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Magia en Egipto

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MAGIA Y RELIGIÓN

Para los antiguos egipcios magia y religión estaban íntimamente unidas, hasta tal punto que, si
se profundiza en el estudio de la segunda, se termina inevitablemente encontrando la primera.
Es imposible separar la religión de la magia en la concepción de las creencias y prácticas
religiosas de los antiguos egipcios.

DIOSES Y MITOS DE LA CREACIÓN

Los dioses egipcios crearon el mundo a través de la palabra.

Thot es el gran mago por excelencia, creador de la escritura, hombre con cabeza de ibis
sagrado o babuino. Thot llevó a cabo su acto creador por medio de la utilización mágica del
número ocho.

El concepto egipcio de la creación es considerado un supremo acto de magia.

La escritura de Ra, el dios más importante creador del universo, lleva implícita la idea de la
acción mediante la palabra. La palabra es la principal herramienta para conseguir la
manifestación de lo invisible inmaterial en lo visible material.

Ra, el verbo divino, se propagó por medio de la palabra y después por los signos escritos con la
ayuda de Thot, dios específico de la palabra y la escritura.

Los dioses creadores del universo, según las distintas escuelas teológicas egipcias, utilizaron la
magia para llevar a cabo su gran acto del génesis.

Para garantizar la supervivencia del orden creado por la palabra divina, escrita o hablada, los
egipcios idearon las nociones de Verdad, Justicia y equilibrio cósmico. Representadas por
Maat, hija y madre de Ra.

Para asegurar el nacimiento del nuevo día, los egipcios recurrían a Maat, pues por medio de la
magia y gracias a la diosa, se garantizaba que todo siguiera estando en el orden adecuado.

El amanecer era un renovado acto creador fruto de la magia de los dioses.

Isis fue considerada como la Grande de Magia. Supo arrebatar a Ra sus nombres secretos, lo
que permitió controlar al dios a su voluntad.

Cuando conoció los doce nombres de Ra, Isis se convirtió en la soberana de los dioses y
traspasó sus poderes a su hijo Horus, quien también adquirió una gran fuerza mágica.

Los egipcios creían que los dioses eran manifestación de los diferentes elementos de una o
varias funciones cósmicas que actuaban y se manifestaban por sí mismos, y en virtud de su
propio determinismo. Por ello, el egipcio siempre trató de ganarse a la divinidad por medio de
actos rituales.

PODER DEL NOMBRE

Todo ritual de la religión y de la magia estaba fundamentado en el conocimiento de los


nombres. El nombre consistía en uno de los nueve elementos que componía el ser y
conociéndolo se podía dominar al ser en cuestión.
El hombre estaba constituido por nueve elementos: nombre, cuerpo físico, cuerpo espiritual,
alma, inteligencia espiritual, sombra, doble, corazón y el poder.

Llamar a alguien por su nombre era crearlo, la imagen representada por los jeroglíficos podía
convertirse en algo real y vivo, por medio de su enunciación en alta voz.

El mago, conocedor de la naturaleza de los seres y de las cosas, ordenaba con el poder de su
palabra, para conseguir la sumisión de aquellos a su voluntad.

La orden, para ser eficaz, debía ser justa, debía estar armonizada con las leyes de Maat.

MAGOS EN EL ESTADO

Los magos tuvieron en Egipto la consideración de funcionarios de Estado. Eran los encargados
de ejercer la magia como sacerdotes, en sustitución del propio faraón, el mago por excelencia
de todo Egipto.

El primer y más importante propósito de la magia consistía en prestar la colaboración humana


con el cumplimiento de los planes divinos; y su principal actuante era el rey.

Era el Señor de los ritos, el propietario de las actuaciones mágicas. Era el Señor de las Coronas,
que le entregaban el poder mágico y la eternidad.

Los magos de Egipto eran sacerdotes pertenecientes al clero del dios Heka. Ellos recibían su
formación en las Casas de la Vida, donde se redactaban los libros considerados como mágicos.
Todo lo que se hacía en el interior de estos recintos donde la sabiduría estaba depositada era
estrictamente secreto.

Dado que la magia podía ser ejecutada por cualquiera que conociese las fórmulas,
normalmente se ponía especial cuidado en seleccionar a las personas que debían ser magos.

La magia en Egipto consistía en la facultad de poseer el Heka, o poder mágico. Era un atributo
de los dioses y, por extensión, del rey, y tenía por finalidad y fundamento el conocimiento de
la naturaleza del universo y de los medios sensibles, para controlarlo en bien de la humanidad
y de la creación.

El mago tenía que reunir en su personalidad y en su formación las condiciones de ser un Aj que
poseía Heka. Es decir, de ser un iniciado que tenía la facultad propia, en tanto que espíritu de
luz, de poseer el poder de creación con el que los dioses hicieron posible el nacimiento del
universo.

Además del clero de Heka, otro clero que estaba especialmente vinculado con la magia era el
clero de Sejemet. Sus miembros estaban dedicados al ejercicio de la ciencia médica, la cual
tenía muchas vinculaciones con la magia.

LEYES DE LA MAGIA

El uso de la palabra era el más importante medio de los magos para operar sus fenómenos y
obtener resultados deseados. Pero requería una técnica depurada y especial.

En principio, la base de la actuación mágica se fundamenta en la existencia de una fuerza


inmaterial e impersonal que el mago podía someter. También era muy importante la
consideración de una especie de Ley de Comunión entre todo lo que hay en el universo, de
modo que se creía que el menor cambio en una parte del mundo sensible afectaría a todo.
Otro fundamento era la creencia de las leyes de la identidad y del parecido entre las formas y
los nombres; en su virtud, se podía propiciar la reacción de algo por el uso de lo que le era afín,
cercano a su naturaleza, lo que se conoce como homeopatía.

Además, a todo lo anterior habría que añadirle la Ley de la solidaridad, por la cual un cuerpo
determinado siempre estará vinculado respecto de cualquiera de sus fragmentos o de
cualquier objeto que lo haya conectado.

Sabían que la energía cósmica se encontraba, por así decirlo, polarizada. Este principio de
polarización de la energía cósmica, sólo se podía comprender como expresión necesaria de
una forma de Inteligencia Superior, a la que había que dirigirse del modo adecuado, para
obtener los resultados apetecidos.

Acuñaron conceptos tales como el microcosmos, al que respondía, en un perfecto esquema


proporcionado, el macrocosmos.

TÉCNICA MÁGICA

La técnica mágica exigía la adecuada combinación de tres elementos: el encantamiento, el rito


y la persona del mago.

El encantamiento era más importante que el rito, y consistía en un conjunto de palabras que
había que pronunciar. El rito consistía en el conjunto de gestos con los que el oficiante
acompañaba sus encantamientos. Con los gestos se reforzaban las palabras.

Para que la acción mágica fuera eficaz era preciso actuar con reglas muy estrictas y el mago
debía encontrase en situación de pureza ritual cuando ejercía su oficio.

Para poder actuar convenientemente, el mago debía conocer la composición de todo lo


creado, así como la naturaleza del ser humano.

OBJETOS MÁGICOS

En el desempeño de la magia también eran muy importantes los objetos con los que se
actuaba y las sustancias que se empleaban en los rituales.

Los talismanes eran pequeñas figuras destinadas a influir sobre la persona que los llevaba, ya
fuera viva o muerta. Había muchos tipos de talismanes. Los más importantes eran los de
protección, que se utilizaban para defender a la persona de la actividad dañina de otros seres;
talismanes otorgadores de poderes, que conferían a la persona que los portaba poderes del
objeto que representaban; los talismanes de divinidades, que propiciaban las cualidades de las
divinidad que representaban; talismanes para ofrendas, que se utilizaban para asegurarse sus
posesiones y sus ofrendas funerarias para toda la eternidad.

Una técnica genuinamente egipcia empleada en las artes mágicas era la llamada de cuerpos de
sustitución o subsidiarios. Con ella se pretendía transferir el resultado de la actuación al ser
verdadero, a partir de su imagen fabricada en una amplia variedad de materiales.

Desde el punto de vista mágico, los egipcios también hacían sustitutos para los cuerpos de
seres vivos. El cuerpo fabricado se convertía en el doble del cuerpo viviente real, del cual era
una copia. Estos métodos se empleaban frecuentemente en el uso de la magia negra o
negativa.

MUNDO DE LOS SUEÑOS

Desde el punto de vista de los magos, el mundo de los seres humanos tenía diferentes esferas
de actuación. Aparte del plano material en el que se desenvolvía la visa cotidiana, existía otro
con enorme importancia, el mundo de los sueños. La experiencia onírica representaba para los
sabios egipcios un nivel sutil, propio de los dioses y los espíritus, que requería un profundo
conocimiento y estudio para averiguar los mensajes divinos. Por ello, una de las especialidades
que más fama dio a los sabios y magos egipcios fue la oniromancia, o ciencia de la
interpretación de los sueños.

TEMPLO

El templo egipcio era la casa de dios, era un recinto donde la divinidad tenía su morada. El
culto dado en el interior del templo tenía por finalidad hacer grata la estancia del principio
divino en la Tierra. Para ello, se celebraba un rito diario que atendía las necesidades del dios.

El templo egipcio, sede de la enseñanza, de la sabiduría y de la iniciación, era el esquema


viviente del cosmos. En ellos se controlaba el sistema de vida y el movimiento de todas las
criaturas.

El sacrificio por excelencia, la ofrenda más importante que la divinidad debía recibir era la
ofrenda de Maat, la esencia del orden cósmico.

ASTROLOGÍA

Los egipcios llegaron a gran nivel de precisión en sus observaciones de las constelaciones y el
cielo. Conocían la influencia que los cuerpos celestes ejercían sobre todos los demás cuerpos
vivos. El conocimiento de esta ciencia, que podríamos llamar mágica, implicaba la atribución
de cada décan planetario del gobierno y control de una parte del cuerpo humano, de una
planta, una piedra preciosa y un animal.

Los sacerdotes egipcios fueron de modo indistinto astrólogos y astrónomos.

MEDICINA

Los egipcios creían que la enfermedad aparecía como expresión de una fuerza negativa
exterior al hombre que provocaba un estado de desequilibrio en su cuerpo. Para contrarrestar
tales males, los egipcios utilizaban la magia de las invocaciones de la diosa Sejemet. Los
sacerdotes de esta diosa eran los responsables de conseguir su apaciguamiento y de prevenir e
impedir los males que ella traería sobre la humanidad. Estos sacerdotes pertenecían a un clero
que actuaba casi exclusivamente para la curación de enfermedades.

En la medicina egipcia se observaba que el mago, el médico si se quiere, operaba a partir de la


llamada magia de trasmisión, en la que el oficiante no hacía sino desplazar las propiedades o
virtudes ya existentes y aplicar la práctica de la ley de las semejanzas, en virtud de la cual lo
semejante llama a lo semejante. Se trataba de ritos de práctica homeopática.
La medicina en Egipto se aplicaba a través de las fórmulas, de los ritos y de los objetos
mágicos. En la medicina egipcia ocupaban el mismo lugar la aplicación del remedio terapéutico
y la recitación de la fórmula mágica.

PRÁCTICAS Y CREENCIAS FUNERARIAS

Donde más se muestra la magia es en las creencias y prácticas funerarias. Los egipcios
creyeron en otra existencia después de esta vida terrestre. Esta vida era solo un capítulo de la
vida eterna. Los egipcios concebían la muerte como una liberación, por medio de la cual el
espíritu, abandonada la materia, penetraba en las regiones de la luz.

Juicio de Osiris o de la pesada


En la Duat, el espíritu del fallecido era guiado por el dios Anubis ante el tribunal
de Osiris. Anubis extraía mágicamente el Ib (el corazón, que representa la conciencia y
moralidad) y lo depositaba sobre uno de los dos platillos de una balanza. El Ib era
contrapesado con la pluma de Maat (símbolo de la Verdad y la Justicia Universal), situada
en el otro platillo

CEREMONIA DE LA APERTURA DE BOCA

INFLUENCIA POSTERIOR

Las Casas de la Vida de los templos eran los recintos sagrados donde se enseñaba a los
discípulos para comprender el sentido oculto de los escritos sagrados. Este conocimiento
oculto acabó siendo la gnosis. La sabiduría transmitida en las Casas de la Vida era una
demostración real de lo que enseñaban los textos sagrados para explicar la cosmogonía y la
cosmología de las principales escuelas teológicas de Egipto. La enseñanza secreta de los magos
egipcios era realmente una revelación.

En occidente este saber se trató de erradicar y fue concebido como la herejía gnóstica. Pero se
difundieron los principios del llamado Saber Hermético. El Corpus Hermeticum fue reconocido
como la esencia, trasladada a través del mundo clásico, de la antigua sabiduría recogida en los
libros mágicos del dios Thot.

En el pensamiento de los alquimistas quedaba perfectamente asociado Hermes-Thot. La


alquimia venía a significar el tratado de la ciencia egipcia. Los alquimistas buscaban el
conocimiento y el dominio de las prácticas de los ritos de desmenuzamiento y resurrección de
los metales, en un indudable paralelismo con el desarrollo del mito de la muerte y de la
resurrección del dios Osiris.

1. MAGIA Y RELIGIÓN

2. DIOSES Y MITOS DE LA CREACIÓN

3. EL PODER DEL NOMBRE

4. MAGOS EN EL ESTADO

5. LEYES DE LA MAGIA

6. TÉCNICA MÁGICA
7. OBJETOS MÁGICOS

8. MUNDO DE LOS SUEÑOS

9. TEMPLOS

10. ASTROLOGÍA

11. MEDICINA

12. PRÁCTICAS Y CREENCIAS FUNERARIAS

13. INFLUENCIA POSTERIOR

14. ALGUNOS MITOS Y TALISMANES

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