Los 4 Acuerdos - Mateo Hernández
Los 4 Acuerdos - Mateo Hernández
Los 4 Acuerdos - Mateo Hernández
14/09/2022
El libro los cuatro acuerdos, nos traslada al plano intrapersonal en donde la conciencia
cobra un valor agregado respecto a la vida misma. Emprendemos un viaje que nos lleva a una
ciudad antigua, majestuosa llena de montañas, en la cual nos encarnamos en un evento que
trascendió hace 300 años, la historia de un monje que aprendió el sentido de la vida a través de
un sueño, pero no era un sueño cualquiera, al mirar la inmensidad de las estrellas, entendió que
estaba hecho de luz al igual que las estrellas y a su vez comprendió que todo estaba hecho de luz
y que la luz es la mensajera de la vida, pero la luz que él irradiaba era diferente a la de las
estrellas, por ende, las llamo el tonal y a la luz que existía entre ellas el nagual, y la armonía
entre ambos creaba la vida misma, la alegoría con la cual explica que todos somos Dios porque
nos podemos reflejar en los demás con un espejo es absolutamente sorprendente, porque a pesar
que somos seres pensantes y nos vemos diferente, si quitamos el limitador de nuestras mentes
podemos ver y reflejar la mejor versión de nosotros mismo en otros.
Además, la lectura nos hace cuestionar la misma realidad, enseñándonos el vínculo que
existe entre la mente y el sueño, que todo el tiempo no la pasamos soñando incluso desde que
nacemos, nos da curiosidad lo que vemos, sentimos, olemos. las nuevas sensaciones que está
experimentando nuestra vida, la sociedad las categoriza como sueño interno y sueño externo,
este último es aquel que nos enseña a cómo ser seres humanos ya que desde muy pequeños
centra nuestras bases y pensamientos en lo que nuestra familia crea éticamente correcto. El sueño
de la sociedad nos contextualiza que desde que nacemos estamos en la búsqueda de la atención
de los demás, somos cómo una esponja que se la pasa absorbiendo información, durante toda su
vida y mediante la Fe o acuerdo almacenamos la información que posteriormente será la que se
encargue de controlar nuestras creencias.
En este momento se crea un paralelismo entre la información que se traslada del sueño
externo al interno y es lo que se denomina como: la domesticación humana, aunque suene
horrible el texto pone sus razones y argumentos para demostrarnos que la domesticación nos
adiestra como animales a lo que nuestros padres crean correcto, realmente empezamos actuar sin
libertad porque nuestra mente solo asimila los premios y castigos, por ende, no nos quedaba de
otra más que dejar de ser nosotros mismo y convertirnos en alguien más, y lo más frustrante aún
es que en nuestro afán por ser aceptados por los demás nos auto domesticábamos como si nuestra
vida se basara en un libro de la ley que guía nuestro sueño, haciéndonos caer en un dilema moral
que incentiva nuestras inseguridades y se transforma en el miedo que nos carcome lentamente y
nos hace cargar con una culpa que realmente no debería existir, pero esto no acaba aquí, ya que
la justicia que se decreta en nuestro interior hace que nos sintamos arrepentidos por el mismo
error miles de veces, llenándonos de veneno emocional que nos hace sentir culpables. Por esto
todo sueño se fundamente en una ley falsa, llena de mentiras como las creencias con las cuales
crecimos, haciendo que el miedo se apodere del sueño externo.
Aquí nos damos cuenta de que nuestra sociedad esta podrida y llena de mentiras, ya que a
pesar de que el infierno se considera como un lugar de castigo, dolor y sufrimiento, ese es el
sueño en el cual vivimos, nos convencemos tanto de que nuestro sueño interno es el que está mal
y no nos damos cuenta de que la sociedad quiere llevarnos a un abismo aún más profundo.
Todo depende de nosotros, la sociedad nos lleva y degrada hasta el punto de que nosotros
lo permitamos, ya que nadie nos maltrata más que nosotros mismos, por ende si tu vida está
constantemente trastornada, y dejas que los demás pasen por encima de ti, es porque no eres
capaz de romper esos acuerdos que te atan al pasado, debes quitar de tu vida la negatividad y
aprender a amarte a ti mismo, a entender que ser perfecto es un ideal el cual nunca podrás
alcanzar y que lentamente te está llevando al infierno, debes ser valiente si quieres vivir con
alegría y sin arrepentimiento, por ende cada acuerdo que hagas en tu vida hazlo con amor y de
inmediato notaras que te llenas de energía, que dejas de verdad la sociedad como un tormento y
la niebla que no te permite reflejarte en los demás va desapareciendo, aprendes que eres un ser de
luz y tu sueño personal cambia completamente de dirección y avanza hacia el cielo.
El primer acuerdo es el más difícil de cumplir, pero el mas importante de aplicar, ya que
nos aconseja medir nuestras palabras. Parece una virtud sin relevancia, pero del corazón habla la
boca, tus palabras amplifican y caracterizan tu yo interior, ellas son las que se encargan de
demostrar quien realmente eres, por eso la lengua es un arma de doble filo, puede llevarte del
cielo al infierno en un momento, tu mente es como un gran campo fértil, que tiene la capacidad
de hacer crecer tus palabras y pensamientos, por eso necesitas sabiduría para plantar semillas de
amor en tu sueño, las palabras tienen un gran poder, por eso es que todos hemos sido
domesticados, porque nos creemos todo lo que nos dicen. Por esto solo basta una palabra para
que puedas cambiar un acuerdo o reforzarlo y volverlo más firme.
Puedes considerarte como una persona Impecable cuando eres capaz de reconocer que lo
que hiciste estuvo mal, pero sin lamentarte toda la vida por ello. Admitir tus errores intentando
ser una mejor persona que se esfuerza por mejorar constantemente, por esta razón la mejor
manera para ser impecable es utilizar tus palabras sabiamente, por eso la frase de << Trata a
otros como quieres que te traten a ti >>, el secreto está en entender a los demás para después
poder ser entendido, haciendo esto lograras reflejarte y plantar semillas de amor en los demás y
por ende en ti mismo.
Muchas veces por nuestras propias inseguridades y miedo podemos herir a otros, a veces
con intención y otras veces sin ella, lamentablemente, nuestras palabras pueden destruir en
ocasiones a los seres que más amamos, causándoles hechizos de magia negra que demorar años y
años en sanar, por no saber controlar nuestra lengua, uno de los casos más comunes son los
chismes, generamos odio y cambiamos el paradigma de manera errónea hacia otras personas, por
un simple capricho de nuestro mal juicio, si quieres evitar este tipo de situaciones y ayudar a
construir una mejor sociedad de la que tanto te quejas, se impecable con tus palabras, es el mejor
remedio para cualquier veneno emocional que haya invadido nuestra mente y una defensa
solidad contra cualquier persona que quiera lanzar un hechizo contra nosotros, de esta manera
encontraremos la paz y tranquilidad rompiendo cualquier acuerdo de miedo, transformándolo en
amor y alegría, paso a paso alcanzaremos la libertad personal, alcanzaremos el cielo y
plantaremos semillas de éxito y abundancia en medio de miles de persona que viven en el
infierno.
Aprender a saber quién somos, es un complemento para hacer que nuestra conciencia se
expanda, ayuda a nuestras emociones y sentimientos a discernir, si tenemos la capacidad para
creer lo que alguien nos dice. Porque si en ocasiones tú te mientes a ti mismo, como eres un
reflejo de todos, ellos también se mienten a sí mismos, pero recuerda que nunca eres ni serás
responsable de los actos de los demás, solo los de ti mismo. Que importa si el mundo entero
cuenta chismes sobre ti o te quieren llenar de veneno emocional, afortunadamente existe una
inmunidad para las creencias y opiniones que los demás, y es aprender a decirte la verdad y
descubrir tus fortaleces, para no caer en el juego de la gente reactiva que fue domesticada desde
su infancia de esta manera, cuando evitas caer en el veneno emocional, este se vuelve nocivo
para el victimario.
Y a partir de este punto la curación personal es solo cuestión de tiempo, aléjate de las
personas que te hieran y no te tomes nada personalmente, aprender a amarte a ti mismo abrirá tu
corazón y experimentaras la felicidad y la paz interior, sin temor a lo que los demás digan de ti.
El tercer acuerdo, nos hace una vez más mirarnos a nosotros mismos y analizar de
manera clara y detallada que, a pesar de haber escuchado un chisme o difamación, no debemos
sacar conclusiones precipitadas.
Por eso debemos hacer un alto en el camino para examinar esta declaración. Toda la red
de control entre los seres humanos consiste en sacar conclusiones precipitadas y tomar las cosas
personalmente. Todo nuestro sueño del infierno se basa en esto.
La razón es muy sencilla ya que todo el tiempo vivimos con miedo de pedir aclaraciones,
sacamos conclusiones y creemos que tenemos razón sobre esas conclusiones; luego defendemos
nuestras conclusiones y tratamos de hacer que alguien más se equivoque. Siempre es mejor hacer
preguntas que sacar conclusiones, porque las conclusiones nos predisponen al sufrimiento. Sólo
vemos lo que queremos ver y oímos lo que queremos oír.
En cualquier tipo de relación, podemos asumir que los demás saben lo que pensamos y
que no tenemos que decir lo que queremos. Harán lo que queramos porque nos conocen muy
bien. Si no hacen lo que queremos, cuando asumimos que lo harían, nos sentimos heridos y
pensamos: “¿Cómo pudiste hacerme esto? Yo debería haber sabido". Nuevamente asumimos que
el otro debe saber lo que queremos. Se crea todo un drama porque sacamos una conclusión y
luego sacamos nuevas conclusiones sobre la primera. Es interesante observar cómo funciona la
mente humana. Tenemos la necesidad de justificar todo, de explicar y entender todo para
sentirnos seguros. Tenemos millones de preguntas que necesitan respuestas porque hay tantas
cosas que la mente racional no puede explicar. No importa si la respuesta es correcta; una
respuesta ya nos hace sentir seguros. Así que suponemos.
Si otros nos dicen algo, sacamos conclusiones; si no nos lo dicen, también las sacamos,
para llenar nuestra necesidad de saber y suplir la necesidad de comunicación. Incluso si
escuchamos algo y no lo entendemos, sacamos conclusiones sobre el significado y luego las
creemos. Sacamos todas estas conclusiones porque no tenemos el coraje de hacer preguntas.
Estas conclusiones son rápidas e inconscientes porque la mayoría de las veces mantenemos
compromisos al respecto. Estamos de acuerdo en que no es seguro hacer preguntas; estamos de
acuerdo en que, si las personas nos aman, deben saber exactamente lo que queremos y cómo nos
sentimos. Cuando creemos algo, asumimos que tenemos razón al respecto, hasta el punto en que
destruiremos relaciones para defender nuestras posiciones.
Los conflictos más grandes se crean porque asumimos que todos ven la vida de la misma
manera que nosotros. Asumimos que los demás piensan como nosotros, sienten como nosotros,
juzgan como nosotros y sufren como nosotros sufrimos. Esta es la mayor presunción que puede
tener un ser humano. Por lo tanto, tenemos miedo de ser nosotros mismos en presencia de los
demás. Porque pensamos que todo el mundo nos estará juzgando, victimizando, haciéndonos
sufrir y culpándonos, como nos hacemos a nosotros mismos. Por lo tanto, antes de que otros
tengan la oportunidad de rechazarnos, ya nos hemos rechazado a nosotros mismos. Así es como
funciona la mente humana. También sacamos conclusiones sobre nosotros mismos, y con eso
creamos muchos conflictos internos. O te sobreestimas o te subestimas porque no has decidido
detenerte y hacerte preguntas y luego responderlas.
Recuerda que siempre debes hacer lo mejor que puedas, ni más ni menos. Sin embargo,
tenga en cuenta que su "mejor" nunca será el mismo de un momento a otro. Todo está vivo y
cambiando todo el tiempo; por lo tanto, hacer lo mejor que pueda a veces puede producir alta
calidad y otras veces no será tan bueno.
Simplemente, haz lo mejor que puedas, sean cuales sean las circunstancias de tu vida. No
importa si estás enfermo o cansado, si siempre haces lo mejor que puedes, no habrá manera de
juzgarte a ti mismo. Y si no te juzgas a ti mismo, no hay forma de que puedas estar sujeto a la
culpa, el arrepentimiento y el autocastigo.
Si actúas por el simple hecho de actuar, sin esperar ninguna recompensa, descubrirás que
disfrutas de todas tus acciones. Las recompensas vendrán, pero no estás atado a la recompensa.
Si disfrutamos lo que hacemos y siempre hacemos lo mejor que podemos, entonces realmente
estamos disfrutando la vida. Nos estamos divirtiendo sin aburrirnos y sin acumular frustraciones.
Cuando haces lo mejor que puedes, aprendes a aceptarte a ti mismo. Pero hay que tener
cuidado y aprender de los errores. Aprender de los errores significa practicar, observar
honestamente los resultados y continuar practicando. Aumenta tu conciencia. De hecho, dar lo
mejor de ti no se siente como un trabajo, porque disfrutas lo que haces. Sabes que estás dando lo
mejor de ti cuando disfrutas de la acción o lo haces de una manera que no provoca reacciones
negativas. Haces lo mejor que puedes porque tienes ganas, no porque tengas que hacerlo, no
porque estés tratando de complacer al juez, no porque estés tratando de complacer a otras
personas.
Si siempre haces lo mejor que puedes, una y otra vez, te convertirás en un maestro de la
transformación. Y como dice el dicho: ‘’La práctica hace al maestro’’. Recuerda que eres
especial y que siempre La acción hace la diferencia.