Notas 2.1
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Etimología[editar]
La danza se conoce como perrear, por imitación de los movimientos del coito en la postura del
perro. El nombre debió popularizarse a fines de la década de 1990, aunque diferentes fuentes
señalan orígenes y tiempos distintos. Otra versión es que toma su nombre del movimiento
característico de apareamiento de muchos animales, especialmente de la forma y movimiento
en que los canes machos se acoplan encima de la hembra. El baile también es denominado
frecuentemente mediante la metáfora «sexo vestido, sexo con ropa o faje».
Términos relacionados[editar]
También se emplea el verbo perrear, un neologismo, que significa «bailar perreo». Al hombre
que baila perreo se le llama «perro» y a la mujer «perra», y más raramente «gata». Este
nombre es fuente de muchos juegos de palabras, como por ejemplo «el perro entre las
gatas». A las estríperes que bailan perreo se las denomina «gata sandunguera». Al igual que
en Cuba se le denomina «culipandeo», relacionándolo con el acto sexual, ya que estos tres
países se caracterizan por tener una forma de baile muy peculiar y original, también en
la República Dominicana y Puerto Rico se caracterizan por esto. La forma de culipandeo de
estas tres naciones se caracteriza por expresar seducción a la pareja con movimientos suaves
y muy sensuales.
Términos en inglés[editar]
El nombre grinding (en inglés «moler» o «picar») proviene de que los que bailan mueven su
pelvis en un movimiento rítmico (como al moler, o picar) friccionándose con las de los
demás. Twerking; que según el diccionario Oxford English Dictionary, es un término de la
cultura popular actual recientemente agregado de manera oficial al idioma inglés, que significa
bailar música de manera sexualmente provocativa, lo que incluye una postura en cuclillas y
movimientos de empuje de caderas; en referencia a su etimología, se presume que su origen
tuviera lugar en el siglo XIX, producto de una fusión entre twich o twist, que significan
'contracción' o 'torsión', y jerk, que quiere decir 'movimiento rápido o espasmódico', todo lo
cual podríamos traducir como 'movimiento de sacudidas'. Booty dancing (similar a «bailar con
el culo») viene de la expresión jerga afroamericana booty («culo», «coño», «sexo»). Bumping'
(«impacto»), freak dancing («baile desenfrenado») y houseing (del estilo musical House) se
utilizan con menos frecuencia.
Movimientos[editar]
El perreo consiste prácticamente en imitar el acto sexual de los perros, fuera de este
movimiento básico ya no tiene reglas o coreografías prefijadas muy precisas, aunque algunos
han tratado de hacer una cierta sistematización. Sin embargo hay unas normas no escritas de
la apariencia que debe de tener el baile para que se le llame perreo.
Las técnicas fueron adoptadas por el perreo a partir de los vídeos musicales del reguetón: las
rodillas ligeramente flexionadas, un/a bailarín/a tiene movimientos sueltos y realiza gestos
típicos, y otro/a le provoca agitando vigorosamente las caderas. Algunos pasos se han tomado
prestados de bailes latinoamericanos más antiguos como la salsa y el merengue, en los que
también se encuentran contoneos de cadera y el descender flexionando las rodillas para luego
subir.
Además, incorpora movimientos tomados de diferentes posturas sexuales: se arrima desde
atrás a la pareja y ajustan y frotan sus caderas y genitales, se agacha delante de la pareja de
baile para colocarse como los perros en la cópula, se ponen frente a frente y abrazan los
muslos del compañero/a con los propios, uno/a se tumba en el suelo y el otro/a se arrodilla
sentándose sobre su pelvis y mueve su cadera en círculos; las posturas en el perreo sólo
están limitadas por lo que se permitan los participantes y su agilidad.
Protestas y provocación[editar]
Al contrario que en otros estilos de baile1 el contacto genital no sólo está permitido sino que
incluso se busca explícitamente.
En el año 2000 se falló una sentencia del Tribunal Supremo en Atlanta con cierta polémica: El
club juvenil «Market» fue cerrado, sus directores (Cliff Levingston y Taylor Williams) fueron
llevados a prisión. El desencadenante fue el organizar sesiones de baile en los que menores –
algunos niños de diez años– practicaban booty dancing.234 En diferentes escuelas se
cancelaron o prohibieron sesiones de baile porque los jóvenes bailaban grinding.5 Y aunque el
estilo de baile de connotaciones sexuales como el booty dancing en la jurisdicción
estadounidense no fue ni cuestionado ni aprobado por su similitud con la cópula, «pudo sin
embargo fomentar los prejuicios, particularmente concernientes a la promiscuidad» y
erosionar así la credibilidad de los testigos en un juicio con jurado.6
En la Argentina, Showmatch, el programa de mayor éxito del país, recibió denuncias por
presentar niños de 9 y 10 años bailando perreo.7