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TEMA 6

RECURSOS PRÁCTICOS: EL CINE Y LAS DINAMICAS


GRUPALES
1. INTRODUCCIÓN:

Nuestro imaginario cultural está habitado, está compuesto, por las películas, las telenovelas, los videos y
los programas audiovisuales que conforman la oferta cultural contemporánea. La influencia sobre el
comportamiento, y, más aún, la reproducción de los modelos de interacción que se ofrecen en las películas,
no pueden ser desdeñadas en la labor profesional de los trabajadores sociales. Una de las mejores formas
de comprender las pautas de comportamiento, las aspiraciones, los sueños, y también las desesperanzas de
la población, tiene que ver con las imágenes y películas a las que acceden, y en las que se solazan a lo
largo del tiempo.

2. LOS ENTORNOS DE SOCIALIZACIÓN: TECNOLOGÍA, INTERNET, CINE Y


VIDEOJUEGOS.

El punto de partida de cualquier metodología de intervención grupal es, siempre, el contexto histórico
determinado en el que se encuentran las personas con las que se va a desarrollar la dinámica grupal . Su
trayectoria, sus argumentos de vida, los modelos relacionales que han interiorizado, y también el entorno,
las expectativas recíprocas con el resto de ciudadanos, y, en muchos casos, los requisitos concretos que
hay que tener en consideración en ámbitos específicos, como el ámbito laboral o el ámbito familiar (en el
que el poder, y las demandas de unas personas con otras, se redefinen).

Desde nuestro punto de vista, no podemos diseñar adecuadas metodologías de intervención grupal sin tener
en consideración el mundo audiovisual en el que nos movemos, tanto como proveedor de patrones de
comportamiento y expectativas de vida, cuanto como escenario en el que podemos objetivar conductas y
consecuencias, en el que podemos observar patrones de comportamiento cotidiano. Además, uno de las
características básicas en nuestras culturas audiovisuales, el predominio de la imagen, de los relatos
audiovisuales, debe tomarse como punto de partida para poder visualizar y experimentar más fácilmente las
dinámicas grupales. Se puede discutir si una imagen vale más que mil palabras. Pero es cierto que en youtube
ya tenemos conferencias o clases específicas, de pocos minutos, en las que se aclara un tema o concepto (y
también en la web de la UNED), y es precisamente el recurso audiovisual el más utilizado, y con más
facilidad (puede descargarse en el móvil, etc.). Fácil acceso, formato audiovisual, y breve extensión (pocos
minutos).

2.1. Tecnología y socialización:

Previamente, es importante analizar el papel que juegan las tecnologías de nuestro proceso de
socialización, para a continuación analizar su potencial en el ámbito del Trabajo Social con Grupos. En
los inicios del siglo XXI, el Trabajo Social debe tomar en consideración el papel que juegan la ciencia y
la tecnología en nuestras sociedades. Por diversos motivos.
En primer lugar, porque la ciencia (y la tecnología), después de un desarrollo exponencial desde
el Renacimiento, "constituye un importante complejo institucional en todas las sociedades
modernas".
En segundo lugar, nos encontramos inmersos en una revolución científico-tecnológica que afecta a
cada vez más dimensiones de la vida social, a la vez que se sitúa como una barrera en torno a la
cual se articulan nuevos procesos de inclusión y exclusión económica y social , lo cual lleva a que
las políticas científicas y tecnológicas se conviertan en una cuestión crucial para las sociedades
contemporáneas. Dado que "la revolución tecnológica aporta la infraestructura necesaria para el
proceso de formación de una economía global y es fomentada por las demandas funcionales
generadas por esta economía", las políticas científico-tecnológicas (es decir, aquellas que persiguen

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"el esfuerzo deliberado de influenciar la dirección y la tasa de desarrollo del conocimiento
científico por medio de la aplicación de recursos financieros, dispositivos administrativos, y
educación y formación, en tanto que todos ellos sean afectados por la autoridad política", se han
convertido en un factor estratégico en las sociedades del siglo XXI.
En tercer lugar, desde una perspectiva histórica, "la capacidad o falta de capacidad de las
sociedades para dominar la tecnología, y en particular las que son estratégicamente decisivas
en cada período histórico, define en buena medida su destino, hasta el punto de que podemos
decir que aunque por sí misma no determina la evolución histórica y el cambio social, la
tecnología (o su carencia) plasma la capacidad de las sociedades para transformarse, así como
los usos a los que estas sociedades, siempre en un proceso conflictivo, deciden dedicar su
potencial tecnológico".

En cuarto lugar, porque la cultura de las sociedades en las que nos encontramos tiene "su núcleo
en los conceptos, metáforas, imágenes, ideas, datos e información proporcionados por la
ciencia y la tecnología contemporáneas". Si hay algo obvio en nuestros días, es que nuestra
cultura material está profundamente modelada por el conocimiento tecno-científico, y que "el
método científico y su difusión tiene efectos sociales importantes, pues afecta al modo en que
los hombres en general enfocan los problemas y organizan el trabajo para solucionarlos" .

En definitiva, hay que resaltar el papel estructurante de la ciencia y la tecnología: "el elemento común
subyacente a diversos aspectos de la dinámica social emergente es el científico-tecnológico. La tecnología
está desempeñando un papel central en la producción de bienes y servicios, en los flujos de información y
comunicación, y en las formas de comportamiento y de organización social y política". Desde el ámbito de
nuestra disciplina, la consecuencia es clara: hay que utilizar las nuevas tecnologías, y específicamente en
nuestro caso el cine y los videojuegos, ya que por un lado están configurando nuestro imaginario cultural, y
por otro, nos permiten interaccionar mejor con nuestros conciudadanos.

El `mundo desbocado' del que habla Anthony Guiddens es, sin duda, un mundo que se transforma
vertiginosamente en función de la ciencia y la tecnología. A la vez que estas son productos de su contexto
social, pero con una característica importante, bajo nuestro punto de vista: una vez estabilizado e
implantado el avance tecnológico del que se trate, condiciona los desarrollos futuros, y constriñe nuestro
campo de acción a la vez que lo posibilita en función de sus logros específicos. En este sentido, Thomas
Hughes, al analizar lo que denomina `sistemas sociotécnicos' (constituidos por artefactos físicos,
organizaciones, recursos naturales, dispositivos legales y componentes incorpóreos de las organizaciones,
etc.), señala como estos surgen de la interacción de recursos económicos, habilidades prácticas y formas
organizativas. Una vez establecido sólidamente dicho sistema, tiende a mantenerse hasta que se agotan
los intereses económicos y políticos ligados a dicho sistema.

Desde una perspectiva diferente, el análisis del desarrollo tecnológico y sus impactos sociales muestra la
dimensión sociopolítica de la tecnología, que se construye y responde a un determinado modelo social. Los
artefactos tecnológicos pueden ser diseñados y construidos de tal manera que produzcan una serie de
consecuencias lógicas y temporales previas a aplicación concreta. En este sentido, las tecnologías pueden
ser descritas como `formas de vida': constituyen maneras de construir `orden' en nuestro mundo. Contienen
diversas posibilidades para ordenar la vida humana de diversas maneras. Winner señala tres características
fundamentales del proceso de creación y adopción de tecnologías:

 Consciente o inconscientemente, las sociedades `eligen' estructuras tecnológicas que influyen en la


forma de trabajar, comunicarse, y vivir, durante mucho tiempo.
 En el proceso de toma de decisiones, las personas ocupan niveles desiguales de poder y de conciencia.
 La amplitud de la elección es mayor cuando una tecnología se introduce por primera vez. Una vez
implantada, establece un patrón para el orden social que es muy difícil de cambiar. "Debido a que las
elecciones tienden a fijarse firmemente en los equipos materiales, las inversiones económicas y los

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hábitos sociales, la flexibilidad original desaparece para todos los propósitos prácticos una vez que
se hacen los compromisos iniciales" .

Desde el punto de vista de Winner, "lo que aparentan ser meras decisiones instrumentales son en realidad
elecciones acerca de la forma de vida social y política que constituye una sociedad, elecciones acerca de la
clase de personas que queremos ser". Desde nuestra perspectiva, la tecnología debe analizarse como un
hecho/proceso social, en el que pueden rastrearse tanto los intereses sociales que mueven su desarrollo,
cuanto la lógica propia generada en la interacción entre la revolución tecnológica, la reestructuración
capitalista y los cambios sociales. Las revoluciones tecnológicas penetran en todos los ámbitos de la
realidad humana. Su relación con los contextos sociales en los que se crea, se aplica, y a los cuales
transforma, reclama un acercamiento científico que tenga en cuenta dos aspectos fundamentales: los
procesos sociales que dan como resultado la sociedad tecnológica en la que nos encontramos; y la lógica
propia que se genera en los desarrollos tecnológicos (y su aplicación social concreta), y que reactúa sobre
la realidad social, transformándola.

Los impactos de una nueva tecnología nunca se limitan a los efectos para los que fue diseñada. "La
tecnología también implica una transcendencia de los materiales utilizados para contenerla. Cuando los
elementos se unen exactamente como corresponde, producen un efecto de encadenamiento que trasciende a
las partes. (...) El objeto montado termina siendo mucho más que la suma de sus partes" (Kurzweil 1999: 33).
Y esto afecta no solo a la materialidad de los aparatos tecnológicos, sino también a su aplicación social. De
ahí la aparición de los efectos no previstos y el desarrollo de la evolución tecnológica en un sentido
inesperado para los que diseñan, financian y aplican la tecnología.

Los modelos de desarrollo social y de interpretación del mundo que articulan y dan soporte simbólico a las
sociedades tecnológicas avanzadas, en función de las características tanto de los sistemas tecnológicos cuanto
de los intereses sociales, se han constituido en objeto del análisis científico, y nos permiten entender los pro-
cesos de exclusión social en los que estamos inmersos. Nos remiten a los procesos por los cuales se construye
la `imagen moderna' de la sociedad y del mundo. Esta `imagen moderna' (Heidegger 1938) se ha convertido en
el universo simbólico que ha guiado los desarrollos tecnológicos y ha justificado su implantación mediante la
idea de `progreso'. A la vez, la sociedad tecnológica avanzada que surge de dicho desarrollo acaba poniendo en
cuestión los consensos básicos sociales y la forma organizar la sociedad previa. El escenario `anti moderno'
que ahora mismo intranquiliza al mundo (...) no está en contradicción con la modernidad, sino que es
expresión de su desarrollo coherente más allá del proyecto de la sociedad industrial". En este proceso, puede
reconocerse la paradoja de las consecuencias no queridas y no previstas del desarrollo científico-
tecnológico hasta el punto de enfrentarnos, en términos de Beck, al incremento de las capacidades
técnicas unido a la incalculabilidad de sus consecuencias.

La nueva sociedad emergente ha recibido diversas denominaciones: sociedad tecnológica avanzada,


sociedad postindustrial, sociedad informacional, o sociedades del conocimiento. En todas las perspectivas
de análisis, se pueden encontrar algunos elementos comunes:

En primer lugar, asistimos a una revolución tecnológica: "al final del siglo XX, vivimos (...) un
intervalo caracterizado para la transformación de nuestra `cultura material' por obra de un
nuevo paradigma tecnológico organizado en torno a las tecnologías de la información". Este
cambio tecnológico acelerado transforma la industria, la economía y la sociedad, en una
compleja interacción en la que se configura como resultado de las sociedades en que se genera,
a la vez que se caracteriza por una `lógica' propia que organiza el sistema tecnológico, y que
posibilita y constriñe la evolución social posterior. En este sentido, la importancia del complejo

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científico-tecnológico como principal fuente de riqueza ha convertido la política científico-
tecnológica en un factor estratégico, tanto en el ámbito privado como en el público.
En segundo lugar, la incertidumbre ante los impactos provocados por la expansión acelerada de la
tecnociencia en diversos ámbitos de la vida social y natural. Desde la ingeniería genética hasta la
inteligencia artificial, los nuevos riesgos y oportunidades transforman nuestro entorno, y nos
enfrentan al problema de las consecuencias no deseadas de nuestras acciones. En este proceso, se
pone de manifiesto la naturaleza social de la producción científico-técnica, en una triple
dimensión: responde a un modelo de vida que contribuye a hacer posible, como señala Ortega; en
segundo lugar, es el resultado de la interacción de diversos grupos e intereses sociales, y por ello
no puede defenderse ni el determinismo tecnológico, ni la identificación acrítica entre progreso
y desarrollo sociotécnico: la supuesta `neutralidad' de la ciencia y la tecnología no responde a
la propia realidad de la ciencia y la tecnología como complejas actividades humanas. Pero
tampoco puede analizarse la ciencia y la tecnología como un resultado producido por un
'determinismo social'; en tercer lugar, las realizaciones sociotécnicas constriñen el presente y
el futuro, de tal forma que la interacción entre ciencia, tecnología y sociedad debe superar
tanto el determinismo tecnológico como el determinismo social.
En tercer lugar, las sociedades basadas en la tecnociencia se caracterizan por la anticipación del
futuro, que se convierte en el referente que determina la acción, desarrollando estrategias para
reducir la incertidumbre y asegurar la viabilidad no solo económica, sino social, del futuro. La
necesidad de decidir socialmente sobre el futuro de nuestras sociedades mediante la evaluación
de tecnologías ha llevado al desarrollo de metodologías prospectivas que permitan anticipar los
rasgos del futuro inmediato, a la vez que ponen de relieve las consecuencias del modelo de
desarrollo tecno-económico vigente. "Las sociedades modernas han entronizado el cambio y no
la estabilidad, la innovación y no la repetición como mecanismos de adaptación. (...). La
conducta aparece más y más orientada (...) por imágenes virtuales de escenarios futuros que
canalizan estratégicamente la acción. El futuro, no el pasado, controla el presente. Y por ello, la
menor validez de los modelos normativos para explicar la conducta y, por el contrario, la mayor
importancia de las específicas definiciones de la situación por los actores. La indagación del
futuro es ya parte primordial de la socialización cotidiana que requiere conocer lo que va a ocu-
rrir para posicionarse frente a ello".

2.2. ¿Hacia un nuevo modelo de sociedad?

Como se ha puesto de manifiesto en el análisis de las investigaciones políticas, "algunas elecciones


cruciales producen legados decisivos para el futuro". La institucionalización de la ciencia y la tecnología
da como resultado instituciones que "son elementos que constriñen la acción o que producen
irreversibilidadades, lo que ayuda a explicar las continuidades. Siguiendo el planteamiento mertoniano,
en la ciencia pueden diferenciarse tres dimensiones: la ciencia como método de investigación (que
establece los criterios de validez del conocimiento), la ciencia como institución social, y la ciencia como
el conjunto de la producción científica. El proceso de institucionalización de la ciencia y la tecnología,
hasta convertirse en uno de los factores principales que configuran la nueva sociedad emergente, es uno
de los rasgos característicos de la historia occidental de los últimos tres siglos, y puede enfocarse desde
dos puntos de vista complementarios: en primer lugar, el proceso histórico que nos ha llevado a la
situación actual, en la que el desarrollo científico-tecnológico es un factor estratégico para la evolución,
competencia y supervivencia de nuestras sociedades; en segundo lugar, debido a su centralidad, el análisis
de la relación entre las instituciones científicas y el Estado, prestando la debida atención a la política
tecnológica. En nuestro caso, desde el ámbito del Trabajo Social es relevante analizar hasta que punto
nuestra realidad está mediada por nuestras tecnologías, y ellas forman tanto parte de los problemas como
parte de las soluciones para nuestras trayectorias individuales, grupales y comunitarias.
El input de la ciencia, la tecnología y la gestión de la información es el factor decisivo de creación de
riqueza en la sociedad tecnológica contemporánea, y por ello la gestión de la actividad científico-
tecnológica se convierte en una cuestión prioritaria para el mantenimiento del sistema productivo.

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Las políticas tecnológicas se basan, en el contexto de la revolución de las tecnologías de la información y de
la nueva economía y sociedad emergentes, en tres objetivos distintos: la reindustrialización, el equilibrio
regional y el establecimiento de nuevas sinergias (entendiendo por sinergia "la generación de una nueva
información de alto valor a través de la interacción humana").

Podemos destacar las siguientes características del nuevo paradigma tecnológico: en primer lugar, se trata
de una revolución tecnológica basada en tecnologías para procesar y actuar sobre la información; en
segundo lugar, el alcance global de los efectos de las nuevas tecnologías; en tercer lugar, la interconexión
de tecnologías; en cuarto lugar, la flexibilidad; en quinto lugar, la convergencia de diversas tecno logías en
un sistema altamente integrado; en sexto lugar, "el paradigma de la tecno logía de la información no
evoluciona hacia su cierre como sistema, sino hacia su apertura como una red multifacética"

2.3. Tecnologías audiovisuales y dinámicas de grupo:

Las tecnologías no son solo máquinas o herramientas, también son las formas de organizarnos, y precisa-
mente por eso cada vez se presta más atención a las dinámicas grupales, para dotar a personas y grupos de
estrategias relacionales adecuadas (es decir, de una tecnología relacional adecuada). Desde un primer
momento, los trabajadores sociales con grupos utilizaron tecnologías como el teléfono o la radio (en este
caso, los radioaficionados) para poder llevar a cabo dinámicas grupales (mediadas por dicha tecnología) entre
personas que se encontraban muy distantes geográficamente, o tenían severos problemas de movilidad. Si
pensamos por un momento en los graves problemas de desestructuración social y exclusión que afrontaron
las primeras trabajadoras sociales, como Mary Richmond, es fácil constatar que, por ejemplo, las prácticas
higiénicas, que implican una forma específica de relacionarse con uno mismo y con los demás, una adecuada
alimentación, el desarrollo de habilidades básicas para poder integrarse en la sociedad, los cambios
legislativos para proteger a los menores... Podemos denominar "tecnologías" a todas estas estrategias o pautas
organizadas de comportamiento que tienen un fin específico, que pueden ser evaluadas en su eficacia, y que
pueden ser aprendidas y enseñadas.

En este sentido, la investigación sobre las dinámicas de grupo en el siglo XXI tiene que tomar como punto
de partida en el contexto tecno-económico en el que se desenvuelve la vida de los ciudadanos en cualquier
lugar del planeta. Los denominados Primer y Tercer Mundo coexisten tanto en España como en cualquier
otro país, y la economía basada en la innovación tecnológica está presente, también, en países en vías de
desarrollo. Tanto en los patrones de comportamiento individual, como en las pautas de consumo o en los
modelos de éxito y realización personal, y por supuesto en el análisis de los procesos de exclusión social, hay
que tomar en consideración el conjunto de oportunidades y de constreñimientos que se derivan de la sociedad
tecnológica en la que estamos inmersos. Cuando en una dinámica de grupos con personas con problemas
relacionales, desarrollamos una serie de sesiones dirigidas a fortalecer su identidad, mejorar sus habilidades
relacionales, favorecer sus capacidades de trabajo en equipo, tenemos siempre un objetivo claro: mejorar la
promoción personal y profesional, pero también la inserción social de estos ciudadanos. Para ello, tienen que
integrarse en el mundo cotidiano, en el mundo laboral, tienen que desarrollar o fortalecer un conjunto de
habilidades relacionales, que vienen definidas, también, por el tipo de trabajo, el entorno tecnológico, y las
características de la sociedad en la que se van a volver integrar como ciudadanos.

Quizás los procesos de cambio a los que estamos sometidos se expresan mejor que en ningún otro sitio en la
gestión empresarial y en las nuevas formas de producción y organización, que han surgido de la mano de la
aplicación intensiva de las nuevas tecnologías, y que reclaman más y mejores habilidades sociales en los
trabajadores, poniendo de relieve el papel crucial que tienen las dinámicas de grupo en un entorno
caracterizado por el valor intrínseco del conocimiento como principal activo de cada compañía. En este
sentido, algunas de las primeras investigaciones más relevantes en los inicios del siglo XX sobre el papel

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que juegan los grupos humanos tuvieron lugar, precisamente, en un entorno industrial, motivado por un in-
terés económico: mejorar la productividad mediante la incorporación de nuevas tecnologías, en este caso la
luz eléctrica. Podemos resaltar algunas aportaciones clave que pusieron de relieve el importante papel que
juegan los grupos pequeños, los grupos informales, o los patrones de comunicación:

 En relación con la dimensión social del ser humano, estas investigaciones muestran que el trabajo,
mecanismo clave de inserción social, es siempre una actividad de grupo.
 En los grupos se generan dinámicas de poder, de inclusión y de exclusión social, y muchas veces las
quejas de los miembros no responden tanto a un problema real, cuanto a manifestar la preocupación
de una persona por su status y su prestigio dentro del grupo.
 Las necesidades sociales constituyen motivaciones clave para los trabajadores: cada uno de ellos no es
simplemente un individuo, sino que participan en una tarea colectiva; y, además, indepen-
dientemente de la planificación económica, generan grupos informales en los que se integran y
mediante los cuales afrontan los objetivos laborales como un conjunto organizado. En este sentido, el
sentimiento de pertenencia, la necesidad de aceptación en el grupo, y la seguridad que se deriva de la
inclusión en el mismo, se revelan como factores más relevantes para elevar la productividad, que las
condiciones físicas en las que desempeñan su actividad laboral.

En el instituto Tavistock, fundado en 1947, se desarrollaron una serie de investigaciones sobre las minas de
carbón inglesas, llevadas a cabo por Trist y su colaboradores (1951). Su objetivo era analizar cómo influían
los cambios tecnológicos en el rendimiento de los trabajadores. Y, desde la perspectiva de nuestra
disciplina, la conclusión fundamental fue la siguiente: la introducción de tecnologías debe tener en cuenta
las relaciones sociales de los trabajadores, y los grupos pequeños, estables y productivos que ya existen en
un entorno determinado. La simple introducción de tecnología, sin tener en cuenta los grupos de trabajo, y
las necesidades y preferencias de los trabajadores, por sí misma no conlleva necesariamente mejoras en la
productividad, ni una mayor eficacia en la ejecución de las tareas. De nuevo, tomar en consideración la
dinámica grupa' se convierte en un tema clave.

En este mismo período temporal, y sin duda tomando en consideración los avances en el estudio de las
dinámicas grupales en distintas disciplinas científicas, los trabajadores sociales con grupos se organizaron, y
aplicaron muchas de estos avances a su trabajo cotidiano. En el año 1936 los trabajadores sociales con
grupos norteamericanos fundaron la National Association for the Study of Group Works, posteriormente
denominada American Association for the Study of Group Works (en el año 1939), volvió a cambiar de
nombre en 1946 (American Association of Group Workers), y finalmente se integraron en la National
Association of Social Workers (NASW). En las décadas de los años 1940 y 1950, el Trabajo Social con
grupos se integró como especialidad científica en las Escuelas o Facultades de Trabajo Social. A lo largo
de todo este proceso, se ha producido un constante diálogo entre las diversas disciplinas científicas que
analizan las dinámicas grupales (como la Psicología Social o el Trabajo Social con Grupos) y entre los
propios profesionales en el ejercicio de su actividad profesional.

3. PROPUESTA METODOLÓGICA

En el mundo audiovisual, y específicamente en el cine, podemos encontrar todo un universo de relaciones


personales, grupales y comunitarias. Como narraciones que son, las películas y en cierta medida los
videojuegos muestran o desvelan modelos de interacción, tanto en su dinámica concreta, cuanto en sus
consecuencias finales. Como ocurre siempre en la experiencia profesional de los trabajadores sociales, uno se
encuentra, al intervenir, con el reflejo del tipo de profesional en el que se ha convertido. En el cine
encontramos no solo tipologías relacionales: también encontramos películas en las que se proyecta una imagen

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del Trabajo Social como profesión, de los trabajadores sociales, y de los usuarios. Y no hay duda de que en
muchas ocasiones la imagen pública de nuestra profesión está condicionada por el tratamiento que se hace de
la misma en los medios de comunicación, y también en las películas.

Un ejemplo lo podemos ver en la película Precious, basada en la novela "Push", de Sapphire. Claireece
"Precious" Jones es una joven afroamericana de dieciséis años de edad, que vive en Harlem, y que ha
sufrido una violación por parte de su padre (a consecuencia de la cual ha quedado embarazada de su segundo
hijo). Vive con su madre en una infravivienda, en un contexto marcado por los abusos verbales, físicos y
sexuales. En esa situación, interviene la trabajadora social, (interpretada por Mariah Carey), la señora Weiss,
que logra transferirla a un instituto alternativo, en el que se integra en un taller de alfabetización, que le
permitirá retormar el control de su vida y recuperar su capacidad de actuar. Esta película has ido muy
comentada entre los trabajadores sociales norteamericanos, y, evidentemente, uno de sus efectos ha sido la
difusión de la labor profesional de los trabajadores sociales (aunque también ha tenido críticas por el papel
concreto que se presenta). Los problemas que se presentan forman parte de nuestra experiencia profesional:
la denuncia de los abusos, los programas de prevención, la protección de niños y jóvenes en situación de vul-
nerabilidad, el valor del apoyo grupal y comunitario, y la capacidad para volver a empezar recuperando el
control sobre la propia trayectoria vital.

3.1. Técnicas y estrategias de intervención:

En el ámbito que nos ocupa, es importante tener en consideración uno de los principios básicos de
cualquier intervención en el ámbito del Trabajo Social: es necesario realizar una evaluación integral, que
tome en consideración la totalidad de la persona en sus múltiples relaciones sociales. Si nos centramos
dentro de las dinámicas grupales, en el mundo audiovisual e internet, es importante objetivar las tipologías
de relaciones que alimentan nuestro imaginario cultural en las películas, y que tendemos a reproducir en la
vida real. Pero, igualmente, tenemos que analizar las pautas concretas de comportamiento que ya estamos
utilizando en nuestra interacción en los videojuegos y en las redes sociales. Ya no se trata de una influencia
que después gestionamos (modelo tradicional de espectador pasivo que contempla la televisión y después
reproduce en mayor o menor medida lo que ha visto y oído), sino que de antemano estamos ya
comportándonos y reforzando mediante la repetición aquellas estrategias que consideramos exitosas. En
este sentido, podemos señalar algunas cuestiones clave:
En primer lugar, hay que tomar en consideración, al analizar las técnicas de comunicación, lo que
ocurre en el mundo online, y en las redes sociales: son nuevos canales de participación, no solo de
recepción de mensajes. Por ello, hay que analizar el tiempo de uso de las mismas, las características de
la interacción (tipo de mensajes, extensión, cuántas personas implicadas, etc.), la finalidad de las
mismas, y las características de la tecnología, para poder diseñar, adoptándonos a la forma de
utilización de las nuevas tecnologías características de nuestra población joven. En este sentido, un
nuevo reto para los trabajadores sociales es diseñar talleres específicos sobre habilidades relacionales,
en youtube, en las redes sociales o en los teléfonos móviles, que permitan observar, aprender y
participar.
En segundo lugar, precisamente porque el espacio de la normalidad y el horizonte de integración
viene dado por el uso intensivo de las redes sociales, y por los imaginarios culturales empapados de
protagonistas e historias cinematográficas y/o televisivas, hay que analizar con detalle, desde la
perspectiva del Trabajo Social, cómo se presentan y afrontan cuestiones clave en el ámbito de las
dinámicas grupales. Podemos diferenciar tres ámbitos, el personal, el familiar y el laboral, en torno a
los cuales hay que preguntarse, entre otras, por las siguientes cuestiones:
o El poder: en relación con uno mismo y su propia trayectoria vital, en relación con la
relación entre hombre y mujer, en relación con el dominio o el control de terceras personas.

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oEl conflicto: cómo se presenta, cuáles son sus características, cómo se resuelve (cuáles son las
pautas concretas para resolverlo de forma cotidiana).
oEl reconocimiento de los demás y de uno mismo : cómo se reconoce a los demás, cómo se
les da a los demás y a uno mismo protagonismo en las relaciones sociales, qué expectativas
tenemos sobre los demás y qué modelo de persona o de grupo o de sociedad está implícito en
dicho reconocimiento.
oEl diálogo y la negociación: ¿cuáles son las pautas para dialogar, para interpretar e integrar
el disenso en la vida cotidiana, en la vida familiar o laboral? ¿Cuál es la secuencia y la
búsqueda del consenso o disenso en las redes sociales, en las intervenciones y comentarios en
abierto dentro de nuestros grupos online?
oLa identidad: ¿cómo me defino a mí mismo, cómo genero una imagen de mí aceptable o
manejable, cómo me presionan las imágenes o juicios de los demás sobre mi propia realidad?
oLos proyectos y las aspiraciones : es necesario analizar los proyectos y aspiraciones que
ordenan nuestra actividad, y dan sentido a nuestra acción, ya que somos animales que viven
en función del futuro posible, somos en cierta medida nuestras expectativas. Hay que
analizar no solo lo que queremos, sino el proyecto o expectativas que nos ofrece nuestro
entorno, y que quizás sea asfixiante, y hay que salir, crear un nuevo ámbito de realización
personal y social, en el que juegan un papel fundamental los profesionales del Trabajo
Social.
oDinero y consumo: en sociedades aspiracionales y de consumo de masas como las nuestras, es
fundamental analizar la relación con el dinero y el consumo. Uno de los objetivos básicos en el ámbito
de las intervenciones profesionales, desde la perspectiva del Trabajo Social, tiene que ver con el uso
del dinero, el control del gasto, el establecimiento de prioridades, y la redefinición del poder sobre el
dinero en la unidad familiar. En este sentido, capacitar para gestionar el consumo y la publicidad se ha
convertido en una prioridad

Las dinámicas sociales en el cine y en las redes sociales se presentan, por lo tanto, como un universo de
nuevos recursos, a la vez que son también el ámbito real de nuestras interacciones, y constituyen una parte
sustancial de nuestro imaginario cultural. Nuestras identidades, modelos de comportamiento y vínculos se
nutren del mundo audiovisual y se materializan y se llevan a la práctica de modo cotidiano en nuestras
redes sociales.

Cuando se analizan los programas televisivos de mayor audiencia, observa mos que las telenovelas
o los programas de entretenimiento con famosos tienen los mayores niveles de audiencia (si
excluimos los deportes). Es interesante observar cómo muchas dinámicas familiares y grupales
coinciden, imitan o se pueden objetivar en dichas series . Y cómo muchas estrategias de discusión,
inadecuadas y toscas, se amplifican porque se utilizan usualmente en las tertulias televisivas, sobre
todo en las que se ubican bajo la denominación de la prensa "rosa". Un análisis detallado de la
arbitrariedad, la utilización de los gritos, las descalificaciones, lo que denominaba Aristóteles los
argumentos ad hominem, puede servirnos para trabajar con los miembros de una dinámica grupal, y
fortalecer mejores pautas comunicativas y de interacción. Y para ello, una buena estrategia es diseñar
breves videos en los que presentar adecuadamente las dinámicas grupales. Lo que interesa, lo que
llama la atención, se reduce a 150 caracteres (twitter), a videos en youtube (ya hay clases magistrales
en video de todas las disciplinas), a pocos minutos en los que se capta la atención de jóvenes que
están acostumbrados a cambiar de canal y de argumento cada 2 minutos. En este sentido, el análisis
de secuencias de películas se convierte en una estrategia muy adecuada, tanto para la docencia como
para la intervención.

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3.2. Hacia un modelo de dinámica grupal audiovisual

En el ámbito que nos ocupa, el análisis de películas puede facilitar el proceso de aprendizaje y de
empoderamiento, al contrastar los comportamientos, las trayectorias, las lógicas argumentales y las
consecuencias sobre la vida, de los personajes de las películas. Todas hablan sobre nosotros, sobre los
seres humanos, y de todas pueden extraerse enseñanzas en el ámbito de las dinámicas grupales. En
nuestra experiencia práctica utilizando secuencias de películas como recurso de intervención, hemos
podido diferenciar tres fases:

 La fase de análisis general, en la que visualizamos la acción, comprendemos lo que sucede, y


diferenciamos las trayectorias personales, grupales y comunitarias, a la vez que objetivamos las pautas de
interacción más repetidas (tabla n° 1).

Tabla 6.1
 La fase de análisis específico , en el que profundizamos en alguna de las cuestiones más relevantes,
desde la perspectiva del objeto previamente establecido de nuestra intervención profesional. Por
ejemplo, en el ámbito de los modelos familiares y las telenovelas, podemos analizar la perspectiva de
género, los modelos de familia y las dinámicas de interacción (el lenguaje y los modelos de relación en
los conflictos, acuerdos y actividades de ocio). En esta fase, es muy importante analizar escenas clave
en las que podemos observar las pautas de comportamiento, el final previsi ble y diseñar las estrategias
para lograr superar una situación dada de exclusión social. En la tabla 2 indicamos algunos de los temas
posibles, sin pretensión de exhaustividad. Es el profesional del Trabajo Social con grupos quien debe
establecer, en función de los objetivos establecidos, y de la evaluación de la situación en la que se
encuentran los participantes, cuáles deben ser las temáticas y secuencias que se visualizan.

 Elaboración de un repertorio de secuencias que nos permitan reforzar pautas de comportamiento que
favorezcan una adecuada dinámica grupal. A partir del análisis específico de varias películas, podemos
diseñar un conjunto de videos de pocos minutos de duración, en los que planteamos un objetivo concreto,
proyectamos la secuencia que previamente hemos analizado, y concluimos resaltando algunas cuestiones
clave desde la perspectiva de nuestra disciplina. Es importante señalar que esta elaboración de mensajes que
refuerzan comportamientos no es una novedad: la publicidad y el marketing llevan ya años realizando
anuncios con este modelo, en breve espacio de tiempo. Y, a menudo, son breves videos de este tipo los que
son más vistos en youtube. Por ejemplo, podemos observar en la tabla n° 3 una posible organización de
secuencias en función de las fases de una dinámica grupal:

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