Este poema describe las voces de varios vendedores ambulantes que pregonan sus productos en las calles de Campeche, México, incluyendo un panadero, un vendedor de turrones, un vendedor de guayabas y un carbonero. Cada uno promociona sus mercancías con gritos y rimas características de su oficio.
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Este poema describe las voces de varios vendedores ambulantes que pregonan sus productos en las calles de Campeche, México, incluyendo un panadero, un vendedor de turrones, un vendedor de guayabas y un carbonero. Cada uno promociona sus mercancías con gritos y rimas características de su oficio.
Este poema describe las voces de varios vendedores ambulantes que pregonan sus productos en las calles de Campeche, México, incluyendo un panadero, un vendedor de turrones, un vendedor de guayabas y un carbonero. Cada uno promociona sus mercancías con gritos y rimas características de su oficio.
Este poema describe las voces de varios vendedores ambulantes que pregonan sus productos en las calles de Campeche, México, incluyendo un panadero, un vendedor de turrones, un vendedor de guayabas y un carbonero. Cada uno promociona sus mercancías con gritos y rimas características de su oficio.
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EL PREGONERO
Este es Campeche, señores, Alla viene el buen viejito
la tierra del pregonero, con su vitrina en la mano, se eleva tal como el sol regalando a los niñitos y se oye con los luceros. un turrón de buen tamaño, regalando a los niñitos Las levanta muy temprano un turrón de buen tamaño. con sus alegres palmadas el gordito panadero Ya me voy y no volveré a pasar de imperial panadería, y la niña va a llorar el gordito panadero si no le compra un turrón, de imperial panadería. ya me voy y no volveré a pasar Pan marchanta, pan caliente, si no le quiere comprar saramullo, pan batido Se lo voy a regalar y hojaldras a tres por veinte, Hacia el caer de la tarde Tan dulce como los ojos En la feria del color de la que es patrona mía. Escuchan los campechanos Así pregona las guayas Este regional pregon el Barrio Santa Lucía: guayas dulces, guayas frescas, ¡brien, brien, pámpano fresco! acabadas de bajar, quién me las quiere comprar.
Tan negro como su suerte,
cansado de tanto andar, así grita el carbonero que está ya pa' reventar: ¡carbón marchanta, carbón!