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Argentina 1813.2

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Argentina 1813.

La Asamblea del Año XIII, también conocida como la Asamblea General

Constituyente y Soberana del Año 1813, fue un congreso de diputados de las

Provincias Unidas del Río de la Plata convocado por el Segundo Triunvirato, que

sesionó en Buenos Aires desde el 31 de enero de 1813 hasta el 26 de enero de

1815. Sus objetivos eran que los representantes de los pueblos libres

reconocieran la soberanía del pueblo, proclamaran la independencia de las

Provincias Unidas y redactaran una constitución que definiese el sistema

institucional del nuevo estado. Si bien estas dos últimas finalidades no se

cumplieron, la asamblea estableció una importante cantidad de reformas en las

instituciones rioplatenses y entre otras medidas estableció la celebración del

25 de mayo.

Si bien la Asamblea del Año XIII no cumplió con sus dos cometidos principales

que fueron la independencia y la constitución, logró otros objetivos de gran

importancia para el desarrollo de las instituciones del Río de la Plata:

Proclamó la teoría de la representación política.

Declaró el principio de la soberanía del pueblo.

Resolvió la libertad de las provincias rioplatenses.

Aprobó el uso de varios símbolos patrios:

Estableció el Escudo Nacional Argentino.

Encargó la composición del Himno Nacional Argentino.

Autorizó el uso de la escarapela argentina.


Abolió el uso del escudo de Armas de España.

Mandó a acuñar la primera moneda nacional en oro y plata en la Casa de la

Moneda de Potosí.

Suprimió el uso de la efigie del rey de España sustituyéndola por el escudo

nacional.

Declaró fiesta cívica al 25 de Mayo.

Dictó la libertad de vientres de las esclavas.

Puso fin al tráfico de esclavos.

Eliminó los mayorazgos

Suprimió los títulos de nobleza.

Derogó el servicio personal de los indios: la encomienda,

la mita y el yanaconazgo.

Libró a los indios de la obligación de pagar el tributo.

Abolió la Inquisición.

Determinó que la religión católica era el culto oficial del Estado.

Declaró la libertad de cultos.

Estableció el patronato.

Aprobó un estatuto reglamentario, que reemplazó al poder ejecutivo colegiado,

el Triunvirato, por uno unipersonal, el Directorio.

Promulgó el Reglamento de Justicia, creando las Cámaras de Apelaciones.


Suprimió la práctica de la tortura y quemó los elementos de tortura en las

plazas públicas.

Declaró una amnistía para los expatriados por causas políticas.

Proclamó la libertad de imprenta.

Ordenó realizar un censo nacional.

Otorgó franquicias para el comercio.

Argentina 1815 -1817

En 1815, tras el derrocamiento del Director Supremo CARLOS MARÍA DE

ALVEAR, luego de la sublevación militar de Fontezuelas, el Cabildo de Buenos

Aires asumió la autoridad, dado que la Asamblea del Año 1813 había sido

también disuelta y se creó una “Junta de Observación”, luego de que se

produjeran evidentes enfrentamientos entre la Junta de Observación y el

Director Supremo, la Junta redactó el “Estatuto Provisional para la

Administración y Dirección del Estado”, para regir en forma provisional en las

Provincias que habían integrado el Virreinato del Río de la Plata.

El Estatuto, que reemplazaba al “Estatuto del Supremo Poder Ejecutivo”, que

había sido aprobado el 27 de febrero de 1813 por la Asamblea General,

estableció tres Poderes: el Ejecutivo, a cargo del director Supremo, el

Legislativo, representado por la Junta de Observación y el Judicial, a cargo de

un Tribunal Superior y las Cámaras de Apelación.

El Estatuto tenía un capítulo referido a los deberes de todo hombre con el

Estado, donde disponía la obligación de respetar y obedecer a las leyes y a los


magistrados y funcionarios. Preveía la organización del gobierno en base a la

división de poderes y dispone que el Poder Legislativo sea ejercido por la Junta

de Observación hasta la celebración del Congreso general. En cuando al Poder

Ejecutivo, reitera las normas vigentes, esto es su carácter unipersonal con el

nombre de director del Estado, con un mandato por un año y facultades

restringidas. El Poder Judicial se establecía independiente de los otros

poderes.

Algunas medidas del Estatuto

Primera Sección. — Se ocupa «del hombre en la sociedad» y reconoce a los

habitantes el goce de seis derechos: la vida, la honra, la libertad, la igualdad, la

propiedad y la seguridad. Establece que la religión del Estado será la católica,

apostólica, romana. Suspende la ciudadanía para los domésticos a sueldo y de

todos aquellos que no acrediten propiedad u oficio útil, quedando así un vasto

sector de la ciudadanía excluido de los derechos cívico.

Segunda Sección. establece sus atribuciones y le reconoce la facultad de

nombrar a tres secretarios de Estado: Gobierno, Guerra y Hacienda.

Tercera Sección. — Las provincias deberán ser convocadas a un Congreso

General a reunirse en la ciudad de Tucumán.

Cuarta Sección. — Dedicada al Poder Judicial, deja expresa constancia de su

independencia con respecto al Ejecutivo.

Quinta Sección. — Se refiere a los procedimientos a seguir para las elecciones

de: director Supremo, diputados ante el Congreso General, gobernadores de

las Provincias, miembros del Cabildo e integrantes de la Junta de Observación.


Sexta Sección. — Considera al ejército dividido en tres categorías: las

milicias provinciales y las fuerzas de las fronteras, bajo las órdenes del

director Supremo y las milicias cívicas (guardias nacionales) dependientes del

Cabildo.

Séptima Sección. — Se ocupa de las declaraciones de derechos y garantías

referentes a la seguridad individual y a la libertad de imprenta.

Sanción de 1817

El Reglamento Provisional de 1817 consta de siete secciones. Comienza con la

enumeración de los derechos aplicables a todos los habitantes, declarando que

estos derechos son seis, a saber: a la vida, a la libertad, a la honra, a la

igualdad, a la propiedad y a la seguridad. Deja expresa constancia que la

“seguridad individual jamás podrá suspenderse» y que ninguna autoridad puede

privar a nadie, del goce de los derechos políticos. Declara que el Patronato es

parte esencial de la soberanía nacional y establece como religión oficial a la

católica y no reconoce la libertad de cultos.

El acuerdo de San Nicolás 1852

Tras derrotar a Juan Manuel de Rosas en la Batalla de Caseros, el General

Justo José de Urquiza reunió a los gobernadores de las provincias argentinas


para realizar un acuerdo con el fin de sentar las bases de la organización

nacional de Argentina. Fue un pacto firmado el 31 de mayo de 1852 y ratificado

por trece provincias argentinas, de las que estaba exceptuada la Provincia de

Buenos Aires. Redactado en 19 artículos, su objetivo fue sentar las bases de la

organización nacional de Argentina y sirvió como precedente a la sanción de la

Constitución de 1853, figurando genéricamente como uno de los «pactos

preexistentes» mencionados en el Prólogo de la Constitución. Los diecinueve

artículos del convenio sintetizaban la gran conquista. El Acuerdo reconocía

como punto de partida el Pacto Federal, convocaba al congreso general

constituyente -integrado por dos diputados por cada provincia- fiaba la

elaboración constitucional al saber, la conciencia y el patriotismo de cada

legislador, como también a sus sentimientos puramente nacionales, confería a

Urquiza el manejo de los negocios del Estado bajo el título de Director

Provisorio de la Confederación, debiendo velar por la tranquilidad general del

país, debía proveer los recursos para la marcha normal de la administración,

asegurar la libre navegación de los ríos y el libre tránsito en todo el territorio

argentino y garantizar el eficaz funcionamiento del Congreso General

Constituyente, al mismo tiempo que la absoluta independencia de juicio de sus

miembros.

El rechazo de Buenos Aires radicó en que las provincias tuvieran el mismo

número de diputados y a que se realizara el Congreso en Santa Fe, ya que no

podría controlarlo ni imponer sus ideas. Además, se opuso a que un caudillo del

interior, como lo era Urquiza, fuera nombrado director Provisorio de la

Confederación Argentina. Tampoco aceptaba que las provincias aportaran un


porcentaje de lo recaudado por su comercio exterior al mantenimiento del

gobierno, porque, de ese modo, Buenos Aires sería la provincia que más

aportaría. El Acuerdo dejó dos grandes consecuencias: la primera, fue la

sanción de la Constitución de 1853, que entró en vigencia dentro de la

Confederación Argentina. La segunda, la separación del Estado de Buenos Aires

del resto de la Confederación. Esta situación perduraría hasta 1860, tras la

derrota militar de Bartolomé Mitre en manos de Urquiza, en la Batalla de

Cepeda. La trascendencia histórica de este instante se puede comparar con las

del 25 de mayo de 1810 y el 9 de julio de 1816. Entre las tres, conformaron las

nuevas bases institucionales de nuestra nación.

Argentina 1853

El 1º de mayo de 1853 los diputados de las provincias (excepto los de Buenos

Aires), reunidos en Santa Fe, sancionaron la Constitución Nacional, en

respuesta a una necesidad que surgió tras la Revolución de Mayo. Su objetivo

era constituir la unión nacional, afianzar la justicia y consolidar la paz interior.

La Constitución de 1853 tomó como modelo la Constitución de Estados Unidos

que establecieron los padres fundadores, inspirada en los principios del

liberalismo clásico y la doctrina política del federalismo. Estableció un sistema

republicano, en una época en la que predominaba universalmente la monarquía,

con división de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, con predominio del

Poder Ejecutivo conformando un régimen presidencialista, limitado por un

congreso bicameral, con el objetivo de equilibrar la representación poblacional


(Cámara de Diputados) con la representación igualitaria de las provincias

(Cámara de Senadores). Paralelamente estableció una federación de provincias

autónomas cada una de ellas con sus propios poderes ejecutivo, legislativo y

judicial, con facultades exclusivas y también compartidas con el Estado

nacional.

Pacto de San José de Flores 1859-1860

La Convención Americana, también llamada Pacto de San José de Costa Rica es

un tratado internacional que prevé derechos y libertades que tienen que ser

respetados por los Estados Partes. Asimismo, la Convención establece que la

Comisión y la Corte son los órganos competentes para conocer los asuntos

relacionados con el cumplimiento de los compromisos contraídos por los

Estados partes de la Convención y regula su funcionamiento.

La Convención Americana consagra en su primera parte la obligación de los

Estados de respetar los derechos y libertades en ella reconocidos, así como el

deber de adoptar disposiciones de derecho interno que sean necesarias para

hacer efectivo el goce de tales derechos. En su segunda parte, la Convención

consagra los siguientes derechos y libertades: Derecho al reconocimiento de la

personalidad jurídica; derecho a la vida; derecho a la integridad personal;

prohibición de la esclavitud y la servidumbre; derecho a la libertad personal;

principio de legalidad y retroactividad; derecho a la indemnización; protección

de la honra y de la dignidad; libertad de conciencia y de religión; libertad de

pensamiento y de expresión; derecho de rectificación o respuesta; derecho de


reunión; libertad de asociación; protección a la familia; derecho al nombre;

derechos del niño; derecho a la nacionalidad; derecho a la propiedad privada;

derecho de circulación y residencia; derechos políticos; igualdad ante la ley;

protección judicial y desarrollo progresivo de los derechos económicos,

sociales y culturales.

Los Estados que han ratificado la Convención Americana son: Argentina,

Barbados, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Dominica, Ecuador, El

Salvador, Granada, Guatemala, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua,

Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Surinam y Uruguay


Reforma de 1860

La reforma constitucional argentina de 1860 fue una reforma de

la Constitución de 1853 realizada luego de la Batalla de Cepeda y antes de

la Batalla de Pavón, en el contexto de la guerra entre la Confederación

Argentina y el Estado de Buenos Aires, que tuvo como consecuencia la adhesión

de esta última al texto constitucional de 1853 y su integración de derecho a la

República Argentina. La paz entre ambas partes se selló en el Pacto de San

José de Flores, en el cual Buenos Aires se declaró parte de la Confederación

Argentina y en el que se estableció que la provincia porteña podría proponer

reformas a la Constitución Nacional de 1853, que establecía la forma de

gobierno federal, para que fueran evaluadas por una Convención

Constituyente Ad Hoc. La reforma se hizo sin respetar la prohibición de

reformar la Constitución antes de cumplirse diez años de su sanción, requisito

establecido en el artículo 30 del texto constitucional de 1853.

Buenos Aires eligió una Convención Provincial Revisora que propuso varias

reformas al texto de 1853, la mayoría de las cuales fueron luego aceptadas por

la Convención Nacional Constituyente de 1860. Las principales modificaciones


fueron la eliminación del artículo que establecía que la Capital Federal sería la

ciudad de Buenos Aires, la obligación de que los derechos de importación sean

uniformes en todo el país (con el fin de impedir que se promuevan

determinadas regiones o puertos), la eliminación por cinco años de los derechos

de exportación, la reducción de facultades del gobierno nacional

para intervenir provincias, decretar el estado de sitio, someter a juicio

político a los gobernadores, diputados y senadores nacionales, o revisar las

constituciones provinciales. La reforma también introdujo la prohibición al

Congreso nacional de dictar leyes que "restrinjan la libertad de imprenta o

establezcan sobre ella la jurisdicción federal", el reconocimiento de los

derechos y garantías implícitos derivados del principio republicano y de

soberanía del pueblo, y el reconocimiento del principio de "ciudadanía natural".

Suprimió también las facultades de la Corte Suprema de la Nación en

conflictos entre poderes públicos de una misma provincia, o entre una provincia

y sus vecinos.

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