Actividad 4
Actividad 4
Actividad 4
educación de calidad
Docente
programa:
Educación Ambiental
17/11/2022
Guión:
para una promoción de la formación ciudadana que favorezca una educación de calidad, y por tanto,
Tonucci (2009) nos plantea que <<el hecho real es que estas "educaciones" no se pueden
enseñar, puesto que son necesario vivirlas. Únicamente se pueden aprender, asimilar e incorporar a
participación, tanto en el aula como en el centro educativo, para así fomentar el desarrollo de una
educación de calidad.
El aula y el centro, en general son los marcos idóneos para el desarrollo del aprendizaje
democrático y de una vivencia democrática como estilo de vida según limón-Dominguez (2002). El
aula es espacio para el aprendizaje: la distribución de tareas la gestión del material, la organización
profesor, con los Iguales, con el centro. Es necesario abrir esas experiencias a la participación de
niños y niñas. En la actualidad, el espacio que se deja para la participación dentro del currículo
escolar queda, en la mayoría de los casos, reducido a la tutoría. Es función del docente favorecer la
participación de la infancia en el aula para que ésta adquiera cada vez mayor protagonismo. La
infancia debe saber que en el aula se reconoce su voz y su capacidad de proponer ideas o acciones.
Por esto es importante que se generen debates en los que los estudiantes puedan expresarse y hacer
propuestas.
Otro de los criterios que debemos tener en cuenta es respetar la capacidad de elegir de la
infancia, ya que esto favorece el ejercicio de toma de decisiones y su autonomía. Así surge el
reconocimiento de la capacidad de asumir responsabilidades individuales y grupales. Es importante
también que los estudiantes puedan analizar y cuestionar la realidad del aula, ya que esto es vital
El peso del docente ya no recae solamente en él como <<sabio>>, sino que hay un reparto
coordinarse en grupo y la figura del docente pasa a ser un guía, un asesor y un facilitador.
igual que el ámbito familiar. La sociedad democrática en la que vivimos exige escuelas
para establecer las normas generales y el establecimiento del régimen de vida en el centro.
Es tarea de las instituciones educativas y los centros escolares cuidar de los mecanismos de
participación, ya que de este cuidado depende el pensamiento educativo que favorezca una gestión
operativa en cuestiones socio ambientales a través de las cuales la infancia puede transformar su
Por otra parte, consideramos al docente como guía y orientador. Este debe incluir en su nuevo rol la
capacidad de ampliar la información, poder contextualizarla: así como ejecutar, vincular y aplicar lo
aprendido a la realidad o el entorno social, económico, político, cultural y actitudinal.
La figura del docente, además, es promotora de valores éticos y morales. Así, esta necesidad de
experiencias de participación no solo es apremiante para la infancia y juventud, también lo es para
el profesorado. Por ello es necesario que el docente sea también una persona participativa en su
propia realidad. Por último, deberá ser capaz de crear opciones que permitan solucionar situaciones
nuevas e innovadoras que se presenten.
También debe Ser creativo y flexible para poder adaptarse al medio, son roles importantes cuando
hablamos del docente en procesos participativos. Todos estos roles fundamentales crean la
necesidad de una constante actualización del profesorado. La formación inicial de docente tiene que
ir adaptándose con el transcurso de los años. Por otro lado. De ahí que el profesorado demande la
necesidad de la formación continua y de una variedad de cursos y seminarios que abarquen los
intereses y las necesidades que Surgen en los centros educativos.
El docente debe ser una persona autónoma, capaz de responder a los intereses y necesidades
planteados por la infancia y por una sociedad en constante movimiento, Para fomentar la
participación no es suficiente con adquirir y consolidar un pensamiento crítico y reflexivo. Es
necesario dar un paso más y hacer consciente a la infancia de la necesidad de involucrarse en un
proceso de mejora personal y educativa mediante la participación. Para ello, es necesario el
desarrollo de competencias específicas en la infancia, pero también en el profesorado. En este
sentido se apunta a fomentar el desarrollo de dos tipos de competencias; Por un lado, las
competencias intelectuales que facilitan la conquista del pensamiento crítico, ayudándoles a ser
reflexivos capaz de plantear una crítica abierta y constructiva ante las realidades sobre las que
reflexionan. Entre estas competencias que a incrementar su compromiso cívico y a ejercer una
ciudadanía activa de un modo responsable y sostenible: