1 Millonarios Italianos-Trato Cerrado
1 Millonarios Italianos-Trato Cerrado
1 Millonarios Italianos-Trato Cerrado
Katia Garmendia
© Todos los derechos reservados Katia Garmendia 2018
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Epílogo
Próximamente
CAPÍTULO 1
Máximo
—Otro trato que se va a la mierda —me quejo al tirar el contrato sin firmar
sobre la mesa en la que hasta hace un rato estuvimos reunidos, Dante,
con el cuento ese del gran hombre de familia. El cabrón ni siquiera tiene una.
premio.
Esto necesita ser algo bueno, lo suficiente para seguir cerrando tratos de
esos que nos gustan. Porque a los tres nos interesa seguir teniendo la cuenta
en el banco con un balance de siete u ocho cifras.
¿A quién no?
¿A quién no le gustan las vacaciones en un yate en el Mediterráneo
amigos que también son mis socios. Los tres figuramos en la lista de los
camino.
Arnaud no es más que una escort bien pagada. Una chica de esas que rentas
por una buena cantidad. Y que en cuanto deje de servirle para sus intereses,
pasará a lo siguiente.
desesperados.
Él se ríe arreglándose la costosa corbata de seda que lleva atada al
cuello.
preguntar.
—Callad, callad —se ríe Fabrizio—. Van a ser como las estampitas
no qué tanto.
mesa con ambos puños cerrados—. Hay que conocer bien el mundo si lo que
momentos.
—¡Habla ya! —dice Fabrizio y volvemos a acomodarnos en la mesa
de juntas, esta vez tomamos nuestros lugares muy cerca, porque seguramente
padres están desesperados por dinero. Ahí vas y, tras leer un expediente y
ver a las chicas en una exhibición, eliges a la que quieras, pagas el precio y
ya está, tienes una prometida. Eso sí, tienes que casarte en un plazo no mayor
a treinta días.
disparate.
acuerdo con el intercambio, como les dije antes, han sido criadas en ese
digo, señalándole con el dedo—. Ni creas que me vas a ver pasar por la
—La empresa es de los tres y entre los tres vamos a decidir a quién le
mayor.
tengan que casarse, pagaremos por el trato, es lo justo, ¿Qué no? Al fin y al
cabo los tres saldremos beneficiados de todo esto.
—me quejo.
La situación va pasando de castaño a oscuro. No me jodas.
contento.
—Es una decisión tomada dos a uno, Max, vamos a hacer esto sí o sí.
***
Cinco minutos más tarde estoy echando madres, no puede ser, que el
que se tiene que casar soy yo. Y ni ganitas tengo, para ser franco. ¿Quién
diablos se casa en estos días? Nadie. Menos cuando sobran mujeres bien
A un tío con suerte como yo, buen mozo y con la cartera bien llena,
—Al mal paso darle prisa —dijo antes de ocuparse haciendo las
llamadas respectivas.
casas.
Y así las cosas, esta misma noche, valijas en mano, los tres nos
¡Joder!
CAPÍTULO 2
Alessandra
Estoy aquí, en un avión volando a treinta mil pies de altura camino a Italia en
—Bueno, esta vez tengo excusa—me quejo y ella levanta una de sus
—Pero es que puede ser un loco psicópata —grita Rachel, quien está
en la butaca más alejada. Las cuatro vamos volando en el jet privado que
Máximo Ferrara, mi futuro esposo, destinó para nuestro transporte.
deseo para hacerme feliz en el que sería el día más especial de mi vida, yo
dije que me gustaría tener a mis tres amigas conmigo. Y así de fácil, una
semana después aquí estamos. En algún lugar sobre el Atlántico, volando con
destino a Italia.
descubrí también que esa no era una escuela como cualquier otra. Padres de
hijas con la esperanza de que consigan un marido rico que los saque de su
situación. En pocas palabras, quien manda ahí a su retoño lo hace con la idea
de venderles más tarde, cuando estén en edad para ello.
esta es la vida para la que fui educada. ¿Crees que es medieval? Muchas
cosas en este mundo lo son y nadie dice nada, así que dar mi vida para
procurarles a mis padres una buena vejez, es lo mejor que puedo hacer.
sobre mi futuro marido y no encontré nada que hiciera sonar las campanas en
Eso sin contar con que es guapísimo. Ahí está el verdadero peligro,
problemas.
ser un arma letal para la libido de cualquier chica. Deja tú una de veinte
años que no ha tenido sexo en su vida y que las historias que lee en sus ratos
Rivas, la dueña, considera que es una buena manera de que las alumnas
aprendan qué les puede llegar a gustar a sus futuros prospectos. Ser sumisa
tiempo.
nubes.
—Ya déjala en paz —me rescata Naomi—, no todos los días viaja
uno a conocer al hombre con quien compartirá cama el resto de sus días.
—Si es que llega a hacerlo —suelta Rachel—, ¿se imaginan que sea
un maricón de esos que solo quiere una mujer para aparentar que puede?
de mi persona.
como vestirnos acorde a nuestra figura. Cabe decir, que también gay y
encantador.
propios pensamientos.
manos, estirando los brazos sobre la mesilla que separa las butacas—, y si
alguien se merece ser feliz, esa eres tú.
aterrizar, interrumpe la retahíla. Aquí vamos. Cada vez más cerca de nuestro
destino.
Y yo que había creído toda mi vida que a los italianos les iban esos
carritos tipo lata de sardinas en los que tiene que enrollarse uno como
esperando por nosotras, no importa que sea invierno y que el clima afuera
esté bastante fresquito. Han sido climatizadas y en medio de las butacas hay
la información que tengo. Mis padres llegarán un poco más tarde, justo para
prepararme.
de hule.
decir lo mismo, esto que tengo en la barriga no son ansias, son nervios de los
de verdad.
padres, ellos no son malas personas, a pesar de todo. Han sido cariñosos y,
bueno, soy su única hija. Sin embargo, el hecho de que me estén vendiendo
como si fuera una vaca, realmente me indigna, tal vez el tal Máximo espere
Me sonrojo hasta las raíces del cabello con ese pensamiento. Soy
virgen, sí, pero bien que sé lo que va a pasar. Además de mis lecturas, antes
de dejar el internado, la señorita Rivas bien que se encargó de aleccionarme.
Tanto que hasta algo de cine vimos, si es que puede denominarse cine a las
películas que me hizo ver esa tarde.
Madre mía.
Sé que la idea de que un hombre al que he sido vendida y que no
conozco, me haga todas esas cosas, debería horrorizarme. Sin embargo, no
lo hace.
Me excita.
pulso. Sé que mi cuerpo desde ya está esperando que haga realidad todos
mis pensamientos pecaminosos. Y rápido.
Eso hace que todas estallemos en una carcajada, tan embebida estaba
rodea la propiedad.
de pinos y olivos, no se puede ver mucho, pero se escucha lo que parece ser
un río corriendo en algún lugar cercano.
Bienvenida a casa.
Casa.
por la puerta principal por un enorme vestidor que alberga dos escaleras de
mármol igualmente impresionantes y cuyo techo ha sido pintado a mano
exquisitamente.
Ni una villa.
Unos metros más allá, escondida entre los árboles, se encuentra una pequeña
casita de piedra.
La ceremonia.
Máximo
Joder.
Parece que los angelitos han caído del cielo para caminar
largo desde Boston, a pesar de haberle ofrecido todas las comodidades para
ello, ella debería verse demacrada, afectada por el viaje y, sin embargo,
parece una rosa que se acaba de abrir del capullo.
movimientos.
hermoso cabello rubio. Sí, es un ángel, y esa espesa mata que muero por
acariciar es el halo que la adorna. Alessandra está vestida de manera muy
esos tonos.
grandes tetas paraditas están listas para que las salude, primero con mis
manos para seguir con la boca, mis dedos pican ya por dedicarse a ello. La
manera en que ese tejido se estira para abarcarlas y esos vaqueros. Ese
culito está listo para mi mano, para descubrir lo que se esconde en medio de
La bestia que llevo dentro está hambriento por ella y el hombre que
Mis ojos siguen devorándola, quedándose fijos en esas tetas que hacen que
sólo en ella.
Mis ojos siguiendo todos sus movimientos, ese brillante cabello tan
claro, que es casi blanco, esa boca que se abre y sonríe tímidamente
recibirla la saluda.
Faltan horas, joder, y todo lo que quiero saber a qué sabe el dulce
tesoro que se esconde en medio de esas preciosas piernas que muero por
Sé que tiene veinte años, pero es toda una mujer. La mujer que elegí
para ser mi esposa. Me importa un pito que tuviera que pagar un par de
todo sale como tengo planeado, ya me encargaré de que así sea, en unos
ingresado al club del millón de dólares, fue recuperar de las manos del
en una partida de cartas. Por supuesto el pobre idiota juró venganza, pero
eso no me importa. La propiedad está bien resguardada y aquí en Italia soy
Han pasado casi diez años desde entonces y ahora entiendo por qué la
diez personas. Las amigas de Alessandra, sus padres, además de mis amigos
sus amantes y los viajes de compras como para prestarme atención. También
atestiguará mi enlace.
ocurrió. Así que ordené que arreglaran una de las casitas de huéspedes al
otro lado del jardín. Ahora mismo se me hace como cruzar un océano, de
poco valen mis pasos largos, los dos tramos de escaleras y los amplios
supersticiones.
andar puedo oler el aroma de las flores con las que los decoradores se han
esmerado en arreglar el lugar en el que nos daremos el sí quiero. No he
huele a flores y a algo misterioso y único. Ella. Alessandra. Tiene que ser
ella. Voy hasta la puerta del suntuoso baño de mármol y la abro, haciéndola
mullida toalla blanca. Apenas, porque he alcanzado a ver esas tetas perfectas
hacerla mía.
Aquí y ahora.
aquí.
ella.
eso que va más allá. Ella quiere esto tanto como yo.
Alessandra
La suave luz que entra por las ventanas me envuelve, así como el vapor del
baño que acabo de darme, haciéndome sentir casi como en un sueño. Y sé
Aquí y ahora.
Y yo estoy desnuda.
estaba secando.
que me hace vibrar y ese cabello oscuro, mis dedos quieren perderse en él.
lado.
oler.
Madre mía.
sumamos el hecho de que en unas cuantas horas vamos a ser marido y mujer
firmeza de la que en realidad tengo. Bajo esa máscara estoy temblando, ese
es el poder que tiene sobre mí esa mirada ardiente del hombre más guapo
a un nivel primitivo.
Sigo lista para darle guerra. Esto no es así de fácil. ¿Él que pensaba que iba
Pues no.
Al menos yo no lo he hecho.
Máximo arquea una de esas cejas perfectas, tan arrogante y guapo, esa
—¿Todavía no?
no me falla.
—Pero…
corazón se me quiere salir por la boca. Sus dedos se curvan sobre la tela,
rozándose contra mi piel caliente. Gimo, mi sangre es fuego entre mis venas.
que, por alguna razón me está pidiendo permiso para arrebatarme la toalla.
las entrañas.
suave y tranquilizador. Pero el fuego arde con tal fuerza que estoy casi a
punto de rogarle que me toque en otra parte. Eso es lo que él quería, ¿qué
algo más?
deseo, mis manos sobre la tela que cubre sus duros bíceps. Mis tetas sobre
su pecho firme y mi pelvis. Bueno. Esa encuentra algo grande y duro bajo
Máximo
mi boca lo que es mío. Mis manos se deslizan por su piel desnuda, mis
dedos buscando ese tesoro que ella esconde.
duda también, tan inocente. Pero cuando mi lengua toca la suya, es como si
algo se encendiera dentro de ella. Su boca se abre y con su lengua busca la
del festín.
Mis manos siguen trazando un camino por el valle entre esas tetas que
pronto van a probar mis labios, su cuerpo es un banquete dispuesto sólo para
hacerlo.
estremecerse, vibrar.
Joder.
Nuestra noche de bodas va a ser mejor de lo que me había imaginado.
ver aquí.
Esa es la razón por la que voy a poner todo mi mundo a los pies de mi
mujer.
Mis labios bajan por su cuello, al tiempo que mi mano se desliza hasta
una de sus tetas, mis dedos rodando ese pequeño pezón del color de las
Y mi polla.
Estaba seguro que el fuego ardería dentro de ella por mí, sabía que
la hiciera brillar.
A que abriera la puerta para que una preciosa gata salvaje saliera a
cabeza cae hacia atrás y todo ese hermoso cabello rubio se suelta
podemos.
es tener mi boca entre tus piernas. Sintiéndome ahí, anhelando que el cura
en carne propia lo que es que alguien que sabe lo que hace te haga suya. Vas
a olvidarte de esas novelitas que tanto te gustan, porque en todo lo que vas a
—¿Có… cómo sabes que leo? —Su voz es apenas un hilo ahogado.
Pronto.
—¿Una probada?
fuerza y antes que ella pueda decir o hacer otra cosa ya le he puesto la boca
encima, dándole un beso húmedo en la parte superior de su muslo.
el dulce tesoro frente a mí. Mi polla protestando entre mis pantalones, cada
Y mucho más.
Suave, pero con una vena rebelde. Tan inocente y al mismo tiempo
lista para mí. Tanto, que tengo enfrente la prueba, su sexo desnudo y
Y sólo mía.
primera vez. Puedo sentirla vibrar entre mis manos, sus piernas temblorosas.
Pero ella puede confiar en que no voy a dejar que se caiga. Estoy aquí para
Mi nombre.
Jodidamente perfecto.
mi cabello.
Mi mano se cuela por su rajita, tocándola sin prisas, pero con firmeza.
El saber que ningún otro hombre la ha visto así. Que ningún otro
cabrón la ha tenido en sus brazos de esta manera, que no ha tenido el
privilegio de que sus dulces labios pronuncien su nombre en medio del
éxtasis es como una droga que me hace volar cada vez más alto.
Para siempre.
Mis labios se siguen moviendo sobre sus vírgenes labios rosados, mi
aliento tentándola de nuevo. Toda esa humedad llamándome por mi hombre.
Ella no tiene que rogar por nada. Porque no hay nada que no esté
dispuesto a darle.
Volteo a verla, ella tiene los labios entreabiertos y los ojos muy
apretados. Casi como si estuviera negando lo que está pasando entre los dos.
perfección.
—Muéstrame —le pido otra vez, sus ojos redondos como platos.
lees esos libros que tanto te gustan, cuando te dejan toda caliente y ansiando.
capa de rubor.
Estoy tan excitado que apenas puedo ver derecho. Pero ella necesita
correrse otra vez. Quiero esa pequeña rajita adolorida por mí y para mí,
hasta que pueda darle todo más tarde.
baño, en medio del vapor y la humedad algo más nos envuelve. Algo más
que la lujuria.
medio de ellas.
—Alessandra, pon esas manos a trabajar o vas a ver qué pasa cuando
escuchado. Ella tiene que aprender. Mi casa, mis reglas. Y en ese cuerpecito
tan bonito, mando yo.
Y ya se está tardando.
Esta vez lo que escucho es un gemido, pero ella se pone por la labor,
su mano va descendiendo lentamente por su abdomen hasta que sus yemas
Ese coñito que arde por mí, que desea que sea yo quien lo abra para
su disfrute.
Y diciendo esto, adelanto los pasos que había retrocedido, para tentar
en mi piel.
Alessandra está tan mojada que sus jugos bañan mi mano. Así que aprovecho
para restregar con ella mi polla, que ansía liberación.
Alessandra sabe a mana caído del cielo, justo como el ángel que es.
Se lo merece todo.
—Lo sé. amore, y está bien para mí. De ahora en adelante tú eres toda
mía.
Termino mi decreto sonriéndole. Dios, puedo darme cuenta de que esa
rebeldía todavía sigue ahí dentro de ella, como un río esperando para
desbordarse.
Por entero.
consumiéndome.
Alessandra
¿Y qué he hecho?
nuevo de arriba a abajo—. Eres muy poquita cosa para un hombre como
Máximo, pensé que elegiría algo mejorcito. Chica, si eres más transparente
—¿Y tú quién eres para poner en tela de juicio lo que Máximo elige?
cama.
mujer, la que desea y con la que se divierte, esa voy a ser yo.
—Ale, maja. Que te aproveche. Pero te puedes ir a joder la marrana,
Cuando la jalo del brazo, ella intenta agarrar mi cabello, pero que ni
Pues yo sí, viví en un lugar como ese por más de ocho años, esta no es
dejar.
pronto.
Una chica llamada Antonella, ha anunciado que son las estilistas que
ha contratado el señor Ferrara y las personas que me ayudarán a elegir el
vestido con el que voy a casarme.
Sofía me dijo.
frustración, tratando de ser analítica con este asunto, la verdad es que estaba
esto—. El señor Ferrara nos pidió que trajéramos lo mejor de lo mejor, así
que espero que alguno de estos sea de su agrado, señorita Dahl. Tenemos
varios de Ellie Saab, dos de Pronovias, un Valentino, sin olvidar varios Vera
interés, vamos. Siempre pensé que me casaría con un bonito traje sastre y
de otra cosa. Así que en lugar de hacerme ilusiones que jamás llegarían a
día a día. Así que todo este rollete de los estilistas, diseñadores famosos y
coche con rumbo a algún lugar desconocido, para casarme con un viejo
verde con aliento a alcohol en urgencia de una esposa dispuesta para
complacerle.
Incluso hay uno que me recuerda mucho al que llevó la chica esta que
como puede usted ver el trabajo es fabuloso, la espalda queda abierta con un
varios pueblos.
esperamos que con los nervios de la boda no haya usted adelgazado de más.
Ay, queridita, si supieras. De esta boda apenas me he enterado antes
que pueda protestar. Vamos, que lo hace como si fuera lo más normal del
conjuntos de lencería que el señor Ferrara pidió especialmente para ti. Uno
de ellos es un modelo exclusivo. La seda es finísima, es una belleza.
Pero es cierto, soy una puta bien pagada. Una puta que se ha vendido a
un precio muy alto, con el fin de prodigarles a mis padres seguridad
Lo que hicimos antes estuvo mal y, sin embargo, se sintió tan bien. De
hecho más que eso, fue indescriptible. Esas poderosas y elegantes manos,
habitación.
noche sobre el Atlántico y a eso hay que sumarle el trayecto que hicimos por
carretera. La adrenalina es el combustible con el que me estoy moviendo, de
Una chica pone en la mesilla a mi lado una bandeja con uno de esos
rollos rellenos de verduras y carnes frías, tiene muy buena pinta. Además
también han traído un vaso de zumo de arándanos y frutas secas como postre.
de mi estilo.
que estoy segura que son varios miles por lo que ya tengo echado encima.
imagen.
puerta de la casita se abre y esta vez son mis amigas quienes entran al
saloncito como elefantes en una cacharrería.
en distintos tonos de malva. Mi color favorito. Aquí vamos otra vez, esto no
puede ser más que obra del hombre con el que me voy a casar en menos de
media hora.
la portada de una.
soy.
la puerta de la casita.
Mi padre.
—Papá…
sí que voy a llorar. Ni Antonella con todo su ejército armado con cepillos y
peinetas va a poder evitarlo.
vuelve a latir.
—Claro que sí, mi niña —responde con una sonrisa triste—. Eres lo
único que nos queda, ¿crees que nos íbamos a perder tu boda?
Sé que soy lo que les queda y por eso estoy haciendo esto. Mis padres
se lo jugaron todo por salvar la vida de quien ya no está. Quedando
ahogados en un mar de deudas y depresión que por poco los ahoga. La idea
—Te vas a casar con un italiano, nada menos, tu madre está que no
cabe de dicha.
azules. Todo lo demás viene de mi lado materno, las tetas grandes y las
caderas anchas. Esas mismas que ni la mejor dieta estrictamente vigilada por
la señorita Rivas pudo rebajar.
momento.
Máximo.
Máximo
miro yo.
perfecta.
—Me debes cien —le dice a Dante—. Te dije que se iba a poner
ofendido.
clavado un puñal.
pelirroja que vino con tu mujer, a esa sí que le doy cómo y cuando quiera.
hecho público, creo que ni ella lo sabe, pero la dueña del instituto ese me
el padre se mantiene un poco más entero. Pero parece ser un hombre al que
El par de idiotas estos que tengo parados a un lado están como un par
a otra morena que toman vino sentadas en una de las mesas que dispuse para
la cena.
Vaya par que tengo por mis únicos amigos y socios de negocios.
parte, Fabrizio nació con una cucharilla de plata en la boca. Hasta que su
familia lo perdió todo hace casi veinte años, cuando se descubrió que su
es reconocido por ser implacable. Todos nosotros lo somos, pero hay algo
en él, de ninguna manera se toca el corazón cuando tiene que aplastar a la
esposa.
porque no hace más que avivar el que ya llevo dentro. No ha pasado ni una
hora desde que nos declararon marido y mujer y no veo la hora de que todo
curiosos. Esto que tengo en medio de las piernas es sólo para ella.
aliento al ver caminar a la novia hasta el altar fuera real. Hasta que ella
apareció al final del corto pasillo que los decoradores arreglaron para la
ocasión.
Nunca en la vida había visto una novia más bonita. Como si ella
modelito lo completan unas mangas largas del mismo material y una falda
joyas antiguas que elegí para ella. Una pulsera de diseño floral rellena de
diamantes y unos aretes que hacen juego. Ahora el conjunto está completado
argolla.
Jacobella, la pobre mujer estaba más roja que el capote de un torero, tío.
pasó en el baño de la casita con ninguno de mis amigos. Ni con ellos, ni con
nadie. No es su problema.
—Es mi propiedad.
—Sí, nadie lo niega, pero tú mismo dispusiste que fuera ahí donde
de memoria la cancioncita.
Fabrizio.
que todo salió bien. Mira, ahí está llevando el anillo en su dedo.
Estoy que los agarro a ambos del pescuezo y se los retuerzo como al
Dante se da cuenta que estoy a punto de perder los cabales y pone una
de sus manos en mi hombro, dándome unas palmadas.
entre risas—. Nos hemos ganado ese privilegio después de tantos años
aguantando tu mal genio, ¿para qué están los mejores amigos si no?
—Lo sé, lo sé. Mis disculpas, todo este asunto me tiene tenso.
Fabrizio.
—Idiota.
—Tengo ese tema bajo control, debieron darse cuenta de que la villa
es prácticamente una fortaleza. Hace un par de meses se instaló un moderno
al darme cuenta de que este no es un día amargo para ella, mi mujer se ríe a
carcajada limpia. Supongo que nerviosa está, también yo lo estoy. Sin
Y atesorar.
Y proteger.
Ella.
centro de mi universo.
rodean la mansión.
Y ese tesoro es todo mío.
y yo nos despedimos.
La sangre ruge en mis venas mientras cruzo el espacio que nos separa
dando largas zancadas.
Ella es mía.
Alessandra
Todo ha pasado tan rápido, que hasta extrañada estoy de no sentir mareo. Un
momento estaba apenas comprometida y al siguiente el cura nos estaba
Y así tan fácil soy una mujer casada. A mis veinte años.
besar a la novia.
Y que no había nada que aparentar. Todos aquí, con la excepción del
cura me apuraría a decir, saben que esto no es un matrimonio por amor.
refiero.
debería haber puesto más pasión en ese beso, nuestro primero como marido
y mujer. Y no pude. La sombra de ese demonio verde y celoso que la mujer
ha comprado y que puede hacer lo que quiera conmigo. Tal vez esta noche
del antiquísimo puente de piedra frente al que nos hemos casado y nadie se
enteraría de nada.
con las que han adornado esta parte del jardín. Ni el champan bien fresquito
que están ofreciendo los meseros.
momento.
Todo eso mañana no será más que un recuerdo. Y puede que lo mismo
pase conmigo.
Mis amigas son el faro que me ofrece algo de luz en la tormenta que
crece dentro de mí. Me hacen reír como una loca mientras recordamos
nuestras trastadas en el internado. Las poses que nos enseñaba Juanito y lo
colorada que nos pusimos las primeras veces que entramos a la salita donde
Rachel. —Y todo esto que ha armado, desde el vestido y las joyas hasta la
fiesta tan elegante. Seguramente todo esto le habrá costado un pastizal.
marido rico y guapo, esa eres tú. Y si además hace todo esto por ti, es que
seguramente está coladito nada más verte. De verdad espero que la tenga
grande y gorda y que hoy te haga ver estrellitas. Eso sí, mañana en el
desayuno estate preparada para que nos cuentes hasta cómo la empuja.
Antonella diciendo algo sobre que el fotógrafo me anda buscando para hacer
Con la mano le ordena a uno de los meseros para que me ofrezca una
copa de champan.
—Por si necesitas valor para más tarde —Me dice, sus ojos
Excitándome
Incitándome.
Sí, también mojándome. Las braguitas que llevo puestas están que se
—le grita a un chico de uniforme que presto se apura a seguir sus órdenes—.
Y después la dichosa tarta. Tiene media hora para terminar con todo. Ni un
segundo más.
Tenerlo cerca hace que las rodillas me tiemblen. Maldito hombre, no debería
alejada del jardín, todo el entorno ha sido llenado con velas y más calas. En
verdad que todo está precioso y, como dijo mi amiga, seguramente ha salido
en un pastizal. Eso sin contar con la millonada que llevo puesta encima.
Nada más el anillo que se posa en mi dedo podría pagar la deuda externa de
perfectas cejas. Joder, hasta eso tiene en su punto el hombre, ni un pelo está
fuera de su lugar—. No, amore, tú no eres mi juguete nuevo. Eres mucho más
que eso.
tiene que ser tan guapo?— La única amante que planeo tener, por el resto
de mi vida, eres tú.
es lo que cuenta. Quiero hacerte feliz, cariño, eso es todo lo que quiero.
Con sus grandes y elegantes manos, me toma de la barbilla, dispuesto
a besarme. Y cuando está a unos cuantos centímetros de distancia se detiene.
—Oh no, aquí ninguno de los dos se va a poner a jugar con esas
Vaya tela.
—Una mujer morena estuvo aquí, dijo que se llamaba Sofía. Vino a
verme poco después de que te fuiste.
con ella —le ruego desesperada, si ella tiene algo de influencia sobre él,
puede que la cosa se ponga negra para mí.
ahora es tuyo también. Sé que no has leído el acuerdo prenupcial, pero desde
el momento en el que dijiste sí quiero te convertiste en una mujer muy rica y
poderosa, señora Ferrara. Así que más vale que aprendas a usar ese poder,
yo mismo me voy a encargar de eso. Pero más tarde.
descarado.
Algo pecaminoso.
las orejas.
todos por venir, mi esposa y yo estamos muy felices. Los veremos mañana en
el almuerzo!
de sorpresa.
límites.
—Por qué me elegiste, por qué me das todo esto. Yo no soy nadie,
que vi tu foto en el expediente de la escuela supe que tenías que ser mía.
Trago, pero tengo la garganta tan seca, que ni saliva puedo pasar. Este
Él frunce el ceño.
Él me sigue besando hasta que siento ese beso en las puntas de los
pies. Hasta que mi piel toda arde y un calorcito desconocido se abre paso
entre mis muslos.
—Amore mío…—ronronea antes de dejarme tendida sobre la cama—.
Quiero que vayas al baño y te pongas lo que he dejado ahí para ti.
—Te estoy esperando, bella —lo escucho llamar desde el otro lado.
Máximo
Antes de salir de Nueva York, me tomé el tiempo para hacer unas cuantas
compras en un par de tiendas de lujo que me recomendaron. Así que sabía
bien lo que ella iba a ponerse, pero joder, al verla salir del baño, intentando
cubrirse con las manos, casi me quedo ciego porque toda la sangre se me
loca.
nuevo, en saber que ese coñito virgen estaría llenito con mi leche y muy
entrepierna.
Corro hasta ella gruñendo como un loco desesperado, comiéndome
esos labios con mi boca, mis manos recorriéndola entera, aferrándose a ese
Mi piel arde por ella. La polla me duele del deseo, siento las bolas
pesadas, llenas de todo lo que tengo para darle. Una y otra vez.
—Eres un placer para los ojos —murmuro con fuerza—. Cada vez
colorada.
—Esto…
—Dime qué es lo que quieres ver, si quieres algo no tienes que hacer
ojos.
otro puede que sea divertido, pero más divertido va a ser cuando le haga a
Perfecto.
—Máximo —susurra justo antes de acercarse a mi cuerpo, para pasar
Sus yemas dejan un rastro de fuego en mi piel y quiero más. Así que
ante ella. Enseguida sus ojos se van hasta donde mi sangre se agita.
Mi polla grande y dura ante ella en todo su esplendor por primera vez.
Sus ojos todavía fijos en mi polla, pero se pone a punto, deshaciendo los
Déjame hacerlo.
desatar el nudo, más bien tiro de él sin perder el tiempo. La tela es tan
delicada que se rompe sin mayor esfuerzo, dejándola ante mis ojos tal como
Es purita perfección.
un ángel.
los hombres.
propia mano.
Esas tetas tan blancas adornadas con pequeñas puntas del color de las
rosas, esos pezones endurecidos esperando a que juegue con ellos. Casi
están llamándome.
de su ombligo y siguen..
La polla casi me llora al ver ese coñito sin un solo pelo otra vez.
¡A currar, Ferrara!
mí.
Perfecto.
muerdo. Primero suavecito, luego duro, para que ella se vaya haciendo la
De lo que me gusta.
voy a dejar toda mojadita y lista para que se la pueda meter hasta los huevos.
quiero que esta noche sea tan inolvidable para ella, que siempre quiera más.
Que siempre que quiera ella corra a mis brazos, que me desee, que arda por
mí.
mis dedos abro sus labios para mí deleite. Soplo un poquito sobre su
clítoris, tentándola. Para después pasarle la lengua a su delicioso botón por
caricias.
cara.
Sigo comiéndome su coñito, pero necesito más, así que con una de mis
manos, me rodeo la polla, estrujándola de arriba abajo. Me muevo cada vez
más rápido y mi lengua hace lo mismo. Con los dedos de la otra mano la
penetro rápido y duro, haciendo tijerillas para abrirla, para prepararla para
néctar de su clímax.
otro destino.
hasta que ella baja de su nube y con las manos acaricia mi cabello con
suavidad.
Ella sabe lo que viene. Así que abre más las piernas y sonríe, lista
para recibirme.
Pero antes la beso, quiero que ella pruebe lo dulce que sabe, lo
Hambrientos.
con suavidad, distrayéndola con mis labios para que me deje entrar—. Sólo
va a ser un momento.
Ella chilla por el dolor, sus uñas clavándose en mis hombros. Espero
mientras el dolor retrocede, pero no me quedo sin hacer nada, con una de
mis manos le acaricio el clítoris, que sigue sensible después de las
Un loco salvaje.
Mis labios encuentran los suyos otra vez, mientras sigo deslizando
sobre ella apoyado en uno de mis brazos, con sólo la cabeza de mi polla
dentro de su vagina.
músculos en llamas, puedo sentir sus pezones duros como brillantes clavarse
en los músculos duros de mi pecho.
Puedo sentir sus jugos bañarme hasta las bolas, mojándome con esa
dulce miel que pronto voy a beber otra vez.
Un ángel de seducción que ruega por más clavándome las uñas en la espalda
y buscando con sus caderas por las mías.
—Máximo, yo…
debajo de mí. Juro que me he quedado viendo estrellitas, esto es más que
deseo animal.
Esto es el cielo.
—Muy bien —esta vez quien gime soy yo—. Porque ahora vas a
aprender cómo montarme.
CAPÍTULO 10
Alessandra
se cuelan por las delgadas telas que cubren los grandes ventanales de la
habitación.
de amante perfecto. Tras eso hemos hablado, nos hemos besado y hemos
comenzado todo otra vez.
Ahora entiendo lo que dicen los libros, cómo es fácil dejarse llevar y
cama. Mi esposo sigue tan desnudo como yo. Todos esos músculos a la vista
y para mi deleite.
Mis ojos lo recorren otra vez, ese estomago de lavadero por el que
quiero pasar mi lengua y seguir bajando con ella. Me entran los calores no
más al pensarlo. Y esa polla, es tan grande, aun ahora descansando en medio
Mi piel arde otra vez y pienso que no puede ser que yo quiera otra
vez.
—Es tan distinto a todo lo que nos dijeron —confieso bajito, con
pena.
—¿En la escuela recibieron clases de educación sexual? —Pregunta
—De cualquier tipo, realmente leo todo lo que me caiga en las manos.
alquilado un yate con todos los lujos y comodidades, pensé que tal vez te
tendrás que salir de compras. He traído algunas cosas para ti, sin embargo,
quiero que tu guardarropa respete tu estilo, tu gusto, tu personalidad. Quiero
Además, eres mi esposa y como tal debes lucir, te quiero a todo lujo de pies
a cabeza. Así que acostúmbrate a que el mundo está a tus pies, que no hay
desnudo.
Disfrutándonos, conociéndonos…
—¿Y si ya viene en camino? —Me pregunta todavía acariciando mi
pasar el calentón.
altas…
Sus labios se apoderan de los míos otra vez, sé lo que está haciendo,
hombre que deja su destino en manos del azar, él va por lo que quiere y nada
—Ahora quiero que me digas por qué estabas en el instituto ese, por
qué tus padres te metieron ahí. Ayer tuve oportunidad de hablar con ellos por
salvarle la vida a Carlo, mi hermano, que tenía leucemia. Era tan joven y con
la pena.
Decir esas palabras que no han salido de mi boca en tantos años hacen
que se me rompa el corazón y los ojos se me agüen. Estoy lista para echarme
a llorar cuando Máximo me toma entre sus fuertes brazos y entierra la cabeza
en mi cuello.
todo menos de lo que está pasando aquí. Sus manos vagando por mi cuerpo
desnudo.
Ahora.
señal entra en la habitación. Por suerte tengo las cobijas para cubrir mi
desnudez.
Que lo luzca, estoy casi por gritar. Como si estuviera en una porra.
y grave.
largos.
—Vamos a ver qué mierda es lo que está pasando aquí.
propiedad, porque con lo furioso que acabo de ver a mi marido salir de esta
habitación sólo les auguro lo peor.
Máximo
Quien sea que ha armado este berenjenal espero que tenga los huevos
bien grandes, porque nadie que me conozca bien se atrevería a tocarme las
Joder.
Quien sea que ha montado este san Benito me las va a pagar y me las
va a pagar caro.
hecho desde adentro, sin duda. Y hace un par de minutos hubo una explosión
sin mayor importancia en uno de los muros perimetrales. Los guardias están
—Mi mujer está en el baño, ese cuarto tiene una sola salida y ventanas
pequeñas. Manda tres guardias a que guarden la puerta y que nadie se mueva
buscando entre las grabaciones del sistema de cámaras por el jodido traidor.
aparece en el video.
Mierda.
pensé que precisamente esta persona que veo aparecer estuviera en la lista
de mis traidores.
No puede ser.
Sofía.
Y es el segundo paso en falso que da en menos de veinticuatro horas.
Alessandra.
Nada más de imaginarme toda esa piel tan blanca metida en mi bañera
verga.
me la traigas ya mismo.
de la villa.
Mierda.
—En la cocina —dice y ambos salimos hacia ese lugar con nuestras
tirándola hacia un lado del corredor, sin percatarse de que estamos ahí,
observándolo todo.
Alessandra.
los ha enviado.
—Tomasso, avisa a tus hombres que tenemos basura que limpiar aquí.
—No sabes quién soy, ¿no es así? —Pregunta ella sonriendo con
¿no ves que todo estaba planeado? Te casarías conmigo y la villa volvería a
mayor utilidad.
—Sabes que si lo que querías era dinero, no tenías más que pedírmelo
—le digo.
conformarme con migajas si podía tener el premio mayor? E iba por buen
camino hasta que se te ocurrió la brillante idea de comprarte al pan sin sal
—La tengo —me informa, mientras se encarga de atarle las manos con
inmediato, tenemos planes para la hora del almuerzo y después que todo esté
voy pasos más adelante con rumbo a la escalera, desesperado por ver a mi
mujer.
***
Me acerco sin dejar de mirarla, ahí dentro del agua luce guapísima.
Preciosa. Y yo tengo que hacer algo para desatar este nudo que me está
apretando el pecho.
llegar al codo, meto una mano en el agua y con la otra acaricio su bello
rostro. Primero sus pómulos, su delicada nariz, la perfección de sus labios.
—Mojadita, ¿verdad?
Siempre.
Y se me ocurre algo.
—Tu punto G —le dije al encontrarlo y darle unos toquecitos con los
dos dedos que tengo bien metidos dentro de ella—. Tranquila, amore, voy a
comenzar lento con sólo dos dedos, más tarde con tres y veremos si es que te
gusta.
qué temer. Yo estoy aquí para darle placer, para cuidarla, para protegerla.
Mi mujer.
Mi tesoro.
Tan sumisa.
Tan mía.
Quemándola.
Y pronto.
Jodidamente hermosa.
chorreando miel por mí. Mi mano izquierda baja por su cuerpo, buscando su
clítoris que anhela por ser tocado, está rojito como una cereza.
Bombeo cada vez más rápido y Alessandra cierra los ojos con fuerza,
el gesto que se dibuja en su rostro es la perfección del éxtasis absoluto.
—Mierda, me voy a correr —canturrea—. Dame más, Máximo, dame
más.
cada vez más mojada, tanto que chorrea por mi mano y la porcelana debajo
de ella.
a follar duro.
estoy siendo esta vez con mi verga. Estoy tan excitado que creo que me va a
llevar apenas un par de minutos conseguir irme.
llama Alessandra.
—Oh, preciosa, claro que sí. Pero esta noche tú vas a pagar muy caro
el haberme hecho esperar.
Cuando fui el jodido programa ese que usó Dante con nuestros
Pero jamás me imaginé que la vida resultaría ser esto. Risas, una
chica preciosa con un corazón de oro y que además follara como una estrella
porno.
Alessandra
Ciudad de Nueva York - Dos meses más tarde
tres amigas charlar al otro lado del salón de nuestro precioso ático con
vistas a Central Park.
de nuestra casa.
aquí. Al igual que mis padres. Pero sabía que la señorita Rivas de ninguna
Más tarde mis padres hicieron lo propio. De más está decir que
mayormente para almorzar los domingos. Mis padres lo han adoptado como
marido a Marianne.
misión imposible.
Ahora ya estamos todos aquí y están sirviendo la champaña, ¿cuál era ese
cenar esta noche porque quiero anunciarle que muy pronto, en unos meses —
sobre mí, casi queriendo sacarme las frases él mismo—. En unos meses,
—¿Es eso cierto, amore? —Me pregunta mirándome con esos ojos tan
bonitos fijamente.
tienes, Alessandra.