Tercero Extinción Dominio Arrendamiento
Tercero Extinción Dominio Arrendamiento
Tercero Extinción Dominio Arrendamiento
PRESENTADO POR
Presentado a:
Dr. Leonel Mauricio Peña Solano
Nota de aceptación
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TABLA DE CONTENIDO
Resumen ............................................................................................................................... 5
Glosario ................................................................................................................................ 6
Introducción ....................................................................................................................... 10
Capítulo I ............................................................................................................................ 12
¿Qué es la extinción de dominio? .................................................................................... 12
La constitución de 1991: un régimen más amplio para la extinción de dominio por
ilegitimidad del titulo ....................................................................................................... 13
Marco normativo de la extinción de dominio .................................................................. 15
Capítulo II .......................................................................................................................... 35
Nociones doctrinales y jurisprudenciales sobre los derechos adquiridos. ................... 35
Capítulo III......................................................................................................................... 40
Derecho a la defensa ........................................................................................................ 40
Derechos a la defensa y el debido proceso ...................................................................... 40
Presunción de inocencia y el in dubio pro reo ................................................................. 41
Capítulo IV ......................................................................................................................... 42
La buena fe. ...................................................................................................................... 42
La buena fe exenta de culpa. ........................................................................................ 42
Beneficio del derecho a los terceros de buena fe exentos de culpa. ............................ 43
Que se pruebe la buena fe. ........................................................................................... 43
Principio de solidaridad probatoria. ................................................................................. 44
Capítulo V .......................................................................................................................... 45
Derecho a la propiedad. ................................................................................................... 45
El contrato de arrendamiento. .......................................................................................... 46
Obligaciones del arrendador sobre el bien inmueble. ...................................................... 47
La vigilancia y el control. ................................................................................................ 49
Capítulo VI ......................................................................................................................... 50
La aplicación de la extinción de dominio a casos concretos. .......................................... 50
Terceros de buena fe frente a la extinción del derecho de dominio. ........................... 50
Conclusiones. ...................................................................................................................... 54
Referente bibliográfico ...................................................................................................... 59
Referente Jurisprudencial ................................................................................................ 60
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Resumen
Como quiera que el Nuevo Código de Extinción de Dominio incluyó todas las
conductas ilícitas consagradas en el Código Penal, ha de tenerse en cuenta que la base
constitucional para la aplicabilidad de las normas extintivas están consagradas en los
artículos 34 y 58 de nuestra Carta Política, razón por la cual no se debe desatender los
principios allí señalados, con el fin de no desnaturalizarla, al afectar bienes sin un
razonamiento lógico y coherente que vaya en contra de la realidad jurídica con la que se
creó.
Empero, debemos destacar que este libro se refiere de manera clara y precisa a lo
que es el significado y la relevancia de los Terceros de Buena Fe exentos de culpa en un
proceso de extinción de dominio.
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Glosario
Actividad ilícita. El Inciso 2º, del artículo 1°, del Código de Extinción, la define
como: "Toda aquella tipificada como delictiva, independiente de cualquier declaración de
responsabilidad penal, así como toda actividad que el legislador considere susceptible de
aplicación de esta ley por deteriorar la moral social. "
La nueva norma comprende todas las conductas tipificadas como un delito por el
legislador, indistintamente que sean mvest1gadas de oficio o sea querellable. Es decir,
involucra todo el Código Penal. Se olvidó que no todas las conductas atentan gravemente
contra la moral social o el patrimonio Público, o que generan enriquecimiento ilícito,
siendo éste el parámetro impuesto por el Constituyente en el artículo 34 de nuestra Carta
Política, para que el legislador, dentro del marco general de su competencia, determine que
conductas atentan gravemente contra la moral social y afecten el patrimonio público.
Las normas que la antecedieron en materia de extinción de dominio, como la Ley
333 de 1996, el Decreto 1975 de 2002, la Ley 793 de 2002, modificada por el artículo 72
de la Ley 1453 de 2011, incluyeron un catálogo de actividades ilícitas las que en
criterio del legislador atentaban gravemente contra la moral social y el patrimonio
público; as1 mismo la Ley 1336 de 2009, "Por medio de la cual se adiciona y robustece la
Ley 679 de 2001, de lucha contra la explotación, la pornografía y el turismo sexual con
niños niñas y adolescentes"(Murcia, 2012, pág. 23).
Ese desarrollo, a nuestro juicio, resultaba más claro y conveniente. Al fijar el
legislador las actividades ilícitas, conductas o tipos penales, que atentan gravemente contra
la moral social o afecten el patrimonio público, a las que hace referencia el artículo 34 de
la Constitución Política' paralelamente desarrolla el artículo 58 superior, referente al
cumplimiento de la función social y ecológica de la propiedad, las cuales dan lugar a la
extinción de dominio, precisando que no necesariamente pueden ser delitos o
conductas ilícitas. (Murcia, 2012, pág. 23).
Así, el legislador puede fijar otras actividades ilícitas o comportamientos que
considere sean atentatorios de la moral social o el patrimonio público, o fijar situaciones en
las cuales considere que la propiedad no cumple su función social o ecológica, sean o no,
estas situaciones, resultado de un comportamiento delictual. Ello porque, si bien la mayoría
de las actividades ilícitas tienen origen en conductas punibles, para efectos de adelantar el
trámite de extinción de domino, son independientes de la materialización del delito y de
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intangible, así como los documentos o instrumentos que pongan de manifiesto el derecho
sobre los mismos
La extinción de dominio respecto de bienes de procedencia ilícita adquiridos en
cualquier época, comprende aquellos obtenidos a través de la sucesión por causa de
muerte que tengan origen ilícito; los bienes empleados como medio o instrumento del
delito. Igualmente, procede sobre bienes de valor equivalente, y se extiende a frutos y
rendimientos.
De conformidad con el artículo 653 de nuestro Código Civil los bienes se clasifican
en cosas corporales e incorporales e Corporales las que tiene un ser real y pueden ser
percibidas por los sentidos, como una cosa, un libro. Incorporales los que consisten en
meros derechos, como los créditos y las servidumbres activas. El artículo 654 de la
legislación Civil, indica que las cosas corporales se dividen en muebles e inmuebles.
Clasifica en: derechos reales principales.-Dominio, herencia, uso, usufructo, habitación,
propiedad fiduciaria.- y derechos reales accesorios hipoteca, prenda, servidumbre, etc.;
denotando que estos derechos pueden recaer uno o varios titulares.
Producto del delito. También denominado efectos del delito, los cuales
comprenden los bienes muebles e inmuebles, como los frutos, productos y rendimientos de
ellos, teniendo en cuenta el carácter ilegítimo directo o indirecto de la propiedad.
También debe entenderse la derivación, la consecuencia de un delito, en
términos generales el efecto de los títulos ilegítimos es la extinción de dominio, para los
casos en particular de las actividades ilícitas relacionadas por el legislador que produzcan
dividendos económicos. Situaciones propias de delitos como: El pánico económico, que
tiene como efecto la quiebra de empresas o entidades financieras; el lavado de activos
cuyo efecto es la legalización de capitales ilícitos; o el desplazamiento forzado que trae
como efecto la venta a bajo s precios de propiedades y, por ende, un favorecimiento
económico para ciertas personas naturales o jurídicas.
Instrumentos del delito. La Ley Modelo sobre Extinción de Dominio, elaborada
por la ONU, en su artículo primero, define "Instrumentos del delito como aquellos "Bienes
utilizados o destinados a ser utilizad os, de cualquier forma, en su totalidad o en parte para
actividades ilícitas."
El Código Penal Colombiano, en su artículo 100, al hacer referencia al comiso,
señala que los bienes que sirvan de instrumentos y efectos con los que se haya cometido la
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conducta punible, tengan o no libre comercio, pasarán a poder de la Fiscalía General, salvo
los que la ley disponga su destrucción.
Por su parte, el artículo 82 del Código de Procedimiento Penal.- Ley 906 de 2004.-,
señala que el comiso procederá, sobre los bienes y recursos del penalmente responsable,
que provengan o sean producto directo o indirecto del delito, o sobre aquellos utilizados
o destinados a ser utilizados en los delitos dolosos como medio o instrumentos. En tal
sentido un instrumento del delito, para que sea objeto de extinción de dominio, debe ser
además un bien valorable económicamente.
Presunción de buena fe. Principio consagrado en el artículo 83 de la Carta Política,
y desarrollado por el artículo 7º del Código de Extinción de Dominio, el cual señala:
Se presume la buena fe en todo acto o negocio jurídico relacionado con la
adquisición o destinación de los bienes, siempre y cuando el titular del derecho proceda de
manera diligente y prudente, exenta de toda culpa.
Los sujetos procesales y las demás personas que intervengan en el proceso de
extinción de dominio, están en el deber de hacerlo con absoluta lealtad y buena fe. Deben
obrar sin temeridad en el ejercicio de los derechos y obligaciones procesales.
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Introducción
Lo que se busca en este trabajo es exponer el alcance del individuo al demostrar ser
tercero de buena fe exento de toda culpa, como propietario se debe de determinar si al no
tener la posesión del bien es responsable de estas conductas delictivas desplegadas por los
arrendatarios. Nos basáremos en los medios de protección del derecho a la propiedad y las
diferentes reiteraciones de la jurisprudencia nacional frente a terceros de buena fe exenta
de culpa, al ejercer la vigilancia y control de sus propiedades.
Es indispensable el determinar si el propietario de un bien inmueble o mueble
tiene el deber de actuar acorde a cuidado y buena fe, respetando lo pactado en lo sustancial
en la norma civil, al tener al mismo tiempo el compromiso en el aporte como guardián
social, esto teniendo en cuenta jurisprudencia del Tribunal en se reúne la correspondencia
entre el acontecer fáctico y la descripción legal de la causal 3ª del artículo 2º de la Ley 793
de 2002, también determinado el aspecto subjetivo de la acción.
La existencia de las leyes y sus garantías son un conjunto constitucional por lo cual
debe de brindar mecanismos de vigilancia y control de un bien inmueble arrendado dando
una responsabilidad y sanción en cabeza del infractor.
Reiteradamente la jurisprudencia nacional se ha pronunciado sobre la congruencia
que da la ley de extinción de dominio a los propietarios para demostrar que se actuó en
derecho diligentemente bajo el cuidado de sus bienes en su ejercer privado y el
compromiso de su benéfico aporte a la sociedad.
El problema de investigación se desarrollará con un enfoque eminentemente
cuantitativo deductivo, en el cual se utilizarán en exclusiva técnicas de investigación
documental (análisis de lecturas, documentación, sentencias judiciales y estudios
preexistentes sobre el tema, y libros de consulta), con el propósito de dar al lector una idea
amplia de la acción de extinción de dominio y los terceros de buena fe exenta de culpa
exponer algunas conclusiones sobre la información recolectada para que así sirva este
material como consulta. Vamos a desarrollarlo de la siguiente manera un balance
normativo sobre las diferentes jurisprudencias, también aremos un pequeño resumen de las
diferentes leyes, en las cuales empezó la extinción de dominio en Colombia.
Lo primero que se consulta es la Constitución Política de Colombia de 1991, desde
esta como se determinó en Colombia la extinción del derecho de dominio a favor del
Estado de aquellos bienes adquiridos con fondos de actividades ilícitas. Extraeremos los
siguientes artículos para analizar en los campos civil , penal y constitucionalmente ,su
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Capítulo I
¿Qué es la extinción de dominio?
La extinción del dominio es una figura novedosa que va más allá del comiso, la
cual hoy en día incorpora, partiendo de la base de que los bienes adquiridos de manera
ilícita continúan siendo ilícitos de manera indefinida sin que el transcurrir del tiempo ni su
traspaso a cualquier título puedan eliminar esta característica. Así las cosas, el Estado
puede, en cualquier tiempo, iniciar las acciones pertinentes para extinguir el dominio sobre
tales bienes, teniendo como única limitante los derechos de los terceros de buena fe,
actuando de forma retrospectiva frente a la ley penal. (Iguarán & Soto, 2015, pág. 234)
El doctrinante Jairo Ignacio ACOSTAARISTIZABAL, en su obra La extinción de
dominio como instrumento de lucha contra el crimen organizado, precisa que: "La acción
de extinción de dominio, de estirpe constitucional, se erige como un instrumento vital en la
lucha por la reparación a las víctimas y el restablecimiento del derecho". Se trata de
recuperar de manos de las organizaciones criminales las ganancias que logran de manera
rápida y continua y a cuyo disfrute tranquilo aspiran, para regresárselas a quienes
legítimamente les corresponden. Tanto la función social de la propiedad como el amparo
restrictivo dela misma a su adquisición con justo título y con arreglo a las leyes civiles
permiten a esta herramienta judicial de carácter autónomo, determinar cuándo es aparente
la titularidad del derecho de dominio que se ostenta. (Iguarán & Soto, 2015, pág. 234)
El nuevo código de Extinción de dominio sostiene que esta figura resulta ser una
consecuencia patrimonial de actividades ilícitas o que deterioran gravemente la moral
social, consistente en la declaración de titularidad a favor del Estado de los bienes a que se
refiere dicha ley (la cual estudiaremos), por sentencia, sin contraprestación ni
compensación de naturaleza alguna para el afectado.
Es así como el segundo inciso dela Ley 333de 1996, advertía que la extinción del
dominio habrá de declararse con independencia de la época de la adquisición o destinación
ilícita de los bienes o derechos, aun tratándose de situaciones jurídicas existentes con
anterioridad a la vigencia de la Ley. Esta previsión no implicaba que se autorizare a los
jueces para desconocer derechos adquiridos con arreglo al orden jurídico precedente, pues
si ello fuese así se tendría sin duda una flagrante inconstitucionalidad, dada la garantía que
contempla el art. 58 de la Carta Política, el cual asegura que los derechos adquiridos con
arreglo a las leyes civiles "no pueden ser desconocidos ni vulnerados por leyes
posteriores". Para la Corte, el principio de irretroactividad de la ley descanse. Más en la
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La Ley 333 fue finalmente derogada por la Ley 793 de 2002, la cual a grandes
rasgos reprodujo el esquema procedimental implementado en el Decreto Legislativo 1975
de 2002. La constitucionalidad de la Ley 793, como se explicó en apartes previos fue
analizada en la sentencia C-740 de 2003.
La Ley 793 reiteró el diseño del proceso de extinción de dominio en tres etapas, las
cuales fueron descritas por la Corte en dicho fallo de la siguiente manera:
1. Una fase inicial que se surte ante la Fiscalía, en la que se promueve una
investigación para identificar bienes sobre los que podría iniciarse la acción de
extinción de dominio.
2. Se pueden practicar medidas cautelares.
3. se ejercen facultades de administración sobre los bienes afectados con tales
medidas.
1. el numeral 9 del art. 250, según el cual corresponde a la Fiscalía "cumplir las demás
funciones que establezca la ley".
2. el numeral 4 del art. 251que encarga al Fiscal General de la Nación de "participar
en el diseño de la política del Estado en materia criminal (...)".Las funciones de la
Fiscalía consistían principalmente en:
efectos equivalentes, y vigilancia de cosas (art. 12-A de la Ley 793, adicionado por el art.
78 de la Ley 1395). (Sabogal, 2014)
Después de culminar la investigación, la Fiscalía debía decidir sobre la procedencia
de la acción. En virtud de esta función puede,
Decretar medidas cautelares o solicitar al juez competente que las decrete, según
corresponda (inciso segundo del art. 12 de la Ley 793, modificado por el art. 77 dela Ley
1395).Tales medidas comprenden la suspensión del poder dispositivo, el embargo y el
secuestro de los bienes, de dinero en depósito en el sistema financiero, de títulos valores y
de sus rendimientos, así como la orden de no pagarlos cuando fuere imposible su
aprehensión física. (Sabogal, 2014, pág. 150)
De conformidad con el Código de procedimiento penal en sus art. 82 a 101, así
como el Decreto 2535 de 1993 art. 88 y ss., la Ley 793 de 2002 y la Ley 1395 de 2010,
teniéndose como bienes todo aquello que sea susceptible de valoración económica o pueda
recaer derecho de dominio, corporales, incorporales, muebles o inmuebles, tangibles,
intangibles, así como documentos o instrumentos que coloquen de manifiesto el derecho
sobre los mismos. Ahora, tan pronto como al Fiscal se le coloquen a disposición bienes
que se hayan incautado producto de una situación de flagrancia o de un registro o
allanamiento, o de cualquier otra situación, procederá a advertir en primer lugar el valor
del mismo como EMP o EF, luego evaluará como en el caso de los macro elementos, así
como explosivos, armas, granadas, sustancias narcóticas o químicas ilícitas, objetos para
toma de huellas o rastros, que consigna el art. 256 ibídem, si existe la posibilidad de que
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una vez sean examinados por peritos, se proceda grabarlos en video cinta, o a
fotografiarlos, y someterlos a cadena de custodia. (Sabogal, 2014, pág. 151)
En Colombia, además de comiso se creó la figura dela extinción de dominio. Es así
como la Ley 333 de 1996 o ley de extinción de dominio, sobre bienes adquiridos de forma
ilícita, al respecto dispone en su art. 1° que se entiende por extinción del dominio la
pérdida de este derecho en favor del Estado, sin contraprestación ni compensación de
naturaleza alguna para su titular. (Sabogal, 2014, pág. 152)
De igual manera la ley en comento en su artículo segundo enuncia las causales que
originan la extinción del dominio.
Consagraba el artículo en mención que: por sentencia judicial se puede declarar la
extinción del derecho de dominio de los bienes provenientes directa o indirectamente del
ejercicio de las siguientes actividades o de aquellos que hayan sido utilizados como medios
o instrumentos necesarios para la realización de las mismas:
Las facultades otorgadas por la ley permiten anular contratos por objeto y causa
ilícita, cuando tal condición es previamente conocida por las partes o podría haber sido
razonablemente deducida por ellas, o cuando pretenden desviar la capacidad del Estado
para conseguir el decomiso o la imposición de las multas u otras sanciones.
Así también era considerada como una sanción penal equiparable al comiso, esta
última que lo representa es, ser una consecuencia accesoria de la pena para convertirse en
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finalidad perseguida y con los resultad os que se esperan que están señalad
os en la ley. Resulta proporcionado que en aquellos casos, quien desee
justificar sus actos, o evitar la responsabilidad que de ellos se deriva, sea
quien tenga que dar pruebas, de su apropiada e irreprochable conducta.
En la Sentencia C-1007 del 18 de noviembre de 2002, en la que al analizar la figura
de la extinción del dominio y refiriéndose a la adquisición de bienes por enajenación o
permuta, la Corte Constitucional sostiene que existen dos tipos de buena fe, a saber:
Sobre esa buena fe cualifica da, la misma alta Corporación precisó que tiene dos
elementos: uno objetivo, referente a la conciencia de obrar con lealtad, y otro subjetivo, el
cual exige tener la seguridad de que el tradente es realmente el propietario, lo cual
demanda averiguaciones adicionales que comprueban tal situación. (Sabogal, 2014, pág.
158)
La buena fe creadora o buena fe cualificada, interpreta adecuadamente una máxima
legada por el antiguo derecho al moderno: "Error communisfacit jus ", y que ha sido
desarrollada en nuestro país por la doctrina desde hace más de cuarenta años, precisando
que, tal máxima indica que si alguien en la adquisición de un derecho o de una situación
comete un error o equivocación, y creyendo adquirir un derecho o colocarse en una
situación jurídica protegida por la ley, resulta que tal derecho o situación no existen por ser
meramente aparentes, normalmente y de acuerdo con lo que se dijo al exponer el concepto
de la buena fe simple, tal derecho no resultará adquirido. Pero si el error o equivocación es
de tal naturaleza que cualquier persona prudente y diligente también lo hubiera cometido,
por tratarse de un derecho o situación aparentes, pero en donde es imposible descubrir la
falsedad o no existencia, nos encontramos forzosamente, ante la llamada buena fe
cualificada o buena fe exenta de toda culpa. (Sabogal, 2014, pág. 159)
La buena fe cualificada o creadora de derecho tiene plena aplicación en el caso de
los bienes adquiridos por compra o permuta y que provienen directa o indirectamente de
una actividad ilícita. Es así que, si alguien adquiere un bien con todas las formalidades
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exigidas por la ley para adquirir la propiedad, y si ese bien proviene directa o
indirectamente de una actividad ilícita, en principio, aquel adquirente no recibiría ningún
derecho pues nadie puede transmitir un derecho que no tiene y sería procedente la
extinción de dominio; pero, si se actuó con buena fe exenta de culpa, dicho tercero puede
quedar amparado por el ordenamiento jurídico al punto de considerarse que por efecto de
su buena fe cualificada se ha radicado plenamente el derecho de propiedad en su cabeza, y
por lo tanto sobre tal bien no podría recaer la extinción de dominio. (Sabogal, 2014, pág.
159)
Pero, para su aplicación, en los casos en que se convierte en real un derecho o
situación jurídica aparentes, para satisfacer las exigencias de buena fe, se requiere el
cumplimiento de los siguientes elementos:
a) Que el derecho o situación jurídica aparentes, tenga en su aspecto exterior todas las
condiciones de existencia real, de manera que cualquier persona prudente o
diligente no pueda descubrir la verdadera situación. La apariencia de los derechos
no hace referencia a la acreencia subjetiva de una persona, sino a la objetiva o
colectiva de las gentes. De ahí que los romanos dijeran que la apariencia del
derecho debía estar constituida de tal manera que todas las personas al examinarlo
cometiera: un error y creyeran que realmente existía, sin existir. Este es el error
communis, error común a muchos.
b) Que la adquisición del derecho se verifique normalmente dentro de las condiciones
exigidas por la ley.
c) Finalmente, se exige la concurrencia de la buena fe en el adquirente, es decir, la
creencia sincera y leal de adquirir el derecho de quien es legítimo dueño.
Como se observa delo antes anotado, en esta materia Colombia daba cabal
cumplimiento a las recomendaciones plasmadas en el Reglamento Modelo de la CICAD-
OEA, al proteger plenamente los derechos de los terceros de buena fe.
(Sabogal, 2014, pág. 160) En Colombia, el art. 26 de la ley de extinción de dominio
(Ley 333 de 1995), en punto de la destinación de los bienes sobre los cuales se ha de
declarar la extinción de dominio, indicaba que los bienes y recursos sobre los cuales se
declare la extinción del dominio, sin excepción alguna ingresarán al fondo para la
rehabilitación, inversión social y la lucha contra el crimen organizado y serán asignados
por el Consejo Nacional de Estupefacientes, de conformidad con los reglamentos, para:
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Las tierras aptas para la producción y que ingresen al fondo que se crea en la
presente ley, se adjudican a los campesinos e indígenas que cumplan los requisitos
establecidos. La adjudicación se hará de conformidad con lo dispuesto en la Ley 160 de
1994. Los desplazados por la violencia y los involucrados en los programas de erradicación
de cultivos ilícitos tienen prioridad para la adjudicación. (Sabogal, 2014, pág. 163)
Los bienes incautados entonces eran puestos por la Fiscalía a órdenes de la
Dirección Nacional de Estupefacientes, para que a través de un fondo especial se destinen
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para fortalecer las actividades relacionadas con la prevención, a las autoridades que
combaten los delitos fuente y a entidades dedicadas a labores de rehabilitación.
En Colombia, el numeral 1º del art. 102 del Decreto 663 de 1993 o Estatuto
Orgánico del Sistema Financiero, mediante un enunciado general estableció la obligación
de adoptar para las entidades financieras controles a actividades delictivas.
Las instituciones sometidas al control y vigilancia de la Superintendencia Bancaría
están obligadas a adoptar medidas de control apropiadas y suficientes, orientadas a evitar
que en la realización de sus operaciones puedan ser utilizadas como instrumento para el
ocultamiento, manejo, inversión o aprovechamiento, en cualquier forma de dinero u otros
bienes provenientes de actividades delictivas, o para dar apariencia de legalidad a las
actividades activas o a las transacciones o fondos vinculados con las mismas.
En Colombia este aspecto está recogido en el art. 103 de Estatuto Orgánico del
Sistema Financiero, de conformidad con el cual toda institución financiera debe dejar
constancia, en formulario especialmente diseñado al efecto, de la información relativa a las
transacciones en efectivo que realice, en moneda legal o extranjera cuyo valor sea superior
a las cuantías que periódicamente señale la Superintendencia Bancaria. (Sabogal, 2014,
pág. 164)
La Unidad tiene como objetivo la detección, prevención y en general la lucha
contra el lavado de activos en todas las actividades económicas, para lo cual centraliza,
sistematiza y analiza la información recaudada en desarrollo de lo previsto en los art. 102 a
107 del Estatuto Orgánico del Sistema Financiero, las normas tributarias1 aduaneras y
demás información que conozcan las entidades del Estado o privadas que pueda resultar
vinculadas con operaciones de lavado de activos (art. 3 de la citada ley).
Dichas entidades están obligadas a suministrar, de oficio o a solicitud de la Unidad,
la información de que trata el presente artículo. Así mismo, la Unidad puede recibir
información de personas naturales.
La Unidad, en cumplimiento de su objetivo comunica a las autoridades competentes
y a las entidades legitimadas para ejercitar la acción de extinción del dominio cualquier
información pertinente dentro del marco de la lucha integral contra el lavado de activos y
las actividades descritas en el art. 2° de la Ley 333 de 1996.
La Unidad puede hacer el seguimiento de capitales en el extranjero en coordinación
con las entidades de similar naturaleza en otros Estados.
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Tabla 1.
Cuadro esquemático de legislación el enriquecimiento ilícito, el lavado de activos, el
testaferrito, y la extinción de dominio (Sabogal, 2014, pp.166-169).
Capítulo II
Nociones doctrinales y jurisprudenciales sobre los derechos adquiridos.
El Constituyente de 1991, en forma clara y expresa, se refirió a los derechos
adquiridos para garantizar su protección, al establecer en el artículo 58:
Se garantizan la propiedad privada y los demás derechos adquiridos con
arreglo a las leyes civiles, los cuales no pueden ser desconocidos ni
vulnerados por leyes posteriores. Cuando de la aplicación de una ley
expedida por motivo de utilidad pública o interés social, resultaren en
conflicto los derechos de los particulares con la necesidad por ella
reconocida, el interés privado deberá ceder al interés público o social...
Para Louis Josserand:
Decir que la ley debe respetar los derechos adquiridos, es decir que no debe
traicionar la confianza que colocamos en ella y que las situaciones creadas,
los actos realizados bajo su protección continuarán intactos, ocurra lo que
ocurra; fuera de esto, no hay sino simples esperanzas más o menos fundadas
y que el legislador puede destruir a su voluntad... Las simples esperanzas no
constituyen derechos, ni eventuales siquiera; corresponden a situaciones de
hecho más que a situaciones jurídicas: son intereses que no están
jurídicamente protegidos y que se asemejan mucho a los 'castillos en el
aire': tales como las 'esperanzas' que funda un heredero presunto en el
patrimonio de un pariente, cuya sucesión espera ha de corresponderle algún
día. En general, las simples expectativas no autorizan a quienes son presa
teórico y práctico de derecho civil.
Julián Restrepo Hernández, tratadista colombiano, considera que:
Los derechos adquiridos son pues las consecuencias jurídicas nacidas en
virtud de una ley vigente al cumplimiento del hecho previsto en la misma
ley". La jurisprudencia colombiana también ha sido copiosa en ese sentido.
Sin embargo, sólo citaremos dos de sus pronunciamientos, que en nuestro
criterio recogen el pensamiento de la Corte Suprema de Justicia sobre este
asunto, el que ha sido reiterado con pequeñas variaciones no sustanciales.
"La noción de derecho adquirido se contrapone a la de mera expectativa ...
Por derecho adquirido ha entendido la doctrina y la jurisprudencia aquél
derecho que ha entrado al patrimonio de una persona natural o jurídica y
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que hace parte de él, y que por lo mismo, no puede ser arrebatado o
vulnerado por quien lo creó o reconoció legítimamente .
Lo anterior conduce a afirmar que el derecho adquirido es la ventaja o el beneficio
cuya conservación o integridad, está garantizada, en favor del titular del derecho, por una
acción o por una excepción.
El derecho adquirido o constituido de que trata la Constitución en sus artículos 30 y
202; y situación jurídica abstracta u objetiva. Habla de cuando el texto legal que la crea ha
jugado ya, jurídicamente, su papel en favor o en contra de una persona en el momento en
que ha entrado a regir una ley nueva. A la inversa, se está frente a la segunda, cuando el
texto legal que ha creado esa situación aún no ha jugado su papel jurídico en favor o en
contra de una persona". (Sent. diciembre 12 de 1974). Y en sentencia del 17 de marzo de
1977, se expresó:
Por derechos adquiridos, ha dicho la Corte, se tienen aquellas situaciones
individuales y subjetivas que se han creado y definido bajo el imperio de
una ley, y que por lo mismo han creado a favor de sus titulares un cierto
derecho que debe ser respetado. Fundamento de la seguridad jurídica y del
orden social en las relaciones de los asociados y de estos con el Estado, es
que tales situaciones y derechos sean respetados íntegramente mediante la
prohibición de que leyes posteriores pretendan regularlos nuevamente. Tal
afectación o desconocimiento sólo está permitido constitucionalmente en el
caso de que se presente un conflicto entre los intereses generales o sociales
y los individuales, porque en este caso, para satisfacer los primeros, los
segundos deben pasar a un segundo plano. Se trata de afirmar entonces el
imperio del principio de que el bien común es superior al particular y de
que, por lo mismo, este debe ceder.
Por su parte, la Corte Constitucional en reciente fallo, al resolver una demanda
contra el artículo 289 de la misma ley que hoy se impugna parcialmente, expresó en
relación con este tema lo siguiente: "La norma (art. 58 C.N.) se refiere a las situaciones
jurídicas consolidadas, no a las que configuran meras expectativas, estas, por no haberse
perfeccionado el derecho, están sujetas a las futuras regulaciones que la ley introduzca.
Es claro que la modificación o derogación de una norma surte efectos hacia
el futuro, salvo el principio de favorabilidad, de tal manera que las
situaciones consolidadas bajo el imperio de la legislación objeto de aquélla
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la propietaria administró el bien con la función social y ecológica para la que estaba
destinada, sin que sea posible atribuirle la carga de un comportamiento ajeno a su voluntad.
Ley-aplicación en el tiempo.
Capítulo III
Derecho a la defensa
Para la persona imputada de un delito y por lo cual se somete por obligación a un
proceso, sin duda el derecho a la defensa por excelencia es que nunca sean violentados sus
derechos a defenderse de manera digna e independiente.
Defensa que va protegida bajo los tratados internacionales y más concretamente en
el artículo 75, inciso 22, en función de los artículos 9° y 11 de la Declaración Universal de
Derechos Humanos; artículo 8° de la Convención Americana sobre Derechos Civiles y
Políticos, articulo 26 de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre.
(Ospina, 2005)
De otra parte, con esta acción se persigue privar de los bienes a aquellas personas
que los hubieren obtenido por la comisión de alguna conducta punible que atente contra la
moral social, el tesoro público o las provenientes del delito de enriquecimiento ilícito y que
se encuentran contempladas en el artículo 2°. Parágrafo 2° de la ley de extinción de
dominio, reafirmándose el contenido patrimonial de la misma, luego los principios
alegados por el censor, que se analizan en el presente acápite encuentran su ámbito de
aplicación circunscrito al poder sancionatorio del Estado, cuyo sujeto pasivo siempre va a
ser una persona y no un bien como en este evento. (Devis, 2007)
Capítulo IV
La buena fe.
La buena fe es un conjunto ampliamente utilizado en el ordenamiento jurídico en el
cual se dice que actúa de buena manera, con honestidad y que carece de ella, en el
ordenamiento jurídico la buena fe se tiene que probar para que carezca de una legitimidad
sobre ella, para probar la buena fe en el caso cuando se realiza un negocio jurídico, por lo
regular es aportar las pruebas que tiene sobre dicho negocio en el que concierne con el
contrato de arrendamiento se aporta se ve la buena intención en lo pactado del contrato,
pero además de esto se aporta los cánones de arrendamiento que tiene sobre el bien mueble
o inmueble que se arrendo, también sirven los testigos que estuvieron en el presente
contrato o cuando el contrato se celebró la autenticación en la notaria que dan fe pública
del cual el negocio jurídico que se realizó. (Buitrago, 1994).
Capítulo V
Derecho a la propiedad.
En lo que tiene que ver con el derecho a la propiedad real esta manifestada en el
poder jurídico que una persona la ejerce de una forma directa o inmediata sobre una cosa
para aprovecharla totalmente en el sentido jurídico. (Sabogal, 2014)
Son atributos de la propiedad el ius uetendi, el cual consiste en la facultad
que se le asiste al propietario de servirse de la cosa y de aprovecharse de los
servicios que pueda rendir, el otro es el ius fruendi o fructus que es la posibilitada
del dueño de recoger todos los productos que se acedan o se derriban de su
explotación del mismo.
El derecho de disposición que consiste el reconocimiento de todas aquellas
facultades el propietario y su enajenación sobre la titularizada del bien, para poder disponer
del bien, pero esta facultad se pierde cuando el bien esta frente a la extinción del derecho
de dominio, el cual ya no puede gozar del bien y mucho menos, ya que tiene un medida
cautelar el bien sale de circulación en comercio, el cual nos indica que no se puede vender
enajenar, y mucho menos arrendar, ya que la fiscalía lo materializa y lo pone a disposición
de la sociedad de activos especiales SAE SAS, el cual es el administrador de aquellos
bienes que confisca el Estado, hasta que se acabe el proceso de extinción, en la antigua ley
793 de 2002, el proceso puede durar más de doce años, el cual este bien se va deteriorando
o los bienes que son objeto de la extinción del derecho de dominio. (Bonnecase, 2006)
Al entrar en este tema de la propiedad también debemos ver la facultad que tiene el
propietario de dicho bien inmueble y su disposición, cuando un bien inmueble se arrienda
y lo utilizan para una actividad ilícita, el nuevo código de extinción del derecho de dominio
ley 1708 de 2014 estipula, que el propietario del bien inmueble deberá hacer un
seguimiento al bien inmueble y el control que debe tener sobre este. (Bonnecase, 2006)
No en todo los casos se utilizan los bienes inmuebles o establecimientos de
comercio, para dedicarse a la venta de estupefacientes, si no que hoy en día está en la
modalidad de vender cosas hurtadas la más común es la de los celulares o ventas de
computadores, el cual le dan una fachada de legalidad, pero se dedican a una actividad
ilícita el cual es la venta de cosas hurtadas a las demás personas, es ahí donde los
propietarios de estos establecientes de comerció o arrendadores de los bienes inmuebles se
ven afectados, ya que la fiscalía realiza un seguimiento y control y encuentran que estos
predios son utilizados para actividades ilícitas , es donde se viene la fijación de la
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pretensión sobre estos bienes, y si es con la antigua ley la resolución de inicio. Otro modus
operandi en el cual se ven implicados los bienes muebles e inmuebles es el micro tráfico.
Los bienes inmuebles son rentados con el supuesto fin de residencia o habitacional
de algunos ciudadanos que cumplen los requisitos exigidos por los propietarios de los
inmuebles, como lo son fiadores, recomendaciones, contrato con reconocimiento por
notaria y hasta en muchos eventos un llamado deposito económico para respaldo de alguno
daño material en el inmueble o consumo de servicios públicos sin pagar. Desde el actuar
de un propietario de acuerdo al cumplimiento a la ley de arrendamiento sobre la
disposición de su propiedad, se puede notar la eficiencia y el interés de dejar en disposición
de uso un bien a un llamado arrendatario. (Bonnecase, 2006)
El contrato de arrendamiento.
El contrato es un negocio jurídico en la cual se da un acuerdo de voluntades, en la
que las dos partes se obligan recíprocamente al conocer el goce de una cosa al ejecutar una
obra o prestar un servicio, en el que se obliga a pagar el goce sobre la cosa. En el queda
estipulado para que va ser el objeto del bien utilizado, se deja pactado un precio y en qué
fecha se va generar el canon pactado, también se deja estipulado la dirección donde se
encuentra ubicado, los servicios que se entregan como lo son agua luz gas teléfono y el
nombre de la persona que se va hacer cargo del bien inmueble, en el también queda
estipulado el objeto para el cual va hacer utilizado, y si llegare a incumplir en alguna de las
obligaciones en las cuales quedaron estipuladas el arrendador exigirá que se le entregue el
bien ya que es una causal para acabar el contrato. (Bonnecase, 2006)
El contrato de arrendamiento es la voluntad de las partes en las que se obligan de
una manera unilateral de ambas partes las cuales están reguladas por la ley 820 de 2003, la
principal obligación de arrendamiento se encuentra en el artículo 9 de la mencionada ley y
las contenidas en el código civil referentes al contrato de arrendamiento, pagar el canon de
arrendamiento, usar las cosas según el contrato pactado, “responder de su culpa de su
familia, huéspedes y dependientes”. (Bonnecase, 2006)
En el contrato de arrendamiento que como bien se ha mencionado, se tiene
estipulado en nuestro código civil en lo que concierne en las obligaciones que tiene el
arrendador como el arrendatario, en el cual se dará por terminado el contrato si llegaré a
incumplir en alguna de las obligaciones sobre el mismo.
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social y ecológica que permite consolidar los derechos del propietario con las necesidades
de la colectividad, debidamente fundamentadas, luego la propiedad no se concibe como un
derecho absoluto sino relativo, lo cual se deriva del principio constitucional solidarista de
que "la propiedad es una función social que implica obligaciones". (Juzgado Catorce Penal
del Circuito Especializado de Bogotá, Radicación: 110010704014201100004 01 ED.024,
14 de junio de dos mil once 2011).
En este contexto, el derecho de propiedad que la Constitución garantiza en su
artículo 58 es el adquirido de manera lícita, ajustada a las exigencias de la ley, sin daño ni
ofensa a los particulares ni al Estado y dentro de los límites que impone la moral social,
pues en estos momentos se encuentra superada aquella concepción del liberalismo
decimonónico, en el que éste se consideraba que era de carácter absoluto, pasando a
cumplir, de un lado, la referida función social, ya que la misma debe servir para generar
progreso y superación a todos los integrantes del conglomerado social, adosado esto con la
función ecológica, toda vez que el ejercido de este derecho debe ir de la mano con la
protección del medio ambiente.
Según lo establecido por el artículo 3 del decreto 180 de 1988 y el artículo 34 de la
ley 30 de 1986, en su parágrafo primero.- el arrendario
Prohíbe expresa y terminantemente al ARRENDATARIO dar al inmueble
destinación con fines ilícitos como los contemplados en el literal b) del
parágrafo del artículo 3 del decreto 180 de 1988 y el artículo 34 de la ley 30
de 1986 y en consecuencia EL ARRENDATARIO se obliga a no utilizar el
inmueble objeto de este contrato, para ocultar o como depósito de armas o
explosivos o dineros de grupos terroristas o artículos de contrabando o para
que en él se elaboren o almacenen, vendan o usen drogas estupefacientes o
sustancias alucinógenas y afines. EL ARRENDATARIO se obliga a no
guardar ni permitir que se guarden en el inmueble arrendado sustancias
inflamables o explosivas…
Lo que tiene estrecha conexión con el artículo 1996 del Código Civil, el cual establece que
son obligaciones del arrendatario, usar la cosa según los términos establecidos en el
contrato, por lo que es dable confiar, en que el otro contratante cumplirá con lo pactado,
pues “el mismo contrato viene a resolver cualquier duda que pudiera presentarse al
respecto; si el contrato es una ley para las partes y si debe ejecutarse de buena fe (arts.
1602 y 1603).
49
La vigilancia y el control.
se debe hacer de una forma diligente, en visitar el predio que recae sobre el
observando que se encuentra en buen estado que se está utilizando en lo que se pactó
dentro del contrato, que no se subarriende que no estén cometiendo actividades ilícitas en
el predio, preguntándole a los vecinos que si ha observado algún comportamiento extraño o
que si se ha visto a personas diferentes a las que se les arrendo, que si llegare a pasar que
se encuentra el predio en alguna actividad ilícita como venta de estupefacientes, ventas de
celulares hurtados o alguna actividad en contra de la ley, se deberá poner la debida
denuncia a la policía y al fiscalía para que tenga conocimiento sobre lo que está
aconteciendo para que más adelante no recaiga la acción de extinción del derecho de
dominio en la cual dice que no importa en cabeza de quien este pero que si llegara a faltas
en una actividad ilícita la extinción procederá. (Parra, 2012)
Este debate es el que nos interesa ya que se demostrara que las personas que actúan
en buena fe frente a un contrato de arrendamiento, o un préstamo que se hubiere hecho en a
favor de hipoteca sobre un bien inmueble se tendrá que probar la buena fe exenta de culpa,
la jurisprudencia al respecto se referido de la siguiente manera, que existe la buena fe
simple y al buena fe cualificada en la cual se dice que la buena fe cualificada es la que dice
cual esta y que carece de error o que asegura que si se le reconoce que fue de buena fe la
cual se probó como una buena fe exenta de culpa. (Parra, 2012)
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Capítulo VI
La aplicación de la extinción de dominio a casos concretos.
Terceros de buena fe frente a la extinción del derecho de dominio.
En la demanda de casación presentada que interpuso la fiscalía 39 ante el recurso
de apelación de la unidad delegada ante la justicia transicional -Grupo Persecución de
Bienes-, contra la providencia dictada en audiencia preliminar cumplida el 3 de febrero de
2015 por la magistrada con función de control de garantías de la Sala de Justicia y Paz del
Tribunal Superior de Bogotá, mediante la cual negó el levantamiento del gravamen de
hipoteca que recae sobre tres bienes inmuebles entregados por los postulados CARLOS
MARIO JIMÉNEZ y RODRIGO PÉREZ ALZATE con propósitos de reparación, que se
encuentran con medidas cautelares de embargo, secuestro y suspensión del poder
dispositivo. (Rivera, 2014, pág., 49).
Esta decisión que toma la corte suprema de justicia en la sala de casación penal a la
cual trajimos a colación, que es muy importante para nuestro proyecto de investigación
como el banco agrario en cada una de las etapas muestra que es un tercero de buna fe
exento de culpa frente a la extinción del derecho de dominio.
En esta sentencia se prueba como el banco agrario realizo un estudio hipotecario,
para conceder el crédito a la Cooperativa Promotora Agraria para la Sustitución de
Cultivos Ilícitos en el Sur de Bolívar ‘COPROAGROSUR, en el cual ellos enviaron una
información al banco, en el cual participaban varios campesinos la cual se iba realizar
cultivos de palma para ser vendidos, como garantía hipotecaron los bienes inmueble que
se encuentra ubicado en la vereda Monterrey del municipio de Simití (Bolívar),
identificado con la matrícula inmobiliaria 068-0005875.
Rancho San Judas, ubicado en la vereda Simití del municipio de Simití,
identificado con la matrícula 068-0006716, el cual es una garantía para el banco el
préstamo que se solicito fue por el valor de 1.600.000.000 mil seiscientos millones de
pesos para financiar a dicha cooperativa, el banco se llevó aproximadamente un año en el
estudio para de los títulos y para conceder dicho préstamo (Atendiendo la identificación
del predio que obra en el acta de la audiencia preliminar de imposición de medidas
cautelares. Folio 27 de la carpeta denominada “El Amparo”).
La fiscalía general de la nación realizo la suspensión del poder dispositivo sobre
once inmuebles más ofrecidos por los mencionados postulados para la reparación de las
víctimas, los cuales fueron entregados a la dirección nacional de estupefacientes, los cuales
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eran los encargados de administrar dichos bienes, pero el banco agrario realizo la
oposición sobre los dos predios ya mencionados los cuales carecen de una hipoteca con
ellos y como garantía de que se pagara lo pactado, en esta oposición que realizaron frente a
la resolución de inicio emitida por la fiscalía, ellos aportaron el estudio y los papales que
allego la cooperativa los cuales pasaron primero por las tres sucursales del banco agrario el
cual fue coincidió por el banco en la ciudad de Bogotá.
La fiscalía lo que estaba investigando con el fin de lograr demostrar era que estos
predios les pertenecía a CARLOS MARIO JIMÉNEZ y RODRIGO PÉREZ ALZATE, y
que ellos eran paramilitares y que se dedicaban a actividades ilícitas, como bien lo dice la
ley que extingue el derecho de dominio, que no importa en poder de quien este el bien
mueble inmueble o se dediquen a una actividad ilícita o se transforme en cualquier otro
negocio ilícito se le dará la extinción del derecho de dominio (Rivera, 2014, pág., 47).
Pero como se probó en el crédito de hipoteca la cooperativa no se iba a dedicar a
ninguna actividad ilícita ni se iba a realizar ninguna transformación alguna como aparentar
legalidad y además de esto estaba respaldada por el gobierno para realizar una ayuda a los
campesinos, se pudo desvirtuar que el banco agrario siempre en cada actuación demostró
la buena fe en lo pactado del contrato y exento de toda culpa.
En la parte que nos compete sobre los terceros de buena fe exenta de culpa la corte
dice: “Sobre la diferenciación entre una y otra, señaló la Corte Constitucional en la
Sentencia C-740 de 2003”:
La buena fe simple, que equivale a obrar con lealtad, rectitud y honestidad,
es la que se exige normalmente a las personas en todas sus actuaciones. El
Código civil, al referirse a la adquisición de la propiedad, la define en el
artículo 768 como la conciencia de haberse adquirido el dominio de la cosa
por medios legítimos, exentos de fraude y de todo otro vicio. Esta buena fe
se denomina simple, por cuanto, si bien surte efectos en el ordenamiento
jurídico, estos sólo consisten en cierta protección que se otorga a quien así
obra. Es así que, si alguien de buena fe adquiere el derecho de dominio
sobre un bien cuyo titular no era el verdadero propietario, la ley le otorga
ciertas garantías o beneficios, que si bien no alcanzan a impedir la pérdida
del derecho si aminoran sus efectos. Tal es el caso del poseedor de buena fe
condenado a la restitución del bien, quien no será condenado al pago de los
frutos producidos por la cosa (C.C. art. 964 párr. 3º); o del poseedor de
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buena fe que adquiere la facultad de hacer suya la cosa poseída (C:C: arts.
2528 y 2529).
Además de la buena fe simple, existe una buena fe con efectos superiores y por ello
denominada cualificada, creadora de derecho o exenta de culpa. Esta buena fe cualificada,
tiene la virtud de crear una realidad jurídica o dar por existente un derecho o situación que
realmente no existía.
En lo que nos concierne sobre nuestro trabajo hay algo muy bueno en el cual
hicimos una similitud sobre la sentencia y lo que realizo la cooperativa COPROAGROSUR
es una Cooperativa conformada por 100 pequeños productores agrícolas, que desean iniciar
un proceso productivo lícito, comprometiéndose a erradicar voluntariamente los cultivos
de coca que solo les ha generado violencia y desplazamiento. La Cooperativa se
constituyó (sic) mediante Acta 02 de septiembre de 2002, otorgada en asamblea de
53
Conclusiones.
Así, ya desde el artículo 1º, está claro que en el nuevo orden constitucional no hay espacio
para el ejercicio arbitrario de los derechos, pues su ejercicio debe estar matizado por las
razones sociales y los intereses generales. Pero estas implicaciones se descontextualizan si
no se tienen en cuenta los fines anunciados en el artículo 2° y, para el efecto que aquí se
persigue, el aseguramiento de la vigencia de un orden justo. En efecto, un orden justo sólo
puede ser fruto de unas prácticas sociales coherentes con esos fundamentos. No se puede
asegurar orden justo alguno si a los derechos no se accede mediante el trabajo honesto sino
ilícitamente y si en el ejercicio de los derechos lícitamente adquiridos priman intereses
egoístas sobre los intereses generales.
debe ser protegido si demuestra haber obrado con buena fe exenta de culpa y por lo tanto
no tendrá que soportar las consecuencias de la extinción de dominio. La regulación legal
de los bienes contra los cuales procede la acción de extinción de dominio, su procedencia
contra bienes equivalentes y el amparo de los derechos del tercero de buena fe exentos de
culpa, son compatibles con el Texto Superior, motivo por el cual la Corte declaró la
exequibilidad del artículo 3° de la Ley 793 de 2002. Del análisis que hace la Corte, el cual
constituye una interpretación constitucional de rango superior por virtud del bloque de
constitucionalidad, este sería el único caso en que se permita que una propiedad o dominio
aparente se convierta en real y legítima sí y solo sí se verifican los supuestos acá
analizados.
7. El Estado NO se encuentre legitimado para presumir la ilícita procedencia de los
bienes objeto de extinción de domino pues una cosa es que ésta sea una acción
constitucional pública consagrada de manera directa y expresa por el constituyente y
legalmente regulada como una institución totalmente autónoma de la acción penal, ala que
no le resultan aplicables garantías penales como la presunción de inocencia, y otra
completamente diferente que aquél se encuentre exonerado del deber de demostrar esa
ilícita procedencia. El estado frente a una sustentación determinada tendiente a extinguir el
dominio tiene el deber de acreditar íntegramente todos y cada uno de los supuestos
necesarios para la prosperidad de la acción, en atención a la carga de la prueba que le
compete.
8. La configuración legal del proceso de extinción de dominio consagra una estructura
de la que hacen parte tres etapas: Una fase inicial que se surte ante la Fiscalía, en la que se
promueve una investigación para identificar bienes sobre los que podría iniciarse la acción
de extinción de dominio y en la que puede haber lugar a medidas cautelares; una segunda
fase, que se inicia con la decisión de la Fiscalía de perseguir bienes determinados y que
culmina con la decisión sobre la procedencia o improcedencia de la extinción de dominio y
la remisión de lo actuado al juez competente y una última fase, que se surte ante eljuez de
conocimiento, y en la que hay lugar a un traslado a los intervinientes para que
controviertan la decisión de la Fiscalía General y a la emisión de la sentencia declarando la
extinción de dominio o absteniéndose de hacerlo.
9. El tercero, como tal, no lo consagró de manera expresa la ley 1708 de 2014
como sujeto procesal, ya que como su nombre lo indica no tiene nada que ver con los
fundamentos de las causales de extinción de dominio, ni con las actividades ilícitas que se
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pregonan sobre los bienes, no obstante haber obtenido la titularidad a través de un negocio
jurídico de un derecho real, principal o accesorio, que en algún momento determinado se
puede ver afectado con la imposición de una medida cautelar en el proceso de extinción de
dominio, para lo cual al demostrar que actuó bajo los postulados del tercero de buena fe
exenta de culpa al momento de la adquisición del bien, tal derecho debe ser reconocido
desafectándolo.
Para ello el tercero puede y debe intervenir en el proceso directamente o a través de
apoderado judicial, para efectuar una defensa técnica respecto a sus derechos, con base en
los postulados que consagran los elementos de la buena fe exenta de culpa cualificada.
El artículo tercero de la citada ley, dentro de las normas rectoras y garantías
fundamentales, protege el derecho a la propiedad lícitamente obtenida de buena fe exenta
de culpa y ejercida conforme a la función social y ecológica consagrada en la Carta
Política.
A su tumo dentro del mismo capítulo de la normatividad referenciada, en el artículo
7º se establece el principio de buena fe en todo acto o negocio jurídico relacionado con la
adquisición o destinación de bienes, siempre y cuando el titular del derecho proceda de
manera diligente y prudente, exenta de toda culpa.
El nuevo Código de Extinción de Dominio resguarda a las personas que resultasen
afectadas en un proceso, siempre y cuando en los negocios realizados hayan sido
adquirentes de buena fe calificada exenta de culpa; de igual forma protege a los acreedores
prendarios e hipotecarios que actuasen creando sus derechos de buena fe, siendo de tal
forma válidos dichos negocios y no viable la acción de extinción de dominio.
Diversos artículos del nuevo Código de Extinción de Dominio respetan los
derechos de los terceros de buena fe exenta de culpa: El artículo 3°. en cuanto a los límites;
artículo 7º en la adquisición y destinación de los bienes; en la nulidad ab initio del artículo
22° se respetan los derechos de los terceros en los términos referenciados, pese a demostrar
la ilicitud del origen de los bienes afectados; en los fines de las medidas cautelares, en el
mismo sentido; artículo 118, numeral 5, se debe buscar en la fase inicial la recolección de
pruebas que permitan inferir razonablemente la ausencia de buena fe exenta de culpa, ello
indica que al afectar los bienes debe existir una estructura lógica de la causal invoca- da; en
el artículo 124, inherente a los bienes equivalentes, al encontrar los bienes a nombre de
terceros de buena fe exenta de culpa y como tal no se puedan afectar. En la carga de la
prueba en cabeza de la fiscalía, en la concurrencia de alguna de las causales y que el
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Referente bibliográfico
Iguarán, M., & Soto, W. (2015). La extinción de dominio y los terceros de buena fe exenta
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Referente Jurisprudencial
Corte Suprema De Justicia Sala De Casación Penal M.P. Salazar Cuellar ap3992-20105 rad
No45318
US Department of justice internactionl Criminal Investigative training assistence Program
(ICITAP) (2014). Bogotá.
Tribunal Superior Del Distrito Judicial De Bogotá Sala Penal Sentencia Radicado N°
110010704012201100057 de 2012 M.P. Pedro Oriol Avella
Tribunal Superior Del Distrito Judicial De Bogotá Sala Penal, Sentencia Radicación:
110010704013201100030 01 de 2011, M.P. Pedro Oriol Avella