Salmo 23

Existe una conexión entre los salmos 22, 23 y 24, como en la introducción que dieran nuestros
hermanos Arthurs y Yorman, acerca del salmo 22, podemos ver una trilogía en estos tres.
Algunos han visto estos tres salmos como los tres ministerios del Señor, Profeta, Sacerdote y Rey;
también se han descrito como los tres símbolos tradicionales de la fe cristiana, La Cruz, El
Callado y La Corona; otros lo han visto como El Salvador, El Pastor y El Soberano. El salmo 23 es
quizás, con el padrenuestro, uno de los pasajes más conocidos dentro del pueblo cristiano.

En el transcurso de la historia de la iglesia este salmo tiene un lugar prominente dentro de la

literatura; cualquiera que sea la edad, las circunstancias, o la situación por la que estamos
pasando, este salmo satisface nuestras vidas y da fuerza a nuestras almas. Pertenece a ese
tipo de salmos donde la confianza en El Señor está en lo más alto, comienza y termina
agradeciendo y reconociendo la bondad de Dios.

El título apunta a que este es un salmo de David y no podría ser de otra manera, aunque
podríamos ver los elementos de alabanza y adoración, tal vez no están esos elementos de
dolor y tristeza que venía presentando en los salmos anteriores. No podemos negar que las
vivencias de David como pastor y como rey están proyectadas en este salmo, todo lo que él
había vivido durante años, todos esos momentos de peligro y cómo fue vindicado y
establecido por Dios, dan notoriedad a los símbolos que este salmo presenta en su
elaboración.

Hay una dualidad que presenta el salmo, dos roles relacionados entre sí, el pastor de las ovejas
y el anfitrión de un hogar. Las imágenes que se contrastan cubren la mayor parte de la vida
humana, tanto al aire libre como bajo un techo; encontramos la paz pastoral y el peregrinaje
a través del peligro; la posibilidad del mal y la expectativa del miedo; los periodos que nos
alimentan con vigor en el alma y los tiempos que amenazan con tinieblas; la experiencia de
ser un seguidor y una vida estable de seguridad; pero todas estas facetas que se pueden
encontrar en la vida están iluminadas, por así decirlo, por la luz del Señor, por ese cuidado
amoroso, por esa vigilancia incesante, por esa presencia perpetua que imparte vida, color y
satisfacción.

Esta dualidad nos muestra una división bien marcada dentro del salmo; los (vs. 1-4) empiezan
mostrando la benevolencia del Señor, hablan de Dios como Pastor de la vida exterior, de lo
que David mismo experimentó por muchos años pastoreando las ovejas de su padre Isaí. La
segunda parte (vs. 5-6) muestra a Dios como un Anfitrión, manifiesta la vida dentro de una
casa, algo que David experimentó cuando era rey.

Bosquejo:

1. El Señor como Pastor vs. 1-4.

La primera parte de nuestro bosquejo nos enseña siete cuestiones muy sencillas donde el
Pastor satisface las necesidades de sus ovejas, vamos a desglosar en estos cuatro versículos
esas siete necesidades.
1El Señor es mi pastor, Nada me faltará. Este encabezado enseña que todo lo que puede ser
necesario para una oveja y todo lo que podemos ver como necesario para nosotros como
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creyentes, está en Dios. Porque la primera evidencia que muestra David, al exponer la verdad
de Dios, es que nada le faltará. Así que podríamos decir que los próximos siete aspectos van
enmarcados dentro de esa satisfacción plena, dentro de esa satisfacción total que David
evidencia al considerarse una oveja de Dios.

1). Descanso. 2a En lugares de verdes pastos me hace descansar. Los pastos son delicados,
esto habla literalmente de ese pasto verde y tierno. Las ovejas no se acuestan hasta no haber
satisfecho del todo su apetito, hasta no quedar completamente llenas, hasta no haber suplido
toda esa necesidad de alimento; de la misma manera, esto nos proyecta una imagen de un
estado total de descanso. Pero no es simplemente un descanso por estar llenos de alimento,
como algunas personas lo creen; no es simplemente llenar nuestros vientres de alimento y
sentarnos a reposar o descansar; creo que el enfoque que David está presentando va un poco
más allá, él dice que lo hará descansar, no simplemente descansará por el hecho de estar
lleno, sino que es el Señor es quién introduce a David a un descanso y a una satisfacción total
por medio de encontrar este lugar con verdes pastos. Así que es un descanso no meramente
por haber llenado el vientre, sino por el hecho de reconocer el vigilante cuidado del Pastor. El
mundo y el pecado nos inquietan constantemente con diferentes problemas y dificultades;
pero el Señor nos introduce en un descanso diferente en Su presencia y allí cuida de nosotros.

2). Orientación. 2b Junto a aguas de reposo me conduce. Una característica del pastor de
ovejas hebreo es que nunca marcha detrás de sus ovejas, siempre va al frente del rebaño. Así
que David continúa la idea diciéndonos que el Pastor ofrece a su rebaño todo lo que necesita,
pero no solamente en el descanso, sino también en la guía necesaria para las ovejas.

3). Renovación. 3a Él restaura mi alma. Aquí se nos habla de renovación, en la NBLA el término
es restaura, mientras en la RVR 60 encontramos confortará mi alma, esto quiere decir que el
alma se reaviva y se refresca. Este es un tema que frecuentemente se ve en el Nuevo
Testamento, el apóstol Pablo nos invita constantemente a renovarnos, dice que nos
renovemos en el espíritu de nuestra mente en la carta a los Efesios y que el hombre interior se
renueva en la segunda carta a los Corintios y Colosenses. Lo que hablamos aquí entonces, es
que la gracia sustenta el alma, que la gracia Divina va renovando el interior de la persona;
aunque como lo dice el mismo apóstol Pablo, el hombre exterior, el cuerpo se va desgastando
día tras día, el creyente, a medida que tiene más relación con su Pastor, se va renovando más
y más en su interior.

4). Instrucción. 3b Me guía por senderos de justicia Por amor de Su nombre. David nos indica
que el Señor nos guía por Su justicia. Este término justicia no habla simplemente de una rectitud
moral o de un adherirse a la ley, va más allá, pues tiene una connotación jurídica. Así que el
ser guiados por las sendas, el ser instruidos en la justicia habla de recibir la justicia de Cristo, de
eso es de lo que nos está hablando David aquí; él entiende su condición como oveja, él sabe
que su Pastor está a su cuidado, que lo alimentará, que tendrá la satisfacción plena en todo
lo que Dios le da; pero que hay un ámbito principal que él no va a perder de vista y es el hecho
de presentarse como una persona justa delante de Dios, no por la justicia propia sino por esa
justicia misma que el Señor le está impartiendo. Por la justicia que emana de la dignidad y el
Nombre del Señor.

5). Coraje. 4a Aunque pase por el valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno.
Seguramente podemos tener miles de enemigos a lo largo de nuestra vida, David era un
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hombre que no era ajeno a esta realidad; pero él no se detiene a mirar los enemigos terrenales
aquí. Considero que el mayor enemigo que alguien podrá tener es la muerte; la muerte es el
máximo enemigo, el último gran enemigo como lo llama Pablo en la primera carta de los
Corintios capítulo 15; pero si el Pastor puede infundirnos valor, si el Pastor puede darnos de ese
coraje que tuvo al enfrentar la muerte, creo que cualquier otro enemigo que se nos presente
podrá ser superado. Ese coraje se nos infunde el saber que Dios está allí, como lo veremos en
el próximo punto. Es ese coraje necesario para sobrevivir aún en medio de las circunstancias
más difíciles que podamos enfrentar.

6). Compañía. 4b porque Tú estás conmigo. Hay una expresión familiar aquí. Cuando habla de
compañía, el salmista habla que puede enfrentarse a la muerte porque El Señor mismo está
con él, utiliza la expresión tú estás conmigo para tomar valor; la confianza que él tiene es
porque ha visto que a lo largo de la historia del pueblo El Señor no abandonó jamás a los suyos,
en esa presencia de Dios hay fuerza, hay consuelo, hay descanso y hay esperanza. El salmista
ha comenzado con una maravillosa declaración: el Señor es mi Pastor, pero al hablar de Su
compañía y Su presencia cambia de esa expresión general a algo más íntimo: Tú estás
conmigo. Esta descripción da lugar a la adoración, esta descripción personal del salmista da
lugar a esa compañía, a esa presencia inmediata de Dios en su vida y, por extensión, en la
nuestra.

7). Consuelo. 4c Tu vara y Tu cayado me infunden aliento. Nuestra primera sección termina
entonces con estas palabras de consuelo. El cayado del pastor cumple dos propósitos: es una
vara para la protección del rebaño y un apoyo sobre el cual el pastor se recuesta. Cuando
proyectamos este salmo en la persona de Cristo entendemos fácilmente que su vara y su
cayado realmente pueden infundirnos aliento; si Él fue tentado en todo y es nuestro gran sumo
sacerdote, como nos enseña la carta a los hebreos, entonces también se puede comparecer
de nosotros, también puede entendernos en nuestras situaciones difíciles, en nuestras
tentaciones, en nuestros dolores y en nuestras tristezas; por eso nadie como Él puede
consolarnos, realmente nadie como Él puede entender por lo que nosotros pasamos.

2. El Señor como Anfitrión vs. 5-6.

La segunda parte muestra al Señor como un anfitrión y nos habla de dos elementos, la mesa
y el aceite.

1). Mesa. 5a Tú preparas mesa delante de mí en presencia de mis enemigos. Obviamente

describe el alimento y la provisión dentro del hogar. La mesa representa todas las bendiciones
espirituales que están puestas delante de nosotros, bendiciones espirituales que solo podemos
llegar a tener en Cristo. La mesa ilustra entonces todo lo que requerimos en Cristo y por más
que estemos rodeados de enemigos, podemos disfrutar de estas bendiciones en paz y
seguridad. Para los hebreos, el compartir la mesa representa intimidad, por ello la advertencia
del apóstol Pablo es que con aquellos que, llamándose hermanos, estuvieran en ciertas
conductas impías, ni aún coman. Así que el hecho que el salmista vea como Dios mismo le
prepara una mesa, está hablando de esa comunión íntima que tiene con él.

2). Aceite. 5b Has ungido mi cabeza con aceite; Mi copa está rebosando. Una costumbre de
los pastores hebreos es utilizar el aceite para ungir las ovejas con el fin de suavizar los rasguños
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y las heridas, el aceite también lo encontramos representando la consagración de los
sacerdotes para la obra, y está involucrado en la coronación de los reyes. Así que si unimos
estos tres factores, podemos entender entonces la obra de Cristo utilizando el aceite en
nosotros: primero rescatándonos y limpiando nuestras heridas, segundo nombrándonos como
sacerdotes para funcionar en su reino y tercero proyectándonos al futuro en la glorificación
donde reinaremos con Él para siempre. Esta unción nos proporciona una garantía del
ministerio del Espíritu Santo, quién es simbolizado con el aceite. Solo después de entender estas
cosas es que podremos decir con el salmista que nuestra copa está rebosando, lo que quiere
decir que hay una llenura, una satisfacción plena en la obra de Dios en medio nuestro.
6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa
del Señor moraré por largos días. Y para que ningún lector desprevenido confunda todas estas
bendiciones espirituales con cosas materiales, el último versículo nos da la claridad en esto,
nos dice que acompañado y guiado toda la vida por la bondad y la misericordia de Dios
llegaremos al final a la casa del Padre. Podemos ver esa casa del Señor de dos maneras:
como la iglesia que es donde estamos seguros, confiados y vivimos en la bondad de Dios; y
como el reino futuro, donde estaremos después de la venida de Cristo.

Dice el comentarista Guy King ¡Que mendigos tan dichosos somos!

Contextualizando…

1. El pueblo de Dios. Para contextualizar este salmo en nuestras vidas tendríamos que
evaluarnos a la luz de las promesas para nosotros. ¿Hasta donde el Señor es nuestro pastor o
somos nosotros mismos somos nuestros pastores? ¿Recibimos su guía, entendemos el valor y el
coraje, o vivimos según lo que entendemos de la Biblia y con miedo de todo? ¿Recibimos Su
justicia o procuramos la nuestra?

Pudiera ser que la acción del Pastor y Anfitrión estuvieran latente en nuestras vidas, pero no
podamos aún reconocerla por estar tan involucrados en los asuntos terrenales. Sería bueno
que dejemos por un momento todo lo que nos rodea, trabajo, estudio, obligaciones, incluso
familia y nos refugiemos en esos pastos verdes y delicados que Él tiene para nosotros, que nos
sentemos a Su mesa, la que Amablemente nos ha preparado y disfrutemos tranquilamente de
Su compañía, son buenos esos espacios y aunque no debería decir espacios, porque tendría
que ser el constante de la vida del creyente.

2. Los no creyentes. Los amigos que nos escuchan pueden llegar a tener estos privilegios,
solamente tienen que dejar ser pastoreados por Dios, su obligación es dejar su orgullo de lado,
arrepentirse de su mal, de sus pecados y volverse al Señor, el bien y la misericordia los pueden
alcanzar, los pueden cobijar por el resto de sus vidas, pero deben mirar su condición
pecaminosa y acudir a Dios por salvación y perdón.