El Respeto Como Valor Empresarial
El Respeto Como Valor Empresarial
El Respeto Como Valor Empresarial
Asignatura:
Ética
Nivel:
3ro “C” nocturno
Docente:
Ab. Nora Huilcapi Mazacón
Alumno:
Gerardo Bedoya Tenorio
Temas:
No hay que menospreciar los pequeños detalles. Porque además lo que para ese
cliente supone unos segundos a ti te ha podido suponer semanas de trabajo. La
carrera profesional es una carrera a muy largo plazo. Y como establece la Ley del
Karma, todos recibimos lo que damos.
Las tres áreas principales que más se ven afectadas por la falta de respeto son; los
trabajadores o colaboradores, los proveedores y los clientes.
¡Ay los proveedores!, cuántas vejaciones llegamos a aguantar. Desde gritos y malas
formas hasta la creencia de que somos responsables del cambio climático y de la
extinción de los dinosaurios.
Bromas aparte, todos somos clientes y todos somos proveedores. Y el respeto del
que hablamos debería dirigir nuestra cultura hacia una valoración objetiva de
resultados. Actualmente la tendencia es a gestionar la relación con los proveedores
mediante un SRM, al igual que lo hacemos con nuestros clientes. Una comunicación
honesta y sincera es la mejor receta para obtener un buen SRM. Escuchar las
preocupaciones de los demás recíprocamente e involucrarse mutuamente en los
procesos solo tiene beneficios positivos para el crecimiento.
Eso no quiere decir que hay que reducir las exigencias. Más bien al contrario,
objetivarlas para que ayuden a las dos partes a crecer. Es decir, perfectamente
podemos justificar no trabajar con alguien porque no tenemos ninguna conexión,
pero no les engañemos cuestionando sus resultados si solamente es una cuestión
de feeling. Somos humanos y queremos trabajar con gente afín. Así que el respeto
pasa por tratar a nuestros proveedores como nos gustaría que nos trataran, cosa
que a menudo se olvida.
Y el respeto además implica consideración por el trabajo de los demás. Esto supone
no hacer trabajar a la gente innecesariamente. El mantra de «quien paga manda»
está un poco demodé e implica crear relaciones basadas en el poder y no en la
colaboración. Analiza las necesidades previamente, pide consejo y busca la
solución que más se adapta a tus necesidades. No hay que pedir cuando no
sabemos lo que queremos. Porque son muchas horas de trabajo que el proveedor,
en muchas ocasiones, para contentar al cliente, realiza sin remuneración. Las horas
de los proveedores tienen un coste, así que respeta el trabajo de los demás
valorándolo en su justa medida.
Y finalmente, hay que aprender a decir: gracias, pero no me interesa. Cuántos
persiguen al potencial cliente a la espera de una confirmación concreta después de
propuestas que incluso llevan semanas de confeccionar y solo encuentran vacío y
silencio. Un simple mail es, en ocasiones, suficiente para que la mayoría pueda
cerrar el círculo para pasar al siguiente.
Aquí muchos me dirán: pero si no respetas a los clientes los pierdes. No señor. El
respeto además de tener mucho que ver con la educación tiene que ver con la
honestidad. La capacidad de decirle a tu cliente que tú como experto sabes que algo
no va a funcionar o que no lo puedes hacer, en lugar de hacer fracasar a todo el
mundo. Por supuesto que eso te puede costar una relación en el corto plazo. Pero
esto no es un sprint, es una maratón. La tendencia empresarial gira en torno a la
capacidad actual de crear relaciones de partnership con tus clientes y, seamos
sinceros, se merecen la verdad. Aunque eso nos cueste dinero. Tras esa actitud
podremos construir la fiabilidad, el servicio al cliente, la innovación y todos aquellos
valores que queremos sean parte de nuestra cultura. Si educamos a nuestros
clientes en la honestidad y en la verdad todos saldremos ganando. Por tanto,
tratemos bien a cliente, proveedores y colaboradores. Creemos empresas honestas
que respetan el trabajo del otro, por el valor que tienen. Empresas que dicen la
verdad y aconsejan honestamente en su expertise para interés de su cliente y que
tratan a los proveedores como les gustaría que los trataran a ellos.
Y eso solo se puede hacer si la dirección de estas empresas cree firmemente en el
RESPETO como valor empresarial. El resto de valores no sirven para nada si no
instauramos la cultura del respeto porque siempre serán papel mojado. Nunca
podrás reflejar respeto si internamente no lo practicas