La geosfera está formada por tres capas concéntricas: la corteza, el manto y el núcleo. La geosfera interactúa con la atmósfera, hidrosfera y biosfera. La litosfera es la capa externa y sólida de la Tierra que incluye la corteza y la parte superior del manto, y se mueve a través de placas tectónicas.
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La geosfera está formada por tres capas concéntricas: la corteza, el manto y el núcleo. La geosfera interactúa con la atmósfera, hidrosfera y biosfera. La litosfera es la capa externa y sólida de la Tierra que incluye la corteza y la parte superior del manto, y se mueve a través de placas tectónicas.
La geosfera está formada por tres capas concéntricas: la corteza, el manto y el núcleo. La geosfera interactúa con la atmósfera, hidrosfera y biosfera. La litosfera es la capa externa y sólida de la Tierra que incluye la corteza y la parte superior del manto, y se mueve a través de placas tectónicas.
La geosfera está formada por tres capas concéntricas: la corteza, el manto y el núcleo. La geosfera interactúa con la atmósfera, hidrosfera y biosfera. La litosfera es la capa externa y sólida de la Tierra que incluye la corteza y la parte superior del manto, y se mueve a través de placas tectónicas.
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CAPAS INTERNAS Y EXTERNAS DE LA TIERRA
GEOSFERA, LITOSFERA, HIDROSFERA, ATMOSFERA Y BIOSFERA
ENSAYO Se dice que la Tierra se formó hace unos 4.6 mil millones de años a partir de la colisión de los escombros meteóricos que crearon el sistema solar. Debido a las constantes colisiones durante su formación, la temperatura inicial del planeta era extremadamente alta; todo era materia fundida. Pero durante la siguiente fase de formación de la Tierra se produjo un enfriamiento, y con él, la diferenciación de las capas de la Tierra. Los materiales densos se hundieron en el centro, formando un núcleo rico en hierro y níquel. El magma más ligero subió a la superficie, formando la capa más gruesa de la Tierra denominada manto. Eventualmente, el magma más externo se enfrió hasta formar la fina capa que llamamos corteza terrestre. Lo descrito anteriormente da origen a la geosfera que es la parte interna y sólida de la Tierra la cual se encuentra formada por tres capas concéntricas llamadas corteza, manto y núcleo. Cabe destacar que, sin la geosfera, los seres humanos no podrían vivir en el planeta, ya que no existiría un terreno sólido. Esta capa interactúa con las otras capas del sistema terrestre, incluida la atmósfera, la hidrosfera y la biósfera, y se encuentra en un estado de constante movimiento; las rocas sedimentarias, ígneas y metamórficas dentro de la geosfera terrestre experimentan un continuo reciclaje. Diversos estudios han demostrado que justo debajo de la corteza está el manto. Se cree que el manto está compuesto principalmente de peridotita, un tipo de roca formado por hierro, magnesio, silicio y oxígeno. El núcleo está compuesto principalmente de hierro, con una pequeña cantidad de níquel. El hierro líquido en el núcleo externo es particularmente importante, ya que constituye la fuente primaria del campo magnético de la Tierra. La geosfera es importante porque, define gran parte del entorno en el que vivimos. Controla la distribución de minerales, rocas y suelos. La distribución de los recursos minerales, como el petróleo, el carbón, los minerales metálicos e incluso la arena y la grava, son fundamentales para el éxito económico de la mayoría de las naciones. Genera fenómenos naturales que dan forma a la Tierra e impactan nuestra vida. Aunque la distribución de las plantas, y por tanto de los animales, es controlada en gran medida por el clima global, también varía en respuesta a los cambios en la elevación y la distribución de los suelos. Vale decir que, la distribución de las montañas, la posición de los continentes, la forma del fondo del mar y la ubicación de los principales ríos y lagunas son en gran medida el resultado de los procesos que ocurren en la geosfera. La geosfera es particularmente importante por la forma en que interactúa con las otras capas de la Tierra. Por ejemplo, se cree que la evolución de la atmósfera moderna es un producto combinado de procesos geológicos (desgasificación volcánica, meteorización de rocas, oxidación de hierro) y procesos biológicos como la fotosíntesis. Se ha planteado que una parte del agua que compone el océano del mundo se originó a partir del vapor volcánico. En cuanto a las características de la geosfera se puede decir que se extiende desde la superficie terrestre hacia el centro de la Tierra, alcanzando un grosor aproximado de 6.370 km desde la superficie. Se sabe que, en su mayoría, la geosfera está compuesta por un 35% de Hierro, un 25% de Oxígeno y un 18% de Silicio. A mayor profundidad en la geosfera, mayores son su densidad, temperatura y presión. Esta capa se encuentra en constante cambio debido a los procesos geológicos que se originan tanto externa como internamente. Existen ocho placas tectónicas principales que componen la geosfera de la Tierra. Se mueven constantemente, aunque de forma muy lenta, solo unos pocos centímetros al año. Las placas tectónicas flotan sobre una capa de roca fundida llamada astenosfera. El movimiento de los continentes se conoce como deriva continental. En la geosfera ocurren procesos continuamente. Un buen ejemplo es el ciclo de las rocas, que ocurre cuando la roca se derrite, se solidifica, se erosiona, se deposita, se entierra y finalmente se recicla para volver a comenzar el ciclo. Por otra parte, la biosfera, también conocida como esfera de la vida, es la zona de la Tierra en donde prospera la vida y que contiene los materiales que se desplazan y mueven en ciclos, siempre impulsados por la energía del Sol. La biosfera es la capa de la corteza terrestre que ocupa una mayor superficie y en la que el agua, el aire y el suelo interactúan entre sí con ayuda de la energía proveniente del Sol. Dicho de otra forma, la biosfera comprende la parte de la geosfera compuesta por los organismos vivos y que interactúan entre sí y con su medio. Por tanto, la biosfera es la capa que rodea al globo terrestre y que incluye al aire, el agua (dulce y salada) y el suelo. Como ya se ha indicado, la fuente primaria de energía que hace posible el funcionamiento dinámico de los ecosistemas que se desarrollan en la biosfera es el Sol. Esta energía solar es absorbida por algas y plantas y transformada en energía química durante el proceso de fotosíntesis y almacenada en forma de glucosa y almidón, que posteriormente son consumidos por los animales y metabolizados para obtener energía. Esta energía es utilizada por los animales en sus procesos biológicos. Además, la biosfera es una capa que ha permanecido estable durante millones de años, y esto le ha permitido llegar a dar paso a la evolución de las formas de vida, tal y como las conocemos hoy en día. Sin embargo, dado que la biosfera está compuesta por las poblaciones biológicas y su entorno físico, cualquier efecto transformador repercutirá sobre ambas. Algunas de las principales características de la biosfera es que abarca todo lo que está vivo o ha estado vivo. Por tanto, si algo tiene vida es parte de la biosfera. La biosfera es tan antigua como el primer organismo vivo y se calcula que tiene unos 3.500 millones de años. Se calcula que esta capa se extiende desde 10 km sobre el nivel del mar, hasta 10 km bajo la tierra y 7 bajo las profundidades oceánicas. Solo se conoce vida dentro de la biosfera. La energía solar es su fuente primaria de energía. La vida de la biosfera está interrelacionada. Así, si se daña una zona, se está afectando a todo ser vivo. Los microorganismos son los encargados de descomponer la materia para que sea usada por organismos superiores. Los productos y desechos de determinados animales y plantas son usados por otros para su alimentación. En cuanto a la función e importancia de la biosfera es la de proporcionar un ambiente favorable para todas las especies de vida terrestre y es importante debido a que Proporciona materia orgánica. Permite la vida en la Tierra. Limpia el ambiente de tóxicos. Proporciona materia prima y alimentos. Permite formar cadenas alimentarias. Proporciona compuestos farmacéuticos. Puede servir para investigar sobre la contaminación. Cabe destacar que dentro de la biosfera existen tres capas donde existe vida, la litosfera, la hidrosfera y la atmosfera. Ahora bien, debido a que la Tierra no es un planeta homogéneo, estructuralmente se utilizan dos modelos diferentes para dividirlo en varias capas. De acuerdo a esto, tenemos el modelo geoquímico y el dinámico, los cuales basan su clasificación en la composición y en la forma como se comportan o movilizan sus materiales, respectivamente. De esta manera, la litosfera es uno de los estratos o capas en que suele subdividirse la Tierra, desde el punto de vista de su comportamiento, es decir, atendiendo al modelo geoquímico. Ocupa la corteza y la parte superior de la capa llamada manto, que en conjunto actúan con un gran soporte mecánico. La demarcación que tiene la litosfera genera que se encuentre en contacto con los seres vivos. La litosfera se extiende por toda la superficie del globo terráqueo, tanto por las áreas continentales como las que están cubiertas por la hidrosfera, es decir, las oceánicas. Entre los aspectos más destacados que caracterizan a la litosfera se puede mencionar el estrato externo y superficial que está en contacto con la superficie y lo que en ella se encuentre (atmósfera, hidrosfera y biosfera). La litosfera aparte se de ser el estrato externo, es también el más sólido y rígido, por lo cual, actúa de forma mecánica, aguantando cargas. Está formada por aproximadamente 75 Km de profundidad, cuyo límite superior sería precisamente la superficie de la Tierra, y el interior el estrato denominado astenosfera, es decir, que abarca la corteza (entre 5 y 30 Km aproximadamente) y los primeros kilómetros del manto. Su espesor es variable en base a si la porción de la litosfera equivale a zona continental u oceánica. Es importante mencionar que algunos autores poseen criterios diferentes para establecer el espesor de la litosfera, en base las características mecánica, térmica, geoquímica o sismológica, así se aplican diversos conceptos a este estrato. En cuanto a su composición se encuentra constituida por rocas, las cuales resultan de la mezcla de diferentes minerales. Esta composición difiere dependiendo de si se trata de la litosfera oceánica o continental. Cabe destacar que en cuanto a la temperatura se dice que es un estrato bastante frío, es precisamente este aspecto lo que le confiere su rigidez característica. Solo posee temperaturas elevadas en la base, en donde las cifras aproximadas oscilan entre los 1100 y los 1330°C. Vale decir que la litosfera se encuentra fragmentada no es un estrato liso, ya que se encuentra formada por diferentes fragmentos, de entre 70 y 150 Km de grosor aproximadamente, que se denominan placas tectónicas o también conocidas como placas litosféricas. Dichas placas poseen gran dinamismo, ya que sufren grandes presiones que hace que se muevan, a aproximadamente 2-20 cm por año. Este dinamismo modifica el aspecto de la corteza terrestre, dando origen a las montañas, por ejemplo, además de ser la causa de los fenómenos sísmicos y volcánicos. Finalmente, aparte de ser modificada por las fuerzas internas de la Tierra, la corteza también se ve afectada por fuerzas exógenas, que provienen de la dinámica atmosférica, y en algunas ocasiones de la hidrosfera. Es precisamente esta acción externa, la que contribuye a originar los diferentes tipos de relieves y la que permite también la formación de nuevas rocas, producto de la acumulación de sedimentos y materiales o por las alteraciones físico-químicas que sufren. Existen dos tipos de litosfera por decirlo de algún modo la primera es la litosfera continental, posee un grosor aproximado de 40 Km, aunque en algunas regiones puede llegar a los 80 Km. Se puede subdividir o clasificar a su vez en superior e inferior. La primera con rocas del tipo de los granitos, granodioritas o similares y puede poseer una capa más superficial de rocas sedimentarias. La segunda posee rocas máficas principalmente. Tiene una densidad más baja que la corteza oceánica, la cual se encuentra alrededor de los 2,7 g/cm3. EL manto continental puede poseer entre 100 y 200 Km de profundidad y su composición equivale generalmente a rocas ultramáficas. Y la segunda la litosfera oceánica constituida mayormente por basaltos, es decir, rocas máficas. Dicha corteza es más densa que la continental, con un valor aproximado de 2,9 g/cm3. El manto oceánico al igual que el continental también lo conforman rocas ultramáficas. De acuerdo a lo descrito anteriormente se puede decir que la litosfera es importante porque en ella se encuentran la mayoría de los seres vivos, desde diminutos microorganismos, hongos, plantas, hasta grandes animales terrestres. De igual manera, proporciona nutrientes y minerales necesarios para el desarrollo de la vida. Para el ser humano, también constituye recursos minerales de interés económico y comercial, para diversas actividades como en la industria automotriz, eléctrica, joyería, en la fabricación de abonos, construcción, entre muchas otras. El dinamismo que posee la litosfera, a través del movimiento de las placas tectónicas, ha generado grandes cambios estructurales en la superficie del globo terrestre, tanto a nivel de continentes, como en las cuencas hidrográficas, ocasionando a su vez, nuevos hábitats para los seres vivientes, así como propiciar la adaptación por parte de las especies a las nuevas e imperantes condiciones, es decir, su evolución. EL estudio de la litosfera, permite establecer la historia geológica y evolutiva del planeta Tierra. Como se describió anteriormente la Tierra se encontraba como una masa rocosa a altísima temperatura que provocó que muchas sustancias se volatilizasen a un estado gaseoso y empezasen a formar una atmósfera primitiva. A medida que la Tierra se enfrió y se solidificó, algunas sustancias como el vapor de agua se condensaron, provocando las primeras lluvias (que no serían ni parecidas a las que tenemos en la actualidad). De esta manera la Tierra empezó a acumular agua en su superficie originando la hidrosfera que es la capa que engloba la totalidad de las aguas del planeta, incluidos los océanos, mares, lagos, ríos y las aguas subterráneas. Este elemento juega un papel fundamental al posibilitar la existencia de vida sobre la Tierra, pero su cada vez mayor nivel de alteración puede convertir el agua de un medio necesario para la vida en un mecanismo de destrucción de la vida animal y vegetal. En la Tierra se puede observar que el agua se encuentra en casi tres cuartas partes de la superficie. Su distribución es desigual y la mayoría (97%) es agua salada que forma mares y océanos, mientras que la cantidad restante (3%), se encuentra distribuida en la atmósfera y sobre los continentes (ríos, lagos, aguas subterráneas, etc.), generalmente en forma de agua dulce. Algunas características de la hidrosfera es que está en constante transformación físico-química. Interacciona con la corteza terrestre y modifica su estructura constantemente. Es una parte fundamental de los ecosistemas: tanto terrestres como marinos. Es imprescindible para todas las formas de vida. Solo un pequeño porcentaje es apto para el consumo humano y otras especies. La dinámica de la hidrosfera está netamente relacionada con el ciclo hidrológico o el ciclo del agua, que indica como el agua se mueve en todos los rincones del planeta desde los océanos, mares, ríos, lagos, etc. (Recursos de agua) hacia la atmósfera y como desde la atmósfera mediante la lluvia vuelve a la superficie de la tierra. En cuanto a su importancia, la hidrosfera ayuda a regular el agua, proporciona un clima agradable para todas las especies. El agua cubre aproximadamente dos tercios de toda la extensión del planeta y es la fuente principal de oxígeno, vital para la acción de todos los organismos vivos. En cuanto a la atmosfera esta capa se extiende hasta 2.000 metros sobre la superficie terrestre. En ella habitan las aves y otras formas de vida. La atmósfera tiene también un papel muy importante sobre la configuración de la biosfera, ya que sus regiones más bajas contienen los gases esenciales para la respiración de plantas y animales, desvía la radiación solar y establece los patrones climáticos. La atmósfera que envuelve la Tierra cumple funciones esenciales para el mantenimiento de la vida. Aloja la capa de ozono que filtra la dañina radiación ultravioleta (UV) proveniente del sol. Participa en la regulación del clima, tanto por el movimiento de las masas de aire frío y caliente sobre los océanos y masas continentales como por su efecto en las corrientes oceánicas y en el transporte del vapor de agua que después se vierte en forma de precipitación en los continentes. Actúa como reservorio de algunos elementos químicos vitales para los seres vivos, como carbono y el nitrógeno. La atmósfera terrestre alcanza unos 10.000 km de distancia de la superficie del planeta, y alberga en distintas capas los gases necesarios para preservar la temperatura planetaria estable y permitir el desarrollo de la vida. Las corrientes de aire presentes en ella se encuentran estrechamente relacionadas con la hidrósfera (el conjunto de agua planetaria), y se afectan de manera recíproca. Puede dividirse en dos grandes regiones: homósfera (los 100 km inferiores) y heterósfera (desde los 80 km hasta el borde exterior), de acuerdo a la variedad de gases que integran cada una, mucho más variados y homogéneos en la primera, y estratificados y diferenciados en la segunda. El origen y la evolución de la atmósfera datan desde los inicios mismos del planeta, en los que una gruesa capa de gases primigenios permaneció alrededor del planeta, constituida más que nada por hidrógeno y helio provenientes del sistema solar. Sin embargo, el enfriamiento paulatino de la Tierra y la aparición muy posterior de la vida fueron cambiando la atmósfera y variando su contenido hasta alcanzar el que hoy conocemos, a través de procesos como la fotosíntesis y quimiosíntesis o la respiración. La atmósfera cumple un rol vital en la protección del planeta y por lo tanto también de la vida. Su densidad desvía o atenúa las formas de radiación electromagnética provenientes del espacio, así como los eventuales meteoritos y objetos que pudieran impactar con su superficie, la mayoría de los cuales se disuelve por el roce con los gases al ingresar a ella. Por otra parte, en la estratósfera se halla la capa de ozono (ozonósfera), una acumulación de este gas que impide el acceso directo de la radiación solar a la superficie terrestre, manteniendo así la temperatura del planeta estable. Al mismo tiempo, la masa de gases impide la rápida dispersión del calor hacia el espacio, en lo que se denomina “efecto invernadero”. Por último, la atmósfera contiene los gases indispensables para la vida como la conocemos, y cumple un rol vital en la perpetuación del ciclo hídrico de evaporación, condensación y precipitación del agua. FLUJOGRAMA DE LAS CAPAS DE LA TIERRA