Seriec 471 Esp
Seriec 471 Esp
Seriec 471 Esp
presentes, además,
de conformidad con los artículos 62.3 y 63.1 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos (en adelante también “Convención Americana” o “Convención”) y con los artículos
31, 32, 42, 65 y 67 del Reglamento de la Corte (en adelante también “Reglamento” o
“Reglamento de la Corte”), dicta la presente Sentencia que se estructura en el siguiente
orden:
Tabla de contenidos
I INTRODUCCIÓN DE LA CAUSA Y OBJETO DE LA CONTROVERSIA 4
II PROCEDIMIENTO ANTE LA CORTE 4
III COMPETENCIA 6
IV EXCEPCIÓN PRELIMINAR 6
A. Alegatos de las partes y de la Comisión 6
B. Consideraciones de la Corte 7
V PRUEBA 8
A. Admisibilidad de la prueba documental 8
B. Admisibilidad de las declaraciones y de la prueba pericial 8
VI HECHOS 9
A. Joffre Antonio Aroca Palma y su familia 9
B. Los hechos ocurridos el 27 de febrero de 2001 9
C. Procesos internos ante la jurisdicción ordinaria y ante la jurisdicción policial 10
D. La inclusión del caso “Joffre Aroca” en el informe de la Comisión de la Verdad 13
E. Actuaciones de la Fiscalía General del Estado con posterioridad al informe de la Comisión
de la Verdad 14
VIII FONDO 14
VIII.1 DERECHOS A LA VIDA, A LA INTEGRIDAD PERSONAL Y A LA LIBERTAD
PERSONAL, EN RELACIÓN CON LAS OBLIGACIONES DE RESPETAR Y GARANTIZAR
LOS DERECHOS 15
A. Alegatos de la Comisión y de las partes 15
A.1. Derecho a la libertad personal 15
A.2. Derecho a la vida 16
A.3. Derecho a la integridad personal 17
B. Consideraciones de la Corte 17
B.1. Derecho a la libertad personal 17
B.2. Derecho a la vida 19
B.3. Derecho a la integridad personal 20
B.4. Conclusión general 21
VIII.2 DERECHOS A LAS GARANTÍAS JUDICIALES Y A LA PROTECCIÓN JUDICIAL,
EN RELACIÓN CON LAS OBLIGACIONES DE RESPETAR Y GARANTIZAR LOS
DERECHOS Y DE ADOPTAR DISPOSICIONES DE DERECHO INTERNO 21
A. Alegatos de la Comisión y de las partes 21
B. Consideraciones de la Corte 22
VIII.3 DERECHO A LA INTEGRIDAD PERSONAL DE LOS FAMILIARES DE JOFFRE
ANTONIO AROCA PALMA, EN RELACIÓN CON LAS OBLIGACIONES DE RESPETAR Y
GARANTIZAR LOS DERECHOS 24
A. Alegatos de la Comisión y de las partes 24
B. Consideraciones de la Corte 24
IX REPARACIONES 25
A. Parte lesionada 26
B. Obligación de investigar 26
2
C. Medidas de rehabilitación 27
D. Medidas de satisfacción 28
E. Otras medidas solicitadas 28
F. Indemnizaciones compensatorias 29
G. Costas y gastos 30
H. Modalidad de cumplimiento de los pagos ordenados 31
X PUNTOS RESOLUTIVOS 31
3
I
INTRODUCCIÓN DE LA CAUSA Y OBJETO DE LA CONTROVERSIA
II
PROCEDIMIENTO ANTE LA CORTE
1
La Comisión designó como su delegada ante la Corte a la entonces Comisionada Antonia Urrejola Noguera, y
designó como asesora y asesores legales, respectivamente, a la entonces Secretaria Ejecutiva Adjunta, Marisol
Blanchard, a Jorge Humberto Meza Flores y Erick Acuña, abogados de la Secretaría Ejecutiva.
4
6. Notificación al Estado y al representante. – El sometimiento del caso fue notificado al
Estado2 y al representante de la presunta víctima (en adelante “representante”) 3, mediante
comunicaciones de 14 de enero de 2021.
11. Amici Curiae. – El Tribunal recibió dos escritos de amicus curiae presentado por: a)
Damián A. González-Salzberg, docente e investigador en Derecho Internacional y Derechos
Humanos de la Universidad de Birmingham, Reino Unido 6, y b) la Clínica de Derechos
Humanos de la Universidad de Santa Clara7.
2
Mediante comunicación de 12 de febrero de 2021, el Estado designó como agente principal a María Fernanda
Álvarez Alcívar, y como agentes alternos a Mirella Tonato, Carlos Espín Arias y Alonso Fonseca Garcés.
3
La representación de las presuntas víctimas es ejercida por Gabriel Palacios Verdesoto.
4
Cfr. Caso Aroca Palma y otros Vs. Ecuador. Convocatoria a audiencia. Resolución del Presidente de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos de 17 de mayo de 2022. Disponible en:
https://www.corteidh.or.cr/docs/asuntos/aroca_palma_y_otros_17_05_22.pdf.
5
A la audiencia comparecieron: a) por la Comisión: Jorge Meza Flores, Secretario Ejecutivo Adjunto, y Erick
Acuña Pereda, Asesor; b) por la representación de las presuntas víctimas: Gabriel Palacios Verdesoto y Ronald
Aroca Palma, y c) por el Estado ecuatoriano: María Fernanda Álvarez, Directora Nacional de Derechos Humanos;
Carlos Espín Arias, Subdirector Nacional de Derechos Humanos; Alonso Fonseca Garcés, Abogado de Litigios de
Derechos Humanos, y Mirella Tonato Chica, Abogada de Litigios de Derechos Humanos.
6
El escrito presenta propuestas referidas a las reparaciones a considerar en el presente caso, con especial
referencia a la indemnización por daño inmaterial.
7
El escrito fue firmado por Francisco J. Rivera Juaristi, Director de la Clínica de Derechos Humanos. El escrito
se refiere a consideraciones concernientes al uso de la fuerza letal por parte de agentes estatales.
8
El Estado remitió los documentos siguientes: a) Sentencia condenatoria al subteniente de policía Carlos
Eduardo Rivera Enríquez; b) declaraciones rendidas por parte de las cuatro personas involucradas en la muerte del
señor Aroca Palma; c) memorando elaborado por el policía metropolitano informando los hechos ocurridos la
madrugada del 27 de febrero de 2001; d) providencia mediante la cual se avoca conocimiento y se ordena la
detención preventiva en contra del policía metropolitano y del conductor de la patrulla; e) dictamen acusatorio en
contra del policía metropolitano y del conductor de la patrulla por incurrir como encubridores dentro del caso; f)
providencia del 30 de marzo de 2001 emitido por el Juzgado Segundo del IV Distrito de la Policía Nacional; g)
dictamen fiscal acusatorio de 18 de septiembre de 2001, en contra del Policía Carlos Eduardo Rivera Enríquez, en
calidad de autor del asesinato de Joffre Aroca Palma y el Policía Nacional EPYE en calidad encubridor; h) auto de
llamamiento a juicio plenario de 29 de octubre de 2001, en el que también se ordena la detención del subteniente
Carlos Eduardo Rivera Enríquez; i) Resolución de 08 de enero de 2002, referente a las impugnaciones contra el
5
13. Observaciones a los anexos a los alegatos finales escritos. – El 19 de agosto de 2022 el
representante remitió sus observaciones a los anexos presentados por el Estado junto a sus
alegatos finales escritos. En la misma fecha, la Comisión Interamericana indicó no tener
observaciones al respecto.
III
COMPETENCIA
16. La Corte es competente para conocer el presente caso, en los términos del artículo
62.3 de la Convención Americana, en razón de que Ecuador es Estado Parte de dicha
Convención desde el 28 de diciembre de 1977 y reconoció la competencia contenciosa de la
Corte el 24 de julio de 1984.
IV
EXCEPCIÓN PRELIMINAR
17. En el presente caso, el Estado presentó una excepción preliminar que denominó como
“subsidiariedad del Sistema Interamericano de protección de Derechos Humanos”.
18. El Estado alegó que cuenta con un “mecanismo legítimo de investigación y reparación
nacional derivado del trabajo técnico de [l]a Comisión de la Verdad”, implementada en
2003. Indicó que la Comisión de la Verdad, en su informe final, analizó el caso de Joffre
Antonio Aroca Palma, bajo la figura de la ejecución extrajudicial, habiéndole asignado el
número C 97.
auto de llamamiento a juicio plenario, confirmando en todas sus partes el auto motivado dictado por el inferior; j)
providencia de 31 de enero de 2002, con la cual se requirió que el subteniente Carlos Eduardo Rivera Enríquez y al
Policía EPYE comparezcan en la fecha y hora señalada a rendir su confesión; k) providencia de 13 de febrero de
2002, con la que se incorpora a los autos el escrito formulado por el policía EPYE, en el que señala la fecha y hora
para rendir su confesión; l) providencia del 18 de febrero de 2002 emitido por el Juzgado Segundo del IV Distrito de
la Policía Nacional; m) providencia de 11 de junio de 2003, mediante la cual se dispone la localización y captura del
subteniente Carlos Eduardo Rivera Enríquez para que cumpla con la pena impuesta; n) Resolución emitida por el
Tribunal de Disciplina con la cual se le impuso al Policía EPYE la pena de destitución o baja de las filas de la Policía
Nacional; ñ) memorando No. 2015-278-UATH-DNPJeI, en el que se informa que los señores Carlos Eduardo Rivera
Enríquez y EPYE se encuentran de baja de las filas de la Policía Nacional; o) oficio No. 2015-1939-DGPA-SL-CH, se
comunica que Carlos Eduardo Rivera Enríquez se encuentra de baja de las filas de la Policía Nacional; p)
Memorando No. FGE-GCVDH-2019-00547-M, Fiscalía informa las acciones realizadas en el caso Joffre Antonio Aroca
Palma por el presunto delito de ejecución extrajudicial; q) escrito de 23 de septiembre de 2009, emitido por la
Comisión Interamericana comunicando al Estado ecuatoriano la voluntad de la parte peticionaria de iniciar un
proceso de solución amistosa; r) escrito emitido por la Comisión informando al Estado que la parte peticionaria
decidió dar por terminada su intervención en el procedimiento de solución amistosa y proseguir con el trámite del
caso; s) oficio Nro. DPE-DNRVPI-2018-0059-0 de 16 de agosto de 2018 de la Dirección de Reparación a Víctimas y
Protección Contra la Impunidad de la Defensoría del Pueblo del Ecuador; t) actividades realizadas por la Fiscalía
General del Estado, y u) Sentencia No. 33-20-IN/21 y acumulados, de 5 de mayo de 2021, Corte Constitucional del
Ecuador, en la que utilizó el estándar interamericano referente al uso de la fuerza.
9
Para el efecto, se requirió al Estado que informara lo siguiente: a) el estado actual de la investigación a
cargo de la Fiscalía General del Estado respecto de los hechos incluidos en el informe de la Comisión de la Verdad
con relación a la muerte del señor Joffre Antonio Aroca Palma, y b) la persona o personas que estarían siendo
investigadas por parte de la Fiscalía General del Estado.
6
19. Señaló que, a partir de la emisión de su informe, la Comisión de la Verdad entregó en
julio de 2010 la documentación recopilada a la Fiscalía General del Estado, órgano que creó
la Dirección de la Comisión de la Verdad y Derechos Humanos, “dada la importancia
histórica de judicializar estos hechos”. Asimismo, a la luz de las recomendaciones
formuladas por la Comisión de la Verdad, fue aprobada en 2013 “la Ley para la reparación
de las víctimas y la judicialización de graves violaciones de derechos humanos y delitos de
lesa humanidad ocurridos en el Ecuador entre el 4 de octubre de 1983 y el 31 de diciembre
de 2008” (en adelante “Ley para la reparación de las víctimas”), que “regul[ó] la reparación
integral a las víctimas”. Para el efecto, la citada ley delegó competencias a distintas
entidades públicas, entre las que destaca la Defensoría del Pueblo, a cuyo cargo se
encuentra el programa de reparación por vía administrativa.
20. Indicó que Ecuador “cuenta con un mecanismo de reparación de víctimas que garantiza
los derechos de las personas”, por lo que la Corte “no debería declarar su competencia para
conocer el caso, toda vez que su intervención pondría en riesgo todos los procedimientos de
reparación nacional implementados”. Agregó que la Corte “debería acoger [l]a excepción
preliminar con respeto al carácter subsidiario del [S]istema [I]nteramericano, y permitir al
Estado reparar internamente a través de sus propios mecanismos legales”.
21. El representante alegó que la familia de Joffre Antonio Aroca Palma ha esperado más
de veinte años para que el Estado cumpla con su deber de reparación integral por su
responsabilidad derivada de la ejecución extrajudicial de dicha presunta víctima. Indicó que,
de permitir al Estado que “en este momento” proceda a “una ‘supuesta’ reparación a través
de sus mecanismos internos”, “las [presuntas] víctimas quedarían sin la protección del único
organismo que puede terminar con la impunidad de tantos años”. Solicitó que la excepción
preliminar sea “recha[zada]”.
22. La Comisión indicó que el alegato del Estado no tiene carácter de una excepción
preliminar, sino que corresponde a un aspecto de fondo, pues para dar respuesta al
planteamiento “se tendría que analizar los elementos de [l]os mecanismos [internos de
reparación] a la luz de los estándares internacionales de justicia, verdad y reparación”.
Señaló que la Comisión de la Verdad y la regulación contenida en la Ley para la reparación
de las víctimas son posteriores a la emisión del Informe de Admisibilidad, sin que el Estado
hubiera efectuado alegatos en cuanto a su aplicación, previo a la emisión del Informe de
Fondo.
23. Agregó que el principio de subsidiariedad del Sistema Interamericano “no implica que
los Estados deban contar con oportunidades ilimitadas para resolver la cuestión”, pues una
vez que el Estado ha tenido la oportunidad de dar respuesta a la alegada violación “sin que
lo hubiera hecho, debe entenderse que se ha resguardado el principio de subsidiariedad”. En
caso contrario, se impondrían cargas excesivas a las víctimas, quienes, a pesar de “hab[er]
recibido un rechazo a nivel interno, deb[erían] continuar intentando una respuesta
favorable”. Indicó que el principio de subsidiariedad debe ser tomado en consideración
prioritariamente en la etapa de admisibilidad del caso, de forma que, una vez admitido el
asunto, “los avances logrados por el Estado pueden ser tomados en cuenta al momento de
fijar las reparaciones”. Solicitó que la Corte “rechace” la excepción preliminar opuesta.
B. Consideraciones de la Corte
7
fondo10. Ha sido criterio reiterado de la Corte que, por medio de una excepción preliminar,
se presentan objeciones relacionadas con la admisibilidad de un caso o la competencia de la
Corte para conocer de un determinado caso o de alguno de sus aspectos, ya sea en razón de
la persona, materia, tiempo o lugar11. Por ello, independientemente de que el Estado defina
un planteamiento como “excepción preliminar”, si al analizar tales planteamientos fuere
necesario entrar a considerar previamente el fondo de un caso, los mismos perderían su
carácter preliminar y no podrían ser analizados como tales12.
25. La Corte advierte que el objeto del presente caso es determinar si el Estado violó los
derechos a la vida, a la integridad personal, a la libertad personal, a las garantías judiciales
y a la protección judicial en perjuicio de las presuntas víctimas. Los alegatos del Ecuador,
relacionados con la existencia de mecanismos de reparación a nivel interno posteriores a la
emisión del Informe de Admisibilidad de 2009, se refieren a cuestiones que se dirimirán
cuando la Corte conozca sobre el fondo del asunto. En todo caso, el Tribunal debe
determinar si las violaciones alegadas habrían ocurrido y, eventualmente, si el Estado habría
reparado tales violaciones o si cuenta con los mecanismos. Todas estas determinaciones son
cuestiones del fondo de la controversia y, en su caso, de la eventual discusión en materia de
reparaciones. En consecuencia, en virtud de que el alegato del Estado no se refiere a
cuestiones de admisibilidad del caso, la Corte desestima la excepción preliminar presentada.
V
PRUEBA
26. La Corte recibió diversos documentos presentados como prueba por la Comisión y el
Estado junto con sus escritos principales (supra párrs. 1 y 8). Como en otros casos, son
admitidos aquellos documentos presentados oportunamente (artículo 57 del Reglamento) 13
por las partes y la Comisión, cuya admisibilidad no fue controvertida ni objetada, ni cuya
autenticidad fue puesta en duda14.
27. Por otro lado, el Estado remitió, junto a sus alegatos finales escritos, documentos
presentados oportunamente como anexos al escrito de contestación, por lo que obran como
prueba en el expediente respectivo.
28. La Corte estima pertinente admitir las declaraciones rendidas en audiencia pública 15 en
la medida en que se ajusten al objeto definido por la Presidencia en la Resolución mediante
10
Cfr. Caso Cepeda Vargas Vs. Colombia. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia
de 26 de mayo de 2010. Serie C No. 213, párr. 35, y Caso Habbal y otros Vs. Argentina. Excepciones Preliminares
y Fondo. Sentencia de 31 de agosto de 2022. Serie C No. 463, párr. 21.
11
Cfr. Caso Las Palmeras Vs. Colombia. Excepciones Preliminares. Sentencia de 4 de febrero de 2000. Serie C
No. 67, párr. 32, y Caso Habbal y otros Vs. Argentina, supra, párr. 21.
12
Cfr. Caso Castañeda Gutman Vs. México. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia
de 6 de agosto de 2008. Serie C No. 184, párr. 39, y Caso Habbal y otros Vs. Argentina, supra, párr. 21.
13
La prueba documental puede ser presentada, en general y de conformidad con el artículo 57.2 del
Reglamento, junto con los escritos de sometimiento del caso, de solicitudes y argumentos o de contestación, según
corresponda, y no es admisible la prueba remitida fuera de esas oportunidades procesales, salvo en las excepciones
establecidas en el referido artículo 57.2 del Reglamento (a saber, fuerza mayor, impedimento grave) o si se tratara
de un hecho superviniente, es decir, ocurrido con posterioridad a los citados momentos procesales.
14
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Fondo. Sentencia de 29 de julio de 1988. Serie C No. 4, párr.
140, y Caso Deras García y otros Vs. Honduras. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 25 de agosto de 2022.
Serie C No. 462, párr. 31.
15
En audiencia pública, la Corte escuchó la declaración de Cynthia Aroca Palma y recibió el peritaje de
Christian Gallo Molina.
8
la cual se ordenó su recepción, y al objeto del presente caso16.
VI
HECHOS
29. Los hechos del presente caso serán determinados por la Corte con base en el marco
fáctico presentado por la Comisión, los alegatos del Estado y las pruebas aportadas. De esa
cuenta, para su mejor comprensión, los hechos serán determinados en el siguiente orden:
a) Joffre Antonio Aroca Palma y su familia; b) los hechos ocurridos el 27 de febrero de 2001;
c) procesos internos ante la jurisdicción ordinaria y ante la jurisdicción policial; d) la
inclusión del caso “Joffre Aroca” en el informe de la Comisión de la Verdad, y e) actuaciones
de la Fiscalía General del Estado con posterioridad al informe de la Comisión de la Verdad.
30. Joffre Antonio Aroca Palma, para la época de los hechos, tenía veintiún años 17, residía
en la ciudad de Guayaquil, provincia del Guayas, y trabajaba como agricultor 18. Su familia se
encontraba conformada por Winston Aroca Melgar, padre 19; Perla Palma Sánchez, madre20;
Cynthia Aroca Palma, hermana 21; Ronald Aroca Palma, hermano22; Amalia Melgar Solórzano,
abuela paterna23, y Amalia Antonieta Aroca Melgar, tía paterna24.
32. En cuanto a la detención del señor Aroca Palma, dos de las personas que se
encontraban con él el día de los hechos indicaron que jugaban cartas, sin haber ingerido
licor, cuando se acercaron los agentes de policía, quienes les exigieron sus cédulas de
identificación. Por su parte, Joffre Antonio Aroca Palma se rehúso a mostrar el documento,
momento en el que lo detuvieron y lo ingresaron a un vehículo policial. Señalaron que uno
16
Los objetos de las declaraciones se encuentran establecidos en la Resolución del Presidente de la Corte de
17 de mayo de 2022.
17
Cfr. Reconocimiento y autopsia del cadáver de Joffre Antonio Aroca Palma, elaborados por el Departamento
Médico Legal del Guayas el 27 de febrero de 2001 (expediente de prueba, tomo I, anexo 8 al Informe de Fondo,
folios 68 y 69).
18
Cfr. Petición inicial presentada ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (expediente de
prueba, tomo II, trámite ante la Comisión, folio 361).
19
Cfr. Cédula de ciudadanía de Winston Joffre Aroca Melgar (expediente de prueba, tomo I, anexo 1 al Informe
de Fondo, folio 6).
20
Cfr. Cédula de ciudadanía de Perla Annabella Palma Sánchez (expediente de prueba, tomo I, anexo 1 al
Informe de Fondo, folio 7).
21
Cfr. Cédula de ciudadanía de Cynthia Annabella Aroca Palma (expediente de prueba, tomo I, anexo 1 al
Informe de Fondo, folio 8).
22
Cfr. Cédula de ciudadanía de Ronald Byron Aroca Palma (expediente de prueba, tomo I, anexo 1 al Informe
de Fondo, folio 9).
23
Cfr. Cédula de ciudadanía de Amalia Germania Melgar Solórzano (expediente de prueba, tomo I, anexo 1 al
Informe de Fondo, folio 10).
24
Cfr. Cédula de ciudadanía de Amalia Antonieta Aroca Melgar (expediente de fondo, tomo I, anexo al escrito
de 17 de diciembre de 2020, folio 47).
25
Cfr. Acta de reconocimiento pericial de lugar de los hechos de 21 de mayo de 2001 (expediente de prueba,
tomo I, anexo 2 al Informe de Fondo, folio 12); acta de declaración de Duval Bernardo Orobio Coello de 9 de mayo
de 2001 (expediente de prueba, tomo I, anexo 3 al Informe de Fondo, folio 20), y acta de declaración de Mariuxi
Ángela Sani Salcedo de 9 de mayo de 2001 (expediente de prueba, tomo I, anexo 3 al Informe de Fondo, folio 22).
9
de los agentes de policía tenía olor a licor y que, al cuestionar por qué detenían al señor
Aroca Palma, los agentes los empujaron sin dar respuesta a su cuestionamiento 26.
33. Por otro lado, al rendir sus declaraciones, los agentes de policía indicaron que
sorprendieron al grupo de personas ingiriendo licor en la calle, por lo que procedieron a
indagarlos y registrarlos, habiendo encontrado en poder de Joffre Antonio Aroca Palma
“algunos sobres que posiblemente se trataba de droga”, motivo por el cual lo detuvieron.
Según los agentes de policía, no elaboraron un parte informativo sobre la detención, ni la
reportaron a la Central de Radio Patrullas, debido a la “congestión de la frecuencia” 27.
34. Luego de que el señor Aroca Palma fuera ingresado al vehículo policial, el subteniente
de Policía Nacional Carlos Eduardo Rivera Enríquez instruyó al conductor dirigirse a la sede
de la Policía Judicial del Guayas. Sin embargo, al circular por la avenida Barcelona dispuso
que el vehículo ingresara a la explanada del estadio Isidro Romero, hasta llegar a una parte
oscura. Una vez en el lugar, se bajaron con el detenido los agentes de Policía Nacional,
quedándose en el vehículo el agente de Policía Metropolitana y el conductor. El detenido fue
llevado a la parte posterior del estadio. Cinco minutos después regresó uno de los agentes
de Policía Nacional, y aproximadamente dos minutos después se escuchó una detonación de
arma de fuego, luego el subteniente Carlos Eduardo Rivera Enríquez regresó trotando sólo y
dispuso que el vehículo se pusiera en circulación28.
35. Según declaró el agente de Policía Metropolitana, al ser ingresado al vehículo, luego de
su detención, el subteniente Rivera Enríquez cubrió el rostro del señor Aroca Palma con la
camiseta que este vestía. Asimismo, dicho agente de Policía Metropolitana indicó que, al
preguntar al subteniente antes mencionado sobre lo ocurrido en el estadio, este respondió
que había dejado huir al detenido y que había efectuado un disparo al aire para asustarlo 29.
36. El cadáver de Joffre Antonio Aroca Palma fue encontrado horas después por
trabajadores de limpieza del estadio 30. Según la autopsia realizada, la causa de la muerte
fue hemorragia aguda interna, laceración de pulmón derecho y corazón, por el paso y salida
de proyectil de arma de fuego31.
37. El 27 de febrero de 2001, la tía paterna de Joffre Antonio Aroca Palma, Amalia
Antonieta Aroca Melgar, presentó una denuncia por la muerte de su sobrino. Ante ello, el 7
de marzo de 2001, la jueza encargada del Juzgado Quinto de lo Penal del Guayas solicitó al
Jefe Provincial de la Policía Judicial del Guayas que remitiera el resultado de las
investigaciones en torno a la denuncia presentada32.
26
Cfr. Acta de declaración de Duval Bernardo Orobio Coello de 9 de mayo de 2001 (expediente de prueba,
tomo I, anexo 3 al Informe de Fondo, folios 20 y 21), y acta de declaración de Mariuxi Ángela Sani Salcedo de 9 de
mayo de 2001 (expediente de prueba, tomo I, anexo 3 al Informe de Fondo, folios 22 y 23).
27
Cfr. Informe policial de investigación de 10 de mayo de 2001 (expediente de prueba, tomo I, anexo 4 al
Informe de Fondo, folios 34, 35 y 37).
28
Cfr. Informe policial de investigación de 10 de mayo de 2001 (expediente de prueba, tomo I, anexo 4 al
Informe de Fondo, folios 34 y 35).
29
Cfr. Acta de declaración de JFBF de 6 de abril de 2001 (expediente de prueba, tomo I, anexo 5 al Informe de
Fondo, folio 44), y acta de declaración de WKLV de 6 de abril de 2001 (expediente de prueba, tomo I, anexo 5 al
Informe de Fondo, folio 51).
30
Cfr. Acta de levantamiento de cadáver de 28 de febrero de 2001 (expediente de prueba, tomo I, anexo 7 al
Informe de Fondo, folio 66).
31
Cfr. Informe de autopsia de 27 de febrero de 2001 (expediente de prueba, tomo I, anexo 8 al Informe de
Fondo, folio 69).
32
Cfr. Informe policial de investigación de 10 de mayo de 2001 (expediente de prueba, tomo I, anexo 4 al
Informe de Fondo, folio 28).
10
38. El 7 de marzo de 2001 el Jefe Provincial de la Policía Judicial del Guayas requirió al
Juez de Turno de lo Penal del Guayas que extendiera las boletas de detención del agente de
Policía Metropolitana y el conductor de la patrulla, ante lo cual la autoridad judicial dispuso
remitir las correspondientes boletas de detención e instruyó que se efectuaran las
investigaciones correspondientes33.
39. El 8 de marzo de 2001 el Juez Segundo del Cuarto Distrito de la Policía Nacional
dispuso el arresto del subteniente Rivera Enríquez “por existir sospechas fundadas de haber
participado en la muerte” del señor Aroca Palma. El mismo día, el Jefe de la brigada de
delitos contra las personas de la Policía Judicial del Guayas informó sobre el arresto del
agente de Policía Nacional EPYE34.
40. El 19 de marzo de 2001 el señor Winston Joffre Aroca Melgar, padre de Joffre Antonio
Aroca Palma, formuló acusación particular contra los agentes de policía y el conductor de la
patrulla35.
41. El 22 de marzo de 2001 la Jueza Quinta de lo Penal del Guayas dictó auto de cabeza
de proceso contra el agente de Policía Metropolitana y el conductor de la patrulla por la
muerte del señor Aroca Palma. Respecto del subteniente Rivera Enríquez y el agente de
Policía Nacional EPYE, la jueza indicó que cuando ocurrieron los hechos “se encontraban de
servicio”, por lo que, conforme al Código de Procedimiento Penal, se inhibía de resolver su
situación jurídica y dispuso remitir copia de las actuaciones al Juzgado Segundo del Cuarto
Distrito de la Policía Nacional, donde se tramitaba el proceso respectivo por los mismos
hechos36.
42. El 5 de abril de 2001 el Comandante del Cuarto Distrito de la Policía Nacional dispuso
la conformación de un tribunal de disciplina para “conocer, juzgar y sancionar la o las faltas
disciplinarias atribuidas” al agente de Policía Nacional EPYE. El 11 de abril del mismo año el
tribunal de disciplina consideró al agente EPYE responsable de una falta disciplinaria al no
haber informado a sus superiores de lo sucedido, por lo que lo sancionó con la “[destitución]
o [baja] de las filas de la Policía Nacional”37.
44. El 17 de julio de 2001 la Jueza Quinta de lo Penal del Guayas dictó auto de apertura a
plenario contra el agente de Policía Metropolitana y el conductor de la patrulla por
considerarlos encubridores de la muerte del señor Aroca Palma. A su vez, la Jueza dejó sin
efecto el auto de prisión y dispuso emitir las boletas de excarcelación de ambos sindicados 39.
33
Cfr. Informe policial de investigación de 10 de mayo de 2001 (expediente de prueba, tomo I, anexo 4 al
Informe de Fondo, folio 28).
34
Cfr. Informe policial de investigación de 10 de mayo de 2001 (expediente de prueba, tomo I, anexo 4 al
Informe de Fondo, folio 29).
35
Cfr. Acusación del Ministerio Fiscal de la Segunda Corte Distrital de Justicia Policial (expediente de prueba,
tomo I, anexo 6 al Informe de Fondo, folio 54).
36
Cfr. Resolución del Juzgado Quinto de lo Penal del Guayas de 22 de marzo de 2001 (expediente de prueba,
tomo I, anexo 6 al Informe de Fondo, folio 54).
37
Cfr. Resolución del tribunal de disciplina de 11 de abril de 2001 (expediente de prueba, tomo I, anexo 20 al
Informe de Fondo, folio 131).
38
Cfr. Parte informativo de 5 de julio de 2001, dirigido al Comandante Provincial de la Policía Nacional del
Guayas (expediente de prueba, tomo I, anexo 10 al Informe de Fondo, folio 78).
39
Cfr. Resolución de la Jueza Quinta de lo Penal del Guayas de 17 de julio de 2001 (expediente de prueba,
tomo I, anexo 11 al Informe de Fondo, folio 87).
11
45. El 29 de octubre de 2001 el Juzgado Segundo del Cuarto Distrito de la Policía Nacional
emitió resolución mediante la cual llamó a juicio plenario al subteniente de Policía Nacional
Rivera Enríquez por el delito de homicidio causado o asesinato, manteniendo vigente la
orden de detención en su contra. Asimismo, llamó a juicio plenario al agente de Policía
Nacional EPYE al considerarlo encubridor del delito de homicidio causado o asesinato,
disponiendo no ordenar su detención por tratarse de un encubridor 40.
46. El 18 de febrero de 2002 el Juzgado Segundo del Cuarto Distrito de la Policía Nacional
ordenó la localización y captura del agente EPYE, en virtud de que en varias ocasiones no
había comparecido a rendir su declaración. A su vez, la autoridad judicial policial dispuso la
suspensión del proceso contra el referido agente de Policía Nacional, hasta que fuera
aprehendido o se presentara voluntariamente 41.
47. El 27 de marzo de 2002 el Juzgado Segundo del Cuarto Distrito de la Policía Nacional
ordenó la libertad del subteniente Rivera Enríquez por haberse cumplido el plazo
determinado por la Constitución Política del Estado en relación con el contenido del Código
de Procedimiento Penal42.
Que desde el momento que el [o]ficial se quedó solo con el detenido hasta cuando se escuchó el
disparo, no transcurrieron más de dos minutos, tiempo en el que, no se establece la presencia de
ninguna otra persona. También se encuentra probado que el [o]ficial que luego de la detonación
regresó el vehículo, no dando razón de lo sucedido con el detenido. […] [U]no de los médicos
legistas que intervino en la diligencia de reconocimiento y autopsia médico legal, aclarando entre
otras cosas que, dada la localización de las heridas internas en órganos vitales como son pulmón y
corazón, la muerte debió ser a los pocos segundos, esto es caso instantáneo, no siendo posible
que la víctima haya salido corriendo como afirmó el encausado. Tampoco es admisible la versión
de un posible force[j]eo entre el detenido y el [o]ficial de policía para arrebatarle el arma si
tomamos en cuenta la circunstancia técnicamente establecida de que el disparo se efectuó a larga
distancia a más de 80 cm. […] lo que demuestra que el disparador se encontraba tras de la víctima
y este de espaldas en relación al primero 43.
49. Para el efecto, la autoridad judicial policial consideró como atenuante “su conducta
anterior y posterior al hecho”, así como “haberse presentado voluntariamente para su
juzgamiento”. El tribunal dispuso que debía descontarse de la pena privativa de libertad el
tiempo que el acusado había permanecido detenido, y le impuso como penas accesorias la
separación del servicio activo de la Policía Nacional y el pago de daños y perjuicios 44.
40
Cfr. Resolución del Juzgado Segundo del Cuarto Distrito de Policía Nacional de 29 de octubre de 2001
(expediente de prueba, tomo I, anexo 13 al Informe de Fondo, folios 96 y 97).
41
Cfr. Resolución del Juzgado Segundo del Cuarto Distrito de la Policía Nacional de 18 de febrero de 2002
(expediente de prueba, tomo I, anexo 14 al Informe de Fondo, folio 100).
42
Cfr. Resolución del Juzgado Segundo del Cuarto Distrito de la Policía Nacional de 27 de marzo de 2002
(expediente de prueba, tomo I, anexo 15 al Informe de Fondo, folio 102).
43
Cfr. Resolución del Tribunal del Crimen de Oficiales Superiores de la Policía Nacional de 19 de abril de 2002
(expediente de prueba, tomo I, anexo 16 al Informe de Fondo, folios 109 y 110).
44
Cfr. Resolución del Tribunal del Crimen de Oficiales Superiores de la Policía Nacional de 19 de abril de 2002
(expediente de prueba, tomo I, anexo 16 al Informe de Fondo, folios 109 y 110).
45
Cfr. Resolución de la Segunda Corte Distrital de la Policía Nacional de 5 de noviembre de 2002 (expediente
de prueba, tomo I, anexo 17 al Informe de Fondo, folios 112 y 113).
12
51. Por su parte, el 25 de febrero de 2003 la Corte Nacional de Justicia Policial confirmó la
sentencia de apelación, en virtud del recurso de tercera instancia promovido por el acusador
particular46.
52. El 18 de febrero de 2003, mediante orden general No. 35, fue dado de baja de las filas
policiales el oficial Rivera Enríquez47.
53. El 11 de junio de 2003 el Juzgado Segundo del Cuarto Distrito de la Policía Nacional
ordenó que se procediera a la localización y captura del exsubteniente Rivera Enríquez, a
efecto de que cumpliera la pena impuesta48. Dicha persona no fue capturada.
54. El 5 de enero de 2007 el Juzgado Segundo del Cuarto Distrito de la Policía Nacional
dejó sin efecto la orden de detención girada contra el exagente EPYE en virtud de haber
comparecido a juicio por intermedio de su abogado defensor 49. Esta Corte no fue informada
acerca de la continuación del proceso en su contra.
55. El 15 de marzo de 2012 el Tribunal Décimo de Garantías Penales del Guayas, ante la
solicitud del exsubteniente Rivera Enríquez, declaró la prescripción de la pena que le había
sido impuesta, para lo cual consideró:
[D]esde la fecha de razón de la ejecutoria de la sentencia […] han transcurrido 08 años con 363
días; siendo que el acusado fue sancionado con una pena de ocho años de reclusión y siendo que
la pena prescribe por el tiempo establecido en la misma, […] el tiempo de la mencionada pena se
encuentra vencido […]50.
56. El 3 de mayo de 2007, mediante Decreto Presidencial No. 305, fue creada la Comisión
de la Verdad, con el propósito de “investigar y esclarecer e impedir la impunidad respecto de
los hechos violentos y violatorios de los derechos humanos, ocurridos entre 1984 y 1988 y
otros períodos”. Para el efecto, entre los objetivos de la Comisión de la Verdad estaban los
siguientes: “[r]ealizar una investigación profunda e independiente sobre las violaciones de
derechos humanos ocurridas entre 1984 y 1988, y otros casos especiales […]”, y
“[p]romover un reconocimiento a las víctimas de dichas violaciones y diseñar las políticas de
reparación”51.
46
Cfr. Resolución de la Corte Nacional de Justicia Policial de 25 de febrero de 2003 (expediente de prueba,
tomo I, anexo 18 al Informe de Fondo, folios 116 a 119).
47
Cfr. Orden general No. 35 de 18 de febrero de 2003 (expediente de prueba, tomo III, anexo 27 al escrito de
contestación, folios 1174 y 1175).
48
Cfr. Resolución del Juzgado Segundo del Cuarto Distrito de la Policía Nacional de 11 de junio de 2003
(expediente de prueba, tomo I, anexo 19 al Informe de Fondo, folio 122).
49
Cfr. Resolución del Juzgado Segundo del Cuarto Distrito de la Policía Nacional de 5 de enero de 2007
(expediente de prueba, tomo III, anexo 23 al escrito de contestación, folio 1123).
50
Cfr. Resolución del Tribunal Décimo de Garantías Penales del Guayas de 15 de marzo de 2012 (expediente
de prueba, tomo III, anexo 24 al escrito de contestación, folio 1158).
51
Cfr. Decreto No. 305 de 3 de mayo de 2007 (expediente de prueba, tomo III, anexo 28 al escrito de
contestación, folios 1178 a 1182).
52
Cfr. Caso Casierra Quiñonez y otros Vs. Ecuador. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 11 de mayo de 2022. Serie C No. 450, párr. 90.
13
58. Así, con el número de referencia “C 97” fue incluido el caso “Joffre Aroca”, en los
términos siguientes:
Los policías se dirigieron con dirección al “estadio de Barcelona, hicieron parar la camioneta, lo
llevaron [a Joffre Aroca] atrás del estadio, regresó un policía y el oficial […] se quedó con mi hijo.
Se oyó un tiro, (…) a los tres o cuatro minutos regresa trotando el oficial a la camioneta y uno de
ellos le pregunta ‘¿Qué pasó con el detenido?’ Él responde: ‘¡Di un disparo y lo hice huir!’. Se
subieron a la camioneta y se van a la PJ [Policía Judicial] (…)”.
Recién al enterarse de que su hijo no se había ido en el tour con sus amigos porque había sido
detenido por la Policía, su padre se trasladó a la Policía Judicial y a hospitales sin encontrarlo. Una
tía del joven afirma que horas más tarde “a las tres de la tarde se acerca una camioneta a
preguntar dónde vivía la familia Aroca. Yo estaba en ese momento ahí, y les dije: ¿Qué pasa? ¡Yo
soy familia Aroca! Me dijeron: ¡Hay un joven en la morgue!
El 2 de marzo de 2001 se presentó la denuncia por el delito de asesinato ante el Juzgado Quinto de
lo Penal del Guayas. […]
El oficial […] fue puesto en prisión preventiva y recluido en un cuartel policial. Al poco tiempo
escapó[,] pero fue recapturado. Sin embargo, al año de prisión preventiva salió libre por la
dilatación del proceso. Estando en libertad le fue notificada la sentencia condenatoria de ocho años
de reclusión y hasta este momento no ha podido ser capturado. El 18 de mayo de 2004 Joffre
Aroca Melgar presentó una petición ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos 53.
53
Cfr. Informe de la Comisión de la Verdad. Tomo IV: relatos de casos, periodo 1989-2008. Ecuador, 2010,
págs. 135 y 136. Disponible en: https://panchurtado.files.wordpress.com/2013/02/tomo4.pdf.
54
Cfr. Memorando No. FGE-GCVDH-2019-00547-M de 25 de julio de 2019, emitido por la Fiscalía General del
Estado (expediente de prueba, tomo III, anexo 29 al escrito de contestación, folios 1184 y 1185).
14
VIII
FONDO
VIII.1
DERECHOS A LA VIDA, A LA INTEGRIDAD PERSONAL Y A LA LIBERTAD PERSONAL,
EN RELACIÓN CON LAS OBLIGACIONES DE RESPETAR Y GARANTIZAR LOS
DERECHOS55
61. La Corte procederá al estudio de las distintas cuestiones planteadas en torno a los
alegatos de violación a los derechos a libertad personal, a la vida y a la integridad personal.
62. La Comisión argumentó que no existe controversia en cuanto a que el día de los
hechos el señor Aroca Palma se encontraba con un grupo de amigas y amigos y que, al
preguntar a cuatro agentes policiales que se les acercaron por qué les requerían mostrar sus
cédulas de identidad, fue retenido. Tampoco existe controversia respecto a que no se había
dictado una orden judicial ni existía una situación de flagrancia para proceder a la detención.
63. Indicó que no existe documento alguno que acredite la requisa a la que se refirieron en
sus declaraciones algunos agentes policiales, quienes aludieron a la existencia de sobres con
presunta droga en posesión de la presunta víctima. En todo caso, la eventual requisa habría
sido efectuada con posterioridad a la detención, por lo que no fue la razón de esta y del
traslado del señor Aroca Palma al vehículo policial. A ello se suma que, en ninguna de las
declaraciones, los agentes expresaron “la razón por la cual se habría retenido inicialmente”
al señor Aroca Palma. Incluso, no fue emitido parte oficial alguno sobre la detención, ni se
comunicó tal hecho a la Central de Radio Patrullas.
64. La Comisión señaló que no se cuenta con información sobre la existencia de normativa
interna que facultara a los agentes a efectuar detenciones con fines de identificación, por
razones de sospecha o para realizar requisas, lo que tampoco fue alegado por el Estado. De
igual forma, tampoco fue alegado que existiera legislación que incluyera la exigencia de
rendición de cuentas de las autoridades policiales, por escrito y ante sus superiores, sobre
las razones por las que habrían procedido a una detención sin orden judicial y sin que
existiera flagrancia. En consecuencia, la detención de la presunta víctima resultó ilegal y
arbitraria, en contravención a los artículos 7.1, 7.2 y 7.3 de la Convención Americana, en
relación con los artículos 1.1 y 2 del mismo instrumento internacional.
65. Agregó que el Estado no presentó información que pudiera corroborar que los agentes
55
Artículos 4, 5 y 7 de la Convención Americana, en relación con el artículo 1.1 del mismo instrumento.
15
policiales habrían manifestado al señor Aroca Palma las razones de su detención. En tal
sentido, quienes acompañaban a la presunta víctima al momento de su detención tampoco
escucharon que se indicaran tales razones. Asimismo, resulta evidente que la detención no
tenía como fin presentar al retenido a la autoridad competente para que determinara la
legalidad de aquella y resguardara su seguridad personal. Por consiguiente, el Estado es
responsable de la violación a los artículos 7.4 y 7.5 de la Convención, en relación con el
artículo 1.1 del mismo instrumento internacional.
67. El Estado indicó que, para la época de los hechos, contaba con “mecanismos
normativos […] para asegurar la protección y garantía del derecho a la libertad personal”,
incluidos el artículo 23 de la Constitución de 1998 y las disposiciones contenidas en su
artículo 24, que “reconocía de forma concreta los presupuestos jurídicos que debían
considerar los agentes públicos al privar de la libertad a alguna persona”. La Constitución
también reconocía el derecho a promover el recurso de habeas corpus ante la vulneración
del derecho a la libertad personal. Asimismo, el Código Penal vigente para la época
“castigaba todo arresto ilegal y arbitrario que [fuer]a cometido en perjuicio de alguna
persona”.
68. Señaló que las normativas constitucional y ordinaria vigentes mantienen y refuerzan
las garantías y mecanismos de protección de dicho derecho. Agregó que, desde la fecha en
que ocurrieron los hechos hasta la actualidad, Ecuador “ha sostenido una estructura
institucional protectora del derecho a la libertad personal de todas las personas que se
encuentren bajo su jurisdicción”, y “ha demostrado mantener un progresivo […] avance
normativo que amplía y complementa este derecho con otras garantías procesales y
jurisdiccionales”.
69. La Comisión argumentó que es un hecho no controvertido que el señor Aroca Palma
falleció el 27 de febrero de 2001 como consecuencia del disparo efectuado por el
subteniente de la Policía Nacional, quien se encontraba en funciones. Señaló que fue dictada
una Sentencia condenatoria contra dicha persona, lo que descarta la versión sostenida por
esta, en cuanto a que la presunta víctima habría salido corriendo y que el disparo habría
sido el resultado de un forcejeo entre ambos.
70. Indicó que correspondía al Estado brindar una explicación satisfactoria de lo sucedido,
sin que hubiera aportado una tesis que permita considerar que la muerte de la presunta
víctima fue el resultado de un uso legítimo de la fuerza letal, lo que tampoco se desprende
de las actuaciones. Por el contrario, el Estado reconoció que el agente disparó y que se inició
una investigación que culminó con el fallo condenatorio. Por consiguiente, la muerte del
señor Aroca Palma “constituyó una ejecución extrajudicial”. Concluyó que Ecuador es
responsable por la violación del artículo 4.1 de la Convención Americana, en relación con las
obligaciones establecidas en el artículo 1.1 del mismo instrumento, en perjuicio del señor
Aroca Palma.
56
Argumento presentado al formular los alegatos finales escritos.
16
vulneraciones injustificables contra su vida, libertad, integridad y dignidad” 57.
72. El Estado señaló que, como lo refirió la Comisión de la Verdad en su informe final,
para la época de los hechos Ecuador contaba con un marco normativo que protegía la vida
de todas las personas, contenido en el artículo 23 de la Constitución Política de 1998 y el
Código Penal, vigente para dicha época, que sancionaba “cualquier acto que lesion[ara] y
vulne[rara] el derecho a la vida”. Señaló que la Constitución promulgada en 2008 y el
Código Penal Orgánico, vigente desde 2014, reconocen igualmente la inviolabilidad del
derecho a la vida. Agregó que el último cuerpo legal citado incorporó el tipo penal de
ejecución extrajudicial, lo que ha sido valorado positivamente por distintas instancias
internacionales. Indicó que a nivel interno han sido implementados de manera progresiva
programas de capacitación en materia de derechos humanos, dirigidos a la formación de
agentes policiales, lo que evidencia los esfuerzos emprendidos en esta materia.
73. Alegó que la muerte del señor Aroca Palma fue investigada de manera oportuna, al
punto de haber impuesto la sanción correspondiente al agente estatal responsable del delito.
Aunado a ello, la Fiscalía General del Estado, desde diciembre de 2010, continuó
emprendiendo diferentes diligencias para lograr la captura del exagente policial condenado
por la muerte de la presunta víctima. De igual forma, el Ministerio de Gobierno ha
desarrollado las acciones dirigidas a lograr su localización y captura. Todo lo anterior
“demuestr[a] que el Estado ecuatoriano garantiza el derecho a la inviolabilidad de la vida, la
prohibición de ejecuciones extrajudiciales y la prevención razonable de actos que puedan
afectar potencialmente” dicho derecho.
74. La Comisión indicó que el señor Aroca Palma fue detenido de forma ilegal y arbitraria,
sin información sobre las razones de su detención, ingresado a un vehículo policial donde se
le cubrió su rostro con una camiseta, y luego conducido a las afueras de un estadio, donde
los agentes policiales lo bajaron y, después de caminar por un par de minutos, “fue
disparado”. Señaló que “considera razonable concluir” que lo anterior “generó una situación
de gran ansiedad y temor” en la presunta víctima sobre cuál sería su destino, por lo que el
Estado violó su derecho a la integridad personal.
B. Consideraciones de la Corte
57
Argumento presentado al formular los alegatos finales escritos.
58
Argumento presentado al formular los alegatos finales escritos.
17
internos del Estado, el señor Aroca Palma fue detenido durante la madrugada del 27 de
febrero de 2001 por agentes de policía, quienes lo condujeron hasta la explanada del
entonces Estadio Isidro Romero, donde horas después fue hallado su cadáver.
tiene dos tipos de regulaciones bien diferenciadas entre sí, una general y otra específica. La
general se encuentra en el primer numeral: “[t]oda persona tiene el derecho a la libertad y a la
seguridad personales”. […L]a específica está compuesta por una serie de garantías que protegen el
derecho a no ser privado de la libertad ilegalmente (artículo 7.2) o arbitrariamente (artículo 7.3), a
conocer las razones de la detención y los cargos formulados en contra del detenido (artículo 7.4),
al control judicial de la privación de la libertad y la razonabilidad del plazo de la prisión preventiva
(artículo 7.5), a impugnar la legalidad de la detención (artículo 7.6) y a no ser detenido por deudas
(artículo 7.7). Cualquier violación de los numerales 2 al 7 del artículo 7 de la Convención acarreará
necesariamente la violación del artículo 7.1 de la misma 61.
59
Cfr. Caso Juan Humberto Sánchez Vs. Honduras. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 7 de junio de 2003. Serie C No. 99, párr. 84, y Caso Habbal y otros Vs. Argentina, supra, párr. 62.
60
Cfr. Caso Servellón García y otros Vs. Honduras. Sentencia de 21 de septiembre de 2006. Serie C No. 152,
párr. 86, y Caso Guerrero, Molina y otros Vs. Venezuela. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 3 de junio de
2021. Serie C No. 424, supra, párr. 102.
61
Cfr. Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez Vs. Ecuador. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 21 de noviembre de 2007. Serie C No. 170, párr. 54, y Caso Habbal y otros Vs. Argentina,
supra, párr. 62.
62
Cfr. Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez Vs. Ecuador, supra, párr. 57, y Caso González y otros Vs.
Venezuela. Fondo y Reparaciones. Sentencia de 20 de septiembre de 2021. Serie C No. 436, párr. 104.
63
Cfr. Caso Gangaram Panday Vs. Surinam. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 21 de enero de 1994.
Serie C No. 16, párr. 47, y Caso González y otros Vs. Venezuela, supra, párr. 97.
64
Cfr. Caso Cabrera García y Montiel Flores Vs. México. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas .
Sentencia de 26 de noviembre de 2010. Serie C No. 220, párr. 106, y Caso Guerrero, Molina y otros Vs. Venezuela,
supra, párr. 105.
18
debe darse cuando esta se produce65. Lo segundo, el control judicial, para constituir una
salvaguarda efectiva contra las detenciones ilegales o arbitrarias, debe darse “sin demora” 66.
82. Al efectuar el análisis del caso concreto, la Corte advierte que la Constitución Política
de la República del Ecuador, decretada en 1998 y vigente para la época de los hechos,
regulaba en su artículo 24 lo siguiente:
Para asegurar el debido proceso deberán observarse las siguientes garantías básicas, sin
menoscabo de otras que establezcan la Constitución, los instrumentos internacionales, las leyes o
la jurisprudencia: […]
4. Toda persona, al ser detenida, tendrá derecho a conocer en forma clara las razones de su
detención, la identidad de la autoridad que la ordenó, la de los agentes que la llevan a cabo y la de
los responsables del respectivo interrogatorio. […]
6. Nadie será privado de su libertad sino por orden escrita de juez competente, en los casos, por el
tiempo y con las formalidades prescritas por la ley, salvo delito flagrante, en cuyo caso tampoco
podrá mantenérsele detenido sin fórmula de juicio, por más de veinticuatro horas. Se exceptúan
los arrestos disciplinarios previstos por la ley dentro de los organismos de la fuerza pública. Nadie
podrá ser incomunicado67.
83. De conformidad con los hechos acreditados, el señor Aroca Palma fue detenido por los
agentes de Policía durante la madrugada del 27 de febrero de 2001. No consta que dicha
detención hubiera estado precedida de una orden judicial ni que hubiera respondido a una
situación de flagrancia. Aunado a ello, los agentes de policía no elaboraron el
correspondiente parte informativo de la detención ni informaron sobre esta a la Central de
Radio Patrullas.
84. Conforme a lo declarado por dos de las personas que acompañaban al señor Aroca
Palma el día de los hechos, su detención habría sido determinada porque se negó a mostrar
su documento de identidad, lo que evidenciaría un exceso en el ejercicio de las funciones de
los agentes de policía, quienes, conforme a la normativa vigente aducida por el Estado,
carecían de facultades para proceder a la detención con fines de identificación.
85. En todo caso, según declararon las personas que acompañaban a la presunta víctima el
día de los hechos, los agentes no informaron sobre la razón de la detención. Tampoco consta
que el señor Aroca Palma fuera llevado sin demora ante la autoridad judicial. En
consecuencia, la detención no observó el requisito de legalidad, ni cumplió con las
salvaguardas de notificación de sus razones y control judicial.
86. Por lo expuesto, la Corte concluye que el Estado violó el derecho a la libertad personal
del señor Joffre Antonio Aroca Palma, previsto en el artículo 7 de la Convención Americana,
en sus numerales 1, 2, 4 y 5, en relación con la obligación de respetar los derechos
humanos sin discriminación, que surge del artículo 1.1 del mismo tratado.
65
Cfr. Caso Juan Humberto Sánchez Vs. Honduras, supra, párr. 82, y Caso Guerrero, Molina y otros Vs.
Venezuela, supra, párr. 105.
66
Cfr. Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez Vs. Ecuador, supra, párr. 57, y Caso Guerrero, Molina y otros Vs.
Venezuela, supra, párr. 105.
67
Cfr. Constitución Política de la República del Ecuador, publicada el 11 de agosto de 1998 y derogada por la
Constitución de la República del Ecuador de 2008. Disponible en:
https://www.acnur.org/fileadmin/Documentos/BDL/2002/0061.pdf.
19
apropiadas para proteger y preservar el derecho a la vida (obligación positiva) 68 conforme al
deber de garantizar el pleno y libre ejercicio de los derechos de todas las personas bajo su
jurisdicción69.
89. En el presente caso, las circunstancias en que se produjo la muerte del señor Aroca no
es un hecho controvertido. El señor Aroca Palma falleció a consecuencia de un disparo por
arma de fuego detonado cuando se encontraba bajo detención de los agentes de policía. Las
autoridades ecuatorianas llegaron a la misma conclusión. En efecto, fue dictada una
sentencia condenatoria por parte de los órganos jurisdiccionales internos en la que se tuvo
por acreditada la responsabilidad penal del subteniente de Policía Nacional Rivera Enríquez
por dicha muerte, dado su proceder arbitrario. De ahí que los propios órganos internos
hayan tenido por desvirtuada la versión sostenida por dicho miembro policial respecto de las
circunstancias en que se habría producido el fallecimiento de la presunta víctima. Todo lo
anterior fue corroborado igualmente en el informe final de la Comisión de la Verdad, en la
que se calificó el hecho como una “ejecución extrajudicial”.
91. En consecuencia, a partir de lo decidido por los órganos internos, lo que encuentra
respaldo en los alegatos de Ecuador, es concluyente que la muerte del señor Aroca Palma
derivó de un ejercicio arbitrario de la fuerza por parte un agente estatal con el resultado de
la muerte de una persona, lo que permite calificar los hechos del caso como una ejecución
extrajudicial. Lo anterior determina la violación del artículo 4.1 de la Convención Americana,
en relación con el artículo 1.1 del mismo instrumento internacional.
92. Este Tribunal ha conocido circunstancias respecto de las que determinó que personas
que fueron ejecutadas extrajudicialmente vieron lesionado, además de su derecho a la vida,
su derecho a la integridad personal, por el “temor profundo ante el peligro real e inminente
68
Cfr. Caso de los “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros) Vs. Guatemala. Fondo. Sentencia de 19 de
noviembre de 1999, párr. 144, y Caso Digna Ochoa y familiares Vs. México. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 25 de noviembre de 2021. Serie C No. 447, párr. 141.5.
69
Cfr. Caso Myrna Mack Chang Vs. Guatemala. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 25 de noviembre
de 2003. Serie C No. 101, párr. 153, y Caso Digna Ochoa y familiares Vs. México, supra, párr. 141
70
Cfr. Caso Neira Alegría y otros Vs. Perú. Fondo. Sentencia de 19 de enero de 1995. Serie C No 20, párr. 60,
y Caso Manuela y otros Vs. El Salvador. Excepciones preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 2 de
noviembre de 2021. Serie C No. 441, párr 239.
71
Cfr. Caso Montero Aranguren y otros (Retén de Catia) Vs. Venezuela. Excepción Preliminar, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 5 de julio de 2006. Serie C No. 150, párr. 80, y Caso Olivares Muñoz y otros
Vs. Venezuela. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 10 de noviembre de 2020. Serie C No. 415, párr. 89.
20
de que [las agresiones] culminaría[n] con su propia muerte”72.
93. Es un hecho acreditado que, según declaró el agente de Policía Metropolitana, al ser
ingresado el señor Aroca Palma al vehículo policial, el subteniente Rivera Enríquez cubrió su
rostro con la camiseta de la presunta víctima (supra párr. 35). A continuación, en vez de
llevar al detenido a una sede policial, el subteniente Rivera Enríquez dio la orden de que la
patrulla se condujera a la explanada del Estadio Isidro Romero, hasta una parte oscura, y
una vez en el lugar, los agentes de Policía Nacional bajaron al detenido y lo condujeron a la
parte posterior del estadio (supra párr. 34). Minutos después se escuchó un disparo, a partir
del cual falleció la presunta víctima.
94. Lo anteriormente indicado denota que, en efecto, por las circunstancias en que
acontecieron los hechos y el modo de actuar de los agentes policiales, con especial mención
del subteniente Rivera Enríquez, es posible inferir que el señor Aroca Palma habría sufrido
angustia, ansiedad y temor ante la posibilidad real de que los sucesos culminaran con su
propia muerte, en clara violación de su integridad psíquica y moral, consagrada en el
artículo 5.1 de la Convención Americana.
95. De esa cuenta, ninguna relevancia habría tenido que para la época de los hechos el
Estado contara con normativa que protegiera el derecho a la integridad personal, como
pretendió alegar Ecuador en su defensa.
VIII.2
DERECHOS A LAS GARANTÍAS JUDICIALES Y A LA PROTECCIÓN JUDICIAL, EN
RELACIÓN CON LAS OBLIGACIONES DE RESPETAR Y GARANTIZAR LOS DERECHOS
Y DE ADOPTAR DISPOSICIONES DE DERECHO INTERNO73
97. La Comisión señaló que, al tratarse de violaciones a derechos humanos, los hechos
del caso no podían considerarse “delitos de función”, por lo que la investigación de la muerte
de la presunta víctima debió adelantarse ante el fuero ordinario. De esa cuenta, al haber
aplicado la justicia penal policial, el Estado violó los derechos a contar con una autoridad
competente, independiente e imparcial, y a contar con un recurso judicial adecuado y
efectivo.
98. Indicó que, si bien la justicia penal policial emitió condena contra uno de los agentes
policiales, el fallo no fue ejecutado. Conforme a la información obtenida, dicha persona “se
encuentra prófuga”, al igual que otro funcionario policial involucrado en los hechos. En
cuanto al proceso ante la jurisdicción ordinaria, según las actuaciones, la causa continuaría
abierta desde la muerte de la presunta víctima. Al respecto, el Estado no demostró haber
adelantado dicho proceso con la debida diligencia y en un plazo razonable. En todo caso,
dado que solo hubo sentencia ante la justicia policial, no se garantizó a la familia del señor
Aroca Palma “un esclarecimiento de los hechos y [la] determinación de todas las
72
Cfr. Caso Cantoral Huamaní y García Santa Cruz Vs. Perú. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 10 de julio de 2007. Serie C No. 167, párr. 99, y Caso Deras García y otros Vs. Honduras,
supra, párr. 80.
73
Artículos 8 y 25 de la Convención Americana, en relación con los artículos 1.1 y 2 del mismo instrumento.
21
responsabilidades”.
99. La Comisión agregó que “a la fecha se mantiene una situación de impunidad por los
hechos del caso”, habiéndose incumplido, por parte de las autoridades internas, el “deber de
garantizar una adecuada investigación a efectos de identificar y[,] en su caso, sancionar a
todas las personas responsables de la muerte” de la presunta víctima, “así como para hacer
cumplir la única condena impuesta por su ejecución extrajudicial”. En consecuencia, el
Estado violó los artículos 8.2 y 25.1 de la Convención, en relación con los artículos 1.1 y 2
del mismo instrumento internacional, en perjuicio de los familiares del señor Aroca Palma.
101. El Estado indicó que la Comisión incurrió en una contradicción en su argumento, pues
“por un lado […] exij[e] […] investigación y sanción, y por otro, el impulso de cumplimiento
de la sanción o condena al responsable penal del asunto”. Señaló que la investigación penal
impulsada a nivel interno tuvo como resultado la correspondiente sentencia condenatoria. En
forma paralela, la Policía Nacional sancionó disciplinariamente, con destitución del cargo, a
uno de los agentes involucrados, a la vez que el Subteniente fue dado de baja de las filas
policiales.
102. Alegó que, aunado a lo anterior, la Fiscalía General del Estado, a partir del informe de
la Comisión de la Verdad, se encuentra desarrollando un “complejo contraste documental
[…] orientad[o] a recuperar elementos materiales para el caso”. Ecuador manifestó
“ratifica[r] su voluntad de avanzar en una investigación […] con estándar interamericano de
derechos humanos en el contexto de graves violaciones de derechos humanos”. Refirió que
“no existen elementos concordantes, consistentes y visibles que permitan concluir
vulneraciones a las garantías judiciales y a la protección judicial”.
B. Consideraciones de la Corte
103. La Corte ha reiterado que, de conformidad con la Convención Americana, los Estados
Partes están obligados a suministrar recursos judiciales efectivos a las víctimas de
violaciones a los derechos humanos (artículo 25), recursos que deben ser sustanciados de
conformidad con las reglas del debido proceso legal (artículo 8.1), todo ello dentro de la
obligación general, a cargo de los mismos Estados, de garantizar el libre y pleno ejercicio de
los derechos reconocidos por la Convención a toda persona que se encuentre bajo su
jurisdicción (artículo 1.1)75.
104. El Tribunal recuerda que en el caso Valencia Hinojosa y otra Vs. Ecuador, cuyos
fundamentos fueron reiterados en el caso Villarroel Merino y otros Vs. Ecuador, concluyó que
la jurisdicción penal policial implementada en el Estado ecuatoriano, durante el tiempo en el
que funcionó, no formaba parte del Poder Judicial, sino que era dependiente funcional y
administrativamente del Poder Ejecutivo76. A partir de ello, la Corte agregó lo siguiente:
74
Argumento presentado al formular los alegatos finales escritos.
75
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Excepciones Preliminares. Sentencia de 26 de junio de 1987.
Serie C No. 1, párr. 91, y Caso Sales Pimenta Vs. Brasil. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 30 de junio de 2022. Serie C No. 454, párr. 82
76
Cfr. Caso Valencia Hinojosa y otra Vs. Ecuador. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 29 de noviembre de 2016. Serie C No. 327, párr. 113, y Caso Villarroel Merino y otros Vs. Ecuador.
Excepciones preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de agosto de 2021. Serie C No. 430,
párr. 138.
22
la dependencia funcional y administrativa del sistema de justicia policial al Poder Ejecutivo, y la
imposibilidad de solicitar una revisión judicial por parte de la jurisdicción ordinaria, no garantizaban
la independencia e imparcialidad institucional de la jurisdicción policial. Además, la relación de
subordinación y cadena de mando, propia de la Policía Nacional, no ofrecía garantías suficientes de
independencia e imparcialidad de los jueces penales policiales, a nivel personal o individual, debido
a: la manera en que eran nombrados; la ausencia de garantías suficientes de estabilidad en el
cargo (especialmente para los Juzgados de Distrito, cuyos puestos eran de libre nombramiento y
remoción y que, como sucedió en este caso, tenían competencia para determinar la continuación o
no de la causa), y el estatus de oficiales en servicio activo de la mayoría de los intervinientes (lo
cual generaba la posibilidad que los jueces de distrito, por ejemplo, tuvieran que investigar a
funcionarios de mayor jerarquía o a sus mismos compañeros de promoción) 77.
105. En el presente caso, es un hecho no controvertido que fue la jurisdicción penal policial,
ante la inhibitoria de la jurisdicción ordinaria, la que llevó a cabo la investigación y
enjuiciamiento del subteniente de la Policía Nacional Carlos Eduardo Rivera Enríquez,
habiendo emitido una sentencia condenatoria en su contra. Respecto del agente EPYE, quien
también era miembro de la Policía Nacional, esta Corte no fue informada sobre el avance del
proceso seguido en su contra ante la misma jurisdicción penal policial. Por su parte, tampoco
se cuenta con información acerca del proceso que la jurisdicción ordinaria habría entablado
contra el agente de Policía Metropolitana y el conductor de la patrulla utilizada el día de los
hechos.
106. Así las cosas, en lo que atañe al único proceso que culminó con un fallo de condena, el
Tribunal considera, con base en los precedentes citados, que la jurisdicción penal policial no
ofrecía las garantías de independencia e imparcialidad desde el punto de vista institucional 78.
De esa cuenta, la sola actuación de dicha jurisdicción especial acarreó violación a los
artículos 8.1 y 25.1 de la Convención Americana. Aunado a ello, el referido fallo
condenatorio, que impuso una pena a la única persona declarada responsable por el hecho,
no fue ejecutado dada la incomparecencia del condenado al proceso y la consecuente
inacción de las autoridades para dar con su paradero, situación que fue aprovechada por el
exsubteniente Rivera Enríquez para reclamar la aplicación de la prescripción de la pena, a lo
que accedió el correspondiente órgano jurisdiccional. Lo anterior redundó en la violación del
derecho de acceso a la justicia de los familiares del señor Aroca Palma.
107. Por otra parte, la Corte recuerda que el artículo 2 de la Convención Americana obliga a
los Estados a adecuar su derecho interno a dicho instrumento, para garantizar los derechos
y libertades en este consagrados79. Así, la Corte no obvia que en 2008 Ecuador adoptó una
nueva Constitución, mediante la cual derogó el fuero policial. Sin embargo, resalta que al
momento de los hechos se encontraba vigente dicha jurisdicción especial, la cual desarrolló
y concluyó la investigación por la muerte del señor Aroca Palma, en violación de las
garantías de independencia e imparcialidad. Aun cuando este Tribunal valora los cambios
normativos realizados por el Ecuador, advierte que dicha modificación no fue aplicada al
caso concreto. Por tanto, la Corte considera que el Estado adicionalmente incumplió con su
obligación de adecuar su normativa interna a fin de garantizar el acceso a una justicia
independiente e imparcial80.
108. La Corte acredita que el caso de la muerte del señor Aroca Palma fue incluido en el
informe final de la Comisión de la Verdad, documento que calificó dicho suceso como una
“ejecución extrajudicial”. Asimismo, a partir de dicho informe, la Fiscalía General del Estado
77
Cfr. Caso Valencia Hinojosa y otra Vs. Ecuador, supra, párr. 114, y Caso Villarroel Merino y otros Vs.
Ecuador, supra, párr. 138.
78
Cfr. Caso Valencia Hinojosa y otra Vs. Ecuador, supra, párr. 115, y Caso Villarroel Merino y otros Vs.
Ecuador, supra, párr. 141.
79
Cfr. Caso Castillo Petruzzi y otros Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 30 de mayo de
1999. Serie C No. 52, párr. 207, y Caso Movilla Galarcio y otros Vs. Colombia. Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 22 de junio de 2022. Serie C No. 452, párr. 138.
80
Cfr. Caso Valencia Hinojosa y otra Vs. Ecuador, supra, párr. 118, y Caso Villarroel Merino y otros Vs.
Ecuador, supra, párr. 142.
23
asumió el conocimiento del asunto por la presunta comisión de los delitos de tortura,
privación ilegal de la libertad y ejecución extrajudicial, investigación que se encuentra
abierta en la actualidad. De esa cuenta, sin demeritar los esfuerzos que puedan estar
emprendiendo las autoridades competentes en este asunto, la responsabilidad internacional
del Ecuador no queda desvirtuada con la intervención de la Comisión de la Verdad y el
conocimiento del caso por parte de la Fiscalía General del Estado, dado que no esto no
descarta las violaciones antes apuntadas.
VIII.3
DERECHO A LA INTEGRIDAD PERSONAL DE LOS FAMILIARES DE JOFFRE ANTONIO
AROCA PALMA, EN RELACIÓN CON LAS OBLIGACIONES DE RESPETAR Y
GARANTIZAR LOS DERECHOS81
110. La Comisión indicó que la muerte del señor Aroca Palma, en las condiciones como
ocurrió, sumado a que la única sentencia dictada no ha sido ejecutada y que no se han
concluido las investigaciones respecto del resto agentes policiales involucrados, causaron un
grave sufrimiento a sus familiares. Refirió que el Estado es responsable internacionalmente
por la violación del artículo 5.1 de la Convención, en relación con el artículo 1.1 del mismo
instrumento.
111. El representante señaló que, conforme a lo declarado por Cynthia Aroca Palma en la
audiencia pública, los familiares del señor Joffre Antonio Aroca Palma son víctimas, debido al
sufrimiento causado, no solo por la muerte de este último, sino por su incansable petición de
justicia para que el Estado cumpliera su obligación 82.
112. El Estado señaló que “las actuaciones emprendidas por los funcionarios públicos
respecto de investigar los hechos, juzgar y sancionar a los responsables […] implicó una
restitución de[l] derecho”, por lo que “la integridad personal de los familiares de Joffre Aroca
fue precautelada en todo momento dentro de la jurisdicción nacional”. Concluyó que el
Estado “ha demostrado a través de la normativa y de la[s] actuaci[ones], una constante
protección del derecho a la integridad personal”.
B. Consideraciones de la Corte
81
Artículo 5 de la Convención Americana, en relación con el artículo 1.1 del mismo instrumento.
82
Argumento presentado al formular los alegatos finales escritos.
83
Cfr. Caso Castillo Páez Vs. Perú. Fondo. Sentencia de 3 de noviembre de 1997. Serie C No. 34, punto
resolutivo cuarto, y Caso Sales Pimenta Vs. Brasil, supra, , párr. 125.
24
estos hechos84, tomando en cuenta, entre otros, las gestiones realizadas para obtener
justicia y la existencia de un estrecho vínculo familiar 85. De esta forma, corresponde
presumir la violación del derecho a la integridad personal, aplicando una presunción iuris
tantum, respecto a familiares tales como madres y padres, hijos e hijas, esposos y esposas
y compañeros y compañeras permanentes de víctimas de ciertas violaciones de derechos
humanos, siempre que ello responda a las circunstancias particulares en el caso 86. En
relación con tales familiares, corresponde al Estado desvirtuar dicha presunción, la que
procede, entre otras circunstancias, en casos de ejecuciones extrajudiciales 87.
114. En el presente caso, la gravedad de los hechos que derivaron en la muerte del señor
Aroca Palma, permite al Tribunal presumir que su padre y su madre vieron afectada su
integridad personal como consecuencia de la conducta estatal violatoria de derechos
humanos examinada en esta Sentencia.
115. Aunado a lo anterior, la señora Cynthia Aroca Palma, al rendir su declaración ante esta
Corte, se refirió a la afectación que a nivel familiar se produjo como consecuencia de la
muerte de su hermano, lo que incidió en sus padres, su hermano, su abuela paterna y su tía
paterna, quienes integraban el entorno familiar en la época de los hechos. Indicó que el
dolor que sus padres sintieron por el fallecimiento de su hijo se mantuvo a lo largo del
tiempo88.
116. Por otro lado, la Corte constató que el señor Winston Joffre Aroca Melgar, padre de
Joffre Antonio Aroca Palma, instó ante las autoridades competentes el proceso para la
averiguación de lo ocurrido (supra párr. 40), con el resultado referido, en cuanto a que no
logró ejecutarse la pena impuesta a la única persona declarada responsable por el suceso.
117. Destaca también que, para la época de los hechos, integraban el entorno familiar del
señor Aroca Palma, además de sus padres y de su hermana y hermano, su abuela paterna y
su tía paterna, habiendo sido esta última quien promovió una denuncia por la muerte de su
sobrino (supra párr. 30). De esa cuenta, todas las anteriores personas deben ser
consideradas víctimas.
118. En consecuencia, para el Tribunal es concluyente que la muerte del señor Aroca Palma
afectó la integridad psíquica y moral de sus familiares. En todo caso, no cabe considerar,
como pretende el Estado, que las acciones de las autoridades en materia de justicia hayan
implicado una “restitución” de sus derechos, máxime ante el resultado de inejecución de la
pena impuesta a la única persona condenada por el hecho.
84
Cfr. Caso Blake Vs. Guatemala. Fondo. Sentencia de 24 de enero de 1998. Serie C No. 36, párr. 114, y Caso
Sales Pimenta Vs. Brasil, supra, párr. 125.
85
Cfr. Caso Bámaca Velásquez Vs. Guatemala. Fondo. Sentencia de 25 de noviembre de 2000. Serie C No. 70,
párr. 163, y Caso Sales Pimenta Vs. Brasil, supra, párr. 125.
86
Cfr. Caso Valle Jaramillo y otros Vs. Colombia. Interpretación de la Sentencia de Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 7 de julio de 2009. Serie C No. 134, párr. 146, y Caso Maidanik y otros Vs. Uruguay. Fondo y
Reparaciones. Sentencia de 15 de noviembre de 2021. Serie C No. 444, párr. 185.
87
Cfr. Caso de la “Masacre de Mapiripán” Vs. Colombia. Sentencia de 15 de septiembre de 2005. Serie C No.
134, párr. 146, y Caso Maidanik y otros Vs. Uruguay, supra, párr. 185.
88
Cfr. Declaración de Cynthia Aroca Palma, rendida en audiencia pública ante esta Corte.
25
IX
REPARACIONES
121. La reparación del daño ocasionado por la infracción de una obligación internacional
requiere, siempre que sea posible, la plena restitución (restitutio in integrum), que consiste en
el restablecimiento de la situación anterior. De no ser esto factible, el Tribunal determinará
medidas para garantizar los derechos conculcados y reparar las consecuencias que las
infracciones produjeron90. Por tanto, la Corte ha considerado la necesidad de otorgar diversas
medidas de reparación, a fin de resarcir los daños de manera integral, por lo que, además
de las compensaciones pecuniarias, las medidas de restitución, rehabilitación, satisfacción y
garantías de no repetición tienen especial relevancia por los daños ocasionados 91. Asimismo,
este Tribunal ha establecido que las reparaciones deben tener un nexo causal con los hechos
del caso, las violaciones declaradas, los daños acreditados, así como las medidas solicitadas
para reparar los daños respectivos92.
122. En consecuencia, con base en las violaciones declaradas en esta Sentencia, el Tribunal
procederá a analizar las pretensiones presentadas por la Comisión, así como los argumentos
del Estado.
A. Parte lesionada
123. Este Tribunal considera parte lesionada, en los términos del artículo 63.1 de la
Convención Americana, a quienes han sido declaradas víctimas de la violación de algún
derecho en esta Sentencia. Por lo tanto, la Corte considera como parte lesionada a Joffre
Antonio Aroca Palma y sus familiares Winston Joffre Aroca Melgar, Perla Palma Sánchez,
Cynthia Aroca Palma, Ronald Aroca Palma, Amalia Melgar Solórzano y Amalia Antonieta
Aroca Melgar.
124. Al respecto, la Corte toma nota que los padres de Joffre Antonio Aroca Palma, Winston
Joffre Aroca Melgar93 y Perla Palma Sánchez94, fallecieron, lo que será tomado en cuenta
para los efectos correspondientes.
B. Obligación de investigar
125. La Comisión solicitó que se ordene al Estado “[r]ealizar una investigación completa y
efectiva de las violaciones de derechos humanos declaradas”, lo que implica: a) “despl[gar]
89
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Reparaciones y Costas. Sentencia de 21 de julio de 1989. Serie
C No. 7, párr. 25, y Caso Deras García y otros Vs. Honduras, supra, párr. 90.
90
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Reparaciones y Costas, supra, párr. 65, y Caso Deras García y
otros Vs. Honduras, supra, párr. 91.
91
Cfr. Caso de la Masacre de Las Dos Erres Vs. Guatemala. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 24 de noviembre de 2009. Serie C No. 211, párr. 226, y Caso Deras García y otros Vs.
Honduras, supra, párr. 91.
92
Cfr. Caso Ticona Estrada y otros Vs. Bolivia. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 27 de noviembre
de 2008. Serie C No. 191, y Caso Deras García y otros Vs. Honduras, supra, párr. 92.
93
Cfr. Certificado de defunción de Winston Joffre Aroca Melgar, expedido por la Dirección General de Registro
Civil, Identificación y Cedulación (expediente de fondo, tomo I, anexo al escrito de 17 de diciembre de 2020, folio
42).
94
Cfr. Certificado de defunción de Perla Palma Sánchez, expedido por la Dirección General de Registro Civil,
Identificación y Cedulación (expediente de fondo, tomo I, anexo al escrito de 17 de diciembre de 2020, folio 43).
26
todos los esfuerzos necesarios para lograr la captura” del agente policial declarado responsable,
“a fin de que cumpla la condena impuesta”, y b) “investig[ar] todas las demás responsabilidades
en la justicia penal ordinaria”.
126. El Estado indicó que la Fiscalía General del Estado ha informado sobre distintas diligencias
efectuadas, a la vez que continúa “desplegando las actuaciones necesarias para avanzar en la
investigación y dar inicio al proceso penal correspondiente”. Señaló que en una reunión de
trabajo sostenida con los familiares del señor Aroca Palma en agosto de 2020, se les indicó que,
en caso de requerir información sobre el avance de las investigaciones, “se podría gestionar una
reunión con la Fiscalía”.
127. Conforme a los hechos acreditados, la única persona condenada por la muerte del señor
Aroca Palma no cumplió la pena impuesta. Asimismo, no consta información sobre el avance de
los procesos seguidos contra el expolicía EPYE ni respecto del agente de Policía Metropolitana y
el conductor de la patrulla.
128. La Corte valora positivamente los esfuerzos del Ecuador, llevados a cabo por medio de la
Fiscalía General del Estado, para continuar la investigación ante la jurisdicción ordinaria, a fin de
esclarecer de forma completa lo ocurrido. En congruencia con lo indicado, el Tribunal dispone
que el Estado deberá, en un plazo razonable y con la debida diligencia, promover, continuar y
concluir las investigaciones que sean necesarias para determinar todas las circunstancias de la
muerte del señor Joffre Antonio Aroca Palma, y, en su caso, juzgar y eventualmente sancionar a
la persona o personas responsables. Para el efecto, el Estado deberá garantizar el pleno acceso
y capacidad de actuar de las víctimas en todas las etapas de las investigaciones, de acuerdo con
la ley interna y las normas de la Convención Americana95.
129. Por último, la Corte advierte que la investigación emprendida por la Fiscalía General del
Estado fue reanudada por la posible comisión de los delitos de tortura, privación ilegal de la
libertad y ejecución extrajudicial, en lo que coincidió el informe final de la Comisión de la
Verdad. La Corte reitera, asimismo, su jurisprudencia constante respecto de que resulta
contrario a la Convención Americana sobre Derechos Humanos el aplicar figuras como la
prescripción para eximir responsabilidades en casos de graves violaciones a los derechos
humanos.
C. Medidas de rehabilitación
130. La Comisión solicitó que se dispongan las medidas de atención en salud física y mental
necesarias para los familiares del señor Aroca Palma, las que deberán ser implementadas “en
caso de ser voluntad de las víctimas y de manera concertada con ellas y sus representantes”.
131. El Estado indicó que el Ministerio de Salud Pública, por medio de la Subsecretaría
Nacional de Promoción de la Salud e Igualdad, ha informado sobre las diversas diligencias
emprendidas con los familiares del señor Aroca Palma, “con el objetivo de precautelar su salud”.
Ello fue manifestado por los hermanos de la víctima, quienes, durante la reunión de trabajo
sostenida en 2020 con autoridades estatales, a fin de prever los mecanismos de cumplimiento
de las recomendaciones formuladas por la Comisión, indicaron “que mantienen contacto directo”
con las autoridades sanitarias.
132. La Corte valora positivamente los esfuerzos que habría emprendido Ecuador para dar
cumplimiento a las recomendaciones formuladas oportunamente por la Comisión
Interamericana. De esa cuenta, tomando en consideración su voluntad en esta materia y dadas
las violaciones declaradas, se ordena al Estado que, en caso de que las víctimas así lo requieran,
95
Cfr. Caso Del Caracazo Vs. Venezuela. Reparaciones y Costas. Sentencia de 29 de agosto de 2002. Serie C
No. 95, párr. 118, y Caso Deras García y otros Vs. Honduras, supra, párr. 97.
27
brinde o continúe brindando tratamiento psicológico y/o psiquiátrico a Cynthia Aroca Palma,
Ronald Aroca Palma, Amalia Melgar Solórzano y Amalia Antonieta Aroca Melgar. Los
tratamientos deberán prestarse en forma gratuita y prioritaria, y deberán incluir la provisión de
los medicamentos que pudieran requerirse y, en su caso, el transporte y otros gastos
directamente relacionados y necesarios. Asimismo, los tratamientos deberán prestarse, en la
medida de lo posible, en los centros más cercanos a los lugares de residencia de las personas
beneficiarias, por el tiempo que sea necesario. Al proveer los tratamientos deberán considerarse
las circunstancias y necesidades particulares de cada víctima, según lo que se acuerde con ella y
después de una evaluación individual96.
133. Las personas beneficiarias disponen de un plazo de seis meses, contado a partir de la
notificación de la presente Sentencia, para confirmar al Estado su intención de recibir atención
psicológica y/o psiquiátrica97. A su vez, el Estado dispondrá de un plazo máximo de seis meses,
contado a partir de la recepción de dicha solicitud, para brindar de manera efectiva la atención
solicitada.
D. Medidas de satisfacción
135. Este Tribunal, como lo ha hecho en otros casos98, dispone que el Estado publique, en el
plazo de seis meses, contado a partir de la notificación de este Fallo, en un tamaño de letra
legible y adecuado, lo siguiente: a) el resumen oficial de la presente Sentencia, elaborado por la
Corte, por una sola vez, en el Diario Oficial, en un tamaño de letra legible y adecuado; b) el
resumen oficial de la Sentencia elaborado por la Corte, por una sola vez, en un medio de
comunicación de amplia circulación nacional, en un tamaño de letra legible y adecuado, y c) la
presente Sentencia en su integridad, disponible por un período de un año, en un sitio web
oficial, de una manera accesible al público y desde la página de inicio del sitio web. El Estado
deberá informar de forma inmediata a este Tribunal una vez que proceda a realizar cada una de
las publicaciones dispuestas, independientemente del plazo de un año de que dispone para
presentar su primer informe, conforme a lo señalado en el punto resolutivo 11 de este Fallo.
136. Por otro lado, con el objeto de reparar el daño causado a las víctimas, y evitar que hechos
similares se repitan, la Corte estima necesario ordenar que el Estado realice un acto público de
reconocimiento de responsabilidad internacional en relación con los hechos del presente caso,
en el plazo de un año a partir de la notificación de la presente Sentencia. En dicho acto, se
deberá hacer referencia a las violaciones de los derechos humanos declaradas en este Fallo. El
referido acto deberá llevarse a cabo mediante una ceremonia pública en presencia de las
víctimas, si así lo desean, y de altos funcionarios del Estado. La determinación de la fecha, el
lugar y las modalidades del acto, deberán ser consultados y acordados previamente con las
víctimas o sus representantes. Además, con el fin de contribuir a despertar la conciencia para
prevenir y evitar la repetición de hechos lesivos como los ocurridos en el presente caso, la Corte
ordena al Estado difundir dicho acto a través de algún medio televisivo abierto y de alcance
nacional99.
96
Cfr. Caso Kawas Fernández Vs. Honduras. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 3 de abril de 2009.
Serie C No. 196, párr. 209, y Caso Sales Pimenta Vs. Brasil, supra, párr. 151.
97
Cfr. Caso Rosendo Cantú y otra Vs. México. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas . Sentencia
de 31 de agosto de 2010. Serie C No. 216, párr. 253, y Caso Sales Pimenta Vs. Brasil, supra, párr. 152.
98
Cfr. Caso Cantoral Benavides Vs. Perú. Reparaciones y Costas. Sentencia de 3 de diciembre de 2001. Serie C
No. 88, párr. 79, y Caso Deras García y otros Vs. Honduras, supra, párr. 108.
99
Cfr. Inter alia, Caso del Penal Miguel Castro Castro Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 25
de noviembre de 2006. Serie C No. 160, párr. 445 y Caso Deras García y otros Vs. Honduras, supra, párr. 109.
28
137. La Comisión solicitó que se ordene al Estado implementar los siguientes mecanismos de
no repetición: a) programas de capacitación permanente a agentes policiales sobre el uso de la
fuerza, incluyendo el uso de la fuerza letal, conforme a los estándares internacionales; b)
“medidas para asegurar la efectiva rendición de cuentas en el fuero penal, disciplinario o
administrativo”, ante el “presunto abuso de poder por parte de agentes […] a cargo de la
seguridad pública en el marco de detenciones como la ocurrida en el presente caso”; y c)
medidas dirigidas a “fortalecer la capacidad investigativa, con la debida diligencia y de
conformidad con los estándares internacionales”, de “posibles ejecuciones extrajudiciales en el
marco del uso de la fuerza letal por parte de funcionarios policiales, de manera que existan
protocolos eficaces para realizar dichas investigaciones”.
138. El Estado alegó que “ha puesto en marcha distintas medidas para evitar el cometimiento
de nuevos hechos que puedan poner en peligro el efectivo cumplimiento de los derechos
humanos de todas las personas en la jurisdicción nacional”. Señaló que el Ministerio de Gobierno
ha informado de los programas de capacitación permanente dirigido al personal policial en
materias de derechos humamos, uso de la fuerza y ejecución extrajudicial, entre otras.
139. Agregó que el Tribunal “debe valorar la recepción internacional del derecho interamericano
por parte de la Corte Constitucional del Ecuador a través de su Sentencia No. 33-20-IN/21 y
acumulados de 5 de mayo de 2021”, la que se basó en los fallos de los casos Zambrano Vélez y
García Ibarra, así como en varios informes de la Comisión Interamericana “en torno al uso de la
fuerza por parte de la Policía Nacional”. Tales acciones “ratifican la posición de respeto y
garantía de derechos humanos por parte del Estado”.
140. La Corte toma nota, como fue informado por el Estado, que ha implementado distintos
programas de capacitación dirigidos a los miembros de la institución policial en materias
relativas a normativa nacional e internacional en uso de la fuerza y procedimientos aplicados al
uso de la fuerza, desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, tortura y “mantenimiento
del orden”. De esa cuenta, el Tribunal estima que no es procedente ordenar medidas en este
sentido.
141. Por otro lado, tampoco se consideran necesarias medidas adicionales concernientes a
garantizar la rendición de cuentas de los agentes encargados de la seguridad pública y a
fortalecer la capacidad investigativa ante casos que involucren el uso de la fuerza letal por parte
de funcionarios policiales. Lo anterior, dado que lo analizado en este Fallo no denota ni permite
cuestionar la capacidad de la Fiscalía General del Estado para ejercer tales funciones, en tanto
es la autoridad competente actualmente para tales asuntos.
F. Indemnizaciones compensatorias
142. La Comisión solicitó que el Estado “[r]epar[e] integralmente las violaciones de derechos
humanos declaradas […], incluyendo una justa compensación por daño material e inmaterial”.
143. El Estado señaló que, durante el trámite ante la Comisión, se informó acerca de la
celebración de distintas reuniones de trabajo con los familiares del señor Aroca Palma, dirigidas
a cumplir las recomendaciones incluidas en el Informe de Fondo. En tal sentido, las reuniones
sostenidas a nivel interno tuvieron como objetivo conocer los criterios de las presuntas víctimas
sobre las posibles indemnizaciones, como sus pretensiones en tal sentido, en concordancia con
los mecanismos nacionales de reparación de las víctimas cuyos casos fueron documentados por
la Comisión de la Verdad. Solicitó que no se dispongan reparaciones “pues se ha evidenciado la
inexistencia de daños” y la “ausencia de todo sustento probatorio” a ese respecto.
144. Este Tribunal ha desarrollado en su jurisprudencia que el daño material supone la pérdida
o detrimento de los ingresos de las víctimas, los gastos efectuados con motivo de los hechos y
29
las consecuencias de carácter pecuniario que tengan un nexo causal con los hechos del caso 100.
Asimismo, la jurisprudencia ha reiterado el carácter ciertamente compensatorio de las
indemnizaciones, cuya naturaleza y monto dependen del daño ocasionado, por lo que no pueden
significar ni enriquecimiento ni empobrecimiento para las víctimas o sus sucesores101. En cuanto
al daño inmaterial, ha establecido que puede comprender tanto los sufrimientos y las aflicciones
causados a la víctima directa y a sus allegados, como el menoscabo de valores muy
significativos para las personas, así como las alteraciones, de carácter no pecuniario, en las
condiciones de existencia de la víctima o su familia102.
145. Respecto del daño material, si bien la representación de las víctimas no acreditó
erogación alguna efectuada a partir de los hechos del caso, dado que omitió la presentación
de su escrito de solicitudes, argumentos y pruebas, a partir del marco fáctico acreditado el
Tribunal presume que sí se efectuaron tales gastos, tanto en lo concerniente a la inhumación
del cadáver de Joffre Antonio Aroca Palma, como a los esfuerzos emprendidos en materia de
acceso a la justicia.
147. Por consiguiente, la Corte estima procedente ordenar el pago, en equidad, de USD$
50.000 (cincuenta mil dólares de los Estados Unidos de América) por concepto de daño
material, el que correspondería hacer efectivo a los padres de Joffre Antonio Aroca Palma, y
dado que ambas personas fallecieron, el pago respectivo deberá hacerse, por partes iguales,
a sus hijos Cynthia Aroca Palma y Ronald Aroca Palma.
148. En cuanto al daño inmaterial, dadas las violaciones a derechos humanos declaradas en
este Fallo, los sufrimientos ocasionados, el tiempo transcurrido y la afectación al proyecto de
vida de cada una de las víctimas, el Tribunal fija en equidad las indemnizaciones
correspondientes. De esa cuenta, respecto a Joffre Antonio Aroca Palma, se ordena el pago
de USD$ 80.000,00 (ochenta mil dólares de los Estados Unidos de América), el que
correspondería hacer efectivo a sus padres, y dado que ambas personas fallecieron, el pago
respectivo deberá hacerse, por partes iguales, a sus hijos Cynthia Aroca Palma y Ronald
Aroca Palma.
G. Costas y gastos
100
Cfr. Caso Bámaca Velásquez Vs. Guatemala. Reparaciones y Costas. Sentencia de 22 de febrero de 2002.
Serie C No. 91, párr. 43, y Caso Deras García y otros Vs. Honduras, supra, párr. 123.
101
Cfr. Caso de la "Panel Blanca" (Paniagua Morales y otros) Vs. Guatemala. Reparaciones y Costas. Sentencia
de 25 de mayo de 2001. Serie C No. 76, párr. 79, y Caso Deras García y otros Vs. Honduras, supra, párr. 123.
102
Cfr. Caso de los “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros) Vs. Guatemala. Reparaciones y Costas.
Sentencia de 26 de mayo de 2001. Serie C No. 77, párr. 84, y Caso Deras García y otros Vs. Honduras, supra, párr.
123.
30
150. La Corte recuerda que, conforme a su jurisprudencia, las costas y gastos hacen parte
del concepto de reparación, toda vez que la actividad desplegada por las víctimas con el fin
de obtener justicia, tanto a nivel nacional como internacional, implica erogaciones que deben
ser compensadas cuando la responsabilidad internacional del Estado es declarada mediante
una sentencia condenatoria. En cuanto al reembolso de las costas y gastos, corresponde al
Tribunal apreciar prudentemente su alcance, el cual comprende los gastos generados ante
las autoridades de la jurisdicción interna, así como los generados en el curso del proceso
ante el Sistema Interamericano, teniendo en cuenta las circunstancias del caso concreto y la
naturaleza de la jurisdicción internacional de protección de los derechos humanos. Esta
apreciación puede ser realizada con base en el principio de equidad y tomando en cuenta los
gastos señalados por las partes, siempre que su quantum sea razonable 103.
151. En el presente caso no consta en el expediente respaldo probatorio alguno con relación
a las costas y gastos en los cuales hayan incurrido las víctimas. No obstante, el Tribunal
considera razonable suponer que tales trámites necesariamente implicaron erogaciones
pecuniarias, por lo que determina que el Estado debe pagar la cantidad de USD $5.000,00
(cinco mil dólares de los Estados Unidos de América), a favor del representante, abogado
Gabriel Palacios Verdesoto.
152. El Estado deberá efectuar el pago de las sumas fijadas en concepto de indemnizaciones
por conceptos de daño material e inmaterial, y costas, establecidas en la presente Sentencia
directamente a las personas identificadas, dentro del plazo de un año, contado a partir de la
notificación del presente Fallo. Lo anterior, sin perjuicio de que pueda adelantar los pagos en
un plazo menor. En caso de que las personas beneficiarias fallezcan antes de que le sean
entregadas las indemnizaciones respectivas, estas se efectuarán directamente a sus
derechohabientes, conforme al Derecho interno aplicable.
153. El Estado deberá cumplir con las obligaciones monetarias mediante el pago en dólares
de los Estados Unidos de América.
154. Si por causas atribuibles a las personas beneficiarias de las indemnizaciones o a sus
derechohabientes no fuese posible el pago de las cantidades determinadas dentro del plazo
indicado, el Estado consignará dichos montos a su favor en una cuenta o certificado de
depósito en una institución financiera ecuatoriana solvente, en dólares de los Estados Unidos
de América, y en las condiciones financieras más favorables que permitan la legislación y la
práctica bancaria. Si no se reclama la indemnización correspondiente una vez transcurridos
diez años, las cantidades serán devueltas al Estado con los intereses devengados. En caso
de que lo anterior no sea posible, el Estado deberá mantener asegurada la disponibilidad de
los fondos por el plazo de diez años.
156. En caso de que el Estado incurriera en mora, deberá pagar un interés sobre la cantidad
adeudada correspondiente al interés bancario moratorio en Ecuador.
103
Cfr. Caso Garrido y Baigorria Vs. Argentina. Reparaciones y Costas. Sentencia de 27 de agosto de 1998.
Serie C No. 39, párrs. 82, y Caso Pavez Pavez Vs. Chile. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 4 de febrero
de 2022. Serie C No. 449, párr. 200.
31
X
PUNTOS RESOLUTIVOS
LA CORTE
DECIDE,
Por unanimidad:
DECLARA,
Y DISPONE:
32
7. El Estado brindará el tratamiento psicológico y/o psiquiátrico que requieran las
víctimas, en los términos de lo establecido en los párrafos 132 y 133 de esta Sentencia.
10. El Estado pagará las cantidades fijadas en los párrafos 147, 148, 149 y 151 de la
presente Sentencia por concepto de indemnización por daño material e inmaterial, y costas,
en los términos de los párrafos 152 a 156 del presente Fallo.
11. El Estado, dentro del plazo de un año contado a partir de la notificación de esta
Sentencia, rendirá al Tribunal un informe sobre las medidas adoptadas para cumplir con la
misma, sin perjuicio de lo establecido en el párrafo 135 del presente Fallo.
33
Corte IDH. Aroca Palma y otros Vs. Ecuador. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 8 de noviembre de 2022. Sentencia adoptada en San José, Costa Rica.
Comuníquese y ejecútese,
34