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bcción 18.

EL SIGNO DilERIOR DE LOS EVANGELIZADOS


Cuando han aceptado el Mensaje se unen en torno a Cristo

77, BÚSQUEDA DE LA UNIDAD

Paulo Vl se ocupa en este apartado de predicarnos el ecumenismo, un


Movimiento nacido bajo la accién del Espíritu Santo, que se ocupa de promover
la unidad de fe y de comunión entre la lglesia Católica y las comunidades
cristianas divididas (impropiamente se Ie hace extender hasta las religiones no
cristianas).
Las diferentes confesiones cristianas no ha olvidado, en medio de sus
divisiones, la oración de Cristo al Padre:

B "Que sean fodos uno, a fin de que el mundo crea qiue Tu me enviaste'.
(Jn17,21)

Un deseo enfáticamente expresado por el Señor que nos deja enkever la


pena inmensa que en la noche del Jueves Santo embargaba su Corazón
Sacraiísimo cuando, en víspera de su pasión y muerte, a sus divinos ojos
aparecía el futuro de los suyos divididos muchas veces, más que por disensiones
de fe, por la humana tendencia hacia partidarismos en derredor a dirigentes
cristianos, en vez de reunirse todos en torno a Cristo.

El movimiento ecuménico (griego: orKouptvs oikoumene = «lo habitado»,


esto originalmente en contraproposición de lo desierto, para significar «el mundo
habitado», «la totalidad del género humano», y de este modo viene a
tener semejanza de significado universal en analogÍa con «católico») surge, sin
embargo, tardíamente en este siglo /ü, y curiosamente todas las confesiones
contribuyeron hacia esta reunión.
De esta manera puede fijarse el año 1920 como fecha de realizaciones
concretas en tal sentido: los protestantes y los anglicanos ya tenían constituido
con anterioridad el «Consejo Ecuménico de lglesias» (que de ningún modo tenía un
sentido frente común anticatólico); en el mismo año la lglesia ortodoxa de
Constantinopia envió una encíclica a todas las lglesias del mundo, invitándolas a
'manifestar fraternidad ysolidaridad entre elias, lo que vino a
producirse
manifiestamente en la conferencia de Rodas en 1931, donde trataron de apretar
su propia unidad.
En la lglesia Católica el ecumenismo toma carácter oficial en el pontificado
del Papa Juan XXIll. Sin embargo, era ya una realidad desde mucho antes: Entre
1921 y 1925 se realizaron conversaciones en Malinas por iniciativa del padre
Portal y del Lord Halifax bajo la presencia del cardenal Mercier, entablándose
el diálogo con la lglesia Anglicana. En 1925 Dom Lambert Beaudin fundó el
Priorato de la Unión de Chevetogne; en 1926 el padre Dumont fundó «lstina».
Estas dos instituciones, dedicadas oficialmente a los contactos ecuménicos con

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el oriente cristiano, desempeñaron un papel importantísimo extendiendo el interés
ecuménico al conjunto de aperturas que llamamos «ecumenismo».

En 1933 el abate Couturier comenzó en Lyon su oraciÓn por la unión de los


cristianos.En 1937 el padre Congar publica la obra literaria «Cristianos
Desunidos», la que durante veinte años habría de ser la única carta teológica del
ecumenismo católico. En 1939 se fundó en Alemania el Movimiento «tjna Santa»
mientras en oriente progresaba el diálogo católico-ottodoxo. Por otra parte,
el Santo Qficio publica «Mortalium animos» en 1928 y «Ecclesia Cathélica»
en '1959, que al mismo tiempo son estímulos y llamadas a la prudencia en el
movimiento ecuménico.
Pero la creación del Secretariado para la Unidad bajo la presidencia del
cardenal Bea en 1960 y, sobre todo, la votaciÓn del Decreto «Unitatis
Redintegratio» (Reintregracién de la Unidad) en el Concilio Vaticano Il en 1964,
manifestaron con vigor la actitud de «conversiÓn ecuménica» dentro de la lglesia
Católica.

La lglesia Católica reconoce en el ecumenismo un auténtico movimiento que


viene dei Espíritu Santo; le asigna como fundamento la obediencia a la Sagrada
Escritura; espera de él un mejor testimonio ante todas las naciones de Cristo y
del Cristianismo para así dar un mejor servicio al mundo.
Así pues, el ecumenismo, con fuerte aportación por parte de la lglesia
Católica, no ha sido sin embargo algo exclusivo suyo, sino que, por el contrario, a
él han contribuido desde su comienzo prestaciones tanto de parte de los
protestantes, en sus diferentes confesiones, como de anglicanos y de ortodoxos'
Tan sorpresivo es en su inicio casi simultáneo por parte de todos, y tan rápidos
sus progresos si se toma en cuenta los signos de completo aislamiento, que el
Vaticano Il expresa: «El Concilio desea que las Iniciativas de los católicos
avancen conjuntamente con las de ios hermanos separados, sin que pongan
obs,áculos a las mociones del Espíritu Santo, en el cual el Concilio pone toda su
esperanza".

El proemio de «Unitatis Redintegratio» no puede ser menos expresivo:


«Promover la restauración» de la unidad entre todos los cristianos es uno de los
principales propésitos del Concilio Vaticano ll. Porque una sola es la lglesia
fundada por Cristo Señor; muchas son, sin embargo, las Comuniones cristianas
que así mismas se presentan ante los hombres como la verdadera herencia de
Jesucristo; todos se confiesan discípulos del Señor, pero sienten de modo distinto
y siguen caminos diferentes, como si Cristo mismo estuviera dividido. Esta
división conkadice abiertamenté la voluntad de Cristo, es un escándalo para el
mundo y daña a la causa Santísima de la predicación del Evangelio a todos los
hornbres" (UR, 1).
Esta es la misma preocupación manifestada por Paulo Vl en «Evangelii
nuntiandi», según lo vemos en este apartado: ¿cómo vamos a convencer al
mundo de amor, paz, unidad, salvaciÓn, si ese mismo mundo nos contempla
divididos por rencores, luchas, disensiones y porfueza, condenaciÓn por parte

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mos a convencer al mundo de amor, paz, unidad, salvación, si ese mismo
mundo nos contempla divididos por rencores, luchas, disensiones y por
fuerza, condenación por parte del Divino Fundador?
Pero...diremos como María en la Anunciación, <<¿cómo puede ser es-
to?>» (Lc l, 34). Porque parecen irreconciliables la prudencia en defender la
verdadera fe frente al error y el diálogo convincente; la prudencia de no
verse envuelto en el error y la riesgosa aventura de hablar de religión.
Podríamos decir que en esto, siguiendo el principio establecido por
Jesús:
«Mirad que Yo os envío como ovejas en medio de lobos. Sed, pues, prudentes
como las serpientes, y sencillos como las palomas» (Mt 10, l6).
Así como los evangelizadores tienen a su cargo la evangelización de
todos los hombres en el mundo, también la tienen en cuanto a volver al
redil a fin de que se realice el deseo de Cristo Buen Pastor:
<<También tengo otras ovejas, que no son de este redil, también a ésas tengo
que llevarlasy escucharán mi voz: habrá un solo rebaño, un solo pastor» (Jn
10, l6).
Los hermanos separados no son ajenos a Cristo y su Evangel¡o, como
los demás que no conocen a Cristo y que no han recibido la fe ni el bautis-
mo. Son pues, verdaderamente ovejas fuera del único redil, que esperan
ser conducidos dentro de la única Iglesia.
Una vez más, ¿cómo? Con sencillez y prudencia: sencillez que hacien-
do a un lado cualquier sentimiento de privilegio, hable de amor, compren-
sión, paciencia; espera para que encuentren la verdad quienes heredaron
o cayeron en el error; prudencia para abstenernos de la exposición a lo que
no podemos; prudencia sin jactancia, prudencia con humildad y cabal sen-
tido de nuestras limitaciones.
Prudencia que tenga delante de sí el ejemplo de San Pedro, quien im-
prudentemente -no por malicia- se expuso y cayó por confiar imprudente-
mente en sus fuerzas (Mt 26, 69-75).
El Vaticano ll es claro en esta enseñanza: «Este sagrado Concilio exhor-
ta a losfieles a que se abstengan de toda ligereza o celo imprudente que pue-
dan perjudicar el progreso de la unidad. Porque la acción ecuménica de los
fieles tiene que ser plena y sinceramente católica, es decir, fiel a la verdad que
recibimos de los Apóstoles y de los Padres (ne: Padresde lalglesia, losApostóli-
cos, /os de Oriente, los de Occidente, etc.), y tendiendo al mismo tiempo hacia la
plenitud con que el Señor desea que se perfeccione su Cuerpo en el Cecurso de
los tiempos»> (UR. 24).
En necesarísimo conocer la bondad y virludes de nuestros hermanos
separados y cómo en ellos también se realiza, aunque incompleto, el Reino
de Dios; obran en ellos la fe, aunque parcialmente alterada, los santos Sa-
cramentos, aunque parcialmente utilizados y recibidos; el estudio de la Bi-
blia, aunque en ocasiones alterada o falta del Magisterio de la lglesia.

Derechos reservados, prohibida su reproducción por cualquier medio


El Concilio se refiere a todo esto en los términos siguientes: Las lgle-
sias y Comunidades eclesiales que rie separaron de Ia Sede Apostólica
Romana, bien en aquella gravísima crisis que comenzó en el Occidente ya
a finales de la Edad Media, bien en tiempos posteriores, están unidas con
Na lglesia Católica por particular relacirin y afinidad a causa de haber vivido
durante mucho tiempo en siglos pasados la vida cristiana en la comunión
eclesiástica...Hay que reconocer, ciertamente, que entre estas lglesias y
Cornunidades y la lglesia Católica hay discrepancias muy importantes, no
sólo de índoie histórica, sociológica, p,s¡ss¡5tica y cultural, sino, ante todo,
de interpnetación de la verdad revelad¿¡.
Más para que, a pesar de estas dificultades, pueda establecerse con
rnayor facilidad el diálogo ecuménico, en los siguientes párrafos trataremos
de ofrecer algunos puntos que puederr y deben ser fundamento y estímulo
para este diálogo:
LA CONFESIÓN DE CRISTO: Nueslra atención se dirige, ante todo a los
cristianos que confiesan públicament¡ a Jesucristo como Dios y Señor y
Mediador único entre Dios y los hombres, para gloria del único Dios, Padre,
Hijo y Espíritu Santo.
Sabemos que existen graves divergencias con la doctrina de la lglesia
Católica aún respecto de Cristo, Verb,: de Dios encarnado, y de la obra de
la redención, y, por consiguiente, del rnisterio y ministerio de la lglesia y de
la función de María en la obra de la saivación.
Nos gozamos, sin embargo, vienrlo a los hermanos separados tender
hacia Cristo como fuente y centro de l,¡ comunión eclesiástica. Movidos por
el deseo de la unión con Cristo se ver impulsados a buscar más y más la
unidad y también a dar testimonio de s u fe delante de todo el mundo.
ESTUDIO DE !-A SAGRADA ESCR!'|-URA: El amor, y casiculto, a las Sa-
gradas Escrituras conduce a nuestros hermanos al estudio constante y
solícito de ia Biblia, pues el Evangelio:
«es poder de Dios para salud de todo et que creet del judío primero, pero tam-
bién delgriego» (Rm 1, 16).
¡-A 1/lDA SACRAMENTAL: Por el Sa:ramento del Bautismo, debidamente
administrado según la institución del §ieñor y recibido con la requerida dis-
posición del alma, el hombre se incor¡ora realmente a Cristo crucificado y
glorioso y se regenera para el consorcio de la vida divina. El Bautismo,
constituye un vínculo sacramental de unidad, vigente en todos los que por
él se ha regenerado. Sin embargo, el bautismo...es sólo el principio.
¡-AVIDACON CR¡STO: <<La vida crist¡ana de estos hermanos se nutre de la
fe en Cristo y se robustece con la gracia del Bautismo y con la palabra de Dios
oída. Se manifiesta en la oración privatla, en la meditación bíblica, en la vida
de familia cristiana, en e! culta de la congregada para alabar a
':omunidad
Dios. Por otra parte, su culto presenta o veces elementos valiosos para alabar
a Dios. Por otra partet su culto presentc, a veces elementos valiosos de la anti-
gua liturgia común>> (UR 19,2A,X,22"23).
La búsqueda de la unidad es, tamllién labor del evangelizador.

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68. SERVIDORES DE LA VERDAD
Cuando Santo Tomás se siente en la necesidad de pedirle al Señor
que, de una vez por todas, les aclare cómo va a ser todo en adelante con
el fin de saber a qué atenerse, pues Jesús acababa de decir:
<<Y a donde Yo voy sabéis el camino»> (Jn 14,4)

Tomás nos hizo un gran servicio: dar lugar a que nuestro Mae,stro aca-
bara de orientar nuestra conducta, pero no solo eso, sino además la razón
de ella y el fin de ella; nos deberíamos comportar, si, de acuerdo con las
enseñanzas de Jesús, pero ¿por qué? ¿para qué?
La pregunta de Tomás es tajante, de esas que se hacen cuando se
siente que ya no habrá otra oportunidad de hacerla, pues las palabras del
Señor en la Última Cena sonaban francanrente a despedida:
<<Señor, no sabemas a dénde vas, ¿cómo podemos ssber el camino?>» (It 14,
5).
Se le nota la completa ignorancia, pero al mismo tiempo el deseo ur-
gente de salir de ella.
La contestación de Cristo nos sirve a todos:
<<Yo soy el Carnino, la Verdad y la Vida>> (Jn 14, 6). ,Ahí se satisfacen todas
las preguntas.
EI CÓMO : <<Jesús es el "Buen Pastor que va delante»> ("fn 10, 4 )
«Cuando ha sacado sus ovejas, va delante de ellas, y sus ovejas le siguen,
porque conocen su voz(Jn 10,4).
No había camino alguno hasta el advenimiento de Cristo: todos los ca-
minos se habían cerrado para llegar al Padre por causa del pecado origi-
nal. Pero llega Cristo y, con su vida y ejemplo, se pone como Buen Pastor
a la cabeza de su rebaño y de este nrodo Él va abriendo brecha, va mar-
cando el camino y sus corderos no tienen nada más que seguirle en nnedio
de las confusiones del mundo.
EL POR QtjÉ: por una sola razón: por razón de la verdad, porque el peca-
do original fue causado por la mentira:
<<Seréis eomo Diases» (Gn 3, 5) y sus frutos de amargo engaño: <<He aquí que
el hambre, ha venido a ser como uno de Nasotros, en cu*nta a conacer el bien
y el mal>> (Gn3,22).
EL PARA QuÉ: Ei que llega a conocer a Jesús le ama, y en amándole le
sigue, y en siguiéndole le imita, y en irnitándole, llega al conocirniento de la
Verdad por la inhabitacién del Espíritu Santo dentro de é1.
<<Si me amáis, guardáis mis mandamientos; y Ya pediré al Padre y os dará
otra Paráclito¡ para que esté can vasatros para siempre, el Espíritu de la ve-
dad, a quien el mundo no puede recibir, parque no le ve ni le conoce. Pero va-

Derechos reservados, prohibida su reproducción par cualquier medio


sút-rüs le conocé¡s, porque mora con vosotros y en vosotros está...5i alguna me
arnt-, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará y vendremos a é1, y harernos
rnr;rcria en él...os he dicho estas cosas estando entre vosotros. Pero el parácli-
i:t, e! Espíritu Santa, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñdrá todc y
cs recordarátodo lo que Yo os he dicho>> (Jn 14, 1 5-17;23;25-26).
De tal modo se ve en todo esto la acción conjunta de la Santisima Tri-
nidr*d que es evidente su Unidad; pero, particularmente, notamos que to-
das t¡'es trabajan dentro de quien las recibe a favor de la verdad; de esa de
i;: qi;e rechaza el mundo, la Verdad Eterna contra la que trabajó para ani-
rluiiarla Satanás, el Príncipe de este mundo"
«L/ueslro padre es el diablo y queréis cumplir los deseas de vuestro padre" Éste
fue h*nicida desde el principio, y no se mantuvo en la verdad, porque no hay
verdqd en él; cuando dice la mentíra, dice lo que le sale de dentra, parque es
mentiraso y padre de la mentira. Pero a mí, como os digo la verciad, no rne
cre*lls» (Jn 8, ,1a-a5).

Jesús clice ser É1, el Camino, la Verdad y la Vida, pero todo esto se
encien¡"a resumidamente en la Verdad; verdad es que El nos conduce a la
Verrlad; verdad es que sólo en la Verdad Eterna hallaremos nuestra feiici-
dad, nuestro fin, nuestra realización. Torlo lo que fuera de esto se diga es
n¡entir-e, y con ella es muerte eterna.
Ei Apóstol San Juan se ocupó más que ningún otro Apóstol a este res-
pecto de definir ia división y enorme, infinita distancia en que se coloca el
qila se sigue la verdad del que abraza la mentíra:
<<{}tLeridos, no os fíes de cualquier espíritu , sino examinad si los espíritus vie-
nen de Dios, pues muchosfalsos profetas han salido al ¡nundo. Podréis cona-
cer en esto el espiritu de Dios: todo espíritu que confiesa a lesucristo, venicla
de la tarne, es de Dios y todo espíritu que no confiesa a Jesús, no es de Dias,
ese es, el Anticristo. El cual habéis oído que iba a venir, pues bien, ya estít et el
'
ntund*. Vosotros, hijos míos, sois de Dios y lcts habéis vencido, Pues e! que
esl;á *n vosotros es más grande que el que estú en el mundo. Ellas son det
munda; por eso hablan según el ntundo y el mundo los escucha. rVosofros so-
rnos Ce Dios. Auien conoce a Dios nos escucha, quien no es de Dios no fias
escucha- En esto conocemos el espíritu de la verdad y su espíritu del errar>> (1
.rn 4. i5).

U¡ra vez que hemos definido cuál es esta Verdad que ha de contener la
prociamación del Evangelio, y a la cual el proclamador del Evangelio le
corresponde permanecer siempre fiel, conviene resumir los distintos aspec,
to* ele la Evangelización con objeto de facilitar al evangelizador sus tareas.
E*ics son:
a) Es verdad que Dios te ama que tu existencia es producto de una deei-
siór¡ libre y espontánea de tu Creador por vía de afecto, quien te qurso
hacer pariícipe de sus perfecciones: de ser, de la vida, la inteligencra,

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ras y les diera sentido en su existencia, orientándolas a la mayor gloria de su
Creador, de cuya Vida él participaba.

b) Que por vía del pecado entrÓ en el desorden en el mundo, de manera


que el plan primitivo de la creaciÓn se alteró: el hombre se envileciÓ, sus
facultades se atrofiaron, la Vida Divina le fue retirada, la inteligencia y la voluntad
disminuidas y desviadas del bien hacia el mal, quedando sujeto al dolor, la
enfermedad y la muerte, habiendo sufrido además la rebelión de todos los
demás seres que le estaban sujetos y por ello, la naturaleza le negó su servidum-
bre y el alimento que antes espontáneamente le ofrecÍa, por lo que la procu.ración
del álimento y el abrigo significaron para él kabajo y esfuerzo; las bestias se
volvieron contia él desconociéndolo como ser superior y dirigente pacifico de ellas.
Y sobre todo esto, quedó establecida la rivalidad de hombre contra el hombre,
llevados del orgullo, la envidia y el odio que vinieron a sustituir al amor. Que Dios,
compadecido áe la humanidad, no la abandonó, por el contrario, determinó
salvarla, para lo cual estableció desde el momento mismo de la caida el Plan de la
salvación, para cuyo logro no perdonÓ ni a su Hijo, a quien decidiÓ enviar para que
asumiendo la naturalezá humana: en cuanto Dios sus méritos tuviera alcance infinito,
y en cuanto hombre fuera capaz de sufrir pasión, muerte, y al efectuarse su
iesurrección en El toda la naturaleza humana, todo el género humano por
consiguiente, volvieran a adquirir la inmortalidad y la felicidad en Dios, que es su
original destino.

c) Que en efecto, el Hijo de Dios, igual al Padre en Naturaleza Divina desde


la eternidad, comenzÓ a ser verdadero honlbre por haber asumido la
naturaleza humana mediante el Misterio de la Encarnación en las purísimas
entrañas de la Virgen María, quedando ella Virgen para siempre, la que
había sido previamente y en vista a los méritos de su Hijo, concebida sin la
mancha dei pecado original. Que el Hijo de Dios, a quien una vez hecho
Hombre llamamos a Jesús, Cristo o Jesucristo, es el Elegido o «ungido»
anunciado por los profetas, verdadero Hijo de Dios, para ser Príncipe de la
Paz, Rey Eterno y Universal, en quien todas las cosas han quedado
sometidaé para el bien, Modelo de hombre perfectísimo, Redentor de la
humanidad por haber padecido verdadera pasión y muerte; glorificador de la
raza humana por cuanto en su carne todos hemos resucitado y habremos a
nuestro tiempo de resucitar a eterna vida y felicidad; justísimo Juez. que,
después de haber sido nuestro Maestro, Modelo y Ejemplo perfectísimo,
después de habernos redimido y glorificado en El, habrá de venir a premiar o
condenar como Rey inmortal de los siglos, para dar a cada uno según sus
méritos y actos felicidad o sufrimiento sin fin.

d) Que después de corto tiempo en que resucitado y glorificado y como


Hombre realmente vivo, se manifestó a sus discÍpulos, subió al cielo por su
propia virtud, de donde ha de volver para juzgar a la humanidad al final de
ios' tiempos. eue, a fin de auxiliarnos para la aplicación dc sus méritos
en vía de nuestra salvaciÓn, fundo su lglesia para que fuera la continuadora de

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su obra salvífica por medio de Ia oración, los Sacramentos y las buenas obras
nuestras acompañadas de la gracia divina, para lo cual, antes de su Ascensión
estableció una Jerarquía que se ocupara de la enseñanza, gobierno y
santificación, dando el poder a los Apóstoles para que por ellos fuera trasmitido a sus
sucesores a través de los siglos hasta el final de los tiempos; que por tanto, fuera de la
lglesia única fundada por Jesucristo no hay salvación, pudiendo
pertenecer a ella quienes, sin oha oportunidad, sinceramente buscan la verdad
de Dios, lo que se llama «estar en el espíritu de la lglesia». Que poco después de
su Ascensión envió al Espíritu Santo, «Señor y dador de Vida» que «procede del
Padre y del Hijo», de la misma Naturaleza del Padre y del Hijo, Uno eternamente
con el Padre y con el Hijo, que es «adorado simultáneamente con el Padre y el
Hijo». Es ei dador de todo bien, pródigo en fortaleza, ciencia, amor, bondad, y
toda virtud sobrenatural, cuya venida y obra fueron también anunciadas por «Los
profetas y son realizadas por sus siete dones o carismas. Es Dios y a Ia vez
nuestro consuelo y abogado ante el Padre y el alma de la lglesia que, fundada
porJesucristo, el Espíritu Santo recibe la Vida a partirdeldía de Pentecostés.

e) Que las tres Divinas Personas habitan dentrc de nosótros por gracia,
produciendo en nosotros frutos de Vida y Santidad, sin cuya ayuda nada
podemos hacer; que de esta manera nos convertimos auténticamente en
templos vivos de Dios, le llevamos denko de nosotros al mundo para que
por nuestros actos se verifique la salvación del mundo, su transformación de
mundo bajo el poder de Satanás, Príncipe de las Tinieblas, en el Reino de
Dios que ya tiene su principio desde ahora dentro de nosotros mismos,
todos los que aceptan su Ley. Que de este modo se ha realizado en el
hombre el sueño original de Adán el que concibió por sugerencia del
demonio: "...seréis como dioses". Sólo que esta realidad se ha hecho, no por
vía de la soberbia y Ia desobediencia fruto del engañ0, sino por vía de la
humildad, la servidumbre a Dios y el amor, fruto de la Verdad. Sólo falta la
venida final de Jesús, justo Juez, a quien los suyos claman de continuo:
Ven, SeñorJesús, ven".

No es dable al evangelizador traicionar la Verdad ni en la mínima de sus


partes, por cuya confesión debe estar, dispuesto a ofrendar todo, hasta su vida.
Ante todo debe proclamarla por ejemplo de una fe viva y operante que no deje
dudas de lo que cree y de lo que espera, no por sus méritos, sino por elAmor de de
Dios.

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IN§TITUTO DE TORMACION PAM LAICOS AL SERVICIO DE LA PASTOML PARROQUIAL 3er Gracio
Leecién N",-X8 EI. §IGNO EXTERIOR DE LO§ EVANGELIZAD0RES
,4lumno Centro N'- Grupo..__-
't,-
¿córno es que los hennanos separados conserdan con nosotros estos lazos de un!ón:
En eristo
En ia Sagrada Biblia
En los §acrarnentos
En la earldad
En ia o¡'ación?
2.'¿For qué el caióiico'no puede eludir Na evangelizacién de los hermanos separados teÍ¡díeílte a eonseguir la unldad «de tcdas las ovejas

en un sólo rebaño, dentro de un sólo redil y bajo un soio Pastoru?


3.- ¿Gué relación existe entre ia figura de eristo Buen Pastor y su propia definieiór':: rY* say eí Camino, la Verdad y ia Vida\
4,,- §iel Evangelio es la prociamaeión de la Verdad como Ea Buena l{ueva, ¿eómo es que esto ¡'los hace libres? ¿de qué?
5,- ¿Flasia qué punto debe líegar en su entrega por la proeiarnación de l*Verdad ei auiéntieo evangellzador?

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