Resumen Capitulo 4
Resumen Capitulo 4
Resumen Capitulo 4
Toulmin parte de la idea de que la lógica es algo que tiene que ver con la manera
como los hombres piensan, argumentan e infieren de hecho y constata, hoy ahí
mismo tiempo que la ciencia de la lógica se presenta históricamente desde
Aristóteles, como una disciplina autónoma y despreocupada de la práctica.
En términos generales puede decirse que su filosofía se sitúa básicamente en
perspectivas abiertas por el “segundo Wittgenstein” libro de crítica al formalismo y
primacía del lenguaje natural.
4. Tipos de argumentos
Toulmin había concedido gran importancia a la distinción entre argumentos substanciales
(substancial arguments) y argumentos analíticos (analytic arguments), que formulaba de
esta manera: “Un argumento se llamará analítico si y sólo si el respaldo para la garantía
que autoriza incluye explícita o implícitamente la información expresada en la conclusión.
Cuando ocurre esto, el enunciado, será, por regla general, tautológico. Cuando el
respaldo para la garantía no contiene la información expresada en la conclusión, el
enunciado y por tanto, nunca será una tautología y el argumento será un argumento
substancial”
Toulmin traza entre argumentos que utilizan una garantía y argumentos que establecen
una garantía. En los últimos, lo que resulta nuevo no es la conclusión, sino la garantía
misma; por ejemplo, cuando un científico trata de justificar la aceptabilidad de una nueva
garantía (pongamos, de una nueva teoría) aplicándola sucesivamente a diversos casos en
que tanto los data como la conclusión han sido verificados independientemente.
Finalmente, la distinción entre argumentos analíticos y substanciales tampoco coincide
con la que Toulmin establece entre argumentos concluyentes (la conclusión se infiere de
manera necesaria o cierta) y no concluyentes (la conclusión es sólo posible o probable).
La única división que se efectúa ahora es entre argumentos formales y no formales que,
por otro lado, pueden considerarse como una reelaboración de la distinción anterior entre
argumentos analíticos y substanciales.
Y lo que ahora destaca Toulmin es el hecho de que en los argumentos formales lo único
que interesa es su estructura interna, esto es, la cuestión de si el argumento es o no
correcto, si las conexiones entre los diversos enunciados son o no impecables.
En los argumentos no formales, por el contrario, interesan tanto las cuestiones de
estructura interna, como las que tienen que ver con la relevancia externa.
5. Tipos de falacias
El estudio de los argumentos no sería completo si no se incluyera a las falacias, esto es,
las formas en que se argumenta incorrectamente. Aunque sin pretensiones de
sistematicidad, el modelo de análisis de Toulmin suministra un criterio para clasificar las
falacias, que permite incluirlas en cinco categorías diferentes, según que surjan: 1) de una
falta de razones; 2) de razones irelevantes; 3) de razones defectuosas; 4) de suposiciones
no garantizadas; 5) de ambigüedades.
1) El mejor ejemplo de falacia por falta de razones es la petición de principio, que consiste
en efectuar una pretensión y argumentar en su favor avanzando razones cuyo significado
es sencillamente equivalente al de la pretensión original.
2) Las falacias debidas a razones irrelevantes tienen lugar cuando la prueba que se
presenta a favor de la pretensión no es directamente relevante para la misma; así sucede,
por ejemplo, cuando se comete la falacia consistente en evadir el problema, en apelar a la
autoridad, en argumentar contra la persona, en argumentar ad ignorantiam, en apelar al
pueblo, a la compasión o a la fuerza, aunque, naturalmente, no toda la apelación a la
autoridad, a la persona, etc., suponga cometer una falacia.
3) Las falacias debidas a razones defectuosas aparecen cuando las razones que se
ofrecen a favor de la pretensión son correctas, pero, inadecuadas para establecer la
pretensión específica en cuestión (podría decirse que lo que falla aquí es la cualificación o
la condición de refutación). Dichas falacias pueden cometerse al efectuar una
generalización apresurada (se llega a una conclusión con pocos ejemplos o con ejemplos
atípicos), o al fundamentar argumento en una regla que, en general, es válida, pero no se
considera que el caso en cuestión puede ser una excepción a la misma (falacia del
accidente).
4) En las falacias debidas a suposiciones no garantizadas, se parte del presupuesto de
que es posible pasar de las razones a la pretensión sobre la base de una garantía
compartida por la mayor parte o por todos los miembros de la comunidad, cuando, de
hecho, la garantía en cuestión no es comúnmente aceptada. Así ocurre, por ejemplo, con
la falacia de la cuestión compleja, de la falsa causa, de la falsa analogía o de envenenar
los pozos (se formula una pretensión contra la que no cabe argumentar con objeto de
reforzar una pretensión anterior).
5) Finalmente, las falacias que resultan de ambigüedades tienen lugar cuando una
palabra o frase se usa equivocadamente debido a una falta gramatical (anfibología), a una
colocación errónea del énfasis (falacia del acento), a afirmar de todo un conjunto lo que es
válido de cada una de las partes (falacia de la composición), a afirmar de las partes lo que
es válido del conjunto (falacia de la división), o cuando se toman similitudes gramaticales
o morfológicas entre palabras como indicativas de similitudes de significado (falacia de las
figuras de dicción).
5. La argumentación jurídica
Además del estudio de las falacias, en una teoría de la argumentación es importante
considerar las diversas conexiones existentes entre el lenguaje y el razonamiento, las
peculiaridades de algunos tipos de razonamientos a los que se les suele reconocer una
especial relevancia. Sobre todo, debe tenerse en cuenta que la actividad de argumentar
tiene características especiales según el campo o la empresa nacional de que se trate.
Toulmin distingue básicamente estas cinco: el derecho, la ciencia, el arte, los negocios y
la ética.
Por lo que se refiere a la argumentación jurídica, en particular Toulmin considera, como ya
se ha dicho, que, de todas las instituciones sociales, el sistema jurídico es el que
proporciona el foro más intenso para la práctica y análisis del razonamiento.