Trabajo de Henry 1
Trabajo de Henry 1
Trabajo de Henry 1
Espacio Geográfico
Imperio romano
Roma está situado en el centro de la península de Italia, que limita al norte con los
Alpes; al Oriente, con el mar Adriático, al occidente con el mar Tirreno y al sur, con el
mar Jónico.
La ciudad se ubica en el río Tíber; en sus orígenes la rodeaba un conjunto de siete
colinas: Aventino, Capitolino, Celio, Esquilino, Palatino, Quirinal y Viminal.
Fundación de Roma
La información acerca de la fundación de Roma no es muy clara. Algunas fuentes
señalan a los etruscos como fundadores de la ciudad, mientras que otras sostienen que
surgió en año 753 a.C de la unión de varias aldeas latinas situadas a la orilla del río
Tíber.
La fundación de Roma fue el punto de partida de una civilización que, otros siglos
después se convirtieron en el gran imperio Romano. Este se extendió por todos los
territorios que rodean el mar mediterráneo.
La Monarquía
En el año 600 a.C los etruscos ocuparon Roma e impusieron un sistema de gobierno
Monárquico, cuya máxima autoridad era el rey. Tenía el poder político, militar y
religioso, lo asesoraba el senado, formado por los jefes de la familia Aristócratas.
Además, existía una asamblea popular conocida con el nombre de Comicios que elegía
al rey.
El periodo monárquico se caracterizó por un gran crecimiento de la ciudad
principalmente durante el reinado de Lucio, también aumentó la población, se construyó
una muralla defensiva y se incrementó el comercio.
Los patricios: pertenecía a la familia más poderosa de Roma; tenían derechos políticos
y eran propietarios de la mayor parte de la tierra.
Los Semilibres: Entre ellos se encontraban los clientes que trabajaban para los patricios
a cambio de sustento.
Los esclavos: Eran prisioneros de guerra, los hijos de los esclavos y personas que no
podían pagar sus deudas.
(Pozo)
En el año 509 a.c, los Romanos instauraron una república, que se mantuvo hasta el 27
a.C. La Roma republicana continuó siendo aristocrática, pues los patricios eran quienes
controlaban el poder, para ello, se apoyaron en las siguientes instituciones.
Los comicios: Eran asambleas integradas por ciudadanos libres. No eran democráticos,
pues estaban controlados los patricios. Sus funciones se limitaban a aprobar leyes y
elegir a los magistrados.
El senado: Estaba compuesto por 300 miembros, sus funciones eran muy amplias:
supervisaba a los magistrados, dirigía la policía exterior y la religión.
Los plebeyos: Este grupo reclamó durante siglos la igualdad de derechos con los
patricios. Tras muchos conflictos, consiguieron la creación de dos nuevas magistraturas,
los tribunos de la plebe y los ediles plebeyos. Pero, en la práctica, solo los más ricos
tuvieron acceso al poder político.
La expansión territorial
Entre los siglos V y III a.C., Roma unificó con su dominio, a toda la península.
Luego, entre mediados de los siglos III y II a.C., conquistó la totalidad del Mediterráneo
tras enfrentar a Cartago durante las guerras púnicas, y a las monarquías helenísticas,
durante las guerras Macedónicas. Por último, desde el siglo II a.C., los romanos
continuaron su expansión por la península Ibérica, la Galia y el sur de Gran Bretaña, así
como Europa central.
El Ejército Romano
La crisis de la república
A medida que Roma fue conquistando nuevas tierras, impuso un sistema político y
administrativo que supuso un aumento considerable de problemas sociales.
Por ejemplo, muchos campesinos se arruinaron por servir mucho tiempo en el ejército,
lo que originó enfrentamientos como el de los hermanos Tiberio y Cayo Graco,
miembros de la plebe que intentaron repartir tierras al pueblo, por lo que fueron
asesinados.
A comienzos del siglo I a.C. el poder real estaba en manos de los jefes militares, que
contaban con un ejército fiel. Muchos de ellos tuvieron la tentación de ocupar el poder,
lo que llevó a un periodo de guerras civiles, es decir, conflictos, donde se enfrentan
grupos políticos de un mismo territorio.
El emperador
En el año 27 a.C., Octavio derrotó a los otros dos generales y concentró en su persona
todos los poderes. Como tal, fue nombrado prínceps (ciudadano principal), augustus
(majestuoso o venerable) e imperator (jefe del ejército). Posteriormente asumió el título
de pontifex maximus (pontífice máximo), que lo convirtió en la principal autoridad
religiosa.
Se estableció así un nuevo sistema de gobierno, el imperio, caracterizado porque el
emperador concentraba todos los poderes. Aunque su cargo no era hereditario, muchos
emperadores eran designados por su predecesor.
(Peña)
El imperio duró casi cinco siglos, en los que presentó tres fases principales.
El alto imperio, que se inició en el año 27 a.C. y duró hasta 235 d.C. se caracterizó por
el gran crecimiento y desarrollo económico de Roma. En esta época, el imperio logró su
mayor expansión territorial.
La crisis del siglo III, que ocurrió entre los años 235 y 285. En este período, Roma
experimentó una grave crisis económica y social, que produjo diversos conflictos y
anarquía política.
El bajo imperio, que comenzó en el año 285 y se extendió hasta el año 476. Se
caracterizó por la introducción de cambios políticos que, al cabo del tiempo, condujeron
a la desintegración del imperio.
Actividades económicas
La economía romana se basó en la esclavitud. Era una fuerza de trabajo utilizada para
diversas labores, principalmente agropecuarias, mineras, artesanales y urbanística. La
agricultura fue la principal actividad económica, que se complementaba con la
ganadería. Se cultivaba olivo, vid, hortalizas y frutales. Cada región se especializó en
cultivos concretos. Trigo de Egipto o vid de la Galia. Se criaban ovejas, bovinos, cabras,
caballos, éstos últimos muy importantes para el ejército.
La producción artesanal se destacaba por los textiles, la orfebrería, la herrería y la
tintorería, entre otras actividades, las cuales se realizaban talleres donde, por lo general,
se vendían los productos.
Las minas pertenecían al estado, que las arrendaba a particulares. Eran explotadas a
cielo abierto o en galerías subterráneas. De donde se extraía oro, hierro, cobre y otros
minerales, como sal, malaquita y cinabrio.
El urbanismo
La arquitectura romana
Monumentalidad. Mientras los edificios griegos utilizaban una escala humana, las
construcciones romanas tenían un tamaño mayor y un aspecto grandioso, como los
obeliscos y arcos de triunfo.
Arquitectura abovedada. Mientras el arte griego era adintelado, los romanos utilizaron
el arco de medio punto y la bóveda de medio cañón.
(Alvear)
Influencia Griega
La escultura
La pintura
Se usó para decorar las paredes de los palacios y de las casas de los romanos
adinerados. Las pinturas imitaban el espacio arquitectónico, por lo que aplicaban la
perspectiva.
La técnica habitual era el fresco, pintura sobre cal húmeda, que posteriormente se
recubría con una capa de cera para garantizar la conservación de las obras e intensificar
los colores.
El mosaico
La religión
Los romanos eran politeístas, aunque tenían sus propios dioses, incorporaron varios de
los pueblos griegos. Rendían culto a los lares, dioses del hogar, almas de los
antepasados, a los penates, dioses protectores del estado, y a los manes, almas de los
muertos. Consultaban a sus dioses antes de tomar decisiones importantes. Entre sus
métodos de consulta, el más importante era el auspicio, predicción basada en el vuelo de
las aves e interpretada por los augares. Durante el periodo imperial, los romanos
también rindieron culto a algunos emperadores, que eran convertidos en dioses. Por
ello, se levantaron templos en su honor.
La herencia cultural
La cultura romana mezcló las tradiciones etrusca y griega, y se difundió por todo el
mundo mediterráneo. Este proceso se realizó mediante un idioma común, el latín, del
que proceden muchas lenguas europeas actuales, como español, francés, e italiano.
Ligado a lo anterior se encuentra el alfabeto latino, que es el sistema de escritura más
usado en el mundo actual.
Otro aporte romano fue el derecho. Comenzó en el año 450 a.C., con la aparición de la
ley de las doce tablas y evolucionó a lo largo de cientos de años, hasta ser codificado
por el emperador justiniano en el siglo VI. Las leyes romanas constituyen la base de
gran parte de las leyes actuales. Además, escritores como Horacio, Ovidio, Virgilio o
Plauto, filósofos como Séneca, historiadores como Tito Livio o médicos como Galeno
se cuentan entre los precursores de la cultura occidental.