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30 Dias para Perdonar

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Hay una atadura que une a 

todos los corazones humanos de todos los


ámbitos de la vida que viven en todos los continentes y en todas las épocas: la
necesidad de perdonar. Cuando éramos niñas, nuestros padres y maestros
nos animaban a perdonar a nuestro hermano que rompía nuestro juguete o a
perdonar al compañero de clase que nos ponía sobrenombres en el patio de
juegos. Cuando estábamos en el bachillerato, no podíamos perdonar a nuestro
novio que había cortado la relación o a nuestra amiga que había esparcido
chismes embarazosos sobre nosotras. Es posible que hayamos dado la vuelta
a la página en algún momento, pero nunca te gradúas de haber sido herida y,
por lo tanto, la necesidad de perdonar nos sigue hasta nuestro primer trabajo,
nuestro nuevo barrio e incluso a nuestros años de recién casadas. Dado que
no existe un aniversario de bodas que señale el fin de todos los conflictos y
malentendidos, nuestros matrimonios siempre presentarán oportunidades para
extender y recibir perdón. El ser madre trae más de estas oportunidades, de
igual forma lo trae experimentar el nido vacío, ser abuelas, jubilarnos, etc. En
pocas palabras, perdonar es una habilidad que vamos a necesitar toda
nuestra vida. Este es probablemente el motivo por el cual la Biblia lo
menciona en tantas ocasiones (y con tal firmeza). Jesús mismo dijo:

«Pero si no perdonan a los hombres, tampoco su Padre les perdonará a


ustedes sus transgresiones» (Mt. 6:15).

Aunque el perdón es un músculo que hemos estado flexionando la mayor parte


de nuestras vidas, las repeticiones no se vuelven más fáciles necesariamente.
Como criaturas caídas, la amargura y la falta de perdón son nuestras
respuestas más naturales.

Pero claro, tú ya sabías todo esto. No te apuntaste para cumplir este reto
porque perdonar fuese fácil, ni porque no haya nadie en tu vida a quien le
guardes un poco de rencor. Te apuntaste a este reto porque perdonar es
difícil, y el rencor, la amargura y el resentimiento se han filtrado en las
grietas más profundas de tu corazón y no estás segura de cómo
limpiarlas.

Extender y recibir perdón requiere intervención divina. Afortunadamente, por


medio de Su Palabra, Su ejemplo, y Su Espíritu, Dios está listo para
enseñarnos a encontrar libertad a través del perdón.

Durante los próximos treinta días, abrirás tu Biblia junto a miles de mujeres y
descubrirás los porqués y los cómo de la libertad a través del perdón.
Considera comprar una copia del libro bestseller de Nancy DeMoss
Wolgemuth: «Escoja Perdonar: su camino a la libertad» como un recurso
adicional para este reto.

ESCOJA PERDONAR

Al inscribirte ya has comenzado tu viaje hacia la libertad. ¿Considerarías


reenviar este correo electrónico a algunas amigas que necesiten tomar el
desafío contigo? ¡Imagina lo que Dios podría hacer con un grupo de mujeres
liberadas de las cadenas de la amargura y el resentimiento!

Durante los próximos treinta días recibirás un correo electrónico que incluirá:

 Un pasaje de la Escritura en el cual meditar


 Un reto específico a realizar
 Un devocional corto

También incluiremos:

 Pasos para hacerlo personal


 Enlaces a recursos adicionales seleccionados por el equipo de Aviva
Nuestros Corazones

También te mandaremos algunas «notas de gracia». Estas son oportunidades


para que tomes un momento de tranquilidad, ores y consideres lo que Dios
está haciendo en tu vida en el área del perdón. Llevar un diario es una forma
eficaz de procesar todo durante este viaje.

Con el fin de preparar tu corazón, te animamos a pasar un tiempo en oración


con el Señor. Pídele que traiga a tu mente a aquellas personas a las que
debes perdonar. Después, escribe una lista de estas personas. Guárdala en un
lugar seguro, te animaremos a revisar esta lista al final del reto.

Al igual que los antibióticos administrados por vía intravenosa, el perdón trae
sanación a las áreas de nuestra vida donde la ira, el resentimiento y la
amargura han comenzado a supurar. Incluso para las heridas complejas, la
Biblia lo deja claro: con la ayuda de Dios, puedes elegir el perdón.
«Cuídense de que… ninguna raíz de amargura, brotando, cause dificultades y
por ella muchos sean contaminados». —Hebreos 12:15

TU RETO
Pídele a Dios que quite toda la amargura que arde en tu corazón.

Por Katie Laitkep


 

Las sirenas sonaron un típico martes por la tarde. Seguí el sonido y me


encontré un pequeño grupo de vecinos reunidos en la banqueta, todos veían a
los bomberos luchando por apagar el fuego que había comenzado en un
departamento cercano. Horas más tarde, la calle estaba en total silencio. El
pequeño grupo de personas se había dispersado. Las llamas se habían
apagado, pero la parte carbonizada seguía ardiendo.

Es mucho más probable que subestimemos un incendio cuando parece estar


contenido. Los residuos ardientes son menos dramáticos que una llama
incontrolable, pero aún contienen los elementos necesarios para ser
peligrosos. Añade combustible y una sola chispa reavivará las llamas.

Es fácil ver la falta de perdón de la misma manera. Puede que no seas


conocida por tener una personalidad ardiente o un temperamento que se
enfurece por injusticias e inconvenientes por igual. Tal vez tu amargura
puede arder en silencio:

 Frustración por cómo tu vida se ha desarrollado


 Disfunción familiar que te pone la piel de gallina
 Problemas en tus relaciones que continúan repitiéndose

Tu resentimiento seguirá reavivándose a menos que permitas que Dios


intervenga. Puede que no hayas sido responsable de iniciar el fuego, pero
tienes que decidir si vas a dejar que la amargura siga ardiendo o si vas a
permitir que Dios apague completamente el fuego a través del poder del
perdón.

La pregunta es: ¿esas heridas, pasadas o presentes, pueden definir quién


eres, adónde vas y cómo vas a llegar ahí? ¿Tu suerte en la vida consiste en el
feo residuo del dolor? Y, ¿realmente lo creerías si la respuesta fuera no? –
Nancy DeMoss Wolgemuth, Escoja Perdonar
HAZLO PERSONAL

 ¿Existe alguna persona o circunstancia que has culpado por cómo ha


resultado tu vida?
 ¿Cómo podrías ser libre si le permitieras a Dios apagar completamente
la amargura que tienes con respecto a esa situación?

PROFUNDIZA
 

Imagina no ser gobernada por la amargura de lo que otros te han hecho.


Imagina no vivir bajo la culpa de lo que le has hecho a otros. ¿Qué sucede
cuando los errores de otros destrozan nuestras vidas? Nancy guía a los
oyentes a perdonar, no importa lo doloroso que pueda ser. Ella nos recuerda
que Dios nos dice que debemos perdonar como Él nos ha perdonado. Escucha
la serie: Perdón: liberando tus cautivos.
 
KATIE LAITKEP
Katie trabajaba como maestra en un hospital
cuando Dios la llamó a unirse a Revive Our
Hearts como escritora del personal. Su sitio web,
apatientprocess.com, es un registro de la
fidelidad del Señor en las enfermedades
crónicas, porque incluso en el sufrimiento, Él es
bueno.

Ver en el navegador
«Porque Dios es quien obra en ustedes tanto el querer como el hacer, para Su
buena intención». —Filipenses 2:13

TU RETO
Pídele a Dios que te dé Su fuerza para perdonar a aquellos que te han

lastimado.

Por Micayla Brickner

«¿Perdonarlos? Después de lo que me hicieron no puedo perdonarlos».

«Él me ocasionó tanto dolor. No se merece el perdón».

«¿Después de cómo me trató? No puedo perdonarla».

Si alguna vez has pensado o dicho estas palabras, no eres la única. Dentro de
una sociedad que busca la justicia y que cada uno «tenga lo que se merece»,
estos pensamientos son justificados y aplaudidos en muchas ocasiones.

Pero la forma de Jesús es diferente. Él nos llama a amar a nuestros


enemigos, hacer el bien a aquellos que nos aborrecen, y orar por lo que nos
insultan (Lucas 6:27-28). En Efesios, Pablo dice: «Sean más bien amables
unos con otros, misericordiosos, perdonándose unos a otros, así como también
Dios los perdonó en Cristo» (4:32). El mandamiento es claro: debemos
otorgarles perdón a todos.Pero si te preguntas cómo sería posible perdonar
a esa persona. Bueno, no puedes. No en tus fuerzas.

 Cuando eres transformada por el poder de Cristo, Él te prepara para hacer


aquello que fuiste llamada a hacer.

«Porque Dios es quien obra en ustedes tanto el querer como el hacer, para Su
buena intención». 

-Filipenses 2:13
HAZLO PERSONAL

 ¿Qué situación te ha parecido imposible de perdonar? Aplica la Palabra de


Dios a esa situación. ¿Cómo es que la Escritura cambia tu perspectiva?
 ¿Cómo se ve prácticamente el permitir que el Señor te ayude a perdonar a
otros?

PROFUNDIZA
 

Cuando Dios haya reavivado tu corazón, te dará el poder para perdonar.


Nancy te ayudará a aprender cómo escapar de la atracción de la amargura y
perdonar con la ayuda del Señor en su episodio del podcast «El poder para
perdonar».
Micayla Brickner
Micayla tiene una fascinación por los amaneceres, un
enamoramiento de donas y café, y una pasión por
encontrar alegría en los momentos cotidianos. Le
encanta alentar a otros con la verdad y la maravilla
del evangelio. Micayla forma parte del personal
de Revive Our Hearts y vive en el Medio Oeste con su
esposo, Adam.

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