. Así podemos considerar los problemas expuestos en la Figura 28.
“En un huerto había 14 árboles, se han plantado 13 naranjos y 17 higueras, ¿cuántos árboles habrá
ahora?”
“Queremos comprar tres paquetes de patatas de 1,35 euros y cinco cajas de galletas de 2,40 euros.
¿Cuánto nos gastaremos?”
David se ha gastado 2,30 euros el sábado y 5,50 euros el domingo. ¿Cuánto se ha gastado el fin
de semana? Si tenía 10 euros, ¿cuánto le quedará?
David se ha gastado 2,30 euros el sábado y 5,50 euros el domingo. Si tenía 10 euros, ¿cuánto le
quedará?
5. Epílogo
Manuales Uex
Por otra parte, los textos escolares proponen unos tipos de problemas en los primeros
cursos, cuando los alumnos trabajan los problemas de una etapa (Blanco y Calderón, 1994),
y otros diferentes cuando los alumnos se incician en los problemas dos etapas, lo que añade
dificultad a la enseñanza de la resolución de problemas.
Estas dos evidencias, mostrarían una vez más, que la investigación educativa no se refleja
en los materiales escolares y, por ende, en la práctica escolar en las aulas. Lo que debería ser
objeto de reflexión en las instituciones educativas.
Bibliografía
Ed, 1986.
— N.C.S.M. Essential Mathematics for the twenty-first century. The position of the NCSM.
Mathematics Teacher, 1989, vol. 82, n. 6, p. 470-474.
— NCTM. Estándares curriculares y de evaluación para la Educación Matemática. Sevilla:
S.A.E.M, 1991.
137
Lorenzo J. Blanco Nieto, Ana Caballero Carrasco, Janeth A. Cárdenas Lizarazo
138
Capítulo 9
Trabajamos con un problema de Geometría
Lorenzo J. Blanco Nieto y Clara Jiménez Gestal
... el alumno debe desarrollar y perfeccionar sus propias estrategias, a la vez que
adquiere otras generales y específicas que le permiten enfrentarse a las nuevas situacio-
nes con probabilidad de éxito. En este sentido, se brindará a los niños la oportunidad de
familiarizarse con procesos que facilitan la exploración y resolución de problemas como:
comprensión y expresión de la situación matemática (verbalización, dramatización, dis-
cusión en equipo), extracción de datos y análisis de los mismos, representación en forma
gráfica del problema o situación, formulación de conjeturas y verificación de su validez
Manuales Uex
o no, exploración mediante ensayo y error, formulaciones nuevas del problema, compro-
bación de resultados y comunicación de los mismos. Se hace necesario, asimismo,
desarrollar la capacidad de persistir en la exploración de un problema (MEC, 1992, p. 92).
3 cm.
La experiencia nos muestra que en esta ocasión los estudiantes aceptan el término de
radio del cuadrado sin generar duda o debate, lo que no significa que asuman el concepto.
Esta doble presentación nos permite hablar a los estudiantes de la importancia de los formatos
(verbal/figura) en los enunciados de los problemas que analizamos en más profundidad en el
Capítulo 6.
Llegado a este punto, iniciamos la primera fase del Modelo Integrado (ver Capítulo 7),
partiendo de la identificación y descripción de los conceptos explícitos e implícitos que apa-
recen en la figura una vez dibujadas algunas líneas y establecidas nuevas medidas.
De esta manera, transformamos la figura inicial en nuevas figuras que nos sugieren nuevos
conceptos, datos y relaciones entre ellos (Figura 3).
140
Trabajamos con un problema de geometría
6 cm. 6 cm.
Ante esta situación pedimos a los estudiantes que encuentren figuras, indiquen sus carac-
terísticas, datos que conocemos o podemos conocer en cada una de ellas, determinar rela-
ciones entre las figuras, etc. Y se pone de manifiesto la importancia de la notación en
matemáticas para facilitar la comunicación (Figura 4).
A B
O
D C
Obviamente, la primera figura que señala es el ‘cuadrado ABCD’, que nos lleva a recordar
la definición de cuadrado. Llegado este punto, la pregunta es inmediata: ¿qué fórmulas pode-
mos utilizar para calcular el área y perímetro de la figura ABCD? En diferentes ocasiones,
como consecuencias de actividades anteriores en el aula, algunos estudiantes señalan que
también es un rombo ya que tiene los cuatro lados iguales. Lo que nos lleva a plantear la
definición de rombo y establecer la relación entre cuadrado y rombo y señalar que el ‘cua-
drado es un caso particular del rombo’.
A pesar de esta observación, la primera intención de los estudiantes para calcular el área
del cuadrado es utilizar el teorema de Pitágoras en el triángulo BCD y así conocer cuánto
mide el lado del cuadrado. Es evidente que estos estudiantes están pensando en la expresión:
Área de la figura ABCD = l2.
En muy pocas ocasiones algunos estudiantes plantean que dado que la figura es también
un rombo podríamos utilizar la expresión: Área de la figura ABCD = (dxd)/2. La posibilidad
Manuales Uex
de usar la expresión de cálculo de área de un rombo de manera general para los cuadrados
es un descubrimiento para un número importante de estudiantes.
Debido a las dudas de los estudiantes acerca de esta relación, en numerosas ocasiones
aprovechamos esta situación para plantear las dificultades estudiadas con los conceptos
geométricos (Blanco, 2001).
141
Lorenzo J. Blanco Nieto, Clara Jiménez Gestal
3 cm
3 cm
Es este otro momento que merece una reflexión interesante ya que la posición de trián-
gulo rectángulo apoyado sobre uno de sus catetos, propuesta por los estudiantes, nos permite
generalizar su aportación a todos los triángulos rectángulos. Lo que nos lleva a enunciar un
‘nuevo teorema’: Para calcular el área de los triángulos rectángulos multiplicamos los catetos
Manuales Uex
E
A B
o
H F
D C
G
La redacción anterior muestra, en primer lugar, algunas afirmaciones que no son precisas
y rigurosas. Así, “Hallar el área mediante el teorema de Pitágoras”, no es una afirmación
cierta. El teorema de Pitágoras relaciona la medida de los lados (catetos e hipotenusa) o la
superficie de los cuadrados que podemos formar con ellos.
Pero al mismo tiempo indica dificultades claras para discernir entre una estrategia con-
creta para un problema específico y una estrategia general para problemas similares.
Así, podemos encontrar:
Que son cuestiones generales pero sin relación específica con las figuras del problema y
sin unir específicamente las proposiciones entre sí.
También resulta interesante la falta de rigor en el uso de los símbolos. Así, por ejemplo,
pueden utilizar para calcular el valor del lado del cuadrado la expresión h2 = c2 + c2 y cambiar
la letra ‘h’ por la ‘l’ para significar la expresión del área del cuadrado.
La tercera fase del Modelo General se refiere al desarrollo de las diferentes estrategias que
hayamos podido diseñar. Es un paso importante que nos llevará a la solución del problema y
en el que fijaríamos algunas características necesarias. Así, se deberán registrar todos los
pasos a seguir y que han debido de establecerse en el diseño de cada una de las estrategias.
Es importante que los resolutores sepan explicar y controlar en todo momento cada uno de
los pasos seguidos hasta alcanzar la solución. Y, finalmente, se debe actuar con orden, rigor
y precisión en el manejo de los conceptos y procesos como norma para un buen desarrollo
matemático. Tener en cuenta estas cuestiones parece importante para llegar a la solución del
problema evitando errores y equivocaciones. Por ello, parece oportuno que los estudiantes
las valoren, lo que es responsabilidad del profesorado.
En nuestro caso sólo vamos a resolver el problema siguiendo tres procedimientos.
– Desarrollo de la Estrategia 1.
La diagonal del cuadrado/rombo ABCD viene dada en el enunciado del problema y
vale 6 cm. Aplicamos la expresión del cálculo del área de un rombo.
A = (6 cm. x 6 cm.) / 2 = 36 / 2 = 18 cm2
Manuales Uex
– Desarrollo de la Estrategia 2.
A partir del valor de la hipotenusa en el triángulo rectángulo ABD, calculamos el valor
del cateto que coincide con el lado del cuadrado.
d2 = l2 + l2 62 = l2 + l2 = 2 l2 36 = 2 l2 18 = l2 = √18
El lado del cuadrado vale √18 cm.
145
Lorenzo J. Blanco Nieto, Clara Jiménez Gestal
Finalizada la fase tres, podríamos señalar que el problema estaría resuelto. Sin embargo,
plantear y resolver problemas de matemáticas en primaria tiene la finalidad de trabajar mate-
máticas y de aprender a resolver problemas. Es por ello, que se hace necesario la cuarta fase
de revisión del proceso y de la solución para aprender del trabajo realizado. Y favorecer la
transferencia de los conocimientos aprendidos a otras situaciones y problemas posteriores.
Podemos iniciar esta fase releyendo el problema y comprobando que todos los resultados
de los diferentes procedimientos son iguales, y viendo la consistencia de la solución obtenida
con la situación planteada. No es inusual que, en secundaria, nos encontremos con solucio-
nes de problemas de áreas con resultados negativos o números decimales cuando la solución
trata de personas.
Por otra parte, en el currículo se indica “... la toma de conciencia de los procedimientos
mentales y las estrategias que utiliza para resolver problemas, constituye un fuerte motor del
desarrollo cognitivo” (Decreto, 2007a, p. 7840). Por ello parece oportuno revisar, comparar
y valorar las diferentes estrategias. Cuando revisamos las estrategias señaladas y preguntamos
cuál o cuáles les han resultado más fáciles es usual que hagan referencias a la primera estra-
tegia (d x d/2), aunque reconocen la dificultad de identificar la figura con un rombo. Y, al
Manuales Uex
mismo tiempo, señalan que la estrategia dos, que inicialmente habían pensado la gran mayo-
ría, resulta más complicada por el uso de las raíces cuadradas.
Para ellos es un descubrimiento que para calcular el área de un cuadrado podamos utili-
zar dos expresiones diferentes. Y que se pueda elegir una u otra en función de los datos que
nos aporte el enunciado.
146
Trabajamos con un problema de geometría
El análisis de las otras tres estrategias nos indica que para calcular el área de una figura
podemos descomponerlas en otras más pequeñas, si ello facilita los cálculos. El currículo
señala que “se valorará también el empleo de métodos para calcular áreas basados en la
descomposición en figuras elementales” (Decreto, 2007b, p. 8112), procedimiento que no es
recurso usual en los estudiantes para maestro. Y que, consecuentemente, no reproducirán en
sus aulas.
La comparación de los procedimientos 1 y 2 con los procedimientos 3, 4 y 5 nos indica
que para calcular el área de una superficie podemos utilizar una formula directa si tenemos
los datos para ello, o utilizar un procedimiento de composición, descomposición o comple-
mentación si, como en el caso que nos ocupa, podemos calcularla fácilmente.
El análisis de la estrategia cuatro nos lleva a definir una nueva fórmula que, también, les
resultará interesante. Así, del uso de la Figura 4 podemos generalizar a todos los triángulos
rectángulos la consideración de base y altura para sus catetos, lo que nos lleva a enunciar un
nuevo procedimiento para calcular el área de los triángulos rectángulos: “Para calcular el área
de los triángulos rectángulos multiplicamos sus catetos y dividimos por dos el resultado”.
Siempre debemos preguntar si existen otros procedimientos de solución de los problemas.
En este caso existen otras formas diferentes de resolver este problema que se sustenta del uso
del método de descomposición/complementación para calcular el área de figuras planas.
Por nuestra parte añadimos una de ellas (Figura 7) que surgió en clase a partir de una
doble modificación de la Figura 6. Así, el EM dibujó un cuadrado inscrito (EFGH) cuyo lado
vale 3 y es la mitad del cuadrado ABCD.
E E
A B A B
o
H F H F
D C D C
G G
En los trabajos que hemos realizado le hemos dado importancia a diferentes aspectos del
dominio afectivo en relación a la resolución de problemas (Gil, Blanco y Guerrero, 2006).
Estos trabajos nos muestran las dificultades de tipo afectivo que los estudiantes para maestro
tienen como resolutores de problemas (Capítulo 1 y 3).
Es por ello que en el modelo propuesto (Capítulo 7) hemos considerado la última activi-
dad señalada en la fase cuatro y esta nueva fase al objeto de reforzar la confianza, autoestima
e interés por los problemas. Así, reflexiones acerca de ¿qué he aprendido? ¿he sido capaz de
enfrentarme al problema? o autoinstrucciones positivas como “he sido capaz de resolverlo”,
“ahora lo encuentro más fácil e interesante”, etc. parece oportuno señalarlas al objeto de
evitar algunos bloqueos ante situaciones similares en el futuro.
Y, para finalizar, les indicamos a los estudiantes los problemas que hemos resuelto, explí-
cita o implícitamente, para justificar el esfuerzo realizado.
– Calcular lo que miden los catetos de un triángulo rectángulo cuya hipotenusa mide 6 cm.
– Calcular el área de un triángulo rectángulo cuyos catetos miden 3 cm.
– Calcular el área de un cuadrado de lado 3 cm.
Bibliografía
— BLANCO, LJ. Errors in the Teaching/Learning of the Basic Concepts of Geometry. Interna-
tional Journal for Mathematics Teaching and Learning, 2001, p. 2-11. Recuperado de: http://
www.cimt.plymouth.ac.uk/journal/lberrgeo.pdf.
— BLANCO, LJ; GUERRERO, E; CABALLERO, A. Cognition and Affect in Mathematics Pro-
blem Solving with Prospective Teachers. En The Mathematics Enthusiast, 2013 - Special
Issue, Vol. 10, n. 1 y 2, p. 335 – 364. Recuperado de http://www.math.umt.edu/tmme/
vol10no1and2/13-Blanco-et%20al_pp335_364.pdf.
— CABALLERO, A; BLANCO, LJ; GUERRERO, E. Problem Solving And Emotional Education
In Initial Primary Teacher Education. En The Eurasia Journal of Mathematics, Science and
Technology Education, 2011, Vol. 7, n. 4, p. 281-292. Recuperado de: http://www.ejmste.
com/v7n4/EURASIA_v7n4_Caballero.pdf.
— Decreto 82/2007 por el que se establece el Currículo de Educación Primaria para la Co-
munidad Autónoma de Extremadura. DOE, nº 50 de 3 de Mayo de 2007.
— Decreto 83/2007 por el que se establece el Currículo de Educación Secundaria Obligatoria
Manuales Uex
En nuestra vida cotidiana, la resolución de problemas es una de las habilidades que todos
utilizamos de forma continua. Planificar, tomar decisiones o gestionar nuestros asuntos,
requieren el uso del pensamiento lógico y habilidades de resolución de problemas.
Estas habilidades incluyen procesos tales como el análisis y la síntesis, la predicción, la
evaluación o la reflexión, procesos que son habitualmente trabajados en el campo de las
matemáticas. Uno de los objetivos de su enseñanza es, precisamente, educar a los alumnos
como resolutores eficaces de problemas, que aparecen primero en la construcción de los
objetos matemáticos y se pueden aplicar después en diferentes contextos de la vida diaria.
Esta realidad ha sido destacada en numerosos documentos curriculares, tanto nacionales
como internacionales (NCTM, 2000; Real Decreto 126/2014) así como en los resultados de
la investigación (Blanco, 2007; Blanco y Blanco, 2009; Casas, Luengo, Ramos y Carvalho,
2013; Santos-Trigo, 2008; Schoenfeld, 1985, 1992, 2007), algunos de ellos recogidos en este
mismo volumen, y hay una aceptación general de que el primer objetivo de la enseñanza de
las matemáticas debe ser convertir a los alumnos en competentes resolutores de problemas.
Pero si queremos que la resolución de problemas sea educativamente eficaz, ha de con-
tribuir a desarrollar determinadas capacidades básicas en los alumnos: leer comprensiva-
mente, reflexionar, establecer hipótesis, planificar y evaluar las estrategias, comprobar
resultados y saberlos comunicar.
Y para ello es necesario que la enseñanza de las matemáticas incida en estos procesos
planteando a los alumnos verdaderos problemas, pues solamente los que lo sean ayudarán a
desarrollar estas capacidades. En caso contrario serán meros ejercicios, útiles, quizá, para
desarrollar otras capacidades, pero no éstas a las que nos estamos refiriendo.
Manuales Uex
La primera de ellas es: ¿para qué han servido en matemáticas las tecnologías de la comu-
nicación antiguas y qué han aportado las nuevas TIC?
Tradicionalmente, la enseñanza de las matemáticas se ha basado en el proceso de la
comunicación de conocimientos entre el profesor y el alumno, convirtiéndose en un proceso
más o menos unidireccional o bidireccional dependiendo del modelo educativo adoptado:
desde un extremo en que el profesor transmite y el alumno recibe la información, hasta un
modelo en que el conocimiento se construye de forma interactiva mediante la comunicación
entre ambos. En cualquiera de estos modelos, la palabra y el libro han sido instrumentos
esenciales en la comunicación.
Desde el momento en que aparecieron las nuevas tecnologías, de forma muy breve pode-
mos señalar que, respecto a lo que nos ofrecían las antiguas, hemos mejorado en dos aspectos:
– Transmisión de información: las nuevas TIC han mejorado la forma tradicional,
secuencial, en que el profesor, de forma verbal, o los libros en forma escrita, transmi-
tían la información, y han facilitado el acceso a una cantidad ingente de información
al alcance de cualquiera, en una forma visualmente atractiva.
– Herramientas de representación y cálculo: permiten reducir el tiempo que tradicional-
mente se dedicaba a tareas rutinarias permitiendo centrarse en otras de más alto nivel.
La segunda cuestión que debemos plantearnos es ¿qué pueden aportar las TIC en el
futuro? Señalaremos tres aspectos que nos parecen destacados:
– En primer lugar, está mejorando día a día el atractivo de la información, y sobre todo
la forma realística en que se presenta la información, bastante diferente a las opciones
presentadas en los tradicionales medios escritos.
– Otra posibilidad es su poder para simular procesos que en otra forma serían lentos o
complejos, ayudándonos en la aproximación manipulativa a la solución de un pro-
blema, o en su resolución mediante procesos de ensayo y error.
– También nos ofrecen la posibilidad de mejor interacción entre alumnos y con el pro-
fesor, encontrar información desconocida, resolver de forma colaborativa un pro-
blema o utilizar las cada vez más extendidas plataformas virtuales.
Debemos hacer, por último, una reflexión común a cualquier otra tecnología introducida
en la enseñanza: las tecnologías no son neutras, y su utilización depende del modelo peda-
gógico que se adopte.
Manuales Uex
tados o no a pizarras interactivas digitales. Sin embargo, no podemos olvidar que, actual-
mente, emergen herramientas de gran calidad técnica, adaptadas o concebidas en origen para
dispositivos móviles (tablets o smartphones), habitualmente conocidas como Apps. Estas
aplicaciones, dinámicas e intuitivas, aprovechando la simplicidad de funcionamiento de las
pantallas táctiles pueden ser de gran ayuda en la enseñanza de la resolución de problemas.
151
Luis M. Casas García, José Luis Torres Carvalho
Figura 2. http://conteni2.educarex.es/mats/11813/contenido/
La red ofrece, desde hace bastante tiempo, distintas herramientas para trabajar la resolu-
ción de problemas. Entre ellas, podemos diferenciar cinco grupos:
Manuales Uex
Figura 3. Πitágoras Herramientas. Recursos para las matemáticas (Mariano Real Pérez).
Herramientas de autor
Un buen número de estas herramientas permiten, actualmente, de una manera relativa-
mente sencilla, la realización de actividades para alumnos: puzzles, actividades de relacionar
o completar, preguntas de elección múltiple, etc. Entre estas herramientas podemos citar
JClic, Cuadernia, Hot Potatoes, eXelearning, PHPWebQuest, entre otras.
El problema común a todas estas aplicaciones, en su estado actual de desarrollo es, en
nuestra opinión, que, aunque ofrecen posibilidades de presentar información o distintos for-
matos para que los alumnos respondan a las actividades propuestas, siguen estando, por el
momento, limitadas a pocas alternativas: completar, elegir la respuesta correcta, seleccionar
o relacionar, y comprobar la respuesta dada por el alumno.
Sin embargo, empiezan a surgir proyectos de desarrollo de herramientas que intentan
colmatar estas lagunas introduciendo nuevas posibilidades, como la autorregulación del pro-
ceso de resolución, la mayor interacción usuario-máquina o entre usuarios, una mayor varie-
dad de modelos de problemas y más flexibilidad en su forma de representación y resolución.
En este tipo de entornos la resolución de problemas se desarrolla a través de prácticas de
enseñanza colaborativa inspiradas en el constructivismo.
Algunos ejemplos de entornos con estas características son las aplicaciones ARILAB2 y
ARI@ITALES (http://www.itd.cnr.it/arilab/_english/) creadas por los investigadores Rosa Maria
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Herramientas dinámicas
En este grupo incluimos aquellas aplicaciones que simulan herramientas reales aunque
con mayores potencialidades. De este modo permiten abordar la resolución de problemas,
por ejemplo geométricos, de un modo interactivo.
En este tipo de herramientas, una de las que más se han extendido es Geogebra
(Figura 5), un potente programa de matemática dinámica que ofrece recursos para que los
alumnos puedan trabajar, permitiéndoles la creación de construcciones y modelos para
exploración interactiva, no sólo en geometría, sino en álgebra, cálculo o estadística. Acce-
sible en www.geogebra.org.
Permite también a los profesores crear páginas web interactivas y compartirlas con otros pro-
fesores de todo el mundo. Muchas de ellas están disponibles en http://www.geogebratube.org/.
Manuales Uex
En una posición intermedia entre los productos creados con herramientas de autor y las
herramientas dinámicas propiamente dichas, hay también recursos dedicados a la ense-
ñanza de la Geometría, como los disponibles en el portal Educarex (Figura 6), de la Junta
de Extremadura:
http://contenidos.educarex.es/mci/2004/18/ o http://contenidos.educarex.es/mci/2007/24/
155
Luis M. Casas García, José Luis Torres Carvalho
Herramientas de programación
Manuales Uex
Figura 8. Kodu.
Squeak (http://www.squeak.org/) es una moderna herramienta open source, con todas las
funciones y el ambiente de programación del lenguaje Smalltalk. Esta herramienta pretende,
158
Resolución de problemas en matemáticas y TIC. Propuestas actuales y perspectivas de futuro
a partir de varios medios de expresión (texto, video, sonido, música, gráficos 2D, gráficos 3D,
etc.) ser el soporte para el desarrollo de nuevas aplicaciones multimedia educativas.
Como todas las herramientas que se incluyen es esta categoría, está destinada a ayudar a
los alumnos a cambiar su forma de aprendizaje y a “aprender creando”. Squeak responde a
una visión de la tecnología como instrumento al servicio del “aumento de la inteligencia
humana”, procurando ayudar a los alumnos a comprender y valorar el mundo de una forma
diferente. Alan Kay, el principal promotor del proyecto Squeak que comenzó en Apple y
continuó desde Walt Disney, colaboró estrechamente con Seymour Papert, discípulo de
Piaget y creador de Logo, en el MIT.
Figura 9. El tinglado.
Prácticamente todas las aplicaciones que hemos visto coinciden en que, además de que
sólo contienen los tradicionales problemas aritméticos escolares, son bastante sencillas, tanto
en lo referenta a su diseño como al modelo didáctico subyacente, pues responden al modelo
conductista de refuerzo de los aciertos/errores del alumno. Incluimos varias de ellas al final
de este trabajo como Anexo.
Manuales Uex
Llama la atención la denominación que emplea como “problemas tipo PISA”, pues recoge el
tipo de tareas que suelen incluirse en esta prueba de evaluación internacional. Y llama más aún
la atención que esta modalidad sea poco frecuente en los materiales mostrados anteriormente.
En la línea de Winmates, pero con significativas diferencias en cuanto a la modularidad,
flexibilidad, aleatoriedad y dinamismo de los modelos de problemas, encontramos la aplicación
Pmate (http://pmate.ua.pt/) (Figura 13) del Proyecto Matemática y Enseñanza, del Departamento
de Matemáticas de la Universidad de Aveiro (Portugal). Se trata de una aplicación que genera
ejercicios y problemas basados en una estructura modular de enunciados y argumentos.
Los modelos de problemas creados en PmatE presentan formulaciones diferentes pero con
la misma estructura y los mismos objetivos, lo que permite que distintos alumnos trabajando
sobre el mismo modelo, en ordenadores diferentes, tengan siempre concretizaciones distintas
del problema. Los modelos son creados y clasificados con base en temas, objetivos didácticos
y niveles de dificultad (Carvalho, 2011).
o de búsqueda exhaustiva, y los agrupa en torno a seis clases o “metamodelos” (García Moreno,
2011). Propone no sólo distintos tipos de problemas, sino soluciones guiadas y sistemas de
ayuda al alumno. Las distintas alternativas para presentar datos o responder a los problemas
planteados son sumamente variadas: introducir números, completar textos, seleccionar o des-
plazar elementos, construir figuras, etc. Los contenidos muy bien adaptados para alumnos de
Primaria, no coinciden con los habitualmente propuestos en los libros de texto (Figura 15).
162
Resolución de problemas en matemáticas y TIC. Propuestas actuales y perspectivas de futuro
Figura 14. Resolución de Problemas – Metamodelos TIC (I) (Juan García Moreno).
Manuales Uex
Figura 15. Resolución de Problemas – Metamodelos TIC (II) (Juan García Moreno).
163
Luis M. Casas García, José Luis Torres Carvalho
La página presenta, por otra parte, unas guías didácticas sencillas y sumamente interesan-
tes en las que se describen pormenorizadamente el contexto y los contenidos de la aplica-
ción, objetivos que se persiguen y se hace referencia a su interés didáctico. Como se puede
constatar, las aplicaciones propuestas presentan una enorme variedad de procedimientos de
resolución: insertar números, completar texto lineal y texto organizado en tablas (con com-
pletado asistido y corrección instantánea), seleccionar elementos de la pantalla, desplazar
elementos gráficos, desplazar elementos textuales o gráficos, realizar pesadas en una balanza
virtual con funcionamiento realista, argumentar sobre imágenes y modelos dinámicos que
expresan relaciones cuantitativas, trazar líneas y caminos, construir, dibujar, componer y
descomponer (cortar) figuras, etc. (García Moreno, 2011)
Escenarios y Proyectos
Una de las alternativas para la enseñanza de la resolución de problemas que considera-
mos más interesante es la que podemos agrupar bajo la denominación de Escenarios, Proyec-
tos o Casos. Por tales se entienden representaciones preparadas por el profesor, alrededor de
un tema significativo, organizadas didácticamente con un guion que permita dirigir la
reflexión e indagación del alumno y contrastarla con las de sus compañeros (Azcárate y Car-
deñoso, 2011). Este tipo de trabajo supone un reto para los alumnos, pues acostumbrados a
resolver problemas aislados, deben afrontar diferentes procedimientos y decidir soluciones
adecuadas que implican más de un contenido.
En ellos se les propone entornos de aprendizaje activo, implicándoles en actividades
auténticas de investigación, en lugar de introducir los conceptos y técnicas descontextualiza-
das, o aplicadas únicamente a problemas tipo. De esta forma, pueden poner en práctica los
conceptos adquiridos, en casos concretos, contextualizados, situaciones globales que permi-
ten el desarrollo de las diferentes fases de la resolución de problemas.
Una de las propuestas de este tipo es la presentada en
http://www.ersilia.org/uds_mates/wb_udmates_es/src/index.html (Figura 16).
Manuales Uex
Como hemos tenido ocasión de comprobar en las páginas anteriores, buena parte de las
propuestas de resolución de problemas y TIC hacen un uso que reproduce el que se podría
haber hecho con tecnologías anteriores (libros, pizarra, …) y utilizan propuestas metodológi-
cas (aprendizaje por repetición, aprendizaje basado en procesos de estímulo / respuesta, …)
que no difieren en nada de los tradicionales.
Por otra parte, ninguna de ellas hace uso de una de las mayores potencialidades de las
tecnologías: su capacidad para establecer comunicaciones.
Podemos aprovechar estas potencialidades de las TIC llevando a cabo actividades cola-
borativas que difieren de las que se realizan con el uso de las metodologías tradicionales y
ofrecen nuevas posibilidades para el desarrollo cognitivo de nuestros alumnos.
Ejemplos de este tipo de trabajo son los propuestos ya en 2002 por Gómez García en su
trabajo de Tesis disponible en http://biblioteca.ucm.es/tesis/edu/ucm-t26874.pdf. En ella se
hace un repaso de tecnologías que pueden ser aplicadas para trabajo colaborativo y se pro-
ponen ejemplos de aplicación de estas tecnologías en el aula, para resolver, mediante apren-
dizaje colaborativo, problemas propuestos a los alumnos.
Un magnífico ejemplo, más actual, de trabajo en esta línea, no sólo por su realización
práctica, sino por sus reflexiones para la enseñanza, es el que propone el “Proyecto Clepsidra”,
del profesor Carlos Morales Socorro (Morales, 2013):
http://www3.gobiernodecanarias.org/medusa/ecoescuela/abriendolaescuela/files/2011/10/
I-2008-clepsidra.pdf
En este documento se muestra cómo, a partir de la investigación sobre la construcción de
un reloj de agua, una clepsidra, se potencia la búsqueda de información para resolver pro-
blemas y el trabajo comunicativo de los alumnos. Es muy interesante, además, la integración
que se hace de nuevas tecnologías disponibles para los alumnos.
En este mismo documento se presenta también el “Proyecto Galileo”: http://www.you-
tube.com/watch?v=_3MhsLyvz0g. Consiste en estudiar las funciones cuadráticas mediante el
estudio del proceso de caída libre de un objeto. En ambos proyectos se presenta la integración
de recursos para buscar información, o para comunicarla (por ejemplo Google Docs) así
como programas específicos de matemáticas (por ejemplo Geobebra u Open Office Calc)
libremente disponibles en la Red.
El futuro de la resolución de problemas mediante el uso de las TIC camina, en nuestra
Manuales Uex
opinión, en la misma dirección de las propias tecnologías: el adecuado uso de las TIC como
auténticas TAC, esto es, tecnologías para el aprendizaje y el conocimiento. El futuro no está
en las propias TIC, sino en el cambio en su utilización. La idea clave es que deben servir para
presentar contenidos o reforzarlos, pero además para apoyar nuevas dinámicas de trabajo,
que incluyan la exploración, la creación y la comunicación.
166
problemática real o simulada. ¡La Matemática es útil y maravillosa!
Las TIC pueden ayudar enormemente tanto como soporte del trabajo colaborativo y cooperativo con
Wikis y Foros (y Blogs si no disponemos de Moodle), como un mecanismo eficiente de Atención a la
Resolución de problemas en matemáticas y TIC. Propuestas actuales y perspectivas de futuro
Diversidad.
El Software Libre Específico de Matemáticas (MAXIMA, SAGE, ...) y el Genérico de
Ofimática (OpenOffice) puede integrarse en el aula tal y como lo haría en un entorno real de
investigación científicomatemático. Por tanto, no se hace un uso académico del mismo sino
que se reproduce su uso real, lo cual es un detalle a tener muy en cuenta.
Los materiales
manipulables o, simplemente, los objetos reales deben estar presentes
en el aula. El Profesorado de Idiomas habla de “Realia” para referirse a
esta misma idea... El alumnado debe medir, comprobar, experimentar, ...
y, posteriormente, construir modelos matemáticos y extraer
conclusiones.
Desde hace algunos años se emplea el término Web 2.0, para aludir a las aplicaciones
web que permiten tanto acceder a información o a productos creados por otras personas,
como también aprovechar sus potencialidades para la creación de contenidos propios y,
21
sobre todo, comunicarlos a otras personas. Esta es la idea con la que se trabaja en la actuali-
dad en los foros de profesores dedicados a la enseñanza de las matemáticas.
La Web 2.0 es considerada en la actualidad como una actitud más que como una herra-
mienta, un cambio de paradigma en la comunicación en la red que transforma la pasividad
en la colaboración. Los contenidos son creados en su mayor parte por los usuarios, que a su
vez reciben valoraciones de otros usuarios retroalimentando estas aportaciones. La enseñanza
y, en particular, las matemáticas no pueden dejar pasar esta oportunidad de trabajar las dife-
rentes competencias a través de blogs, redes sociales, y otras plataformas colaborativas.
FESPM (2012, sin paginar)
Del mismo modo, avanzaremos con un nuevo concepto: Matemáticas 2.0 al referirnos a
las aplicaciones TIC para la enseñanza de las matemáticas que permitirán además de su uti-
Manuales Uex
Bibliografía
entorno de enseñanza colaborativa con soporte informático (CSCL) para Matemáticas. Tesis
Doctoral. Universidad Complutense de Madrid, 2002.
— MORALES C. El Aprendizaje basado en Proyectos en la Educación Matemática del siglo
XXI. Cuaderno de bitácora. Ponencia presentada en XV JAEM. Palma de Mallorca, 2 al 15
de Julio, 2013. Recuperado de: http://www.oei.es/salactsi/carlosmoralessocorro.pdf.
168
Resolución de problemas en matemáticas y TIC. Propuestas actuales y perspectivas de futuro
Páginas que ofrecen ayudas teóricas o dirigidas a la práctica de los alumnos para la resolución
de problemas.
La página de José María Sorando Muzás ofrece una interesante reflexión acerca de la
resolución de problemas en general: estrategias, enseñanza – aprendizaje y aplicaciones en
Educación Secundaria.
http://catedu.es/matematicas_mundo/PROBLEMAS/problemas.htm
Aunque ofrece problemas presentados tan sólo en forma de texto, es interesante la página
de José Escudero Martín, que, además de orientaciones sobre métodos y estrategias de reso-
lución de problemas, presenta una buena colección de ellos.
http://platea.pntic.mec.es/jescuder/BLOG-1/Resolucion%20de%20problemas%20mate-
maticos.pdf
Otra página que ofrece orientaciones y guía, de manera sencilla a los alumnos en la
resolución de problemas aritméticos escolares es la del C.E.I.P. San José de Calasanz, en
Valencia:
Manuales Uex
http://www.duendecrispin.com/gusanito-de-seda/bertin-matematico.html
También se ofrecen orientaciones sencillas a los alumnos, en la siguiente página, con
problemas aritméticos escolares elementales:
http://conteni2.educarex.es/mats/80172/contenido/index.html
169
Luis M. Casas García, José Luis Torres Carvalho
Manuales Uex
171
Capítulo 11
Actividades específicas para primaria
sobre la resolución de problemas
Lorenzo J. Blanco Nieto
1. Introducción
que ayudarán a desarrollar estrategias personales de resolución. Así, propone siete actividades
diferentes donde quiere insistir en el proceso de manipulación, transformación, expresión
semántica y representación sintáctica en la resolución de problemas. Por ejemplo, propone
pasar de una acción a una operación. Se trataría de escenificar una situación matemática y
que los niños expresen la operación representada. O, dada una situación inicial y una final
descubrir qué transformación se ha realizado y expresarlo aritméticamente.
También indica actividades concretas a partir de su análisis sobre las dificultades de los
alumnos ante los problemas. Ello, le sugiere proponer que a partir de una operación concreta
los alumnos redacten el enunciado de un problema que se pueda resolver con ella. O, a
partir de un problema y varias soluciones escoger la buena sin hacer operaciones, explicando
su razonamiento y elección.
Esta propuesta, nos recuerda la importancia de las actividades para relacionar los concep-
tos y operaciones aritméticas implicadas en los problemas y las situaciones que estos repre-
sentan. Hay que recordar que la formulación o invención de problemas es algo que se sugiere
en el currículo. En el currículo de Primaria encontramos Unidades de Análisis (Ver Capítulo
2) que nos muestran esta idea: “Formular problemas sencillos en los que se precise...“
(Decreto, 2007, p. 7915). O, también: “Invención de problemas a partir de situaciones dadas”
(Decreto, 2007, p. 7913).
Es, pues, necesario señalar actividades que provoquen y ayuden a los alumnos en el
análisis y comprensión de las situaciones iniciales, o la búsqueda de situaciones lo más reales
posibles y la utilización de procedimientos de solución útiles para cuando el alumno esté
fuera del contexto escolar. Que les ayuden a entender y generalizar las estrategias.
Consecuentemente, iremos proponiendo situaciones concretas y reflexionando acerca de
la idoneidad de su propuesta en la enseñanza obligatoria. El objetivo es proporcionar a los
maestros en formación un material concreto que puedan utilizar en las aulas de primaria.
Cuando analizamos el currículo de primaria encontramos múltiples sugerencias sobre activi-
dades que facilitaría alcanzar las competencias señaladas en relación a la resolución de problema:
Inventar y formular problemas sobre diferentes contenidos.
–
Producir e interpretar distintos tipos de información.
–
Comprensión en detalle de la situación planteada.
–
Expresar con claridad y precisión informaciones, datos y argumentaciones.
–
Identificar y selecionar las variables y relacionarlas.
–
Comprender la situación para extraerla información relevante y la que no.
–
Manuales Uex
Analizar el enunciado para especificar los datos implíticos e explícitos y el objetivo del
–
mismo.
Representar la situación descrita.
–
Establecer un plan de trabajo para resolver los problemas.
–
Elaborar y utilizar instrumentos y estrategias personales.
–
174
Actividades específicas para primaria sobre la resolución de problemas
Las actividades que vamos a plantear tienen como objetivo general identificar situaciones
que puedan ser resueltas con algún procedimiento matemático lo que permitirá a los alumnos
adquirir o reforzar el significado de las operaciones aritméticas en relación a situaciones que
puedan presentarse en diferentes contextos (Ver Capítulo 6).
2.1. Inventar o formular problemas que se realicen con distintos algoritmos o procesos
Inventar problemas a partir de otros o que impliquen conceptos y/o procesos matemáticos,
permite acercarse a los problemas de otra manera. Se entenderá y reflexionará sobre algunas
relaciones entre objetos matemáticos implicados que pasan inadvertidas en los proceso de
solución. El alumno podrá observar que no es más fácil inventar problemas que resolverlos.
Manuales Uex
Para ejemplificar este tipo de actividad vamos a señalar tres contenidos específicos: la
multiplicación, las fracciones y las ecuaciones. Esta actividad podría ser resuelta de manera
genérica dando situaciones en las que podría utilizarse una operación determinada. Pero,
podremos concretarla más si le añadimos datos numéricos concretos. Es este caso, deberán
precisar más la aplicación real de las operaciones sugeridas.
175
Lorenzo J. Blanco Nieto
2.2. A partir de una situación concreta, preguntar por el significado de la operación realizada
2.3. A partir de una situación concreta, preguntar por la operación adecuada a la acción
Nos planteamos con este tipo de activiades para generalizar e interiorizar el proceso
Manuales Uex
Estas actividades son, especialmente, útiles para comprender el significado en las fórmu-
las de geometría escolar y las relaciones entre los conceptos implicados.
– “La longitud de la circunferencia es 17 cm. ¿Qué conoceremos si dividimos 17
entre π?”.
Es usual que la primera respuesta haga referencia al radio. Pero, de manera inmediata
algunos alumnos señalarán, también, al diámetro. De igual manera, si proponemos:
La diagonal de un cuadrado mide 8 cm. ¿qué podemos averiguar a partir de este dato?”
Es interesante comprobar el debate que se produce a partir de esta pregunta buscando
conceptos y procesos para utilizar la diagonal como dato inicial. Esta actividad nos puede
llevar al ‘descubrimiento’ de algunos alumnos cuando se indica que podemos calcular el área
del cuadrado a partir de las diagonales, mediante la aplicación de la expresión dxd/2 (Ver
capítulo 9).
Una situación similar a la anterior podemos plantarla a partir de preguntas que pueden
surgir de la curiosidad ante situaciones cotidianas. Así, se indaga por situaciones donde la
pregunta que se le explicita, tenga sentido.
– ¿Cuántos lápices compró Beatriz?
– ¿Cuántos kilómetros recorrieron?
– ¿Cuál es el volumen del cono?
– ¿Cuál es el volumen del recipiente?
Enunciar un problema cuya pregunta sea “¿Cuál es el volmen del cono?” implica el
análisis de la figura y la interiorización de las variables que aparecen en la fórmula del
volumen del cono.
Podemos porponerles a los resolutores un conjunto de datos para que ellos sean capaces
de plantear situaciones que les ayudarían a formular diferentes problemas. Una sucesión de
datos, un dibujo, un gráfico, una tabla, o una sucesión de viñetas pueden ser un buen motivo
para desarrollar una historia que implique un problema matemático.
Manuales Uex
Sabemos que Beatriz tenía 80 cromos y Miguel 45 cromos, formular problemas con
esos datos.
A partir de los datos que nos aporta los precios de un kiosko de chucherías (Chicle, 5
céntimos; 1 chocolatina 30 c.; regaliz 20 c.; chupachups, 20 c.) (Figura 1).
177
Lorenzo J. Blanco Nieto
20
20
30
Podemos plantearle a los resolutores actividades específicas con el objetivo de que bus-
quen relaciones entre diferentes variables que aparecen en una fórmula concreta.
178
Actividades específicas para primaria sobre la resolución de problemas
– Sabemos que el radio del bidón de Abel mide 5cm. Al bidón no le caben más de
2 litros ¿Qué información utilizamos para obtener tal conclusión? (Castro et al,
1995, 21)
– El lado de la base cuadrada de un depósito mide 2m. Sabemos que en el depósito no
caben más de 50 metros cúbicos de agua. ¿Qué podemos averiguar del depósito?
– El radio de la base de un depósito cilíndrico es de 1m. Sabemos que en el cilindro no
caben más de 50 metros cúbicos de agua. ¿Qué podemos averiguar del depósito?
Las actividades que proponemos en este apartado tienen como objetivo general fijar la
atención de los resolutores en analizar las situaciones planteadas antes de diseñar la estra-
tegia de solución. Comprensión lectora, la traducción de la situación/ problema planteado,
atención en la realización de la actividad, análisis del enunciado, significado de los dife-
rentes procesos matemáticos útiles para la resolución de problemas son algunas de las
cuestiones que queremos trabajar y que están en la base de errores en la solución de los
problemas.
Por ello, consideramos conveniente proponer algunas actividades que llamarán la aten-
ción de los alumnos de enseñanza obligatoria que comprenderán la importacia de las cues-
tiones que hemos señalado, generando hábitos adecuados de resolución de problemas.
Los problemas enunciados necesitarán de una lectura comprensiva del texto en referencia
a la situación y a los datos aportados. El análisis de los resolutores requerirá señalar los datos
que utilizamos y/o desechamos en cada caso, por ser o no necesarios para constestar adecua-
damente. Nos permitirán trabajar sobre los datos necesarios e introducir modificaciones al
enunciado para darle sentido a la actividad.
3.2. Enunciados de problemas donde falten datos o que tengan preguntas inesperadas
Situaciones de este tipo inducen a los alumnos a detenerse ante el enunciado del pro-
blema y discriminar los datos, evitando la resolución automática de los mismos.
179
Lorenzo J. Blanco Nieto
– Raúl tiene una cuerda compuesta de dos trozos, uno azul y otro rojo. El trozo azul
mide 7 metros ¿Cuál es la longitud de la cuerda?.
– Para pagar 7 litros de leche entregamos un billete de 50 euros. ¿Cuánto nos devolve-
rán? (Adaptado de Ferrero, 1991).
– La edad de Abel es el doble de la de su hermana Helia, que es la mitad que la de su
primo Iván. ¿cuántos años tiene Helia?
– Hugo se montó en un autobús que recogió 3 pasajeros en la salida, 5 en una parada,
7 en otra, 6 en otra y 8 en la última, ¿cuántas paradas hizo?.
tado sería gratificante para los alumnos. Podemos desarrollar la actividad a modo de cuento,
tal como se ejemplifica en la Figura 2.
Actualmente la red ha puesto de moda una actividad que se contaba con reales y pesetas
hace algún tiempo, que Paulos (1996) recogió y que adaptamos a los euros y la época actual
(Figura 3).
180
Actividades específicas para primaria sobre la resolución de problemas
Este ejemplo y el contexto jocoso en el que usualmente se plantea, muestra las dificulta-
Manuales Uex
Uno de los aspectos fundamentales en la enseñanza de las matemáticas es que los apren-
dices sean capaces de encontrar el significado de los conceptos y de los procesos algorítmi-
cos. Así, podemos hablar de un mismo significado para la operación suma, pero es
evidentemente que podemos utilizar diversos algoritmos para resolver una suma. Los dedos
que se utilizan a modo de calculadora en una edad infantil (y adulta), diferentes algoritmos
escritos según los sistemas de numeración (sistema romano o decimal), el cálculo mental o
recursos tecnológicos nos inidican procesos variados para la operación suma.
—¡Una parcela! ¡Voy a comprarme una parcela! —gritó Mateo alborozado y sin soltar el periódico
de la mano.
—¿Qué me dices?, ¿te ha tocado el cupón?- dijo Beatriz sorprendida.
—No, aclaró Mateo. Esto es una ganga; piden sólo 6.000 euros. Llamaré inmediatamente a la
señora que la vende.
Mientras nuestro futuro propietario marcaba el número de teléfono, Beatriz cogió el periódico y,
tras leer atentamente el anuncio, le gritó: “No llames. Esto es una estafa”.
¿Es realmente una estafa el anuncio, o es una excusa de la mujer para no comprarla?
108 metros
75 metros
Manuales Uex
195 metros
Intenta encontrar un método claro que te permita contar todos los triángulos que aparecen en la
Figura. Luego, escribe cuántos hay, cómo los has contados y por qué tienes la seguridad de que no
te falta ninguno
Dos personas comparten la comida. El primero aporta dos panes y tres, el segundo. Al comenzar,
llega un tercero que no aporta ningún pan, pero da cinco monedas a los comensales anteriores.
¿Cómo deberían distribuirse las cinco monedas los dos primeros?
Dice una vieja historia que cierto día acercose un mozo a un vendedor de espárragos en el mercado,
y así le dijo:
—Ved que traigo conmigo este cordel que mide un palmo, y pregunto cuánto me cobraréis por el
mazo de espárragos que pueda atar con él.
Pidió el aldeano cinco reales y el mozo se mostró conforme, pagó y se llevó la mercancía.
A los dos días presentose el mozo y dijo al vendedor:
—Aquí vengo con este cordón que mide dos palmos. Os acordaréis que por los espárragos que
pude atar con el cordel de un palmo, me cobrasteis cinco reales. Así que por el mazo que atemos
con este cordón de dos palmos os pagaré diez reales, si lo veis justo.
Aceptó el aldeano, aunque le quedó cierta duda sobre la venta. ¿Están justificadas las dudas del
aldeano?
problema
Son múltiples veces que, en nuestra actividad diaria, abordamos situaciones en las que
precisamos de estimaciones y no necesariamente de cálculos exactos. Esta situación, que
refleja la situación real, debe llevarnos a cuestionar la necesidad de realización de cálculos
precisos en todos los problemas escolares. En algunas situaciones para estimaciones nos es
184
Actividades específicas para primaria sobre la resolución de problemas
más cómodo y útil desarrollar el cálculo mental sin necesidad de recurrir al lápiz y papel o
a la calculadora. Si utilizamos las estimaciones a través del cáculo mental es conveniente,
siempre que sea posible y a posteriori, confrontarlo con el resultado exacto.
– ¿Cuántos estudiantes hay en el colegio?
Los problemas de estimaciones pueden plantearse, también, a partir de presentar varias
soluciones posibles y que el alumno elija la que le parece más adecuada.
– En Reyes me regalaron un móvil, ¿Cuántos mensajes o wasp escribo en una semana?
¿y durante un mes?.
Muchos
Más de 100
Más de 50 y menos de 100
Más de 15 y menos de 50
Menos de 15
estrategias seguidas cuando hayamos utilizado más de una; la importancia de formular proble-
mas similares y de replantear el mismo problema con otra estructura diferente son aspectos que
mostrarían la comprensión asimilación del resolutor de la actividad realizada y ayudaría a la
capacidad de generalización y de traducción del problema a situaciones semejantes o nuevas.
Así, con el problema resuelto, podremos plantearles a los resolutores:
– Inventar problemas similares a los resueltos, bien con otros datos y/o en otras situa-
ciones o bien que sigan un procedimiento similar.
– ¿Qué hemos aprendido del problema? ¿Qué conceptos y procesos matemáticos están
implicados en el problema?
– De los procedimientos utilizados ¿cuál nos resulta más fácil? ¿Cuál nos gusta más?
7. Epílogo
Las activades mostradas y otras que podamos plantear tienen como objetivo fundamental
que los alumnos aprendan a resolver problemas. Son numerosos los heurísticos que implica
la actividad de resolución de problemas y que se muestran en los currículos. Ponerlos de
manifiesto y que los alumnos los asuman parece un objetivo necesario.
Al mismo tiempo, y dado que la evaluación debe formar parte del proceso de enseñanza
debemos proponer actividades de evaluación que evidencien que los alumnos han asimilado
nuestro propósito al plantear estas activiades.
Bibliografía
1992, nº 6, p. 14-21.
— LUCEÑO, JL. El número y las operaciones aritméticas básicas: su psicodidáctica. Alicante:
Marfil, 1986.
— PAULOS, JA. Un matemático lee el periódico. Tusquets Editores. (Metatemas 44). Barcelona,
1996.
186
Capítulo 12
Tipos de problemas de matemáticas
Juan Pino Ceballos
cuya resolución exigirá diferentes tareas para el resolutor. De igual manera, los contextos o fuen-
tes y las tareas exigidas a los resolutores nos permitirán establecer diferencias entre los proble-
mas. En Pino y Blanco (2008) se indica que la mayoría de los problemas que aparecen en los
libros de texto supone la aplicación de algún procedimiento o fórmula estudiada con anteriori-
dad, y señala que la actividad fundamental de estos resolutores es más mecánica que reflexiva.
187
Juan Pino Ceballos
Este capítulo se estructura en dos partes. En el primer apartado presentamos los aspectos
generales de algunas de las tipologías de problemas más divulgadas en el campo de las mate-
máticas y su didáctica, haciendo la distinción entre clasificaciones dicotómicas y otras más
exhaustivas. En los primeros párrafos incluimos las que clasifican los problemas en dos
amplias categorías y luego aquellas que incluyen más de dos categorías. En el segundo apar-
tado se explican con mayor grado de detalle varias de las tipologías del primer apartado,
incorporando ejemplos para cada clase con el propósito de ayudar a la comprensión de los
diversos tipos de problemas.
mal estructurados. Así, los problemas bien definidos serían aquellos en que existe un con-
senso sobre los objetivos y se consideran resueltos cuando el resolutor alcanza ese objetivo.
Pozo et al (1994), señalan que “un problema bien definido o estructurado es aquel en el que
se puede identificar fácilmente si se ha alcanzado la solución” (Pozo et al, 1994, p. 23). En
los problemas ‘mal definidos’ establecer los objetivos forma parte del problema.
188
Tipos de problemas de matemáticas
Con respecto a la estructura de los problemas, Noda (2001) y Santos (2007) recogen el
trabajo de Simon (1973), en el que distingue entre problemas “bien estructurados” y proble-
mas “mal estructurados”; el criterio de clasificación se refiere a la estructura y formulación
del problema. Los problemas bien estructurados son aquellos que encontramos en los textos
escolares donde toda la información necesaria para resolverlos está contenida en el enun-
ciado, las reglas para encontrar la solución correcta son claras y se tienen criterios definidos
para verificar la solución; por ejemplo: calcular el volumen de una esfera de radio 5 cm. En
el otro extremo están los problemas mal estructurados que son similares a los problemas que
nos encontramos en la vida diaria. Se trata de problemas que no presentan una estructura
bien definida, y donde la información puede ser insuficiente o excesiva, lo que necesita que
sean reformulados. Su resolución requiere diferentes procesos y criterios que deben ser con-
siderados. Por ejemplo: ¿Cuánto cuesta un coche?
Otros autores también hacen la distinción entre problemas abiertos y cerrados, en rela-
ción a la situación de partida y a la solución pedida. Para Pehkonen (1997), una de las tipo-
logías más importantes es la clasificación, no exhaustiva, entre problemas abiertos y cerrados.
Esta distinción se refiere al grado de exactitud de la descripción de las situaciones de partida
y llegada. En un problema cerrado el inicio y el final están exactamente explicados en la
tarea. Si la situación de partida o la de llegada son abiertas, entonces tenemos un problema
abierto. En este mismo contexto, Isoda y Olfos (2009) plantean que los problemas por natu-
raleza son abiertos señalando que “en el ámbito de la matemática escolar se dice que un
problema es abierto para un estudiante si éste no dispone de procedimientos estándares para
solucionarlo, o bien, el problema tiene varias soluciones” (Isoda y Olfos, 2009, pp. 99-100).
La posibilidad de varias soluciones y, simultáneamente, diferentes estrategias de solución
sería lo que caracterizaría a los problemas abiertos.
Puig (1996), utilizando como criterio de clasificación el método de resolución del pro-
blema, presenta las siguientes clases: ejercicios de reconocimiento si el resolutor lo único que
tiene que hacer es buscar en la memoria el resultado; mientras que si ha de ejecutar un
algoritmo de forma automática, se tratará de un ejercicio algorítmico. Además, considera los
problemas de aplicación cuando el resolutor conoce un procedimiento para resolver el pro-
blema y ha de justificar que ese procedimiento es adecuado para obtener la solución; mien-
tras que cuando el resolutor tiene que crear un procedimiento de solución se trata de
problemas de búsqueda.
Noda (2001) y Santos (2007), también se hacen eco del trabajo de Frederiksen (1984) que
establece tres categorías sobre la estructura de los problemas, este autor utiliza como criterio
de clasificación la estructura, formulación y método de resolución del problema. Los proble-
mas bien estructurados estarían claramente formulados y se resolverían mediante aplicación
Manuales Uex
estaría clara, sin un procedimiento inmediato que garantice la solución y donde faltarían
criterios para determinar cuándo la solución se ha conseguido. En el sentido de las tipologías
comentadas en estos últimos párrafos, Fan y Zhu (2006) presentan varias clasificaciones que
utilizaron en un estudio comparativo entre los textos escolares de Estados Unidos y China
Continental, los que detallaremos más adelante.
En cuanto a las tareas de investigación matemática en el aula, Blanco (1993) propone en
su clasificación los “problemas de investigación matemática” y Ponte et al. (1999), Stacey y
Scott (2000) y Braumann (2002) se refieren a las actividades de investigación a nivel de aula
al considerar que las fronteras entre investigación y problemas es muy difusa.
En el apartado que sigue, queremos mostrar diversos tipos de problemas que exigen for-
mas diferentes de afrontarlos, tanto desde la perspectiva cognitiva como afectiva. No preten-
demos hacer una clasificación exhaustiva de problemas, pero sí es necesario conocer
diferentes actividades que puedan proponerse en primaria, así como diferentes recursos que
puedan servirnos de base para plantearlos. A este respecto, en la elección de los diferentes
problemas que incorporamos hemos tenido presente los niveles de complejidad que indican
Rico y Lupiañez (2008), en el análisis de las tareas que se proponen en el Informe PISA, en
el que plantean que el diseño y selección de tareas escolares es la función más relevante del
docente, siempre que esté en relación con los objetivos a conseguir.
Raffaella Borasi, educadora de las matemáticas italiana radicada en E. Unidos, realiza uno
de los primeros aprontes en la tarea de aclarar distintas clases de problema. Motivada por su
interés en mejorar la enseñanza de la resolución de problemas, elabora una tipología de
problemas considerando los siguientes criterios de clasificación: el contexto, la formulación,
las soluciones y el método de aproximación para alcanzar la solución (Borasi, 1986). Tales
elementos estructurales dan origen a las siguientes categorías de problemas. Cada categoría
va acompañada de un ejemplo.
Rosa Inés va a la cafetería y compra un sándwich y una bebida. Para pagar entrega a la cajera un
billete de 10 euros. El sándwich cuesta 6 euros y la bebida 2,5. ¿Cuánto le devolverá la cajera?
Ejercicio
Son aquellas tareas o actividades matemáticas que pretenden desarrollar algún tipo de
algoritmo.
Puzle
Son aquellos problemas en que el contexto nos muestra el potencial creativo y recreativo
de la matemática, en que el resolutor necesita ser flexible y considerar varias perspectivas. La
formulación puede resultar engañosa y la solución no tiene necesariamente que suponer
procesos matemáticos (Figura 3).
Utilizando 3 tetraminós distintos. Determinar las dimensiones del menor rectángulo que se puede
pavimentar (teselar) con esas 3 figuras. Considere que cada figura mide 4 u2
Un estanque para almacenar agua tiene forma cilíndrica. El radio es de 5 metros y la altura es de
16,5 metros. Para los efectos de manutención se necesita pintar el estanque (incluyendo sus bases).
Un galón de pintura cubre un área aproximada de 40 metros cuadrados. Si un galón de pintura
vale 23 euros, calcular el costo total de la pintura.
Situación problemática
En este tipo de problemas el resolutor se enfrenta a un nuevo resultado matemático sin
disponer de toda la información necesaria. Por lo general, se trata de una situación que plan-
tea una pregunta abierta sobre cierta propiedad matemática. La formulación es regularmente
vaga, puesto que en este caso se tratan de establecer nuevas conjeturas; los métodos de
aproximación suelen ser diversos; y la exploración del contexto, así como las sucesivas for-
mulaciones del problema, son fundamentales (Figura 6).
Situación
Son aquellas tareas que facilitan la formulación de conjeturas por parte del alumno. En
ellas se presentan ciertos hechos o propiedades matemáticas que requieren de la reflexión de
los alumnos con el propósito de establecer nuevas relaciones o propiedades en relación con
la información que proporciona la situación. Una característica distintiva es que no hay una
pregunta específica o una consigna acerca de lo que el alumno tiene que realizar (Figura 7).
Manuales Uex
Considere que los “números en escala” son los que se pueden escribir como la suma de dos o más
números naturales consecutivos. Por ejemplo: 5 es un número en escala porque se puede escribir
como 2 + 3.
Los dos últimos tipos de la clasificación de Borasi, en estricto rigor, no describen proble-
mas propiamente tales como la mayoría de los profesores los entienden. Pensamos que la
autora incluye estas categorías porque están en consonancia con los criterios que utiliza para
configurar su tipología. Sin embargo, son situaciones que permiten presentar tareas matemá-
ticas a los alumnos que les permitan utilizar estrategias cognitivas de nivel superior, en la
perspectiva que para aprender matemáticas hay que “hacer matemáticas” y proporcionarles
oportunidades para aprender a pensar por sí mismos.
Blanco (1991) plantea que hacer matemáticas en clase debería consistir en proponer a los
alumnos una serie de tareas que les permitan: abstraer, aplicar, convencer, clasificar, inferir,
organizar, representar, idear, generalizar, comparar, explicar, diseñar y desarrollar modelos,
validar, conjeturar, analizar, contar, medir, sintetizar y ordenar, etc. El desarrollo de estas
actividades puede plantearse a partir de diferentes propuestas que el autor citado ha ordenado
en una clasificación de problemas, en la que ha considerado aportaciones anteriores realiza-
das por Butts (1980), Charles y Lester (1982) y Borasi (1986), y que ha sintetizado en Blanco
(1991, p. 62), como criterio para establecer su tipología de problemas. No obstante, tenemos
que considerar que ninguna clasificación puede ser exhaustiva, estableciéndose siempre
intersecciones entre los diversos apartados y apareciendo actividades de difícil catalogación,
todo esto por la enorme diversidad de problemas que pueden proponerse de diferentes nive-
les y contenidos. De acuerdo con lo anterior y de algunas otras aportaciones, Blanco (1993),
establece los siguientes tipos de actividades en relación con la resolución de problemas en la
enseñanza de las matemáticas.
Ejercicio de reconocimiento
Con este tipo de ejercicio se pretende resolver, reconocer o recordar un factor específico,
una definición o una proposición de un teorema (Figura 8).
Uno de los ángulos agudos de un triángulo rectángulo mide 57°, ¿cuánto mide el otro ángulo agudo?
Resolver la ecuación 5x – 7 = 2x + 8
Un salón para realizar reuniones o ceremonias tiene una tarifa fija de 100 euros, más un cobro
adicional de 30 euros por hora. Si se contrata el salón para hacer una ceremonia de 2 horas y 15
minutos, ¿cuánto habrá que pagar por el arriendo del salón?
Figura 10. Ejemplo de problema de traducción simple o compleja según Lorenzo J. Blanco.
Problemas de procesos
Son problemas que se diferencian de los anteriores en que la forma de cálculo no aparece
claramente delimitada, dándose la posibilidad de conjeturar varios caminos para encontrar la
solución. Este tipo de problemas intenta ejemplificar los procesos inherentes a su solución.
Ayudan a desarrollar estrategias generales de comprensión, planificación y de solución de
problemas. No hay información precisa que permita traducir el enunciado a una expresión
matemática (Figura 11).
En el curso se están realizando varias actividades de recolección de dinero para hacer una gira del
curso a otra ciudad. Se ha programado la presentación de una obra de teatro, la sala tiene capaci-
dad para 200 personas. Si la entrada para niño vale 5 euros y la entrada de adulto vale 10 euros,
¿cuántas entradas de niño y de adulto se deben vender para recaudar una cantidad de 1550 euros?
Figura 12. Ejemplo de problema sobre situaciones reales según Lorenzo J. Blanco.
Se ordenan los primeros 20000 números naturales en una tabla de 6 columnas, ¿en qué columna
estará el número 718? ¿y el número 19657?
Problemas de puzles
Manuales Uex
Son problemas en los que se pretende mostrar el potencial recreativo de las matemáticas.
Obliga a flexibilizar la forma de enfrentar el problema y a considerar varias perspectivas ya
que normalmente el contexto y la formulación que se hacen de estos problemas suele ser
engañosa. Su resolución puede depender más de una chispa o idea feliz que de la ejecución
de un proceso matemático (Figura 14).
195
Juan Pino Ceballos
Una región rectangular de 13 por 5 unidades se divide en 4 regiones y con ellas se construye un
cuadrado de 8 por 8 unidades. ¿Es cierto, entonces, que 65 = 64?
Historias matemáticas
Frecuentemente podemos observar en las librerías, o bibliotecas, algunos libros de cuen-
tos, novelas, entre los que encontramos algunas propuestas o planteamientos que requieren
de nosotros un esfuerzo que impliquen algún concepto matemático. Algunos textos de auto-
res clásicos como Lewis Carroll, Malba Tahan, Martin Gardner y otros, constituyen una buena
fuente de temas interesantes y que, además, permiten motivar el aprendizaje de las matemá-
ticas (Figura 15).
en seguida, pero su alegría pronto se trocaría en ira cuando se dio cuenta de que ni con todo
el trigo de su país alcanzaría a pagar semejante suma (Perelman, 1975).
Explicar utilizando procedimientos matemáticos por qué el Rey no podría pagar tal recompensa.
Si bien el trabajo que presentan estos autores se refiere al campo algebraico, su tipología
es bastante genérica por lo que se puede aplicar en otros campos. Estos autores clasifican los
problemas considerando como criterio la naturaleza y el contexto de los mismos. Según su
naturaleza tenemos problemas rutinarios y no rutinarios, y según el contexto mencionan: los
problemas reales, problemas realistas, problemas fantasistas y problemas puramente matemá-
ticos (Díaz y Poblete, 2001).
Con respecto al primer criterio de clasificación, estos autores sólo describen explícita-
mente los problemas no rutinarios. Por tratarse de categorías que son dicotómicas haremos
una descripción de los problemas rutinarios en sentido contrario a los no rutinarios.
Problemas rutinarios son aquellos en que el resolutor conoce un procedimiento previa-
mente aprendido, un algoritmo o una rutina, que le permitan determinar la(s) solución(es).
Muchos de los problemas que se presentan en los libros de texto son de este tipo. Conside-
rando el contexto, los autores incluyen los cuatro tipos siguientes para problemas rutinarios.
Mide con un hilo el diámetro y la longitud de la circunferencia de tres objetos circulares de dis-
tinto tamaño (un CD, un plato, una rueda de bicicleta, un disco antiguo de vinilo,…). Calcula la
razón entre el diámetro y la longitud de cada objeto. ¿Qué puedes concluir de estas razones?
Figura 16. Ejemplo de problema de contexto real según Díaz y Poblete (2001).
La tarifa de un taxi consiste en una cantidad fija de 1,5 euros, más 0,5 euros por cada 200 metros
o fracción de 200 m. ¿Cuánto habrá que pagar al taxista por un recorrido de 1300 m?
Manuales Uex
Figura 17. Ejemplo de problema de contexto realista según Díaz y Poblete (2001).
En una lejana civilización extraterrestre sus habitantes tienen dos dedos en cada mano, cuando
ellos cuentan usando sus dedos dicen: “ta, te, ti, cuaterna, …” para indicar los números 1, 2, 3 y
4 nuestros. ¿Cómo nombrarán, estos extraños seres, los números siguientes hasta el 8 nuestro?
Figura 18. Ejemplo de Problema de contexto fantasista según Díaz y Poblete (2001).
Dada una región rectangular cuyos lados miden a y b. Si duplicamos estas medidas, ¿qué pasa con
el perímetro de la figura?, y ¿con el área?
Figura 19. Ejemplo de problema de contexto puramente matemático según Díaz y Poblete (2001).
Problemas no rutinarios
Problemas no rutinarios son aquellos en que el alumno no conoce una respuesta ni un
procedimiento previamente establecido o rutina, para encontrarla (Figura 20).
Pepe dice a su mamá que no alcanzó a escribir la tarea de matemáticas. Lo único que recuerda es
que había una sustracción que tenía resultado igual a 5, y que los números eran uno de 2 dígitos
y el otro de 3 dígitos. ¿Cómo podrá la mamá reconstruir la tarea y resolverla?
Fan y Zhu (2006) hicieron un estudio comparativo de los distintos tipos de problemas de
matemáticas que se presentan en textos escolares de China Continental y Estados Unidos.
Para tal efecto, utilizaron las categorías de problemas que damos a conocer a continuación.
El criterio para clasificar que utilizaron estos autores se refiere a una mezcla de aportaciones
basadas en libros de texto.
Manuales Uex
Por otra parte, un problema no rutinario es una situación que no se puede resolver con
sólo la aplicación de un algoritmo estándar, fórmula o procedimiento, que suele estar fácil-
mente disponible para resolver el problema por los estudiantes (Figura 22).
Un electricista corta 20 metros de alambre en pedazos de 2,5 metros cada uno. ¿Cuántos pedazos
de alambre podrá hacer?
Por otra parte, los problemas no tradicionales son presentados en cuatro categorías que
describimos a continuación: planteamiento o invención de problemas, tipo rompecabezas,
problemas de proyectos y problemas de diarios.
a) Planteamiento o invención de problemas
La primera clase es planteamiento o invención de problemas, en este caso se requiere que
los estudiantes creen preguntas usando la información dada en la situación. El planteamiento
Manuales Uex
o invención de problemas puede ayudar a los estudiantes a ver un tema estándar en una
forma más clara y ayudarles a adquirir una comprensión más profunda de él. Se pueden
generar situaciones originales o reformular un problema desde una situación estímulo dada.
También es interesante considerar que el acto de plantear un problema por parte de los alum-
nos es una manera eficaz de lograr experiencias de aprendizaje positivas (Figura 24).
199
Juan Pino Ceballos
b) Tipo rompecabezas
En la segunda clase de problemas no tradicionales tenemos aquellos del tipo rompecabe-
zas que a menudo permiten a los estudiantes participar en un posible enriquecimiento a
través de las matemáticas recreativas (Figura 25).
c) Problemas de proyectos
En la tercera clase encontramos los problemas de proyectos, que son tareas o series de
tareas que implican uno o más de los siguientes procesos: recolección de datos, observación,
buscar referencias, identificar, medir, analizar, determinar patrones o relaciones, graficar y
comunicar. Los problemas de proyectos, por lo general, requieren que los estudiantes tomen
una cantidad considerable de tiempo (por ejemplo, un par de días, semanas o incluso meses)
hasta el final (Figura 26).
d) Problemas de diarios
La última clase de problemas no tradicionales son los problemas de diarios que incitan a
los estudiantes a escribir un texto para expresar sus ideas, experiencias, preguntas, reflexio-
nes, su comprensión personal o acerca de nuevos aprendizajes. A través de lo escrito por los
estudiantes, los profesores pueden obtener información útil sobre el aprendizaje de los estu-
diantes y de su propia enseñanza (Figura 27).
Imagine una mesa de billar, como se representa más abajo. Suponga que una bola se golpea desde
la esquina A en un ángulo de 45°. Cuando la bola rebota sobre un lado de la mesa continúa su
trayectoria siguiendo un ángulo de 45°. En el ejemplo 1, la bola se desplaza sobre una mesa de 6
por 4 unidades y termina su recorrido en el punto D, después de rebotar 3 veces sobre los lados.
En el ejemplo 2, la pelota se desplaza sobre una mesa de 4 por 2 y finaliza su recorrido en el punto
B, después de rebotar sólo una vez.
D C
D C
A B A B
Ejemplo 1 Ejemplo 2
Manuales Uex
Observe los ejemplos de la Figura 24, piense acerca de esta situación para mesas de otras medidas
y escriba algunas preguntas o problemas que a usted se le ocurran (traducido de Silver et al, 1996).
Dada la siguiente figura, recorte todas sus piezas y construya otra figura. Use equivalencia de áreas
para demostrar que a2 + b2 = c2.
Figura 25. Ejemplo de Problema no tradicional – Tipo rompecabezas según Fan y Zhu (2006).
Busque las tarifas de las llamadas telefónicas de donde usted vive a una ciudad o pueblo que tiene un
código de área diferente. Compare las tarifas de dos empresas de larga distancia para las llamadas de
distinta duración. Usted puede tener que considerar diferentes momentos del día y de la semana. No
haga las llamadas para determinar sus costos. (McConnell et al., 1996; citado en Fan y Zhu, 2006).
Figura 26. Ejemplo de Problema no tradicional – De proyectos según Fan y Zhu (2006).
Redacte un texto de un folio, para publicar en el Diario Mural, con sus ideas para multiplicar
números de dos dígitos sin usar el procedimiento de cálculo tradicional.
Figura 27. Ejemplo de Problema no tradicional – De diarios según Fan y Zhu (2006).
Se hacen configuraciones con 6 cuadrados del mismo tamaño, como las que se muestran a continuación.
Dibuje tres configuraciones posibles que permiten armar un cubo.
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Figura 28. Ejemplo de Problema de final abierto según Fan y Zhu (2006).
201
Juan Pino Ceballos
Por otra parte, un problema de final cerrado es un problema que sólo tiene una sola
solución, no importa la cantidad de diferentes maneras que haya para llegar a ella (Figura 29).
Figura 29. Ejemplo de Problema de final cerrado según Fan y Zhu (2006).
Por el contrario, un problema aplicado es un problema relacionado con -o que surge en-
el contexto de una situación de la vida real. Entre los problemas de aplicación, en este estudio
se distinguen dos subtipos de problemas: ficticios y auténticos.
Los problemas de aplicación ficticios son aquellos cuyas condiciones y datos son ficticia-
mente creados por el autor del problema (Figura 31).
Un automóvil emplea 2,5 horas en recorrer el trayecto que va desde la ciudad A a la ciudad B,
cuando va a una velocidad media de 100 km por hora. ¿Cuánto demora el automóvil en realizar
el mismo recorrido si lo hace a una velocidad media de 120 km por hora?
Figura 31. Ejemplo de Problema de aplicación ficticio según Fan y Zhu (2006).
En tanto que los problemas de aplicación auténticos son aquellos cuyas condiciones y
datos son tomados a partir de situaciones reales o percibidas de la vida cotidiana de los pro-
pios estudiantes (Figura 32).
Manuales Uex
El papá de Ana María desea embaldosar con cerámicas cuadradas de 40 por 40 cm., un patio
rectangular que mide 2,5 m de ancho por 4m de largo, ¿cuántas baldosas se necesitan para
embaldosar el patio?
Figura 32. Ejemplo de Problema de aplicación auténtico según Fan y Zhu (2006).
202
Tipos de problemas de matemáticas
Los problemas que se pueden resolver directamente a través de una operación se definen
como problemas de un solo paso (Figura 33).
Carlos tiene 5 libros de cuentos y 3 libros de poemas. ¿Cuántos libros tiene Carlos?
Figura 33. Ejemplo de Problema de un solo paso según Fan y Zhu (2006).
Por el contrario, los problemas que se resuelven aplicando dos o más operaciones se
llaman problemas de varios pasos (Figura 34).
Rosa trajo 10 euros a la escuela. En el primer recreo compró golosinas en el kiosco gastando 3
euros y en el segundo recreo gastó otros 5 euros. ¿Cuánto dinero le quedó al terminar la jornada?
Figura 34. Ejemplo de Problema de múltiples pasos según Fan y Zhu (2006).
Problemas con datos suficientes, problemas con datos extraños y problemas con datos
insuficientes
Si un problema tiene más información o condiciones que las suficientes para resolver el
problema, se considera como un problema con datos extraños (Figura 35).
En otro sentido si la información proporcionada en un problema no es esencialmente
suficiente para obtener la solución y no es esperable ni posible que el resolutor pueda com-
pletar la información faltante, entonces el problema es considerado como un problema con
datos insuficientes (Figura 36).
Josefa y su mamá fueron a comprar a la verdulería. Como Josefa solo tiene 5 años y se cansa
cuando caminan mucho se fueron en el bus N°9. En la verdulería compararon 3 kilos de naranjas,
1 kilo de palta, 2 kilos de limones y 3 kilos de patatas. ¿Cuántos kilos tuvo que cargar en su bolsa
de compras la mamá de Josefa?
Figura 35. Ejemplo de Problema con datos extraños según Fan y Zhu (2006).
¿Cuánta agua contiene un estanque de forma cilíndrica que tiene 1,5 m de diámetro?
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Figura 36. Ejemplo de Problema con datos insuficientes según Fan y Zhu (2006).
La otra categoría se refiere a los problemas con datos suficientes, en los que la informa-
ción que se entrega es exactamente la suficiente para resolver el problema (Figura 37).
203
Juan Pino Ceballos
Hallar dos números enteros cuya suma sea igual 36 y cuya diferencia sea 10.
Figura 37. Ejemplo de Problema con datos suficientes según Fan y Zhu (2006).
Verifique que “si a < b y c < d, entonces a + c < b + d”, utilizando números naturales en tres
situaciones distintas.
Figura 38. Ejemplo de Problema en formato puramente matemático según Fan y Zhu (2006).
Figura 39. Ejemplo de Problema en forma verbal según Fan y Zhu (2006).
60º
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Figura 40. Ejemplo de Problema en forma visual según Fan y Zhu (2006).
204
Tipos de problemas de matemáticas
Una lata de conservas de forma cilíndrica tiene 11,5 cm de altura y 5 cm de radio en la base, como
se muestra en la figura siguiente. Calcular la cantidad de papel que se necesita para hacer la eti-
queta del tarro, considerando que debe haber un borde de un centímetro para pegar la etiqueta.
5 cm
11,5 cm
Figura 41. Ejemplo de Problema en forma combinada según Fan y Zhu (2006).
Bibliografía
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enviroment: An exploratory study. Journal for Research in Mathematics Education, 1996,
vol. 27, nº 3, p. 293-309.
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p. 181-201.
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successful problem solving. En CARRILLO, J.; CONTRERAS, LC.: Resolución de problemas
en los albores del siglo XXI: una visión internacional desde múltiples perspectivas y niveles
educativos. España: Hergué, 2000, p. 119-146).
— TAHAN, M. El hombre que calculaba. Verón Editor. Barcelona, 1981.
— VILA, A. ¿Problemas de matemáticas? ¿Para qué? Una contribución al estudio de las
creencias de profesores/as y alumnos/as. En Actas de la VII JAEM, 1995, p. 32-37.
Manuales Uex
207
Capítulo 13
Ejemplos y ejemplificación
en el aula de matemáticas
Carlos Figueiredo y Luis Carlos Contreras González
Considérese un problema matemático cualquiera. Toda persona que pretenda resolver ese
problema tendrá, a priori, que identificar comprensiblemente todos los conceptos matemáti-
cos involucrados en él. Es decir, un problema matemático está siempre encuadrado por uno
o más conceptos matemáticos, de forma que su resolutor tiene que conocerlos y saber arti-
cularlos para que, eventualmente, pueda llegar a su solución.
Tómese el problema geométrico de la Figura 1.
A una circunferencia pueden inscribirse y circunscribirse cuadrados como muestra la figura adjunta.
Sabiendo que el área del cuadrado inscrito es de cuatro unidades de superficie, ¿qué área tiene el
cuadrado mayor?
a resolver problemas a través de los heurísticos que se desarrollan, pasando los conceptos a un
segundo plano. Por esto, muchas veces, antes de que se enseñe a resolver problemas, es nece-
sario trabajar los conceptos matemáticos que, en determinado contenido, estén presentes.
Cuando un profesor pretende enseñar un concepto matemático cualquiera a sus alumnos,
es común y tradicional que empiece por presentar su definición. Los profesores con experien-
cia suficiente saben que la sola presentación de la definición no será suficiente para que los
alumnos consigan entender y aplicar el concepto vehiculado por esa definición. Es por eso
que, en una fase posterior, los profesores ilustran el concepto matemático con un conjunto
de ejemplos que encajan en la definición presentada. En lo que concierne a este capítulo,
tendremos como lema que las matemáticas se enseñan, sobretodo, a través de los ejemplos
(Mason y Watson, 2005), ya que las definiciones adquieren su significado, principalmente a
través de los ejemplos.
En todo caso, ejemplificar un concepto matemático (bien como nociones, procedimientos
o teoremas) no es solamente la presentación aleatoria de uno u otro ejemplo. Desde una
perspectiva de la enseñanza, existen varios aspectos del uso pedagógico de los ejemplos que
enfatizan el significado y exprimen la complejidad de este elemento central de la enseñanza
de los conceptos matemáticos (Zaslavsky, 2010). Para que la ejemplificación de un profesor
sea efectiva, es necesario que se observen ciertos aspectos en la forma en la que se van a
presentar los ejemplos (y qué ejemplos) a los alumnos. De todos esos aspectos a tener en
cuenta a la hora de presentar nuestros ejemplos a los alumnos, este capítulo solamente refe-
rirá aquellos que consideramos los más importantes. Por supuesto, se irán dejando pistas para
que aquél lector más curioso pueda, por si, profundizar en el tema.
Según Watson y Mason (2005), el término ejemplificación se usa para describir una situa-
ción en la que se presenta cualquier cosa específica y particular como representante de una
clase más general, y para la cual se quiere dirigir la atención de los alumnos. Los objetos
matemáticos solamente se asumen como ejemplos cuando son percibidos como “ejemplos
de algo”: concepto, conjeturas, aplicación de un procedimiento, métodos y técnicas, etc. La
idea fundamental es el acto de ver algo como ejemplo de alguna “cosa” (Goldenberg y
Mason, 2008).
A su vez, en educación matemática, la palabra Ejemplo es utilizada con una amplia
variedad de sentidos (Bills et al., 2006). Podemos entender como ejemplo la particularización
de una definición o la resolución de un problema, pasando por el procedimiento matemático
para ser reproducido por los alumnos. En todos estos sentidos podemos encontrar una inmen-
sidad de ejemplos, los que presentamos en la Figura 2 sirven como ilustración de lo que
hemos afirmado.
Las situaciones planteadas en la Figura 2 son ‘ejemplos de ejemplos’ a las que podríamos
Manuales Uex
añadirles situaciones relacionadas con los teoremas y su aplicación, que nos llevaría a hablar
de ejemplos de aplicación de un teorema. Como ilustración, tomemos el caso del teorema
de Pitágoras para calcular la medida de la longitud de uno de sus catetos. En cualquiera de
los sentidos, los ejemplos pueden ser vistos como herramientas culturalmente mediadoras
entre los alumnos y los conceptos matemáticos, los teoremas, las técnicas y los problemas
210
Ejemplos y ejemplificación en el aula de matemáticas
matemáticos. Los estudios relacionados con el aprendizaje de conceptos sugieren que los
ejemplos y los no ejemplos, cuando son presentados de una forma pensada y ponderada,
ayudan a distinguir los aspectos importantes de los menos importantes y a construir nuestra
interpretación del concepto (Zaslavsky, Harel y Manaster, 2006). No importa si los ejemplos
son presentados antes o después de las definiciones, antes o después de la sistematización
de los procedimientos, antes o después de las demostraciones formales de los teoremas.
Parece importante conocer la función que queremos destinar al ejemplo que se presenta. Si
es una particularización de lo que es general; si es la aplicación de un teorema; si es para
adquirir agilidad en el cálculo o en el uso de un procedimiento.
La utilización de los ejemplos no es una tarea trivial del profesor. No basta presentar
ejemplos y esperar que cumplan su función, puesto que su elección ha de hacerse dentro de
un abanico de posibilidades, cada una de ellas vinculada a una finalidad concreta (Watson y
Mason, 2005). Además, los profesores necesitan aceptar que, en ciertos momentos, algún
ejemplo es “mejor” que otro (Huckstep, Rowland y Thwaites, 2002). Un ejemplo no es un
objeto que exista de forma independiente, y el término ejemplificación no transmite cualquier
contenido sin que haya una contextualización de lo que se pretende ejemplificar. Además,
como fácilmente se constata, aquello que se ejemplifica puede surgir de una diversidad de
situaciones. El uso de los ejemplos está tan integrado en los actuales modelos de enseñanza de
las matemáticas que todo aquello que se pueda escribir sobre el uso de los ejemplos puede
parecer banal. Sin embargo, en la misma medida que hacer uso de los ejemplos pueda ser trivial
y común, escoger ejemplos y secuencias de ejemplos adecuados a nuestros propósitos
constituye, desde luego, una ocupación que puede acarrear algunos problemas (Asghari, 2007).
Manuales Uex
Un ejemplo debe ser entendido como una situación particular referida a un concepto o a
una definición.
Siendo así, a partir de la definición siguiente “Definición 1: Se llama Poliedro a un cuerpo
geométrico cuyas caras son polígonos”, podemos presentar como ejemplos una pirámide o
un prisma.
212
Ejemplos y ejemplificación en el aula de matemáticas
Los no-ejemplos sirven para definir los límites de un concepto, de un caso en que un
procedimiento no se aplique o falle en la obtención del resultado deseado o, también, para
demostrar que las condiciones de un teorema son precisas, bien definidas (Bills et al. 2006).
Son casos que, siendo próximos del ejemplo, no son ejemplos por no cumplir alguna regla
inherente a la definición.
Así, en relación con la Definición 1, tenemos el no-ejemplo: cono, que no es un poliedro
porque su cara lateral no es un polígono.
Consideremos, ahora esta otra definición: “Definición 2: Se llama Poliedro Regular a todo
poliedro en el que todas sus caras son polígonos iguales y regulares, y de forma que en cada
uno de sus vértices concurre el mismo número de caras.”. En este caso podríamos presentar
el no-ejemplo: pirámide triangular (que no sea un tetraedro regular).
Los contra-ejemplos nos son familiares por utilizarse para demostrar la falsedad de deter-
minados argumentos o afirmaciones. Se utilizan para revelar mejor las diferencias entre
conceptos o para definir bien sus límites (Zaslavsky y Ron, 1998).
Estos casos son ejemplos porque son objetos matemáticos, que verifican todas las carac-
terísticas iniciales presentes en la afirmación pero que no poseen la/las características adicio-
nales que la afirmación les atribuye.
Véase la siguiente afirmación (falsa) en Geometría del plano: “Afirmación: Todo cuadrilá-
tero de diagonales perpendiculares y de igual longitud es un cuadrado”. Un contra-ejemplo
se muestra en la Figura 3.
Figura 3. Contra-ejemplo
Muchos de los estudios que tratan el uso de secuencias de ejemplos sugieren que una
secuencia específica de ejemplos tiene influencia en el aprendizaje. En particular, se reco-
mienda la combinación de conjuntos de ejemplos, y de no ejemplos, en el seno de las
secuencias de ejemplos, para focalizar la atención de los alumnos en los aspectos críticos de
los ejemplos que son relevantes (Bills et al., 2006). Sin embargo, el uso de secuencias de
ejemplos no tiene siempre el mismo rol u objetivo, las secuencias de ejercicios cuya vocación
es la de mejorar la fluencia de rutinas y procedimientos son, probablemente, estructurados de
forma diferente que aquellas destinadas a promover o inducir generalizaciones.
Mason (2003), en un trabajo sobre la estructura de la atención, se refiere a los trabajos de
F. Marton y colegas sobre la noción de Variación. Marton y Booth (1997) dieron inicio a una
nueva perspectiva en el contexto de la enseñanza de las matemáticas basada en el principio
de que aprender consiste en hacer nuevas distinciones; simultáneamente, discernir algo de, y
relacionarlo con, un contexto. En otras palabras, aprender a distinguir pormenores que antes
no podíamos discernir. Sin embargo, hacer distinciones, discernir nuevas características es
únicamente el inicio. Solo se pueden discernir nuevas características si existe un cambio, y
solamente habrá variaciones si existe algo que, en nuestra percepción, se mantenga (relativa-
mente) invariante. Es por esta razón que el tema de la invariación en el centro del cambio es
tan importante en todas las matemáticas (Mason, 2003; Mason y Johnston-Wilder, 2006;
Mason, 2008).
Los trabajos de F. Marton (e.g. Marton y Booth, 1997) se fundamentan en los resultados
de una investigación que duró 25 años y que culminó en una teoría general sobre el Apren-
dizaje y Conocimiento llamada Teoría de la Variación. Esta teoría señala que “Si un aspecto
de un fenómeno o evento varía mientras otro u otros se mantienen inalterados, se observará
el aspecto cambiante”. La parte del contenido que varía es llamada Dimensión de la varia-
ción. Para Marton y sus colegas la variación está en el centro de esta teoría pedagógica que
se apoya en este aspecto esencial: aquello que puede ser alterado, que puede variar, sin
modificar el sentido de invariación o de estructura se llama Dimensión de la variación. Des-
taquemos que si solo un aspecto en particular es presentado como una dimensión de varia-
ción, y si esa variación es comedida, es posible que esa variación sea mejor notada, pues se
evidenciará ante un telón de fondo constituido por todos los otros aspectos que no variaron.
Si todo estuviera variando nada podría ser discernido.
Posteriormente, Mason y Watson (2005) han desarrollado dos conceptos relacionados con
la variación y que están íntimamente relacionados. En el ámbito de la variación, ampliaron el
concepto de dimensión de variación al de Dimensión de Variación Posible para indicar que
Manuales Uex
personas diferentes (o la misma persona) pueden encontrar diferentes aspectos que varían sin
que el ejemplo deje de ejemplificar el concepto inicial. Al mismo tiempo, en cada una de las
dimensiones, aquello que puede variar puede ser entendido con variaciones de amplitud dife-
rente, para personas diferentes o en circunstancias diferentes; de este modo decimos que a cada
Dimension de Variación Posible le corresponde siempre una Amplitud de Cambio Permisible.
214
Ejemplos y ejemplificación en el aula de matemáticas
Esta tarea se puede considerar un desafío del tipo ¿Qué es diferente y que es semejante
en cada uno de los elementos de la secuencia?
En esta actividad se pretende que el alumno identifique lo que cambia y lo que no cam-
bia. En el primer caso, todos los números son cuadrados; esto es, como potencias, el alumno
debe discernir que es la base que varía pero el exponente permanece inalterado. En la
segunda secuencia, por el contrario, es la base que permanece inalterada y es el exponente
que varía.
Como fácilmente se observa, en las potencias, podemos identificar dos dimensiones de
variación posibles y, cada una de ellas, con su amplitud de cambio permisible. Si nos situa-
mos en el ámbito de sexto de primaria, en el primer caso, la amplitud de cambio permisible
de la base puede ser cualquiera de los números naturales. Por otra parte, en la segunda
secuencia, también la amplitud de cambio permisible abarca todos los naturales. Claro está
que, transcurriendo los años, y a lo que le concierne al estudio de las potencias, las diferentes
amplitudes de cambio se pueden alargar a números de otro tipo.
Según Mason (2011b), en la teoría de la variación, aprender es ser consciente de aquello
que puede variar (dimensión de variación posible) y/o de la amplitud en que esa variación se
puede efectuar (amplitud de cambio permisible), sin que se alteren significativamente las
características del objeto. Ser consciente de lo que existe en un dado caso que lo convierte
en ejemplo de algo es crucial para que se pueda aprender de él como ejemplo. Para que se
consiga un aprendizaje en el alumno, o para que el alumno pueda hacer las generalizaciones
pretendidas, el discernimiento del aspecto en cuestión puede ser conseguido de dos maneras:
mantener el aspecto a generalizar inalterado mientras todo lo demás varia o, entonces, aplicar
cambios en el aspecto en causa mientras todo lo demás se mantiene invariante. Tomar un
ejemplo y proceder a pequeñas modificaciones, alterar ese ejemplo de modo que mantenga
ejemplo de algo, crea una colección de ejemplos con un aspecto en común que se considera
una clase de ejemplos del concepto.
En el aula, para que los alumnos puedan generalizar y abstraer, cabe al profesor controlar
las dimensiones de variación posibles, y sus respectivas amplitudes de variación permisibles,
con el objetivo de diseñar situaciones matemáticas capaces de animar a los alumnos a que
se involucren en los contenidos matemáticos; conjuntamente, el análisis de las dimensiones
de variación posibles pueden indicar las potencialidades y las debilidades de las situaciones
matemáticas encuadradas en casos particulares. La consciencia de las dimensiones de varia-
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n.º de entradas 1 2 4
Precio en Euros 5 10 15
Situación 2. Pedro tiene que llevar unos libros de la librería a la biblioteca de su escuela. Su profesor
le aconsejó que no cargara demasiado su mochila: no más que 5 kilogramos. Sabiendo que todos
los libros son iguales y que cada libro pesa 350 gramos, Pedro construyó una tabla con las cantidades
que puede transportar.
n.º de libros 1 2 5
Peso en gramos 350 750 3500
Indica, en la última columna, el número máximo de libros que Pedro podrá transportar y su
respectivo peso.
Situación 3: Una tornera llena un tanque a razón de 10 litros por minuto. De este modo, el volumen
de agua en el tanque puede ser leído en la siguiente tabla:
Gasolinera A B C D E
litros de combustible 52 35.8 20 L
Cuantía pagada en euros 68.64 46.54 34.84 P
Precio por litro (€/l) 1.32 1.33 1.34
serán una herramienta muy potente para que el profesor pueda llevar los alumnos a genera-
lizar el concepto de una forma correcta.
En la secuencia de ejemplos que se presenta en la Figura 4, la Situación 1. solamente
requiere del alumno que relacione las dos cantidades, el precio de cuatro entradas y el
número de entradas que cuestan 15 €. En la Situación 2. le situación presentada a los alumnos
es identica a la anterior, pero con una condicionante: el número máximo de libros con peso
inferior a 5Kg. Por su vez, la Situación 3. en la última columna, pretende que el alumno
generalice la relación entre las dos cantidades a través de una expresión donde figuren las
dos variables, el tiempo y el volumen. Por último, en la Situación 4. se pretende que, además
de generalizar la expresión P = KL (como en 3.), se pretende que el alumno aísle la constante
de proporcionalidad, y le dé significado.
2010; Blanco, Figueiredo, Contreras y Mellado, 2010). Cabe referir que el estudio se focalizó
en el uso de ejemplos en el ámbito de las funciones, aunque los dos tipos de transparencia
descritos son perfectamente observables en otros conceptos matemáticos. La transparencia
inmediata (o directa) coincide con la idea de transparencia descrita antes, mientras que la
transparencia mediata (o indirecta) nos posibilita identificar aspectos relativos al concepto a
partir de aspectos proporcionados por la transparencia inmediata, relacionándolos entre sí.
En lo que respecta al concepto de número, podemos afirmar que 1236 es un número par
(porque termina en 6); esto es, la representación 1236 es inmediatamente transparente a la
idea de número par. Por otro lado, 1236 es divisible por tres (criterio de divisibilidad por tres:
1+2+3+6=12, como 12 es múltiplo de 3, entonces 1236 es divisible por tres), esta represen-
tación también es inmediatamente transparente al hecho de 1236 ser divisible por tres. Con-
siderando que 1236 es simultáneamente divisible por dos y por tres, aspectos obtenidos por
transparencia inmediata, podemos afirmar que esta representación es mediatamente transpa-
rente a la idea de múltiplo de 6. Con el ejemplo anterior podemos ver como la transparencia
mediata (o indirecta) puede ayudar el profesor a transmitir al alumno la noción de máximo
común divisor, o, tal vez, introducir problemas basados en la divisibilidad de números ente-
ros. Una tarea interesante en este ámbito, pasa por mostrar (informalmente) que los divisores
de un número se pueden obtener a través de multiplicaciones entre ellos, aunque la multipli-
cación de dos divisores de N no siempre es un divisor de N (Figura 5).
En relación con los múltiplos de un número dado, se pueden presentar ejemplos seme-
jantes, como se presenta en la Figura 6.
Para que los alumnos observen esa transparencia se requiere, por parte del profesor,
alguna orientación de forma que ellos puedan leer o interpretar las expresiones. Por ello, el
papel que los ejemplos juegan en esa orientación es preponderante. Con ejemplos, o con
218
Ejemplos y ejemplificación en el aula de matemáticas
secuencias de ellos, los alumnos podrán percibir lo que varía y lo que no varía, orientando
su atención hacia los aspectos generales que se pretenden alcanzar. Como puede verse, la
noción de transparencia es bastante versátil en su aplicabilidad. Zazkis y Gadowsky (2001)
citan a Mason para recordar que cada representación atrae nuestra atención para diferentes
representaciones del número. Además, la atención puede ser atraída para diferentes propie-
dades del número, del conjunto de números o del concepto matemático en estudio. Se revela
especialmente importante que los profesores pongan atención a las estructuras de represen-
tación de los conceptos que utilizan, de forma que los alumnos puedan ver en las represen-
taciones que se les presenta aquello que sus profesores quieren mostrar y constaten aquello
que es transparente. Por ello, destacamos la sugerencia de R. Zazkis (2005), al señalar que
debemos empezar por pedir a nuestros alumnos que miren y, después, que miren otra vez.
En suma, en la enseñanza y el aprendizaje de las ideas matemáticas, objetos matemáticos
y procesos matemáticos debemos tener presente que capitalizar las potencialidades de una
representación dada es una componente importante para la comprensión de las ideas mate-
máticas (Lesh, Behr y Post citados por Zazkis y Gadowsky, 2001). En la actividad del profesor,
la transparencia de determinadas representaciones a ciertos aspectos de los conceptos debe
ser algo a tenerse en cuenta. Para Zazkis y Gadowsky (2001) una selección cuidadosa de
tareas puede ayudar a los alumnos a identificar aspectos transparentes de las representaciones
de los números.
La divisibilidad por 10 es un contenido donde la idea de transparencia es muy utilizada
por los profesores y por alumnos para resolver situaciones concretas, posiblemente sin que
perciba esa transparencia, o sin que se tome consciencia de ella (Figura 7).
Un pastor tiene un rebaño 120 de ovejas. Cuando tiene que trasladar el rebaño de un pasto a otro,
el pastor utiliza su camioneta. Como la camioneta del pastor puede llevar 10 ovejas, di cuantos
viajes tendrá que efectuar el pastor.
Como es natural, no es innata en los alumnos la noción de divisibilidad por diez. Es papel
del profesor transmitir esa noción a los alumnos. Además, nos preguntamos si el profesor es
consciente de la idea de transparencia de un número a la división exacta por diez. Es nuestra
creencia que, si el profesor identifica las diversas transparencias de las representaciones con
que trabaja en su quehacer diario, podrá ser más eficaz al transmitir esas ideas a sus estudian-
tes, ya que estará en condiciones de identificar y transmitir todos esos aspectos transparentes
de las representaciones. En el caso particular de la división por diez, los libros de texto tratan
Manuales Uex
la idea de transparencia de un número a la divisibilidad por diez sin que esa característica de
la representación sea evidenciada. De hecho, lo normal es que se hagan dos o tres divisiones
por diez y se extraiga una norma parecida con: “Para dividir un número, acabado en cero,
por diez eliminamos el cero final.” Al final nos podemos cuestionar si, al saber la norma y
aplicarla, el alumno comprende realmente la idea de divisibilidad por diez y generalizar a la
219
Carlos Figueiredo, Luis Carlos Contreras González
división por cien, mil, diez mil, etc. Más, ¿podrá el alumno identificar la transparencia de la
representación 720000, a la divisibilidad por diez, cien, mil y diez mil en simultáneo? Y,
además, ¿entender su significado?
En vez de poner situaciones del tipo: “Resuelve las divisiones mentalmente: 120 : 10;
4.300 : 100; 17.000 : 100” mediante la aplicación ciega de la norma, hay ejemplos que
realzan mejor la idea de divisibilidad por diez, cien, mil, etc. (Figura 8).
dinámicos – con recurso a Geogebra, o con otro software similar – aunque ambos casos
integren estos dos conceptos.
En la secuencia presentada en la Figura 9 el alumno puede percibir que todos los factores
son números múltiplos de 10, 100 o 1000, ya que las representaciones utilizadas son
transparentes a ese hecho. Del mismo modo, también pueden percibir que los productos
220
Ejemplos y ejemplificación en el aula de matemáticas
encontrados son múltiplos de 100, 1000 o 10.000, y por esa vía generalizar la norma,
normalmente utilizada, que consiste en multiplicar los factores 2, 3, 5, 22 o 33, y sumar todos
los ceros presentes.
Figura 10. Uso integrado de la Variación y la Transparencia para evitar generalizaciones precipitadas.
Considerando la relación que existe entre la suma y el producto, completa la tabla en tu cuaderno.
4+4+4+4+4+4 __ ×4
3+3+3________ 5×3
Figura 11. Uso integrado de la Variación y la Transparencia para la comprensión y generalización de conceptos.
221
Carlos Figueiredo, Luis Carlos Contreras González
Bibliografía
—
B ILLS, L; DREYFUS, T; MASON, J; TSAMIR, P; WATSON, A; ZASLAVSKY, O.
Exemplification in Mathematics Education. In NOVOTNA, J.; MORAOVÁ, H.; KRÁTKÁ,
M.; STEHLÍKOVÁ, N. (Eds.): Proceedings of the 30th Conference of the International
Group for the Psychology of Mathematics Education. Prague: Czech Republic, 2006,
p. 126-154.
— BLANCO LJ; FIGUEIREDO, CA; CONTRERAS, LC; MELLADO, V. The use and classification
of examples in learning the concept of function: A case study. In NATA, RV (Ed.): Progress
in Education. New York, USA: Nova Publishers, 2010, vol. 9, p. 129-156.
Manuales Uex
224
Capítulo 14
La evaluación sobre
la resolución de problemas de matemáticas
María J. Cáceres García y José M. Chamoso
A pesar de las directrices que se establecen en los currículos oficiales de muchos países
del mundo referidas a resolución de problemas, considerada como eje vertebrador de la
enseñanza y aprendizaje de matemáticas, a los estudiantes, usualmente, se les siguen plan-
teando actividades para cuya resolución se ha de aplicar una estrategia que deben identificar
de forma inmediata puesto que se les ha entrenado previamente para ello.
Muchos estudiantes se quejan de que, cuando resuelven problemas de matemáticas, a sus
profesores sólo les interesa el resultado. El problema está bien cuando el resultado es
correcto; en otro caso está mal y no hay nada que valorar. Aunque en nuestra sociedad esta-
mos acostumbrados a una escala de calificación de 0 a 10, la situación anterior permite poco
más de dos calificaciones que coinciden con los valores extremos. En la realidad, esto no es
completamente cierto porque, generalmente, el docente suele asignar calificaciones interme-
dias basadas en unos criterios propios, usualmente claros y fundamentados por la experien-
cia, pero que, sin embargo, pueden no coincidir con los que tiene el profesor del aula
contigua. Además, estos criterios no siempre están escritos y, cuando lo están, suelen ser
desconocidos por los estudiantes.
En capítulos anteriores se ha tratado en profundidad qué es un problema de matemáticas
en diferentes sentidos. En éste nos preocupa su evaluación. Se pretende dotar de significado
a los diversos valores de la calificación y posibilitar el uso de la evaluación para obtener
información útil para la mejora del proceso de enseñanza-aprendizaje.
cambios a lo largo del tiempo y, en muchas ocasiones, los profesores la consideramos como
algo aislado, separado del proceso de enseñanza-aprendizaje, que sirve para mostrar resulta-
dos al final del proceso. No en vano, es frecuente establecer varios periodos cerrados de
información durante el curso que se llaman primera, segunda o tercera evaluación. Al finali-
zar cada uno de estos periodos, los estudiantes reciben las “notas”.
225
María J. Cáceres García, José M. Chamoso
Mertler (2001) ofreció indicaciones para elaborar cada una de ellas (Tabla 1 y Tabla 2).
Valoración Descripción
Crierio2
Criterio3
ción, o de cotejo. En cualquier caso, los criterios pueden ser valorados en una escala
cualitativa que caracterice el nivel alcanzado por cada alumno en cada caso, permitiendo
valorar progresivamente su avance contrastando entre las situaciones inicial y final. No todos
los criterios han de ser valorados con la misma ponderación sino que ésta dependerá de los
objetivos de enseñanza y aprendizaje, y de evaluación planteados.
228
La evaluación sobre la resolución de problemas de matemáticas
Una actividad tan importante para el aprendizaje matemático debe ser evaluada de
acuerdo a lo establecido anteriormente. Pero, cuando nos planteamos la evaluación de la
resolución de un problema matemático, es posible que no todos estemos pensando en lo
mismo. Ya se ha explicado en este libro la diversidad de tipos de problemas que se pueden
plantear en matemáticas como pueden ser abiertos, realistas, auténticos o de otro tipo. En
función de nuestros objetivos de enseñanza y criterios de evaluación plantearemos unos tipos
u otros y estaremos interesados en el procedimiento de resolución con mayor o menor inten-
sidad. Utilizando ejemplos como los del capítulo 6 de este libro, podemos trabajar el cálculo
de la superficie de un rectángulo con un planteamiento propio del contexto real del alumno:
Calcular la superficie del aula sabiendo que mide 7 m. de ancho y 11 m. de fondo. Con la
elección de cada tarea establecemos su complejidad lo que repercutirá en la acción del
resolutor y, probablemente, en la del evaluador.
Manuales Uex
simples y, finalmente, verificar el resultado de las operaciones, considerar las conexiones entre
los contenidos para analizar el significado de la solución (Santos, 2007).
Para poder valorar en profundidad esta información parece adecuada la utilización de
matrices de valoración analíticas considerando criterios correspondientes a cada uno de los
aspectos que estimemos importantes. A continuación mostramos algunos ejemplos que plan-
tean diversos niveles de complejidad, tanto de elaboración como de aplicación, que han sido
utilizadas por algunos autores para la evaluación de resolución de problemas de matemáticas.
Villa y Poblete (2007) consideraron la resolución de problemas como una competencia
genérica instrumental integrada dentro de un sistema de enseñanza universitaria basado en
competencias. Para su evaluación presentaron una rúbrica muy completa en la que estable-
cieron tres niveles de dominio: l. Identificar y analizar un problema para generar alternativas
de solución, aplicando los métodos aprendidos; 2. Utilizar su experiencia y criterio para
analizar las causas de un problema y construir una solución más eficiente y eficaz; y 3. Pro-
poner y construir en equipo soluciones a problemas en diversos ámbitos, con una visión
global. Para cada uno de ellos establecieron 6 indicadores de forma global que adaptaron en
cada dominio: 1. Identificación; 2. Definición; 3. Recogida de información; 4. Metodología;
5. Alternativas; 6. Plan de actuación. Cada indicador es valorado de 1 a 5 por medio de des-
criptores.
Los autores de este capítulo utilizamos, en aulas de formación de docentes, la lista de
valoración que se muestra en la Tabla 3 para trabajar las dificultades que plantea la evalua-
ción de la resolución de problemas. A partir de la aplicación de esta matriz de valoración a
la resolución de algunos problemas, en el aula los estudiantes trataban de mejorar los criterios
de valoración y planteaban la posibilidad de establecer ponderaciones a cada apartado que
permitieran dar una información cuantitativa a la resolución de cualquier problema.
Thomas (2008) planteó el método A+E+I+O=U para mostrar el razonamiento seguido en
la resolución de problemas de matemáticas, donde estas letras son las iniciales en inglés de
Respuesta (Answer), Explicación eficiente (Efficient Explanation), Información (Information),
Organización (Organization) y Comprensión (Understanding). El método básicamente con-
siste en acostumbrar a los estudiantes a responder preguntas relativas a cada uno de estos
aspectos antes de entregar sus tareas. Además se les plantea que se pregunten: por qué han
elegido esas estrategias, por qué alguien podría argumentar a favor de un método diferente o
por qué es significativo el concepto estudiado. Posteriormente se les facilita la lista de evalua-
ción presentada en la Tabla 4, donde el autor presenta de forma muy precisa los indicadores
que establecen niveles de calidad en los aspectos sobre los que previamente se les ha pre-
guntado. Probablemente, por su extensión, el autor no la expresó en forma de matriz sino que
enumeró los indicadores para cada aspecto en forma de lista.
Manuales Uex
Una rúbrica de evaluación más simple es la presentada por Azcárate (2006), empleada en
un contexto de utilización de un portfolio de aprendizaje de la asignatura de matemáticas
para autoevaluar las capacidades en resolución de problemas. Esta matriz de valoración
(Tabla 5) se utilizó con alumnos de Enseñanza Secundaria, pero se podría adaptar fácilmente
para ser utilizada en Primaria.
230
La evaluación sobre la resolución de problemas de matemáticas
Tabla 3. Matriz de valoración de la resolución de un problema para trabajo con futuros docentes.
CRITERIOS 5 4 3 2 1 –
Contenido Conoce los conceptos 5 4 3 2 1 -
Generaliza la respuesta 5 4 3 2 1 -
231
María J. Cáceres García, José M. Chamoso
de ecuaciones o faltan pasos que confunden la explicación (por ejemplo, para dar respuesta a 12cm por 3
menos 6cm un estudiante puede escribir 12*3=36-6cm mostrando poco respeto por el signo igual así como
por la consistencia de las unidades).
4. Se intenta organizar el proceso pero los pasos están desordenados o faltan pasos importantes del proceso.
5. El proceso es desorganizado, ilegible u oculto, o es complicado o imposible de seguir.
Lo que equivale a U (Comprensión)
232
La evaluación sobre la resolución de problemas de matemáticas
A veces tengo
Lo hago bien
Lo hago con
dificultades
No lo sé
ayuda
hacer
Dado un problema, comprendo la información del
enunciado
Todas estas posibilidades para valorar problemas han demostrado su utilidad en contex-
tos concretos pero pueden mostrar dificultades de aplicabilidad en casos más generales.
Como ya hemos dicho previamente, las actividades de evaluación más frecuentes son
pruebas escritas en las que los problemas suelen formar parte y por lo que los estudiantes
no suelen expresar muchos aspectos que se consideran en estas rúbricas. Además, en
muchas ocasiones nuestros alumnos están acostumbrados a realizar la resolución de los
Manuales Uex
problemas “en sucio”, es decir, resuelven el problema en un papel distinto al que entregan
posteriormente como resolución definitiva donde lo que más parece importar es la estética
a cambio de la pérdida de la información que proporcionaría el verdadero proceso de
resolución.
A continuación presentaremos nuestra propuesta.
233
María J. Cáceres García, José M. Chamoso
Para establecer los criterios generales hemos considerado las diversas fases de resolución
de un problema. A partir de ellas hemos señalado dos indicadores para cada criterio, excepto
para “Planificación y ejecución de la estrategia de resolución” donde hemos considerado
cuatro debido a la dificultad para detectar la planificación en la resolución escrita de proble-
mas y de resumir los indicadores que consideramos adecuados para la valoración del proceso
de resolución. Además, hemos dedicado un apartado a la presentación de los trabajos escritos
por parte del estudiante ya que consideramos que, en muchas ocasiones, los problemas que
se evalúan se resuelven de forma escrita. Hemos seguido esta estructura para facilitar que la
matriz de valoración sea manejable ya que, en muchas ocasiones, el exceso de precisión
tanto en criterios como en indicadores dota al instrumento de demasiada complejidad y
anima a rechazarlo.
La matriz de valoración consta de cuatro columnas. La primera refleja los criterios de
valoración; la segunda, los indicadores que nos permitirán establecer las valoraciones de
cada criterio; la tercera incluye la valoración numérica en cada caso y, la última, concreta la
explicación de la valoración obtenida (Tabla 6).
En este apartado vamos a plantear una situación hipotética donde dos profesores, con
objetivos de enseñanza distintos y, por tanto, con criterios de evaluación diferentes (Tabla 7),
plantean el mismo problema. Posteriormente valoraremos las respuestas de dos estudiantes
con nuestra matriz de valoración, de acuerdo a los criterios establecidos por cada uno de
estos docentes. El problema es similar al desarrollado en el Capítulo 9 en un caso particular:
Calcula el área de un cuadrado del que sólo conocemos la diagonal d.
problemas respuesta
Figura 1. Estudiante 1.
Manuales Uex
Figura 2. Estudiante 2.
236
La evaluación sobre la resolución de problemas de matemáticas
¿Cuál de los dos estudiantes obtendría mejor calificación con cada uno de los profesores?
Si obviamos los criterios de evaluación de cada profesor, y nos fijamos sólo en la res-
puesta final al problema, el estudiante 1 expresa la respuesta correcta salvo que no incluye
ninguna unidad de medida ni en la respuesta ni en el proceso; sin embargo, el estudiante 2
resuelve el problema para el caso particular en que “d” valga 4cm y, aunque utiliza la unidad
de medida para expresar la longitud del lado del triángulo, no lo hace en la respuesta.
Veamos cuáles, o en qué parte, de los criterios de evaluación considerados por cada
profesor se cumplen (Tabla 8).
Tabla 8. Valoración del cumplimiento de dos estudiantes de los criterios de evaluación estable-
cidos por dos profesores
El primer estudiante sólo cumple uno de los tres criterios de evaluación establecidos
por el primer profesor mientras que cumple parte de los tres criterios propuestos por el
segundo. Aunque no podamos establecer una calificación concreta, parece claro que este
Manuales Uex
estudiante obtendría mejor calificación con el segundo profesor que con el primero. El
segundo estudiante afronta todos los criterios de evaluación del primer profesor, aunque
sea en un caso particular, pero no cumpliría prácticamente ninguno de los que exige el
segundo. En estos casos la calificación sería muy diferente en función del profesor que
corrigiera su resolución.
237
María J. Cáceres García, José M. Chamoso
2
Utiliza un caso
Describe de forma precisa la estrategia de particular pero no
5
resolución explica cómo llegar a la
solución del problema
planteado
Planificación 2
Distingue y explica todos los pasos seguidos e
y ejecución 4 No explica qué es a, b y
incluye toda la información necesaria sobre lo
de la No explica qué es l c. No utiliza el dato del
que representa cada número o letra
estrategia problema d
de resolución Demuestra de forma explícita que conoce,
relaciona y aplica correctamente los contenidos 5 5
matemáticos implicados en el proceso
4
Realiza correctamente todos los cálculos 3
No siempre utiliza
necesarios en el problema y tiene siempre en No utiliza unidades de
unidades de medida en
cuenta las unidades de medida medida en el proceso
el proceso
2
Contesta correctamente a la pregunta que se 3
Contesta a un caso
plantea y, en su respuesta, utiliza correctamente No utiliza unidades de
particular sin unidades
Solución la notación y unidades de medida medida en la respuesta
de medida
del
problema 1
Valora si la solución es correcta (tiene 1 No valora si la
sentido…). Generaliza la respuesta No escribe sobre ello respuesta tiene sentido
ni generaliza
Bibliografía
Manuales Uex
241
Relación de autores
Blanco Nieto, Lorenzo J.
Catedrático de Universidad de Didáctica de la Matemática. Universidad de Extremadura.
lblanco@unex.es
Caballero Carrasco, Ana.
Profesora Ayudante de Didáctica de la Matemática. Universidad de Extremadura.
acabcar@unex.es
Cáceres García, Mª José.
Profesora Contratado Doctor de Didáctica de la Matemática. Universidad de Extremadura.
mjcaceres@unex.es
Cárdenas Lizarazo, Janeth A.
Profesora Ayudante Doctor de Didáctica de la Matemática. Universidad de Zaragoza.
Janeth_ac@yahoo.com
Carvalho, José Luis.
Profesor Asociado de Didáctica de la Matemática. Universidad de Extremadura.
jlcsvarao@gmail.com
Casas García, Luis M.
Profesor Contratado Doctor de Didáctica de la Matemática. Universidad de Extremadura.
luisma@unex.es
Contreras González, Luis Carlos.
Profesor Titular de Universidad de Didáctica de la Matemática. Universidad de Huelva.
lcarlos@uhu.es
Chamoso, José Mª.
Profesor Titular de Universidad de Didáctica de la Matemática. Universidad de Salamanca.
jchamoso@usal.es
Figueiredo, Carlos A.
Profesor de Secundaria. Elvas (Portugal). carlosaafigueiredo@sapo.pt
Gómez Del Amo, Rosa.
Doctoranda. Universidad de Extremadura. rosagomez@unex.es
Guerrero Barona, Eloisa
Profesora Titular de Psicología Evolutiva. Universidad de Extremadura. eloisa@unex.es
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