29054493significado Del Arte para Los Niños
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Lo que los adultos sienten o quieren transmitir mediante su creación artística, tiene
la misma importancia que lo que el niño quiere transmitir, sin embargo, cambia las
vías y las maneras de plasmar el mismo sentimiento.
Hay que tener en cuenta que en el proceso educacional lo más importante es el
aprendizaje del niño y que las experiencias vividas por el maestro no son válidas
porque limita el desarrollo artístico del niño.
Lo que sigue son expresiones que si bien están extraídas de su contexto (sean libros,
investigaciones o conferencias) las considero importante para entender el arte más
puro, el de los niños.
El lenguaje plástico de ellos progresa con su propio desarrollo y evoluciona con él.
A la vista de la secuencia en el dibujo es evidente que el niño quiere comunicar algo en
sus representaciones ya que estas no son solo formas imaginarias, sino signos y
esquemas concretos y observables, a los que él trata de otorgar un significado que
pueda ser comprendido. Por ello podemos afirmar que sus expresiones responden a
una necesidad de comunicación, es decir, que consciente o inconscientemente el niño
se dirige a alguien desde el momento en que da forma y hace transmisible su mensaje
íntimo, y esto hace, en definitiva, del lenguaje plástico una actividad social.
La educación artística, como parte esencial del proceso educativo, puede ser muy
buena la que responda por la diferencia que existe entre un ser humano creador y
sensible y otro que no tenga capacidad para aplicar sus conocimientos, que no
disponga de recursos espirituales y que encuentre dificultades en sus relaciones con el
ambiente. En un sistema educacional bien equilibrado se acentúa la importancia del
desarrollo integral de cada individuo, con el fin de que su capacidad creadora potencial
pueda perfeccionarse.
El entusiasmo de algunos maestros por la manera intuitiva con que ciertos niños pintan,
los lleva a imponerles sus propios esquemas sobre los colores, proporciones y forma de
pintar. La discrepancia entre los gustos del adulto y el modo en que se expresa el niño
es la causa de la mayoría de las dificultades que surgen y que impiden que el niño
utilice el arte como un verdadero medio de autoexpresión. Si los niños pudieran
desenvolverse sin ninguna interferencia del mundo exterior, no sería necesario
proporcionarles estímulo alguno para su trabajo creador. Todo niño emplearía sus
impulsos creadores, profundamente arraigados, sin inhibición, seguro de sus propios
medios de expresión.
Aunque, en la educación artística, los patrones artísticos del maestro deban estar
subordinados a las necesidades de los niños, eso no significa que los dibujos y pinturas
del niño no puedan poseer belleza en sí. Es más, el arte surge a través del proceso
artístico. Si concentráramos nuestra atención en el producto del arte nos ocuparíamos
primordialmente de hacer objetos hermosos, más que de los efectos de esa elaboración
sobre los niños. La educación artística, por lo tanto, se preocupa principalmente por el
efecto de ese proceso sobre el individuo, mientras que las llamadas “bellas artes” se
preocupan más por los productos resultantes.
Todo instituto de enseñanza debe tratar de estimular a sus alumnos para que se
identifiquen con sus propias experiencias, y de animarlos para que se desarrollen en la
medida de lo posible los conceptos que expresan sus sentimientos, sus emociones y su
propia sensibilidad estética.
El maestro debe reconocer que sus experiencias acerca del aprendizaje no le sirven al
niño, pues lo que importa en el proceso educacional es el aprendizaje del niño.
No es la respuesta del adulto sino el esfuerzo del niño para lograr su respuesta, lo que
resulta crucial. Solamente a través de los sentidos puede tener lugar el aprendizaje,
esto quizá parezca una cosa obvia; sin embargo, sus consecuencias aparentemente no
se tienen en cuenta en nuestro sistema educacional. Es posible que la educación esté
simplemente reflejando los cambios que se producen en nuestra sociedad, pues parece
que el hombre cada vez confía menos en el contacto real con el ambiente, a través de
los sentidos.
Los aprendizajes se construyen a partir del desarrollo paulatino de una estética personal
e intuitiva para expresarse y comunicarse, canalizando el propio y único modo de
percibir y vivencial la realidad de cada uno. En la medida en que se acrecientan estos
saberes, la estética se transforma cada vez más en una construcción consensuada,
recuperadora de raíces y socialmente compartida.