“Año del Fortalecimiento de la Soberanía Nacional”

Universidad Nacional Jorge Basadre Grohmann

Facultad de Educación, Comunicación y Humanidades

Escuela Académico profesional de Educación - IDEX

Asignatura
Realidad Nacional e Internacional

Docente
Mag. Isaias Rey Pérez Alférez

Estudiantes
-Janeth Maritza Incacoña Cohaila 2022-117023
-Yenifer Chino Wiracocha 2022-117019
- Alessandra Yadhira Huaylla Huanaco 2022-117001
- Greys Katherine Rojas Quispe 2022-117007
- Juan Alberto Mamani Cayo 2022 - 117011

Ciclo: II | Turno: Mañana

Tacna – Perú
2022
 LA CRISIS DEL AGUA
El agua es uno de los recursos naturales más importantes no solo para los humanos, sino
también para las plantas y otros animales. La crisis mundial del agua está amenazando a todo
el planeta, afectando los ecosistemas acuáticos y terrestres, teniendo como resultado la escasez
de agua potable y saneamiento inadecuado.
En la actualidad, problemas a nivel planetario como el calentamiento global y a nivel local
como la sobreexplotación de los recursos hídricos debido a la presión demográfica, han puesto
en la agenda mundial el estado crítico que ha alcanzado la humanidad en términos de
disponibilidad y acceso al agua en cantidad y calidad suficientes.
El agua es un recurso natural de valor económico, estratégico y social. Aunque la tierra parece
tener vastos recursos hídricos, la distribución del agua en la tierra es desigual.
Actualmente el acceso del agua potable se abrió al mercado como un espacio comercial,
acelerando la pérdida de recursos hídricos y aumentando la vulnerabilidad de los débiles.
Es por eso que uno de los mayores problemas del siglo XXI es la necesidad de abastecer de
agua a una población mundial en crecimiento. Los suministros de agua deben satisfacer las
necesidades de consumo humano, agrícola e industrial. Este panorama es muy alarmante, se
estima que una sexta parte de la población mundial no tiene garantizado el acceso al agua
potable y la mayoría carece de saneamiento básico. Alrededor de 1200 millones de personas
carecen de acceso al agua potable y esa cifra superará los 4.000 millones para el 2025 si
continúan las tendencias actuales. La extensa degradación de los ecosistemas acuáticos
continentales subyace a un factor clave en esta catástrofe humanitaria. A medida que aumenta
la demanda de agua en relación con los recursos hídricos disponibles, se produce un uso
excesivo, contaminación, abuso y desperdicio de los recursos hídricos causados por el uso
inapropiado e ineficiente de los sistemas de distribución de agua.

La crisis del agua es una problemática que enfrenta todo el mundo, es por eso que se debe
tomar medidas tanto tecnológicas como éticas para generar estrategias de conservación
y una mejor gestión de los servicios del agua potable.
Mencionado esto, se sustentará lo afirmado en cinco argumentos. En el primero, educar a la
población y próximas generaciones para el cambio de modelos de consumo y estilos de vida,
ya que el factor inicial es el conocimiento y concientización sobre el problema y crisis a la que
nos vamos afrontar. Segundo, fomentar la reutilización de aguas residuales para diferentes
usos, ya que si estas reciben un tratamiento adecuado, se convierten en un recurso muy útil,
reduciendo así el consumo del agua y mejorando la autosuficiencia de la misma. Tercero,

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demostrar la importancia de crear y aplicar mejores políticas y reglamentos en cuanto al
consumo del agua en cada país. Cuarto, dar a conocer la necesidad de la mitigación del cambio
climático y cómo influye en la reducción de la crisis del agua. Quinto, reflexionar sobre la
responsabilidad del Estado acerca del abastecimiento de agua en cantidad y calidad adecuadas
para el consumo humano y la seguridad alimentaria. Conocer la gestión integrada de los
recursos hídricos (GIRH), como una estrategia planteada a nivel mundial para alcanzar la
seguridad hídrica, alimentaria y energética que permitirá una administración y distribución del
recurso hídrico en forma concertada y eficiente.
Esto permitirá al lector analizar y reflexionar sobre la importancia de cuidar cada gota de agua,
enfatizando en que todos podemos aportar al granito de arena, pero cada acción que realizamos
en nuestra vida diaria, como cerrar el grifo y no derrochar el dinero, ya es un gran paso hacia
adelante.
En primer lugar, es importante tener conciencia del uso diario que le damos al agua. Para el
mundo natural en general, uno de los principales desafíos éticos al que tenemos que
enfrentarnos para así proteger la cantidad y calidad de los recursos hídricos que hay en la Tierra
es el desprecio humano hacia el valor del agua. Es por eso que es necesario la educación ante
esta crisis mundial a toda la población, incluyendo desde temprana edad, para así generar
cambios en el estilo de vida con ética, principios y valores ambientales para la conservación y
el buen uso del agua.
Nuestra responsabilidad moral ante esta dura realidad es administrar y controlar el uso del agua
y no abusar de ella cuando es abundante, pero controlar la pérdida de agua y la contaminación
es un gran desafío ético. Es un desafío para el corazón y la mente. Las virtudes morales son
aquellas cualidades de la mente que nos dan la disposición para actuar de acuerdo con los
principios morales. En otras palabras, las virtudes son los componentes básicos del carácter
moral cuando se practican en la vida cotidiana.
A pesar de los esfuerzos de conservación, los problemas ambientales no han disminuido. Por
lo tanto, este tema es relevante tanto para los científicos como para los ciudadanos que están
de acuerdo en que la conciencia sobre este problema con la crisis de agua es fundamental. Para
lograr esta conciencia, es importante también que los gobiernos locales se involucren y se
definan programas educativos básicos en función de las prioridades, características e
identidades culturales locales.

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El grupo de trabajo de la Unesco sobre la Ética de los Usos del Agua está de acuerdo en la
necesidad de que la gestión del agua en el siglo XXI debe basarse más que hasta ahora en
principios éticos. De la relación entre ética, gestión de los recursos naturales y energía se habló
en el V Foro Mundial del Agua, celebrado en Estambul el 20 de marzo del 2008.

Aproximadamente un 15% de la población mundial no tiene fácil acceso al agua potable y un

40% no dispone de un sistema adecuado de saneamiento para eliminar sus residuos. Estos dos
factores combinados son una de las principales causas de mortalidad y morbilidad. Por ello,
ambos temas fueron incluidos entre los objetivos del milenio de las Naciones Unidas en 2000.

En casi todas estas cuestiones se aprecia un hecho común. «Los problemas que existen no son
primordialmente de escasez física de agua, sino de su mala, a veces pésima, gestión. Esta mala
gestión se debe tanto al retraso tecnológico, como a intereses creados de grupos minoritarios.
Estos intereses son, en gran parte, permitidos por la falta de transparencia en la accesibilidad a
los datos sobre recursos y aprovechamientos de agua», indica el catedrático de Geología
Ramón Llamas, uno de los hidrogeólogos con más prestigio en el panorama internacional.

El grupo de trabajo de la Unesco sobre Ética de los Usos del Agua considera que es necesario
tomar medidas para:

1. Atender siempre las necesidades básicas de agua de cada persona.

2. Evitar la contaminación.
3. Tomar medidas preventivas para mitigar las inundaciones.
4. Ser responsables y solidarios con los usuarios de aguas abajo.
5. Evitar el despilfarro de agua mediante su uso eficiente.
6. Facilitar que los recursos hídricos sean renovables.
7. Obtener mejores datos hidrológicos.
8. Evitar en lo posible los conflictos por el agua y, en cualquier caso, resolverlos de modo
pacífico.
9. Evitar las subvenciones perversas que son malas para la economía y el medio ambiente.
10. Hacer más transparentes todos los datos disponibles y más participativos los procesos
de la gestión de los recursos hídricos.

Estos diez principios se resumen en tres:

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 1. La ética del agua necesaria no es simplemente de preservación o conservación. Tiene
un carácter finalista y exige un activo codiseño con la naturaleza. Incluso la restauración
y la preservación del paisaje suelen exigir una intervención humana inteligente. La
naturaleza no es estática, está en continua evolución. La capacidad destructiva de los
procesos naturales es hoy todavía muy superior a la capacidad destructiva de la moderna
tecnología.
2. La nueva ética debe basarse en un equilibrio entre los valores tradicionales relativos a
la conservación y un uso adecuado de los avances tecnológicos. No es bueno plantear
una confrontación entre los valores tradicionales y los modernos. Se trata de integrarlos.
3. La nueva ética debe también mantener un balance o equilibrio entre el valor económico
o utilitario del agua y su valor sagrado, simbólico o cultural. Los gestores del agua, a la
hora de tomar decisiones, deben comprender que el agua suele tener unos valores no
económicos o tangibles, que son tan importantes o más que los valores puramente
económicos. Este equilibrio entre los sagrados y lo utilitario no es nuevo, sino que tiene
sus raíces en las más antiguas culturas y está, en general, claramente expuesto en las
normas morales de las grandes religiones.

Con ello la ética sobre el agua se basa en elementos como el respeto y solidaridad, concibiendo
el agua como recurso vital para vivir, que hemos de compartir con responsabilidad para
conservarla, es por eso que introducirla en la educación es importante y que se tiene que dar
mayor atención por parte de cada Estado. Es así que quien pretenda ser educador deberá ser,
ante todo, crítico. Revisar y analizar los contenidos, conocimientos y opiniones que recibe en
su entorno académico y social, que afecta al futuro de las próximas generaciones, generando
cambios para la prevención y conservación del agua y el ambiente.

En segundo lugar, en muchos países la reutilización del agua ha tenido un auge importante ya
que se ha convertido en una fuente alternativa y sostenible para atender demandas agrarias,
urbanas y entre otras, esto debido a que ha llegado un momento en donde la obtención de
recursos hídricos adicionales ha resultado imposible. El agua residual se puede encontrar en
muchos lugares de uso de agua en cantidades importantes y con una calidad aceptable si se ha
procedido a su depuración. Este recurso en algunos lugares suele tener poca demanda debido a
que se desconoce sus beneficios, sin embargo, es capaz de cubrir muchas de las necesidades de
la zona si se consigue una calidad aceptable para el uso que se le quiera dar, como botón de
muestra si se usará el agua residual para la agricultura sería un gran ahorro hídrico para la zona

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en cuestión, ya que, según el Banco Mundial en promedio, en la agricultura se ocupa el 70 %
del agua que se extrae del planeta. El uso de este método tiene como objetivo principal la
conservación y aumento de los recursos de agua disponibles mediante los siguientes puntos:
- El uso de agua regenerada en actividades que no requieran agua potable de calidad ,
sustituyendo esta última.
- El aumento de los recursos de agua existentes y la aparición de nuevas fuentes de
suministro para poder cumplir las demandas actuales y futuras.
- La protección de los ecosistemas acuáticos reduciendo la extracción de agua de ellos.

El interés por hacer uso del método de reutilización de las aguas residuales reside en las
ventajas que representa, las cuales se pueden resumir en las siguientes:

1. El agua tratada representa un recurso constante y seguro de agua aún en los años más
secos.
2. Es un aporte continuo de nutrientes para las plantas debido a los contenidos en el agua
residual.
3. El contenido residual de nutrientes del agua residual representa un ahorro en gastos de
fertilización.
4. El uso del método de reutilización favorece a la conservación de los recursos hídricos.
5. Representa una reducción del costo económico del agua destinada a riego, ya que las
aguas procedentes de otras fuentes pueden resultar más costosas.

Sin embargo, es importante destacar que, para que el agua residual pueda ser de utilidad es
necesario que pase por un proceso especial de depuración que requiere de aparatos tecnológicos
especializados y como resultado una importante inversión por parte del Estado que desee usarlo
vale la pena ser utilizado especialmente en aquellos países que tienen una cifra muy alta en
cuanto a escasez de agua.

Por lo tanto, aunque aún hasta el día de hoy no es posible crear agua potable, los gobiernos
deberían invertir más en el proceso de reutilización de aguas residuales para generar así un
recurso que pueda encargarse de cubrir las necesidades que no requieren de agua potable
necesariamente, como es en el caso de la agricultura o el riego de parques y jardines, y preservar
el agua potable para actividades que realmente lo requieran como son para el consumo humano
o el aseo personal.

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En tercer lugar, la crisis del agua también puede ser ocasionada por el poco esfuerzo que
hacen los distintos gobiernos mundiales para ponerle un fin a esta problemática. Sobre todo,
los países desarrollados, los cuales son responsables de las constantes creaciones industriales,
son ellos quienes necesitan si o si crear mejores reglamentos para la protección del recurso
hídrico y garantizar agua para toda población. Pero no solo ellos, en general todos deben
mejorar su gestión del agua teniendo en cuenta de que cada día la población va creciendo.

Según World Resources Institute (WRI), son el Norte de África y Oriente Medio las zonas más
afectadas en todo el mundo por la escasez de agua. Se ha estimado que alrededor de 51 millones
de personas no tendrían acceso a agua potable, sobre todo en las zonas rurales. Sumandos de
que para esta región no son problemas actuales, son problemas que se vienen dando desde hace
muchos años, y hasta el día de hoy, lamentablemente siguen sin encontrar alguna solución.
El Banco Mundial señala que, “El agua limpia es un factor clave para el crecimiento
económico. El deterioro de la calidad del agua frena ese crecimiento, empeora las condiciones
de salud, reduce la producción de alimentos y exacerba la pobreza en muchos países”, dijo
David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial. “Los Gobiernos deben tomar
medidas urgentes para contribuir a resolver el problema de la contaminación del agua, de modo
que los países puedan crecer más rápidamente en forma equitativa y ambientalmente
sostenible”.
Con esto, los gobiernos deben de tomar cartas en el asunto, en este caso poner leyes que
permitan una mejor conservación hídrica y para poder solventar la crisis del agua en sus países,
buscar la mejor solución para así garantizar acceso a este recurso tan importante.
En cuarto lugar, el cambio climático está totalmente afiliado al problema de la crisis del agua,
de hecho, hace que se altere su ciclo natural lo que pone en peligro la vida en el planeta tierra.
En los últimos años, se ha registrado el aumento del nivel del mar y el derretimiento masivo de
los glaciares, lo cual es una consecuencia de la relación que hay entre la crisis climática y el
agua. Debido a esto, es muy necesario que los seres humanos, principales responsables del
cambio climático, hagan acciones que provoquen la mitigación de esta y poder conservar así,
el recurso hídrico.
Según las previsiones científicas, la emergencia climática provocará una variabilidad o
modificación de los recursos hídricos. Esto provocará que los episodios de sequía en regiones
ya áridas sean más frecuentes y duraderos en el tiempo. El agua potable y un saneamiento

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adecuado serán más complicados en muchas zonas en las que ya de por sí experimentan
dificultades para acceder a ellos.
La calidad del agua se verá afectada negativamente por el aumento de sus temperaturas, la
menor cantidad de oxígeno disuelto y por consiguiente, la menor capacidad de autodepuración
de los depósitos de agua dulce. Las inundaciones y una mayor concentración de contaminantes
durante las sequías aumentarán el riesgo de polución del agua y de contaminación patogénica.
A su vez, corren peligro muchos ecosistemas, en especial los bosques y los humedales. La
degradación de los ecosistemas no solo producirá una pérdida de biodiversidad, sino que
también afectará a la disponibilidad de servicios de ecosistema que dependen del agua, como
la purificación del agua, la captación y almacenamiento del carbono, la protección natural
contra las inundaciones, así como el suministro de agua para la agricultura, la pesca y el ocio.
Según la Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay, “Cometeríamos un error si
contemplamos las cuestiones relacionadas con los recursos hídricos desde un prisma
exclusivamente enfocado en su insuficiencia o en los problemas que ocasionan, sin tener en
cuenta que una mejor gestión de esos recursos puede coadyuvar a todos los esfuerzos
encaminados a mitigar los efectos del cambio climático”.
Por su parte, el Presidente de ONU-Agua y del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola
(FIDA), Gilbert Houngbo, señala que “Debemos actuar de inmediato si en verdad estamos
decididos a alcanzar las metas de los ODS de la Agenda 2030 y a lograr que el aumento de la
temperatura global no sobrepase 2°C. Existen soluciones para coordinar mejor las acciones
relativas a la gestión del agua y el cambio climático, en las que todos los sectores de la sociedad
tienen una función que desempeñar. No podemos permitirnos el lujo de esperar más”. Teniendo
en cuenta dichas opiniones, está en las manos de cada persona luchar por mantener este recurso
tan indispensable e importante para la vida.
Debido a esto, es necesario que se tomen medidas para mitigar el cambio climático que como
hemos leído, también es uno de los responsables de esta crisis del agua. Es el ser humano quien
tiene que remediar este problema que él mismo ocasionó.

En quinto lugar, En nuestro país, la seguridad hídrica: Según la Ley de Recursos Hídricos de
nuestro país (2009) «El agua es un recurso natural renovable, indispensable para la vida,
vulnerable y estratégico para el desarrollo sostenible, el mantenimiento de los sistemas y ciclos
naturales que la sustentan, y la seguridad de la Nación». En la Política de Estado sobre los
Recursos Hídricos (2012) el Estado se compromete a cuidar el agua como patrimonio de la

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Nación y como derecho fundamental de la persona humana al acceso al agua potable,
imprescindible para la vida y el desarrollo humano de las actuales y futuras generaciones. Se
debe usar el agua en armonía con el bien común, como un recurso natural renovable y
vulnerable, e integrando valores sociales, culturales, económicos, políticos y ambientales».
Para esto, entre otras medidas, el Estado dará prioridad al abastecimiento de agua en cantidad
y calidad adecuadas para el consumo humano y la seguridad alimentaria; donde se asegurará
el acceso universal al agua potable y saneamiento a todas las poblaciones tanto urbanas como
rurales.

El Perú está adherido a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas
(2015), cuyo ODS 6 es el de garantizar la disponibilidad de agua, su gestión sostenible y el
saneamiento para todos.

La Ley N° 30588 (2017) incorpora el artículo 7-A a la Constitución Política del Perú que
establece que «El Estado reconoce el derecho de toda persona a acceder de forma progresiva y
universal al agua potable. El Estado garantiza este derecho priorizando el consumo humano
sobre otros usos».

Estos compromisos políticos y normativas son ciertamente relevantes en un país que se

caracteriza por una aguda escasez de agua y altos índices de contaminación debido a la limitada
accesibilidad y administración por la alta ineficiencia en la gestión de este recurso a pesar de
contar con una extraordinaria oferta hídrica.

La costa desértica del Perú concentra al 70 % de la población y sólo cuenta con 2 % de

disponibilidad hídrica. Lima, la ciudad capital de alrededor de diez millones de habitantes, es
la segunda ciudad más grande del mundo ubicada en un desierto (la primera es El Cairo). La
vertiente oriental, donde se ubica la cuenca amazónica, concentra el 97,4 % del recurso hídrico
pero la población es poca, en su mayoría rural, con asentamientos dispersos por lo general.

A este problema de distribución demográfica, se suma la distribución del uso del agua. El 80
% del recurso es utilizado en las actividades agrarias que se desarrollan sobre todo en la costa,
lo que genera un grave problema de estrés hídrico, exacerbado por la selección de cultivos de
agroexportación como el arroz en la costa norte o el espárrago en la costa central y sur que
requieren de grandes cantidades de agua.

Esta fuerte demanda de agua para cultivos de exportación en zonas áridas no solo tiene como
consecuencia la escasez del agua superficial, si no que se ha venido sobreexplotando las

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reservas de agua subterránea, lo que tiene como consecuencia la intrusión de agua de mar en
los acuíferos con su consecuente salinización y, por lo tanto, avance de la desertificación. A
estos impactos se suma el uso de fertilizantes y pesticidas que contaminan las aguas y los suelos
con nitratos.

Estas condiciones ponen en riesgo a la seguridad alimentaria entendida como el «acceso de la

población a alimentos suficientes y de calidad, que les permita desarrollar una vida activa y
saludable dentro de una concepción de desarrollo humano integral» ya que la disponibilidad de
alimentos depende en gran medida por la disponibilidad de agua en cantidad y calidad
adecuadas.

Esto se agrava en países como el Perú, con un incesante crecimiento demográfico que se
concentra sobre todo en ciudades, las altas tasas de urbanización se traducen en una mayor
demanda de alimentos, de agua potable y de servicios de saneamiento básico.

La escasez de recursos hídricos, la mala calidad del agua y el saneamiento inadecuado influyen
negativamente en la seguridad alimentaria. Según el último informe de UNICEF PERÚ, el 26,6
% de los hogares no dispone de red pública de agua y, en algunas zonas de la Amazonía esta
cifra alcanza 75 %. El 35,8 % carece de red pública de desagüe, situación que pone en riesgo
la salud de niñas y niños.

El panorama para alcanzar la seguridad hídrica se torna sombrío y los desafíos son grandes,
pero no imposibles si se involucra a todos los actores estratégicos, se toman las decisiones
acertadas y se adapta de manera eficiente a nuestras diversas realidades las estrategias
propuestas por los expertos internacionales para la gestión de los recursos hídricos.

DESAFÍOS PARA LA SEGURIDAD HÍDRICA: LA GESTIÓN INTEGRADA DE LOS

RECURSOS HÍDRICOS A TRAVÉS DE LA GOBERNANZA HÍDRICA

A continuación, y para continuar con esta reflexión, se toma como referencia el siguiente
argumento: «Un mundo con seguridad hídrica aprovecha la capacidad productiva del agua y
minimiza su fuerza destructiva. Es un mundo donde todas las personas tienen suficiente agua
segura y a un precio accesible para llevar una vida limpia, sana y productiva. Es un mundo
donde las comunidades están protegidas de inundaciones, sequías, desprendimientos de tierra,
la erosión y las enfermedades transmitidas por el agua».

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La gestión del agua en nuestro país está sectorizada, sin canales efectivos para integrar de
manera transectorial las diferentes políticas y planes relacionados con ella.

El primer paso es enfocarse en la complejidad de su gestión y en su naturaleza multifuncional

para las sociedades y el medio ambiente. La gestión del agua involucra a actores no
gubernamentales, a todos los sectores y niveles del gobierno, atraviesa diversas disciplinas
técnicas y científicas, requiere de interrelaciones entre usos y usuarios, comprende a nuevos
usos y a usos tradicionales consuetudinarios así mismo no se puede desprender de su
componente político.

Esta complejidad requiere de formas alternativas e innovadoras de organización para su

gestión, pasar de la tradicional administración jerárquica del Estado a formas más horizontales
e inclusivas en la toma de decisiones, de enfoques tecnicistas sectoriales a enfoques
transversales e integrados. La innovación para evaluar, entender y desarrollar soluciones toma
un rol relevante.

La gestión integrada de los recursos hídricos (GIRH), tomando como espacio de aplicación a
la cuenca hidrográfica, considera esta complejidad lo cual permite una administración y
distribución del recurso hídrico en forma concertada y eficiente. La GIRH es la nueva estrategia
planteada a nivel mundial para alcanzar la seguridad hídrica, alimentaria y energética. «Es un
proceso que promueve el desarrollo y manejo coordinado del agua, la tierra y otros recursos
relacionados, con el fin de maximizar el bienestar económico y social resultante de manera
equitativa, sin comprometer la sostenibilidad de los ecosistemas vitales».

El Perú se ha comprometido a implementar la GIRH en la Política de Estado sobre Recursos

Hídricos por lo cual la ha declarado de interés nacional y necesidad pública en el Título I,
disposiciones generales, Artículo 3 de la Ley de Recursos Hídricos, Ley No. 29338. La puesta
en práctica de esta estrategia es además una de las metas del ODS 6 de las Naciones Unidas al
cual está adherido nuestro país.

En este contexto, la participación de la sociedad civil y la empresa privada toma relevancia en

la toma de decisiones y en la implementación de políticas públicas. La sociedad toma un rol
central en el diseño de los instrumentos diseñados para superar los desafíos que presenta la
seguridad hídrica.

Este enfoque entiende que la lucha contra la desnutrición y la prevalencia de enfermedades

relacionadas con la falta de agua o con agua de mala calidad, no es solo tarea del sector salud,

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sino que requiere de estrategias construidas de abajo hacia arriba, desde los que sufrirán de la
escasez o consumirán agua contaminada hacia actores estratégicos académicos y privados, que
pueden entregar conocimiento o financiamiento y hasta los sectores públicos que tienen la
responsabilidad del abastecimiento de agua en cantidad y calidad suficientes para asegurar la
salud de la población. Esta forma de construir las soluciones a los problemas hídricos no solo
permitirá contar con respuestas acertadas y eficientes, sino que resultará en estrategias que
serán entendidas, aceptadas y de las que se apropiará la sociedad, la misma que deberá
implementarlas.

En este punto, la GIRH requiere de un sistema de organizaciones y procesos con la suficiente

legitimidad, eficiencia y sostenibilidad para su diseño e implementación. Surge entonces el
concepto de Gobernanza Hídrica como marco político e institucional para el desarrollo de la
GIRH. El concepto de gobernanza se focaliza en las formas y tipos de interrelación entre la
sociedad civil y el Estado e inicia una serie de análisis sobre modelos y formas de gobernanza
tomado en cuenta la estructura de las organizaciones (formal, informal, mixtas) y sus procesos.

Citando a la Asociación Mundial para el Agua (GWP, por sus siglas en inglés) la gobernanza
hídrica «hace referencia a la implementación efectiva y socialmente aceptada de
responsabilidad y regulación y es, por lo tanto, de una naturaleza extremadamente política es
un concepto más inclusivo que el gobierno porque abarca la relación entre una sociedad y su
gobierno abarca leyes, normativas e instituciones pero también enlaza las políticas públicas
con las actividades locales y redes de influencia constituidas por las fuerzas del mercado
internacional, del sector privado y de la sociedad civil».

«La gobernanza del agua hace referencia al conjunto de sistemas políticos, sociales,
económicos y administrativos, implementados para el desarrollo y gestión de los recursos
hídricos y la provisión de servicios de saneamiento en los diferentes niveles de la sociedad».

La gobernanza hídrica supone entonces la existencia de políticas públicas claras, un marco

jurídico adecuado, así como sistemas de participación social e instituciones apropiadas y con
las capacidades necesarias. Supone también la coordinación entre los diversos actores y en los
diferentes ámbitos territoriales, un concepto que la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (OCDE) traduce como «gobernanza multinivel».

En el Perú, el marco normativo está dado, hace falta la voluntad política para generar las
condiciones económicas y los mecanismos de interacción transectorial y de participación de

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los actores estratégicos no gubernamentales para constituir la gobernanza hídrica que permitirá
la construcción de la GIRH en todas las cuencas hidrográficas de nuestro país.

En conclusión, al argumento número cinco se debe usar el agua en armonía con el bien común,
como un recurso natural renovable y vulnerable, e integrando valores sociales, culturales,
económicos, políticos y ambientales.

En este sentido, el Estado dará prioridad al abastecimiento de agua en cantidad y calidad

adecuadas para el consumo humano y la seguridad alimentaria; y asegurará el acceso universal
al agua potable y saneamiento a todas las poblaciones urbanas y rurales.

La gestión integrada de los recursos hídricos (GIRH), permite una administración y

distribución del recurso hídrico en forma concertada y eficiente. La GIRH es la nueva estrategia
planteada a nivel mundial para alcanzar la seguridad hídrica, alimentaria y energética. «Es un
proceso que promueve el desarrollo y manejo coordinado del agua, la tierra y otros recursos
relacionados, con el fin de maximizar el bienestar económico y social resultante de manera
equitativa, sin comprometer la sostenibilidad de los ecosistemas vitales».

En conclusión
Actualmente nos enfrentamos a serios desafíos éticos en la protección de la cantidad y calidad
de los recursos del planeta, pero no estamos sin una salida. Los principios, objetivos y virtudes
descritos en este ensayo nos ayudan a pensar en las opciones morales que enfrentamos a medida
que sanamos y compartimos los recursos hídricos del planeta.

La crisis del agua es una problemática mundial, por lo que se debe concientizar a la población
para adquirir una cultura de cuidado y preservación del agua. Se debe usar el agua en armonía
con el bien común, como un recurso natural no renovable y vulnerable, e integrando valores
sociales, culturales, económicos, políticos y ambientales. Tenemos muchas formas de poder
llevar el uso correcto del agua en el planeta una de ellas es aprovechar el agua residual para el
uso agrario con cierto tratamiento se hace beneficioso para la agricultura y así evitar el uso de
agua potable reduciendo costos y también siendo un buen fertilizante para los campos de
cultivos y mejorando la economía de ellos mismos.

Recordemos que aún no somos capaces de crear agua para el consumo humano es por esto que
mientras esta escasez de agua siga en aumento es vital que aprendamos a aprovechar toda el
agua que tenemos disponible, y es necesario que los gobiernos apoyen a este propósito,

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invirtiendo recursos económicos al uso de tecnologías para convertir las aguas residuales en un
nuevo recurso para ser usado en actividades que no requieran de agua potable.

En este sentido se debe poner en práctica la gestión integrada de los recursos hídricos (GIRH)
que permitirá una administración y distribución del recurso hídrico en forma concertada y
eficiente. La GIRH es la nueva estrategia planteada a nivel mundial para alcanzar la seguridad
hídrica, alimentaria y energética. «Es un proceso que promueve el desarrollo y manejo
coordinado del agua, la tierra y otros recursos relacionados, con el fin de maximizar el bienestar
económico y social resultante de manera equitativa, sin comprometer la sostenibilidad de los
ecosistemas vitales».

Así mismo el Gobierno debe de tomar en serio y aplicar leyes que favorezcan el control de la
contaminación en el agua, también observar el uso del agua en industrias y mineras para así
llevar una mejor salud en su población y evitar una crisis hídrica. Para así también hacer uso
de la ley con respecto a la seguridad hídrica para que luego se vea reflejada en la realidad de
nuestro país.
Nuestra vida en la tierra será corta si no nos ponemos en acción, debemos tomar conciencia,
tener un mayor conocimiento de cómo cuidar nuestro ecosistema, tener mejores acciones
relativas a la gestión del agua y el cambio climático, está en nuestras manos cambiar el curso
del cambio climático, tomemos conciencia y empecemos a hacer lo que es correcto y necesario
para nuestro planeta. Hagamos que la moralidad vuelva en todos los hogares y que la ética sea
aplicada desde pequeños informando correctamente.
“Olvidamos que el ciclo del agua y el ciclo de la vida son uno mismo” Jacques Cousteau

BIBLIOGRAFÍA
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Blog.Ayuda en Acción.

13
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%2C,o%20no

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● FAO (2013) “Afrontar la escasez de agua”. Informe de los temas hídricos.

https://www.fao.org/3/i3015s/i3015s.pdf

● UNADM(2012) “Ética ambiental” .Ciencias de la Salud, Biológicas y Ambiental.

https://dmd.unadmexico.mx/contenidos/DCSBA/BLOQUE1/TA/06/TETI/unidad_03/des
cargables/TETI_U3_Contenido.pdf

● ONU (2022) “Frente a la crisis del agua, el mundo podría aprender mucho de la
gestión de los pueblos indígenas” .
https://news.un.org/es/story/2022/09/1514361

● Pedro A.(2009) “El reto ético de la crisis global del agua”. Repositorio UAM.
https://repositorio.uam.es/bitstream/handle/10486/678179/RI_12_3.pdf?sequence=1

● Banco Mundial (2017)”El agua en la agricultura”. Artículo.

https://www.bancomundial.org/es/topic/water-in-agriculture

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 ● Damiá Barceló (2008)”Gestión de recursos hídricos, tratamiento y calidad del agua”
Informe CSIC
https://digital.csic.es/bitstream/10261/22637/1/aguascontinentales.pdf#page=174

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